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La política exterior colombiana hacia el este asiático: el capítulo coreano Autor: Luis Fernando Vargas-Alzate1 Introducción Las relaciones entre Colombia y Corea del Sur, han estado proverbialmente movidas por una reciprocidad de afecto y profundo respeto, originada una vez se puso fin a la Guerra de Corea, luego de la firma del Armisticio de Panmunjom en 1953. Sin embargo, el dinamismo en el diálogo bilateral ha sido notablemente estático, por lo menos hasta la primera década del siglo XXI, cuando la administración Uribe Vélez retomó la necesidad de acercarse al Pacífico y sus múltiples actores. No queriendo anotar que a finales del XX se olvidó el tema, pero sí apuntando a unas relaciones poco fluidas. La Corea del pasado se remite al año 108 A.C con la primera invasión por parte de China y la creación de un país que resulta geográficamente estratégico para las tradicionales potencias de Japón, China y Rusia. Luego del periodo de Koryo, aparece la Dinastía Li que no sólo fue la de más duración, sino que fue el escenario de la constante pelea e influencia de las dos potencias orientales: China y Japón que dan paso a la apertura económica de Corea hacia Occidente. Episodios como las guerras Sino-Japonesa y Ruso-Japonesa dejaron a una Corea perteneciendo directamente a Japón, y que luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial terminó dividida en dos facciones ideológicas. Fue precisamente esa parte meridional la que defendió valientemente su existencia, liberándose del influjo socialista con ayuda de varios países, entre los que se incluye Colombia. La Colombia del pasado es una nación que desarrolló su estructura ligada a los resultados que las guerras civiles y la tradicionalidad que sus dos grandes partidos políticos impusieron. Sólo hasta finales del siglo XX y comienzos del XXI se presentaron cambios lo suficientemente profundos en todas sus áreas. La nueva constitución, escrita en 1991, fue 1 El presente trabajo se ha desarrollado con la colaboración de los estudiantes de Negocios Internacionales Sebastián Posada y Maria Esther Castelli, quienes han fortalecido la búsqueda de información y las discusiones sobre los avances alcanzados hasta el momento. Se trata de una primera exploración, sin profundo rigor conceptual, que debe leerse como el paso inicial a una investigación más elaborada en el futuro cercano. quizá el instrumento más importante para que la estructura del Estado y la mentalidad colectiva de la nación dieran un giro importante en su relación y diálogo con el exterior. A partir de las más recientes estrategias de internacionalización de la economía colombiana, surgió la posibilidad de replantear los vínculos que con los actores del Pacífico se han tenido. De tal manera que se involucró directamente a Seúl en los planes de acercarse a la región más promisoria desde la óptica económica, para el siglo XXI. Así, se ha llegado a acuerdos en diversas áreas, pero se ha dado un especial interés a la negociación de un tratado comercial que facilite el intercambio entre las dos naciones en esa materia. Dicho acuerdo será uno de los temas centrales del presente trabajo, dado que la administración Santos continúa apostándole a la estrategia de mantener el comercio como una importante fuente para la formulación y ejecución de la política exterior nacional2. La construcción de una relación bilateral Aunque resulte insistente e incisivo el desafortunado tema de lo tardío que se comprendió la importancia de los actores del este y sudeste asiático por la política exterior colombiana (PEC), es preciso dar inicio al presente trabajo académico aludiendo a dicho fenómeno y a la secuencia de cambios presentada durante la última década de relaciones internacionales del país. Ya Pio García (1997) lo había dejado bien presentado en su reconocida Dimensión Transpacífica de la Política Exterior Colombiana, cuando enfatizó en la necesidad de girar hacia el Pacífico (la Cuenca Asiática del mismo) en busca de mayores y mejores vínculos con la región. Y el mismo autor lo venía reclamando desde 1995 también, cuando en su obra “Mirar al Asia” presentó un atractivo panorama de lo que Asia, el Pacífico y puntualmente APEC representaba para la PEC, pero que no estaba siendo tenido en cuenta aún como punto focal de la dinámica global en la que Colombia debía insertarse. Las obras escritas de Pío García se convirtieron en un llamado de atención profundo a la gestión pública nacional, pero que por más insistencia en ello, fue muy poco lo que se modificó en la tradición nacional de acción y construcción de política exterior. El mismo autor colombiano había desarrollado un texto en 1994, titulado Asia en la Mira, en el que destacaba lo urgente de mirar hacia esa región por parte de los dirigentes nacionales. Un párrafo de esa reflexión expresó lo siguiente: Aun sin tener plena conciencia de "la vía este asiática de desarrollo", Colombia se va involucrando en ella, a través de las tres opciones a la mano: el cubrimiento diplomático, la participación en los entes de cooperación y las actividades de los agentes particulares (García, 1994; 2) Sin embargo, eso que se expresaba en su momento no fue realmente lo que se tomó como directriz fundamental del gobierno nacional. Al contrario, Asia y el Pacífico en general siguieron rezagados como puntos focales del ejercicio diplomático, político y comercial. Así lo atestigua la obra compilada por la profesora Roldán (2009), en su inventario de acciones y avances puntuales de la relación bilateral entre los dos actores del sistema internacional. El comienzo de una relación de amistad Aunque en relaciones internacionales no es común ni debe hacerse uso de la palabra amistad para referirse a los vínculos entre Estados, lo real es que en el origen del diálogo 2 Un reciente estudio adelantado por el autor de la presente ponencia, entrega como resultado final la confirmación de la tesis expuesta. El comercio gradualmente se ha entendido como una plataforma esencial en los procesos útiles a la formulación y ejecución de la política exterior en Colombia. La obra en mención está en proceso de revisión para su publicación en la revista Colombia Internacional de la Universidad de los Andes en Bogotá, Colombia. bilateral entre Colombia y Corea, éste ha sido visto, comprendido y analizado desde una acción de compromiso fraterno. Así lo han percibido autores como Cepeda y Pardo (1989), García (1997) y Roldán (2009), cuando señalaron el principio de un diálogo entre Seúl y Bogotá, como consecuencia de la Guerra de Corea. Incluso, textos críticos como son los de Bárbara Skladowska (2007), Álvaro Valencia y Jairo Sandoval (2001), también permiten una conclusión de este tipo. El acuerdo fundamental entre el presidente Laureano Gómez de Colombia, Washington y Seúl se hace rígido, y el Batallón Colombia es enviado en 1951 a defender los intereses de las democracias adscritas a la economía de libre mercado. Quizá una muy buena muestra de la fraternidad que movió el compromiso citado se deja entrever en los términos señalados por Skladowska (2007; 83) en su trabajo académico cuando indica que “también aquí se universalizan y aglutinan ciertos contenidos y, entonces, el conflicto, la patria, la Guerra de Corea quedan equiparadas con lo que nos es querido”. Muy particularmente también la Iglesia Católica tomaba partido en esta clase de compromiso. Se denotó una responsabilidad muy alta de la institucionalidad cristiana cuando se ponía la defensa de la religión casi al mismo nivel del amparo de la patria. La misma investigadora lo deja reseñado así cuando expone una destacada equivalencia entre el sentir patriótico y los sentimientos del creyente al interior del país. En sus palabras, “la unidad en la fe hizo las veces de un poderoso soporte del mito de unidad nacional” (Skladowska, 2007; 84). En 1951 la Guerra de Corea se desató. Era el tiempo de la Guerra Fría, y la lucha entre Washington y Moscú se perfilaba extendida por regiones periféricas dentro de las que terminó inmersa toda la península coreana. Ante dichas circunstancias, el gobierno de Colombia envió sus hombres y una fragata3. Luego de la condena dada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a Corea del Norte, Colombia participó en la fuerza multilateral que viajó a la región con objeto de repeler su ataque. El discurso del diplomático conservador Roberto Urdaneta Arbeláez –el 05 de noviembre de 1951-, citado por Cepeda y Pardo (1989), quedó expresado en los siguientes términos: (…) La fragata Almirante Padilla y el Batallón Colombia luchan con coraje en los frentes de Corea, por una noción cristiana de la vida. El gobierno resolvió ofrecer por vuestro conducto excelente su contingente para la cruzada anticomunista. Por todo ello, vuestro ascenso en nada menos que al solio del Libertador es garantía de la continuidad de la política internacional que alinea a Colombia al lado de las potencias occidentales y sostiene la solidaridad del hemisferio. Ante la participación de los militares colombianos en esa fuerza de paz que Naciones Unidas4 determinó enviar para resolver la situación de la península, empezó a darse un diálogo que catapultó la imagen del soldado y ciudadano colombiano en general, como personas de 3 Puede ser difícil determinar el número de efectivos militares colombianos que viajaron a defender los intereses de Occidente en la guerra. Cepeda y Pardo (1989) se refieren a 1000 hombres, mientras la embajada de Corea en Colombia, publica en su página oficial que fueron 4.300 efectivos. No obstante, el Decreto 3230 del 23 de octubre de 1950, que autoriza la participación colombiana en el conflicto, dio pie a la formación de un batallón menor de 1.080 hombres, tal como está referido en la obra de Tirado y Holguín (1995), por tanto podría señalarse que la cifra más cercana a lo real es la que Cepeda y Pardo (1989) han determinado en su investigación. De acuerdo con un reciente trabajo del profesor Adolfo León Atehortúa (2008), los Estados Unidos de América terminaron aceptando la participación de contingentes latinoamericanos con una cantidad mínima de mil hombres, cuando sus pretensiones iniciales pretendió tener a su disposición divisiones latinoamericanas superiores a los diez mil efectivos militares por cada país que decidiera apoyar la causa intervencionista. 4 La Organización de las Naciones Unidas estuvo dedicada cuidadosamente al problema de la península. Sin embargo la obtención del consenso frente a dicha situación se hizo supremamente compleja, dado que al interior del Consejo de Seguridad se encontraban dos Estados contradictores de las tendencias occidentales que habían dado vida a la organización luego de la Segunda Guerra Mundial: China y la Unión Soviética. Esta fue la primera ocasión en que la Organización conformó una fuerza multilateral para enviar a un lugar determinado en la defensa de intereses puntuales de las democracias occidentales. La información puede ampliarse en el texto de VargasAlzate (2010), sobre el rol diplomático de la ONU durante la Guerra Fría. altísima aceptación para la sociedad coreana. Luego del Armisticio de Panmunjom5, un sentimiento de agradecimiento frente a la sociedad colombiana quedó anclado en los dirigentes de la República de Corea. Fue así, entonces, como se dio inicio al diálogo bilateral entre ambas naciones. A pesar de ese punto inicial de contacto entre ambas sociedades, sólo fue hasta 1962 que los lazos políticos y diplomáticos se reconocieron por parte de ambas repúblicas (Roldán, 2009). Aunque eso no indica necesariamente la apertura de embajadas u oficinas consulares o misiones diplomáticas, pues pasaría casi una década para que esto se presentara.6 La embajada de Seúl en Bogotá sólo se abrió hacia 1971, cuando por iniciativa del gobierno coreano se construyeron lazos más formales con Colombia. Esto, ciertamente como consecuencia del proceso que se cito en el párrafo anterior. A su vez, hay una coincidencia del fortalecimiento del diálogo con Corea y la ampliación de las relaciones con muchos de los países asiáticos y oceánicos que tenían directamente sus costas sobre el océano Pacífico. Tal como resulta expresado en el trabajo del profesor García (1997), la fase de ampliación de las relaciones involucró a Australia (1975), Nueva Zelanda (1978), Tailandia (1979), Indonesia y China (1980), Malasia (1987) y Corea del Norte (1988). Este pudo ser el momento inicial del auge asiático para los nacionales de Colombia. A pesar de ello, la dinámica misma del diálogo político no prosperó lo suficiente. Para 1978 se presentó la apertura de la embajada colombiana en Seúl (Roldán, 2009), coincidiendo con un aislamiento pasmoso frente a China, obligado por las relaciones bilaterales con Washington y todo lo que el esquema de la Guerra Fría representaba en su momento. Un par de años más tarde, hacia 1981, se presentó la firma de uno de los documentos más importantes en la construcción plena del bilateralismo entre Colombia y Corea. Se trata del Convenio de Cooperación Técnica y Científica, el cual se puso en vigencia en febrero de 1982 y facilitó a ambos actores aprovechar los avances que en dicha materia se pudiesen presentar (Roldán, 2009). Posterior a la firma el acuerdo que recién se cita, el Centro de Comercio Internacional (1983), surgido dentro del diálogo UNCTAD/GATT7, empezó un análisis concienzudo de lo que la economía surcoreana podía estar representando a los intereses del mercado global. Como resultado de ello, surgió un estudio económico y de mercado en el que se puso especial referencia a las perspectivas de las importaciones procedentes de países en desarrollo. El análisis de las tendencias y la estructura de las importaciones, la posición ocupada al interior de la economía coreana, los reglamentos, trámites de importación, redes de distribución, publicidad transporte y comercialización; además de mucha información sobre empresarios y comerciantes del país, motivó a que muchas economías en desarrollo desearan estrechar lazos económicos con Seúl. Colombia no fue la excepción. Durante la administración de Virgilio Barco Vargas (1986-1990) se dio la primera iniciativa para que un mandatario colombiano de primera línea visitara Seúl en viaje oficial. Con tan mala fortuna para el jefe de Estado colombiano que tuvo que pasar muchos días hospitalizado en territorio coreano a causa de una delicada enfermedad (Barbosa, et.al., 2011), 5 El Armisticio de Panmunjom, firmado el 27 de julio de 1953, puso fin al conflicto en la península coreana, dejando todo como se hallaba al inicio del conflicto. El paralelo 38ºN continuaría siendo la línea divisoria entre las dos unidades políticas involucradas. 6 Según la investigación de Barbosa, Posada y Serrano (2011), para que se llegara a esta línea diplomática entre ambos Estados, tuvo mucho que ver la participación de Washington en el proceso de acercamiento. Las negociaciones, sin tener completa claridad sobre la iniciativa, se presupone que fue más el deseo coreano que el colombiano el que primó en la concreción 7 La UNCTAD es la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo y el GATT es el Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio. Ambos se convierten en importante antecedente de la configuración final de la Organización Mundial del Comercio, nacida a partir de la culminación de la Ronda Uruguay en 1994. lo que impidió alcanzar mejores acuerdos a los obtenidos quizá. No obstante, el deseo de formalizar vínculos económicos prosperó y se convirtió de manera gradual en el eje transversal de las relaciones bilaterales entre Corea y Colombia. Actualmente, por ejemplo, todo análisis que se hace de las mismas, tiene un punto del cual se desprenden: las negociaciones del tratado de libre comercio entre ambas economías. Curiosamente aunque el presidente colombiano Ernesto Samper visitó Seúl en 19968 los años 90 no fueron los más dinámicos en el diálogo que estos dos actores habían alcanzado hasta entonces. Si bien Colombia ganaba terreno en el espacio geográfico multilateral del Océano Pacífico, en términos bilaterales empezaba a evidenciar estancamiento. El trabajo del profesor García (1997) hace énfasis particular en los avances alcanzados en esa línea durante esta década. Para el año 94, por ejemplo, Colombia era aceptada en el PBEC (Pacific Basin Economic Council) y en el PECC (Pacific Economic Cooperation Council). Sin embargo, tampoco fue una gestión completa para la multilateralidad, dado que el ingreso al más importante de los Foros quedó en stand by, puesto que APEC (Asian Pacific Economic Cooperation) cerró su membresía en el segundo lustro de la década y Colombia se quedó por fuera. En esencia, lo que se permite entrever en el estudio de la región asiática con costas en el Océano Pacífico para la década de los años 90, es que Colombia hizo un intento por volcarse a la región, pero éste se vio contrastado por el bajo interés asiático y oceánico por entablar y fortalecer relaciones con el país (García, 1997). Para el siglo XXI la situación se va a tornar un tanto diferente. Con un alto componente económico, el diálogo entre Colombia y las economías con litoral sobre el Pacífico ha evolucionado radicalmente. Puntualmente con Corea del Sur el acercamiento ha sido más que evidente. En moneda contante y sonante, se habla de una cooperación desde Corea hacia Colombia del orden de U$D156.000 para 2005, U$D97.000 en 2006 y U$D3’000.000 para el año 2007 (Barbosa, et.al., 2011). A ello se suma que en 2008 y para los años posteriores, la cifra de cooperación internacional desde Corea recibida por el país continuó su ritmo ascendente, tal como lo enseña la Evaluación Conjunta de la Declaración de Paris, hecha por el Centro de Pensamiento Estratégico Internacional (CEPEI, 2010). En 2009 además, se estableció la oficina en Colombia de la KOICA (Agencia de Cooperación Internacional de Corea), para fortalecer las relaciones entre Seúl y Bogotá y para lograr que los avances dados durante toda la primera década del siglo XXI no quedaran rezagados. La creación de la citada oficina mantuvo la tendencia de atracción de cooperantes por parte del gobierno nacional que, como está presentado por la Presidencia de la República, durante los ocho años de la administración Uribe Vélez (2002-2010) avanzó de 120 millones de dólares en promedio por año, a unos 350. El siglo XXI abrió con la visita de Ban Ki Moon a Colombia, actuando como viceministro de Relaciones Exteriores de Corea y fue presagio de múltiples visitas de funcionarios da ambas naciones en las dos direcciones. No obstante, se hizo mucho más evidente el deseo colombiano de fortalecer los vínculos que el coreano mismo. Fueron a Seúl durante los primeros diez años del siglo, la Presidenta del Congreso de la República, el Vicepresidente, el Ministro de Minas y Energía, el director de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, la Ministra de Comunicaciones, y el ministro de exteriores, Fernando Araujo Perdomo, en busca de aceptación y réditos para el país. A su vez, se recibió en Colombia a los presidentes de KOICA, Jang-bum Shin (2008) y Daewon Park (2009), al ministro de asuntos patriotas y veteranos de 8 La visita oficial del presidente Ernesto Samper a Seúl se dio el día viernes 24 de octubre de 1996, tal como lo reseñó el periódico el Tiempo en su edición del mismo día. En ella se lograron algunos acuerdos bilaterales y se tuvo la oportunidad de participar, junto con empresarios nacionales, en algunas ruedas de negocios en las que se apreciaran las oportunidades para la producción colombiana en tierras coreanas. A su vez, se trató el tema de la atracción de inversión hacia el país. Corea, Yang Kim, al viceministro de conocimiento y economía, Young-Hak Kim, y al Viceministro de Asuntos Multilaterales de la Cancillería coreana (Barbosa, et. al., 2011). El último ministro de exteriores de la administración Uribe Vélez, Jaime Bermudez Merizalde, tuvo un buen desempeño frente al tema. Estuvo de visita en Seúl, reuniéndose con su homólogo y con el presidente de la República, el señor Lee Myung-bak, dando origen y posterior impulso a la negociación de un tratado de libre comercio entre las dos economías (Roldán, 2009). Su papel, junto con el de Luis Guillermo Plata, fue importante en la consolidación del Acuerdo de Promoción y Protección de Inversiones y el negociado para evitar la doble tributación entre los dos países. Dichos acuerdos, pero sobre todo el segundo, involucraron también los intereses de Chile, en algo que pudiese empezar a notarse más multilateral hacia la región pacífica. Dentro de los avances más recientes en la relación mutua, están los acuerdos de diverso tipo alcanzados en septiembre de 2011, en la visita que hiciera el jefe de Estado y gobierno colombiano a Seúl. Los presidentes Juan Manuel Santos y Lee Myung-bak estamparon su firma en cinco acuerdos de cooperación energética, minera y de infraestructura. Quizá lo más notable del encuentro bilateral es el hecho determinado por ambos gobiernos para subirle el nivel a la relación entre ellos. A partir de ese último dialogo se expresó que “ambos países han acordado elevar sus relaciones al nivel de asociación estratégica”, lo que dejó en muy buena posición a la diplomacia colombiana y política exterior del país en general (EFE, 2011). Una mirada no tan política La realidad en torno a la construcción de la bilateralidad entre Corea del Sur y Colombia es que no se tejió un vínculo tan político como sí simbólico y económico. La participación del Batallón Colombia en el conflicto en la península particularmente hizo que lo que en Colombia es poco común, sucediera. Hubo efectos de largo plazo en la relación entre los dos países. La política exterior colombiana, que no está ni ha estado planificada para obtener resultados de largo plazo9, obtuvo beneficios directos desprendidos da la participación en uno de los más sonados conflictos periféricos de la Guerra Fría. Involucrarse en la Guerra de Corea otorgó beneficios a largo plazo para la nación cafetera, que no estuvieron contemplados en un principio como contraprestación por la ayuda a la nación asiática en su lucha intestina contra la intervención directa del socialismo chino-soviético. La decisión de ingresar al conflicto, como se ha visto, no fue una decisión autónoma. Se trató antes que eso, de una presión ejercida por parte del gobierno estadounidense sobre toda la región latinoamericana (Urán, 1986), ante lo cual solo respondió la nación Colombiana, situándola hoy con importantes beneficios anclados a la tradicional “amistad”. Reforzando este punto está el hecho ya citado sobre el nivel político alcanzado entre los dos actores globales recientemente. La República de Corea ha elevado la relación con Colombia a categoría de Relación Estratégica tal como lo expresa, el embajador de Corea en Colombia, Choo Jong-Youn, en su saludo virtual en la web de la embajada: Ahora bien, Corea estableció relaciones diplomáticas con Colombia hasta 1962, después de haber sido el único país latinoamericano que envió un batallón de soldados (…) a luchar en la Guerra, sin tener en cuenta que para el momento las relaciones diplomáticas no estaban formalizadas. Es por esto que los lazos entre Colombia y Corea se basan sobre una relación de 9 Al respecto son muchos los trabajos e investigaciones que se han adelantado hasta llegar a esa conclusión. Autores, analistas e investigadores en general coinciden en ello. Dos obras importantes sobre las que el lector bien puede profundizar al respecto son la de Borda y Tickner (2011) y la de Ardila at. el., (2008). lucha, sacrifico y amistad histórica, que ha ido fortaleciendo e incrementando la relación bilateral a través de los años. Pero lo simbólico también empieza a ceder ante las coyunturas. De ahí que los lazos políticos se tornen cada vez más necesarios. Ya son varias las generaciones que han quedado atrás y no es fácil mantener el espíritu de agradecimiento si éste no va acompañado de acuerdos, cooperación estratégica y credibilidad entre las dos naciones. En su texto, Fernando Barbosa (2011) deja entrever la necesidad de lazos políticos más fuertes y duraderos: Desde otra perspectiva, la participación de Colombia en la Guerra de Corea, que ha sido el pilar más significativo desde el punto de vista simbólico en las construcción de las relaciones no sólo gubernamentales sino comerciales, cada día es menos conocida por los jóvenes coreanos. Y la generación de personas que participaron en la contienda y que se encargaron de la reconstrucción del país, los mismos que reconocían el aporte militar colombiano, cada vez están más lejos de las actividades en todos los campos (Barbosa, et. al., 2011). Tal como puede ser perceptible con relativa facilidad, el bilateralismo gestado desde Washington para estas dos naciones, no tuvo un origen identificado en la política doméstica de las mismas sino más bien en las circunstancias impuestas desde afuera. Una simbología heroica los mantuvo unidos durante un par de décadas y las razones económicas los conservaron hablando el lenguaje común de los negocios internacionales. La política y sus regímenes no fue lo que mantuvo la estabilidad de la que se ha gozado hasta ahora. Más puede atribuírsele a los intereses económicos que a otra cosa. Esto, aunque desde la Cancillería se tenga un listado de aspectos básicos para la relación, tales como salud, educación, medio ambiente y energía. En la relación bilateral objeto de estudio de la presente investigación, lo político y lo económico terminan siempre difuminados de tal manera que se hace incomprensible su separación. En el más reciente de los encuentros de alto nivel, cada palabra pronunciada por el presidente Juan Manuel Santos destacaba la importancia de las relaciones económicas con Corea (extracto de la página web de la Cancillería colombiana)10: El Presidente Santos recordó que hace 18 años visitó a Corea con la intención “fortalecer las relaciones comerciales, de buscar acuerdos comerciales y mejorar la relación comercial de los dos países”. Sin embargo, sólo hasta esta semana se concretó esta relación comercial con ese país asiático. “Todo esto lo que genera es empleo, producción, actividad económica, inversión. Eso ayuda a las condiciones que hemos considerado necesarias para lograr las metas. Mayor crecimiento económico, mayor inversión, que se traduce en más empleo y en más prosperidad”, recalcó el Jefe de Estado sobre los beneficios de los acuerdos firmados con Corea. El Presidente Santos consideró que las economías de Colombia y Corea son complementarias, por lo cual su potencial es inmenso. “El potencial de Colombia y Corea es inmenso. Son dos economías que se complementan. Y la experiencia coreana para nosotros los colombianos ha sido una experiencia que hemos querido vincularla. Necesitamos su tecnología, necesitamos su capacidad de producción. Por eso personalmente como Presidente me congratulo tanto de ese paso que hemos dado el día de hoy”, concluyó el Jefe de Estado. Quizá una de las más importantes razones políticas que unen a Colombia y Corea tenga que ver con lo requerido para el ingreso próximo de Colombia al APEC. En ello, ambos gobiernos han encontrado puntos convergentes y se ha notado que Seúl tiene un compromiso fiel para apoyar la causa nacional. No obstante, esta gestión puede tornarse también profundamente económica, pues lo que se persigue es el ingreso a un foro de economías promisorias del Pacífico que han trazado como reto fundamental, sacar adelante procesos de competitividad y crecimiento, útiles al desarrollo pleno de sus sociedades. 10 La información se encuentra en el siguiente link: http://www.cancilleria.gov.co/news/news/node/813 Información recuperada el 05 de mayo de 2012. El tema del ingreso de Colombia al foro APEC ha sido abordado ya por muchos investigadores que analizan cómo el país se esfuerza por alcanzarlo, aunque sin resultados positivos a causa de la suspensión de la membresía desde 199811 hasta la fecha. Las últimas economías en ingresar fueron Perú, Rusia y Vietnam. Sin embargo, el asocio con Corea del Sur es uno más de los eslabones de la cadena que puede llevar a Colombia a formar parte del citado club económico. Seúl ya se ha manifestado apoyando en todos los niveles políticos el ingreso colombiano (Roldán, 2009). El respaldo se renovó recientemente en un encuentro bilateral menos formal, desarrollado en Brasilia mientras se daba la posesión de la actual presidenta Dilma Rousseff en enero de 2011. Así quedó reseñado por la oficina de comunicaciones de la presidencia de la República12: El Gobierno de Corea del Sur le expresó este sábado su apoyo a Colombia para ingresar al Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (Apec). El respaldo fue expresado al Presidente Juan Manuel Santos por el Primer Ministro de la nación asiática, Kim Hwang-sik, durante una reunión bilateral celebrada en Brasilia en el marco de la toma de posesión de la Mandataria de Brasil, Dilma Rousseff. Durante la reunión, que duró media hora, el Primer Ministro coreano también invitó a Santos a visitar a Seúl este año. Añadió que Corea espera finiquitar lo más pronto posible las negociaciones del TLC con Colombia. Así mismo, Kim Hwang-sik destacó que muchas empresas surcoreanas están interesadas en participar en proyectos de infraestructura en Colombia. Le expresó también que los ciudadanos de su país quieren a los colombianos como hermanos de sangre y que esperan fortalecer sus lazos de amistad. Pero también se ha reafirmado en varias conversaciones que analistas, periodistas y académicos han tenido con altos diplomáticos coreanos. Es el caso, por ejemplo, de la entrevista que realizó a principios del año el internacionalista Gerney Ríos González (2012) al embajador coreano en Bogotá. El diplomático señaló que en efecto existe un compromiso directo para apoyar a Colombia en sus pretensiones de ingresar al foro, dadas las ventajas otorgadas por el Área de Integración Profunda. Sin embargo, también fue muy enfático en que Colombia debe demostrarle a los miembros del foro (APEC) que la economía nacional está lista para ajustarse a los lineamientos del mismo, en toda materia. Eso facilitará el consenso al interior del club económico que cumple ya dos décadas de existencia. La economía y la manera de entender el diálogo entre Colombia y Corea del Sur Puede señalarse sin temor a cometer errores, que es la economía de libre mercado y todo lo que ésta conlleva, lo que en mayor medida ha sostenido, procurado y fortalecido el bilateralismo entre las dos unidades políticas involucradas en el presente estudio. A diferencia de la relación política entre ellas, los inicios de la relación económica y comercial se sitúan fundamentalmente en las dos últimas décadas del siglo XX, incrementándose en mayor proporción el flujo comercial de Corea hacia Colombia, que el previsto en sentido contrario. Posterior al estudio desarrollado por el Centro de Comercio Internacional (1983) sobre el significado y las oportunidades de la economía coreana para otras economías en desarrollo, pudo definirse una serie de productos en los cuales había que orientar el esfuerzo de las 11 La membresía se suspendió coincidiendo con la crisis asiática de finales de los 90. Entre el 14 y 15 de noviembre de 1998 se determinó el ingreso de los últimos miembros (Perú, Rusia y Vietnam) y desde entonces no se ha admitido a nuevos miembros. Sitio Web APEC: http://www.apec.org/About-Us/About-APEC/MemberEconomies.aspx Fecha de consulta: mayo 08 de 2012. 12 http://wsp.presidencia.gov.co/Prensa/2011/Enero/Paginas/20110101_01.aspx Fecha de consulta: mayo 08 de 2012. exportaciones hacia ese potencial mercado. Productos alimenticios, materias primas agrícolas, semillas, nueces oleaginosas, aceites, grasas, pieles, cueros, madera, textiles, productos de metal y mineral de hierro, maquinaria y utensilios eléctricos, barcos y botes, entre otros, estuvieron dentro de la consideración realizada. La economía colombiana, y su sector productivo en general, empezó a analizar las opciones existentes. No obstante, el avance comercial o de flujos entre exportaciones e importaciones de las dos economías en estudio permaneció por niveles muy bajos. Para 1971, Colombia estaba exportando a Corea alrededor de doscientos mil dólares. Cinco años después la cifra se había ampliado a U$D1’400.000, y en 1981 se determinó un valor total de U$D2’800.000 (Centro de Comercio Internacional, 1983). Se trató hasta la década de los 80 de un flujo muy bajo de exportaciones nacionales hacia ese mercado, lo que puede explicarse fácilmente dadas las condiciones y circunstancias que el modelo económico colombiano poseía. Luego de los 90 se dio el proceso aperturista que tiene al país exportando cifras mucho más decorosas frente a las exigencias del mercado mundial y específicamente coreano. Según Mincomercio, para 1991 por ejemplo, las exportaciones desde Colombia hacia Corea del Sur estuvieron situadas enU$D17’244.104 y la evolución se fue dando de manera gradual hasta llegar a una cifra de U$D372’660.520 para 2010. Sin embargo, el mismo Centro de Comercio Internacional informó, a través de Trade Map, que las exportaciones de Colombia hacia Corea del Sur habían decaído en casi 98 millones de dólares, pues la cifra reportada fue de U$D275.416.000, hecho que genera muchas inquietudes sobre lo que pueda representar o no la negociación del tratado de libre comercio con los coreanos. Ahora desde la perspectiva de las importaciones, y según datos del estudio adelantado por el Centro de Estudios Asia Pacífico (Roldán et. al., 2011), entre 2006 y 2010 las importaciones de Corea del Sur a Colombia se incrementaron en un 23.6%. Recíprocamente las exportaciones de Colombia hacia Corea del Sur crecieron en un 85,3% en el mismo periodo. Es importante tomar nota del cambio drástico entre la relación comercial de los dos países a partir de los inicios del siglo XXI, momento en el cual se hace evidente el incremento exponencial en el intercambio de bienes entre ambas naciones, con una evidente etapa de receso entre los años 2008 y 2009. Y aunque realmente el flujo de intercambio entre las dos naciones ha presentado el citado incremento, cabe resaltar que las exportaciones colombianas a Corea del Sur para el año 2010 tuvieron una equivalencia de sólo el 0,94% de todas las exportaciones del país, igualmente las importaciones del país desde Corea del Sur para el mismo periodo tuvieron una participación del 2,31% del total de las importaciones (Roldán, et. al., 2011). Resulta impactante está cifra si se mira que del año 2001 al 2011 las exportaciones Colombianas a Corea del Sur han crecido en un 803%, inclusive antes de que se tenga en ejecución EL TLC con la misma. Históricamente el comercio entre las dos naciones ha tenido las variaciones que pueden percibirse en las gráficas expuestas a continuación. En primera instancia se presenta una gráfica en la que puede percibirse el avance de los flujos de exportaciones a partir de la Apertura Económica en Colombia. Tal como se ha descrito en líneas anteriores, la movilidad o el volumen de exportaciones fue realmente muy bajo, sólo hasta el siglo XXI se presentará el quiebre positivo para Colombia en sus ventas hacia el país asiático. EXPORTACIONES COLOMBIANAS A COREA DEL SUR $400,000,000 $350,000,000 $300,000,000 $250,000,000 DOLARES $200,000,000 $150,000,000 $100,000,000 $50,000,000 2011 2010 2009 2008 2007 2006 2005 2004 2003 2002 2001 2000 1999 1998 1997 1996 1995 1994 1993 1992 1991 $0 Gráfica 1. Fuente: Elaboración propia con información de trademap.org http://www.trademap.org/Bilateral_TS.aspx En un período más corto, que sólo incluya la primera década del siglo XXI, la gráfica deja de ser tan plana en sus primeros segmentos y se orienta directamente al ascenso exportable de productos nacionales que empezaron a ser demandados por los coreanos. Esto es consecuente con las explicaciones iniciales en las cuales se demostró el acercamiento de la administración Uribe Vélez con algunos actores relevantes del Pacífico. 500000 EXPORTACIONES DE COLOMBIA A COREA DEL SUR 450000 400000 350000 300000 250000 200000 150000 Miles de Dolares 100000 50000 0 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 Gráfica 2. Fuente: elaboración propia con información de trademap.org http://www.trademap.org/Bilateral_TS.aspx 2010 2011 La gráfica de las importaciones o compras que Colombia hace desde la economía coreana, para la primera década del siglo XXI, se resume en el siguiente ejercicio: IMPORTACIONES DESDE COREA DEL SUR 1800000 1600000 MILES DE DOLARES 1400000 1200000 1000000 800000 600000 400000 200000 0 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 Gráfica 3. Fuente: elaboración propia con información de trademap.org http://www.trademap.org/Bilateral_TS.aspx Luego de hacer seguimiento al detalle de la relación comercial, Se evidencia con relativa facilidad que el incremento de la actividad con Corea no se reduce netamente al tema comercial; podemos ver según datos obtenidos por el Centro de Estudios Asia Pacifico a través del Korea Exports-Imports Bank, que la inversión Coreana en Colombia a principios de la década, es decir años 2000, 2001 y 2002 resultó prácticamente nula; para el año 2007 esta inversión rondaba los 22 millones de dólares, llegando en el 2010 a los 26 millones, después de superar un bache en los años 2008 y 2009 como consecuencia a la crisis global. Cabe anotar que de las importaciones realizadas por Colombia desde Corea del Sur en el periodo 2006-2010 el 27,1% fueron automóviles, es decir productos con alto valor agregado que no se producen en Colombia, mientras que las exportaciones realizadas por Colombia en el mismo periodo tuvieron un alto componente de commodities o producción manufacturera de relativo bajo valor agregado. Se totalizó, entre otros productos, un 30,3% fue ferroníquel y un 20,3% de café sin tostar, sin descafeinar. A partir de ello, es perceptible que la vocación de las ventas colombianas hacia el exterior se mantienen en una línea del comercio internacional adscrita al a exportación de materia prima, por lo que se requiere incentivar el desarrollo de productos de alto valor agregado, en procura de altos niveles de competitividad. La evolución que se percibe en las gráficas sobre los flujos de comercio entre las dos naciones13, gradualmente se fue convirtiendo en un llamado de atención para sus gobiernos en procura de acuerdos que faciliten el diálogo comercial. Un tratado de libre comercio (TLC) no estaría necesariamente en las conversaciones iniciales. Sin embargo, a eso se llegó luego de estudios previos que posibilitaron su negociación. Informaciones actualizadas a 2011 ponen de manifiesto el flujo comercial entre las dos economías en un estimado de dos mil millones de dólares. No obstante, por alguna razón, el nivel de ventas a ese destino decayó para el último 13 Es importante diferenciar este flujo de exportaciones e importaciones entre los dos mercados de lo que pueda representar el de inversiones. Al respecto, la presente investigación tendrá una sección especial, con objeto de medir las variaciones de las mismas al finalizar la negociación del tratado de libre comercio entre ellos. año, pues tal como se deja ver en la gráfica 2, hubo caída en las exportaciones. Mientras que las compras mantuvieron la tendencia. Un tratado de libre comercio Ante ese panorama analizado hasta el momento, surgió, entonces, la idea de vincular a ambas economías en la dirección del libre comercio. Superados los acuerdos preferenciales o de alcance parcial entre Colombia y Corea del Sur, se decidió por parte de ambas administraciones dar marcha a la negociación directa de un tratado que redujera al mínimo posible las cargas impositivas al comercio, facilitara el ambiente de negocios y diera atractivos beneficios a la inversión. Así se dio marcha a las conversaciones, a partir del 18 de noviembre de 2009, cuando en el desarrollo del encuentro de Inversión Colombia 2009 se avaló el resultado del estudio de pre factibilidad elaborado por Fedesarrollo y se trazó la fecha del 07 de diciembre para dar comienzo a las negociaciones del acuerdo. Efectivamente, tal como se pactó en el primer acercamiento en Bogotá, la primera ronda de negociaciones del TLC se desarrolló en Seúl, entre los días 07 y 09 de diciembre del año 2009. En su momento, de acuerdo con el ministerio de comercio, industria y turismo colombiano, las exportaciones nacionales hacia Corea se situaron (entre enero y septiembre) en 74 millones de dólares; mientras la cifra de importaciones estuvo instalada en 482 millones para el mismo período. En esencia se trataba, en su momento, de una balanza comercial ampliamente desfavorable para el país. Dicho desbalance sigue vigente hasta el presente, cuando se habla de un desequilibrio superior a los mil millones dólares, como se dejó evidenciado en las gráficas anteriores. Las rondas de negociación han venido dejando un camino de avances en el diálogo bilateral comercial que ha puesto a muchos sectores económicos del país a analizar las posibilidades que se abren ante la puesta en marcha del acuerdo que se negocia. A continuación se deja una reseña del proceso y de los logros más relevantes que se han alcanzado hasta la culminación del sexto encuentro, recientemente realizado en la ciudad de Cartagena de indias, en Colombia. Rondas de negociación del Tratado de Libre Comercio y evolución temática14 Primera ronda, negociada en Seúl, Corea Se da inicio al proceso de negociación Fecha: 07 al 09 de diciembre de 2009. Creación de la estructura, objetivos y principios del tratado, se recordó la importancia del sector servicios para ambos países el cual representa un crecimiento del PIB coreano y una posibilidad atractiva de inversión para Colombia Segunda Ronda, negociada en Bogotá, Colombia Lugar y fecha Agricultura Reglas de Origen Política de Competencia Bogotá, 1 al 5 marzo, 2010. -Corea indicó no ver la necesidad de contar con una sección de agricultura y solo propone un artículo relacionado con salvaguardia agrícola. - No es de interés coreano la inclusión de disciplinas como subsidios a la exportación, -Se pactaron total o parcialmente los siguientes artículos: certificado de origen, solicitud de trato arancelario preferencial, solicitudes posteriores al trato arancelario preferencial, exención al certificado de origen, obligaciones -La definición de prácticas anticompetitivas. Sobre este punto las partes manifestaron su entendimiento común sobre la capacidad de cada legislación de determinar el contenido de las prácticas consideradas restrictivas. 14 Entrada temporal de personas de negocios -Dentro de los temas ya acordados se encuentra la obligación general de otorgar las visas y documentos confirmatorios a las personas de negocios; la limitación al costo de las visas en relación al costo del análisis de los documentos presentados; eliminación de las evaluaciones de necesidad económica para casi todas las categorías de personas de negocios. Inversión -Avances importantes en lo relacionado con el mecanismo de solución de controversias inversionista. (Agotamiento de la vía gubernativa o negociaciones como condiciones previas al arbitraje internacional). Asuntos Institucionales Se acordaron principios rectores del Tratado, tales como: • La importancia de reconocer reglas claras para el intercambio comercial de bienes y servicios • El reconocimiento de la importancia de eliminar las barreras que impiden el comercio y la inversión en el territorio de las La información contenida en los cuadros que reflejarán el avance de las negociaciones y sus resultados ha sido extraída del sitio web oficial del Ministerio de Comercio Industria y Turismo de Colombia. La dirección consultada es: http://www.tlc.gov.co/publicaciones.php?id=738 Fecha de consulta 12 de mayo de 2012. administración de contingentes y cualquier subcomité especializado. Partes. • El compromiso de desarrollar el comercio y la inversión protegiendo el medio ambiente. • El deseo de incrementar los estándares en los niveles de vida, promover el crecimiento y la estabilidad económica, creación de nuevas oportunidades de empleo al liberar y expandir el comercio y la inversión en sus territorios. • El fortalecimiento de los lazos de amistad y cooperación entre las partes. -Se acordó la creación de la Comisión de Libre Comercio conformada por los Ministros de Comercio de las dos Partes. respecto a las exportaciones, requisitos para mantener registros, discrepancias y errores de forma. Tercera ronda, negociada en Seúl, Corea Lugar y fecha Agricultura Reglas y procedimientos de origen Administración aduanera y facilitación al comercio Medidas sanitarias y fitosanitarias Servicios de telecomunicaciones Seúl, 14 al 18 de junio de 2010. -Solo una pequeña parte de las exportaciones coreanas se benefician de los subsidios y para ellos están permitidos en el marco de la OMC. -Corea propone no establecer un comité específico para agricultura, sino uno general para todo acceso en bienes. -Se ha pactado alrededor de un 40% de los REOs en los siguientes capítulos: productos minerales, sector químico, plásticos, caucho y sus manufacturas, pieles y peletería, madera, corcho, pulpa de papel, productos editoriales, sombreros, paraguas, plumas, cerámica, vidrio, joyería, manufacturas de piedra, herramientas y manufactura de metal, instrumentos musicales, manufacturas diversas, obras de arte. -REOS: productos agrícolas básicos y procesados, papel y sus manufacturas, sector textil confección, calzado, electrodomésticos, sector automotor. -Se acordó una cláusula mediante la cual se desarrollará conjuntamente un acuerdo de asistencia mutua en cooperación entre aduanas con el fin de evitar las infracciones a la legislación aduanera. -Se acordó los derechos de revisión y apelación para los importadores y exportadores. -Uso del lenguaje español y coreano como alternativo. -Corea tiene gran sensibilidad en contar con disciplinas detalladas, nunca las han pactado en un TLC. -Garantiza que las empresas de la otra Parte tengan acceso y puedan hacer uso de cualquier red y servicio público de transporte de telecomunicaciones, incluido circuitos arrendados, ofrecidos en su territorio o de manera transfronteriza, en términos y condiciones razonables y no discriminatorios. Entrada temporal de personas de negocios Duración de la estadía: – Visitantes de negocios: hasta 90 días. – Comerciantes e inversionistas: hasta 2 años. – Transferencias intra-corp: hasta 2 años. – Prestadores de servicios bajo contrato: hasta 1 año o periodo del contrato (lo que sea menos) -Están evaluando la posibilidad de ampliar los periodos. Cuarta ronda, negociada en Santiago de Cali, Colombia Lugar y fecha Cali, 4 al 8 de octubre de 2010. Defensa comercial -En materia de dumping y medidas compensatorias, se revisaron las propuestas de ambas partes en el sentido de si se debe o no incorporar normativa que vaya más allá de la OMC. Propiedad intelectual -Se discutieron los temas pendientes cubriendo los temas objetivos, protección más extensa de los derechos, trato de nación más favorecida, disposiciones generales sobre salud pública, biodiversidad, marcas, derechos de autor y derechos conexos, transferencia de tecnología y cooperación. Reglas de origen -Se acordó la regla específica para los productos que se listan a continuación: biodiesel, colofonias, ácidos resínicos, llantas usada y otras manufacturas, laminados de acero inoxidable, alambres, tiras y accesorios de tuberías de cobre, juguetes, juegos, artículos para recreo o deporte. Quinta ronda, negociada en Seúl, Corea Lugar y fecha Agricultura Reglas de origen Defensa comercial Seúl, 10 al 14 de octubre de 2011. -Corea manifestó que en ningún otro -Se acordó la redacción para: Artículo 3.1: Originating Goods, -En materia de salvaguardia global está acordado que cada Propiedad intelectual -Se acordaron los artículos de Cooperación -Se acordó desarrollar acuerdo han tenido la sección agrícola y que por visibilidad política sería difícil mantenerla, reiterando que el único artículo que acostumbran tener es el de salvaguardia y que solamente existe sección agrícola en el acuerdo que se pactó con Estados Unidos. relacionado con los criterios generales para la obtención de carácter originario de las mercancías. Artículo 3.11: Packaging Materials and Containers for Retail Sale, en donde se establecen las condiciones de empaque para las mercancías totalmente obtenidas acondicionadas para la venta al por menor. -En cuanto a los Requisitos Específicos de Origen del sector agrícola, se logró acuerdos en las reglas para: Las Preparaciones alimenticias diversas, en donde se incluyen las preparaciones de café, té y yerba mate, helados, sopas, salsas, levaduras y preparaciones homogenizadas. Parte conserva sus derechos y obligaciones en virtud del artículo XIX del GATT de 1994 y el Acuerdo sobre Salvaguardias. -En materia de dumping y medidas compensatorias, se logró consenso en la totalidad del texto sobre la aplicación de derechos antidumping y compensatorios. Lo anterior, teniendo en cuenta que Corea retiró sus aspiraciones de obtener reglas OMC plus con carácter obligatorio. Se llegó a un consenso en incorporar solamente algunas reglas de carácter potestativo que no están en contradicción con la legislación colombiana, relacionadas con la prohibición de la práctica del zeroing, menor derecho, y notificación y consultas a fin de garantizar la plena transparencia en la aplicación del Acuerdo Antidumping de la OMC. objetivos, protección más extensa de derechos, marcas, derecho de autor y derechos conexos. Siguen en discusión los temas de Trato de Nación más favorecida, disposiciones generales, salud pública, biodiversidad y transferencia de tecnología y cooperación. cooperación en temas como ciencia y tecnología y pymes. Sexta ronda, negociada en Cartagena de Indias, Colombia Lugar y fecha Cartagena, 23 al 27 de abril de 2012. Cooperación -El capítulo de Cooperación concluyó satisfactoriamente, generando oportunidades para el fortalecimiento comercial y aprovechamiento del tratado, lo que beneficiará a varios sectores de la economía nacional, como agricultura, pesca y acuacultura, silvicultura, transporte marítimo, tecnologías de la información y las comunicaciones, energía y recursos minerales, PYMES, comercio e industria, ciencia y tecnología, turismo y cultura. Industria -Las partes acordaron fortalecer y desarrollar la cooperación en materia comercial, de inversiones y tecnología, de lo cual podrán sacar provecho las industrias de autopartes y automóviles, cosméticos y cuidado personal, textiles y diseño de modas, electricidad y bienes conexos, software y tecnologías de la información, turismo de salud y electrodomésticos. Compras públicas -Se concluyó el anexo de sectores y empresas incluidas, para lo cual se definió la cobertura y el modo de aplicación del anexo de servicios que define las condiciones de participación de potenciales licitantes colombianos en las compras oficiales de Corea y viceversa. Reglas de origen -Acuerdos en requisitos específicos de algunos productos agrícolas como las harinas e industrias como los pigmentos y los vehículos. También se logró concluir la lista de productos cubiertos por las disposiciones relacionadas con el complejo industrial de Gaesong. Medidas sanitarias y fitosanitarias -Se acordaron las provisiones relacionadas con objetivos, ámbito de aplicación, derechos y obligaciones, así como los temas de evaluación de riesgo y la estructura y funciones del comité que operará como un canal privilegiado para solucionar los aspectos relacionados con las medidas sanitarias y fitosanitarias de los países. La Coalición Proindustria Una vez puesta en marcha la negociación del tratado de libre comercio entre Colombia y Corea del Sur, se empezaron a escuchar las voces de protesta frente a la misma. Entre ellas, se gestó una coalición particularmente activa. Se trata de la coalición Proindustria, una asociación de industriales, empresarios, congresistas, académicos, ONG y comerciantes que están en contra de la negociación del tratado y que respaldan sus acciones o posiciones bajo las mismas condiciones que han expuesto los detractores del libre comercio con los Estados Unidos. Han sentado posición en relación con la posible destrucción de múltiples empleos en los sectores a los cuales pertenecen. Sin embargo, un seguimiento detallado en las áreas críticas, podría demostrar que no en todos los sectores están acertando en los argumentos expuestos. En lo que el trabajo desarrollará en su segunda etapa, se profundizará en el rol de la coalición y en los resultados del seguimiento a sus demandas o peticiones. Referencias Ardila, M., Carvajal, L., Garay, J., Marín, M., Niño, J. & Puyana, J. (2008). La toma de decisiones en la política exterior colombiana. Universidad Externado de Colombia, Bogotá, Colombia. Atehortúa, A. (2008). Colombia en la Guerra de Corea. En Folios, 27. Pp. 63-76. Barbosa, F., Posada, E. & Serrano, E. (2011). La Inserción de Colombia en el Asia Pacífico. 2020: Colombia en el nuevo océano. Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano y Ministerio de Relaciones Exteriores, Bogotá. Borda, S. & Tickner, A. (2011). Relaciones Internacionales y política exterior de Colombia. Universidad de los Andes, Bogotá. Centro de Comercio Internacional. (1983). República de Corea: un mercado para productos de otros países en desarrollo. UNCTAD/GATT, Ginebra. Pp. 146. Cepeda, F. & Pardo, R. (1989). 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