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Transcript
EL MOVIMIENTO POP*
LA JUVENTUD INSPIRADA POR EL CONOCIMIENTO
*SIGLAS DE PROTEGE NUESTRO PLANETA EN INGLÉS
Los ecosistemas del planeta están siendo degradados y
dañados rápidamente por la actividad humana que causa
el cambio climático. Nuestras acciones someten a la gente
y a la economía a mayores riesgos con perspectivas de
mayor severidad si no tomamos la acción adecuada y
oportuna. Para enfrentar este reto, el Movimiento POP se
enfoca en acciones mundiales basadas en el
conocimiento. Dado que los menores de 15 años son dos
mil millones, son ellos quienes deben estar a la vanguardia
pues es su futuro el que está en juego.
El Movimiento POP es una iniciativa del Dr. R. K. Pachauri,
Director Ejecutivo y Fundador del Instituto sobre Energía y
Recursos (TERI) y Director Fundador del Instituto Yale
sobre Clima y Energía (YCEI). Ha sido profesor en los
Estados Unidos, Finlandia, Japón, Malasia, México, India
y otros países. Del 2002 al 2015 presidió el Panel
Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) y a su
nombre, recibió el Premio Nobel de la Paz en el 2007. El
Dr. Pachauri ha recibido 25 doctorados honorarios y
reconocimientos de prestigio de los gobiernos de India,
Bélgica, Finlandia, Japón, México e Italia, entre otros. Ha
publicado 30 libros y más de 300 artículos académicos. La
conexión del Dr. Pachauri con la juventud mundial y su
preocupación por el futuro constituyen la fuerza impulsora
del Movimiento POP.
Los recursos naturales de la Tierra y sus ecosistemas se
encuentran bajo una presión creciente causada por la
actividad humana. Mientras el crecimiento de la población,
particularmente desde el inicio del siglo pasado, no tiene
precedente alguno, el principal impulsor de los impactos
crecientes sobre el ambiente y los recursos naturales ha
sido esencialmente, el crecimiento en la producción y el
consumo de mercancías y servicios. Los ingresos mayores
a lo largo del planeta junto con el crecimiento poblacional,
han aumentado la demanda de una gama de mercancías
que era desconocida en el pasado. Hace alrededor de
doscientos años, la población mundial era menor a mil
millones. Max Roser indica que el crecimiento de la
población entre 1900 y 2000 fue tres veces más grande
que el aumento durante toda la historia previa de la
humanidad –en sólo 100 años la población mundial creció
de 1,500 a 6,100 millones. Hoy somos más de 7 mil
millones y las proyecciones indican que posiblemente la
población se estabilice entre 9,000 y 10,000 millones en las
décadas futuras.
La huella de la humanidad sobre los ecosistemas
terrestres se expande con una tasa alarmante. El Fondo
Mundial para la Naturaleza (WWF) publica anualmente un
reporte sobre la vida en el planeta (Living Planet Report,
LPR) que en el 2014 establece que durante 40 años, la
demanda de la humanidad ha excedido la biocapacidad
terrestre. Estima que necesitaríamos 1.5 Tierras para
satisfacer las demandas actuales de la humanidad sobre los
recursos. Si bien esta cuantificación de la huella ecológica
de la humanidad es debatible, lo que es importante resaltar
es la cruda realidad de que seguimos una vía que es
insostenible.
Lo que la situación actual representa, no es la afirmación
ideológica de ecologistas azorados y activistas
ambientales, sino una oportuna advertencia de las
mayores consecuencias económicas que se tornarán cada
vez más negativas.
La carga que la actividad humana pone actualmente sobre
los irreemplazables recursos terrestres es fundamental
para asegurar el bienestar económico de ésta y las
generaciones futuras. No es posible, en términos
prácticos, poner valor económico a los servicios que nos
proporcionan los ecosistemas para el beneficio de la
humanidad. Sin embargo, el valor de la preservación y
mantenimiento de la salud de los ecosistemas se ve
reflejado en el LPR: ”Los bosques, por ejemplo,
proporcionan abrigo, sustento, agua, combustible y comida
a 2,000 millones de personas directamente.” Igualmente,
“Los ecosistemas marinos soportan más de 660 millones
de empleos globalmente y son una fuente importante de
proteína, particularmente en los países en desarrollo.”
Photo credit: Ethan Daniels (Shutterstock)
La actividad humana ha tenido impactos serios sobre los recursos naturales terrestres. Si por ejemplo, consideramos la
contaminación del agua, La Enciclopedia de la Tierra (EoE, http://www.eoearth.org/) señala que actualmente, la alteración
adversa a la calidad del agua produce enfermedad y mortalidad a gran escala, siendo responsable de 50 millones de muertes
anuales en el mundo, aproximadamente; ocurriendo la mayoría de ellas en África y Asia. Adicionalmente indica que en
China por ejemplo, cerca del 75% de la población (1,100 millones de gentes) no tienen acceso a agua potable, de acuerdo a
los estándares propios de China. Existen sin duda, fenómenos naturales que contaminan el agua, pero son una parte muy
pequeña del problema global. Los microbios son la fuente más extendida de enfermedades causadas por la contaminación
de los ríos y aunque su origen se pueda erróneamente confundir como natural, en realidad es la intervención humana la que
permanece como fuente preponderante. A este riesgo creciente de enfermedades transmitidas por el agua, debe añadirse
el aumento de la contaminación química de los acuíferos y del agua superficial que produce la actividad humana, incluyendo
los inaceptables niveles de mercurio que provienen de la minería, los compuestos nitrogenados usados en la agricultura, las
moléculas orgánicas cloradas que surgen de los drenajes o de las plantas de tratamiento de agua, o varios ácidos que son las
externalidades de varias actividades de fabricación, según la EoE.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó en el 2016 un reporte estimando un total de 8 millones de muertes al
año debidas a la contaminación del aire. Éste es quizá un número muy conservador y las muertes sean muchas más; en
cualquier caso, estas muertes no proporcionan alguna apreciación de los altos niveles de morbilidad en la forma de
enfermedades de las vías respiratorias, enfermedades del corazón y una gran variedad de otras condiciones médicas que
resultan de la inhalación de aire contaminado durante largos períodos. Si bien este es sin duda un problema mundial, la OMS
encontró que en los países de ingresos bajos e intermedios en las regiones del sureste de Asia y el Pacífico Occidental, la
contaminación ocasionó en el 2012 la mayor mortandad: 3.3 millones ligadas a la contaminación del aire en interiores y 2.6
millones por la contaminación en exteriores.
Photo credit: Nishant Jain
Photo credit: Hung Chung Chih (Shutterstock)
Encima de que la sociedad humana imponga estos serios
problemas a la Tierra –el único planeta en el que podemos
vivir y optimistamente sobrevivir— nos enfrentamos
ahora al formidable reto del cambio climático inducido por
la humanidad. El Panel Intergubernamental de Cambio
Climático (IPCC) que presidió el Dr. Pachauri de 2002 a
2015 –casi la mitad de la existencia de esta notable
organización— ha proporcionado irrebatible evidencia
científica sobre la naturaleza y extensión del cambio
climático, y sobre los riesgos que amenazan a las especies
vivientes, riesgos que emanan de seguir como si nada
ocurriese, y los pasos a seguir para enfrentar este reto y
lograr una existencia segura a la especie humana y la
supervivencia de las demás especies sobre el planeta. El
Quinto Reporte de Evaluación (AR5) del IPCC, cuya parte
final –la Síntesis del Reporte (SYR)— fue publicada por el
Secretario General de las Naciones Unidas, Ban
Ki-Moon el 2 de noviembre del 2 0 1 4 , proporciona
algunos descubrimientos profundamente significativos
y que requieren de atención inmediata:
Durante cada una de las tres últimas décadas, la superficie
de la Tierra ha estado sucesivamente, más caliente que
durante cualquier otra década desde 1850. El lapso de 1983
a 2012 fue probablemente el período de 30 años más
caliente de los últimos 1,400 años en el hemisferio norte
(donde tal aseveración es posible). El calentamiento del
océano domina el aumento en la energía almacenada en el
sistema climático, representando más del 90% de la energía
acumulada entre 1971 y 2010, y sólo un 1% almacenada en
la atmósfera.
Promedio global de la temperatura superficial
de tierra y océano (AR5 WGI SPM)
del mar se elevó 0.19 m (0.17 a 0.21); desde mediados del
siglo XIX, la tasa de elevación ha sido mayor que la tasa
p ro m e d i o d u r a n t e l o s 2 m i l e n i o s p rev i o s .
Las emisiones antropogénicas de gases de efecto
invernadero han aumentado desde la era preindustrial,
impulsadas principalmente por el crecimiento económico
y el poblacional, y son mucho más elevadas que nunca. Ello
ha conducido a concentraciones atmosféricas de bióxido
de carbono, metano y óxido nitroso sin precedente alguno
en al menos los últimos 800,000 años. Sus efectos, junto
con los de otros impulsores antropogénicos, han sido
detectados en todo el sistema climático y es
extremadamente probable que hayan sido la causa
dominante del calentamiento observado desde mediados
del siglo XX.
Durante el período 1992 a 2011. Las capas de hielo en
Groenlandia y la Antártida han estado perdiendo masa,
probablemente con una tasa mayor del 2002 al 2011. Los
glaciares han continuado encogiéndose en casi todo el
planeta. Durante el lapso de 1901 a 2010, el nivel promedio
*Protect Our Planet
CUANDO SE USA EL TÉRMINO EXTREMADAMENTE PROBABLE, A DICHA AFIRMACIÓN
SE LE ASIGNA UNA PROBABILIDAD DEL 95%
Photo credit: Discovod (Shutterstock)
Desde 1950 se han detectado cambios en muchos eventos
extremos en el tiempo y el clima.
Algunos de estos cambios se han ligado a la influencia
humana, incluyendo un decremento en el extremo frío de
temperatura, un aumento en el extremo caliente de
temperatura, un aumento en niveles del mar
extremadamente altos y un aumento en eventos de
precipitación torrencial en un número de regiones.
Continuar emitiendo gases de efecto invernadero causará
un calentamiento mayor y cambios de larga duración en
todas las componentes del sistema climático, aumentando
la probabilidad de impactos severos, omnipresentes e
irreversibles para la gente y los ecosistemas. Limitar el
cambio climático requerirá reducciones substanciales y
sostenidas de gases de efecto invernadero que, junto con
medidas de adaptación, puedan limitar los riesgos del
cambio climático.
Se proyecta que la temperatura superficial se eleve
durante el siglo XXI bajo todos los escenarios de
emisiones analizados. Es muy probable que las ondas de
calor ocurran más a menudo y duren más tiempo y que los
eventos de precipitación extrema se vuelvan más intensos
y frecuentes en muchas regiones. El océano continuará
calentándose y acidificándose y el promedio global del
nivel del mar continuará subiendo.
El aumento en el promedio global de la temperatura
superficial para final del siglo XXI (2081-2100) con
respecto al promedio de 1986 a 2005, será probablemente
de 0.3 a 1.7 0C bajo el escenario de mayor mitigación, de
1.1 a 2.6 0C en el escenario de mitigación moderada, de
1.4 a 3.1 0C bajo una mitigación menos rigurosa y de 2.6 a
4.8 0C bajo la mitigación menos ambiciosa. El Ártico
continuará calentándose más rápidamente que el
promedio global. Para finales del siglo XXI, los modelos del
sistema terrestre proyectan un aumento global en la
acidez del océano bajo los 4 escenarios especificados por
el IPCC, con una ligera recuperación en la segunda mitad
del siglo bajo el escenario con la mayor mitigación. La
disminución en el pH en la superficie del océano está en el
rango de 0.06 a 0.07 (aumento en acidez del 15 al 17%), de
0.14 a 0.15 (38 a 41%), de 0.20 a 0.21 (58 a 62%) y 0.30 a
0.32 (100 a 109%) para los cuatro escenarios,
respectivamente. Se puede observar que el último de los
escenarios, seguir como si nada ocurriese, conduciría a un
mayor daño de la vida y ecosistemas marinos. A lo largo de
todo el planeta, los arrecifes de coral ya han sufrido un
daño importante y la migración de la vida marina, como los
bancos de varias especies de peces, ya ocurre en gran
escala.
Una gran fracción de especies se enfrenta a riesgos de
extinción crecientes debido al cambio climático durante y
después del siglo XXI, especialmente porque el cambio
interactúa con otros estresores. La mayoría de las
especies vegetales no puede desplazar en forma natural
sus rangos geográficos con la suficiente rapidez para
mantenerse al día con las tasas actuales y futuras de
cambio que se proyecta ocurrirán en la mayoría de los
ecosistemas.
Muchos aspectos del cambio climático y los impactos
asociados, continuarán por siglos aún si las emisiones
antropogénicas de gases de efecto invernadero se anulan.
Los riesgos de cambios abruptos o irreversibles aumentan
a medida que la magnitud del calentamiento crece.
La toma efectiva de decisiones para limitar el cambio
climático y sus efectos puede basarse en un amplio rango
de enfoques analíticos para evaluar los riesgos y beneficios
esperados, reconociendo la importancia de la gobernanza,
las dimensiones éticas, la equidad, juicios de valor,
evaluaciones económicas y percepciones y respuestas
diversas a los riesgos y las incertidumbres.
Photo credit: Bernhard Staehli (Shutterstock)
La adaptación puede reducir el riesgo de los impactos del
cambio climático pero existen límites a su efectividad,
especialmente a mayores magnitudes y tasas de cambio. El
tomar una perspectiva a largo plazo, en el contexto de
desarrollo sostenible, aumenta la probabilidad de que las
acciones de adaptación más inmediatas mejorarán las
opciones y preparación futuras.
Retrasar la mitigación adicional hasta el 2030 aumentará
considerablemente los retos asociados con el propósito
de limitar el calentamiento durante el siglo XXI a menos
de 2 0C con respecto al nivel preindustrial. Requerirá tasas
de reducción de emisiones mucho mayores entre el 2030
y el 2050; una adopción mucho más rápida de la energía
baja en carbono durante el mismo lapso; una mucho mayor
dependencia de la remoción de bióxido de carbono a largo
plazo, y mayores impactos transicionales y económicos a
largo plazo. El acuerdo de París, acordado por casi todos
los países del mundo, se basa en las Contribuciones
Voluntarias Nacionalmente Determinadas (INDCs) que
esencialmente representan las acciones voluntarias que
cada país tomará para limitar el aumento de la
temperatura a 2 0C para fin de siglo respecto del nivel
preindustrial. Estos compromisos no son suficientes para
llegar al camino que conduzca a lograr un calentamiento
inferior a 2 0C para el 2100. Los únicos medios para reducir
los riesgos del cambio climático requerirán la acción de la
sociedad global a través de esfuerzos colectivos.
Los escenarios de mitigación que probablemente cumplan
con el objetivo de los 20C implican pérdidas en el consumo
global –sin incluir los beneficios de un cambio climático
reducido ni los co-beneficios o los efectos laterales
adversos de la mitigación—del 1 al 4% (mediana 1.7) en el
2030, del 2 al 6% (mediana 3.4) en el 2050 y del 3 al 11%
(mediana 4.8) en el 2100 con respecto a los escenarios
base de consumo que crecen entre 300 y 900% en el siglo.
Estas cifras corresponden a una reducción anualizada del
crecimiento en el consumo de 0.04 a 0.14% (mediana
0.06) en el siglo con respecto al crecimiento anualizado
del consumo de entre 1.6 y 3%. Claramente, éste no es por
mucho, un precio alto a pagar por la protección del planeta
¡el único disponible para vivir!
Las opciones de mitigación en cada sector están
disponibles y ésta puede ser más efectiva en cuánto a
costos si se usa integrando medidas que reduzcan el uso
de energía y la intensidad de gases de efecto invernadero
en los sectores de uso final, retiren el carbono del
suministro de energía, reduzcan las emisiones netas e
incrementen los sumideros de carbón en los sectores
terrestres.
Los co-beneficios y efectos laterales adversos de la
mitigación pueden afectar el logro de otros objetivos
como los relacionados con salud humana, seguridad
alimenticia, biodiversidad, calidad de ambientes locales,
acceso a la energía, sustento y desarrollo equitativo
sostenible.
La conducta, el estilo de vida y la cultura tienen una
influencia considerable sobre el uso de energía y las
emisiones asociadas, y un potencial de mitigación muy alto
en algunos sectores, en particular cuando se
complementan con cambios tecnológicos y estructurales.
Las emisiones se pueden reducir considerablemente a
través de cambios en patrones de consumo, la adopción de
medidas que ahorren energía, cambios en la dieta y
reducción en desperdicio de comida.
Enfrentar el reto del cambio climático conlleva cobeneficios importantes como una mayor seguridad
energética, niveles inferiores de contaminación a nivel
local con importantes beneficios en salud, protección de
ecosistemas y mayores oportunidades para alcanzar un
patrón de desarrollo que sea sostenible.
En la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre
Cambio Climático (UNFCCC) se logró un acuerdo en
diciembre del 2015 durante la 21ra Conferencia de las
Partes en París. El núcleo esencial del acuerdo reposa
sobre lo que varios países han propuesto como
Contribuciones
Voluntarias Nacionalmente
Determinadas (INDCs). Si bien la meta de limitar el
calentamiento a 2 0C para finales de siglo respecto del nivel
preindustrial se ha fijado en la COP21, no existen
objetivos vinculantes para que los países reduzcan sus
emisiones de manera que se asegure respetar dicho límite.
El acuerdo también incluye el deseo de evaluar los
impactos del cambio climático con la idea de no
sobrepasar un aumento de 1.5 0C respecto del nivel
preindustrial. Es muy posible por lo tanto, que a la luz del
nuevo conocimiento que proporcione el IPCC, se realicen
esfuerzos para que las INDCs alcancen un nivel superior
de ambición. Ello ocurriría sobre la base de iniciativas
impulsadas por el conocimiento en varios países y con la
población exigiendo mitigación más rigurosa que
motivaría a los gobernantes a alterar sus INDCs para
mantenernos debajo del límite de 1.5 0C. Considerando las
INDCs actuales, el mundo está muy por encima de la vía
que aseguraría el límite de 2 0C acordado. Esto significa
que el futuro del planeta depende a nivel global de lo que
cada estado nación este preparado para hacer. Ello a su vez,
dependerá de lo que la sociedad en cada país esté
preparada para comprometer como su contribución para
satisfacer este asombroso reto sin precedente al que nos
enfrentamos todas las especies de vida en la Tierra. Aquí
se encuentra la oportunidad para que la juventud tome el
liderazgo, algo que deben hacer porque es su futuro el que
está en juego. Se enfrentan a una rara oportunidad para
cambiar el mundo y ocasionar no sólo una reducción al
riesgo que es una consecuencia del patrón actual de
actividad humana y sus estilos de vida, sino también
implementar la acción de manera concertada sobre la cuál,
la vida mejoraría inconmensurablemente.
La población cuya edad es menor a los 15 años es de casi
2,000 millones. Cerca de 370 millones viven en India, 250
millones en China, 72 millones en Indonesia, 62 millones en
EUA, 62 millones en Paquistán, 50 millones en Brasil, 48
millones en Bangladesh y 22 millones en la Federación
Rusa. Estas cifras pueden sugerir que los países en donde
se debe concentrar la acción, son los que tienen el mayor
número de jóvenes, particularmente los menores de 15
años. Sin embargo, si se consideran las emisiones de CO2
per cápita, entonces son los países desarrollados los que
se encuentran muy por encima de los países en desarrollo
en términos de emisiones y consumo de energía. De
acuerdo a la información para el 2011 de la Unión de
Científicos Preocupados, Arabia Saudita emitió 19.65
toneladas de CO2 per cápita, Australia 18.02, los EUA
17.62, Canadá 16.24, Rusia 12.55, Corea del Sur 12.53,
África del Sur 9.42, Alemania 9.19, China 6.52 e India 1.45
toneladas de CO2 per cápita.
Dos consideraciones relevantes. La primera, desde la
mitad del siglo pasado, el paradigma del crecimiento que se
siguió en todo el mundo, incluyendo a los países en
desarrollo, ha sido dictado en mayor medida por estilos de
vida y aspiraciones impulsadas por el consumismo que
se importó de los países desarrollados. Por lo tanto, si
queremos hacer una diferencia alrededor del mundo, no
podemos tener un conjunto de niveles de consumo en el
mundo desarrollado y otro en los países en desarrollo. En
un artículo reciente de TIME (marzo 23, 2015) se
menciona que los EUA tienen el 3.1% de la población
global de niños, los cuáles compran el 40% de los juguetes
que se venden en el mundo.
La continuación de tal tendencia ¿Puede mantener la
promesa de que los niños crezcan conociendo la huella
que sus patrones de consumo le imponen a los
ecosistemas terrestres? Y los EUA no son los únicos que
siguen tal camino; la creciente clase de gente próspera en
los países en desarrollo persigue los mismos estilos de
vida consumistas, en ocasiones, aún más que los del mundo
desarrollado.
Photo credit: Veronica Louro (Shutterstock)
Existe ciertamente, la necesidad de educar a la juventud en todos los países sobre los imperativos para proteger al Planeta
Tierra.Y tenemos el conocimiento para hacerlo, como por ejemplo, el contenido en la Síntesis del reporte producido por
el IPCC en el 2014
Fue Einstein quien dijo que los problemas no se pueden resolver con el nivel de conciencia que los creó. Hoy en día, nuestra
conciencia y nivel de conocimiento nos han proporcionado los medios con los que podemos enfocarnos en el reto de
Proteger nuestro Planeta, aunque parezca difícil. Será la juventud quienes muestren el camino al resto de la sociedad.
Estamos al borde de una nueva era en la que el liderazgo provenga de la “juventud inspirada por el conocimiento”
¿Qué puede lograr el Movimiento POP?
El Movimiento POP puede asumir una posición a la vanguardia del cambio que es imperativo, urgente y no puede seguir
esperando. Éste será un movimiento global impulsado por la aceptación y asimilación del conocimiento sobre la naturaleza
del problema y los pasos que se requieren tomar dentro de un marco temporal que permita minimizar los riesgos a los
ecosistemas de la tierra, las especies que la habitan y las futuras generaciones. Para lograr involucrar a la juventud a lo largo
de todo el mundo, el Movimiento POP usará esquemas basados en el conocimiento y diseñados específicamente para (1)
las administraciones escolares, (2) los maestros de escuelas y universidades y (3) los estudiantes del nivel básico, de las
secundarias y de las universidades.
Salman Ahmad, líder del reconocido grupo musical Junoon, será miembro del Movimiento POP y realizará conciertos en
varias partes del mundo para apoyar al movimiento. El arte y la cultura en general, son medios relevantes a través de los
cuales se puede propagar el mensaje del movimiento; de manera que se invitará a artistas de todo el mundo para que
apoyen este propósito con su talento y tiempo. Junoon ya ha participado en varias partes, incluyendo la ceremonia de
entrega del Premio Nobel de la Paz en el 2007 y como una estrella del rock, Salman Ahmad será un importante miembro y
embajador del Movimiento POP, además de haber iniciado recientemente en Paquistán una exitosa campaña contra la
polio.
El Movimiento POP establecerá contactos con varios millones de jóvenes en el mundo y les proporcionará un flujo
continuo de conocimiento relevante para que puedan, por su parte:
1. Realizar acciones que minimicen las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEIs) e impulsen el uso eficiente de la
energía y un mayor uso de energía limpia.
1.1 Realizar acciones en este sentido en sus escuelas, secundarias y universidades, midiendo regularmente su progreso.
1.2 Ayudar a que sus familias cambien su forma de vida por una que sea sostenible y registrar el progreso en dicha via.
1.3 Difundir en sus comunidades individuales el conocimiento de porque es necesario un cambio, lo benéfico y simple que
resulta hacer dicho cambio y lo que se necesita hacer para lograr mejoras.
1.4 Bill Gates ha enfatizado recientemente el papel de los estudiantes en las escuelas para producir la innovación en el
sector energético, con lo que se reducirían las emisiones de GEIs.
El Movimiento POP animará a los estudiantes para que innoven y creen soluciones tecnológicas de las que informarán a
la coordinación del movimiento con la idea de recibir el reconocimiento adecuado.
1.5 Una encuesta reciente indica que los maestros en las escuelas, si bien están conscientes de la necesidad de tomar
acciones para lidiar con el cambio climático, no siempre están bien preparados con el conocimiento necesario para
impartirlo a sus estudiantes. Por lo tanto, se animará a los estudiantes para que hagan preguntas específicas que
impulsen a los maestros a adquirir el conocimiento necesario; el Movimiento POP proporcionará un conjunto de
información relevante a todos los maestros inscritos en el movimiento.
1.6 Se enviarán a la coordinación del movimiento en forma regular, reportes sobre los logros para que los jóvenes de todo
el planeta se vean beneficiados mediante la experiencia de otros que también están involucrados en estos esfuerzos
globales.
2.
Participar activamente en el “Intercambio de Innovaciones” que será parte del Movimiento POP. Estará constituido
por un banco de ideas y experiencias innovadoras mediante las cuales uno pueda dejar el camino trillado y proponer
nuevas formas de innovar para que podamos todos vivir de una manera sostenible. Los beneficios de la innovación
individual o en grupo deben llegar a todos los jóvenes del mundo y eso es precisamente lo que el Intercambio de
Innovaciones intentará realizar.
3.
Una vez al año, los estudiantes responderán enviando detalles de proyectos exitosos que hayan implementado en sus
colegios, escuelas, universidades, etc., al igual que en sus vecindades o comunidades. El formato para estos envíos se
especificará de manera que cada envío sea evaluado y un número limitado de ellos, representando los esfuerzos
sobresalientes y excelentes, sea seleccionado para su reconocimiento. Los seleccionados serán invitados a un evento
global anual en donde los estudiantes recibirán la distinción de Estrellas o Íconos POP y sus profesores la de Maestros
POP.
Salman Ahmad en Oslo, Noruega, con Sameer Chatterjee durante la ceremonia del Premio Nobel 2007 (izquierda) y con Mick
Jagger en Nueva York (derecha)
Designed by Harun Ahmed
Información adicional: Dr. R K Pachauri. Email: [email protected]
Photo credit: Veronica Louro (Shutterstock)