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LA TEORIA DEL DESARROLLO EN AMARTYA SEN1
Ismael Muñoz Portugal2
INTRODUCCIÓN
Amartya Sen es un economista hindú, ganador del Premio Nobel de Economía en 1998,
cuya formación se inició en Calcuta (India) y Cambridge (Inglaterra). Es especialista en temas
de teoría de la elección, la economía del bienestar, la pobreza y el desarrollo. Ha enseñado en
las universidades de Delhi, Londres, Oxford y Harvard. En la actualidad se halla trabajando en
°
el Trinity College de la Universidad de Cambridge en Inglaterra .
Ha presidido la Sociedad Econométrica, la Asociación Económica Internacional, la
Asociación Económica de la India y la Asociación Económica Americana. Su interés por
vincular la economía a otras disciplinas lo ha llevado a investigar en los campos de la filosofía
moral y la ética. Ha influenciado fuertemente en el cuerpo conceptual del Programa de
Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD), expresión de lo cual son los Informes Sobre el
Desarrollo Humano, que dicha institución publica anualmente desde 1990.
El Premio Nobel de Economía le fue otorgado en un momento en que a nivel mundial se ha
iniciado una dura crítica a la economía capitalista global y al pensamiento neoliberal, por su
incapacidad de enfrentar y resolver problemas cruciales de la humanidad: la agudización de la
pobreza, la desigualdad global creciente, el deterioro del medio ambiente, las crisis financieras,
etc. Sobre estos temas ha surgido bibliografía cada vez más abundante, en particular sobre
propuestas creativas y debates en torno a alternativas económicas. El libro más reciente de
Amartya Sen presenta el cuerpo central de su teoría y se llama “Desarrollo como Libertad”
(Development as Freedom, 1999).
LA POBREZA Y LAS HAMBRUNAS
Uno de los descubrimentos más importantes de Sen es lo referente a la causa de las
hambrunas que han asolado varios países en el presente siglo, en particular en Asia y Africa.
Contrario a lo que hubiera podido creerse, la mayor cantidad de muertes por hambre ocurrieron
en circunstancias en que la oferta alimentaria, en los países donde ocurriera esta desgracia
humana, era elevada. Es decir, la causa de las hambrunas no fue la escasez de alimentos en el
país correspondiente que sufría la hambruna, menos aún en el resto del mundo. La causa de la
muerte por hambre de millones de personas ha sido principalmente la falta de empleos e
ingresos para adquirir los bienes esenciales, que existían en cantidades suficientes en cada país.
Más todavía, Sen señala lo siguiente: “aunque el mundo, en su globalidad, conozca hoy
una prosperidad sin precedentes, no han desaparecido las bolsas de hambruna y malnutrición
crónica. Lo mismo en países industrializados que en el Tercer Mundo siguen siendo endémicas
enfermedades que pueden desarraigarse, muertes que son evitables. Detrás de esos problemas
hay siempre una razón económica”3. Por ello, sus investigaciones se sitúan en el camino de
encontrar explicaciones económicas que lleven a la formulación de políticas que hagan posible
evitar la escasez y superar la pobreza.
1
MUÑOZ PORTUGAL, Ismael (2000) “La visión de Amartya Sen sobre el desarrollo” in: Revista de Teología, Arequipa, UCSMPPT, nº 7, p. 33-46.
2
Economista. Investigador en el Instituto Bartolomé de Las Casas-Rímac; y Profesor de la Pontificia Universidad Católica del Perú.
Actualmente (2007) Sen está enseñando en Harvard otra vez. Nota de BVdM.
3
Amartya Sen: “La vida y la muerte como indicadores económicos”, Investigación y Ciencia, julio, 1993.
Con frecuencia al buscar explicaciones económicas al problema del hambre, se piensa
que depende de la política de producción y distribución de alimentos. Pero esta política suele
basarse sobre todo en la información y datos estadísticos agregados de la disponibilidad en la
cantidad de alimentos per cápita en cada país. Lo absurdo, y sin embargo así ha ocurrido
realmente, es que puede darse una hambruna y gran mortandad de personas con un valor
elevado de la cifra de oferta alimentaria agregada. La conclusión de este punto es que la
confianza en esas simples cifras crea una engañosa sensación de seguridad y, con ello, hace que
los gobiernos eludan el tomar las medidas oportunas para evitar el hambre.
Amartya Sen indica que “para comprender más adecuadamente el fenómeno del
hambre hay que examinar los canales de adquisición y distribución de los alimentos y estudiar
cómo y en razón a qué tienen acceso a éstos los distintos sectores de la sociedad. La hambruna
sobreviene porque una fracción importante de gente pierde los medios para obtener comida, por
culpa del paro (caída del empleo), la depreciación salarial o una grave alteración de los
términos de intercambio entre la venta de bienes y servicios y la compra de alimentos.”4
Los casos de hambrunas que han ocurrido en el mundo, y que han sido estudiados por
este economista, son varios y corresponden al Asia y Africa, por ser lo más cercano que ha
tenido en la experiencia. Entre muchos casos, tenemos la hambruna acontecida en Bangla Desh
en 1974. En este año en dicho país la cantidad de alimentos por persona era alta, mayor que en
cualquier otro año entre 1971 y 1976. Sin embargo, el problema fue causado en un inicio por
inundaciones que impidieron la contratación masiva de jornaleros para el trasplante de arroz,
haciendo que se quedasen sin empleo y sin ingresos cientos de miles de trabajadores.
Sin salarios y sin ningún otro ingreso, debido a que estas personas viven al día con lo
que ganan, no pudieron comprar más comida y llegaron a ser víctimas del hambre. El pánico
agravó más la situación, provocó aprovisionamientos por precaución y acaparamientos de
mercancías entre el resto de personas; y los precios de los alimentos se dispararon. En el
momento en que los precios alcanzaron su nivel más alto en octubre de 1974, también se
alcanzó en este mes la máxima mortandad.
Ha sido frecuente que se hayan producido hambrunas cuando las estadísticas mostraban
poca o ninguna disminución de la oferta alimentaria. Así fue durante el hambre que azotó
Bengala en 1943, episodio que Amartya Sen vivió y observó directamente cuando era aún niño
en aquella provincia de la India, y como sucede casi siempre en estos casos se queda grabado
en la memoria.5 La caída del poder adquisitivo de los salarios que percibían los jornaleros del
campo fue lo que hizo que se extendiese el hambre, producto de lo cual murieron casi 3
millones de personas. Sin embargo, el drama estuvo circunscrito a sólo un sector de la
población, los más pobres; pues aquellos de mayores recursos económicos no sufrieron
absolutamente el problema.
De manera similar, en 1973, una hambruna en la provincia etíope de Wollo fue causada
por una sequía; la cual se prolongó mucho y empobreció fuertemente a la población de aquella
provincia, pero no redujo mucho la producción de alimentos en el conjunto del país. Como la
capacidad adquisitiva de los habitantes de Wollo quedó muy disminuida, resultó que en esta
provincia los precios fueron a menudo más bajos que en cualquier otra parte del país; y por ello
varios cargamentos de alimentos fueron sacados de esta región castigada por el hambre para
venderlas en zonas de mayor capacidad de compra.
Este trágico giro de los acontecimientos se dio también durante la década de 1840,
cuando en Irlanda la población pasaba una fuerte hambruna, pero se enviaban alimentos a
Inglaterra, donde podían venderse a mejor precio, dado el momento de prosperidad por el que
4
Sen, Op.cit.
Ver en Amartya Sen: “Individual freedom as a social commitment”, en The New York Review, junio 14, 1990. Hay versión en
español: “La libertad individual como compromiso social”, Instituto Bartolomé de Las Casas-Rímac, enero, 1993.
5
pasaba dicho país. En Irlanda en aquella década murieron decenas de miles de personas. Luego,
con el cultivo extensivo de la papa llevada del Perú, las hambrunas no volvieron a repetirse en
la misma intensidad.
El papel de los gobiernos, es decir, del Estado, es fundamental tanto para aliviar como
para prevenir las hambrunas. Un aspecto importante es el que se refiere a la relación existente
entre economía y política. El hambre es evitable dice Sen, “si el gobierno tiene el incentivo
necesario para actuar a tiempo. Es significativo que ningún país democrático con una prensa
relativamente libre haya padecido jamás una hambruna. Y esta generalización vale tanto para
las democracias pobres como para las ricas. Una hambruna puede azotar a millones de
personas, pero rara vez alcanza a los gobernantes. Si estos han de procurar que se les reelija y
la prensa es libre para informar sobre la plaga de hambre y para criticar las medidas políticas,
existe ahí un incentivo para que los gobernantes emprendan acciones preventivas.”6 En la
India, por ejemplo, las hambrunas cesaron con la independencia de Inglaterra en 1947. Un
sistema democrático pluripartidista y una prensa relativamente libre hicieron obligatoria, en
caso de amenaza de hambruna, la actuación del gobierno. Resulta de estos estudios que las
hambrunas más terribles se han dado en países bajo regímenes no democráticos o dictatoriales.
EL DESARROLLO COMO EXPANSIÓN DE CAPACIDADES
Pasar de la pobreza y su expresión más terrible como son las hambrunas y los millones
de muertes que producen al enfoque sobre el desarrollo parece un salto demasiado grande. No
es así, sin embargo, dado que la única manera de evitar en el largo plazo que estas realidades se
repitan es avanzar por una ruta de progreso y de mejor distribución de la riqueza y del ingreso.
El crecimiento económico, la equidad en la distribución y la satisfacción de las necesidades
básicas, son necesarios en esta ruta de desarrollo, pero no son todavía insuficientes y no
garantizan por sí solos un desarrollo auténticamente humano.
La concepción que sugiere Amartya Sen no es repetir el camino seguido por los países
actualmente industrializados, con alto producto o ingreso per cápita, sino explorar una nueva
manera de ver el desarrollo en donde el eje esté puesto en la expansión de las capacidades
humanas, donde el ser humano sea el centro y fin de la actividad económica y no un simple
instrumento de crecimiento y ampliación de la producción. Este aporte ha sugerido la siguiente
definición en organismos de Naciones Unidas:
“El desarrollo humano es un proceso mediante el cual se amplían las oportunidades de
los individuos, las más importantes de las cuales son una vida prolongada y saludable, acceso a
la educación y el disfrute de un nivel de vida decente. Otras oportunidades incluyen la libertad
política, la garantía de los derechos humanos y el respeto a sí mismo, lo que Adam Smith llamó
la capacidad de interactuar con otros sin sentirse avergonzado de aparecer en público”
(Informe Sobre el Desarrollo Humano, 1990. PNUD, pág.33)
La actividad humana en este enfoque es vista como fin u objetivo y las cosas o bienes
son vistos como medio o instrumento. El punto de partida no es suponer que si la persona o la
gente tienen más cosas, entonces su calidad de vida es mayor o mejor automáticamente. Lo
importante en esta concepción no es cuántas cosas o bienes se producen o se tienen, sino lo que
se hace con las cosas o los bienes. Es decir, cómo es que estos bienes contribuyen a la mejora y
progreso sustantivo de la calidad de vida de la gente.
La calidad de vida se define en forma tal que recoge lo que las personas y grupos
humanos “son” y “hacen” (beings and doings) y no de lo que “tienen”. La calidad de vida se
mide o evalúa en términos de los desempeños (functionings) de las personas y no de sus
6
Sen: “La vida y la muerte...”, op.cit. También se puede encontrar referencias a la relación entre hambrunas y falta de democracia
en el artículo de Amartya Sen: “Los bienes y la gente”, en Comercio Exterior, vol. 33, núm. 12, México, diciembre, 1983.
posesiones. Sobre este tema en el Perú ha escrito Javier Iguiñiz lo siguiente: “Naturalmente que
tener ciertas cosas es necesario para poder desempeñarse adecuadamente. Por ejemplo, en el
extremo, sin alimento suficiente en la infancia es difícil lograr que el cuerpo humano se
desempeñe bien; la capacidad de concentración que se requiere para desempeñarse bien en
algunas actividades supone mínimos de nutrición infantil. Pero un aspecto crítico es destacar
que no hay necesariamente una relación proporcional entre disponibilidad de cosas y la calidad
de los desempeños.”7 Con pocas cosas es posible a veces lograr buenos desempeños; y de
manera inversa, con muchas cosas disponibles se obtienen a veces malos desempeños.
A nivel de la comparación entre países se tiene que, por ejemplo, Sri Lanka en el Asia,
o Costa Rica en América Latina, con ingresos per cápita de 400 y 1,610 dólares,
respectivamente, en 1990, lograban una esperanza de vida y una tasa de alfabetismo adulto
más alta que países de mayor ingreso per capita, como Omán y Arabia Saudita en el Asia árabe,
con 5,810 y 6,200 dólares, respectivamente, en el mismo año. Y en particular los primeros
tenían una tasa de mortalidad infantil muy baja, mientras que la de los segundos era alta.
En esperanza de vida, las cifras eran: Sri Lanka (71 años), Costa Rica (75 años), Omán
(57 años) y Arabia Saudita (64 años). En tasa de alfabetismo adulto, las cifras eran: Sri Lanka
(87%), Costa Rica (93%), Omán (30%) y Arabia Saudita (55%). En mortalidad infantil, las
cifras fueron: Sri Lanka (32 por cada mil nacidos vivos), Costa Rica (18), Omán (40) y Arabia
Saudita (70). Todas estas cifras son de 1990 (Informe Sobre el Desarrollo Humano 1990,
PNUD).
Según este enfoque, para los países hoy pobres, en particular para la gente de estos
países, no sería necesario esperar a ser ricos para lograr desempeños similares a los de los
países ricos en varias actividades. Por ejemplo, los deportistas cubanos (boxeadores y
beisbolistas) son tan buenos como los de cualquier país rico, o también médicos y artistas de la
danza. Señala Iguiñiz que de igual manera “es conocido que el Perú ha producido un
importante número de ingenieros civiles y médicos que se desempeñan de igual a igual en las
más exigentes obras y hospitales del mundo. Fue necesario que nuestro país fuera tan rico
como EEUU para producirlos?. Cuánto ha costado prepararlos y cuánto cuesta preparar un
médico en EEUU?. Nuestra selección de voley femenino ha estado durante varios lustros
desempeñándose de igual a igual con deportistas de países con muchos más recursos. En este
enfoque del desarrollo se mide el progreso de una sociedad según los desempeños de sus
miembros en las actividades en las que participan. El mayor fracaso en los desempeños
humanos es la muerte evitable, mayoritariamente infantil. En este caso ni siquiera el
desempeño biológico es alcanzado.”8
El desarrollo en esta concepción incorpora la ampliación de las opciones que las
personas tienen ante sí para desempeñarse en la vida. Es decir, las oportunidades del ser
humano de amplían. El conjunto de las maneras de vivir que una persona puede elegir, de los
tipos de actividades que una persona puede realizar, se denominan capacidades (capabilities).
Para Amartya Sen, creador de este enfoque: “La capacidad es un reflejo de la libertad para
lograr desempeños valiosos. Se concentra directamente en la libertad como tal en vez de en los
medios para adquirirla e identifica las reales alternativas que tenemos... La capacidad
representa la libertad de una persona para escoger entre diferentes maneras de vivir.”9
En este enfoque, pobre es alguien que puede elegir entre pocas opciones, que tiene
pocas oportunidades, sea porque no está dotado personalmente para desempeñarse en otras
más, por falta de educación o de salud, etc., o porque no es suficientemente libre para elegir.
Es común que el pobre esté ubicado en actividades que si tuviera otra opción no las realizaría,
7
Javier Iguiñiz: “Las preguntas del desarrollo económico”. El Dominical de “El Comercio” (2-3-1997).
Iguiñiz: op.cit.
9
Amartya Sen: “Development as capability expansion”. Journal of development planning, núm. 19, New York, 1989; (pág. 44)
8
pues no son las que le gustaría llevar a efecto. Por ello, muchas veces su desempeño es
inseguro e inadecuado. La persona pobre se aferra como sea al primer trabajo que encuentra,
toma el producto más barato cualquiera sea su calidad. El pobre tiene su vida muy restringida,
por ello pobre es quien tiene un horizonte estrecho de vida. La fragilidad en la vida y la
incertidumbre sobre el futuro inmediato, a veces sobre la comida del día siguiente, es lo que
caracteriza al pobre. Allí, casi no hay opciones para escoger.
Sin embargo, y en un proceso de superación de la pobreza, el desarrollo entendido
como la expansión de las capacidades humanas, es más viable para países como el Perú. Hacer
posibles desempeños similares o mejores a los de las personas de los países más ricos e
industrializados del mundo es más fácil y viable que igualarlos en ingreso per cápita, puesto
que en este terreno la brecha entre pobres y ricos en el mundo continúa agrandándose. La
cooperación y la acción pública dentro de cada país y entre países es una posibilidad que puede
ayudar a desarrollar en forma más humana y sostenida a los países que hoy son pobres. Puesto
que la aspiración al desarrollo es un hecho global y general en toda sociedad, la búsqueda de
los caminos posibles tiene en Amartya Sen a uno de sus líderes prominentes.
LA LIBERTAD Y EL DESARROLLO
El desarrollo en la concepción de Sen, es entendido como libertad. Puesto que la
pobreza es una restricción de la libertad, superar la pobreza y desarrollar será avanzar en
libertades. En la medida que se amplian las oportunidades, así como cuando se abre un abanico,
las libertades de las personas se incrementan, las posibilidades reales de elegir son mayores. Se
puede estudiar más y en mejores condiciones, se puede llegar a obtener mejores trabajos, se
puede crecer en creatividad e imaginación, se puede mejorar las condiciones de la vivienda y
de la recreación, también de la cultura y de la autoestima personal y colectiva.
Pero es importante aclarar, según Sen, que la libertad se puede entender como libertad
negativa y como libertad positiva. En esta concepción se integran ambas libertades, pero se
avanza principalmente sobre la segunda, sobre la libertad positiva. Precisando las definiciones,
la libertad negativa se entiende como la ausencia de coerción externa para hacer algo por parte
de una persona, es decir como la ausencia de interferencia de otros (que pueden ser otras
personas, instituciones o el Estado). En cambio la libertad positiva se entiende como la
posibilidad de escoger entre varias opciones, es decir es lo que una persona puede o no puede
alcanzar o lograr.
Por ello, si el desarrollo amplía las oportunidades y opciones de vida de la gente,
entonces se trata de una ampliación de las libertades, principalmente positivas, que tienen las
personas. Sin embargo, para precisar la importancia de entretejer ambas libertades, Sen señala
lo siguiente: “Al mismo tiempo que se da una real distinción entre los aspectos positivos y
negativos de la libertad, estos diferentes aspectos pueden estar completamente
interrelacionados y entretejidos. Concentrarse solamente en uno o en el otro es no sólo
incompleto éticamente, sino que puede también ser socialmente descoyuntado. El compromiso
social con la libertad individual tiene que ocuparse de ambas libertades, la positiva y la
negativa, y también con sus extensas interconexiones.”10 Esas interconexiones significan que
una refuerza o salvaguarda a la otra, o que para que exista una de ellas tiene que darse también
la otra libertad.
10
Amartya Sen: “Individual freedom...”. Op.cit. (pág. 6, en la versión en español)