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UNIDAD 1
“Antropologías y Antropología” - Roberto DA MATTA
La antropología tiene tres esferas de interés:
1. Antropología Biológica: estudia al hombre en cuento ser biológico, dotado de un
aparato físico y una carga genética, con un desarrollo evolutivo definido y relaciones
específicas. El especialista en Ant. Bio. Se dedica al análisis de las diferenciaciones
humanas utilizando esquemas estadísticos, dando mucho más atención al estudio de
las sociedades de primates superiores, a la especulación sobre la evolución biológica
del hombre en general.
2. Arqueología: estudia al hombre en el tiempo a través de restos de viviendas,
documentos, armas, obras de arte y realizaciones técnicas. Es una subdisciplina de la
Antropología General y de la Antropología cultural ya que su objeto es llegar al estudio
de las sociedades del pasado. Es una Antropología Social inclinada al estudio de una
sistema de acción social ya desaparecido.
La esfera de conocimiento arqueológico es posible gracias a que los hombres tienen
esa fantástica capacidad proyectiva, de proyectar sus valores e ideologías en todo lo
que concretiza materialmente.
3. Antropología Social (o Cultural), o Etnología: tomaremos en cuenta los mecanismos
proyectivos que permiten actualizar valores sociales, tradicionalmente denominados
cultura, para referirnos a esta esfera. Sus nombres denotan una misma idea: el estudio
del hombre en tanto productor y transformador de la naturaleza; la visión del hombre
en tanto miembro de una sociedad y de un sistema dado de valores. La perspectiva de
la sociedad humana en tanto conjunto de acciones ordenadas de acuerdo con un plan
y reglas que ella misma inventó y que es capaz de reproducir y proyectar en todo
aquello que fabrica.
La esfera da la A. Cultural es el plano complejo según el cual la cultura sitúa al hombre
mucho más que como un animal que inventa objetos. Si algunos animales pueden
inventar objetos, el hombre es el único que inventa las reglas de inventar los objetos. Y
haciendo así puede definirse en tanto un ser que usa el lenguaje, pero que también
tiene conciencia del lenguaje.
La Antropología Social permite descubrir la dimensión de la cultura y de la sociedad,
destacando los siguientes planos:
- Un plano instrumental: dado en la medida en que un sujeto responde a un desafío
de un ambiente o de otro grupo.
- Un plano cultural: el mundo se forma dentro de un ritmo dialéctico con la
naturaleza. Fue respondiendo a la naturaleza que el hombre modificó y así inventó
un plano donde puede simultáneamente reformularse, reformulando la propia
naturaleza. Estamos en la región de las reglas culturales, cuando nosotros tenemos
una respuesta y también una reflexión de esa respuesta en el sujeto. Sólo
podemos decir que el hombre responderá, pero no podemos prever cómo será su
respuesta; es capaz de diferenciarse incluso cuando se está adaptando a causas y
estímulos comunes.
De este modo, la respuesta cultural es muy diferente de la instrumental. Ella permite
la superación de la necesidad y también el establecimiento de una diferenciación a
causa incluso de esa diferenciación. Por eso es que el estudio de la A. Social será
siempre el estudio de las diferencias.
Se abandona la perspectiva evolucionista muy simplificadora que Geertz denominó
estratificada (realizada en etapas: primero lo físico después lo social, primero el grito después
el habla, etc.).
La visión aquí presentada fue la de mostrar cómo la sociedad nació de una dialéctica compleja
y, por eso mismo, reflexiva, donde el desafío de la naturaleza engendraba una respuesta que, a
su vez, permitía tomar conciencia de la conciencia, de la naturaleza y de la propia respuesta
dada. La plasticidad humana es lo que permite descubrir su variabilidad, ya que ella sólo indica
el camino de alguna reacción, pero no puede determinar con precisión la respuesta. De hecho,
en este sentido, el hombre es realmente libre.
“Alteridad y pregunta antropológica” – Esteban KROTZ.
Hay muchas preguntas antropológicas, esto significa: preguntas acerca del ser humano o sobre
lo humano.
Es necesario indicar bajo que aspecto se ocupan del ser humano.
Tal reflexión se ocupaba naturalmente también de un suceso quizás no demasiado
frecuentemente pero que ocurría una y otra vez: el encuentro entre uno o varios miembros del
grupo con miembros de otras comunidades humanas.
El paso decisivo en esta reflexión consistía siempre en ver a otros seres humanos como otros.
Es decir, precisamente a pesar de las diferencias patentes a primero vista y a pesar de muchas
otras, que emergen solo con la observación detenida y que pueden referirse a cualquier esfera
de la vida, siempre se trata de reconocer a los seres completamente diferentes como iguales.
Exactamente este es el lugar de la pregunta antropológica de la que aquí se trata; la pregunta
por la igualdad en la diversidad y de la diversidad en la igualdad. Es la pregunta por los
aspectos singulares y por la totalidad de los fenómenos humanos afectados por esta relación,
que implica tanto la alteridad experimentada como lo propio que le es familiar a uno; es la
pregunta por condiciones de posibilidad y límites, por causas y significado de esta alteridad.
Una forma del contacto cultural como lugar de la pregunta antropológica que se da en
términos cronológicos y de historia civilizatoria mucho más tarde, es el viaje.
Alteridad: experiencia y categoría
La pregunta antropológica de que se habla aquí no existe por sí sola. Más bien tiene que ser
formulada. También por eso ella no existe de modo abstracto sino depende siempre también
del o de los encuentros concretos de los que nace y de las configuraciones culturales e
históricas siempre únicas, la pregunta antropológica es el intento de explicitar el contacto
cultural, de volverlo consciente, de reflexionar sobre el, de resolverlo simbólicamente.
La pregunta antropológica a tratar aquí tiene su momento decisivo en la categoría de la
alteridad.
Esta alteridad u otreda no es sinónimo de una simple y sencilla diferenciación. O sea, no se
trata de la constatación de que todo ser humano es un individuo único y que siempre se
pueden encontrar algunas diferencias en comparación con cualquier otro humano.
Alteridad significa aquí un tipo particular de diferenciación. Tiene que ver con la experiencia de
lo extraño. Pero solo la confrontación con las hasta entonces desconocidas singularidades de
otro grupo humano proporciona la experiencia de lo ajeno, e lo extraño propiamente dicho; de
allí luego también los elementos no humanos reciben su calidad característicamente extraña.
Alterad no es pues, cualquier clase de lo extraño y ajeno, y esto es así porque no se refiere de
modo general y mucho menos abstracto a algo diferente, sino siempre a otros. Se dirige hacia
aquellos seres vivientes que nunca quedan tan extraños como todavía lo quedan el animal más
domesticado y la deidad vuelta familiar en la experiencia mística.
Alteridad capta el fenómeno de lo humano de un modo especial.
Es la categoría central de la pregunta antropológica.
Un ser humano reconocido en el sentido descrito como otro no es considerado con respecto a
sus particularidades altamente individuales y mucho menos con respecto a sus propiedades
“naturales” como tal, sino como miembro de una sociedad, como portador de una cultura,
como heredero de una tradición, como representante de una colectividad, como nudo de una
estructura comunicativa de larga duración, como iniciado en un universo simbólico, como
introducido a una forma de vida diferente de otras.
A pesar de que el hablar de los unos y los otros puede inducir a un modo estático de ver las
cosas, la categoría de la alteridad introduce por principio el proceso real de la historia humana.
Pues, con el correr del tiempo se modifica el otro observado y experimentado de los otros.
La alteridad tiene un alto precio; no es posible sin etnocentrismo “Etnocentrismo es la
condición humana de la alteridad” y tan solo él posibilita el contacto cultural, la pregunta
antropológica. Es la manera y la condición de posibilidad de poder aprehender al otro como
otro propiamente y en el sentido descrito. Entre el grupo propio y el grupo extranjero existe,
pues, una relación semejante a la que hay entre lo conocido y lo desconocido en el acto
cognitivo, donde lo último es accesible casi siempre sólo a partir de lo primero. Ahora, es
interesante ver como el contacto cultural igualmente puede reforzar y menguar el
etnocentrismo.
Finalmente, En esta presentación de la categoría alteridad hay que volver a recordar que los
contactos culturales nunca se dan en el espacio vacío, o sea, que no pueden aislarse de la
dinámica de la historia universal de los pueblos que comprende.
“La antropología y el mundo contemporáneo: cultura y diversidad.” – Omar Ribeiro
THOMAZ
En el pasado o en el presente, el hombre nunca dejó de organizarse en sociedad y de
preguntarse acerca de sí y del mundo que lo rodea. No necesitamos retroceder en el tiempo
para encontrar diferentes formas de organización social y manifestaciones culturales. La
diversidad de las manifestaciones culturales se extiende no solo en el tiempo, sino también en
el espacio.
La acción del hombre está presente, construyendo el espacio y cargándolo de significado.
La cuidad contemporánea está marcada por el encuentro y por el conflicto de diferentes grupos.
Las diferencias son fruto no sólo de las desigualdades sociales –pues encontramos más
diferencias que las divisiones entre clases.
Podemos decir que la cultura se refiere a la capacidad que los seres humanos tienen de dar
significado a sus acciones y al mundo que los rodea. Es compartida por los individuos de un
determinado grupo, no se refiere a un fenómeno individual, cada grupo de diferentes épocas y
lugares otorga significados diferentes significados a cosas y pasajes de la vida aparentemente
semejantes. Es el concepto de cultura lo que define el campo de la antropología.
El hombre como ser social que comparte formas de pensar y actuar en cualquier época y lugar
es lo que constituye el objeto privilegiado de la antropología.
La cultura como un CODIGO simbólico. Este código simbólico no es algo dado como el código
genético; e ser humano es incompleto: no recibimos como una herencia biológica las formas de
nuestro comportamiento o los significados que atribuimos a nuestras acciones o al mundo que
nos rodea. La cultura se refiere pues a la capacidad y necesidad que los seres humanos tienen de
aprender. NO ES INVIDIDUAL. Para su existencia, el hombre depende de una especie de
aprendizaje: lograr conceptos, la aprehensión y aplicación de sistemas específicos de significado
simbólico.
A la antropología le cabe a interpretación de los diferentes códigos simbólicos que constituyen
las diversas culturas.
La diversidad cultural:
La diversidad cultural ha acompañado la propia historia de la humanidad. Parece ser constitutivo
un mecanismo diferenciador: cuando un encuentro entre dos sociedades parece generar un
resultado homogéneo, en el interior de esta misma sociedad surgen diferencias significativas
marcando fronteras entre los grupos sociales. Por otro lado, sociedades que están en contacto
hace mucho tiempo mantienen con celo los elementos significativos de su identidad.
Si por un lado las sociedades humanas no están completamente aisladas, por otro parece que el
contacto entre diferentes sociedades, o la existencia de grandes civilizaciones, viene siempre
acompañado de un proceso de diversificación cultural. Afirmó Claude Lévi-Strauss “al lado de las
diferencias debidas al aislamiento, existen aquéllas, también muy importantes, debidas a la
proximidad: deseo de oponerse, de distinguirse, de ser ellas mismas (…) la diversidad de las
culturas humanas no nos debe llevar a una observación fragmentadora d elos grupos que de las
relaciones que los unen”.
La diversidad cultural y los mecanismos de diferenciación forman parte de la propia historia de
las relaciones entre las diferencias sociedades humanas. No obstante parece que el tema se
plantea, en la práctica de una forma bastante conflictiva.
El etnocentrismo y perjuicio:
La reacción frente a la alteridad forma parte de la propia naturaleza de las sociedades. El
extrañamiento frente a las costumbres de otros pueblos, la evaluación de formas de vida
distintas a partir de los elementos de nuestra cultura. A este extrañamiento denominamos
ETNOCENTRISMO.
El etnocentrismo consiste en juzgar como correcto o errado, feo o lindo, normal o anormal los
comportamientos y las formas de ver el mundo de los otros pueblos a partir de los propios
patrones culturales. El etnocentrismo debe consistir en una descalificación de prácticas
alienígenas pero también en la propia negación de la humanidad del otro.
En el interior de nuestra sociedad tenemos una serie de actitudes etnocéntricas. La intolerancia
religiosa puede ser un buen ejemplo.
El etnocentrismo se aproxima, por lo tanto, al preconcepto: en nuestra propia sociedad existen
prácticas que sufren un profundo preconcepto por parte de sectores HEGEMÓNICOS.
El antropólogo, para poder descifrar los significados atribuidos por diferentes sociedades o
agrupamientos humanos a sus propias acciones, y teniendo como objetivo transformar aquello
que inicialmente es absolutamente extraño, en algo familiar, debe relativizar sus propios
valores culturales.
¿Cómo actúa el antropólogo frene a grupos que forman parte de su propio universo cultural? A
partir del ejercicio relativizador, relativizando su propio universo cultural para poder descifrar
culturas diferentes y desconfiando de aquello que le parece “natural” cuando trata de estudiar
la propia cultura.
Genocidio y etnocidio:
Algunas de las consecuencias trágicas del etnocentrismo... cuando este deja de ser solo el celo
de un determinado grupo en relación a sus prácticas culturales en detrimento de las prácticas
culturales de los otros grupos, y pasa a servir de pretexto para la eliminación física, moral o
cultural del otro. EL genocidio corresponde a la eliminación física de un determinado grupo o
sociedad.
El etnocidio consiste en la destrucción sistemática de las diferentes culturas indígenas.
Ejemplos de genocidio y etnocidio dejaron clara la idea de que la cultura fue y es uno de los
campos privilegiados del conflicto entre los pueblos por lo menos desde el descubrimiento de
América.
El avance de occidente y la dinámica cultural:
La temática de la cultura nos plantea un problema: las culturas cambian, en función de su
dinámica interna, sea en función de diferentes tipos de presión exterior ¿cómo lidiar con el tema
de la dinámica cultural?
El falso evolucionismo que intenta solucionar la diversidad cultural, intentando suprimirlas,
fingiendo conocerlas plenamente, nos lleva sin embargo hacia el campo del cambio cultural: las
diferentes sociedades cambian, sus manifestaciones culturales son, por lo tanto, dinámicas. Por
otro lado, nuestra propia sociedad cambia, nuestras instituciones y costumbres evolucionan.
El falso evolucionismo se dedicaba a clasificar etapas de desarrollo de la humanidad en función
de la comparación de elementos aislados de determinadas culturas “exóticas” con
manifestaciones descontextualizadas de “nuestro propio pasado”. Estas culturas exóticas
(aparentemente) sucumbían. Tal proceso fue conocido como aculturación, que suponía la
perdida de la cultura de un grupo dado cuando estaba en contacto con otro tecnológicamente
superior. La noción de aculturación enfatiza sobre todo la idea de cultura como el patrimonio
tecnológico de una determinada sociedad, y por otro la idea de tradición que tendería a
mantener a las diferentes sociedades paradas en el tiempo.
En las últimas décadas, la antropología se ha enfrentado con un panorama bastante diferente de
aquél sugerido por las teorías de aculturación. Desde esta perspectiva podemos definir a la
cultura como proceso dinámico de reinvención continua de tradiciones y significados. La idea de
tradición, así como la de progreso, debe ser interpretada dentro del contexto en el cual ella se
produce; es un valor de una cultura determinada.
La cultura de los grupos indígenas, como la nuestra es dinámica, asimila ciertos elementos
culturales de la sociedad envolvente, dándoles nuevos significados y rechaza a otros. Por
ejemplo: cuando el indígena usa ropas y zapatos de los blancos se dice que dejaron de ser indios
de verdad.
Para finalizar, esta visión de la cultura y de la dinámica cultural no debe ignorar las relaciones
desiguales que se dan en el mundo contemporáneo. La única solución para superar los
resultados nefastos de esta relación sería ver interlocutores sujetos con los cuales no siempre
estamos de acuerdo pero que mantienen con la sociedad occidental una relación
profundamente dinámica.
La ciencia y su contexto
Acerca del objeto y las problemáticas de la antropología – Patricia A. CAMPAN
Antropología: el “descubrimiento” de lo diferente.
Nuestro interés está puesto en mostrar cómo a lo largo de su historia, el hombre se ha
preocupado por hacer alguna referencia con respecto a otros hombres, a hablar de ellos, a
describirlos, y a elaborar juicios acerca de ellos. ¿Y por qué el hombre se ha ocupado, y aún lo
hace, de otros hombres? Porque ha sentido la curiosidad por conocer, de algún modo, a
aquellos con los que toma contacto, aquellos que se muestran tan diferentes a su propia
forma de ser. Asombre en un primer momento y curiosidad más tarde por la forma de vida que
desarrollaron otros grupos; lo que los antropólogos han denominado cultura.
Si algo provoca asombro es porque el individuo que observa se hace consciente de que lo que
tiene frente a él es diferente o bien, se asemeja muy poco a lo propio.
Se denomina alteridad u otredad a esta referencia que se hace del otro, cuando nos
identificamos con un grupo y que a la vez, nos lleva a diferenciarnos de otro. Tiene, como
hemos visto, una relación con el asombro, debido a que se constituye a partir de la conciencia
que tenemos de lo propio.
“La alteridad es constitutiva para el trabajo antropológico” – Krotz.
Durante el siglo XV y el descubrimiento de las “nuevas” tierras es el período donde se
manifiesta con mayor intensidad el asombro.
El reconocimiento de la categoría alteridad permitió comprender no sólo las características
sociales y culturales de los grupos diferentes sino también las de la propia sociedad.
En el siglo XIX, con la segunda gran expansión que Europa realiza hacia el resto del mundo,
nace la ciencia que tendrá a la diversidad cultural, a la alteridad, como objeto de estudio: la
Antropología, que tratará de explicar al otro.
Una definición de antropología
Antropología significa “hablar del hombre”.
La Antropología se ha ocupado por observar, describir y analizar al hombre que s constituye
como diferente, es decir, la diversidad humana. El antropólogo explora las similitudes
(culturales y biológicas) dentro del contexto de las diferencias que observa.
El problema central de la antropología es explicar las semejanzas y las diferencias de las
sociedades y la continuidad y el cambio en el tiempo.
Esta ciencia comprende en su análisis todas las épocas y todos los espacios.
La antropología enfatiza en la bidimensionalidad del hombre (dimensiones biológica y
cultural), dado que nuestra especie se define por poseer características cuyo origen es
biológico y otras que se adquieren o aprenden a partir de la vida social. Ambas dimensiones
tienen una relación dialéctica.
La antropología y sus problemáticas de interés
Antropología Social o Cultural: los antropólogos sociales están interesados no sólo en lo que la
gente hace o dice cotidianamente sino también en la manera como esta gente se organiza y
qué normas observa. Estos antropólogos utilizan la técnica del trabajo de campo.
Arqueología: estudia sociedades del pasado a través de sus restos materiales, es decir, lo que
constituye la cultura material de los grupos humanos. Emplea técnicas como la excavación. Su
propósito no es reconstruir sino explicar los cambios, quiere saber por qué vivían de esa
forma.
Antropología Biológica: los bioantropólogos centralizan su interés en el estudio de la evolución
(proceso de homonización) y la variación humanas. El hombre ha desarrollado estrategias
adaptativas no biológicas, lo que anteriormente denominamos cultura.
La Antropología ha propiciado la aparición de nuevas especialidades como la Antropología
Forense. Además, las problemáticas surgidas en la Antropología se complementan con otras
disciplinas y trabajan con otras ciencias aportando sus conocimientos y experiencias.
Con respecto a la Sociología, en el origen de ambas ciencias, el siglo XIX, la práctica
antropológica estaba focalizada en las sociedades exteriores a Occidente (sociedades
“simples”, “inferiores” o “salvajes”). La Sociología, en cambio dirigía su mirada a Occidente (la
sociedad “civilizada”). Actualmente ambas estudian realidades muy próximas.
La Antropología como ciencia
Todo conocimiento científico parte de problemas, luego recoge hipótesis con más datos, y
finalmente, elabora un modelo.
La ciencia como actividad pertenece a la vida social. Como consecuencia, no es absolutamente
autónoma. Todo conocimiento está condicionado por el contexto socio-histórico en el que se
desarrolla.
En el surgimiento de la Antropología como ciencia en el siglo XIX, el marco teórico que
prevalecía era el que se sustentaba en la teoría evolutiva. Las ideas de evolución y progreso
aplicadas a la vida social de los hombres, llevaban a explicar las diferencias entre las
sociedades a partir de grados diferentes de evolución.
A comienzos del siglo XX, las diferencias serían explicadas desde la teoría funcionalista o desde
el particularismo histórico, para las cuales las sociedades y sus respectivas culturas habían
seguido diferentes líneas evolutivas.
La “forma de ver el mundo” y explicarlo conforma marcos teóricos o visiones del mundo que
no están alejados ni abstraídos del entorno social.
El científico neutral no existe, porque ningún científico puede ser separado de su contexto
social.
Las ciencias disponen de medios adecuados para la comprensión de la objetividad, como el
trabajo de campo que, si bien no es sinónimo de objetividad, permite acceder a un
conocimiento más profundo del su objeto de estudio.
“La verdad considerada al margen de toda premisa cultural se convierte en un concepto vacío
de significado y, por lo tanto, la ciencia es incapaz de proporcionar respuestas durareras (…)
Creo que existe una realidad objetiva y que la ciencia es capaz de enseñarnos algo sobre ella”.
– Gould.