Document related concepts
Transcript
MEDINA DEL CAMPO-ALMEIRIM interés79, y las cartas que dirige a los Infantes portugueses mostrando su alegría por la concordia iniciada80. Pero el panorama cambia radicalmente en el mes de octubre en que los Infantes de Aragón logran el destierro de don Álvaro de la Corte, en lo que parece ser el final de su vida política, y la celebración del matrimonio del Príncipe de Asturias con Blanca de Navarra, hija del infante Juan. Entonces sale hacia Portugal una embajada castellana encabezada por Alfonso de Aragón, bastardo del infante Juan, y el obispo de Coria para presentar una protesta por las violencias que sufren los castellanos en tierra y mar y por el despojo de Leonor, cuya inmediata restitución exigen81. La propia embajada reflejaba la división castellana: mientras oficialmente se presentaban estas reclamaciones, el obispo de Coria garantizaba a don Pedro que la embajada no reflejaba el pensamiento de Juan II, ahora sometido a los Infantes, y que nunca se harían efectivas las amenazas expuestas. Naturalmente, el Regente pedía a los embajadores castellanos que abandonaran el reino. El 31 de octubre la reina Leonor abandonaba Almeirim y se refugiaba en Crato, gesto que podía considerarse una verdadera declaración de guerra; así lo interpreta el infante Pedro, que escribe a las ciudades del reino ordenándoles que se preparen para la guerra82. Entonces, quizá con deliberado retraso, llega a Santarém el obispo de Segorbe, nombrado embajador nueve meses atrás. Como era de esperar recibió una agria respuesta del Regente que condicionó cualquier negociación al regreso de la Reina83. Tal como estaba previsto, Alfonso V ponía en marcha ahora la intervención de García Aznar, obispo de Lérida84. Casi al mismo tiempo Leonor abandonaba Crato, ante la amenaza de las fuerzas del Infante, entraba en Castilla, y se instalaba en Alburquerque, confiando en una resolutoria acción militar de sus hermanos, en particular de Alfonso. Nunca regresará a Portugal. No fue posible la intervención militar en Portugal porque, desde enero de 1441, se reanudaba en Castilla una verdadera guerra civil; a pesar de que los Infantes logran reafirmar su poder en junio de este año e imponer un nuevo destierro a don Álvaro85, carentes del apoyo directo del rey de Aragón, son incapaces de tomar el poder definitivamente en Castilla e imponer el restablecimiento de su hermana en Portugal. Como en otras ocasiones, Alfonso V ha de limitarse a proferir amenazas de guerra y enviar sucesivas embajadas planteando sus reclamaciones86. Así trascurren los próximos meses, con sonoras declaraciones bélicas y duros requerimientos, pero también con la sensación, al menos por parte de Alfonso V y de su esposa, de no estar dispuestos a aventurarse a una guerra87. A medida que trascurre el tiempo, se incrementa el desánimo de Leonor, defraudada en sus expectativas de recibir el esperado apoyo88, y Alfonso V se limita con mayor claridad a pedir la intervención de Juan II para lograr una solución negociada, primero mediante Juan de Híjar y Berenguer Mercader, después por medio de Luis Despuig, obteniendo siempre las mejores palabras89 y a promover un gran movimiento a favor de su hermana90. A lo largo de 1443 los Infantes de Aragón parecen afirmarse en Castilla por medio de los matrimonios de Enrique y Juan con Beatriz Pimentel y Juan Enrí73