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LETANÍA AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Meditaciones y pensamientos del Papa Juan Pablo II
CORAZÓN DE JESÚS, PACIENTE Y DE MUCHA
MISERICORDIA
27 de julio, 1986
1. Hoy, con ocasión de la oración del Ángelus, deseamos releer una vez
más, junto con María, el Evangelio; en cierto sentido lo releemos todo
entero, e inmediatamente. En él subyace el Corazón de Jesús, paciente e
inmensamente misericordioso.
¿No es tal vez así el Corazón de Aquel que "pasó haciendo bien" a todos
(Hechos 10,38)? ¿De Aquel que hizo que los ciegos adquiriesen la vista, los
cojos caminasen, los muertos resucitasen? ¿Que a los pobres se les
anunciara la Buena Nueva? (Lucas 7,22)
¿No es tal vez así el Corazón de Jesús, que no tenía Él mismo dónde
reclinar la cabeza mientras que los lobos tienen sus guaridas y los pájaros
sus nidos? (Mateo 8, 20)
¿No es tal vez así el Corazón de Jesús, que defendió a la mujer adúltera
de la lapidación y luego le dijo: "Vete, y de ahora en adelante no peques
más. (Jn 8,3-10)
¿No es tal vez así el Corazón de Aquel que fue llamado “amigo de
publicanos y pecadores”? (Mt 11,19)
2. ¡Miremos, junto con María, el interior de este Corazón! ¡Releámoslo a
lo largo del Evangelio!
Más aún, sobre todo releamos este corazón en el momento de la
crucifixión. Cuando ha sido traspasado por la lanza. Cuando se ha
develado hasta el fondo el misterio en él escrito.
El Corazón paciente porque está abierto a todos los sufrimientos del
hombre. ¡El Corazón paciente, porque está dispuesto Él mismo a aceptar
un sufrimiento inconmensurable con metro humano!
¡El Corazón paciente, porque es inmensamente misericordioso!
En efecto, ¿qué es la misericordia, sino esa medida particular del amor, que
se expresa en el sufrimiento?
¿Qué es, en efecto, la misericordia sino esa medida definitiva del amor,
que desciende al centro mismo del mal para vencerlo con el bien?
¿Qué es sino el amor que vence el pecado del mundo mediante el
sufrimiento y la muerte?
3. ¡Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia!
¡Madre, que has mirado en este Corazón, cuando estabas presente al pie
de la cruz!
Madre que, por voluntad de este Corazón, te has hecho Madre de todos
nosotros.
¿Quién conoce como Tú el misterio del Corazón de Jesús en Belén, en
Nazaret, en el Calvario?
¿Quién como Tú sabe que es paciente e inmensamente misericordioso?
¿Quién como Tú da testimonio incesantemente de ello?
(Sor Josefa Menéndez recibió
mensajes dictados por
Nuestro Señor Jesucristo en
el convento de la Sociedad
del Sagrado Corazón de
Jesús en Les Feuillants, en
Poitiers, Francia, entre 1920 y
1923.)
DÍA 17: DÍA DEL OLVIDO DE SI
Vengo a descansar en ti... Olvídate de ti misma y consuélame; quiero
que me ames de tal modo y con tal ardor que no te acuerdes de ti para
nada y Yo sólo ocupe tus pensamientos y deseos.
Te quiero tan olvidada de ti misma y tan abandonada a mi voluntad
que no te pasaré la más mínima imperfección sin avisarte. El amor da
fuerza, pero el alma ha de olvidarse de si misma. Cuanto más
desaparezcas, más seré Yo tu vida y tú serás mi cielo, donde descansaré.
TU ALMA RESPONDE ASÍ A JESÚS:
Corazón de mi Amado Jesús:
Tú sabes como soy, pero sírvete de mi como quieras.
Tú suplirás en mí lo que me falta.
Tú obrarás en mi.
Que tu voluntad triunfe en mí.
Que tu amor me destruya.
Que mi miseria te glorifique.
PRÁCTICA PARA ESTE DÍA:
Vive hoy como si no existieras... no resistas los planes que el Señor
tiene sobre ti... abandónate y olvídate.
OFRENDA FLORAL A JESUS:
Al inicio del día, conságrate a su Inmaculado Corazón:
Apenas comienza el día, conságrate a su Sacratísimo Corazón,
ofrécele el día, todos tus planes, proyectos, penas, alegrías…
CONSAGRACIÓN AL
SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Señor Jesús: el día de hoy quiero consagrar a tu Sagrado Corazón
todo lo que soy y lo que tengo. Ayúdame a vivir en tu amistad.
Te pido que en este día bendigas a mi familia, a mis amigos, a los que
me hacen el bien, a los más necesitados y a los que no me quieren.
Creo y espero en Ti, y deseo corresponder al gran amor que me has
mostrado al morir por mí en la cruz.
Toma mi corazón y transfórmalo con el fuego de Tu Sagrado Corazón.
Amén.
Tres de la tarde, la hora de la misericordia:
“A las tres implora Mi misericordia, especialmente por los pecadores;
y aunque sea por un brevísimo momento, sumérgete en Mi Pasión,
especialmente en Mi desamparo en el momento de agonía. Esta es la
hora de gran misericordia para el mundo entero. Te permitiré entrar
dentro de Mi tristeza mortal. En esta hora, no le rehusare nada al alma
que me lo pida por los méritos de Mi Pasión.”
Modo de rezarla
El Santo Rosario:
El nombre del Rosario en la lengua castellana proviene del conjunto
de oraciones, a modo de rosas. Rosas blancas de serenidad y pureza,
rosas rojas de sufrimiento y amor.
Rézalo a la hora que te resulte más apropiada. Si te es posible, invita
a participar a tu familia. Recuerda que la familia que reza unida,
permanece unida y la bendice Dios.
Modo de rezar el Rosario con Letanía al Sagrado Corazón de Jesús
Antes de acostarte:
ORACIÓN A JESÚS SOLITARIO
EN EL SANTÍSIMO SACRAMENTO:
¡Oh Divino Jesús! que durante la noche estáis solitario en tantos
tabernáculos del mundo, sin que ninguna de vuestras criaturas vaya a
visitaros y adoraros. Yo os ofrezco mi pobre corazón, deseando que
todos sus latidos sean otros tantos de amor y adoración. Vos, Señor,
estáis siempre en vela bajo las especies Sacramentales, vuestro amor
misericordioso nunca duerme ni se cansa de velar por los pecadores.
¡Oh Jesús amantísimo! ¡Oh Jesús solitario! haced mi corazón cual
lámpara encendida; en caridad se inflame y arda siempre en vuestro
amor. Vela ¡oh centinela Divino! vela por el mísero mundo, por los
sacerdotes, por las almas consagradas, las extraviadas, por los pobres
enfermos cuyas noches interminables necesitan tu fortaleza y tu
consuelo, por los moribundos y por ésta tu humilde sierva que, para
mejor servirte, descansa pero sin alejarse de Ti, de tu Sagrario... donde
vives en la soledad y el silencio de la noche.
Sea siempre bendito, alabado, adorado, amado y reverenciado el
Corazón Sagrado de Jesús en todos los Sagrarios del mundo. Amén.
Visitas al Santísimo Sacramento.
¿Porqué es tan importante visitar frecuentemente a Jesús
Sacramentado?
• Porque está presente en el Santísimo Sacramento, como mi Dios y
Señor y por lo tanto le debo adoración y homenaje de sumisión.
• Porque el Corazón de Jesús que por mi fue traspasado en la cruz, late
en el altar y desea que le ame.
• Porque de esta manera doy la mayor alegría a María, mi queridísima
Madre, a San José y a todos los ángeles y santos del cielo, que sin cesar
adoran a Jesús Sacramentado.
• Porque es un acto meritorio y una profesión pública de mi fe.
• Porque el Señor ha reservado gracias especiales para los que le visitan.
En el altar el Señor es puro amor, y distribuye sus gracias a manos llenas
a los que le visitan.
• Porque de este modo puedo resarcir las injurias del género humano,
especialmente los sacrilegios, y la frialdad de tantos cristianos.
• Porque allí Jesús, me enseña la humildad, la obediencia, el amor, en
una palabra: el espíritu de sacrificio, que tanto nos falta para el fiel
cumplimiento de nuestros deberes de estado.
• Porque de este modo puedo ayudar a las pobres almas del purgatorio.
• Porque Dios es el mejor pagador, que remunera cada sacrificio que por
Él hacemos.
• Porque de este modo me preparo mejor para mi adoración que he de
dar a Dios por toda la eternidad en el cielo.
FRUTOS QUE SURGEN DE
LA CARIDAD.
“y si alguno de ustedes quiere ser el primero entre
ustedes, que se haga el esclavo de todos”
(Mateo 20:27)
Las personas que se entregan a la oración, tienen como consecuencia
la fe y el amor a Dios y a sus semejantes, traduciéndose éste en servicio.
Pregúntale a Jesús: Señor, ¿Qué quieres que haga?
Él se hará presente en el hambriento, en el sediento, en el peregrino,
en el pobre que no tiene con qué vestirse, en el enfermo… (Mateo 25:41)
“Hagan como el Hijo del Hombre, que no vino a ser
servido, sino a servir y dar su vida como rescate
por muchos”
(Mateo 20:28)
ORACIÓN PARA OFRECER LA SAGRADA COMUNIÓN
Señor de la Misericordia: yo te suplico con todo respeto y humildad,
que por esta comunión que me acabas de conceder, salga un alma del
purgatorio por cada latido de mi corazón; que unido a los latidos del tuyo
y a los del Inmaculado corazón de María, por sus dolores y lágrimas al
verte en la cruz, alcancen también este privilegio la ánima sola, mis
familiares, parientes y amigos difuntos.
CONSAGRACIÓN AL MISERICORDIOSÍSIMO JESÚS
(Por Estanislao Skudrzyk S.J.)
¡Oh, Misericordiosísimo Jesús! Tu bondad es infinita y los tesoros de
Tus gracias inagotables. Yo confío enteramente en Tu Misericordia, que
supera todas tus obras. Yo me consagro enteramente a Ti para vivir bajo
los rayos de Tu gracia y amor que brotaron de Tu Santísimo Corazón en
la Cruz. Yo deseo propagar Tu misericordia por medio de obras
espirituales y corporales de la misericordia, especialmente convirtiendo
a los pecadores, consolando a los pobres, afligidos y enfermos,
ayudándolos. Pero Tú me vas a proteger con Tu propiedad y Tu gloria,
pues yo temo todo de mi debilidad y espero todo de Tu gran
misericordia. Que toda la humanidad conozca el abismo incomprensible
de Tu gran misericordia y ponga toda su esperanza en ella y la alabe por
toda la eternidad.
Amén.
UN CANTO A MI AMADO:
“El que canta ora dos veces”, decía San Agustín.
El canto es el afecto del corazón hecho música. Una
hermosa manifestación hacia el ser amado.
Salmos 150
Salmo de alabanza
1 ¡Aleluya! Alabad a Dios en su santuario;
alabadle en su majestuoso firmamento.
2 Alabadle por sus hechos poderosos;
alabadle según la excelencia de su grandeza.
3 Alabadle con sonido de trompeta;
alabadle con arpa y lira.
4 Alabadle con pandero y danza;
alabadle con instrumentos de cuerda y flauta.
5 Alabadle con címbalos sonoros;
alabadle con címbalos resonantes.
6 Todo lo que respira alabe al SEÑOR.
¡Aleluya!
TE NECESITO MÁS
Lilly Goodman
Te necesito más que al sol,
te necesito más que mi respiración.
Te necesito más que al aire,
más que al pan de cada día,
más que a mi piel
y sin Ti se acabarían
mis deseos de vivir.
No tendría razones para sonreir.
No necesito más.
No necesito más.
Solo Tu amor es suficiente para mi,
oh Jesús, te necesito aquí
para vivir.
No necesito más.
No necesito más.
Mi corazón está completo en Ti, Señor
Lo único que anhelo
es más y más de Ti.