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Tal y como se ha puesto de manifiesto
durante la IV Jornada de Actualización
en Toxina Botulínica y Rehabilitación,
celebrada en Sevilla los días 6 y 7 de abril:
La infiltración de toxina botulínica
guiada por ecografía optimiza los beneficios
en el manejo de la espasticidad
Uno de los principales condicionantes
de los resultados del tratamiento con
toxina botulínica (TB) es la correcta
ubicación del fármaco en el músculo
diana deseado
Con la ecografía, se eleva la tasa de
éxito de la infiltración de la toxina
botulínica en el músculo diana
La utilización de Toxina Botulínica (TB)
para el tratamiento de la espasticidad
cuenta con el mayor nivel de evidencia
científica y clínica; sin embargo, sus beneficios pueden incrementarse aún más si
su infiltración se efectúa utilizando como
guía los modernos recursos ecográficos.
Esta fue una de las principales conclusiones que se obtuvieron en la IV Jornada de
Actualización en Toxina Botulínica y Rehabilitación (Reabox 2011), celebrada en
Sevilla y organizada por Allergan con el
aval de la Sociedad Española de Rehabilitación y Medicina Física (SERMEF).
Cerca de un centenar de médicos rehabilitadores se dieron cita en este evento,
en el que se contó con las aportaciones
del Dr. Franco Molteni, una de las referencias internacionales en el empleo de
modernas técnicas de rehabilitación, fundamentadas en el uso de la robótica y los
recursos Web 2.0.
Colaboradores
El aval
de Sermef
Durante la Jornada se realizaron dos talleres prácticos, enfocados a mejorar tanto
la localización muscular guiada por ecografía como la infiltración de la toxina botulínica guiada por esta técnica. Se trata de la
primera formación en ecografía de un grupo tan nutrido de rehabilitadores.
Y es que, como indicó el Dr. Lluís Guirao,
jefe del Servicio de Rehabilitación y Medicina Física del Hospital de Mataró (Barcelona), “de la correcta administración de la
TB en el interior de los músculos diana a
tratar depende en gran medida conseguir
el mayor efecto terapéutico y minimizar los
efectos indeseables”. De hecho, añadió este
experto, “la falta de respuesta al tratamiento con este fármaco en pacientes seleccionados se relaciona fundamentalmente con
errores de localización del músculo diana
(mayor número de errores a mayor profundidad y menor tamaño muscular) y la difusión
de la TB hacia músculos no seleccionados”.
Mejorar resultados: un objetivo posible
Tal y como se puso de manifiesto en este
foro, un concepto que persiste en la práctica diaria es el de valorar el uso de técnicas
que permitan guiar la infiltración con TB en
función de la profundidad del músculo diana. Así, se distingue entre la infiltración de
grupos musculares superficiales (visibles y
accesibles), que no precisa de medio complementario para localizar el músculo, e
infiltración en músculos profundos o de pequeño grosor, donde se recomienda utilizar
un medio complementario de localización
muscular para asegurar que la TB se deposite en el músculo diana.
En los últimos años se han desarrollado
múltiples estudios y revisiones bibliográficas que apoyan el uso de determinadas
técnicas para guiar las infiltraciones. “La
elección de la técnica a utilizar debería
estar fundamentada en las características
del propio paciente, las características del
músculo diana, la evidencia científica disponible y la destreza del responsable de la
administración”, afirmó el Dr. Guirao.
Entre los diferentes métodos de localización muscular para la administración de la
toxina botulínica se puede optar por la infiltración por guía anatómica o palpación,
la electromiografía, la electroestimulación
y la ecografía.
Con este último recurso, según comentó el
Dr. Lluís Guirao, se obtienen algunas ventajas importantes, puesto que “es una técnica
inocua, permite el control sobre la profundiColaboradores
El aval
de Sermef
dad de la inyección, facilita el visionado y el
control de las estructuras adyacentes y evita
infiltraciones en lugares no deseados”; además, añadió, “permite realizar exploraciones
dinámicas, reduce las complicaciones (como
los hematomas) y puede usarse de forma simultánea a otras técnicas de localización”.
Igualmente, la presidenta de SERMEF, Inmaculada García Montes, resaltó otra ventaja adicional de la ecografía, “y es que se
trata de una herramienta disponible en la
mayor parte de hospitales”. En su opinión,
“la ecografía es una técnica de imagen indolora que resulta de gran utilidad para guiar
procedimientos intervencionistas como la
infiltración de TB, siendo una herramienta
fiable que permite analizar en tiempo real
el músculo a tratar, las estructuras adyacentes y controlar el avance de la aguja en el
tejido”. En su opinión, “la infiltración de TB
guiada por ecografía es una técnica que
nos permite tratar más músculos y de mejor
manera, con más eficacia (aportando mayor funcionalidad al paciente) y rentable”.
Respecto al coste derivado de este tipo de
intervención, la presidenta de SERMEF dejó
claro que “la infiltración de TB en pacientes
con una indicación clara abarata costes directos e indirectos, puesto que, entre otras
cosas, permite reducir sesiones de rehabilitación que, en la mayor parte de los casos,
no van a producir una eficacia clínica tan
evidente que con el empleo de este medicamento”.
Toxina botulínica y espasticidad
La espasticidad constituye un problema
médico de incidencia y trascendencia elevadas tanto en la infancia (asociada a parálisis cerebral) como en la edad adulta (principalmente derivada de un ictus). Se calcula
que en España 10 de cada 1.000 habitantes presentan espasticidad, por lo que se
estima que entre 300.000 y 400.000
personas padecen esta afección.
Entre otras alteraciones, la espasticidad
puede ocasionar trastornos del desarrollo
en la infancia, disminución de la capacidad
funcional, posturas anómalas, dolor y trastornos estéticos e higiénicos. Su evolución
natural tiende hacia la cronicidad, acompañada de fenómenos estáticos por alteraciones de los tejidos blandos. Además, afecta
de modo significativo a la calidad de vida
del paciente y de su familia.
La espasticidad es un síntoma que refleja un trastorno motor del sistema nervioso
en el que algunos músculos se mantienen
permanentemente contraídos. Dicha contracción provoca la rigidez y acortamiento
de los músculos e interfiere sus distintos movimientos y funciones: deambulación, manipulación, equilibrio, habla, deglución, etc.
El tratamiento de la espasticidad es complejo y requiere una intervención multidisciplinaria. La base fundamental es la terapia
combinada, que debe incluir tratamiento
junto con la terapia física. En la última década, la espasticidad focal se ha tratado con
la toxina botulínica tipo A. La implementación de este tratamiento ha demostrado,
entre otros beneficios, que puede mejorar
significativamente la calidad de vida de los
pacientes espásticos, disminuyendo consecuencias graves resultantes de posturas
anormales prolongadas, al igual que el desarrollo de deformidades articulares debido
a contracturas musculares.
Las informaciones recogidas en este artículo son una transcripción de las ponencias de los autores durante la celebración de un simposio cientifíco.
Colaboradores
El aval
de Sermef