Download DEL ARBOL QUE DIO SABRINAS AZULES Había una vez un árbol

Document related concepts

Sabrina Spellman wikipedia , lookup

Transcript
Del árbol que dio sabrinas azules
Sabrina Gross
DEL ARBOL QUE DIO SABRINAS AZULES
Había una vez un árbol que estaba en las afueras de la ciudad que todas las primaveras
daba sabrinas azules. El árbol estaba en una plaza y alrededor de él había bancos donde se
sentaban enamorados todos los atardeceres a hablarse de amor. Era un árbol centenario, de
hojas verdes y azules. La particularidad de sus frutos era que con ellos se podía hacer licor.
Las sabrinas eran pequeñas y dulces, parecidas a las flores del ceibo. Pero eran pequeñas
figuras humanas que bailaban con el viento. Los que sabían que con ellas se podía hacer
licor iban todas las noches al árbol y robaban cientos de ellas, después las dejaban en
alcohol diez días y las pisaban sacándoles el jugo azul que tenía un sabor similar a la menta.
Hacían litros de licor, los ponían en los antiguos botellones de leche y los vendían los
domingos a la tarde en una feria artesanal. Los licores de sabrinas tenían el poder de
emborrachar a cualquiera de un solo sorbo. Las personas que bebían sabrinas llegaban al
éxtasis en un segundo. El licor de sabrinas era exclusivamente conocido por los cultores de
la bebida, que decían que las sabrinas tenían poderes afrodisíacos si se combinaban con un
poco de miel. Otros, decían que las partes de las sabrinas, como otros productos naturales,
tenían propiedades curativas. La cabeza por ejemplo, pisada con un martillo de cocina y
combinada con azúcar, tenía efecto analgésico para el dolor de cabeza. Las extremidades,
cortadas cuidadosamente en sus extremos, y picadas en cuadraditos, mezcladas con azufre,
curaban los dolores musculares y también eran pócimas para combatir la soledad. El tronco,
dividido en superior e inferior, cortado en círculos y mezclado con sal y aceite era un
remedio para los malestares del hígado y por el aroma era un poderoso medicamento contra
el resfrío. El corazón, arrancado de cuajo y mezclado con todos los corazones de todas las
sabrinas era por sí mismo un efectivo remedio para el corazón y los problemas de
circulación.
El árbol que daba sabrinas azules se hizo conocido de boca en boca. Solamente las
hechiceras de las afueras de la ciudad sabían combinarlas en la medida justa. Pero con el
tiempo se fue haciendo conocido y las personas iban de día y de noche a robar las sabrinas
que no alcanzaban a florecer ni a madurar como era debido.
Se hizo tan conocido el árbol de sabrinas que un día llegaron a él agentes de la
municipalidad, que impunemente decidieron podarlo. Como no era época de poda, el árbol
de sabrinas quedó mal podado y en vez de crecer a lo ancho, como era natural en su forma,
creció a lo alto y nadie alcanzaba a sacarle los frutos. Por eso las sabrinas empezaron a caer
y a reventarse contra el suelo, pudriéndose, sin que nadie las pudiera usar para el bien del
otro. Pero las hechiceras no dejaron vencerse y pasaban los días esperando con canastos
que las sabrinas cayeran para poder recolectarlas . Una sabrina golpeada no servía para
nada así es que se turnaban y ponían algodones en sus canastos para que al caer las sabrinas
no se mataran.
1
Del árbol que dio sabrinas azules
Sabrina Gross
Un día, el árbol de sabrinas amaneció seco. Un hongo se había apoderado de la raíz y
había marchitado todos sus frutos. Los vecinos y enamorados le hicieron un funeral. Y
después de un tiempo tuvieron que arrancarlo. Muchos intentaron hacer de las sabrinas que
conservaban un nuevo árbol, plantándolas en el mismo lugar. El árbol no brotó, no prendió.
Nunca más hubo sabrinas pero las hechiceras guardaron en las hojas de los libros de recetas
sabrinas secas, y cuentan la historia de ese árbol a todos sus nietos, que esperan algún día
ver el fenómeno de un árbol que dio humanos.
2