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Tema 2. Las revoluciones americana
y francesa y sus repercusiones.
1. La independencia de las colonias
norteamericanas.
2. La Revolución francesa.
3. La exportación de la revolución. Las
guerras revolucionarias.
4. La Restauración.
5. El liberalismo doctrinario.
La era de las revoluciones
Desde finales del siglo XVIII y hasta 1848 se produjeron en Europa y América una
serie de transformaciones políticas, económicas y sociales que reciben el nombre de
“revoluciones”, ya desde el tiempo en que se produjeron.
Fueron auténticas revueltas contra el poder establecido que triunfaron y
transformaron profundamente el panorama político y social hasta entonces
dominante. Sin embargo, el punto de partida de estas transformaciones tuvo lugar
mucho antes: en la revolución inglesa del S. XVII. En cuanto a la siguiente oleada
revolucionaria, se inició con la americana, paradójicamente contra el poder inglés. La
que tuvo más repercusión fue la Revolución Francesa (1789), que se convertiría en el
modelo para las revueltas políticas de la Edad Contemporánea.
Causas de las
revoluciones
Las transformaciones
económicas y sociales
El fracaso de las
monarquías europeas
Las ideas ilustradas
1. La independencia de las
colonias norteamericanas.
Desde las persecuciones religiosas en Inglaterra del siglo XVII, la costa Este de
América del Norte fue poblándose por gentes que huían de Gran Bretaña. Pronto
desarrollarían en el nuevo continente una nueva sociedad que, sin embargo, dependía
de las instituciones inglesas.
Las trece colonias que fundaron aquellos
emigrantes, no tenían la estructura
estamental y jerárquica de la sociedad
europea del momento, si bien en las del
Sur había aparecido un sistema esclavista.
En general, los colonos eran europeos
disidentes o descendientes de ellos, con
mentalidad igualitaria en muchos casos.
Inglaterra, en un principio, les dejaba un
amplio margen de autogobierno.
La creación de los Estados Unidos de Norteamérica rompió radicalmente con las
tradiciones monárquicas y absolutistas existentes hasta entonces en Europa.
1. La independencia de las
colonias norteamericanas.
Los orígenes de la rebelión que condujo a la independencia hay que buscarlos en la
Guerra de los Siete Años (1756-1763), en la que Francia disputó a los británicos
el control de la zona. Aunque los colonos lucharon del lado inglés hasta la victoria,
después de la guerra se establecieron impuestos especiales sobre ellos para pagar los
gastos bélicos. Al descontento por los nuevos impuestos se sumaría el hecho de la
ausencia de representación de los colonos en el Parlamento británico.
El 16 de diciembre de 1773 se produce el
Boston Tea Party, un motín contra los
impuestos y monopolios sobre el té que
rápidamente se extendió a todas las
colonias, a pesar de la represión
británica. Ante esta situación los colonos
reunieron el congreso de Filadelfia en
1774, donde votaron el boicot a los
productos británicos y al año siguiente se
formaron las primeras milicias, lo que
daba la guerra por iniciada.
1. La independencia de las
colonias norteamericanas.
El 4 de julio de 1776, representantes de las trece colonias americanas aprobaron la
Declaración de Independencia, que suponía el fin de la soberanía británica en el
territorio.
La Guerra de Independencia (1776-1783) fue el enfrentamiento entre los
colonos, comandados por G. Washington, y las tropas británicas. En principio la lucha
fue muy desigual, hasta que se produjo la derrota inglesa de Saratoga (1777), a partir
de la cual, Francia y otros Estados europeos (España y las Provincias Unidas) entran
en el conflicto en apoyo de las colonias, con el objetivo de recuperar las pérdidas de la
Guerra de los Siete años y de disminuir el poder británico.
Fue decisiva la guerra marítima en Europa, que evitó el abastecimiento al ejército
británico desplazado a América. En 1781, en Yorktown, el ejército coaligado dirigido
por Washington, Rochambeau y Lafayette obligó a capitular a los británicos, lo que fue
ratificado en el tratado de Versalles en 1783.
1. La independencia de las
colonias norteamericanas.
La nueva nación recibió el nombre de
Estados Unidos de América, y su sistema
político, basado en las ideas de la
Ilustración, presentaba importantes
novedades:
-Sus documentos legales más
importantes, como la Declaración de
Independencia o la Declaración de
Derechos aprobada en 1776 por el
Estado de Virginia, recogían una serie de
derechos naturales propios de toda
persona: el derecho a la vida, a la
libertad, a la igualdad, a la seguridad, a
la propiedad, a sustituir un gobierno
injusto, a un juicio justo, a la libertad de
prensa y al libre ejercicio de la religión.
1. La independencia de las
colonias norteamericanas.
-Antes de concluir la guerra, se redactaron los
“artículos de la Confederación” (1781),
proyecto constitucional que pronto resultaría
insuficiente por la gran autonomía y
divergencias entre las antiguas colonias frente
al débil Estado Federal.
Se elaboró entonces una nueva constitución
en la convención de Filadelfia (1787) que
entró en vigor en 1789 y, con pequeñas
modificaciones, sigue siendo la constitución
vigente en los Estados Unidos. Washington fue
elegido el primer presidente.
El nuevo documento establecía que todos los
ciudadanos quedaban sometidos a él, y
prohibía todos los cargos públicos hereditarios
o vitalicios.
1. La independencia de las
colonias norteamericanas.
- El sistema político constituido era una
República Federal: agrupación de
Estados que compartían algunas
instituciones y llevaban a cabo la misma
política en materias como la economía,
relaciones exteriores, defensa, etc.
- Se instauró la división de poderes
predicada por Montesquieu: Legislativo
(dos cámaras), Ejecutivo (presidente),
Judicial (Tribunal Supremo).
- Se basaba en los principios de la
soberanía nacional e igualdad de los
ciudadanos ante la Ley. Eran ciudadanos
y tenían derecho a votar todos los
varones mayores de edad que tuvieran
un determinado nivel de renta o de
propiedades (sufragio censitario)
1. La independencia de las
colonias norteamericanas.
Repercusiones en Europa:
Los acontecimientos en América del
Norte tuvieron una doble influencia a
este lado del Atlántico: durante la guerra
se reciben con simpatía en los círculos
liberales las noticias que llegan, dando la
razón a los ilustrados de que era posible
un sistema más igualitario,
desprestigiando el modelo inglés.
Después de la guerra, los veteranos
franceses, la diplomacia de Franklin y de
otros embajadores influirán en un
ambiente de opinión propicio a la
revolución que se producirá en Francia.
2. La revolución francesa
Se aplica este nombre a una etapa crucial de la historia de Francia que tendría
repercusión a nivel mundial. Iniciada en 1789, atravesaría diferentes fases.
Fase prerrevolucionaria (1787-1789):
En la década de los ochenta del S. XVIII, la Francia de Luis XVI atravesaba graves
problemas financieros debidos a los elevados gastos de la Corona y a las continuas
guerras con Gran Bretaña. El Estado aumentó entonces los impuestos sobre el
comercio y artículos de primera necesidad, perjudicando a campesinos, comerciantes,
artesanos y trabajadores de las ciudades principalmente. Subirían el precio del pan, la
sal, la carne y otros productos básicos, lo que provocó el descontento general.
La situación de crisis era tal que pronto la corona tuvo que plantearse imponer
tributos que afectaran también a la nobleza y al clero, estamentos privilegiados, que
no estaban dispuestos a pagar. Reunidos algunos de sus miembros, decidieron que
solamente los representantes auténticos de la nación tenían poder para aprobar una
tal reforma en el sistema de los impuestos y reclamaron la convocatoria de una
reunión de los Estados Generales. Se trataba de una asamblea formada por
representantes de los tres estados o estamentos, que llevaba 200 años sin reunirse y
en la que se podían negociar los nuevos tributos. El rey se vio obligado a aceptar y
convocó la asamblea en mayo de 1789, en el palacio de Versalles.
2. La revolución francesa
REVOLUCIÓN Y MONARQUÍA CONSTITUCIONAL (1789-1792)
El estallido de la revolución:
Reunidos los Estados Generales, los
representantes del Tercer Estado, mucho
más numerosos, reclamaron que cada
diputado tuviera derecho a un voto, para
terminar con la situación imperante que
daba un voto a cada Estamento.
Su petición no fue atendida, por lo que
abandonaron la reunión y decidieron y
formar una Asamblea Nacional
Constituyente a la que invitaron al resto
de los representantes. Reunidos en una
sala de juego de pelota, juraron no
separarse hasta dotar a Francia de una
Constitución, por lo que conocemos a este
momento histórico como el Juramento
del Juego de Pelota.
2. La revolución francesa
REVOLUCIÓN Y MONARQUÍA CONSTITUCIONAL (1789-1792)
La nueva asamblea se proclamó representante de la Nación, y como tal, estaba
facultada para elaborar y votar una Constitución. Esto constituía un hecho
revolucionario, pues se declaraba fuente legítima de poder y soberanía frente al mismo
rey y la nobleza.
El Rey asustado reunió tropas en torno al
palacio de Versalles con la intención de
disolver la Asamblea, por lo que el pueblo
de París, con el apoyo de muchos
soldados, se levantó en armas y, el 14 de
julio de 1789, asaltó La Bastilla, cárcel
real, símbolo del absolutismo. La burguesía
se apoderó del Ayuntamiento parisino y
creó una milicia de voluntarios, la Guardia
Nacional, para defender la revolución.
En otras ciudades los burgueses tomarían
los ayuntamientos, mientras los
campesinos ocupaban tierras y suprimían
por la fuerza los derechos feudales.
2. La revolución francesa
2. La revolución francesa
2. La revolución francesa
REVOLUCIÓN Y MONARQUÍA CONSTITUCIONAL (1789-1792)
La monarquía constitucional:
Ante la situación de levantamiento general que se había planteado, Luis XVI no
tendría más remedio que aceptar que la Asamblea Nacional llevara a cabo una serie
de reformas en 1789 y 1791:
• Abolición de los derechos y privilegios feudales: todos los ciudadanos
pasaban a ser iguales ante la ley y los impuestos. Sin embargo, los campesinos
solo podían liberarse de los derechos de los nobles sobre la tierra que
cultivaban mediante el pago de una cantidad de dinero.
• Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano (agosto
1789): por inspiración de la declaración de los americanos, se afirmaban una
serie de derechos básicos de alcance universal: igualdad y libertad de los
individuos, derecho a la propiedad privada, soberanía nacional, libertad de
opinión…
2. La revolución francesa
REVOLUCIÓN Y MONARQUÍA CONSTITUCIONAL (1789-1792)
La monarquía constitucional:
• Aprobación de la Constitución de 1791: establecía una monarquía
constitucional moderada, poniendo fin al absolutismo y estableciendo la división de
poderes. Implicaba la instauración de un sufragio censitario, limitado a los
propietarios.
2. La revolución francesa
REVOLUCIÓN Y MONARQUÍA CONSTITUCIONAL (1789-1792)
La monarquía constitucional:
• Reformas económicas inspiradas en la fisiocracia y el liberalismo:
modificación o supresión de determinados impuestos, libertad de comercio dentro
del reino, libertad de industria, abolición de la esclavitud en Francia (no en sus
colonias), etc.
• Reformas administrativas y judiciales: Francia quedaba dividida en 83
departamentos y los ciudadanos podían elegir a sus ayuntamientos. La pena
máxima para todos los delincuentes era la guillotina. Se impuso en todo el país el
sistema métrico decimal para las pesas y medidas.
• Reforma de la Iglesia católica a través de la Constitución Civil del Clero:
se privaba a la Iglesia de buena parte de sus ingresos y tierras, que pasaron a ser
bienes nacionales. La oposición del clero a estas reformas le convirtió pronto en
“enemigo de la revolución”.
NACIMIENTO DE LOS GRUPOS
POLÍTICOS
2. La revolución francesa
EL GOBIERNO DE LA CONVENCIÓN (1792-1794)
A los revolucionarios franceses no les bastó con acabar con la estructura del Antiguo
Régimen en su país. En abril de 1792, Francia declaraba la guerra a todas las
monarquías europeas, lo que radicalizó la revolución: aquellos que estaban en
contra, llamados contrarrevolucionarios, fueron considerados traidores al país,
empezando por el rey Luis XVI, sospechoso de negociar con reyes extranjeros la
restauración de sus derechos en Francia.
La situación de guerra y la
resistencia del soberano al nuevo
orden llevaron al pueblo de Paris a
sublevarse de nuevo, el 10 de
agosto de 1792, asaltando el
Palacio de las Tullerías.
2. La revolución francesa
EL GOBIERNO DE LA CONVENCIÓN (1792-1794)
Tras la revuelta de la Tullerías, inspirada por jacobinos y la Comuna parisina, se
implantaría la república y se convocó una nueva asamblea legislativa, la Convención,
que fue elegida por sufragio general masculino.
En esta etapa, los jacobinos, dirigidos
por Maximilian de Robespierre, y
apoyados por los Sans-culottes y la
Comuna de Paris, constituyeron el
poder real en Francia y tomaron
medidas muy radicales que les
llevarían a su propia perdición.
2. La revolución francesa
EL GOBIERNO DE LA CONVENCIÓN (1792-1794)
• Aprobación de la Constitución de 1793: instauraba una república basada en el
sufragio universal masculino. También incluía una nueva declaración de derecho que
observaba el derecho al trabajo, a la asistencia, a la educación y a la insurrección. La
soberanía procedía del pueblo y la igualdad era un derecho natural.
• Instauración del llamado Régimen del Terror:
medidas excepcionales para combatir la traición y la
indisciplina. La creación del Comité de Salud
Pública y de un Tribunal Revolucionario, posibilitó
una intensa represión que condujo a la guillotina a los
enemigos políticos de Robespierre: los reyes, nobles,
girondinos, etc. El rey murió el 21 de enero de 1793.
• Medidas populistas como el establecimiento del
precio del pan, requisamientos de bienes para repartir
entre el pueblo llano, etc.
• Instauración de un calendario revolucionario.
2. La revolución francesa
EL GOBIERNO DE LA CONVENCIÓN (1792-1794)
El calendario republicano francés es un calendario propuesto durante la
Revolución Francesa y adoptado por la Convención Nacional Francesa, que lo empleó
entre 1792 y 1806. El diseño intentaba adaptar el calendario al sistema decimal y
eliminar del mismo las referencias religiosas; en él, el año comenzaba el 22 de
septiembre, coincidiendo con el equinoccio de otoño, y además con la abolición de la
monarquía.
En el calendario republicano, los años siempre empezaban en el equinoccio de otoño,
tenía 12 meses de 30 días cada uno. Los meses se dividen en tres décadas de 10 días
(desaparecen las semanas). No coinciden exactamente con los meses del Calendario
Gregoriano, al empezar siempre la cuenta de los meses con el inicio astronómico de
las Estaciones, tal y como se hace también con el Zodiaco griego. Los nombres de los
meses adoptan denominaciones de fenómenos naturales y de la agricultura
2. La revolución francesa
CALENDARIO REPUBLICANO FRANCES:
Otoño - Vendémiaire ('vendimia'),
vendimiario, a partir del 22 de
septiembre
Brumaire ('bruma'), brumariO, 22 de
octubre
Frimaire (del francés frimas
'escarcha'), frimario, 21 de noviembre
Invierno - Nivôse (nivosus 'nevado'),
nivoso, 21 de diciembre
Pluviôse (pluviosus 'lluvioso') 20 de
enero
Ventôse (del latín ventosus 'ventoso')
19 de febrero
Primavera - Germinal (del latín
germen 'semilla') 21 de marzo
Floréal (del latín flos 'flor')20 de abril
Prairial (del francés prairie 'pradera'),
pradial, a partir del 20 de mayo
Verano - Messidor (del latín messis
'cosecha') 20 de junio
Thermidor (del griego thermos 'calor')
19 de julio
Fructidor (del latín fructus 'fruta'), 18
de agosto.
2. La revolución francesa
LA REPÚBLICA BURGUESA O EL DIRECTORIO (1794-1799)
El descontento con la política de Terror Robespierrista, llevó a la formación de un
núcleo contrario al diputado jacobino, integrado por todos aquellos que temían verse
procesados en su espiral implacable de ejecuciones.
Robespierre fue detenido y el 10 de Termidor (28 de julio) ejecutado en la guillotina.
A los pocos días, hasta 71 de sus seguidores, miembros de la Comuna, siguieron el
mismo camino. Termidor es otro de los momentos clave en el largo recorrido de la
Revolución francesa, y significa un giro a la derecha del proceso revolucionario. La
burguesía conservadora, La Llanura, recuperaba el poder. Fueron suprimidas las
instituciones del periodo anterior, e incluso se elaboró una nueva constitución,
aprobada en 1795:
• División de poderes muy rígida.
• Poder legislativo bicameral.
• Poder ejecutivo en manos del Directorio – cinco miembros.
• Sufragio censitario aún más restringido.
2. La revolución francesa
LA REPÚBLICA BURGUESA O EL DIRECTORIO (1794-1799)
Entre tanto proseguía la guerra contra las potencias monárquicas europeas y la
represión contra los antiguos partidarios de los jacobinos y los contrarrevolucionarios.
La política del Directorio fue inicialmente apoyada por los oficiales del nuevo ejército
revolucionario. De entre ellos surgiría el más audaz, popular y victorioso: Napoleón
Bonaparte, quien descontento al final con la situación interna del país, daría un golpe
de Estado el 18 de Brumario (9 diciembre 1799). Tras esta acción, fue elegido
Cónsul y pasó a dirigir los destinos del país.
2. La revolución francesa
EL GOBIERNO DE NAPOLEÓN BONAPARTE (1799-1815)
Nombrado primer cónsul en 1799, cónsul vitalicio en 1802 y emperador en 1804,
Bonaparte creó un nuevo sistema político que combinaba las ideas revolucionarias con
un estilo personalista y autoritario. Llevó a cabo reformas muy importantes en Francia:
• Creó instituciones nuevas como el Banco de Francia: banco nacional.
• Imposición del Franco como moneda única del territorio francés.
• Código Civil: ratificaba la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.
• Administración profesionalizada y controlada por el Gobierno: un prefecto
mantiene el control de cada departamento.
• Reforma de la enseñanza pública.
• Firma del Concordato con la iglesia católica (1801).
• Propagación de las ideas y logros de la revolución por toda Europa.
3. La exportación de la revolución.
Las guerras revolucionarias.
Para Napoleón, la revolución francesa y sus
principios tenían validez universal y, por
tanto, afectaban a todos los estados.
Por otro lado, era tradicional la predominancia
francesa en el continente desde hacía siglos, y
su rivalidad con Gran Bretaña, por lo que la
Francia revolucionaria constituía una amenaza
para las monarquías europeas. En Abril de
1792, los franceses declararon la guerra al
emperador de Alemania, que pretendía acudir
en ayuda de Luis XVI. Los ejércitos de los
principados alemanes invadieron Francia, a lo
que el pueblo galo respondió con resistencia y
valor. Otras potencias se unirían pronto a las
coaliciones antifrancesas que se formarían en
Europa, siendo los ingleses los principales
opositores al expansionismo franco posterior.
Sir Arthur Wellesley, Duque de Wellington
3. La exportación de la revolución.
Las guerras revolucionarias.
A pesar de la oposición internacional, Francia
salió casi siempre victoriosa debido, sobre
todo, a la renovación de su ejército.
Los ejércitos de las monarquías absolutas
estaban formados por una oficialidad
compuesta de nobles incapaces, y una
tropa de mercenarios, normalmente
extranjeros.
Batalla de Austerlitz
La revolución, en Francia, acabó con el ejército
tradicional, por lo que, ante la amenaza
exterior, fue necesario reclutar un nuevo
ejército formado por ciudadanos franceses que
debían incorporarse obligatoriamente
para defender su nación.
3. La exportación de la revolución.
Las guerras revolucionarias.
El ejército había pasado de ser el ejército
de un rey, a serlo de una nación,
formado por sus ciudadanos y muy
numeroso (más de un millón de hombres
en tiempos de Napoleón).
Los nuevos soldados se tomaron muy en
serio su oficio, puesto que eran
premiados con rápidos ascensos por
méritos de guerra sin tener en cuenta su
origen social.
Se consiguió entonces una organización
muy disciplinada y rígida.
Mariscal Soult
3. La exportación de la revolución.
Las guerras revolucionarias.
Napoleón convirtió al nuevo ejército revolucionario
en una máquina invencible que demostró su
superioridad en incontables campos de batalla por
toda Europa y norte de África desde 1799 a 1813.
Sin embargo, no pudo hacer frente a la
superioridad naval británica, a pesar de someter a
la isla al bloqueo continental. Además, las
resistencias de rusos y españoles, desgastaron
fuertemente su ejército.
Las coaliciones antifrancesas que dirigieron los
ingleses acabaron por derrotarle en 1813 en
Leipzig, tras lo cual fue enviado a la isla de Elba
aún como emperador. Regresó a Francia en marzo
de 1814 y, aclamado por el pueblo, reorganizó sus
fuerzas en el Imperio de los Cien Días, si bien fue
finalmente derrotado en Waterloo en junio de
1815 y desterrado a Santa Helena.
4. La Restauración
Llamamos con este nombre al sistema político de alianzas diseñado por las potencias
que vencieron a Napoleón en 1815 (principalmente Austria, Prusia, Rusia y Gran
Bretaña), para dotar de estabilidad unas sociedades en cambio e impedir el
surgimiento de nuevos movimientos revolucionarios.
La industrialización, el impacto de las ideas revolucionarias y las reformas del
emperador corso, habían desembocado en notables modificaciones en todos los
ámbitos en toda Europa durante los 25 años anteriores. Con la Restauración, se
pretendía regresar al anterior estado de las cosas con una política basada en:
• Una ideología
conservadora y
contrarrevolucionaria.
• Una reordenación
completa del mapa de
Europa, llevada a cabo en el
Congreso de Viena (18141815), dirigido por el canciller
austriaco Metternich.
En el Congreso de Viena se aplicaron cuatro principios fundamentales a la hora de
tomar las más importantes decisiones, que regirían Europa hasta 1848:
LEGITIMIDAD:
Se reconocía el derecho de los monarcas hereditarios desplazados por los gobiernos
napoleónicos, a recuperar sus tronos. En este sentido, en algunos países los viejos
reyes tuvieron que acompañarse de ciertas concesiones políticas para atraer a
burgueses y propietarios, partidarios de reformas moderadas.
En Francia, Luis XVIII promulgó una Carta
Otorgada, donde se reconocían algunos
derechos políticos y el funcionamiento de dos
cámaras con atribuciones muy limitadas.
Por el contrario, en el Imperio Austriaco, Rusia
y España, la Restauración supuso el pleno
restablecimiento del Antiguo Régimen,
mientras que en Gran Bretaña se mantenía el
sistema parlamentario.
EQUILIBRIO
RESPONSABILIDAD
INTERNACIONAL
Todas las grandes potencias, incluida la
Francia restaurada, se comprometían a
mantener la paz, la seguridad y la
estabilidad de las fronteras; por ello era
necesario evitar los cambios políticos que
pudieran desembocar en guerras.
Ningún país debía tener más influencia o
poder que otro.
DERECHO A LA INTERVENCIÓN
En el caso de que se produjeran brotes revolucionarios en algún país, las monarquías
podrían intervenir para sofocarlos. En ese contexto, Rusia, Prusia y Austria forjaron lo
que llamaron la Santa Alianza, en defensa del Trono y el Altar, para acudir en auxilio
del país que lo solicitara. Gran Bretaña se mantuvo opuesta a esta medida, porque su
Parlamento rechazaba este derecho de intervención en los asuntos de otras potencias.
5. El liberalismo doctrinario
Tras la Revolución Francesa se formaría un nuevo liberalismo, heredero de las ideas
de los ilustrados, de los fisiócratas franceses y de Adam Smith, que, a lo largo
del siglo XIX, evolucionaría hacia posiciones más moderadas que las de sus
predecesores.
La experiencia revolucionaria y el creciente descontento popular asustaron a los
liberales, que abandonaron al pueblo como aliado para pactar con los grupos sociales
tradicionalmente poderosos, para dar estabilidad a los nuevos regímenes políticos.
Llamamos a esta opción ideológica Liberalismo doctrinario, que buscaba un punto
medio entre la libertad y el orden.
Principios del Liberalismo Doctrinario:
• Igualdad y legitimidad de los individuos para
competir entre sí.
• Existencia de unos Derechos Naturales en los que
no debía intervenir el Estado: libertad individual,
propiedad privada, prensa…Eran partidarios del
laissez-faire fisiócrata.
• Confiaban tan solo en burgueses como ellos que se
habían enriquecido con su propio esfuerzo, y
desconfiaban de la nobleza, la Iglesia y los
trabajadores.
• Creían en un gobierno burgués elegido por
sufragio censitario.
• El mejor gobierno era una monarquía parlamentaria o
constitucional que moderara las posibles decisiones
radicales del Parlamento, normalmente bicameral.
• Benjamin Constant, Tocqueville, o John Stuart Mill,
serían sus principales teóricos.
John Stuart Mill