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EL USO DE LOS
MEDICAMENTOS
¿Cómo debemos actuar?
Empecemos por lo básico … ¿Qué es
un medicamento?
Un medicamento es una sustancia con propiedades para el tratamiento o la
prevención de enfermedades en los seres humanos. También se consideran
medicamentos aquellas substancias que se utilizan o se administran con el
objetivo de restaurar, corregir o modificar funciones fisiológicas del organismo o
aquellas para establecer un diagnóstico médico. Los medicamentos se emplean a
dosis tan pequeñas, que para poder administrar la dosis exacta, se deben preparar
de forma que sean manejables. Las diferentes maneras en qué se preparan
(pastillas, jarabes, supositorios, inyectables, pomadas, etc.) se denominan formas
farmacéuticas. Los medicamentos no sólo están formados por substancias
medicinales, a menudo van acompañados de otras substancias que no tienen
actividad terapéutica, pero que tienen un papel relevante. Estas substancias son
las que permiten que el medicamento tenga estabilidad y se conserve
adecuadamente. Estas sustancias sin actividad terapéutica tienen un papel muy
importante en la elaboración, almacenamiento y liberación de substancias
medicinales se denominan excipientes. Algunos de ellos son de declaración
obligatoria, mientras que las substancias medicinales, que son las que tienen
actividad terapéutica, se denominan principios activos.
¿Qué información nos
proporcionan los prospectos de
los medicamentos?
• ¿Qué es (composición, tanto del principio activo como de los
excipientes)
• ¿Para qué se utiliza (acción e indicaciones)?
• Como utilizar el medicamento (posología): cuál es la dosis usualmente
utilizada y la vía de administración. ?
• Antes de usar el medicamento (contraindicaciones): ¿en qué casos no
se debe utilizar el medicamento?
• Antes de usar el medicamento (precauciones): casos en qué se debe
utilizar con precaución y si hace falta un control médico especial o
precauciones especiales que se deben seguir durante su utilización.
Consejos en caso de embarazo, lactancia, conducción de vehículos o uso
de máquinas.
• Posibles efectos secundarios: efectos no deseados que pueden
aparecer durante el tratamiento.
• Interacciones: instrucciones en caso de tomar otros medicamentos o,
incluso, alimentos, puesto que pueden provocar la aparición de efectos no
deseados. Para más información sobre estos temas, consulte el
documento: ¿Qué son las interacciones?
• Intoxicación: instrucciones en caso de haber preso más cantidad de la
indicada por su médico.
• Conservación: instrucciones de conservación.
En caso de dudas consulte con su médico o farmacéutico.
Según su acceso se clasifican en:
Medicamentos que necesitan visado de inspección
Que precisan receta médica
Medicamentos
De uso hospitalario
Medicamentos publicitarios
Medicamentos que necesitan
visado de inspección:
 Son los de uso restringido para ciertas
enfermedades y que requieren un control
adicional por parte de Sanidad.
Medicamentos extranjeros. En algunos
casos, si el principio activo no se encuentra
en nuestro país, el medicamento o la
sustancia se tiene que importar des del
extranjero. El Ministerio de Sanidad y
Consumo dispone de un mecanismo por el
cual, si un enfermo necesita unos
medicamentos que no se encuentran a
nuestro país, pueda hacer la
correspondiente importación.
Medicamentos que precisan receta
médica:

Como que el uso incorrecto de los medicamentos puede
comportar consecuencias graves para la salud, las
autoridades sanitarias exigen que, para su dispensación en
farmacias, se presente una receta médica, hecho que
implica que un médico haya valorado la necesidad del
tratamiento y haya recomendado la administración del
medicamento con una pauta específica (qué dosis se debe
tomar, con qué frecuencia y durante cuanto de tiempo). No
está permitida su publicidad en los medios de
comunicación. Algunos de estos medicamentos son los
genéricos que aparecen cuando la patente del principio
activo ya ha caducado y, entonces, otros laboratorios lo
pueden comercializar, y, como que ya no se consideran los
gastos de investigación, son más baratos. Estos
medicamentos tienen la misma eficacia, seguridad y calidad
que los originales.
Medicamentos publicitarios:
 . Son aquellos en los que se autoriza la
publicidad a través de los medios de
comunicación y no les hace falta receta
médica para ser dispensados en farmacias.
Generalmente son medicamentos muy
conocidos por el público, no presentan una
toxicidad elevada y se utilizan por aliviar
síntomas menores (acidez de estómago,
dolor, fiebre, etc.). Todo y su aparente
bondad, no dejan de ser medicamentos y
se deben tomar con precaución. Se dan
más instrucciones en el documento
Automedicación.
Medicamentos de uso hospitalario:
 Son los que su prescripción se debe
realizar a través del servicio de
farmacia de un hospital.
Habitualmente son administrados en
el mismo hospital mientras el
paciente está ingresado, pero hay
casos en qué el tratamiento se debe
continuar tras el alta al domicilio.
Estas especialidades se dispensan en
las farmacias de los hospitales
USO RESPONSABLE DE
LOS MEDICAMENTOS
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Cada paciente ha de consultar previamente con su médico de cabecera el uso de un
medicamento, de modo que sea una garantía para su salud y sea adecuado para el tratamiento
de la dolencia.
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Todo medicamento ha de ser adquirido en la farmacia, y nunca en otros establecimientos que no
tengan licencia, para evitar falsificaciones y malas condiciones de envasado.
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El consumo ha de ser racional: es aconsejable la lectura del prospecto y consultar la fecha de
caducidad. También es importante almacenarlos de modo apropiado dependiendo de la
naturaleza del fármaco. Por último, llevarlo a un punto de reciclaje cuando haya pasado su fecha
de caducidad o haya concluido el tratamiento.
También es aconsejable, en tratamientos de múltiple medicación, hacerse con una plantilla de
modo que en él se anote la dosis, la frecuencia, y se lleve un seguimiento sobre si efectivamente
se ha ingerido el medicamento. En muchos centros médicos existe un folleto explicativo del
Ministerio de Sanidad en el que se adjunta una plantilla para tal servicio.
En caso de que tenga dudas de si lo ha tomado o no, es preferible que espere a la siguiente
toma, evitando así que ingiera una dosis doble.
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No se recomienda guardar pomadas junto a útiles de belleza ya que pueden confundirse y
causar consecuencias inesperadas.
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Conserve siempre el medicamento en su envase original y con su prospecto, para consultar
cualquier duda.
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Cuando acuda a los distintos profesionales de salud, médico de cabecera, especialista, dentista,
…ETC lleve la lista de medicamentos prescrito para su tratamiento de modo que la persona que
le va a tratar sepa de su medicación y actúe en consecuencia a favor de su salud.

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Pregunte a su médico o al farmacéutico cualquier duda que tenga antes de tomar la decisión de
cambiar un fármaco o algún elemento de su tratamiento.
PELIGROS: La
automedicación

La automedicación se define como el consumo de medicamentos sin la intervención de los profesionales de
la salud.

Se calcula que entre el 10 y el 30 % de la población se automedica, y de ese porcentaje, el 70% suele ser
víctima de reacciones no deseadas.

Es un mal hábito frecuente ir directamente a la farmacia y, sin consultar con el profesional, adquirir un
medicamento que algún conocido nos ha aconsejado para combatir una determinada sintomatología.

Cada persona tiene unas determinadas características que el médico tiene en cuenta a la hora de imponer
un tratamiento, y en muchas ocasiones difiere mucho entre un paciente y otro.
En el caso de embarazo, es absolutamente desaconsejable la automedicación, ya que hay fármacos que
son fácilmente absorbibles por la placenta, y que pueden provocar graves daños al feto. Cuando por cuenta
propia decida tomar un medicamento, pida consejo a su médico, o lea atentamente en el prospecto si está
contraindicado en caso de embarazo.


La automedicación puede llegar a provocar sintomatologías propias de la alergia: dolor de cabeza,
somnolencias, nauseas, diarreas, urticarias En el caso de los antibióticos, la gravedad consiste en que se
fortalecen las cepas víricas.

Los medicamentos que se utilizan en estos casos son los sobrantes de tratamientos anteriores, -y por eso es
importante desecharlos al concluir un tratamiento-; medicamentos que no necesitan receta; medicamentos
que necesitan receta y se obtienen sin ella; medicamentos alternativos (hierbas, productos naturales, etc…)

En el caso de que el paciente esté tomando además otros medicamentos asociados con un tratamiento, es
aconsejable que se haga una consulta previa al médico de cabecera o al farmacéutico sobre la
compatibilidad de los fármacos.
Recomendaciones:
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Al adquirir el medicamento, es importante leer el prospecto para saber cuál es el modo de dosificación adecuada.
No se recomienda triturar el medicamento si no se indica específicamente.
En los medicamentos líquidos no es recomendable utilizar cucharas, sino los dosificadores de medición que
acompañan al fármaco o, en sustitución, una jeringuilla con la dosificación apropiada.
Si su situación laboral consiste en manejar maquinaria peligrosa o conducir un vehículo, informe a su médico en
el caso de que la medicación para su sintomatología tenga como efecto secundario una reducción de reflejos que
pueda llegar a ser causa de accidente.
Los efectos secundarios que algunos medicamentos pueden causar son:
Reducción de los reflejos y del tiempo de reacción.
Alteración de la percepción de las distancias.
Hiperactividad e hiperreactividad.
Reducción de la visión periférica.
Estados de confusión y aturdimiento.
Somnolencia
Alteraciones musculares de carácter agudo (espasmos, calambres, etc.)
Hay que tener extremo cuidado con la combinación de medicamentos y alcohol, y no hay prospecto que no
prevenga contra ello. El alcohol puede afectar la efectividad del medicamento y, en caso de medicamentos
antipsicóticos, potenciarlos hasta nivel poco controlable.
Los medicamentos con los que se tiene que evitar el consumo de alcohol son los siguientes: analgésicos,
antinflamatorios, tranquilizantes, ansiolíticos, somníferos, antidepresivos y antipsicóticos en general.
El consumo conjunto de alcohol y medicamentos puede provocar efectos graves de somnolencia y pérdida de
reflejos, por lo que también se desaconseja que se desarrollen acciones peligrosas con estas medicaciones:
manejo de máquinas y conducción.
Por eso es aconsejable informar al médico de un consumo habitual de alcohol para que adapte la dosificación. No
pida consejo sobre ello a personas que no son profesionales de la medicina, siga estrictamente la pauta marcada
por el médico.
Con los medicamentos que se toman por vía oral hay que tomar precauciones para que el aparato digestivo no se
vea afectado. Para evitar que se produzcan irritaciones en el esófago es necesario ingerir el medicamento con
agua, y evitar acostarse durante un tiempo.
Los antinflamatorios son fármacos que suelen afectar especialmente al estómago, por lo que normalmente se
recetan con medicamentos denominados protectores del estómago y, paralelamente, es recomendable realizar su
ingesta acompañada por un vaso de leche o de agua.
Otra de las reacciones comunes son los medicamentos que tienen como efecto secundario el estreñimiento y con
los cuales hay que beber suficiente líquido durante el tratamiento para que este efecto secundario no se vuelva
grave.
Por el contrario hay otros que provocan diarrea, por lo cual es igual de importante mantener al organismo
adecuadamente hidratado a través de líquidos y, sobre todo, de sueros fisiológicos.
USO INCORRECTO DE LOS
MEDICAMENTOS:
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La OMS calcula que más de la mitad de los medicamentos se prescriben,
dispensan o venden de forma inapropiada, y que la mitad de los pacientes
no los toman correctamente. Este uso incorrecto puede adoptar la forma
de un uso excesivo, insuficiente o indebido de medicamentos de venta con
o sin receta.
Entre los problemas frecuentes se encuentran:
la polifarmacia (consumo de demasiados medicamentos);
el uso excesivo de antibióticos e inyecciones;
la prescripción no ajustada a directrices clínicas;
la automedicación inapropiada.
En los países en desarrollo, la proporción de pacientes con enfermedades
comunes tratados de conformidad con directrices clínicas en la atención
primaria es inferior al 40% en el sector público y del 30% en el sector
privado. Por ejemplo:
la proporción de niños con diarrea aguda que reciben la rehidratación oral
necesaria es inferior al 60%, pero más del 40% recibe antibióticos
innecesarios:
solo un 50% de los pacientes con paludismo reciben los antipalúdicos de
primera línea recomendados;
solo un 50 a 70% de los pacientes con neumonía son tratados con los
antibióticos apropiados, pero hasta un 60% de los pacientes con
infecciones respiratorias altas de origen vírico reciben antibióticos
innecesarios.
Consecuencias del uso incorrecto
de los medicamentos
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El uso incorrecto de los medicamentos ocurre en todos los países, es nocivo para los
pacientes y constituye un desperdicio de recursos. Entre sus consecuencias se
encuentran:
La resistencia a los antimicrobianos. El uso excesivo de antibióticos aumenta la
resistencia a los antimicrobianos y el número de medicamentos que dejan de ser
eficaces para combatir las enfermedades infecciosas. Muchos procedimientos
quirúrgicos y los tratamientos antineoplásicos no son posibles sin antibióticos para
luchar contra las infecciones. La resistencia prolonga las enfermedades y las
estancias hospitalarias, y puede llegar a causar la muerte; su costo es de US$ 4–5
mil millones al año en los Estados Unidos de América,[1] y de € 9 mil millones al año
en Europa.[2]
Las reacciones adversas a los medicamentos y los errores de medicación. Las
reacciones adversas a los medicamentos originadas por su uso erróneo o por
reacciones alérgicas pueden ser causa de enfermedad, sufrimiento y muerte. Se
calcula que las reacciones adversas a los medicamentos cuestan millones de dólares
al año.[3,4]
El desperdicio de recursos. Un 10 a 40% de los presupuestos sanitarios nacionales se
gasta en medicamentos. La compra de medicamentos directamente por el usuario
puede causar graves dificultades económicas a los pacientes y a sus familias. Si los
medicamentos no se prescriben y usan adecuadamente, se desperdician miles de
millones de dólares de fondos públicos y personales.
La pérdida de confianza del paciente. El uso excesivo de medicamentos escasos
contribuye a menudo al agotamiento de existencias y al aumento de los precios hasta
niveles inasequibles, lo cual merma la confianza del paciente. Los malos resultados
sanitarios debidos al uso inadecuado de los medicamentos también pueden reducir la
confianza.
Factores que contribuyen al uso
incorrecto de los medicamentos
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Falta de conocimientos teóricos y prácticos. Las dudas sobre el
diagnóstico, la falta de conocimientos de los prescriptores sobre
los enfoques diagnósticos óptimos, la inexistencia de información
independiente, como pueden ser las directrices clínicas, y de
oportunidades para efectuar un seguimiento de los pacientes o el
temor a posibles pleitos son factores que contribuyen a la
prescripción y dispensación inadecuadas de los medicamentos.
Promoción de los medicamentos inapropiada y contraria a la ética
por parte de las empresas farmacéuticas. La mayoría de los
prescriptores obtienen la información sobre los medicamentos de
las empresas farmacéuticas, y no de fuentes independientes,
como las directrices clínicas. Esto puede conducir a menudo al uso
excesivo. En algunos países está permitida la publicidad de
medicamentos que necesitan receta dirigida directamente al
consumidor, lo cual puede llevar a los pacientes a presionar a los
médicos pidiéndoles medicamentos innecesarios.
Beneficios de la venta de
medicamentos
En muchos países los minoristas prescriben y venden medicamentos sin
necesidad de receta. Cuanto más vendan mayores serán sus ingresos, lo
cual conduce al consumo excesivo de medicamentos, y en particular de los
más caros.
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Disponibilidad de medicamentos sin restricciones. En muchos países la prescripción de
medicamentos como los antibióticos se hace libremente, sin necesidad de receta. Esto conduce al
consumo excesivo, a la automedicación inapropiada y a la inobservancia de los regímenes
posológicos.
Sobrecarga de trabajo del personal sanitario. Muchos prescriptores apenas tienen tiempo para
dedicar a cada paciente, lo cual puede estar en el origen de diagnósticos y tratamientos deficientes.
En esas circunstancias, se basan en hábitos de prescripción porque no tienen tiempo para
actualizar sus conocimientos sobre los medicamentos.
Medicamentos inasequibles. En lugares donde los medicamentos son inasequibles, los pacientes
pueden no comprar las cantidades necesarias para un tratamiento completo o no comprar ningún
medicamento en absoluto. En lugar de ello pueden buscar alternativas como los medicamentos de
calidad no garantizada adquiridos a través de Internet u otras fuentes, o los medicamentos que han
sido prescritos a sus familiares o amigos.
Inexistencia de políticas farmacéuticas nacionales coordinadas. Las políticas básicas
recomendadas por la OMS para garantizar el uso apropiado de los medicamentos solo se aplican en
menos de la mitad de los países. Dichas políticas incluyen medidas e infraestructuras apropiadas
para monitorizar y reglamentar el uso de los medicamentos, y para capacitar y supervisar a los
profesionales sanitarios que realizan las prescripciones.
Medidas para mejorar el uso racional de
los medicamentos
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La OMS asesora a los países para que ejecuten programas nacionales de fomento del uso racional
de los medicamentos mediante estructuras y medidas de política, información y educación, tales
como:
creación de organismos nacionales que coordinen las políticas sobre el uso de los medicamentos y
hagan un seguimiento de sus repercusiones;
formulación de directrices clínicas basadas en datos probatorios destinadas a la capacitación,
supervisión y apoyo a la toma de decisiones relacionadas con los medicamentos;
elaboración de listas de medicamentos esenciales para ser utilizadas en la adquisición de
medicamentos y los reembolsos de los seguros;
creación de comités distritales y hospitalarios de medicamentos y tratamientos que apliquen
intervenciones para mejorar el uso de los medicamentos y efectúen un seguimiento de sus efectos;
inclusión en los estudios universitarios de cursos de farmacoterapia basados en problemas
concretos;
inclusión de la formación médica continua como requisito para ejercer la profesión;
oferta de información pública independiente y no sesgada sobre los medicamentos, tanto para el
personal sanitario como para los consumidores;
fomento de la educación de la población en materia de medicamentos;
eliminación de los incentivos económicos que facilitan la prescripción incorrecta, como la venta de
medicamentos con ánimo de lucro por parte de los prescriptores, que ven así aumentados sus
ingresos;
formulación de reglamentaciones que garanticen que las actividades de promoción se ajustan a
criterios éticos;
financiación suficiente para garantizar la disponibilidad de medicamentos y personal sanitario.
La estrategia más eficaz para mejorar el uso de los medicamentos en la atención primaria en los
países en desarrollo consiste en una combinación de la formación y la supervisión del personal
sanitario, la educación de los consumidores y el suministro de medicamentos apropiados en
cantidades suficientes. Separadamente, todas estas intervenciones tienen un impacto reducido.