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EXPERIENCIA Y AFRONTAMIENTO EN PACIENTES EN
TRATAMIENTO CON QUIMIOTERAPIA DESDE LA PSICOLOGÍA
POSITIVA.
Jesús Olea Ferreras, Bernardo Moreno Jiménez, María Ruiz-Giménez Puig.
INTRODUCCIÓN
La psicología actual se enfrenta a nuevas investigaciones y campos de estudio
a raíz de la importancia del estudio de la normalidad y los problemas cotidianos
que se presentan a las personas a lo largo del ciclo vital tales como la
presencia de alguna enfermedad crónica como el cáncer. Podemos señalar la
Psicología de la Salud como campo de aplicación y a las Psicología Positiva
como nueva corriente o marco teórico-conceptual de referencia que respalda
esta tendencia.
La enfermedad oncológica y su vivencia por parte de los enfermos y sus
familiares representa un reto para los profesionales de la salud que los
atendemos los cuales debemos lidiar con las creencias y actitudes personales,
familiares y culturales sobre la enfermedad. Estas creencias subyacen los
estilos explicativos de los acontecimientos y a su afrontamiento que favorecen
o limitan la ayuda que pueda ser brindada al paciente y sus familiares.
Desde la Psicología Positiva el estilo explicativo que usa una persona para
expresar su percepción de los eventos determina si es optimista o pesimista. El
estilo explicativo optimista (EEO) se refiere a la tendencia a explicar los malos
sucesos con una causa externa a uno mismo, inestable en el tiempo y
específico de ese ámbito concreto que afecta, en contraposición el estilo
explicativo pesimista (EEP) se define como la tendencia a explicar los malos
sucesos o eventos negativos ocurridos en la vida cotidiana, con una causa
interna a uno mismo, estable en el tiempo y con un efecto global a todos los
ámbitos de la vida de la persona. Siguiendo estas definiciones se están
realizando múltiples estudios donde se incluye el optimismo como una variable
fundamental y predoctora del surgimiento de conductas de afrontamiento ante
la adversidad.
Hardiness o el concepto de personalidad resistente. El concepto de
personalidad resistente aparece por primera vez en la literatura científica en
1972, en relación a la idea de protección frente a los estresores. Son Kobasa y
Maddi (1984) los psicólogos que desarrollan y teorizan sobre este constructo, al
observar el hecho de que algunas personas sometidas a altos niveles de estrés
no desarrollan ningún tipo de trastorno.
Desde las perspectivas tradicionales la ecuación del estrés es, en definitiva,
una ecuación pesimista que cuestiona aquella orientación psicológica que
subraya la iniciativa y la resistencia del ser humano. Por el contrario, la
personalidad resistente refleja una perspectiva fundamental y olvidada en la
psicología, aquella que enfatiza la salud en lugar de la enfermedad (Peñacoba
y Moreno, 1998).
Frente a las limitaciones de la concepción tradicional del ser humano como
sujeto pasivo y reactivo, en la que los individuos son considerados meras
víctimas de los cambios que acontecen en su entorno, Kobasa y Maddi
proponen un cambio en el estudio del estrés y establecen el concepto de
hardiness o personalidad resistente, apostando por interpretaciones más
optimistas del funcionamiento humano (Kobasa, 1979).
Favoreciendo cambios hacia determinados estilos de vida saludables: la
variable hardiness influiría en determinadas prácticas como el ejercicio o el
descanso, que repercutirían finalmente en la salud del individuo. En este
sentido, se ha demostrado que existen relaciones positivas entre personalidad
resistente y estilos de vida saludables (Wiebe y McCallum, 1986, Nagy y Nix,
1989).
Se ha afirmado que el mecanismo por el cual puede actuar la personalidad
resistente al reducir la posibilidad de enfermedad es el menor uso que los
sujetos con alta personalidad resistente harían de estrategias de afrontamiento
inefectivas y regresivas (Kobasa, 1982). Los sujetos resistentes no
experimentarían los fenómenos de forma cualitativamente distinta que los no
resistentes, simplemente los interpretarían como más positivos y tendrían un
mayor control sobre su afrontamiento (Rhodewalt y Agustsdottir, 1984).
Justificación
La enfermedad oncológica tiene un impacto significativamente alto en los
índices de morbilidad y mortalidad, ya que en la actualidad estas patologías
caracterizadas por el crecimiento maligno en un órgano y/o en un sistema
orgánico, se ubican dentro de las diez principales causas de muerte a nivel
mundial (World Health Organization, 2008).
Por lo tanto, el cáncer se considera como una de las patologías de mayor
relevancia en la sociedad, debido a la complejidad de su manejo y a la
exigencia terapéutica que requiere; razón por la cual el diseño e
implementación de programas dirigidos al abordaje del afrontamiento y demás
implicaciones psicológicas es fundamental, teniendo en cuenta que desde “los
modelos cognitivos de la emoción no son las situaciones en sí mismas las que
provocan una reacción emocional, sino que la variable desencadenante de tal
reacción es la interpretación que el individuo haga de tales situaciones o
estímulos” (Asociación Chilena de Psicooncología, 2008).
En los seres humanos la regulación, control y crecimiento de las células del
organismo está mediado por la información proveniente del material genético
de las mismas. La alteración de estos procesos transforma la naturaleza,
funcionalidad y ciclo de vida de las células, ocasionando la acumulación de
estas, dando origen una neoplasia o tumor (Cruz, Villegas y Ramírez, 2008).
La organización mundial de la salud refiere que el cáncer es la primera causa
de mortalidad a nivel mundial; a la cual se le atribuyen 7,6 millones de
defunciones ocurridas en 2008 (aproximadamente, un 13% del total). También
sabemos que mas del 30% de las defunciones por cáncer son prevenibles y
que el cáncer comienza con la modificación en una sola célula, que puede
haber sido iniciada por agentes externos o por factores genéticos heredados.
Se prevé que las muertes por cáncer en todo el mundo seguirán aumentando y
pasarán de los 11 millones en 2030.
En todos los registros españoles, el cáncer de mama es el tumor más frecuente
en mujeres, responsable de más del 25% de los casos de cáncer, seguido del
cáncer de colon y de cuerpo del útero.
El cáncer es la principal causa de mortalidad a escala mundial y
específicamente el cáncer de seno esta ubicado después de los canceres de
pulmón con (1,4 millones de defunciones); gástrico con (740 000 defunciones);
Hepático con (700 000 defunciones); colorrectal con (610 000) defunciones; y
en quinta posición tenemos el cáncer de seno con (460 000 defunciones). Más
del 70% de las defunciones por cáncer se registraron en países de ingresos
bajos y medianos. Se prevé que el número de defunciones anuales mundiales
por cáncer seguirá aumentando y pasará de 11 millones en 2030.
Por tanto, el contribuir a la mejora de la calidad de vida de la población
oncológica por medio de la evaluación de la experiencia de afrontamiento de la
enfermedad, ofreciendo a los profesionales una visión de trabajo que oriente el
acompañamiento a los pacientes, se convierte en la motivación principal para la
realización del presente proyecto de investigación.
Marco teórico
Según la División de Psicología de la salud de la American Psychological
Association (APA), esta subdisciplina se define como el “Conjunto de
contribuciones especificas educativas, científicas y profesionales de la
disciplina de la psicología a la promoción y el mantenimiento de la salud, la
prevención y el tratamiento de la enfermedad, y la identificación de los
correlatos etiológicos y diagnósticos de la salud, la enfermedad y las
disfunciones relacionadas, el análisis y la mejora del sistema de salud y la
política sanitaria” (Stone, 1987 citado por Gil 2004, p. 67).
Partiendo de esto, es pertinente afirmar que la psicología de la salud se
direcciona tanto al estudio y comprensión de las influencias psicológicas en la
salud, como a la organización de intervenciones que finalmente conlleven a la
mejora de la calidad de vida de los individuos; al profundizar en esta
conceptualización, es acertado indicar que “La psicología de la salud se
preocupa de todos los aspectos de la salud y enfermedad a lo largo del ciclo
vital” (Maddux y Cols, 1986, citado por Taylor 2007, p.4).
Rol de la Psicología de la Salud
En la promoción y mantenimiento de la salud, se incluyen aspectos como el
desarrollo de hábitos sanos, el fomento de prácticas saludables y el impulso de
campañas publicitarias que conlleven al aprendizaje de conductas benéficas
para la salud; en cuanto a la prevención y tratamiento de enfermedades, se
integran actividades de enseñanza que permitan el desarrollo de estrategias
para manejar eventos altamente estresantes y evitar así efectos adversos para
la salud.
En relación a la etiología la enfermedad, el padecimiento y la disfuncionalidad,
la psicología de la salud presenta un marcado interés por los componentes
conductuales y sociales que contribuyen en estos procesos; como fin último
esta área de estudio se dirige a analizar y generar propuestas de mejoramiento
al sistema de salud y sus respectivas políticas públicas, teniendo en cuenta el
impacto de las instituciones y la inclusión de los profesionales de la salud en el
comportamiento de las comunidades (Taylor, 2007).
Para avanzar en la comprensión de la práctica e investigación de la psicología
de la salud, es indispensable retomar la definición de salud planteada por la
Organización Mundial de la Salud (2009), como “El estado de completo
bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o
enfermedades”, esta definición es de gran relevancia puesto que propone una
visión biopsicosocial del ser humano, la cual se constituye como base para la
construcción de programas de investigación y acción en este campo.
Fundamentos de Psicología Positiva
La investigación en psicología, evidencia una alta tendencia a abordar las
variables positivas y preventivas en lugar de los aspectos negativos y
patológicos que tradicionalmente se estudian (Simonton & Baumeister, 2005
citado por Contreras y Esguerra, 2006).
Al retomar este postulado, es pertinente mencionar que si bien es cierto, el
cáncer constituye un evento altamente estresante para la persona, dadas sus
repercusiones físicas y la percepción psicosocial que se tiene del mismo;
también constituye una oportunidad para “aprender, y re significar la vida; sin
importar la etapa de la enfermedad, el paciente siempre contará con recursos
que deben ser evaluados por el terapeuta, quien a través de la intervención
debe maximizarlos, de tal forma que se constituyan en herramientas que
conlleven a generar bienestar y mayor calidad de vida.
Para dar cumplimiento a este objetivo y dentro del contexto psicooncologico, se
hace necesario comprender el funcionamiento óptimo del individuo en múltiples
niveles, incluyendo el personal, institucional, social y global, entre otros. Para lo
cual, se hace indispensable “estudiar la dinámica de las relaciones entre estos
procesos a los niveles antes mencionados y la capacidad humana de dar orden
y significado en respuesta a la inevitable adversidad, considerando que el
significado de la buena vida, en todas sus posibles manifestaciones, puede
emerger de estos procesos” (Prada, 2005, p.4). No obstante, no se pretende
trasladar el foco de investigación de lo negativo a lo positivo, sino abordar el
estudio del ser humano desde una perspectiva construccionista bajo la cual y
desde enfoques actuales el individuo se conciba como un agente activo,
constructor de su propia realidad.
Personalidad resistente
Se considera una variable moderadora de los efectos del estrés, y se le define
como la cualidad de creer en la importancia y valor de lo que uno mismo es y
de lo que hace (cfr. Peñacoba y Moreno, 1998). Las personas con compromiso
participan en todas las actividades que les presenta la vida (trabajo, relaciones
interpersonales e instituciones sociales), tienen un reconocimiento y
apreciación personal de las metas y habilidades para tomar decisiones y
mantener valores, poseen un conjunto de propósitos personales que les
posibilita mitigar la amenaza percibida de cualquier estímulo estresante en un
área específica de la vida, se interesan por los demás y perciben que son
tenidos en cuenta. Antonovsky (1990) encontró que este sentido de comunidad
ante los demás era fundamental para el afrontamiento exitoso de las
situaciones estresantes.
Afecto positivo y cáncer
No es una novedad el dato de que la gente con un mayor afecto positivo y un
mayor bienestar psicológico dice estar mejor de salud, dan cuenta de menos
síntomas físicos y realizan menos visitas médicas (Avia, 1998). En el caso del
cáncer, algunos estudios han mostrado también que un mayor afecto positivo
se asocia a una mayor calidad de vida percibida de los pacientes(Laidlaw,
19969. Pero aparte de estas correlaciones halladas en estudios transversales y
con medidas de autoinforme, es necesario investigar sobre la existencia de
vías causales en alguna de las dos direcciones y empleando, en la medida de
lo posible, indicadores subjetivos y objetivos. En este sentido, diversos estudios
han hallado que un mayor afecto positivo está relacionado con un menor
consumo de tabaco y alcohol así, una mayor calidad y cantidad de sueño y una
mayor actividad física(Lyubomirsky, 2005).
En el ámbito del cáncer, parece claro que padecerlo disminuye aspectos como
la calidad de vida o el afecto positivo, si bien suele haber en la mayoría de los
casos que tienen un curso largo una vuelta a niveles previos a padecer el
trastorno. En todo caso, la mayor parte de investigaciones indica que el afecto
positivo en pacientes con estas enfermedades graves puede estar disminuido,
sobre todo en esas fases iniciales, pero casi nunca está ausente(Presuman,
2005).
Optimismo y cáncer
El caso del optimismo es especialmente relevante pues es una de las variables
que, normalmente en relación con los estilos de afrontamiento, se ha evaluado
más en el ámbito del cáncer y otras enfermedades graves(Avia, 1998; Carver,
2002). Es posible que los efectos del afecto positivo sobre los resultados de
salud estén mediados por factores como la esperanza, el optimismo o variables
semejantes (Segerstrom, 2000).
Habitualmente se evalúa no tanto el optimismo específico hacia un resultado
concreto (ej. curarse de la enfermedad) sino lo que se denomina “optimismo
disposicional”, es decir, la creencia general de que el futuro le va a deparar a
uno más resultados positivos que negativos. Los resultados han demostrado
consistentemente la relación entre un elevado optimismo disposicional y una
mayor resistencia a los efectos psicológicos y biológicos del estrés y las
enfermedades.
Esta influencia parece estar mediada por variables de tipo conductual,
fisiológico y social. En primer lugar, una mayor tendencia al optimismo suele
estar asociado a estrategias de afrontamiento más activas y a desarrollar
conductas de solución de problemas y autocuidado(Peterson, 2000), y esto es
así también en el caso del cáncer(Irving, 1998). Por ejemplo, las pacientes más
optimistas presentan un mejor ajuste psicológico tras un diagnóstico de cáncer
de mama (Epping-Jordan,l999) y una mayor tendencia a afrontar de modo
activo su situación tras la cirugía de mama (Carver, 1993).
Afrontamiento según Lazarus y Folkman
Teniendo en cuenta que el diagnóstico de cáncer constituye un evento
altamente estresante, el afrontamiento es fundamental, ya que “Forma parte de
los recursos psicológicos de cualquier individuo, y es una de las variables
personales declaradas como intervinientes o participantes en los niveles de
calidad de vida percibida” (Arjona y Guerrero 2004 citado por Suárez y Cols,
2009, p.4).
Es por ello que para realizar un abordaje integral a este proceso una de las
teorías más desarrolladas es la planteada por los teóricos Lazarus y Folkman
(1986), quienes definen el afrontamiento como “Aquellos esfuerzos cognitivos y
conductuales constantemente cambiantes que se desarrollan para manejar las
demandas específicas externas y/o internas que son evaluadas como
excedentes o desbordantes de los recursos del individuo” (Lazarus y
Folkman,1986, p. 164); a partir de esta concepción, es pertinente afirmar que el
estudio de este proceso implica gran complejidad, ya que generalmente “la
gente usa la mayoría de las estrategias básicas de afrontamiento en cada
situación estresante con la que se enfrenta” (Gil, 2004, p. 365).
En cuanto al cáncer, el afrontamiento hace referencia a las respuestas
cognitivas y conductuales de los pacientes, comprendiendo la valoración
(significado del cáncer para el sujeto) y las reacciones subsiguientes (lo que el
individuo piensa y hace para reducir la amenaza que supone dicha
enfermedad). Asociándose a las demandas específicas o estresores de una
situación dada del cáncer, por ejemplo el impacto psicológico inicial del
diagnóstico, los efectos colaterales de la quimioterapia o radioterapia y la
prolongada duración de la rehabilitación (Watson y Greer, 1998 citado por
Soriano 2002).
Afrontamiento Orientado al Problema y Orientado a la Emoción
Los autores establecen una clara diferencia entre al afrontamiento “dirigido a
manipular o alterar el problema” y aquel afrontamiento enfocado a “regular la
respuesta emocional a que el problema da lugar”, estas dos funciones de
afrontamiento han sido denominadas afrontamiento dirigido al problema y
afrontamiento dirigido a la emoción, respectivamente (Lazarus y Folkman,
1986, p. 172).
En esta medida, es pertinente indicar que “las formas de afrontamiento
dirigidas la emoción tienen mayor probabilidad de aparecer cuando ha habido
una evaluación de que no se puede hacer nada para modificar las condiciones
lesivas, amenazantes o desafiantes del entorno, mientras que las formas de
afrontamiento dirigidas al problema, son más susceptibles de aparecer cuando
tales condiciones resultan evaluadas como susceptibles de cambio” (Lazarus y
Folkman, 1986, p. 173). Es así como se puede indicar que la forma de
afrontamiento orientada a la emoción, favorece la adaptación del individuo ante
un diagnóstico de cáncer en estado avanzado o fase terminal, mientras que el
afrontamiento dirigido al problema, es adecuado ante un diagnóstico de cáncer,
cuya neoplasia se encuentra en una fase inicial y por tanto no presenta un
compromiso significativo con otras partes del organismo.
Al hacer referencia al afrontamiento dirigido al problema, Kahn (1964) citado
por Lazarus y Folkman (1986), propone dos grupos básicos de estrategias que
componen esta, las referidas al entorno y las referidas al sujeto, dentro del
primer grupo se sitúan aquellas “estrategias dirigidas a modificar presiones
ambientales, los obstáculos, los recursos, los procedimientos, etc.”, mientras
que en el segundo grupo se ubican las estrategias encargadas de los cambios
motivacionales o cognitivos, por ej.: la variación en el nivel de aspiraciones, la
búsqueda de diferentes medios de gratificación, el desarrollo de nuevas pautas
de conducta, o el aprendizaje de nuevos recursos y procedimientos (Lazarus y
Folkman, 1986, p. 175).
El afrontamiento orientado a la emoción, “involucra esfuerzos para regular
emociones generadas por la situación estresante”, se constituye por procesos
cognitivos encargados de disminuir el grado de trastorno emocional y a su vez
incluye “Estrategias como la evitación, la minimización, el distanciamiento, la
atención selectiva, las comparaciones positivas y la extracción de valores
positivos a los acontecimientos negativos” (Lazarus y Folkman, 1986, p. 173).
Estas se emplean con el fin de ayudar a conservar la esperanza y el optimismo,
para negar tanto el evento como su alcance, para no tener que aceptar lo peor
y para actuar como si lo ocurrido no fuese relevante; por tanto, están
“Designadas para hacer mas soportable la vida evitando las relaciones que
podrían resultar desbordantes si se afrontaran directamente” (Lazarus y
Folkman, 1986, p. 177).
Estudio del paciente con cáncer
La aplicación de las técnicas actuales de tratamiento (cirugía, radioterapia,
quimioterapia y terapéutica biológica) consigue la curación de más del 50% de
los pacientes con cáncer. Sin embargo, los pacientes experimentan el
diagnóstico de cáncer como uno de los acontecimientos más traumáticos y
perturbadores de sus vidas. Con independencia del pronóstico, el diagnóstico
conlleva un cambio en la propia imagen de la persona y en su papel en el
hogar y en el trabajo. El pronóstico de una persona a la que se le acaba de
detectar cáncer de páncreas es el mismo que el de una persona con estenosis
aórtica en la que aparecen los primeros síntomas de insuficiencia cardiaca
congestiva (supervivencia media cercana a ocho meses). Sin embargo, el
paciente con cardiopatía puede permanecer activo y mantener una visión de sí
mismo como una persona intacta en la que simplemente hay una parte que
funciona mal, un órgano que está enfermo (un corazón de mala calidad). En
cambio, el paciente con cáncer de páncreas tiene una imagen propia
completamente alterada y es visto de manera distinta por la familia y por
cualquier persona que conozca el diagnóstico. Este paciente está siendo
atacado e invadido por una enfermedad que puede estar en cualquier parte del
cuerpo. Cada síntoma adquiere una importancia desesperante. El cáncer es
una excepción a la interacción coordinada entre células y órganos. En general,
las células de un organismo multicelular están programadas para la
colaboración. Muchas enfermedades se producen porque las células
especializadas fracasan en el desempeño de la tarea que tienen asignada. El
cáncer lleva esta alteración un paso más adelante. No sólo existe un fracaso de
la célula cancerosa para mantener la función especializada de su tejido de
origen, sino que además ataca a “los suyos”; la célula cancerosa compite para
sobrevivir utilizando la capacidad de mutación y la selección natural para
buscar ventajas sobre las células normales en una recapitulación de la
evolución. Una consecuencia del comportamiento traidor de las células
cancerígenas es que el paciente se siente traicionado por su cuerpo. El
paciente con cáncer siente que él y no simplemente una parte de su cuerpo, ha
enfermado.
Los pacientes con cáncer pueden referir o ser derivado a los profesionales de
la salud mental con una amplia gama de síntomas molestos. Aproximadamente
el 15-40% desarrollará una ansiedad significativa o depresión durante el curso
de su enfermedad (Millar, 2006). Las indicaciones habituales para el
asesoramiento incluyen angustia y trastornos psiquiátricos diagnosticados, la
preocupación sobre cómo hacer frente a la enfermedad, y la falta de suficientes
apoyos sociales (Burton, 1998). Además, los síntomas somáticos como dolor,
fatiga, pérdida de peso o náuseas / vómitos afectan a la calidad de vida de los
pacientes con cáncer, los estudios recientes muestran que estos síntomas
psicológicos y físicos pueden ser mejorados con intervenciones psicosociales.
Anteriores estudios aumentaron la esperanza de que la psicoterapia podría
aumentar el tiempo de supervivencia en pacientes con cáncer avanzado, los
resultados recientes nos permite sacar una conclusión clara aquí. Los estudios
indican que los efectos de la psicoterapia no se extienden a la supervivencia
(Kissane, 2007), aunque el tratamiento de la depresión y los métodos que
promueven la adherencia a los tratamientos contra el cáncer siguen siendo
importantes en la atención clínica.
La mejora en la angustia, la ansiedad y la depresión son claramente ayudadas
por intervenciones psicosociales en el tratamiento del cáncer. Nuevos estudios
de interés se dirigen a los efectos de direccionamiento y minimización de los
problemas somáticos como la obesidad, el insomnio y el dolor. La formación y
la experiencia del terapeuta continúa teniendo un impacto sustancial en el
resultado y se destaca la importancia del empleo de los servicios de
profesionales debidamente capacitados (Daniels, 2008).
Principios de la quimioterapia:
La oncología médica atiende y diseña los métodos para el tratamiento de
pacientes con cáncer, en colaboración con oncólogos quirúrgicos y
radioterapeutas. Es crucial que el oncólogo médico conozca y sepa aplicar los
fármacos que pueden tener un efecto beneficioso en la evolución de la
enfermedad o influir de manera favorable en la calidad de vida.
La oncología, como especialidad responsable del cuidado integral del paciente
con cáncer y de su prevención ha evolucionado durante los últimos años con el
objetivo de curar al enfermo, producir menos efectos secundarios, prestar
apoyo y asesoramiento al paciente y sus familiares, incrementar la calidad de
vida de los pacientes, y participar en las campañas de divulgación de hábitos
saludables (no fumar, evitar el sobrepeso, hacer ejercicio físico, etc.) y de
diagnóstico precoz.
Los pacientes con cáncer necesitan una atención integral e individualizada que
cubra todas sus necesidades, tanto físicas y biológicas como psicológicas y
sociales desde el diagnóstico hasta la curación o fase final de la enfermedad.
La Oncología Médica como especialidad multidisciplinar que vela por el
cuidado del paciente con cáncer integra numerosos aspectos y requiere una
interacción continua con el resto de especialidades. El oncólogo médico realiza
una atención integral a sus pacientes, valorando en todo momento el estadío
de la enfermedad, buscando los mejores tratamientos y controlando los
síntomas derivados de los mismos (SEOM; 2009).
OBJETIVOS
Generales
Analizar el uso de las estrategias de afrontamiento y las variables de
experiencia personal de los pacientes en tratamiento con quimioterapia.
Describir el estado emocional, anímico y la calidad de vida de los pacientes.
Detectar la presencia y los efectos de las variables positivas de personalidad
en el proceso de la enfermedad oncológica.
Específicos
Analizar cómo reaccionan ante su enfermedad los pacientes y analizar la
posible existencia de relaciones entre los diferentes niveles o formas de
afrontamiento y respuestas emocionales.
Determinar la calidad de vida, y algunos de sus factores asociados, en
pacientes con cáncer inscritas en programas de tratamiento oncológico en el
HIC de Parla.
Explicar las situaciones estresantes específicas ligadas a la enfermedad
oncológica y el nivel de estrés o malestar emocional experimentado respecto a
estas situaciones.
Hipótesis
1. Un mejor estado emocional, anímico y de la calidad de vida está
asociado al nivel de adaptación a la enfermedad del paciente.
2. El uso de estrategias de afrontamiento orientadas al problema
correlaciona positivamente con la esperanza y el optimismo.
3. La implicación (personalidad resistente) y la proactividad correlaciona
negativamente con la ansiedad, la depresión y la desesperanza.
MATERIAL Y MÉTODOS
Diseño
Estudio descriptivo exploratorio mediante encuestas de tipo transversal en
pacientes con diagnóstico de diferentes tipos de cáncer en tratamiento
quimioterápico del Hospital de Día del HUIC.
Universo o población diana
Serán todos aquellos pacientes en tratamiento con quimioterapia en el Hospital
de Día Médico del HUIC.
Teniendo en cuenta que al año se estima una población de 160 pacientes
nuevos atendidos en el Hospital de Día Médico y una proporción de Calidad de
Vida esperada del 75% según estudios previos (Arroyabe,2006; Perol, 2001);
se estima que el tamaño muestral necesario para el estudio es de 103
pacientes con un nivel de confianza del 95% y una precisión del 5%.
Población de estudio
Aquellos pacientes dentro de la población diana que acepten participar en el
estudio.
Ámbito y período de estudio
En el Hospital de Día Médico Enero de 2012 a mayo 2012.
Criterios de inclusión
– Sujetos adultos.
– Diagnosticados de cáncer.
– En tratamiento oncológico activo, con quimioterapia, en el momento del
estudio.
– Pacientes pertenecientes al Área de influencia del Hospital Infanta Cristina de
Parla.
Criterios de exclusión
– Existencia de un déficit cognitivo.
− Dificultades para la comprensión y expresión del castellano.
− Presencia de psicopatología severa.
− Pacientes en fase terminal.
Selección de la muestra
Será de manera consecutiva hasta alcanzar el número de participantes
Variables del estudio
Las variables que serán objeto de estudio en esta investigación han sido las
siguientes:
– Sociodemográficas (VI): edad, sexo, nivel educativo, estado civil, ¿con quién
vive?, nivel socioeconómico, situación laboral y profesión.
– Clínicas (VI): diagnóstico, estadío y tiempo desde el diagnóstico en meses.
Tipo/s de tratamiento/s actuales: cirugía, quimioterapia, radioterapia y otros.
Situación actual: respuesta de la enfermedad al tratamiento: “No valorable”,
“Tratamiento adyuvante”, “Respuesta Completa”, “Respuesta Parcial” y “En
Progresión”. Valoración de la gravedad: índice de Karnofsky. Pronóstico:
“Potencialmente curable”, “Supervivencia prolongable con tratamiento
antitumoral” y “Supervivencia no prolongable. Tratamiento paliativo”.
– Psicológicas (VD): ansiedad, depresión, desesperanza, afectividad,
esperanza, apoyo social percibido, significado vital, optimismo, personalidad
resistente, afrontamiento ante el diagnóstico de cáncer, creencias, proactividad,
calidad de vida y sintomatología.
Recogida de datos
Este estudio está diseñado para ser llevado a cabo por el investigador principal
en entrevista personal desde el proceso de captación y la entrevista de
valoración que se llevará a cabo de forma individual en el hospital de día
médico.
Durante los meses de marzo– febrero de 2013 se recogerán los cuestionarios.
Se iniciará el circuito de captación de pacientes en marzo en el hospital de día.
INSTRUMENTOS
Tanto al inicio como a los 6 meses se realizará una evaluación psicométrica
que incluye las siguientes escalas:
1. Ansiedad estado STAIC de Spielberg, traducción de Seisdedos, 1990.
2. Depresión estado BDI Beck et al, 1974; adaptación de Cande, 1965.
3. Desesperanza BHS de Beck et al, 1974; adaptación de Aguilar et al. 1995.
4. Afectividad PANAS de Watson et al, 1988; adaptación de Sandín et al,
1999.
5. Esperanza–Proactividad ADHS de Snyder, 1991.
6. Apoyo social percibido de Duke de Sherbourne and Stewart, 1991;
traducción de Costa et al., 2006.
7. Significado vital PIL de Crumbaugh, 1969; adaptación de Noblezas, 1994.
8. Optimismo LOT-R de Carver y Sheier, 1994; adaptación de Otero et al.,
1998
9. Personalidad resistente PVS, subescala de implicación de Moreno, 1998.
10. Ajuste mental al cáncer de Watson, 1989; adaptación de Ferrero et al,
19994.
11. Creencias del World Assumption Scale de Janoff-Bulman, 1989; subescalas
de benevolencia de la gente y justicia.
12. Experiencia activa de la enfermedad confeccionada para el estudio.
13. Esperanza de elaboración propia.
14. Calidad de vida relacionada con la salud. EORTC de Aoronson y cols
(1988) en la adaptación realizada por Toledo, Barreto y Ferrero (1993) al
castellano.
15. Sintomatología mediante el cuestionario de evaluación de síntomas de
Edmonton adaptado por Carvajal et al., 2011.
Se aportan referencias de cada una de las escalas sobre su validación al
español; excepto las de elaboración propia a realizar.
Los cuestionarios de Datos Sociodemográficos y Variables de la Historia
Clínica serán tomados en el Hospital de Día Médico; y serán correlacionados
con las variables psicológicas anteriormente descritas.
Análisis estadístico
Inicialmente se analizará mediante estadística descriptiva (frecuencias,
porcentajes, medias y desviación típica) todas las variables. Para las
comparaciones entre grupos se utilizará el chi-cuadrado para las variables
categóricas y la prueba t para las variables continuas; utilizando la U de MannWhitney (prueba no paramétrica) en los casos que no se cumplían los
supuestos paramétricos. Para identificar las relaciones entre variables se
utilizará la correlación de Pearson, y finalmente, para identificar el efecto de la
variable independiente (afrontamiento de la enfermedad) sobre las variable
dependientes (ansiedad, depresión, emociones, esperanza, desesperanza,
optimismo, personalidad resistente, significado vital, proactividad, experiencia
activa de la enfermedad, sintomatología y calidad de vida. se utilizó el ANOVA
modelo univariante. El intervalo de confianza usado fue el de 95 % (p<.05).
Serán exploradas varias aproximaciones estadísticas mediante el programa
SPSS-15 para establecer las diferentes relaciones entre las variables.
Cronograma
AÑO 2012
Febrero
MarzoDiciembre
AÑO 2013
EneroFebrero
ACTIVIDADES A DESARROLLAR
-Presentación del Proyecto de tesis para su aprobación en la
Comisión de Departamento.
-Presentación del Proyecto de tesis para su aprobación en la
Comisión de investigación del HUIC
-Comienzo de la recogida de cuestionarios.
- Recogida de los cuestionarios
ACTIVIDADES A DESARROLLAR
- Recogida de los cuestionarios
Marzo
Abril
Mayo
Junio
Julio
Agosto
Septiembre
- Codificación, etiquetado y análisis de los datos.
- Tareas de análisis estudio transversal.
- Tareas de análisis estudio de diario.
- Tareas de análisis estudio longitudinal.
- Redacción por capítulos de la tesis.
- Redacción por capítulos de la tesis.
- Redacción por capítulos de la tesis.
Octubre
- Presentación de la tesis para su aprobación en la comisión.
NoviembreDiciembre
- Defensa de la tesis.
Limitaciones y posibles sesgos
Puede darse una limitación en las pérdidas de seguimiento debidas a
complicaciones propias de la patología a estudio; pero que parece que pueden
ser vencidas por la ventaja del seguimiento pormenorizado en el hospital de día
médico.
Dado que se realizará un estudio Transversal de asociación, no se podrá
establecer causalidad pero este tipo de diseños facilita el análisis de
asociaciones, permitiendo conocer que características o condiciones de las
pacientes y su entorno, afectan de forma positiva o negativa su calidad de vida.
El sesgo a tener en cuenta es el de la voluntariedad para participar en el
estudio propio de este tipo de entrevistas.
Consideraciones éticas y legales
Se solicitará consentimiento informado y se adjuntará una hoja informativa para
describir los aspectos esenciales del estudio previo a la inclusión en el mismo.
APLICABILIDAD Y UTILIDAD DE LOS RESULTADOS
En el entorno clínico del hospital de día médico parece clave la mejora de la
calidad de vida de la población oncológica por medio de la evaluación de la
experiencia de afrontamiento de la enfermedad, ofreciendo a los profesionales
una visión de trabajo que oriente el acompañamiento a dichos pacientes.
La importancia de dicha investigación puede venir dada porque intenta estudiar
de manera completa las variables de personalidad del individuo que padece
una enfermedad como el cáncer.
La visión positiva añade esa manera de trabajar con las potencialidades del
paciente y no solo con las dificultades que padece para vencerlas.
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