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DISCURSO Señores líderes de partidos políticos; señores líderes de agrupaciones gremiales, sindicales y de profesionales; señores representantes de comunidades originarias; señores representantes de los trabajadores campesinos de Bolivia; señores representantes de las juntas vecinales; señores representantes de los municipios de Bolivia; señores representantes de los medios de comunicación; colegas representantes de diversas organizaciones productivas nacionales y de los gremios afiliados a nuestra Confederación. En nombre de la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, quiero agradecer profundamente su presencia y manifestar la grave preocupación que nos motiva a tomar la libertad de convocarlos. Hacemos esto, en el ánimo que esta acción sea entendida sólo como un medio para poder juntar a los verdaderos protagonistas que son ustedes. Bolivia está en serios problemas y juntos podemos hacer mucho para resolverlos. Queremos tomar algunos minutos de su atención para poner en la mesa principalmente los temas económicos que hoy configuran un escenario adverso para nuestra nación. Como verán, mucho de lo económico importa por su impacto social y político y es por ello que queremos cubrir lo central en estos tres ámbitos de preocupación. 1 El objetivo final de la economía es la generación de bienestar para los ciudadanos y en tal sentido, lo fundamental es la capacidad que la economía tiene para generar condiciones de acceso a empleo, ingresos y satisfacción de las necesidades del hombre. Asimismo, importan las oportunidades que se puedan generar para que en función de sus potencialidades, cada ciudadano busque legítimamente su desarrollo, que de manera agregada conforma el bienestar comunitario. EMPLEO En 1999 se inició el periodo de crisis que hoy sigue presente en Bolivia. En 1997 se tenía una tasa de desempleo abierto de 2.1% con un nivel de 3.6% en el área urbana. A finales del año 2002, se tenía una tasa de 5.5% para el país con un impacto de 8.7% en el área urbana. Estas cifras reflejan un incremento porcentual de 138% y 165% respectivamente. Por su parte, los datos de desempleo abierto para las ciudades capital han sufrido un incremento de 100% entre 1997 y el 2002. Hoy, varias estimaciones muestran cifras mucho más alarmantes con una tendencia que rebasa el 16% entre desempleo y subempleo. Más allá de un valor porcentual, la realidad de esto se traduce en cerca de 650 mil compatriotas desempleados o sub empleados, mientras que en 1996 existían menos de 150 mil en tal situación. Como si esto fuera poco, cada año se incorporan cerca de 2 180 mil personas a la oferta laboral, sin una clara perspectiva de empleo. Este tipo de resultado explica el grado de desesperación social que hoy vivimos y es determinante de la viabilidad nacional. Una población sin posibilidad de acceso a un medio de subsistencia no puede lograr el equilibrio social que le permita construir el futuro. INDICADORES DE EMPLEO SEGÚN SEXO: 1996 - 2002 Indicadores de Empleo 1997 Nacional TASA DE DESEMPLEO ABIERTO (TDA) Hombres Mujeres 1999 Nacional 2.07 2.13 1.99 2000 Nacional 4.33 3.70 5.08 2001 Nacional 4.79 3.94 5.86 2002 Nacional 5.24 4.46 6.17 5.48 4.31 6.94 INDICADORES DE EMPLEO SEGUN UBICACION RURAL - URBANA 1997 1999 2000 2001 2002 Var % acum 3.69 0.25 2.07 7.21 0.48 4.33 7.46 0.93 4.79 8.50 0.84 5.24 8.69 1.16 5.48 TASA DE DESEMPLEO ABIERTO (TDA) URBANO RURAL TOTAL 136% 365% 165% INGRESOS En promedio, el ingreso nacional medido por el Producto Interno Bruto (PIB) creció en cifras cercanas al 4% desde 1986 hasta 1998. Dicha tasa de crecimiento ha sido insuficiente frente a las grandes necesidades del país. Lamentablemente, a partir de 1999, el crecimiento se redujo más para ubicarse en un promedio menor al 1.9% para el periodo que cerró el 2003. 3 En los últimos años, la crisis que enfrentamos ocasionó que en términos de ingreso per cápita, las cifras presenten un retroceso que implica un deterioro de las condiciones de vida que tiene nuestra población. En 1998 el ingreso per cápita se ubicó en US$ 1,057, mientras que al cierre del año 2002 alcanzó US$ 883. Es decir, en los cuatro años el ingreso promedio de los bolivianos se redujo en 16%. BOLIVIA: PRODUCTO INTERNO BRUTO PER CÁPITA (En dólares americanos) 1997 BOLIVIA 1,009 1998 1,057 2000(p) 995 2001(p) 928 2002(p) Var % 2002/98 883 -16% Varios de los sectores que han crecido en los últimos años han estado ligados a inversiones intensivas en capital que son necesarias para su competitividad. Estos sectores no son generadores de empleo y, por lo tanto, la población no siente su crecimiento de manera tangible en su ingreso. Si al PIB le restamos el comportamiento de sectores como hidrocarburos, telecomunicaciones y electricidad, entre otros, se tiene un desempeño menor en la economía. El crecimiento real del PIB sin estos sectores es cercano a cero, mientras que la población crece cada año en 2.3%. Tasa de crecimiento del PIB % 1999 2000 2001 2002 2003 0.43 2.28 1.51 2.75 2.27 2003 estimado al tercer trimestre 4 El ingreso de casi todos los sectores de la sociedad se redujo producto de la crisis que se consolidó por quinto año consecutivo en la economía. El promedio de ingreso nacional mensual por categoría de empleo se situó en Bs. 655 en 1999 y al cierre del año 2002 se tiene un valor de Bs. 622. Esto significa una caída de 5%, pero con impactos más pronunciados en cada sector. En los últimos tres años, el ingreso de los empleados cayó en 4% y el de los obreros en 18%. En el caso de los propietarios de industrias y comercios, tanto el ingreso remunerado como el no remunerado se han contraído en 18% y 30% respectivamente. Finalmente, los trabajadores cooperativistas y las trabajadoras del hogar en promedio reciben hoy un ingreso 30% menor al que recibieron antes de la crisis. Con este deterioro económico, todos estamos perdiendo en mayor o menor grado. INGRESO PROMEDIO MENSUAL EN LA OCUPACION PRINCIPAL (EN BOLIVIANOS) 1999 Obrero Empleado Trabajador Cuenta Propia Patron Socio Empleador con Remuneración Patron Socio Empleador sin Remuneración Cooperativista Empleada del Hogar 2002 Var % 763 1,372 568 3,821 1,712 959 515 627 1,312 608 3,119 1,199 678 359 -18% -4% 7% -18% -30% -29% -30% 655 622 -5.0% 5 POBREZA Y DESIGUALDAD DE OPORTUNIDADES La pobreza y la desigualdad de oportunidades son hoy problemas vigentes y de urgente solución. No solamente por principios éticos debemos encarar la pobreza con prioridad, sino por que esta condición y los problemas que genera nos impiden pensar en un futuro con crecimiento. En 1992, el 70% de la población boliviana vivía en condiciones de pobreza. El censo 2001 muestra que este índice se habría reducido a 59% para el conjunto del país. Otro indicador muestra en base al método de la línea de pobreza que en 2002 el 65% de la población vivía en condiciones inferiores a lo que define la línea de pobreza. En síntesis, se tienen avances pero lentos e insuficientes que ahora están aún más limitados por la crisis que vivimos. Hoy, el promedio de los ciudadanos se ve obligado a cubrir las necesidades de su grupo familiar con menos de US$ 2.5 diarios. En cuanto a la equidad, no podemos pensar en resolver el problema confiscando a unos para dar a otros. De lo que se trata es de generar oportunidades para que la mayoría de la población pueda mejorar sus ingresos. En ello, el rol de la educación es fundamental. Las acciones para la búsqueda de equidad y oportunidades son urgentes. No podemos esperar tener una torta más grande para repartirla equitativamente y mientras tanto 6 seguir repartiendo sin equidad lo que hoy se genera. En tal sentido, el Estado como mecanismo de transferencia, tiene que recibir un esfuerzo de contribución de manera universal para crear oportunidades y equidad para los más necesitados. Sin embargo, este rol no está siendo cumplido eficientemente y de ello surge el cuestionamiento a la eficacia del gasto público. Lo poco que tenemos no está siendo asignado de la manera más efectiva para reducir la pobreza. Bolivia: Condición de pobreza según Censos 1992 - 2001 Departamento Porcentaje de Pobres Censo Porcentaje de Pobres Censo 1992 2001 BOLIVIA 70.5 58.6 Chuquisaca La Paz Cochabamba Oruro Potosí 79.8 71.1 71.1 70.2 80.5 70.1 66.2 55 67.8 79.7 Tarija Santa Cruz Beni 69.2 60.5 81 50.8 38 76 Pando 83.8 72.4 fuente: INE DÉFICIT FISCAL Si algo creció de manera sostenida en las últimas gestiones es el déficit fiscal, pasando de 3.5% del PIB en 1999 a cerca del 8% al cierre del 2003. Esto significa un crecimiento de 129%, destruyendo así la estabilidad fiscal. 7 A nivel del TGN, el deterioro de las cuentas fiscales ha sido peor. Entre 1999 y el año 2003, los ingresos totales crecieron de manera acumulada en 3%. En cambio, los gastos crecieron al 27%, es decir, 9 veces más rápido que los ingresos. Con esto, el déficit del TGN se incrementó en 187% en estos cuatro años. Tesoro General de la Nación Ejecución de Flujo de Caja (Millones de Bolivianos) 1999 Ingresos Totales 7,573 Gastos Totales 8,741 Déficit -1,168 Fuente: Min Hac. 2003 7,777 11,135 -3,358 Var % 3% 27% 187% Cuando hablamos de esta precaria situación y en particular de los gastos, frecuentemente concluimos que la burocracia y su crecimiento explican el problema. Si bien es cierto que existe un crecimiento en entidades públicas, creemos que el verdadero problema es mucho más complejo y profundo. Para poder entender esto, imaginemos que el gobierno cerrara todos los ministerios y solo quedase operando la Presidencia, el problema se reduciría en Bs. 300 MM que representa solucionar sólo el 10% del déficit. Este dato es importante y nos tiene que llevar a una discusión en profundidad de la composición del gasto público. Como sociedad debemos priorizar lo fundamental, como son la salud y la educación. Debemos 8 preservar la asignación de recursos a la prestación de estos servicios y no al excesivo costo de su administración. Debemos discutir si otros componentes de gasto deben postergarse porque no podemos pagarlos. Somos parte de este problema y no podemos excluir nuestra responsabilidad en la solución del mismo. Por el lado de los ingresos, debemos partir señalando que lo que hoy la sociedad aporta al Estado es considerable. La presión tributaria que mide la carga impositiva que asume nuestra economía es cercana al 14% del PIB, sin incluir cargas sociales. Este nivel, está por encima de los estándares de países vecinos. Nuestro problema es que estamos cubriendo gastos extraordinarios relacionados a reformas que en el contexto de la crisis, no tenemos la capacidad de asumirlos. También en materia de ingresos y esfuerzos de contribución, no todos estamos aportando. Este problema genera sentimientos de falta de equidad que comienzan a enfrentarnos. Necesitamos encontrar un equilibrio para unirnos entorno a un esfuerzo común para resolver la crisis fiscal. Enfrentamos otros problemas de larga data y sin solución como son el contrabando, la evasión fiscal y la corrupción. Todos ellos merman los ingresos fiscales, pero también debilitan la voluntad de aporte de los bolivianos que 9 vemos cada vez más débil la relación entre nuestra contribución y la retribución por parte del Estado. En nuestra economía, en la que el nivel de informalidad es tan alto, necesitamos que se facilite y estimule la formalización de sectores que hoy por esta condición no acceden a varios beneficios. Para que esto suceda, los costos asociados a la formalidad deben reducirse gradualmente. Debemos señalar que el deterioro de las cuentas fiscales ha conducido a riesgos en materia de exceso de endeudamiento y contaminación a otros sectores como el financiero, la estabilidad de precios y las Reservas Internacionales. El crecimiento de la deuda interna ha sido tan acelerado que de manera conjunta con la deuda externa, exceden los US$ 7,500 MM, cifra que compromete casi una vez el PIB de un año, habiéndose llegado a un límite que compromete la sostenibilidad futura de la economía. No podemos seguir comprometiendo a futuras generaciones de bolivianos aumentando indefinidamente el endeudamiento público. A estas alturas, la solución a este problema no deberá ser traumática, pero no se puede gastar indefinida e ilimitadamente más de lo que se tiene. Sin embargo, lo prioritario es buscar la reactivación económica. 10 Se requiere un trabajo con la participación de la sociedad civil para llegar a acuerdos fundamentales. El hecho es que hoy, al margen de lo que se pueda generar en reducción de burocracia que no es muy significativo en el total, el Estado no puede pagar todos los bienes y servicios públicos que demanda la sociedad. Por ello, es urgente que el Gobierno transparente las cifras y promueva un escenario de discusión que nos conduzca a la posibilidad de un acuerdo en materia de ingresos pero también en relación a los gastos. Déficit global SPNF % del PIB Fuente: Min Hac. 1999 2000 2001 2002 2003 -3.47 -3.73 -6.92 -8.95 -7.89 SECTOR FINANCIERO El sector financiero es muy importante en su rol de intermediación de ahorros de sectores con excedentes hacia otros sectores con necesidades de inversión. No es posible pensar en una economía sin un sector financiero sano, sólido y en crecimiento. Desde 1998, las cifras de captaciones del sistema muestran una caída de 40%, disminuyendo de US$ 4,500 MM a cerca de US$ 2,700 MM. En el caso de los préstamos, la cartera bajó de US$ 4,200 MM en 1998 a US$ 2,500 MM 11 a febrero de este año. Estas cifras de contracción muestran claramente la magnitud del achicamiento de la economía. Hoy, las empresas en Bolivia son menos, tienen menos acceso a recursos y tienen deudas que no pueden ser solventadas debido a los menores ingresos que generan por menores ventas. Otro indicador importante de la situación del sector financiero y también de las empresas es la cartera en mora. Mientras que en 1998 la mora se situó en 5%, a febrero pasado, este índice subió a más de 18%, es decir un incremento de 260%. Nuevamente, esta cifra no sólo muestra un serio problema en la banca, sino el problema de las empresas y los ciudadanos que hoy, debido a sus menores ingresos, no pueden pagar sus deudas. En medio de este difícil panorama, corresponde destacar el comportamiento de las exportaciones, particularmente no tradicionales, las que han mantenido niveles importantes y hasta han rebasado límites históricos el año pasado. La lección es clara: aquellas unidades productivas que le venden al mundo no están sujetas a la reducida y volátil demanda interna. No sufren de los ciclos internos que determinan menor capacidad de compra de nuestra población y por lo tanto tienen mejor desempeño, generando ingresos que se traducen en empleo y también en ganancias. 12 No podemos apostar al crecimiento, produciendo para vendernos bienes y servicios entre pobres. La idea es producir para venderle al mundo, producir para mercados donde existe riqueza y capacidad de compra y así, lograr traer para nuestra gente parte de esa riqueza que está fuera de nuestras fronteras. Esto es más pertinente aún con la mejora de los términos de intercambio y la subida de los precios de los principales productos de exportación que tenemos. Antes de concluir esta reflexión, queremos indicar que en los últimos años el deterioro de la economía y de las condiciones de vida de la población nos han llevado, inevitablemente, a procesos de inestabilidad política y social. Estos son ingredientes de un mayor deterioro económico que a su vez genera más protesta social. Nuestros problemas han llegado al grado de poner en riesgo la unidad nacional. Todo esto se refleja también en el deterioro de la institucionalidad y la falta de continuidad en las políticas de estado. A partir del inicio de la crisis en 1999 hasta hoy han transcurrido 5 años, en los cuales hemos tenido 5 Presidentes de la República, haciendo un promedio de uno por año. Posiblemente podríamos contar centenares de ministros y otras autoridades con un promedio menor de permanencia. Lo señalado nos hace pensar que nuestro problema no es de personas sino algo más profundo. 13 Estamos en un círculo vicioso que genera pobreza y no resuelve nuestros problemas. Por eso, requerimos dialogar y definir un camino de solución que nos permita recuperar el funcionamiento de nuestra economía para seguir trabajando en la lucha por una sociedad libre, justa y con menos pobreza. Para finalizar, a tiempo de agradecer nuevamente su presencia y cederles la palabra, queremos decir que un pacto se materializa sobre coincidencias, sobre concesiones de las partes y sobretodo en base a un objetivo común que convoca voluntades despojadas de intereses particulares. Por todo lo señalado y frente a la grave coyuntura que atraviesa el país, la CEPB les brinda este espacio para que definamos como objetivo preservar nuestra patria, recuperar nuestra economía y trabajar por el bien de todos los Bolivianos. MUCHAS GRACIAS 14