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La sociedad te prepara para la
actividad, para la ambición, para la
prisa, para la eficiencia. No te
prepara para relajarte ni para no
hacer nada y descansar.
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Toda sociedad es impulsada, obsesionada y adicta al trabajo. Por
lo tanto no quiere que aprendas a relajarte.
La relajación tiene poderes milagrosos.
Trata de relajarte una hora o dos de las 24
y adquirirás mayor percepción sobre ti
mismo.
Aplica la relajación en las tres capas: cuerpo-mente –
corazón.
La relajación puede llevarte a puntos altos; es una simple técnica. No es
complicada; durante unos pocos días la encontrarás dificil por la falta
de costumbre.
Habituarte será cuestión
de días.
Insistiendo en la
relajación,llega a
aparecer la
meditación.
La meditación es el nombre de la más profunda relajación.
Hay que relajarse desde la circunferencia. Relaja la circunferencia de
tu ser, relaja tu cuerpo, relaja tu comportamiento, relaja tus actos.
Camina de una manera relajada, come de una manera relajada, habla,
escucha de una manera relajada. Aminora cada acción. No tengas
prisa, no te aceleres.
Muévete como si toda la eternidad estuviera a tu disposición; de hecho lo
está. Estamos aquí desde el principio y vamos a estar hasta el final.
Recuerda que en el universo no
hay principio ni fin.
Siempre hemos estado aquí y lo
estaremos siempre. Cambian las
formas pero no la sustancia; cambian
las vestiduras, pero no el alma.
Tensión
significa
prisa,
miedo,
duda.
La tensión
significa estar
temerosos de
que mañana no
podamos
enfrentarnos a
la realidad,
obligándonos a
estar en
permanente
guardia.
El primer paso para la
relajación está en tu cuerpo,
mira en tu interior y busca
alguna tensión en él: en el
cuello, en la cabeza, en las
piernas. Relájalo a conciencia.
Ve hasta esa parte del cuerpo y
persuádela, dile
amorosamente: “¡Relájate!”
Al abordar cualquier parte de tu cuerpo, quedarás sorprendido de
que te escucha, te hace caso; ¡es tu cuerpo! Con los ojos cerrados
penetra en su interior, desde los dedos de los pies hasta la cabeza,
localizando cualquier lugar donde haya tensión.
Habla entonces con esa parte del cuerpo como si hablaras
con un amigo; permite un diálogo entre tu cuerpo y tú.
Dile que se relaje y adviértele: “No hay nada que temer. No tengas
miedo.Estoy aquí para cuidarte; estate tranquilo”.
Poco a poco, aprenderás el truco. Conseguirás que el cuerpo se relaje.
Después da otro paso, un poco más profundo; dile a la mente que se
relaje. Si el cuerpo escucha, la mente también lo hace.
Mucha gente empieza por la mente
y fracasa; se debe a que empieza por
el sitio equivocado. Primero el
cuerpo, luego la mente.
Cuando la mente se encuentre relajada empieza entonces a relajar tu
corazón… el mundo de tus sentimientos, tus emociones ; algo todavía
más complejo, más sutil. Sólo entonces ,cuando has dado estos tres
pasos, puedes pasar al cuarto.
Ahora puedes pasar al centro más interno
de tu ser, el cual está más allá del cuerpo,
de la mente, del corazón: el verdadero
centro de tu existencia. Conseguirás
también relajarlo.
Dicha relajación aporta el mayor gozo posible, el supremo éxtasis, la
total aceptación. Te hallarás lleno de felicidad y de júbilo. Llenarás tu
vida de ductilidad y armonía, la convertirá en danza.
La existencia danza en
armonía, la existencia entera
se mueve de una manera
muy relajada; hay
movimiento, sin duda, pero
en total equilibrio.
Los árboles crecen, los pájaros
trinan y los ríos fluyen; las estrellas
se mueven: todo marcha de una
manera muy armónica. Sin prisa,
sin alboroto, sin preocupación y sin
desperdiciar nada.
La relajación es un fenómeno de gran complejidad; con muchos
matices multidimensionales.
Son primordiales las siguientes cosas: entregar, confiar, darse,
amar, aceptar, seguir la voz de tu corazón, unirse a la existencia,
disolver el ego, entrar en éxtasis. Todo ello comienza a suceder si
aprendes los caminos hacia la relajación.
Como no sabemos a ciencia cierta
si existe el cielo y el infierno, no
temas al infierno y tampoco ansíes
el cielo. Todo lo que existe es este
momento. Puedes convertirlo en
cielo o en infierno.
El infierno
existe cuando
te encuentras
tenso.
El cielo, cuando
estás relajado.
La relajación total es el paraíso.
Textos adaptados
especialmente
para ti del libro
“El equilibrio
entre la mente y el
cuerpo” de
OSHO.
¡Dios te
bendiga
y que
tengas
un lindo
día!
R.S. -8/9/2017 10:15 AM