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Transcript
EL CLERO· OBEDECE: NOCON8PIRA:J1
Si malé lOC!~tU8,um, tc.stimonium '.
de malo; si bené, quid me caiaisl
S. JUAN XVIII. 2ft.
. .
.
Si he hablado mal dá testimonio de~.mal :
mas si bien, t por qué me hieres ¡
Fueron estas las palabras con que Jesucristo, el Divino reparador del mundo, centcstó a aquel insolente criado de Caifas, cuando
preguntado por éste acerca ele sus díaeipulos i doctrina, dijo:
" Yo manifiestamente he hablado al mundo: yo siempre he enseüado en 1:1 Sinagoga i en el Templo, a donde concurren todos los
judíos, i liada he hablado en oculto."
Habiendo Jesucristo respondido de este modo, tan justo, tan'
modesto i tan incontestable, la fuerza de la verdad hiri6 al Pontífice
poniéndole de mal semblante; entónces uno de sus criados, dió al
Señor una bofetada diciéndole:
"¿ así respondes al Pontífice? .•.•
.A Una acciou tan inicua no correspondió el Señor, sino con la mayor
bondad i mansedumbre: "Si he hablado mal, dijo al criado, dá testi ..
'monio del' mal; i si bien, por qué me hieres?"
Son estas las paIalDras que hoi tambien pondremos en nuestros
labios, para. preguntar a nuestros grntuitos adversarios, que sin descanso, i de tiempo mni atrás vienen colmándonos de calumnia, de
oprobie i de ignominia, haciendo gl'avitar sobre el Clero uncargo el
mas injusto de cuantos pueden hacerse, como es el asegurar que, él
con su conducta actual, en la cuestion relijiosa que hoi preocupa la
sociedad, es la causa primordial de ese malestar. ¿ Cuál es, preguntamos, el motivo dé tanta furia i ojeriza? ¿ pOI' qué es que en nombre
de la libertad se nos insulta, i a voz en cuello se grita en medio de
las calles "muera el fanatismo! abajo el Clero"?
Si hemos faltado,
tiempo es de que nos <ligan en qiré, pero no con descompasada grita,
porque esta es el arma que maneja toda, causa que carece del prestijio que dan la justicia i la verdad;
sino manifestando con decoro i
dignidad, los hechos q~1epuedan gravar en nuestra frente el estigma
del culpable. I sí no hai motivos para tan borrascoso enojo, ¿ por qué
se nos insulta?
El público es testigo del amargo cáliz qué, a grandes tragos i
de dos años a esta parte, se hace beber a la Iglesia Santa en esta po-,
bre tierra, Ha visto- que sin delito i sin fórmula de juicio, fueron des.
terrados del suelo granadino el Delegado Apostólico, Representante
de Su Santidad, el manso i venerando Prelado, Ilustrísinío señor Berran i todos lossufragáneos, los ilustres i virtuosos miembros de la
Compañia de J'esus, i gl'an parte del Clero i relijiosos granadinoe. Ha
preseaciado, en medio de las mas. justas i abundantes lágrimas, la violenta o inhumar-a eselaustl'acion de las inermes e .inoc~n.yes;~~~
que, huyendo del mundo, se amparaban en el sIlencw;iloledad
<ijl\
los .c.,lanstl'.os,.'.2Yiend..o i ~uric. nd.o co..mo lám.r.aras sa!'fI.)faS .en la P:.e;:;;; .
sencia del Señor, estrañaa absolutamente a las cuest .es 1 negocros sde la tierra. Ni ménos se le oculta el injustificable el ojo que; se ha"
hecho a la Iglesia de tedas sus propiedades irentas, P .~ándolas a manos e inversiones profanas, destruyendo ele este modo ~~~1>\
blico, llegando al estremo ele tener que cerrarse los templo~om()
si esto no fuera bastante, acaba, de rejistrar una leí, que aparte de ser
® Biblioteca Nacional de Colombia
-2inconstitucional; como se ha probado por valientes plumas, atscs de
1l~1}ola independencia, la libertad i demas derechos de la Iglesia, quele fueron otorgados por su Divino fundador; pretende i exije de sus
:Ministros un juramento que, violentando 1;1.libertad individual, poneen presion i tormento sus conciencias como católicosi como Sacerdotes.
El público, repetimos, ha presenciado tan ingrata idolorosa escena, no ménos que la moderación i silencio con que la hemos recibido;
sin que alguna va a impulso de nuestro dolor, se hayan escapado denuestros labios otras palabras, que las que el paciente lanza convidando a la resignaeion i al sufrimiento. Dios, que vó hasta los mas secretos pliegues del corazón humano, es el único testigo de nuestra pena;
i de !BU justicia, ante cuyo tribunal hemos colocado nuestra causa que
es tambien la suya, esperamos lo que los hombres ensordecidos al deber nos niegan.
Nuestra pena ha subido de grado, al ver como se nos calumnia;
propalando de mil modos que el Clero, denegándose a prestar unjuramento que es contrario a su deber, se conduce caprichosamente, i
no quiere sino- esplotar en su favor la situacion presente, provocando
en el pueblo el conflicto de la rebelion a mano armada. Tan injusto
corno calumnioso cargo es el' que, muí de paso, ensayamos contestar;
i pai'a no ser difusos, nos limitaremos a, manifestar alos hombres sensatos de todos los partidos, las razones que tenemosparano prestar
el juramento requerido p.or la lei, dejando a su juicio i madurez el
decidir, sí con esta negativa, que es de acuerdo con la Iei, puesto que
ella nos deja en libertad para jurar o ne jurar, cometemos algun
crfmen,
Todo el que con alguna seriedad i detención haya leido i medítado los impíos e indecorosos discursos, que contra el Clero, se vir'tieron en la Convención de Rionegro ; Ios proyectos que a la par se
presentaron
con el fin, sinó de esterminarlo, al ménos sí, de encadenarlo i dcgradarlo ; comprenderá no solo el iempeño de sujetarlo en
SUB funciones
al poder civil, sinó lo que es mas, iapénas creíble, de
hacer ver en la Relíjion del Crucifícado i en su. culto, una farsa ridí,.
culaimpregnada
de supersticion i error, De aquí las blasfemias que se
dijeron contra los Santos.contra los Saeramentos ipréoticaarelijiosas. (a)
Fué para esto que adrede sé espidió la Iei de 23 de abril, la que
en su primer artículo ordena que no podrá ejercer sus funciones el
Sacerdote que no preste el juramento de obedecer la Constitucion i
leyes. De hecho, pues, la autoridad civil arrebató el ejercicio de. una.
llotestad espiritual que ha sido dada p.or el: mismo Dios ; i corno este
juramento compromete la conciencia, p.or exijir al Sacerdote obediencia en cosas espirituales, no puede prestarlo, quedando por esto, anulada la independencia i libertad de la Iglesia, puesto que la manda
un poder estraño, i no ElI que J. C. la dejó pava su réjimen i gobierno. No ignoramos la obligación 'de obedecer a las potestades civiles,
no con la aplicacion que han hecho algunos, falsificando el sentddo de la Escritura i citándonos a cada. paso los trillados testes
de " dad al César lo que es del César i a Dios lo que es de Dios," i
" obedeced a las potestades de la. tierra," porque esto se entiende
cuando estas potestades están contenidas i no propasan el círculo de
SU!! atribuciones.
Oigamos, entre muchos, al esclarecido San Bernardo que dice, que" debe obedecerse al majistrado temporal; siempre
(a) V éanse 10$ discursos pronunciados' en 111COU;enelOD, en 111'.é6ion nocturna
del 9 de abril, relmpresos en e~ta Ciudad.
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-3!fU 'no mana6 cosa.! contrarias a Dias, Ámba! potestades, laeole~
~iástica.i civil, son libres e independientes;
ámbas tienen de Dios el
poder para lejislar, para. llenar el ñu que él mismo les ha fijado; i por
esto cada una de. ellas debe ser soberana, absoluta, independiente en
lo que le ooncierne; isi deben asistirse mütuamente,
no es por
suhordinaclon
i dependen cía, sino de concierto i correspondencia."
El atrlbui» a las potestades civiles primacía el\lllatel'üts puramente eclesiásticas, es trastornar el órden establecido por el Divino fundador de la Iglesia, porque a los Príueipes no les dijo: "Id, bautizad i
enseñad todas las jentes, " fué a Pedro a quien le dijo, ien él a todos
sus sucesores," Apacentad mis ovejas, apacentad mis corderos, ' ... te
daré las llaves del 'reino de los Oielos " (S. Juan cap. XX i S. Mat.
cap. XVI) es decir; el poder de rejir i gobernar, i la suprema potestad de órden i jurisdieeion en la Iglesia Universal, de laque como divina fuente de unidad debia correr a los demas pastores, puestos por
el Espíritu Santo para rejir i gobernar la Iglesia de Dios, segun -el
pensamiento de Bossuet, Tan cierta es esta. autoridad e independencía, que no con el consentimiento si no resístiéndoló las potestades de
la tierra, filé que se fundó i conservó la Iglesía,no embargante la eruda i sangrienta persecucíon de los tres primeros siglos; ise conservará hasta el remate de los tiempos, i burlando las locas pretensiones de
todos sus enemigos, ondeará hasta el último rincon del' universo, la
victoriosa enseña de su fundador i de su doctrina.
¿ De dónde, pues, saca la autoridad civil el derecho de declarar
suspenso al Sacerdote en el ejercicio de sus funciones, qlJe le han sido
conferidas pOI' el mismo Dios? Si la autoridad no puede conferirlas,
mucho ménos puede suspenderlas ni restrinjirlas en lo mas mínimo,
segun la regla de derecho illiv,,$ eet tollere, mtjus. eet condere,
l Cosa rara! , ... El Poder civil que DO puede imponer a los delineuentes sino penas meramente civiles,apareee imponiendo .0. loo Sacerdo-tes católicos, por un delito que no existe, la. pena de suspeneion; que
es una pena eclesiástica, que no puede imponerla sino el Superior
Eclesiástico.
¿Podremos por taaío jurar una Constitucion i leyes.que no solo no
l:'econocen a Dios, sino que atacan un dogma de Su Iglesia, cual es la jurisdiccion espiritual, sometiéndola al poder temporal, estableciendo
así uno de los principios fundamentales del Protestantismo?
(b)
Ademas, ¿ cómo queda la libertad de la Iglesia, cuando por el
artículo 6.° de la referida lei.se dispone que los 'l\finistrosque por rszon de jerarquía ejercen funciones que tienen roce con el érden social
no las ejercerán sin el permiso de la autoridad civil? ?Cuáles son,
preguntaremos, las funciones del culto católico por espirituales que
sean, que no tengan relacioru i atin:jencia con la. sociedad? Desd-e el
toque material de la campana que llama a la oracion i al sacrificio hasta la ordenacion ,de sus Ministros, i colacion de los beneficioS_#P~iástioos para la cura de almas, todo es social. Por manera q~]ós O~"_
PQSi párrocos nada podrían hacer en sus respectivas funoiones sin 'ef~~,
permiso referido. ¿ N o es esto encadenar la Iglesia, ~Aeterioro
de .':,;
I!!U dignidad,reduciendo
a sus Ministros 31 una condici~ 'poco ménos t.
qUe la de los esclavos; como si las funciones del saato ministerio
.
.
. (b) "E~tos son, dijo el señor Mosquern, diputado por el Canca::iQ~ ~;pflI!gu.~'/
predica el clero romanista, ,§" i a nosotros toca con la libre discusion·l"i6.~d
.ftel pensamiento, proclamar la SIInB doctrina, con qU!l sostenemos que en el país no
(}ebi haber potestad de juriediecíon en 108ministro. de 108 cultQS.~
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fueran
noejv~sa la
-4sociedad, 10 que no se haría con los presidiarios i
malhechores?
.
Con razon el Emperador Teodosio el j6ven, decia: "es una maldad que los que no están inscritos en el catálogo de los Obispos, se
mezclen -en los negocios 'eclesiásticos." (Epíst. ad Synodum Eph.
tomo 3). 1 espresando aquí el pensamiento del Ilustrísimo Fenelon, decimos: q¡¡e "no debe reglarse por la publicidad ele 1:1 cosa,
para determinar lapotestad-que
debe juzgar de ella,sino por la naturaleza de la cosa misma; pues ni toda accion secreta es espiritual,
ni toda acoion pública es temporal i civil. En la Relijion la administracion de los sacramentos, la predieacion de su doctrina, el culto <1ivino, las oraciones i la liturjia, son cosas esteriores, sensibles i públicas; i sin embargo, po!" su naturaleza pertenecen a la autoridad eclesiástica! querer someterlas a la autoridad civil, es no reconocer mas
que una sola potestad. para entender en las cosas del Oiclo i de la tierra, i esta no puede ser otra que la civil i terrenal. Forzoso es deducirque los hombres que gobiernan en lo temporal, no pueden ser señores i jueces de la Iglesia, de la cual por el bautismo se hacen hijos i
súbditos, i necesariamente deben oirla, obedecerla i respetarla."
A esta doctrina puede agregarse lo sucedido entre San Ambrosio, Arzobispo de Milan i elEmperadot Valentiniano, el ñóven, cuando exijléndole éste las llaves de la basílica, respondió el Santo" ui a
mí, Emperador, me es lícito entregarlaani a ti recibirlas. Con ningun
derecho puedes violarla casa de un particular, ¿i lo tendrás para quitar la casa de Dios? Éll'eplicó.-Al
Empeundor todo le es lícito, él
es dueño de todo; a lo queel Santorcspondió.-N
o te engañes, Emperador, juzgando que tienes algnn derecho imperial en las cosas divinas. N ó te ensoberbezcas, plles si quieres mandarpor largo tiempo
está sujeto a Dios, porque escrito está, lo que cs de Dios a Dios, i al
César 10 que· es del César. Al Emperador pertenecen los palacios, al
Sacerdote las iglesias. Tienes derecho en las murallas públicas, no en
.las sagradas." (San AmbJ'osio, L.zo, EJúst. 13 al! JJfarcell).
En los. mismos térmínos i con igual derecho decía Osio, Obispo
de 06rdova, al Emperador Constancia: "A ti se te deben las llaves
de la ciudad; las llaves de la Iglesia solamente al Pontifice."-( OeioOomm, Alap. in Matt.)
Estando en abierta oposicion con los principios católicos, la €lonstitucion.i leyes.Oolombianas, segun la doctrina que acabamos de osponer, ningun Sacerdote católico puede prestar el juramento en cuestion,
sin abdicar culpablemente los derechos i prerogativas. de la Iglesia,
que como Ministro de ella debe sostener.
Porotra parte, nadie podrá negar que la Iglesia es una verdadera sociedad, i como tal hai, que concederle los derechos i garantías
que a ,toda sociedad benéfloalecorresponden
; es decir, la facultad
legal de adquirir i retener bienes i propiedades como elementos neoesarios para su coriservacion i fines: que despojarla de estos elementos,
a mas de ser un ataque brusco a la propiedad que en todo pais civilizado se considera sagrado, es debilitarla, es darla muerte: que siendo
la Iglesia Católica. una verdadera sociedad donde se practica la Relijion deJ esucristo, tiene por fin inmediato tributar al Sér Supremo el
culto que le es debido, i por mediato encaminás las almas a la salvacion eterna: qne este culto por ser la espresion de la fé simbolizada :
·por la .sdoracion, no puede existir sin cosas materiales, i sin Sacerdotes
que lo' ejerzan ; de consiguiente, la Iglesia, con el mero hecho de roer
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-5una sociedad benéfica a la humanidad, si no es protejida (como era de:
esperarse) por el Poder público, tampoco la debe éste despojar de 1011
haberes i rentas que le pertenecen, como le pertenecería a cualquiera,
.sociedad. Ahora bien: ¿ no es cierto que el poder civil, atropellando.
lo que tantos gobiernos i jeneraciones respetaron, ha tomado los bienes eclesiásticos declarándolos propiedad de la Nación, dando a esta.
usurpacion el nombre de lei ? Sí. ¿ 1podrá. con seguridad de conciencia, un Sacerdote católico, aprobar con juramento esta espóliacion sacrílega? Juzguen, pues, los hombres que no hayan agotado la razón,
si ta:les exijencias, aunque las demande un Gobierno en nombre de su
autoridad, podrán ser satisfechas i cumplidas, siendo corno son reprobadas por la leí divina i natural.
Sabemos,i el público también lo sabe, que el Ilustrísimo señor Arzobispo i los sufragáneos desterrados, ántes de ser atrancados de su.grei,
protestaren los decretos llamados de tuición i desamortízaciou de bieneseclesiásticos,
~lue fulminaron censnras.no solo contra los Sacerdotes
que los firmaran, sino contra los fíeles que remataran o retuvieran fincas i propiedades de la Iglesia; que esta conducta, siendo aprobada
en todas sus partes por la Santidad de Pío IX, ha trazado de antemano a todo Sacerdote el sendero 'que debe 1'eC01'1'e1',
si no quiere ser
cismático, contraviniendo al juicio i decislon de la cabeza de la Iglesia.
Basta rejistrnr la Constitucion Colembiana para encontrar en ella.
vijentes los' decretos a que nos referimos, no obstante que la lei de
23 de abril los declara derogados.
¿ Cómo, pues, exijírsenos un juramento para que sostengamos i aprobemos lo que nuestros Prelados
. han protestado i repugnado? No; no seremos nosotros, mediante la
divina gracia, los que romperemos el vínculo de unidad, que nos liga
al Vicario de Jesucristo en la tierra, separándouos de ese centro donde reposan las promesas que el Espíritu ele verdad hizo cuando lo
erijió Pastor de los Pastores i Padre de la Catolicidad.
•
Dure, i sobremanera dura, es la situacíon en que nos ha colocado
el Gobierno <le nuestra infortunada Patria. Si juramos, a mas de gravar nuestra oóncisncia como 10 hemos demostrado, quedariamos inhábiles por disposicion del Ilustrísimo señor Arzobispo. Si nosdef1e~amas, como nos hemos denegado, al juramento, enténoesse nos califíca de rebeldes, de fariseos, de adoradones del becerro de 0.1'0; i lo
que es peor, de sediciosos, que amotinamos al pueblo con el fin de
derrocar las nuevas instituciones.
El lance es mas dificil de lo que
parece. N o hai medio; porque si hablamos, nos gritan, que queremos
sangre, ..•.. Si callamos, es porque somos imbéciles e ignorantes ..••
Si nos presentamos en público, dicen que es para provocar ..•.•• Si
nos ocultamos, es para eAasperar 'al pueblo i obligarlo a conspirar ••••
¿ qué hacer, pues? . ,
i oh, Señores! cumplidos están vuestros
deseos: esta es la lójica de vuestros principios; no os avergonce~,.q~·' ;~""''''''''
vuestra obra! no arrojeis sobre nosotros el barro que amasais coi~la!l
¡'!l;¿.~,\
lágrimás i la sangre de tantos 'inféliees, que a fuer de engaño~:pnen"'' ';f,;',>,
tiras hicí, s,teis derram~r en los campos de batalla! i,~legue
cie,lo
.
que esa sangre no este clamando venganza como la delmocentf:Abel !.
;;,}
Entre semejante baI,'ahunda" agua,rdamos reSi,gnac10s tOda,~u,erte
)
de persecucione~, ántes que c~rgar .con elperjuri~ i la traición _; . ' el' /
ros de que" aufrir ,por Jesucrísto 1 por su Iglesla~.no~e8, sufrir s
--combatir para triunfar, i quien triunfa, se corona, .eomo dice elap6s~
tol, non coronaouu« nisi qui legitime certavcrit.
.
Otra vez IDastornruuOi a pr~guntlu'; ¿ ()uá~es nuestrc delito a.l
ti"
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;~~,:'t
-6..;_
l1.~gar en esto nuestra obediencia al soberano temporal? i decimos en
esto, porque EN T.oDO r.o DE"'fAS, QUE N.o SE .oPONGA AL D.oGMA 1 DIS"
CIPLINA DE !LA. IG¡;ESIA ES'T,UroS PRONTOS A SER LOS PRtMEROS EN ACA- ,
TAR 1 .oBEDECER; porque así nos lo ha mandado nuestro divino Mac¡stro.
Que senos muestre un hecho, una palabra sola que haya provocado una
rebelion de nuestra parte. ¡Ojalá pudiera publicarse lo que siempre
debe permanecer oculto, para; que comprondieran nuestros enemigos
)'0 mucho que nos deben!
i de cuántos males los hemos
libertado!
este es el. mundo.
Nuestra conducta, absteniéndonos del ministerio, para no infriujir la leí, ni incurrir en la pena por ella decretada; conducta que revela nuestra obediencia i aumision, se ha calificado de horrenda rebelion. Así es como se entienden todas las cosas en esta tierra, donde
la civilización i el progreso marchan a lava,n{Jua,rdiade las naciones
CUlta.l1. ¿Es acto farisáico cumplir con nuestro deber como Sacerdotes
eatólioos ? ..... ~ .. ¿Es adorar a Mammon, reducimos al silencio de
nuestras casas, condenándonos a la pobreza que es consiguiente, sin
.tener de qué vivir? .....•.•
¿ Cerrar los templos, porque no podemos
funcionar en ellos, es querer la guerra i la matanza?
N o; el Clero
no es autor de tales procedimientos; pues que sin la consabida leí, estariamos allí, como siempre, prodigando a todos los ansilios i consuelos de la Relijion, i ofreciendo en los altares del Dios Vivo, el sacrificio de espiacion. Tales imputaciones, sin dejar de ser falsas, pasan a
ser mezquinas, i sobre mezquinas, maliciosas. No nos queda duda) o
el sentido comun ha desaparecido, de las cabezas frescas de nuestros
enemigos, o. han puesto en juego sus malas pasiones para aniquilar
el catolicismo en nuestra cara Patria.
Por un solo instante quisiéramos que nuestros enemigos se colocaran en el lugar en que hoi nos encontramos, para observar, si con
toda la-libertad e independencia de que tanto blasonan en sus escritos
i palabras, podían sufrir el menoscabo del mas mínimo de sus derechos. (c) Ah! atronarian al mundo entero poniendo su queja hasta los
cielos, declamando contra tan tiránica 'arbitrariedad. Una vez siquiera,
sabed ser francos, ya que no quereís ser justos, i decid como nosotros
con el corazon en los labios: "Al Otero se le exije un imposible, se
·le deprimei persi{Jue arrebatándole hasta los tristes derecho, que
como particulares debieran coneedéreeie ;» i es esta una de tantas
herejías políticas en que han incurrido los que, para mengua i solo
por ironía, se apellidan liberales.
N o es un capricho el que nos ciega; es lafuerza de lajusticia i
, de' la verdad la que nos guia. N o son los Sacerdotes los que han orijinado el conflicto que se teme; son los mismos gobernantes, que debiendo ser los guardiapes i defensores de lbS derechos de los pueblos,
los ponen en tortura dictando leyes a todas luces subversivas. Si ese
conflicto llega a realizarse, lo que no esperamos, caiga sobre ellos la
responsabilidad, sin que tengan nada que atribuirnos, porque segun dice una r~gla de derecho" el daño que cada uno siente por su culpa,
no debe imputarlo a nadie, sino a si mismo."
Por lo espuesto, es' Indispensable colejir que la leí, exijiendo mas
de lo que debe, se ha hecho de suyo imposible, i es imposible obedecerlacdebiendo aplicarse a sus fautores.Ta sentencia del famoso Helvecio: '" es tal, decia, la demencia en que a veces caen los hombres, que
(e) Dígalo la revolucion que acaba de pasar, que tomó por pretesto la lei d.
eleeeioJl.e~,no obetante l~ ref01,1lla heeha por el BongresQ naeional.
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'.,-- 7 -
no
euaado pueden todo lo que quieren, llegan a querer lo que
deben .... ,.,.
En toda sociedad donde una gran parte de los asociados vive
sin garantías i sin derechos, allí la, libertad esta do muerte" i la paz í
la prosperidad- son un milagro. Los Majístrados que quieren goberllar con leyes iuconsultaa i opresoras, están sembrando vientos para
cosechar tempestades, i se asemejan a.los jigantes üe lit fábula cuando
quisieron destronara
Júpiter .... Se apaetau de su debee que, COJ.IlO>
dice el erudito Balmes, no es otro que protejer i fomentar el bien,
evitando i reprimiendo el malv N o sabemos por qué terrible mal didon, los Gobiernos de estos últimos tiempos, no quieren reconocer,
que el arte de gobernar bien,es la razón i la moral aplicadas al gobierno ele las Naciones; así como el arte de conducirse bien en la
vida privada, no es otra cosa que el Evaejelio del Cristo, puesto en
práctica. ¡Qué bien pensó Montesqui.eu cuando, impuesto en la politic a de Europa, dijo: "las Repúblicas sesostienen pOI' la. virtud, ]'as
Monarquías por el honor I " De consiguiente el Poder público que
desdeña esta negla de conducta echándose en brazos de un partido,
para llenar sus antojos i caprichos i, mas que todo, sus pasiones, está.
edificando sobre arena; será cuanto S€I quiera, pero ménos gobernante ; tiranizará, dominará con las armas, invocando en su favor la fuerza i 110 el derecho, imitando alorgulloso Alejandro cuando dijo a.
Darío : "R.econócem.e por tu amo, o las armas decidirán de quien es
el imperio. "
.
Recuérdese que el derecho de un solo hombre es mas precioso, i
venerable que la fuerza de la humanidad entera ; isi la fuerza está
condenada a perecer, el derecho nunca muere.
Si los pueblos cansados de sufrir.intentan con el reprobado medio
dé las armas, reconquistar BUB libertades violadas, no serán ellos responsables.sinó los Mandatarios que con sus imprudencias así los desesperan.
Si las hordas de Alarioo despedazaron el cetro de los romanos, qu.e se
tenían pOl" invencibles, fué por que el soldado, de Roma trocó el jénio
de Oésar i las virtudes de Cincinato,por los crímenes de Valeriano i
las liviandadcs de Mesalina. Si la civilizacíon de Europa surjió de
aquella. descomunal matanza, fué por que la Iglesia Católica suavizó
la ferocidad de Jos bárbaros, con la moral del Evanj.elio; moral, que
siendo la única que ha civilizado el mundo, es el mejor i mas fuerte
pedestal, en que deben apoyarse los Gobiernos, si quieren prosperar
i ser felices.
Destruir, pues, la Relijion, como por sistema se procura destruir.
la en este país, es, en sentir de Platou, destruir tambien la sociedad,
porque es axioma de los antiguos, que sin relijion no puede haber sociedad, J enofonte ha dicho que las naciones i ciudades que mas se
han acercado al culto divino, han sido las mas duraderas i las' mas'
sábias. Las leyes de Minos i de N urna, dice un célebre jurisconsulto' . - ...., -,
moderno, reposan enteramente sebre el temor de los Dioses. ~~Qe:'
"".\.
ron en el tratado dé las leyes coloca a la Providencia como la Jiase
de toda lejislaoíon ; i si N uma hizo de Roma un pueblo sagraqj») filé
con el fin de hacer de él, la. ciudad eterna,
~t'
Los paganos segun vemos, fueron mas discretos i mas sáb s.entre las tinieblas de lajentilidad, que nuestros publicistas i gobern
eSi~it~Ü.
modernos, a. la lua del E~anjelio, i en ,la mitad del siglo di:ez i nueve.
En resúmen : ningun cargo puede ni debe hacerse al Clero por
la. situacion presente, ni por las consecuencias que de esta l3ituaoioD
dimanen.
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-8Si no juramos, es porque ese juramento, a mas de exijirlo una
leS. inconstitucional, compromete nuestra conciencia d'e sacerdotes católicos, queriendo que atribuyamos al poder civil lo que es propio i
peculiar de la autoridad eclesiástica; porque al jurar desconoceríamos
la jurisdiccion, la. independencia, la libertad i derechos de la Iglesia,
sepáréndonos de este modo del centro de la unidad católica, fuera de
la cual, es dogma de fe, no puede haber salvación.
Si se quiere la prosperidad de la tierra' que nos vi6 nac~r, deróguense las leyes que, en malahora se dictaron, las que léjos de darla
.honor i gloria, la han colmado de oprobio i de vergüenza.
Deróguense, repetimos, reemplazándolas con las que dén amparo i proteccion al desvalido, seguridad al propietario, castigo al criminal, defensa al inocente; libertad a. la Iglesiai sus Ministros; i ent6nces, rodeando la bandera de Colombia, se verá al Sacerdocio, i con
él al pueblo entero, cumpliendo relijiosamentc sus deberes, i prestando de este modo el mas. fuerteapoyo :oí lag iustitucioues,
. N esotros no buscamos las banderfas políticas, o el medro personal, ni queremos que gobiernen estos o aquellos majistradosqne sean
de nuestro sabor, lo que queremos es que el que gobierne, gobiel'ne
para el pueblo, dando a todos garantías sin oprimir a nadie, porque
esto es lo que se entiende por verdadera libertad: que cada uno goce
del derecho propio, sin menoscabo del derecho ajeno.
-Póngase en práctica nuestro consejo, i a nombre del Señor que
proteje i engrandece a los pueblos i uaciones que le adornn; prometemos la paz, la prosperidad i gloria para este pobre pais, desecho i
agostado por el crimen, en castigo de haber despreciado i olvidado
a Dios.
.
Por último, séanos permitido a nombre nuestro, i de nuestros hermanos Sacerdotes, protestar, cómo solemnementeprotestamos,
centra
la temeraria como injusta imputacion que se nos ha hecho, de ser los
motores i asusadores de la guerra.
Suplicamos eácarecidamcnte a los amigos.dcl érden ide la paz.en
obsequio de la misma Relijiou tan ultrajada i perseguida, que bagan
valer toda su infiueneia,a:fin de impedir qlle las vías de hecho, si es
que por desgracia (lo que no esperamos) hai quien intente ponerlas
en planta, vengan a concluir con lbs poquísimos velementos de vida
social, que a duras pénas le han quedado a nuestra Patria después de
la contienda fratricida que acaba de pasar. El triunfo de la justicia
oprimida no debe buscarse entreel humo de los combates, ni entre
las charcas de la humana sangro ; por que la guerra siendopropia de!
salvaje, no deja con su fúnebre cortejo de eadévenes, de Irígrimas, de
viudas i de huérfanos mas que desolacion i ruina. I por mas justa i
noble que sea la causa, que al favor de ella triunfe, pierde mucho de
su mérito i valor. Abundantes son los medios con que un pueblo cat6lico i sufrido puede reconquistar pacíficamente sus derechos ultrajados.
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Supliquemos todos al Señor que, como ú,rbitro de los destinos de
los reinos i naciones, saque de la dura prueba que nos 1\:), mandado,
el triunfo de su justicia enojada, el escarmiento do la sociedad culpable, dando finalmente a nuestra Patria i a su Iglesia largos dias de
'Ventura i de felicidad que solo de ÉL espetamos.
]3ogotá, 2'7 de junio de 1863.
Presbíteros :
J. Benigno Pe1·illa,-Eulojio
Tfttnayo.':"Peilro J. .Jláz.
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