Download La alegría de dar

Nació el 20 de julio de 1914 en el pueblo de Baylovo, Bulgaria. Hoy tiene 99 años.
Se llama Dobri Dobrev pero la gente de Sofía lo conocen como Elder Dobri Dobrev
el santo, el ermitaño, el asceta, el ángel, el extraño divino, el viajero del pasado...
Un grafiti gigantesco con su rostro engalana el lateral de uno de los edificios de su ciudad.
Por un proyectil que cayó muy cerca de su trinchera perdió el oído casi del todo
durante la Segunda Guerra Mundial.
Elder Dobry tiene cuatro hijos y ha sobrevivido a dos de ellos.
Un día decidió abandonar las cosas materiales para refugiarse en lo espiritual.
Dejó la comodidad de su casa a sus herederos y familiares, y ahora vive en una pequeña habitación
en el patio de una iglesia rural de " St. San Cirilo y Metodio ", en las cercanías a la capital búlgara.
Aunque hay una cama, prefiere dormir en el suelo y no quiere utilizar las instalaciones
de la civilización moderna.
En la mesa de la habitación modesta que sólo hay un trozo de pan y una rebanada de tomate,
pero son lo suficiente para sobrevivir un día más.
La iglesia del pueblo fue construida por el maestro Gancho Smolsko Trifonov de la aldea en 1884
y ahora es un monumento cultural.
Recientemente, sin embargo, el sacerdote murió y otro sacerdote de pueblos vecinos
viene de vez en cuando para hacer los servicios.
Elder Dobry abre la iglesia todas las mañanas y la cierra todas las noches.
La mayoría de las veces ha sido visto como un mendigo vistiendo la ropa y zapatos
que él mismo se encarga de confeccionar.
Pero su historia es más profunda.
Su misión es la de marchar por las calles de Sofía y pedir dinero.
Sin embargo, este anciano mendicante no guarda nada para sí.
Llegando a recaudar unos 40 mil euros, donó hasta el último centavo para colaborar
con la restauración de los monasterios e iglesias de Bulgaria
y para contribuir a pagar las facturas de agua y luz de los orfanatos.
La gente dice que ha ayudado a muchas personas
sin embargo él no quiere hablar de ello.
Él no tiene miedo de clima frío y o al mal tiempo.
Como San Cirilo, apóstol de los eslavos,
Elder Dobri ha dedicado mucho tiempo a caminar por sus pueblos,
a conversar con los paseantes, a predicar la fraternidad.
A sus 99 años todavía se lo ve dando desinteresadamente a los demás su único tesoro:
amabilidad, bondad, mansedumbre y la alegría propia del buen cristiano.
Él está dispuesto a besar la mano de un niño con una sonrisa que dejó caer una moneda en su caja,
hablar de Dios con todo el que pasa, dar las gracias por la caridad.
Su rostro brilla con luz celestial que hace que la gente lo vea inconscientemente
como un personaje bíblico.
Parece venir de la antigüedad en diferentes maneras cuando la misericordia y la fe
tenían una base sólida.
De joven viajaba regularmente la distancia desde Bajlovo a Sofía a pie.
Se supera los 25 kilómetros. Pero hoy no puede confiar en sus piernas y utiliza un autobús.
Muchas veces lo han querido ayudar para mejorar su calidad de vida
pero responde que no necesita nada para él, solo deseas ayudar a los demás.
Este es un hombre libre que colecciona virtudes,
recopila y recoge fruto para vida eterna.
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