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TEMA 5. LOS DOMINIOS CLIMÁTICOS EN ESPAÑA 1. LOS FUNDAMENTOS DE LA DIVERSIDAD CLIMÁTICA ESPAÑOLA. El clima de España es muy variado debido a su posición latitudinal, su situación de encrucijada y el relieve. La Península Ibérica pertenece a las áreas templadas del hemisferio norte, por tanto con estaciones marcadas y afectada por el Frente Polar. Sometida según las estaciones preferentemente a las influencias de aire cálido y de aire frío. España presenta una gran diversidad de tiempo atmosférico y de climas, como resultado de la combinación de un amplio número de factores con los elementos climáticos: Hay una gran diferencia entre la franja situada al Norte y el resto de la península. La isoyeta de 800 litros divide la España seca de la húmeda. Los relieves que circundan la meseta influyen en la mayor amplitud térmica del interior, al dificultarse la acción suavizadora del mar. La altitud de la meseta hace que el interior tenga temperaturas medias inferiores a la las costeras. En las tierras del interior, los valores descienden de Poniente a Levante. Enero suele ser el mes con la temperatura media más baja, mientras que julio-agosto son los meses con una temperatura media más alta. Las temperaturas de las aguas del Mediterráneo son más altas que las del Cantábrico y el Atlántico (5°C aproximadamente). La gama de amplitudes térmicas es muy extensa, desde el interior de la Meseta, donde se alcanzan los 20°C, en torno a 10°C en los climas oceánicos, 15°C en los mediterráneos litorales, hasta las islas Canarias donde la amplitud puede ser de 5°C. Las islas Canarias, aún dentro de la zona templada, se hallan cerca de trópico de Cáncer, teniendo un clima de tipo subtropical. Con una amplitud térmica débil y una temperatura media algo más alta. Clima seco por la influencia de la masa de aire sahariana. La variedad climática tiene como origen, principalmente, los factores. Estos se clasifican generalmente en tres grupos: astronómicos, geográficos y meteorológicos. Los primeros resultan de los movimientos de la Tierra y de la inclinación de su eje. La latitud sería el más significativo. Los segundos tienen que ver con las características concretas del espacio físico en el que actúan, destacan, la situación entre dos grandes masas de agua con características térmicas diferentes, la influencia del mar, la continentalidad y sobre todo el relieve (altitud, disposición del relieve y orientación). 1 Por último, los meteorológicos hacen referencia a los movimientos de la atmósfera en sus distintos niveles. La circulación atmosférica en las capas altas (el Jet-Stream), o los centros de acción, las masas de aire y los frentes, en las capas bajas o superficie. La combinación de estos factores y su influencia sobre los elementos del clima van a dar lugar a la gran complejidad de dominios climáticos que nos podemos encontrar en España. 2. LOS PRINCIPALES TIPOS DE CLIMA: CARACTERÍSTICAS Y DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA. 2.1. EL CLIMA OCEÁNICO O ATLÁNTICO El clima oceánico es el clima «templado» por excelencia, caracterizado por unas temperaturas moderadas, con una amplitud térmica reducida, y unas precipitaciones abundantes y repartidas regularmente a lo largo del año (con mínimos en verano). Incluye las tierras más septentrionales de la península Ibérica: una franja continúa desde Galicia hasta Navarra, que se prolonga por el Prepirineo aragonés. La zona se caracteriza por una elevada nubosidad, la baja insolación a lo largo del año y un elevado grado de humedad relativa y ambiental, consecuencia directa del paso de las borrascas atlánticas asociadas al frente polar y la proximidad a la masa marina del Atlántico (que da nombre al dominio). La acción termorreguladora del mar justifica la templanza climática y es clave a la hora de entender las diferencias regionales en este clima. En este dominio vamos a diferenciar dos subtipos o variedades: el clima oceánico puro y el oceánico de transición. 2.1.1. CLIMA OCEÁNICO PURO O MARÍTIMO Corresponde a las áreas más próximas al litoral. Incluye tanto el sector atlántico gallego (provincias de Pontevedra y A Coruña), como toda la vertiente septentrional de la Cordillera Cantábrica (desde Lugo hasta el oeste de Navarra). Las precipitaciones son abundantes, regulares y suaves. - El total es normalmente superior a los 1.000 mm anuales, repartidas en más de 150 días al año. - Su distribución a lo largo del año es bastante regular, ya que esta área se encuentra bajo la continua acción de las borrascas del frente polar. No obstante, suele darse un mínimo pluviométrico en verano y un máximo invernal. Las precipitaciones van incrementándose desde Galicia al País Vasco, tendencia que se acompaña de una mayor regularidad en su distribución. 2 Estos rasgos pluviométricos son consecuencia directa de la dinámica atmosférica característica de esta región (influencia de las perturbaciones asociadas al paso del frente polar) y de la disposición del relieve de la Cordillera Cantábrica, que favorece lluvias orográficas. De hecho, en verano las precipitaciones se reducen, alternando la influencia del frente polar (que tiende a localizarse a una latitud más elevada) con un tipo de tiempo anticiclónico (causado por el anticiclón de las Azores) que provoca estabilidad atmosférica y un aumento de las temperaturas. - La forma en la que caen las precipitaciones es suave, lo que favorece su filtración en el suelo. Las temperaturas son suaves a lo largo de todo el año, con una temperatura media anual de 11°C a 15°C. Los veranos suelen ser frescos y cortos, con medias mensuales de 18°C a 20°C, o 22°C como máximo. Los inviernos son relativamente suaves y templados con medias mensuales de 6°C a 10°C, siendo infrecuentes las temperaturas bajo cero. En consecuencia, amplitud térmica es reducida, generalmente sobre 10°C. Junto a la influencia del mar, que modera las temperaturas, el régimen térmico está condicionado por la llegada de masas de aire de procedencia oeste y noroeste y por la abundante nubosidad y el elevado contenido en vapor de agua, que mitiga los cambios térmicos. 2.1.2. CLIMA OCEÁNICO DE TRANSICIÓN O DE INTERIOR El área de clima oceánico de transición ocupa las regiones septentrionales relativamente alejadas del litoral, desde Ourense y el interior de Lugo, pasando por la vertiente meridional de la Cordillera Cantábrica (afectando a las tierras más septentrionales castellano-leonesas) hasta el interior del País Vasco, Navarra y Prepirineo aragonés y catalán. Las precipitaciones son menos abundantes que en el litoral, pues son zonas resguardadas por la pantalla orográfica cantábrica. - El total desciende por debajo de los 1.000 mm anuales, con valores incluso próximos a los 700 mm, y el mínimo veraniego puede acentuarse y presentar uno o dos meses secos. Su distribución y forma son parecidas al oceánico puro. Las temperaturas presentan mayores contrastes térmicos, consecuencia directa de la tendencia a la continentalidad. La amplitud térmica llega a valores de 12 °C a 15 °C; presenta unos inviernos más fríos(baja de 6°C), alrededor de 2 °C menos que en la costa, y unas máximas veraniegas más elevadas acercándose a los 22°C. Aquí ya no van a ser infrecuentes las heladas invernales, en particular en las tierras altas del interior. 3 2.2. EL CLIMA MEDITERRÁNEO El área de clima mediterráneo es la más extensa de España. Comprende el territorio peninsular al sur de la zona de clima oceánico, las islas Baleares, Ceuta y Melilla. Las precipitaciones son escasas o moderadas, irregulares y tormentosas. - El total anual es inferior a 800 mm, considerándose moderadas entre 800 mm y 500 mm, y escasas por debajo de 500 mm. - Su distribución es irregular. El verano es seco debido a la influencia del anticiclón de las Azores, que en esta época del año se desplaza hacia el norte. El máximo tiene lugar en otoño y en primavera, salvo en las zonas más abiertas al Atlántico, donde se produce en invierno. - La forma en la que caen las precipitaciones es muchas veces como violentas tormentas, que erosionan fuertemente el suelo en las áreas desprovistas de vegetación. 2.2.1. EL CLIMA MEDITERRÁNEO MARÍTIMO O LITORAL El área del clima mediterráneo marítimo comprende la costa mediterránea peninsular (menos el SE), la costa sur atlántica, Baleares, Ceuta y Melilla. Las precipitaciones son escasas o moderadas, entre 800 y 300 mm al año. Su volumen es algo mayor en la costa sur atlántica que en la mediterránea. - En la costa sur atlántica, las precipitaciones son más abundantes por la mayor influencia de las borrascas atlánticas; sobre todo, de las formadas en el SO peninsular y en el golfo de Cádiz. Su máximo principal es en invierno o en otoñoinvierno. - En la costa mediterránea, las precipitaciones son menores porque las borrascas atlánticas pierden su humedad al atravesar la Península y las barreras montañosas paralelas a la costa mediterránea. Su máximo principal es en otoño, debido a las tormentas ocasionadas por el contraste entre las aguas cálidas del Mediterráneo y la tierra, que se enfría más deprisa. También pueden producirse por la llegada de masas de aire del este procedentes del continente europeo que ascienden por las cordilleras litorales, o por gotas frías en altura. Las temperaturas se caracterizan por una amplitud térmica moderada (12 °C-15/16 °C) debido a la calidez del Mediterráneo. El verano es caluroso (iguala o supera los 22 °C), y el invierno, suave (el mes más frío no baja de 10 °C). 4 2.2.2. EL CLIMA MEDITERRÁNEO CONTINENTALIZADO El área del clima mediterráneo continentalizado comprende el interior peninsular, menos la zona media del valle del Ebro. Las precipitaciones son escasas o moderadas, también entre 800 y 300 mm anuales. Su volumen es algo mayor en el sector occidental del interior peninsular. - - En el sector occidental peninsular, las precipitaciones son más abundantes por la mayor frecuencia de paso de las borrascas atlánticas. Su máximo principal es en invierno. En el centro de las depresiones castellanas y del Ebro, las precipitaciones son menores, debido a su encajamiento entre montañas. Su máximo tiene lugar en las estaciones equinocciales, sobre todo en primavera, cuando se debilitan los anticiclones invernales. Estos se forman por el frío del suelo y pueden ocasionar un mínimo secundario de precipitación en invierno. Las temperaturas se caracterizan por una amplitud térmica alta (superior a los 16 °C), debido al aislamiento de la influencia del mar. Las variaciones térmicas permiten distinguir tres subtipos climáticos: - La submeseta norte y las tierras altas de Guadalajara, Teruel y Cuenca tienen veranos frescos (inferior a 22 °C) e inviernos fríos (el mes más frío baja de 6 °C), con frecuentes heladas y nieblas. - La submeseta sur y los bordes del valle del Ebro tienen veranos calurosos (igual o superior a 22 °C) e inviernos fríos, aunque con menor incidencia de las heladas. - Extremadura y el interior andaluz tienen veranos muy calurosos e inviernos moderados (el mes más frío entre 6 °C y 10 °C). 2.2.3. EL CLIMA MEDITERRÁNEO SECO O ESTEPARIO El área del clima mediterráneo seco, subdesértico o estepario, comprende el SE peninsular y la zona media del valle del Ebro. Las precipitaciones son muy escasas, entre 300 y 150 mm, lo que propicia el carácter estepario. - En el SE, la aridez obedece a que la zona se encuentra protegida de las borrascas atlánticas por los relieves de las cordilleras Béticas, a que llegan con dificultad las borrascas mediterráneas y a que son frecuentes las masas de aire secas procedentes de África. Solo las borrascas que penetran por el Estrecho o las formadas ocasionalmente en el mar de Alborán provocan precipitaciones. En el cabo de Gata se llega al clima desértico (menos de 150 mm de precipitación anual). 5 - En la zona media del valle del Ebro, la aridez se debe al encajamiento entre montañas. El Sistema Ibérico actúa como barrera frente a las borrascas atlánticas y la cordillera Costero-Catalana frena la influencia del Mediterráneo. Las temperaturas varían con la latitud y la distancia al mar. - La estepa cálida de la costa del SE tiene temperatura media anual en torno a 17°C 18°C e inviernos muy suaves (no bajan de 10 °C). - La estepa fría del interior del SE (este de La Mancha y Albacete) y de la zona media del valle del Ebro tiene temperatura media anual inferior a 17 °C e inviernos moderados o fríos (entre 6 °C y 10 °C, o por debajo de 6 °C, respectivamente). 2.3. EL CLIMA DE CANARIAS Las islas Canarias poseen un clima subtropical original debido a la influencia de diversos factores: Su situación meridional próxima al trópico y a las costas africanas aporta influencias variadas. Dominan el anticiclón de las Azores y el viento alisio del NE, que origina temperaturas suaves todo el año. Cuando el anticiclón se desplaza, permite el paso de las borrascas atlánticas en invierno y del aire sahariano en verano. La corriente fría de Canarias, entre las islas y el continente africano, enfría las aguas superficiales más de lo que le corresponde por su latitud e incrementa la estabilidad del aire en verano. El relieve hace disminuir la temperatura, y provoca en las vertientes a barlovento de los alisios cuantiosas precipitaciones y nubosidad abundante (mar de nubes). La influencia de estos factores da lugar a un tipo de clima caracterizado por los rasgos siguientes: En las zonas bajas, las precipitaciones son muy escasas. En las islas occidentales se encuentran entre 300 y 150 mm al año (clima subdesértico o estepario); y en Lanzarote, Fuerteventura y tierras bajas de Gran Canaria no alcanzan los 150 mm al año (clima desértico). Estos escasos valores se explican por el predominio anual del anticiclón de las Azores. El máximo relativo tiene lugar en invierno, debido a las borrascas atlánticas. Las temperaturas son cálidas todo el año ya que ningún mes desciende de 17 °C. Por tanto, la amplitud térmica es muy baja (inferior a 8 °C). En las medianías y zonas altas, las precipitaciones se incrementan y pueden alcanzar los 1000 mm en las vertientes a barlovento del alisio. En cambio, las temperaturas bajan. 6 2.4. EL CLIMA DE MONTAÑA El área del clima de montaña comprende los territorios situados a más de 1000 m de altitud. Sus características están determinadas por la altura, pues a medida que se incrementa la altitud, las precipitaciones aumentan y las temperaturas disminuyen. Las precipitaciones son muy abundantes: superan los 1000 mm al año. Las temperaturas se caracterizan por una media anual baja (inferior a 10 °C) y por inviernos fríos, en los que algún mes se sitúa cerca o por debajo de 0°C. Por este motivo son frecuentes las precipitaciones en forma de nieve. Estas características muestran algunas variaciones: Las montañas incluidas en el área de clima oceánico (Pirineos y cordillera Cantábrica) no tienen ningún mes seco y presentan veranos frescos (ningún mes iguala o supera los 22 °C). Las montañas incluidas en el área mediterránea sufren una notable reducción de precipitaciones en verano, que puede dar lugar a uno o dos meses secos. Su temperatura estival es más alta, rebasándose los 22 °C en algunos sectores. 2.5. LOS CLIMAS LOCALES Las diferentes características orográficas introducen variaciones climáticas en áreas muy concretas. Decimos entonces que se da un clima local, o microclima si el área es muy pequeña. Igualmente, el ser humano es capaz de cambiar el clima de forma local dando lugar a un clima urbano. En las ciudades los grandes edificios interrumpen los vientos dominantes; la falta de vegetación, sustituida por el asfalto y el hormigón, junto al uso de calefacciones, aire acondicionado, industrias, tráfico rodado, etc., provocan un aumento de las temperaturas, que nos lleva a hablar de las «islas de calor» que se forman en las grandes ciudades. A su vez, este calor urbano genera movimientos ascendentes del aire que se traducen en un aumento de las precipitaciones. Igualmente, en las ciudades, por la abundancia de partículas contaminantes presentes en el aire, se incrementa la posibilidad de nieblas y de nubosidad. 7 8