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Curso de
Mitología
CPR
Yecla
Macarena Puche Gutiérrez
Zeus
En la mitología griega Zeus (en griego antiguo: nominativo Ζεύς
Zeús, ‘rey divino’, genitivo Διός Diós) es el rey de los dioses
olímpicos, gobernante del monte Olimpo y dios del cielo y el
trueno. Sus atributos incluyen el rayo, el toro, el águila y el
roble. Además de su herencia indoeuropea, el clásico Zeus
«recolector de nubes» también obtuvo ciertos rasgos
iconográficos de culturas del antiguo Oriente Próximo, como el
cetro. Zeus es frecuentemente representado por los artistas
griegos en dos poses: de pie, avanzando con un rayo levantado
en su mano derecha, y sentado majestuosamente.
Hijo de Crono y Rea, era el más joven de sus descendientes.
En la mayoría de las tradiciones aparece casado con Hera,
aunque en el oráculo de Dódona su esposa era Dione, con
quien según La Ilíada fue padre de Afrodita.
Es conocido por sus
numerosas aventuras y
amantes, incluyendo una
relación pederasta con
Ganimedes. Fruto de estas
relaciones tuvo muchos
descendientes, siendo algunos
de los más conocidos Atenea,
Apolo y Artemisa, Hermes,
Perséfone, Dioniso, Perseo,
Heracles, Helena, Minos y las
Musas. Con Hera suele
decirse que fue padre de Ares,
Hebe y Hefesto.
Su equivalente en la mitología
romana era Júpiter y en la
etrusca Tinia.
Estatua de Júpiter Tonante
(Museo del Prado).
Hera
En el panteón olímpico de la mitología griega clásica, Hera (en
griego antiguo Ἥρα o Ἥρη) era la esposa y hermana mayor de
Zeus. También presidía como diosa del matrimonio, lazo patriarcal
de su propia subordinación: su resistencia a las conquistas de
Zeus se presenta como «celos» y forma el tema principal de las
anécdotas literarias que recortaron su antiguo culto. Su
equivalente en la mitología romana era Juno.
Se representa a Hera majestuosa y solemne, a menudo en el
trono y llevando el polos, la alta corona cilíndrica usada por varias
de las Grandes Diosas. En su mano puede tener la granada,
símbolo de la fértil sangre y la muerte y sustituto de la cápsula
narcótica de la amapola. «Sin embargo, hay registros de una
representación anterior sin iconos, como una columna en Argos y
una tabla en Samos.»
Afrodita
En la mitología griega,
Afrodita (en griego
antiguo Ἀφροδίτη) es la
diosa del amor y la
belleza. Aunque a
menudo se alude a ella en
la cultura moderna como
«la diosa del amor», es
importante señalar que no
era el amor en el sentido
cristiano o romántico, sino
específicamente Eros
(atracción física o sexual).
Su equivalente romana es
la diosa Venus.
Afrodita surge de la espuma del mar,
coronada con exuberantes trenzas
(El nacimiento de Venus,
William Adolphe Bouguereau, 1879).
Hermes
En la mitología griega Hermes (en griego clásico Έρμῆς) es el dios
olímpico de las fronteras y los viajeros que las cruzan, de los
pastores y las vacadas, de los oradores y el ingenio, de los literatos
y poetas, del atletismo, de los pesos y medidas, de los inventos y el
comercio en general, de la astucia de los ladrones y los mentirosos.
El himno homérico a Hermes le invoca como el «de multiforme
ingenio (polytropos), de astutos pensamientos, ladrón, cuatrero de
bueyes, jefe de los sueños, espía nocturno, guardián de las
puertas, que muy pronto habría de hacer alarde de gloriosas
hazañas ante los inmortales dioses.»
Atenea
En la mitología griega, Atenea o Atena (en griego antiguo Ἀθηνά
Athēná o Ἀθήνη Athḗnē; en dórico Ἀσάνα Asána) es la diosa de la
sabiduría, la estrategia y la guerra justa. Fue asociada por los
etruscos con su diosa Menrva, y posteriormente por los romanos
con Minerva. Atenea es atendida por una lechuza, lleva una
coraza de piel de cabra llamada égida que le dio su padre Zeus y
es acompañada por la diosa de la victoria, Niké. Atenea es
también considerada una mentora de héroes. Es una diosa
guerrera armada, nunca una niña, y siempre virgen (parthenos);
se decía de ella que había propiciado los progresos de los
hombres para dejar de ser infantiles. El Partenón de Atenas, en
Grecia, es su templo más famoso.
Nunca tuvo consortes ni amantes, aunque una vez Hefesto lo
intentó sin éxito. Heródoto y Platón la identificaban erróneamente
con la antigua diosa de los libios (actuales bereberes) Neith,
siendo quizás la deidad libia en su origen mitológico próxima a la
Nuth de los antiguos egipcios. Según Platón, Atenea derivaba de
A-θεο-νόα (A-theo-noa) o H-θεο-νόα (E-theo-noa), que significa ‘la
mente de Dios’.
Estatua romana de Atenea (Museo del Louvre), París
Hefesto
En la mitología griega, Hefesto (en griego Ἥφαιστος Hêphaistos,
quizá de φαίνω phainô, ‘brillar’) es el dios del fuego y la forja, así
como de los herreros, los artesanos, los escultores, los metales y
la metalurgia. Era adorado en todos los centros industriales y
manufactureros de Grecia, especialmente en Atenas. Su
equivalente aproximado en la mitología romana era Vulcano.
Hefesto era bastante feo, lisiado y cojo. Tanto es así, que
caminaba con la ayuda de un palo y en algunas vasijas pintadas
sus pies aparecen a veces del revés. En el arte, se le representa
cojo, sudoroso, con la barba desaliñada y el pecho descubierto,
inclinado sobre su yunque, siempre trabajando en su fragua. La
apariencia física de Hefesto indica arsenicosis, es decir,
envenenamiento crónico por arsénico que provoca cojera y
cáncer de piel. El arsénico se añadía al bronce para endurecerlo y
la mayoría de los herreros de la Edad de Bronce habrían padecido
esta enfermedad.
Vulcano forjando los rayos de Júpiter, de Rubens
Apolo
En la mitología griega y romana Apolo (en griego antiguo
ἈπόλλωνApóllōn o Ἀπέλλων Apellōn) es uno de los más
importantes y multifacéticos dioses olímpicos. El ideal del
kouros (joven imberbe), Apolo ha sido reconocido variadamente
como dios de la luz y el sol; la verdad y la profecía; el tiro con
arco; la medicina y la curación; la música, la poesía y las artes; y
más. Apolo es hijo de Zeus y Leto y hermano gemelo de la
cazadora virgen Artemisa. Es conocido como Apulu en la
mitología etrusca, influenciada por la griega.
Como patrón de Delfos (Apolo Pitio) era un dios oracular, la
deidadprofética del Oráculo de Delfos. La medicina y la curación
estaban asociadas con él, ya fuera directamente o por mediación
de su hijo Asclepio. También era visto como un dios que podía
traer la enfermedad y la plaga mortal, además de tener el poder
de curarla. Entre sus cargos custodios Apolo tenía dominio sobre
los colonos y era el patrón defensor de rebaños y manadas.
Como jefe de las Musas (Apolo Musageta) y director de su coro
actuaba como dios patrón de la música y la poesía. Hermes creó
la lira para él, y el instrumento se convirtió en un atributo común
de Apolo. Los himnos cantados en su honor recibían el nombre de
peanos.
En la mitología griega,
Ares (en griego antiguo
Ἄρης Arês o Ἄρεως
Areôs, ‘conflicto bélico’) se
considera el dios olímpico
de la guerra, aunque es
más bien la
personificación de la
fuerza bruta y la violencia,
así como del tumulto,
confusión y horrores de las
batallas, en contraposición
a su hermanastra Atenea,
que representa la
meditación y sabiduría en
los asuntos de la guerra y
protege a los hombres y
sus habitaciones de sus
estragos. En la mitología
romana se identifica a
Marte (al que habían
heredado de los etruscos)
con él, pero éste gozaba
de mucha mayor estima.
Ares
Estatua de Ares en Villa Adriana
Se le representa como hijo de Zeus y Hera, aunque existe una
tradición posterior según la cual Hera lo concibió al tocar una
determinada flor, en lo que parece ser una imitación de la leyenda
sobre el nacimiento de Hefesto, y es recogida por Ovidio. Su lugar de
nacimiento y auténtico hogar estaba situado lejos, entre los bárbaros y
belicosos tracios, y a él huyó cuando fue descubierto acostándose con
Afrodita.
Los helenos siempre desconfiaron de Ares, quizá porque ni siquiera
estaba influenciado por el espíritu de pertenecer a un bando, sino que
a veces ayudaba a una parte y a veces a la otra, según le dictaban
sus inclinaciones. Su mano destructiva se veía incluso tras los
estragos provocados por plagas y epidemias. Este carácter salvaje y
sanguinario de Ares le hacía ser odiado por otros dioses, incluidos sus
propios padres.
«Ares» fue también un adjetivo y epíteto en la época clásica: eran
comunes los títulos Zeus Areios, Atenea Areia e incluso Afrodita Areia
Perséfone
En la mitología griega, Perséfone (en griego
antiguo Περσεφόνη Persephónē, ‘la que lleva la
muerte’) era la reina del Inframundo, la Core (Κόρη,
‘hija’) o joven doncella, hija de Deméter (ἡ Μητὴρ
hê Mêtềr, ‘la madre’) y Zeus.
Perséfone es su nombre en la literatura épica de la
Grecia jónica. En otros dialectos era conocida por
otros nombres, como Persephassa o Persephatta.
Homero la llama Persephoneia (Περσεφόνεια). Los
romanos tuvieron noticia de ella por primera vez a
través de las ciudades eólicas y dóricas de la
Magna Grecia, donde usaban la variante
dialécticaProserpina.
De ahí que en la mitología romana fuese llamada
Proserpina, y como tal llegase a convertirse en un
personaje emblemático del Renacimiento.
El regreso de
Perséfone,
por Frederic
Leighton (1891).
FIN