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ítítt^^^Cí entiftco
2)
ímzk Át mmám, ínmmíz g flídriddad
Plaza de Alonso Martínez, 6.
ANO Vin.—N.° 359.
LA FATIGA
Y EL SUENO
poa EL
Dr.
J.
Laumonier.
(Revue Universelle)
Los sére5 orgánicos están, en su mayor parte, sometidos á un reposo periódico, caracterizado especialmente
para el hombre, en el que toma el nombre de sueño, por
una abolición más ó menos completa de las funciones de
loa centros nerviosos y por cierto amortiguamiento de
las funciones de la vida orgánica.
La necesidad de sueño es una de las necesidades fisiológicas más imperiosas y cada cual sabe, por experien
cia, cuan difícil y penoso es resistirla. Dos puntos son
de notar á este propósito: en primer término el sueño
sobreviene siempre necesariamente al cabo de cierto
tiempo de vigilia ó de actividad vital, y en segundo lugar, es tanto más irresistible y profundo cuanto más
intensa y prolongada ha sido esta actividad vital. La
observación conduce asi á considerar el sueño como una
consecuencia de la actividad de nuestros diversos órganos.
El mecanismo de estas relaciones ha permanecido sin
embargo, obscuro durante^largo tiempo y, hace pocos
f ños, los sabios se declaraban aun incapaces de dar una
explicación satisfactoria. No ocurre lo mismo hoy, gracias á lo que sabemos. 1.» de la fatiga—que dá cuenta de
la necesidad y de la periodicidad del sueño; y 2.°, de la
plasticidad de los elementos del sistema nervioso ó neuronas, que explica las causas y las condiciones intimas
del sueño y los diferentes fenómenos psíquicos (pérdida
de conciencia, sueños y ensueños) que de el se derivan.
Por consiguiente, para comprender joor qué dormimos,
es preciso tener previamente una noción precisa de la
fatiga y de la plasticidad de las neuronas.
NATURALEZA OUIJIICA DE LA FATIGA, FATIGA LOCAL, FATIGA GE^NE-
RAL.—El cuerpo del hombre y de los animales está constituido por una multitud de elementos anatómicos, cada
uno de los cíales tiene una vida elemental individual,
diferente de la vida de conjunto, la cual resulta del funcionamento coordenado, armónico, en una palabra, de
la energía sincrónica de todos estos elementos. A consecuencia de la existencia del sistema nervioso, instrumento y soporte de esta energía sincrónica, y del medio interior, (linfa y sangre), que, bañando los elementos anatómicos, obra directamente sobre ellos por su
30 OCTUBRE 1901
composición, las células del organismo son solidarias
unas de otras, de tal suerte que modificaciones suficientemente profundas, producidas en un punto, pueden te •
ner y tienen realmente, sea alterando la energía sincrónica, sea cambiando el medio interior, una repercusión sobre toda la economía.
Nadie ignora que los elementos afiatómicos y, por consiguiente, los tejidos y órganos que constituyen proporcionan por su funcionamiento substancias de desecho, re
síduo de las reacciones de la síntesis orgánica. Estas sustancias de desecho gozan de la propiedad singular de
amortiguar y finalmente detener la actividad funcional,
cuando alcanzan, en el medio interior, en el que son solubles y que las arrastra, un grado suficiente de concentración. Es algo análogo á lo que ocurre con la levadura
de cerveza que, como se sabe, cesa de funcionar—es decir, de hacer fermentar el mosto azucarado en el que se
encuentra—cuando el alcohol (desgaste de funcionamien
to) ha alcanzado, en este mosto, una proporción determinada. Del mismo modo, un músculo vivo, en su lugar,
se contrae al cabo de cierto tiempo de actividad más y
más difícilmente, y llega un aumento en que, cualquiera que sea la excitación, este músculo cesa de reaccionar, de contraerse. Se encuentra entonces en él, en
abundancia, diversas bases animales y ácino láctico. Si
se inyecta este ácido láctico en un músculo fresco, que
sale del reposo y no ha ejecutado másqueuntrabajocorto
y débil, se vé que el músculo en experiencia se hace inmediatamente incapaz de reaccionar á las excitaciones,
de contraerse. Esta pérdida del poder de contraerse para
un músculo, y en general de las propiedades funcionales para los diversos elementos, constituye lo que se
llama la fatiga y W. Prever ha designado con el novabre de ponó¿ce«os (leí grieo'-oponos, fatiga) las substancias de desecho que la determinan.
La fatiga es, pues, una especie de intoxicación que
origina necesariamente la detención del funcionamiento; resulta de la acumu ación de las substancias ponógeñas. ¿Pero cómo puede producirse esta acumulación?
No se produce evi<lenlemente más que si las sub>tancias ponógenas se forman, en un tiempo dado, en cantidad superior á laque es eliminada,expulsada al exterior
por Ijs eyectores naturales (ríñones, piel, pulmones,
etc.), en el mismo tieinpo. Es lo que ocurre normalmente durante la vigilia. La aparición de la fatiga está,
pues, subordinada no solamente á la intensidad del funcionamiento orgánico (las substancias ponógenas son
producidas en razón directa de esta intensidad), sino
también el poder eliminatorio de los eyectores naturales
362
Madrid dentlfieo
tí órganos de secreaión y por consiguiente á su estado.
Lo que procede permite comprender por qué todos
los órganos están sometidos á un reposo periódico, aún
los que, como el corazón y los músculos respiratorios,
parecen para los observadores superficiales, no cesar
jamás de funcionar,pero es preciso ahora que el raüscuio cardiaco, por ejemplo, esté alternativamente contraído (sístole) y relajado (diástole). La duración de la
contracción, es decir, de la actividad durante la cual
únicimente producen las substancias panógenas, es,
para las aurículas de Vjo del tiempo total de la revolución cordiaca, y, para los ventrículos; de •'/,o del mismo
tiempo. El tiempo de reposo correspondiente (''/lO y Vn<)
es el necesario fisiológicamente, para la eliminación de
las substancias ponógenas formadas durante la sístole.
Del mismo modo, en un miembro sobrexcitado, que ha
ejecutado un trabajo penoso y prolongado, la fatiga
dura hasta que las bubstancias ponógei a«, acumuladas á
consecuencia de un funcionamiento intenso, hayan sido
eliminadas, ó, al menos, hasta que la proporción de estas substancias en el medio interior no sea suficiente
para impedir la actividad funciona!.
Ningún tegido, ningún órgano puede asi funcionar
de una manera continua, porque en ninguno de ellos
la rapidez de eliminación es seguramente igual a la rapidez de producción de las substancias ponógenas. Esta
disposición interpreta muy felizmente la «ley del balanceo orgánico», porque, si un órgano pudiese funcionar
sin ser necesariamente, al cabo de cierto tiempo,
conducido al reposo por la acumulación de las substancias ponógenas, se desarrollaría exclusivamente y en
detrimento de todos los demás.
Conviene ahora distinguir la fatiga local de la fatiga
general. La primera determina solamente el repoto del
órgano interetado; la segunda determina el reposo del
cuerpo entero, por la detención de las funciones de relación (actividad ¡sensorial conociente y reacciones motrices
voluntarias), ó en otros términos, el sueño.
Consideremos, en efecto, un músculo fatigado. Las
substancias ponógenas que se acumulan durante el fun_
cionamiento son solubles; se difunden en el liquido intercelular ó Ünfa^ que baña todos los elementos anatómicos y, de allí, pasan á la sangre que las arrastra.
Gradualmente y á medida que estas substancias son
arrastradas y decrecen por consiguiente el órgano, el
músculo se desfatiga y vuelve á encontrarse, por consiguiente, bien pronto apto para contraerte de nuevo y
poder proporcionar aún trabajo. Todos ,os órganos pasan de la misma manera, y obedeciendo á idénticas causas, por estados alternativos de actividad funcional y de
reposo. El medio interior de cada órgano es la linfa que
elimina sus pcnógenos en la sangre, de tal suerte que
la proporción de los ponógenos aumenta incesantemente
en la sangre, puesto que, como se ha dicho, la elimina
ción de estos materiales de desecho por los eyectores
naturales es más lento que su producción por el funcionamiento de los órganos. Lk ga, pues, un momento en
que la concentración de los ponógenos ea la sangre es
tal que la difusión no puede hacerse de la linfa hacia
la sangre. A consecuencia de esta concentración el funcionamiento de ciertos órganos, los más delicados, está
dificultado; hay fatiga general del cuerpo, sueño.
Según lo que acabamos de ver, es fácil comprender
que la fatiga general y el sueño que esta determina sean
periódicos, por ser el trabajo ejecutado, por término
medio, poco m só menos el mismo, así, por consecuencia, como el tiempo neces-ario para realizar el grado de
concentración de los ponógenos que determina el sueño,
lie aquí por qué el adulto tiene necesidad de sueño al
cabo de catorce ó dieciseis horas de vigilia, en general.
Esta necesidad es mucho más frecuente en los niños en
razón de la intensidad de la asimilación funciona!. Al
cabo de ocho horas de sueño, á veces menos, el dormido
se despierta. Esto quiere decir que es preciso, en el adulto medio, catorce ó dieciseis horas para que el funcionamiento normal de los órganos acumule en el medio interior, á pesar de la eliminación que se realiza continuamente por los ríñones, la piel, los pulmones, etc., una
cantidad de ponógenos capaz de determinar la fatiga
general y el sueño, y ocho á diez horas para que, gracias al reposo determinado por el sueño (durante el sueño la producción de ponógenos es extremadamente débil, pero no obstante su eliminación y la de los panógenos preexistentes por los eyectores es sensiblemente tan
intensa como durante la vigilia) el grado de concentración de los ponógenos descienda hasta el punto en que
no pone obstáculo á la actividad funcional.
Queda por ver ahora cómo la intoxicación ponógena,
la fatiga general, determina los fenómenos característicos del sueño, pérdida de la conciencia y de la noción
del mundo extei ior, abolición de los movimientos voluntarios. Para esto precisa echar una mirada sobre la
estructura y las propiedades fisiológicas del sistema nervioso.
ESTRUCTURA DEL SISTEMA NERVIOSO.—El sistema nerviofo,
instrumento de las relaciones de las partes del organismo entre ellas y con el mundo exterior, está constituido
por elementos especiales llamados neuronas, especies de
células que presentan, además del cuerpo celular nucleado, prolongaciones ramificadas, ó arborizaciones proto•
plásmicas y una sola prolongación calibrada y cilindrica,
el cilindroeje, cuyas dimensiones son á veces considerables (1 metro y más). Estos neuronas están en conexión
sea con elementos anatómicos no nerviosos, sea con otrds
neuronas. En el primereado, la conexión se hace ó bien
por las arborizaciones protoplásmicas, estas son las neuronas sensitivas periféricas, ó bien por la terminación cilindroaxial, estas son las neuronas motoras periféricas. En el segundo, la conexión es siempre heteronima, es decir, que se hace entre prolongación de nombre contrario(cilindroejecoa arborizacionesprotoplásmi
cas) y jamás entre prolongaciones del mismo nombre
(cilindroeje, con cilindroeje, ó arborizaciones con arbori
zaciones) y las neuronas que no comunican así más que
con neuronas, son las neuronas centrales.
Las neuronas no son expontáneamente activas; necesitan, para entrar en actividad, una excitación, ó para
hablar eon más claridad, una modificación química r e sultante de acciones exteriores. Esta modificación constituye el influjo nervioso que pasa de neurona en neurona, siempre tn el mismo sentido, es decir, yendo de las
arborizaciones protoplásmicas á las terminaciones cilindroaxiales. El paso del influjo no tiene de otra parte lugar más que si terminaciones cilindroaxiales y arboriza
clones están en contigüidad directa, se tocan inmediatamente, Las recientes investigaciones de Bethe y de
Madrid Científico
d'Apalhy,tenderían aún aprobar, si fuesen confirmadas,
que hay no solamente contigüidad, sino á veces conti~
nuidad. Como las terminaciones cilindroxiales est-in, por
sí mismas ó por sus fibrillas adventicias, en contigüidad
con gran número de arborizaciones protoplásmicas, el
influjo, siguiendo la adoptación de las neuronas, puede
seguir en el sistema nervioso caminos muy d iferentes.
Se clasifica habitualmente estos caminos ó vías en dos
grupos. Cuando el influjo pasa de una neurona periférica (sensitiva) á otra neurona periférica (moto a), sin
interesar las neuronas centrales, se tiene la vía refleja,
la más corta, de la que K médula especial es el cantío
principal, y que termina en la reproducción de las acciones reflejas, inconscientes. Cuando el influjo pasa, al
contrarioj de una nenrona periférica á una neurona
central, con regreso de una neurona central á una neurona periférica, se tiene la!'/« central, de que el encéfalo es asiento, y que termina en la producción de las acciones votunlurias, conscientes.
El trayecto que sigue el influjo, consecutivamente á
una impresión sensible, no está entregado al azar, En
efecto, si las terminaciones cilindroaxiales de los neuronas parecen inmóviles, no ocurre lo mismo con las arborizaciones protoplásmicas. Según las investigac ones
de Rabí, Lépine, M. Duval, Demoor, Pupin, etc., estas
arborizaciones pueden ejecutar movimientos de expansión y de retracción poco extensos, pero suficientes para
establecer ó romper la contigüidad, impedir ó permitir
el paso del influjo, y bastante análogos á los movimientos que ejecutan los pseudópodos de una amiba. Por
esta razón se ha designado esta propiedad bajo el nombre de amiboismo de las neuronas. El amiboismo, de otra
parte, no existe en todos los elementos nerviosos; un
funcionamiento intenso y repetido lo suprime (asi un
acto de antemano voluntario y consciente llega á ser,
cuando es frecuentemente ejecutado, instintivo y maquinal); es probabldmente patrimonio exclusivo de las
células nerviosas menos frecuentemente activas, más
jóvenes, y por consiguiente de las neuronas centrales,
que no comienzan á funcionar sino muy tardíamente,
que se desarrollan aun en el hombre adulto y no llegan
á ser adultas más que en el viejo. Es esta, como veremos, una de las razones que hacen que los viejos tengan, en general, un sueño ligero y corto.
Se comprende ahora la diferencia que hay entre una
acción refleja y una voluntaria. La acción refleja inte-
363
resa únicamente á las neuronas adultas desprovistas de
amiboismo, y en las cuales, por consiguiente, el influjo
nervioso sigue siempre el mismo camino. A una excitación dada, la respuesta es, pues, siempre la misma; se
la prevé con certidumbre. Al contrario, la acción llamada voluntaria interesa necesariamente á las neuronas
no adultas, dotadas de amiboismo, y en las cuales el
trayecto del influjo es, por consiguiente, extremadamente variable é imposible de prever. La respuesta á
una excitación dada no es, pues, siempre la misma, y el
acto, difiriendo así según las circunstancias, es llamedo
voluntario, porque, estando todo determinado, parece,
sin embargo, el resultado de una deliberación.
ACCIÓN DE LOS PONÓGENOS SOBRE EL SISTEM.\ NERVIOSO.- —
4hora, ¿bajo qué influencia las arborizaciones protoplásmicas de las neuronas no ad'iltas entran en expansión ó en retracción? Bajo influencias principalmenie
quimiotrópicas. Se sabe, en ífecto,por experiencias hechas sobre algas, bacterias, amibas y otros seres unicelulares, que ciertas substancias los atraen, en tanto
que otras los repelen, Ocurre lo mismo para las arbori-
zaciones de las neuronas, y según que la substancia Cg
positiva ó negativamente activa, estas arborizaciones
se adargan ó se retraen. El efecto de las substancias posi
tivamente quimiotrópicas es mantener y aun aumertar
las conexiones de las neuronas entre fi y abrir así al
influjo trayectos nuevos; el efecto de las substancias negativamente quimiotrópicas es, al contrario, romper
las conexiones é impedir el paso del influjo, forzando de
esta suerte al reposo los centroü nerviosos cuyas arborizaciones son móvi'es, es decir, precisamente los centros
intelectuales.
Estas diversas substancias r o tienen una existencia
puramente teóiica. La experiencia lia probado la realidad de su acción. Entre las primeras (positivamente
quimiotrópicas) es preciso citar, fuera del influjo; los
excitantes de las células nerviosas, principalmente la
lecitina, los glicerofosfatos y acaso también ciertos alcaloides (cafeína, teobromina). Todo el mundo conoce,
de otra parte, los felices resultados obtenidos por el empleo de las lecitinas alimenticias (yema de huevo, caviar, sesos) y de los glicerofosfatos no solamente en las
personas que trabajan mucho cerebralmente, sino también en ciertas enfermedades neurasténicas, hipocondriacas, melancólicas simples, etc., cuya inteligencia
está más ó menos constreñida ó atenuada.
364
Madrid dentífico
Entre las substancias negatiyamente quimiotropicas,
„
es preciso citar, en primer término, al lado de los norcóticos y de los hipnóticas, las ?no¡erias ponogenas, óuyas
materias, desde luego, provienen del funcionamiento
de los elementos musculares ó del de los elementos nerviosos, ó, en otros términos, del trabajo físico dal obrero ó del trabajo mental del artista, del escritor ó del
sabio.
EL SUKÑO KS UNA DISOCIACIÓN DE LAS .NEUHONAS.—La ac-
ción de los ponógenos sobre el amiboismo de los neuronas no adultas determina el sueño y todos los fenóme •
nos que lo caracterizan: pérdida de la conciencia y de
la noción del mundo exterior, abolición de los movimientos voluntarios, en ñn, amortiguamiento más ó
menos marcado de las funciones de la vida vegetativa.
En efecto, á la acción de los ponógenos no son sensibles
más que las arborizaciones aún móviles, que pertenecen
exclusivamente á los elementos de los centros carebrales donde se hace la elaboración consciente ó intelectual. La retracción de IPS arborizaciones de las neuronas
impidiendo, como se ha dicho, el paso del influjo, la
masa central nerviosa no puede ya recibir ninguna impresión de origen externo; de aquí la pérdida de toda
sensación y de la conciencia individual cuando la abundancia de los ponógenos determina la retracción de las
neuronas y de las arborizaciones de asociación que hacen comunicar entre si las neuronas centrales, y, en fin,
la abolición de los movimientos voluntarios, porque, bi
el influjo no puede pasar, á consecuencia de la acción
•quimiotrópica negativa de los ponógenos, de las neujo •
ñas adultas de la periferia (sensitivos) á las neuronas no
adultas centrales, no podría volver de estos últimos á I'BS
neuroóas no adultas. En cuanto al amortiguamiento de
las funciones vegetativas, resulta simplemente de que,
estando suprimidas, las impresiones exteriores y las
sensaciones no intervienen ya normalmente (salvo á veces en los sueños) para acelerar la respiración y los mo vimientos del corazón, modifican las secreciones, etc.
El sueño se establece rara vez de repente. La somnolencia, la disminución de la atención y de los movimientos espontáneos son sus precursores; después viene la
relajación de ciertos músculos, los de la nuca (que ori
gina los movimientos de la cabeza arrastrada por su
propio peso, y el parpadeo). De otra parte, suprimense
las sensaciones visuales, en seguida las del oido y las
operaciones intelectuales se hacen cada vez más confuaas. «Si se observa durante el sueño—dice Exner—se
observa que el círculo en el cual se mueve se estrecha
más y más
Se puede decir que ciertos grupos de
ideas persisten aún, en tanto que otros duermen ya» Es
que las substancias ponogenas no determinan la retracción de las arborizaciones de las neuronas en todos los
puntos á la vez. Ssgún la caus-a de la fatiga, el grado de
concentración de las substancias ponogenas (se sabe que
se puede luchar algún tiempo contra el sueño y durante
esta lucha el grado de concenti-ación délos ponógenos au
menta necesariamente) el punto en que ha tomado principalmente origen, tales neuronas son intoxicadas más
deprisa que otras, y son, en consecuencia, las primeras
en retraer sus arborizaciones
Además, la experiencia prueba que. aun en el sueño
profundo, los reflejos no sou abolidos, lo que muestra
que la ruptura de la conexión de las neuronas por la intoxicación ponógena ha tenido precisamente lugar al
nivel de las neuronas periféricas y de las neuronas centrales, como hemos indicado, y no entre las neuronas
periféricas, que, siendo adultas, no tienen ya tus arborizaciones móviles y sensibles á las influencias quimiotropicas.
El hecho de que la ruptura de la conexión aisla así
solamente las masas nerviosas centrales, á las cuales el
influjo no puede ya llegar, hace los refl jos mucho más
fáciles. Hay allí, en efecto, algo nnálogo á lo que se produce en la sección de la médula espinal. Esta facilidad
de los reflejos está, por otra parte, probada por los movimientos complicados y bien conocidos que una persona dormida ejecuta en su lecho bajo la influencia de
una excitación exterior, picadura de insecto, ruido,
mala postura de un miembro, etc.
Esquema de las circulaciones (de origen exterior ó interno) durante el sueño.
N S P Neurona sensitiva periférica.—N S C Neurona sensitiva central cuyo cabelludo está retraído bajo la influencia de
los ponógenos, deteniendo el paso del influjo. NMC Neurona
motora central.—N A C Neurona de asociación cerebral.—
N A I Neurona de asociación irtercortical.—N M P Neurona
motora periférica.—S Piel.—M Músculo.
<
Arco de las excitaciones de origen externo.
<
o Arco de las excitaciones de origen interno.
ACCIONES AMAÜOMSTAS DE LAS DE LOS PONÓGENOS. — Es
preciso anotar, sin embargo, que las excitaciones internas pueden moderar ó dificultar la acción de las subftancias ponogenas por ser el poder quimiotrópico de
Madrid Oteniíjíco
Jas primeras sobre las arborizaciones de Ifs neuronas
más fuerte que el poder quimiotrópico negativo de las
últimas sobre estas mismas arborizaciones. Así la obscuridad, la inmovilidad, el silencio,favorecen el estable
cimiento dtl hueño reduciendo al mínimo las impresiones exteriores. De otra parte, una excitación brusca é
intensa puede, por las mimas razones anteriores, pro
ducir el defpertar, porque la influencia quimiotrópica
positiva del influjo, llegada al nivel de la ruptura, es
más fuerte que la influencia quimiotrópica negativa
de los substancias ponógenas aun presentes en el medio
interior. Es, de otra parle, fácil hacer constar especialmente que una impresión física dada, un sonido, por
ejemplo, incapaz de impedir el establecimiento del sueno al principio, llega á ser capaz de interrumpirlo al
cabo de tres ó cuatro horas. En el primer caso, el quimiotropismo negativo de los ponógenos predomina; en
el fegundo, es el quimiotropismo poí-itivo del inüajo el
que Eupera, gracias á que la cantidad de ponógenos ha
disminuido por el repoto. La vigilia se establece, en el
sueño natural ó provocadu artificialmente, con mayor
ó menor facilidad. Cuando la fatiga es intens^a; el grado
de concentración de los ponógenos aumenta, este des-
Esquema de la (xcitaciód de las circulaciones durante la
vigilia.
N S P Neurona sensitiva periférica. —N S C Neurona sensitiva central.—N M C Neurona motora central.—NAO Neurona de Asociación cerebral —N A I Neurona de asociación
intercortical.—N M P Neurona Motora periférica.—S Piel—
M Músculo.
<
Arco reflejo.
<^
< Arco voluntario.
<;
« Arco de asociación intercerebral.
pertar es muy penoso y muy difícil, á veces hasta imposible, como es fácil prever después de lo dicho. El
hecho ha sido comprobado no sólo eutre los animales
(liebre después de perseguida), siró también en los soldados fatigados con exceso. A este propósito W. Preyer, considerando que el ácido láctico es probablemente
uno de los ponógenos más eficaces del músculo, ha recomend,)do el empleo de este ácido y de sus sales en los
casos de insomnio real.
Normalmente el despertar sobreviene por sí mismo al
365
cabo de un tiempo que corresponde, según lo que queda
expuesto, á una eliminación suficiente de las substancias ponógenas. La menor impresión exterior basta entonces para producirla: ruido de la calle; llamada de la
campanilla, apertura de puertas, brusca entrada de la
luz y del aire fresco?... etc. Este despertar se establece
desde luego casi con la misma lentitud que el sueñs, y
las conexiones de las neuronas no se interrumpen y no
se establecen sino sucesivamente. En muchas personas
el despertar no es completo y definitivo sino después de
¡as abluciones matinales.
RAZÓN FISIOUÍCIC.V m: r.os SUEÑOS—En el curso del sueño se producen á veces ciertos fenómenos que se desigf
nrn bajo el nombre de sueños. Esta cuestión de los sueños es muy importante desde el punto de vista psicológico para intentar tratarla, aunque sea brevemente,
aquí. Nos contentaremos con hacer observar que, según
lo que precede, los únicos actos determinados en nosotros, durante el sueño, por las impresiones exterioaes
son actos reflejos inconscientes. Sin embargo, las reacciones que se producen durante el mismo tiempo en los
centros nerviosos aislados por intoxicación ponógena sin
comunicación con el mundo exterior, pueden dar lugar
á una conciencia fugitiva y en cierto modo virtual. En
efecto, á consecuencia del hábito y de la educación, la
actividad de estos centros nos da sensaciones que tenemos costumbre de referir, cuando son percibidas en estado de vií^ilia, á impresiones exteriores de un cierto
orden. Así la excitación interna del centro óptico nos
da una sensación luminosa, aunque ninguna claridad
venga á impresionar nuestra retina. Creemos, pues,
ver, escuchar, etc., durante el sueño, cosas, ruidos, etcétera, que no existen realmente, pero ,que nos imaginamos exteriores á nosotros y leales. Esta es la ilusión
de los sueños, cuyo recuerdo es rara vez tenaz, frecuen
temente débil y vago, y en ocasiones nuio. Los delirios
no se distinguen de los sueños sino en que asocian sensaciones anormales y dolorosas.
Digamos, finalmente, para terminar, que si el despertar, después de un sueño tranquilo y suficiente, es
seguido (salvo en ciertas alteraciones patológicas) de
una imprcüión de bienestar y de fuerza, es que la eliminación de los ponógenos, que contrariaba el funcionamiento de los órganos, se ha verificado y permite
ahora á los tejidos una actividad nueva y fácil.
Ocurre lo mismo en todos los seres sometidos á este
fenómeno, de tal suerte que el sueño nos aparece como
uno de los procedimientos de resistencia más eficaces
contra la anquilocis de los órganos y su intoxicación definitiva, es decir, contra la vejez y la muerte.
Fabricación de papel con paja.
El Dr. Bohm ha inventado un procedimiento de fabricación de papel de paja. Consiste en someter la paja á
una solución de ácido acético y á una temperatura de
100» á 1300 centígrados, durante cuatro ó seis horas;
después á una solución de sosa cáustica de composición
variables con la calidad de papel que se quiere obtener,
bastando un 10 por 100 para el papel ordinario; se somete durante 7 ú 8 horas á 10G« ó 130° centígrados; se lava
en agua caliente, después en el ácido al 2 por 100 y en
fin, se blanquea y se bate para separar los nudos con
ayuda de una máquina, se nblanquea y se transforma
en pasta.
Madrid Chejilíjico
366
rERTURBACIOXES PRODUCIDAS POR LOS
INSECTOS EN Ü^ÍA,
INSTALACIÓN DE LUZ ELÉCTRICA.
El servicio de luz eléctrica en la ciudad de Sant-Pau',
en los Estados Unidos, ha sido objeto de un accidente
cuya causa es de una naturaleza bastante extraña.
La ciudad de Saint Paul está alumbrada eléctrica
mente por una fábrica situada á 43 kilómetros de distancia, sobre una de !as orillas del Apple, en el Wisconsin. Los conductores cargados de una corriente con potencial de 25.000 volts, atraviesan el rio Santa Cruz por
un puente de ferrocarril. Los aisladores que soportan los
hilos, están fijados sobre postes horizontales de roble
y separados entre sí 0,45 metros.
Una noche, súbitamente el transformador que rebaja
la tensión cayó fuera de frises; su marcha irregular fue
bien pronto notada en la fábrica por el jefe de la expío
tación que se apresuró á buscar la causa de tal perturbación. Vio que, en la dirección del puente del camino
de hierro, se desprendían grandes chispas é hizo inme
diatamente detener las máquinas, envió obreros al
puente y con gran estrañeza vieron que los conductores
estaban en perfecto estado.
El restablecimiento de la corriente dio la so'ución del
enigma. Millares de insectos se habían acumulado entre
los hilos formando una masa compacta que hacia el efecto
de corta-circuito. El paso de la corriente á través de esta
débil resistencia destruíalos insectos que volvían á acumularse atraídos por la aparición de la luz; hasta que
formando nuevamente corta-circuito volvían á ser destruidos por la corriente. Cada vez que se producía este
fenómeno el funcionamiento del transformador se alteraba y la luz en Saint-Paul estaba sometida á grandes
oscilaciones.
Fue preciso colocar en el puente un obrero armado do
un palo con la misión de impedir que estos pequeños
monstruos alados se aglomerasen entre los hilos.
Estos insectos de una especie análoga al palingenesia
horaria^ aparecen periódicamete en los meses de Junio
y Julio y surgen del fondo de los pantanos y de las orillas de los río».
LA COCINA ELÉCTICA.
El Jura bernois dá detalles interesantes sobre experimentos en la cocina eléctrica, hechas recientemente en
la Escuela de cocineras de Saint Imier por la uSocicté des
forces eléctriques de la Goule». Los ensayos han sido ejecutados con aparatos culinarios variados, hornos de
asar, hornos para pasteles y hornos diversos. La temperatura se regula á diferentes marchas por contadores
dispuestos sobre los aparatos, ó por un simple desplazamiento en la toma de corriente. Roastbeefs, volátiles^
legumbres pastas variadas, etc., fueron preparadas para
ofrecérselas á los invitados á las experiencias de inauguración. Un trozo de carne de 2 kilogramos no ha exigido más que 55 minutos para su cocción, una gallina 36
minutos, para calentar las leguoib'-es 2 minutos, los
pasteles 15 minutos. La energía cansumida para preparar toda la comida no ha sido más que de 2 kilovatioshora que á 12 céntimos el kilovatio, resulta un gasto total de 24 cétimos. Queda demostrado, que, en estas condiciones, al precio de 10 ó 12 céntimos el kilovatio-hora,
la cocina eléctrica es mucho más económica que la cocina de gas y presenta ventajas de aseo y seguridud que
no reúnen las demás. Es evidente que la cocina eléctrica está más indicada que ninguna otra. Las fábricas, los
talleres, los hospitales, que tienen luz eléctrica, hallarán en esta nueva cocina la economía y la higiene: es
un progreso sobre la cocina de vapor ya muy perfeccionada y que presta grandes servicios. Añadamos que los
aparatos de calentar y la «batería de cocina» especial
para e»te sistema, han sido estudiados con detenimiento
y son de una sencillez y una utilidad sumamente prácticas.
Todo esto partiendo de la base de que el kilovatio cueste 12 céntimos. Si cuesta 40 ó 50 céntimos para usos
industriales como en Madrid, entonces no hay duda de
que un par de huevos fritos saldrán por un dineral.
RECOCIDO DE PLACAS DE BLINDAJE POR LA
ELECTRICIDAD.
En una Memoria presentada al «Engineers Club de
Fiíadelfla» describe Mr. Dougherty un método eléctrico
empleado en la construcción de los buques de guerra
en los abtilleroi de 'a So^icJad «Crampo. Eate método
parece que es casi el mismo propuesto en 1895 por
Mr. Lemp, que consiste en hacer pasar una fuerte corriente por el metal en el punto donde se quiere perforar y disminuir poco á poco la intensidad durante diez
ó doce minutos; así se produce un recocido parcial en
este punto.
LÁMPARASDE ARCO VOLTAICO SIN CARBONES.
La Gaceta Industrial de Riga da cuenta de haberse descubierto una nueva lámpara de arco voltaico de indudable
superioridad á las usadas hasta ahora. Se compone de
una bombilla de vidrio, en que se ha hecho el vacío y
que, en lugar de los dos carbones, tiene dos brazos de
aluminio en forma de L, con puntas de platino, cuya separación conveniente se regula por un simple péndulo.
La nueva lámpara reúne las ventajas de no producir
las molestas oscilaciones que ocasiona el desgaste de los
carbones, de no exigir la renovación del brazo más que
una vez al año, cuando más, de no proyectar sombra alguna, y de poderse colocar en cualquier posición, por
ser indiferente que esté ó nó en situación vertical.
Rogamos á los señores corresponsales de
provincias que se encuentran en descubierto
con esta administración se sirvan ponerse al
corriente con la misma para evitar entorpecimientos, de lo contrario nos veremos precisados á suspender el envío de nuestra Revista.
Madnd Científico
0 ^ ^ ^ ^ ^
• JC-
La exposición que el Sr. Villanueva hace ¡ receder al
proyecto de ley presentado á las Cortes dice así:
Constituida ya casi completamente nuestra red general de ferrocarriles y satisfechas asi las necesidades de
orden superior á que esta clase de servicios deben atender preferentemente los Gobiernos, es llegado el momento de acometer otra obra de no menor importancia y
transcendencia, puesto que ha de ser el complemento de
aquélla y ha de reportar seguramente al país incalculables beneficios.
Tal es la formación de un plan y ley de ferrocarriles
secundarios, propósito que, no sólo no es nuevo, sino
que ya por tres veces ha ocupado á los Gobiernos y á las
Cortes, y en alguna de ellas ha estado á punto de obtener
definitivamente la aprobación de éstas; pero unas veces
por dificultades de orden meramente parlamentario, y
otras por que las angustias de los pasados tiempos no
permitían espacio suficiente para acometer estas empresas, es lo cierto que hasta el presente, no te ha logrado
dar cima al proyecto llamado á reportar tantos bient's y
cuya necesidad está tan penetrado el Gobierno de Su
Majestad, que al emprender la obra de regeneración
que el país tan imperiosamente demanda, no ha vacilado
en considerar aqeul propósito como uno de los primeros
que reclaman todf su atención, la de las Cortes y la del
país mismo, ya que en su realización se han de obtenener para éste tan provechosos resultados.
A llenar este vacío tiende el proyecto de ley que se
somete á la deliberación de las Cámaras, en el cual, por
el tiempo transcurrido desde qua éstas dedicaron su
atención á tan vital asunto, han podido introducirse
respecto á los proyectos anteriores todas aquellas mejoras, ya técnicas, ya administrativas, que el mayor corocimiento de estos asuntos y la práctica de los mismos
en otros países han hecho considerar indispensables.
Mantiénese en este el principio capital qu^ informaba
el que ya estuvo á ¡'unto de ser ley en el Senado, cual
es el de garantizar un mínimum de interés á los capitales que se empleen en la construcción de estas obras, introduciéndose alguna novedad, no sólo respecto al tipo
de dicho interés, (¡ue se rebaja del 6 al 5 por 100, sino
también respecto al límite á que ha de llegar para que
empiece la participación del Estado en las ganancias obtenidas. Consérvase también el principio do que para el
establecimiento y explotación de estas líneas pueden
utilizarse las carreteras ü otras obras públicas, así como
también el de otorgar á los concesionarios todos los beneficios á que se refiere el art. 31 de la ley general de
Ferrocarriles; y se completan estos auxilios con la exen
ción de impuestos durante veinticinco años, tanto á los
accionistas como á los precios del transporte, estimando
el Ministro que suscribe que estas concetiones, unidas á
las facilidades de otro orden, que se otorgan también á
estas empresas, han de ser estímulo bastante para que
367
no falten capitales que quieran concurrir á la realización
de estos proyectos.
A fin de evitar cuanto pueda parecerse á monopolio y
de facilitar la concurrencia de capitales para obra de
tanto empeño, ha parecido preferible adoptar exclusivamente el sistema de grupos para el concurso, con lo
cual ge atiende, además, á la previsión de que no queden
abandonadas aquellas líneas cuyos rendimientos no
hayan de ser grandes, y que seguramente no serían objeto de licitación si se separasen de aquellas otras llamadas á producir más pingües resultados.
Procúrase también en el proyecto aligerar las trabas
administrativas, limitando la acción del Estado á lo puramente indispensable para asegurar sus derechos y para
garantir los del público, y dejando en todo lo demás una
gran libertad á las Empresas para la construcción y explotación de las vías, realizando así, en los términos de
lo posible, ese ideal descentralizador á que van encaminadas las tendencias de la sociedad moderna.
Resta, por último, observar que el sistema adoptado
para el pago de la garantía de interés no ha de imponer
de momento sacrificio alguno al país; lejos de eso, el desarrollo de las obras que la ejecución del plan lleva consigo ha de proporcionar trabajo y difundir riqueza en
muchas regiones de España; y cuando las lineas vayan
estando en explotación, el movimiento que afortunadamente se nota en todos los ramos de nuestra industria
ha de hacer que los pro.luctos de aquéllos sean bastantes
á reducir la carga del Tesoro público á límites muy exiguos, quizás á extinguirla por completo, y tal vez en
alguna ocasión á producirle algún rendimiento líquido.
Por la combinación de estos principios, no sólo se
alienta á los capitales á concurrir á estas obras, mediante la seguridad de un lucro racional, sino que se facilita
y se asegura en lo posible la construcción de todas las
líneas, pudiendo predecirse que en un porvenir no muy
largo habrán de estar terminadas esas vías accesorias,
que con los caminos vecinales cuyo desarrollo también
propone el Gobierno vayan á alimentar, con productos
de comarcas hasta ahora abandonada^, el tráfico de las
grandes líneas, aumentando de este modo el bienestar de
los pueblos y los ingresos del Tesoro.
Atento á estas consideraciones, el Ministro que suscribe, autorizado por S. M., tiene el honor de someter á
las Cortes el siguiente proyecto de ley.
Madrid 19 de Octubre de 1901.—Miguel Villanueva y
Gómez.
Ha sido muy bien recibida por la opinión la transacción á que se ha llegado por parte de los Sres. Villanueva y Urzaiz en el presupuesto del ministerio de Agricultura.
Se asegura que en los nuevos presupuestos se crea la
quinta División de ferrocarriles, y que con tal motivo
es probable que pase á la jefatura de dicho servicio el
Sr. Catarineu que actualmente es jefe del n ;gociado de
Aguas. De resultar la antedicha combinación volverá a
quedar al frente de dicho negociado el inteligente y distinguido ingeniero D. José Arenas.
368
Madrid C^ntljico
Se ha dicho que ¡a Comisión Central del Cuerpo de
Caminos ha formulado una respetuosa protesta ante
los altos poderes cintra las atribuciones que se otorga
á la dirección de Navegación y Comercio implantada en
el Minisfeiio de Marina. Las facultades otorgadas á la
mencionada Dirección parece ser que vulnera á la vigente ley de Puertos y la general de Obras púbicas.
**
Ha estado á vií-itarnos una comisión de candidatos á
Sobrefctantes rogándonos llamemos la atención del respetable director de Obras públicas acerca de los graves
perjuicios que se les ocasionan con el aplazamiento injustificado de la próxima convocatoria.
La invasión indusírial de América
EN INGLATERRA.
Cada d a es más viva la inquetud de la industria
británica ante la concurrencia de los productos americanos en los mercados ingleses.
M. Mac Kenzie en una ferie de notables artículos
publicados en el Daily Mail, eleva á 500 el número de
industrias que en tus propios mercados luchan contra
la invasión yanki, sin contar los cereales y otros géneros alimenticios, que por de contado se importan de
Norte-América.
A tal punto ha llegado la competencia que hoy se ven
den algodones americanos en Manchester, hierro americano en Lanciishire, acero en Sheffield y hoja de lata
en el pais de Gales; que en las mismas oficinas del Estado se emplean mesas, sillas, máquinas de escribir, copiadores de cartas, plumas y papel americanos y que son
muy numerosos los aparatos fotográficos, telefónicos y
de tracción eléctrica, los ascensores, los relojes, cepillos,
confecciones y las drogas de procedencia americana.
Estudiando, M. Mac Kenzie, los efectos de esta invasión, los sintetiza diciendo que en Londres iodo es
americano. Y en efecto, muchos de sus compatriotas usan
camas fabricadas en Nueva Inglaterra, emplean para
afeitarse navajas americanas y jabón Williams de la
misma procedencia, calzan botinas hechas en Boston sobre calcetines de la Carolina del Norte, los tirantes son
de Connecticut y el reloj de Waltham ó Waterbury. El
periódico inglés se tira en máquinas americanas y mu'chas veces hasta el papel es también de los Estados
Unidos. El roastbeef que vigoriza al ciudadano londonense procede de las vacas del lowa, los pescados en
conservas de la Florida y el tabaco de Virginia.
Antes de entrar en detalles de los productos yankis
cuya impartación amenaza á los producto británicos
s'milares, citemos algunas cifras que ponen en evidencia el crecimiento de las ventas americanas en el Reino
Unido.
Durante el periodo de diez meses que terminó en
Abril de 1900 las compras británicas de productos americanos ascendieron á la suma de448 201 339 de dollars
y en el mismo periodo de tiempo hasta Abril de 1901
se elevó á 540.699.989, ó sea un enorme aumeuto de
92. 438.650 dollars. Es preciso tener en cuenta que,
aunque gran parte de este aumento se debe á los productos alimenticios y á las primeras materias no es des-
preciable la parte que cor:e ponde .i lo^ productos manufacturado-i.
De todas las industrias amenazadas por la concurrencia americana, la metalurgia ocupa ciertamente el primer lugar, como lo prueban la construcción del puente
de acero sobre el Atbara y el viaducto del Ouganda y el
de Gob'eik, en Birmania, adjudicados á americanos por
sns ventajosas proposiciones en relación con los ingleses
Estas ventajas tanto en los precios como en la rapidez de
construcción son debidas principalmente á que mientras
en Inglaterra los constructores tienen la costumbre de
presentar por cada encargo un proyecto y precio distintos especial para cada caBo, los americanos han llegado
á establecer series de tipos fijos para satisfacer diferentes exigencias y están organizados para fabricar rápidamente y suministrar los planos á la primera demanda
Además, las numerosas ocasiones que se le presentan de
construir puentes para el estado del Oeste, les ha dado
una gran experiencia y les ha presentado ocasión de
perfeccionar su fabricación é imaginar máquinas especiales para este género de construcciones.
Más inquietamente aún son las grandes importaciones de hierro y acero americano, porque no es solamente en los mercados extranjeros en los que se resiente la
industria inglesa, de la concurrencia metalúrgica americana, como dejamos dichi. La prensa inglesa recuerda
últimamente que si, en 1884 Inglaterra producía dos
veces más hierro que los Estados de la Unión, en 1890,
los yankis igualaron su producción y ya en 1899 llegaron á producir estos últimos 13.620.000 de toneladas
mientras que aquellos no llegaron más que á 9.305.000.
Recuérdase también que durante el mismo año las fabricas americanas produjeron 7.000.000 de toneladas de
lingotes de acero Bessemer; 2.000.000 de toneladas de
rails de acero y 10.000.000 de acero de todo género,
mientras que para la gran Bretaña las cifras eran respectivamente de 1.000.000; 838.000 y 5 000.000.
De este enorme desenvolvimiento industrial resulta
que en lo que concierna al hierro, mientras que en 1899
no expedía Inglaterra más que 20.000 toneladas á los
Estados Unidos, éstos importaban 80 000 á los ingleses;
que en 1900 las ventas de América á los ingleses aumentaron en un 70 por 100 y en ñn, este año durante los
seis primeros meses las importaciones americanas son
casi dobles de las del mismo periodo del año pasado.
Todavía son más importantes los progresos de la
importación del acero bruto y no lo son menos los de la
del acero trabajado, como lo prueba que en 1900 vendieron los yankis á Inglaterra 84 locomotoras; 128 motores
fijos,13.847 toneladas de hilo de acero, 5.734 de ruedas,
313.000 libras esterlinas de maquinaria eléctrica, 20.000
de calderas y piezas de ellas, 178.000 de tubos y 159.000
de bombas, etc.
De todas las industrias metalúrgicas inglesas, la de IB
hoja de lata es la más amenazada. Mucho tiempo se ha
visto libre de competencia esta industria y aún hoy en
que la producción media es de 800.000 toneladas corresponde á Inglaterra más de la mitad; pe-o esta situación
lleva visos de modificarse con la creación en Norte
América de una poderosa industria similar que organizada recientemente bajo la forma de irust ha logrado
reunir más de 30 compañías que se disponen á luchar
con la inglesa dividida esta en un centenar de casas ri-
369
Madrid Cfeníljeo
vales y entorpecidas por las continuas desaTenencias
con sus obrero".
Sheffield, otro gran centro metalúrgico no está más
al abrigo de la invasión americana y recibe un número
importante de máquinas útiles de origen americano, si
bien es verdad que estos instrumentos les permiten tener más á raya á la nueva concurrencia. Por el contrario, las máquinas de coser americanas no tienen tan fácil salida en el mercado por tener que luciiar con las de
fabricación inglesa y alemana; más los yankis toman la
revancha con las máquinas de escribir que introducen,
por valor de 4.000 libras por semana.
También se hace sentir muy vivamente la concurrencia en las industrias eléctricas. El año pasado importaron
313 000 libras esterlinas de maquinaria y animada con
estos éxitos la casa americana Westinghouse acaba de
establecer una f;)b!ica cerca de Manchester en la que
empleará próximamente 5.000 obreros; no manifestándose la superioridad yanki solo en los aparatos de tracción, pues en cuanto á los telefónicos la administración
británica ha hecho recientemente un pedido considerab'e.
Y, finalmente entre otras industrirs podemos citar
la de telas de algodón cuya importación te elevó á 25.006
libras en el mes de Enero del año actual siendo doble
que en el anterior, la dezapatos, la de instrumentos de
música, la de relojeria, la de muebles, tapicería y medimentos qne también sumían una cantidad respetable y
la de blusas para señoia en que una sola casa inglesa
compró á los Estados Unidos por valor de más de 57.000
libras.
Ahora bien, si profundizamos en el estudio de la rajón de estos éxitos en la competencia con Inglaterra
pueden atribuirse no sólo á la valentía para adoptar los
métodos y descubrimientos más recientes, sino á la
abundancia de hulla y de las primeras materias, á las
tarifas protectoras y á la facilidad en los transportes.
Motores do olas
cutar simultáneamente un movimiento de aspiración
y otro de balanceo. El motor consiste en una especie de
caldero de hierro de cerca de 0,60 me ros de diámetro,
cuya base está dispuestademaneraque pueda roblonarse
sobre el puente de un buque ó sobre una plataforma flotante. El pedestal contiene pistones enlazados por palancas ó cuchillos metálicos interiores que rodean una plataforma ahuecada, en el centro de la cual se halla el pivote de báscula. Esta plataforma soporta una esfera de
68 kilogramos de peso.
La experiencia ha demostrado que el más ligero movimiento del agua es suficiente para desplazar la esfera
y producir el movimiento oscilatorio. Cada uno de estos
desplazamientos pone en juego uno ó varios de loscuchi
líos. Estos decienden sucesivamente y hacen mover las
palancas. Cuando bajan estas últimas accionan los pistones de las bombas y cuando estos suben, elevan los martillos que un fuerte resorte deja caer enseguida contra
la campana. Cualquiera que sean las condicione i en que
funcione el aparato, dos de sus pistones se hallan siempre
al final de su carrera, y dos están al principio. Las diferentes pruebas á las cuales este motor ha sido sometido, permit'»n asegura- que, para mar encalma, el número de golpes dado sobre la campana no es menor de 18 á
22 por mir uto. La fuerza motriz está evaluada en un
décimo de caballo de vapor, por consecuencia, otros motores más poderosos, de no difícil construcción, permitirán obtener la fuerza necesaria para efectuar los diversos trabajes á que sus inventores lo destinan. Un aparato más potente que el que procede y construido según
el mismo principio se utiliza ya para diversos usos.
E motor ha sido igualmente ersayado con éxito como
boya sonora. M. Bauning ciee que, en las épocas de calma, una campana podrá ser golpeada por su motor, resultado que no ha podido ser obtenido hasta ahora con
ninguno de los demás sistemas de señales sonoras. Desde
luego, aún en aguas tranquilas, la campana ha sonado
16 veces por minuto y se evalúa que para tiempos duros
el múmero de percusiones aumenta en la proporción de
1 á 40. De aquí se deduce lo conveniente de señales de
esta naturaleza en las costas en que las brumas son frecuentes, y es tanto más fácil multiplicar estas señales
sonoras, cuanto que el co'^te de coubtrucción de este aparato es pequeño y su solidez muy considerable.
—<>t^íUl(>>>í>-—
En estos últimos años se han hecho numerosos ensayos
para utilizar como fuerza motriz el movimiento ondulatorio del mar. Estas experiencias no han dado gran resultado hasta hoy, principalmente á ciusa de la irregu*
laridad de la energía obtenida. Se habla, sin embargo,
de una reciente invención que parece llamada á utilizar
prácticamente una fuerza que no es conocida hasta hoy
más que por sus efectos destructores.
Buscando un motor automático para señal sonora, los
inven'ores M. M. Hancock Banning y Frank Carey han
ideado el nuevo motor que funciona en la bahía de Avalen. Este motor, dice M. llolder, tiene una triple aplicación: acciona una boya de campana, al mismo tiempo
eleva el agua del mar, que, almacenada en grandes depósitos, sil ve para el riego de la ciudad y puede en fin,
emplearse para mover las bombas de achique en los buques. Como se vé el aparato está construido para eje-
EL PLATINO
La escasez de platino, más acentuada cada día, y e.
alza continua del precio del mismo metal, empiezan á
causar cierta zozobra en la industria fabril. Este meta
h\ llegado a ser tan necesario en la industria que, después del hierro, el estaño, el cobre y el plomo, ningún
otro se echaría <'e menos tanto si llegara á faltar. En la
química, es poco menos que indispensable, especialmente para purificar el ácido sulfúrico, para lo cual se
usan retoi tas de platino que suelen costar hasta 10.000
duros cada una. Para el químico analítico, el platino,
en una ó en otra forma, es absolutamente necesario.
Tampoco se concibe qué harían los electricistas si ese
370
Atadnd Ctentiflco
metal les faltara (toda vez que él es el unir o alrededor
del cual se puede fundir el vidrio sin que se quiebre al
enfriar, y esta es la razón de que se le encuentre en todas las lámparas incandescentes. El platino se usa también mucho en medicina.
Una de sus más valiosa? propiedades es la resistencia
que ofrece á las temperaturas muy altas, y la de ser
inatacable f or los ácidos y demás substancias químicas,
con excepción del agua regia. En la fotografía constituye uno de los ingredientes modernos más usados y se
consume en tan grandes cantidades que el Reichtag alemán ha llegado á deliberar sobre la conveniencia de pro
hibir su empleo en ese arte porque la fotografía se puede ppsar sin él y al usarlo perjudica á las industrias en
que es esencial. Su precio se ha triplicado en pocos años,
siendo ya superior al del oro.
El platino se descubrió por primera ve/, en el distrito
del Choco, en Colombia, de donde, en 1735, lo trajo á
España el teniente general D. Antonio de Ulloa, fundador del primer gabinete de historia natural que hubo en
Madrid y del primer laboratorio metalúrgico.
Los naturales de Colombia lo usaban para hacer espejos y objetos Je adorno personal. En 1822 se descubrieron los yacimientos de las montañas Urales, en Rusia, y
esas dos regiones son todavía las que producen la mayor parte del que entra en el mercado. Rusia contribuye
á la producción universal con el 80 por 100. Después se
ha encontrado también en California, Oregón, Colombia británica y la Nueva Gales del Sur,pero en cantidades muy pequeñas. Hasta ahora sólo se ha podido encontrar un verdadero mineral de platino, que es la platina ó esperilita; casi todo el que se extrae de'las minas
se encuentra en pepitas en los depósitos aluviales de
oro. El mineral de que tratamos se encuentra en la mina
de Vermillion, en Ontario, Canadá, y no se ha visto en
ninguna otra parte.
A excepción de otros dos metales—el osmio y el iridio, que se encuentran siempre asociados con él, el platino es el más pesado de los metales. La propiedad á
que el platino debe principalmente su valor mercantil
es la resistencia á la fusión, pues que no se funde hasta
los 1.775 grados centígrados, y cuando se liga con el iridio, es todavía más refractario. Para fundirlo hay que
valerse del arco eléctrico ó del soplete de oxidrógeno.
Además tiene la ventaja de que no se empaña como
otros metales, y por esa razón se usa mucho en los aparatos eléctricos para hacer buenos contactos.
Nuevo procedimiento para obtener
Alúmina.
El «Aluminium World,» órgano especial de la industria del aluminio, publica la descripción de un procedimiento patentado por Mr. Rothsberg, para extraer la
alumina de la arcilla. Si, como el autor parece suponer,
resulta así barata la primera materia del aluminio, el
nuevo sistema tendrá mucha importancia. A primera
vista le vemos el inconveniente de la desproporción que
nos parece resultará entre la cantidad de alúmina producida, y la cantidad del producto secundario, de cuya
venta suponemos dependerá d b.ijo coito supuesto al
producto principn.1: en cuanto al yeso,puede ser vendible
en cualquier cantidad, pero la barita es otra cosa. He
aquí ahora la descripción del procedimiento redactado
con suma claridad.
Como preliminar á la descripción de mi procedimiento deseo manifestaros—dice el autor—que á pesar de la
rapidez con que crece el empleo de la alúmina en las
artes, su producción es bastante costosa, pues prácticamente, toda procede de la bauxita por un procedimiento
un tanto caro, además de que la bauxita solo se encuentra en un número limitado de localidades. Es por lo tanto, muy de desear que se encuentre un método más barato de obtener alúmina, y la invención de que voy á
tratar tiene por objeto producirla de la arcslla común
que por todas partes se encuentra.
La arcilla se trata por ácido sulfúrico, usando cualquiera de los medios bien conocidos para formar sulfato
de alúmina, que se separa por lixiviación. La disolución
acuosa de sulfato de alúmina es el punto de partida de
mi procedimiento; pero puedo emplear igualmente el
sulfato de alúmina de cualquier otra procedencia. La
disolución se introduce en cubas ó estanques apropiados,
y se agrega una cantidad próximamente igual de cloruro de cal sólido, ó, mejor aún, disuelto en agua. Esta
mezcla produce una reacción cuyos productos son: sulfato de cal que se deposita y cloruro de alúmina que por
ser soluble queda en estado líquido. De este cloruro de
alúmina, extraigo yo alúmina pura, tratándolo por cal
viva, sea en la forma sólida ó en la de lechada cal.
El sulfato de cal que resulta de esta operación, es utilizable para obtener excelente yeso, separándolo por fil •
tración del cloruro, lavándolo y calcinándolo á la temperatura conveniente. La precipitación no es completa, y
queda un resto de sulfato de cal disuelto en el cloruro de
alúmina. Para eliminarlo después de haber reposado el
sulfato sólido, agrego á la disolución una pequeña cantidad de cloruro de bario, sea sólido ó disuelto en agua,
en cantidad bastante para precipitar el sulfato y dejar
en el cloruro de alúmina un ligero exceso de cloruro de
bario, el cual no perjudica á las operaciones siguientes
á que se destina el cloruro, mientras que el sulfato de
cal si seria perjudicial. El sulfato de bario precipitado se
extrae por filtración y después de lavado queda un producto de muchas aplicaciones, conocido por «barita pre
cipitada.» A la disolución de cloruro de alúmina purificada se le agrega cal viva ó en estado seco ó en lechada,
según se crea más conveniente. La reacción que tiene
lugar hace que se precipite la alúmina, y quede disuelta la cal en estado de cloruro de cal. Esta alúmina,
después de separada del cloruro de cal por cualquiera de
los medios de filtrar, lavada y calcinada, es una primera materia superior para la fabricación de aluminio metálico y para todas las aplicaciones en que S Í exige alúmina pura. El cloruro de cal líquido que resulta ea el último paso del procedimiento se vuelve á la cuba para
volverlo á emplear como antes para precipitar el sulfato
de calcio; de modo que no hay pérdida de cloruro de cal.
Madrid Oíentíjko
ENTRETENIMIENTOS
371
Notas Varias
El grafito artificial.
Cálculo integral.
De la expresión,
i/ =
x
se deduce por Jos procedimientos del cálculo diferencial,
dy = mx'^-^
dx
cuya integral es inmediata.
Análogamente de la expresión,
z = f(x, y)
se deduce,
dz
^ , d z
dz= ~—• dx + -j— d y
dx
dy
cuya integral también debe ser inmediata.
Proponemos hallar dicha integral, empleando únicamente el razonamiento que nos conduzca á ella, es decir, sin escribir ningún cálculo.
Advertimos que esta cuestión no se propone con carácter de originalidad, no solamente no le tiene, sino que
seguramente se encontrarán en el mismo caso otras muchas integrales, no estudiadas hasta ahora, con el necesario detenimiento.
La solución que con suficiente claridad y menor número de palabras lo resuelva, se premiará con medio
año de suscripción á MAtaio CiENT/f ico.
Fauslmo Díaz de Rábago.
Sociedad aCompañia eléctrica de Barcelona-n.—Los ingenieros industriales D. Juan Soler y Soler y D. Miguel
Balcells han formado una Sociedad que g rara bajo la
razón social de «Soler y Balcells», y cuyo objeto será la
fabricación y venta de toda clase de máquinas y aparatos eléctricos, máquinas hidráulicas y todos los accesorios á ellas inherentes, instalaciones eléctricas, representaciones y comisiones, y en general toda clase de
operaciones que en cualquier forma se relacionen c«n
con las ya indicadas.
Dicha Sociedad llevará la denominación de «Compañía eléctrica de Barcelona», y será continuación de la
que giraba bajo el nombre de E. Tejedor y C." Sociedad
en comandita.
Se ruega á los señores suscriptores avisen
oportunamente k s cambios de residencia
para evitar retraso ó interrupción en el recibo de nuestra Revista.
Mr. Fitzgeral ha leído en la Sociedad de la Industria
Química ds Nueva York una Memoria sobre la fabricación del grafito artificial, tal cual la practica Mr. Acheson en su instalación del Niágara. Ei descubrimiento
tuvo origen en la observación de que al producir carborundo en su horno, casi siempre resultaba una cierta
cantidad de grafito, y el examen de éste hizo conocer
que procedía de la descomposición del carburo de silicio
Hoy se emplea, desde luego, carbón que se introduce en
un horno eléctrico de construcción especial, cuya temperatura se eleva lo bastante para la conversión en grafito. El horno es una canal larga y estrecha, de ladrillo
revestido de materiales refractarios. A cada extremo se
establece un terminal compuesto de 25 barras de carbón
cada una, de0m.05 de lado y 0m.85de largo,loscualesse
conectan con la barra que conduce la corriente que llega
á ella por medio de gruesos cables de cobre.
La primera materia de la producción del grafito artificial es la antracita, con la cual se carga el horno, pero
en el centro de la carga y todo á lo largo del canal se
colocan barras de carbono para facilitar el paso de la
corriente, porque la antracita fría es mala conductora.
Por la elevación de la temperatura la antracita se convierte en grafito, porque una parte de los componentes
de la ceniza se volatiliza, resultando el grafito artificial
con ley de 90 por 100 de carbono. Si se quiere prolongar la opeíación se puede llegar á grafito con carbono
puro. El grafito es mejor conductor que el carbono
amorfo, y se puede emplear una corriente de 40 amperios por centímetro cuadrado sin calentar con exceso los
electrodos de grafito.
Altura y velocidad de las nabes.
Según un interesante artículo de la revista Ciel ei
'Ierre, una serie de observaciones y medidas efectuadas
en Bossecop, en Noruega y en Manila, demuestran que
la altura y velocidad de las diferentes especies de nubes
varían con la latitud. Los cirrus son los más elevados:
en verano se mantienen en Bossecop á más de 7 kilómetros de altura y marchan con una velocidad de 18 metros por segundo. En Manila están á 12 kilómetros y
tienen una velocidad de 14,6 metros por segundo. Los
cirro-cúmulos están en Noruega á 4,5 km. de altura y
marchan á razón de II metros por segundo. Los valores
correspondientes en Manila son: 5,6 km. y 6,4 m. por
segundo. Las nubes inferiores, en fin, están á 10 kilómetros del suelo en Noruega y marchan con una velocidad de 7 metros por segundo, mientras que en las F i lipinas, donde alcanzan una altura media de 1,7 kilómetros, su velocidad es menor, ó sean 5 metros por segundo. Se han visto en esta última estación cirrus á 20,4
kilómetros de altura, mientras qne en Bossecop no pasan nunca de 11,8. En las dos estaciones los nubes marchan tanto más deprisa cuanto ostán más elevadas.
Tinta refractaria.
En el departamento de Massachusets.(Estados Unidos),
los reglamentos prescriben el empleo en las administraciones del Estado de una tinta absolutamente refractaria á la acción de los elementos atmosféricos
372
Madrid CUníl/lco
Des^pués de largas pruebas fe han quedado con la composición siguiente; 23,4 partes (en peso) de ácido tánico,
77 partes de ácido gálico cristalizado, 30 partes de sulfato dt hierro, 10 partes de goma arábiga, 25 de ácido
clorhídrico diluido, una parte de ácido fénico y 902,9 de
agua. Hacer una mezcla bien intima de estos diferentes
cuerpos. Bastan las experiencias hechas para probar lo
que puede resistir la tinta asi compuesta. Los escritos
con esta tinta fueron enseguida expuestos durante seis
mo^es al sol debajo de cristales; ilespués se quitó el vidlio y se colocó durante seis metes á todas las intemperie?. Se sumergieron en agua, luego en alcohol y, finalmente, en una mezcla de agua y alcohol. La tinta victoriosamente resistió á éstas pruebas, sin borrarse ni exteniierse.
Gastos de consírucción en los Tranvías electrices.
eléctrica necesaria para operar todo el s-istema de ferrocarriles elevados de New York. La fuerza desarrollada
por estos monstruos mecánicos, transportará millones
de pasajeros.
M^t KSON/IL
Ingenieros
Han sido nombrados inspectores generales de primera clase, jefes de administración de la misma clase, Don
Evaristo Churruca, D. José Aguirre Lequerica y Don
Cesarlo Lloren».
Han solicitado el reingreso en el servicio del Estada,
D. Pedro Pablo de Alarcón y D. Ramón de Aguinaga y
se ha concedido á D. Eduardo López Navarro.
H;in sido trasladados: D. Gregorio Barrios Sánchez
de Falencia á Cuenca y D. Jote María Méndez Vigo, de
Oviedo a Avila.
Como consecuencia de largos estudios económicos
eftctuados en 12 lincas diferentes de trar.vias con tracción eléctrica, ha obtenido Mr. Ilyan los siguientes interesantes datos, que publica Eleclrical Review:
Los gastos de las máquinas se elevan á 193 marcos por
caballo de vapor; los del equipo eléctrico de la central
á 80,50 marcos por kilovatio; el total de los gastos de la
estación central á 838 marcos por líilovatio (descontando el precio del edificio), y los de la linea, siendo de
vía simple, á 31.500 marcos por kilómetro y á 63.000 en
caso de doble vía; los cables de alimentación, postes y
demás material de línea representan un gasto de 6.745
marcos el kilómetro de vía sencilla y 8641 el de ladoble;
los precios del equipo eléctrico de cada carruaje oscilan
entre 2.975 y 4.250 marcos, segtín las dimensiones de los
motores.
Los gastos de producción de la energía son en extremo variables en el motor empleado; Mr. Ryan los supone (sin contar intereses ni amortización) de cuatro phennings por kilavatio hora (100 phennings = 1,23 francos) y los de tracción 3J plieenings por kilómetro y
carruaje.
Han sido nombrados ingenieros segundos y destinados a la primera y cuarta divisiones respectivamente,
D. José Blanco y D. José Lassala.
La máquina más grande del Mundo.
Servicio Agronómico
La máquina más grande del mundo que hasta hoy se
ha construido tervirá para producir electricidad para
mover ferrocarriles elevados de la ciudad de New Yoik.
La planta de eta instalación constara de 8 máquinas casi
iguales y substituirán á las 225 locomotaras comumes
actualmente en servicio en dichas líneas. Se han necesi
tado furgones de ferrocarril para transportar las diferentes piezas ÚA este mastodonte mecnico.
La fuerza de esta máquina que es capaz de desarrollar
en un período de tiempo indefinido está calculada en
15.000 caballos de vapor; trabajará á la velocidad de 76
revoluciones por minuto, moviendo una dinamo sistema westinghouse montada en el eje principal. El diámetro de Cbte eje mide 37 pulgadas, y los soportesjóchuma
ceras en que descansa tienen cada uno 34 pu'gadas de
diámetro por 5 pies y 4 pulgadas de largo. El peso del
eje, con las partes movibles del generador, es de 250 toneladas, y el peso de la máquina completa, incluyendo
el generador eléctrico, tiene un peso total de 1.500 toneladas. Las 8 máquinas de esta clase que formarán la
instalación ya mencionada, producirán la corriente
Sobrestantes
Han solicitado permuta D. Antonio Morón Fernández
que sirve en Granada y D. Jote Sagra y Cuadrado en
Iluelva.
Interventores
Ha solicitado volver al servicio activo, D. Francisco
Coronado.
Ingenieros mecánicos
Han sido nombrados ayudantes cuartos en las 2 plazas
anunciadas en la Gacela del día 2, D. Eduardo Alemany
y D. José García Fermández números 69 y 97 del escalafón de peritos agrícolas.
MONTES
Ha quedado sin efecto el destino del ingeniero segundo D. José vi. Vinnesa, al distrito de Oviedo y en su lugpr se ha dispuesto que preste sus servicios en Cuenca.
Ha sido destinado al distrito de León D. Carlos Cattell.
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D. F. E —Bircelona. Remito número?.
Sra. V. deS. G.—Belmez.—Id id.
Imp. de I. Moreno Cruzado. - Blasco de Garay, 9