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Transcript
Embajada del Uruguay
Departamento Económico Comercial en México
TLCAN 20 años: éxitos, costos y
retos
IED queda a deber a 20 años del TLCAN
México captó 208,894 millones de dólares de Inversión Extranjera Directa (IED),
proveniente de Estados Unidos y Canadá, durante las dos décadas en que ha operado
el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). El monto representa
53.9% de los flujos totales de ese tipo de inversión productiva recibidos por la
economía mexicana.
La firma del acuerdo disparó la captación de estos recursos, sin
embargo, debido a los candados anti-IED, que hasta el año pasado
pervivieron en sectores como el energético y el de telecomunicaciones,
nuestro país se rezagó en ese rubro frente a otros países, lo que se
evidencia con la pérdida de peso de la IED que llega a México respecto
de la IED total en el mundo.
Examinados en periodos más largos, los flujos de IED escalaron
considerablemente en México, al pasar de un promedio anual de
alrededor de 3,000 millones de dólares, en el periodo 1980-1993, a uno
de casi 19,000 millones de dólares, para el periodo 1994-2012.
Eso en cifras absolutas. En las relativas queda mal parado en los
principales referentes. El porcentaje de participación de la IED recibida
en México respecto del total mundial fue de 0.9% en el 2012, el más bajo
en los últimos 20 años. También fue el resultado más pobre (1.8%), si se
consideran sólo los arribos de inversión en naciones en vías de
desarrollo.
En un análisis sobre los efectos del TLCAN, el Servicio de Investigación
del Congreso de Estados Unidos concluyó que este tratado pudo haber
ayudado a blindar las reformas mexicanas de apertura a las inversiones
foráneas realizadas en los 80 y principios de los 90.
También ofreció confianza a los inversionistas extranjeros, especialmente
a los estadounidenses y canadienses, al asegurarles un trato no
discriminatorio y dio ventajas recíprocas a los empresarios mexicanos en
ambas vías. No obstante, agregó, México no ha aprovechado todo el
potencial.
PESAN RESTRICCIONES
La Secretaría de Economía admitió que a pesar del incremento absoluto
en los flujos de IED, ésta ha disminuido su participación en el Producto
Interno Bruto (PIB), “lo cual puede explicarse por las restricciones que
persisten en determinados sectores”.
Según datos de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y
Desarrollo (UNCTAD, por su sigla en inglés), la IED captada por México
representó 1% de su PIB en 1993, un porcentaje que prácticamente se
mantuvo igual (1.1%) en el 2012. En contraste, esa misma relación pasó
de 0.9 a 1.9% considerando los flujos globales de IED y el PIB mundial
durante el mismo periodo.
“Tenemos que reconocer que estos dos elementos (el aumento del
comercio exterior y la inversión foránea) no han sido suficientes para
lograr darle al país el crecimiento y la generación de empleos que
requiere”, dijo Ildefonso Guajardo, secretario de Economía, quien
consideró que la apertura debió ir acompañada de reformas que
mejoraran la competitividad.
Antes de que México realizara, el año pasado, reformas en los sectores
de telecomunicaciones y el sector energético, la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ubicó a México como el
octavo país más cerrado a la IED, tan sólo después de China, Arabia
Saudita, Indonesia, Jordania, India, Japón y Nueva Zelanda.
Infografia
Andamiaje para compras y fusiones
HABILITA ACUERDO TRANSACCIONES MILLONARIAS
Entre las fusiones y adquisiciones en la era del TLCAN, destacó la
compra que realizó Citigroup del Grupo Financiero Banamex Accival por
12,500 millones de dólares.
También sobresalieron empresas mexicanas que se adueñaron de firmas
estadounidenses como Grupo Bimbo, que compró Weston Foods por
2,380 millones de dólares; o Alfa, que adquirió tres plantas petroquímicas
Eastman Chemical Company por 600 millones de dólares, convirtiéndose
en el principal productor de PTA y PET en Norteamérica, con 30% del
mercado.
En su último reporte anual, la Conferencia de Naciones Unidas sobre
Comercio y Desarrollo refirió que en un contexto en que los países hacen
un mayor uso de las políticas industriales, éstos analizan
minuciosamente las fusiones y adquisiciones transfronterizas y se
vuelven más restrictivos en relación con el grado de participación de la
IED en los sectores estratégicos.
“Con la aparición y la rápida expansión de las cadenas de valor
mundiales y regionales, las políticas proteccionistas pueden resultar
contraproducentes para todos los actores, nacionales y extranjeros”,
concluyó.
Cerca de la mitad de los flujos totales de IED que han llegado a México
se dirigieron a la producción manufacturera, lo que explica en gran parte
que más de 80% de las exportaciones mexicanas pertenezca a esa
industria.
De toda la IED obtenida por México desde el 2000, la industria
manufacturera abarcó 43%, superando por más del doble el porcentaje
del segundo sector en importancia, los servicios financieros, con 20%,
según datos de la Secretaría de Economía.
“El TLCAN tamizó al empresariado mexicano”
Para muchos empresarios de México, el Tratado de Libre Comercio de América del
Norte (TLCAN) les ayudó a mantenerse limitados en cierta zona de comodidad; pero
a los más exitosos les significó una oportunidad para volverse globales, afirmó
Valentín Díez Morodo, presidente del Consejo Mexicano de Comercio Exterior
(Comce).
Como accionista y directivo de Grupo Modelo, Díez Morodo se dedicó
medio siglo al negocio de la cerveza. Pudo diversificar las exportaciones
de su compañía a los cinco continentes e impulsar a esa bebida como el
principal producto agroindustrial de exportación de México, con ventas
externas por más de 2,000 millones de dólares.
Para él, la ecuación simple es que si se logra triunfar en América del
Norte, se pueden conquistar los demás mercados del mundo. Esa lógica
fue seguida por compañías como Cemex, América Móvil, Grupo Bimbo,
Femsa, Gruma y Mexichem.
Grupo Modelo fue comprado por 20,100 millones de dólares en el 2013.
Esa operación representó la mayor venta de una empresa en la historia
de México. Díez Morodo forma parte del Consejo de Administración de la
firma belga adquirente AB InBev y ahora, con liquidez, analiza nuevos
proyectos para invertir.
—¿Cuál es su evaluación general del TLCAN?
Sin duda alguna, ha sido el detonante para que México se convirtiera en
una potencia reconocida en materia de comercio exterior.
Ahora lo que tenemos que hacer es aprovechar los demás tratados
comerciales que tenemos, sobre los cuales no se está efectivamente
comunicando, ni acordando nada.
—¿Cambió el perfil del empresariado mexicano?
Ha cambiado, pero desgraciadamente una parte del empresariado se ha
ido a lo más cómodo, a lo más práctico, a lo más cercano, a lo que
menos dificultades ofreció el TLCAN en su momento y hoy no han
querido verse inmersos en los otros tratados. Eso es lo que nos está
fallando.
—¿Otros empresarios se volvieron globales?
Definitivamente, el beneficio no sólo son los volúmenes, todo lo que
hemos logrado con Estados Unidos, todo lo que ha sido TLCAN, sino que
eso ha sido un rebote para que muchos de ellos que sí aprendieron la
lección también hayan aprovechado los demás países del mundo.
Yo puedo hablar de manera particular, en mis actividades personales
empezamos fuertemente en su momento gracias al TLCAN. Finalmente,
podemos hablar de que los productos que yo tanto tiempo representé y
en los que sigo involucrado se venden en 189 países.
—Hubo mayor competencia también...
Lógicamente, eso obligó a que los propios empresarios nos tuviéramos
que superar y ha traído, como consecuencia, que muchos imiten a otros
y como yo siempre les he dicho: ¿Quieren entrar a algún país?, toquen la
puerta, para eso están las embajadas, para eso están los consulados,
donde nos pueden dar una orientación y entrar de una manera menos
riesgosa.
—¿Cómo ve al TLCAN en perspectiva?
Hay que cuidarlo y es por lo que hemos estamos manejando con
muchísimo cuidado otras negociaciones. Ya se hizo la Alianza del
Pacífico (entre México, Colombia, Chile y Perú) de manera muy exitosa,
ahora lo que falta es que podamos redondear el Acuerdo de Asociación
Transpacífico, en los primeros meses del 2014, un tratado que va a
abrirnos otras ventanas que nos van a dar resultados.
El TLCAN no logró beneficiar al campo; hay resultados negativos
A 20 años de la entrada en vigor del Tratado de libre Comercio de América del Norte
(TLCAN) los resultados en el sector agropecuario son negativos, pues las expectativas
que se tenían han quedado incumplidas y nunca se lograron aprovechar las ventajas
comparativas para contar con un campo en bonanza, señalan investigadores.
Dos décadas han pasado y los problemas estructurales ancestrales del
agro mexicano como el minifundio, atraso tecnológico, falta de
infraestructura y dependencia alimentaria entre otras cosas, continúan y
en muchos casos se ha agudizado, aseveran.
Para José Luis Calva, del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE)
de la UNAM, se han quedado muy cortos los resultados que en aquel
entonces prometió el expresidente Carlos Salinas de Gortari, en el
sentido de que se terminarían la pobreza, la migración y el desempleo
para comenzar una nueva etapa de producción de alimentos en el país.
Si bien las exportaciones agroalimentarias mexicanas a Estados Unidos
se han incrementado al pasar de 4.2 mil millones de dólares en 1994 a
más de 14 mil millones en 2012, también las importaciones aumentaron y
la balanza comercial agroalimentaria sigue siendo deficitaria para el país,
al fluctuar entre 2 mil 500 y 4 mil millones de dólares anuales, agregó.
La dependencia alimentaria aumentó de 10 por ciento en 1994 a 43 por
ciento; el porcentaje de importaciones en relación al consumo nacional
pasó de 17 a 33 por ciento en maíz, de 34 a 65 en trigo, de 60 a 85 en
arroz y se importa 95 por ciento de soya y 55 por ciento de algodón,
señaló.
De los 50 millones de toneladas de granos de consumo nacional, México
adquiere de fuera en promedio 17 millones, además de las que se
importan en forma de productos cárnicos.
En el sector pecuario también se incrementó la dependencia alimentaria;
en el caso de productos porcinos se pasó de 3.1 a casi 40 por ciento, en
las aves de 3.1 a 13.2, y en el bovino aumentó de 1.1 a 19 por ciento.
La carencia de una política integral, por ejemplo en materia de
financiamiento, sólo le ha dado acceso a los circuitos de crédito formal a
5.4 por ciento de los productores rurales y un 11.6 por ciento adicional al
informal, propiciando que 80 por ciento de los recursos de la banca de
desarrollo se concentraran en menos de 5 por ciento de los beneficiarios,
observó.
Además, 74 por ciento de los municipios en donde vive 22 por ciento de
la población se mantuvo sin acceso a ningún intermediario financiero.
José Luis Calva advirtió que en el periodo de los 20 años del TLCAN se
ha incumplido el compromiso de crear circuitos comerciales, se
suprimieron los sistemas de precios de garantías, los servicios estatales
de acopio, de comercialización y almacenaje de cosechas, y se terminó
de desmontar el andamiaje institucional, lo que derivó en un sector
abandonado.
"Lamentablemente sigue en el olvido el campo mexicano, no hay indicios
de un cambio sustancial en la política hacia el sector agropecuario, sería
lo deseable y una cosa muy halagüeña para el nuevo gobierno, pero
lamentablemente no se ven cambios sustanciales", apuntó.
Para Manuel Villa Issa, exsubsecretario de Desarrollo Agropecuario y
actualmente investigador del Colegio de Posgraduados, están dadas las
condiciones para lograr por fin las reformas que pudieran incrementar la
productividad y disminuir la dependencia alimentaria a finales del
sexenio.
"Así como se hizo la reforma energética, educativa, hacendaria y laboral,
ahora le toca al campo y de ahí vamos a ganar todos, porque van a
ganar tanto productores como consumidores", apuntó.
JAQUE MATE / TLC de pesadilla
"El comercio cambia el destino y el genio de las naciones". Thomas Gray El
encabezado de La Jornada de este 31 de diciembre de 2013 afirmaba: "El TLCAN, 20
años de pesadilla, dicen ONG". Con entrevistas con miembros de organizaciones de
izquierda, el periódico argumentaba que el Tratado de Libre Comercio de América
del Norte ha devastado el campo mexicano, ha desmantelado la industria nacional y
ha hecho que crezcan el desempleo y la precariedad laboral. En otros medios de
comunicación he encontrado análisis muy similares que proclaman que el acuerdo
comercial de Norteamérica ha sido un rotundo fracaso.
Es cierto que los últimos 20 años no han sido positivos para la economía
nacional. Hemos tenido una tasa de crecimiento promedio del 2 por
ciento anual, apenas superior al aumento de la población. Pero ¿es culpa
del TLCAN? Todo lo contrario. El poco progreso en México de estas
últimas dos décadas se debe en buena medida al Tratado y a otros
acuerdos de libre comercio.
El comercio y las exportaciones mexicanas han crecido mucho más
rápido que el resto de la ec4onomía. De los 53,262.7 millones de dólares
de exportaciones no petroleras de 1994 se pasó a 317,814.1 millones de
dólares en 2012 (Primer informe de gobierno, 2013). Es un aumento de
casi seis veces en 19 años. El alza de las ventas totales sólo a la región
de Norteamérica fue de 572% (Secretaría de Economía con datos del
Banco de México). Es un avance que va más allá de lo que se habría
creído posible cuando el TLCAN entró en vigor.
El propósito de un acuerdo de libre comercio no es, por supuesto,
producir un superávit o un déficit para cualquiera de las partes sino
aumentar el comercio entre las dos. Aun así, el TLCAN ha permitido
transformar un déficit comercial de México con Estados Unidos de 1,663
millones de dólares en 1993 a un superávit de 61,638.6 millones en 2012
(www.census.gov).
Alrededor de la mitad de los empleos que se han creado en México en
las últimas dos décadas están relacionados con el comercio exterior,
según la ex subsecretaria de negociaciones internacionales Beatriz
Leycegui. Además, los sueldos del sector exportador son
significativamente mayores a los que se registran en el resto de la
economía. Virtualmente todos sus empleos están inscritos en la
economía formal. El mayor ingreso de importaciones ha permitido, por
otra parte, que los mexicanos tengamos acceso a mejores productos con
precios menores, lo cual ha permitido elevar el nivel de vida de la
población.
¿Qué ha ocurrido con el campo? ¿Se desplomó la producción de maíz
como se había predicho? Pues no. La de maíz de grano para
alimentación humana pasó de 18.3 millones de toneladas en 1995 a 22.1
millones en 2012; la de maíz forrajero, de 4.3 millones de toneladas en
1995 a 12.1 millones en 2012 (Primer informe de gobierno, 2013). El
periódico Reforma daba a conocer este 1o. de enero una tabla que
muestra algunos aumentos importantes en las exportaciones mexicanas
entre 1993 y 2013: aguacate, 4,543 por ciento; maíz, 3,328; carne, 2,588;
frijol, 1,446... y eso que las cifras de 2013 comprenden sólo de enero a
octubre.
Un tratado comercial no puede resolver por sí solo todos los problemas
de un país. La apertura de la economía generó un impulso en el sector
vinculado al comercio exterior, pero no puede compensar los resultados
de políticas económicas que han favorecido el crecimiento de la
economía informal y han castigado la productividad y la inversión.
A 20 años de distancia hay que reconocer que, lejos de ser una
pesadilla, el TLCAN cumplió con creces sus objetivos de promover el
comercio exterior y crear empleos. Pretender que el TLCAN es
responsable de la pobreza en México es simplemente un engaño.
SAGARPA
La producción agropecuaria en México no se ha desplomado por el
TLCAN, pero tampoco ha crecido demasiado. En cambio el presupuesto
de la Secretaría de Agricultura (Sagarpa) se ha disparado de 13,457.8
millones de pesos en 1994 a un estimado de 75,111.1 millones en 2013.
Los problemas de nuestro país no están en el comercio, pero podrían
estar en un gobierno obeso
Fuente; El Economista y El Financiero
DEC MEXICO