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DEBATE ¿De qué morimos? / JORDI SUNYER Y NINO KUENZLI
La contaminación en las urbes
L
os niveles actuales de contaminación atmosférica
en el área metropolitana
de Barcelona causan un
daño grave a la salud de los habitantes. La Conselleria de Medi Ambient ha propuesto medidas para reducir un 30% los niveles de contaminación en el área metropolitana,
con el fin de cumplir lo decretado
por la Unión Europea para el año
2010. El objetivo principal de la regulación de la UE es la protección
de la salud, aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS)
propone reducir a la mitad los niveles de la Unión Europea atendiendo a los hallazgos científicos.
En el año 1991 en un estudio en
el que participaron los cinco hospitales mayores de Barcelona ya observamos que en días con niveles
más altos de contaminación por
humos negros (partículas provenientes de la combustión del carbón y el diésel) el número de urgencias por causas respiratorias era
mayor que en días con poca contaJORDI SUNYER Y NINO KUENZLI
investigadores, Creal-IMIM
minación. Este hallazgo se corroboró posteriormente en un estudio internacional que incluía 34 ciudades europeas. Este nuevo estudio
desveló que durante los años 90 el
número de muertos diarios por
causas cardiacas y respiratorias
era en parte debido a los niveles de
contaminantes como las partículas. Además, en dichos días el número de urgencias por causas como el asma o el infarto de miocardio eran mayores. Con la aparición en los cinco continentes de
estudios que coinciden con estos
hallazgos hoy se da por sentado
que la contaminación del aire por
partículas respirables produce un
efecto agudo que acelera la muerte
de personas con un estado de salud
frágil. Los dos extremos de la vida,
los recién nacidos y la población
de más de 75 años con enfermedades crónicas del pulmón o el corazón serían los más vulnerables.
Hoy ya disponemos de explicaciones que permiten entender cómo
las partículas que generan los vehículos de motor y especialmente
los de tipo diésel dan lugar a una serie de reacciones en el organismo lla-
madas de estrés oxidativo que son
las responsables de procesos de inflamación a nivel de todo el organismo, más allá de los pulmones. Así,
en un estudio reciente en el que han
participado 190 supervivientes de
infarto de miocardio de Barcelona
hemos podido observar que en los
días con mayor contaminación se
EL NÚMERO DE
muertes atribuibles a
la contaminación es
superior al causado por
accidentes de tráfico
produce un aumento en los niveles
en sangre de proteínas que se generan cuando el organismo está respondiendo a una infección.
Hasta ahora la mayor parte de
los estudios se ha centrado en efectos relativamente agudos en personas ya enfermas. Sin embargo, en
los últimos años se están investigan-
do con mayor interés los efectos a
largo plazo de la contaminación atmosférica. La extrapolación de los
estudios en cohortes de centenares
de miles de voluntarios en Estados
Unidos ha permitido estimar que
la esperanza de vida entre habitantes de ciudades del norte o del sur
de Europa (con una contaminación
de hasta tres veces las de aquellos)
puede llegar a diferencias de hasta
un año y medio a dos años. Estos
estudios también han permitido calcular a la OMS las muertes atribuibles a los niveles actuales de contaminación atmosférica y hablan de
un número superior al causado por
los accidentes de tráfico. En un estudio realizado en 28 ciudades europeas, en las que medimos en la vivienda de cada uno de los participantes los niveles de contaminación, encontramos que al cabo de
diez años aquellos con mayor contaminación padecen con mayor frecuencia de bronquitis crónica. En
otro estudio, con voluntarios de la
población general estamos investigando si el grosor de la pared de la
arteria carótida se asocia a la contaminación. Ello tendría importan-
cia porque implicaría a la contaminación urbana en la formación de
arteriosclerosis como ocurre en modelos de experimentación con ratones. Es asimismo importante destacar los múltiples estudios en niños
que han encontrado un menor peso
al nacer, una mayor frecuencia de
enfermedades respiratorias y un
menor crecimiento de la función
pulmonar en aquellos que viven
más cerca del tráfico.
Lo anterior sienta las bases científicas que justifican las intervenciones de política ambiental del tipo
de las que se plantean ahora en Catalunya. En este sentido es muy importante destacar que se conocen
más de diez experiencias sobre los
beneficios que han seguido a intervenciones ambientales con una disminución de la contaminación, como una disminución de las enfermedades respiratorias en la ciudad
de Londres tras el control del tráfico en su centro. En resumen, la comunidad científica no tiene dudas
sobre los efectos perjudiciales de la
contaminación y hay un amplísimo
acuerdo sobre la necesidad de reducir la contaminación urbana.c