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Las familias en el Chile actual
• Entender las familias de hoy
• Transformaciones en la vida familiar
• Tensiones y desafíos
Teresa Valdés
Socióloga
CEDEM-2007
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Introducción
• Las familias, independiente de cómo se organicen y de la
diversidad de significados a ellas asociados, son un núcleo
estructurador de la existencia humana y constituyen para las
personas, mujeres y varones, un eje central en sus vidas. Son
parte substancial de la vivencia subjetiva (sentido e identidad)
y de la sociabilidad humana.
• Las posibilidades de desarrollo y acción de mujeres y varones
no son iguales ni equitativas en su interior (mujeres y
menores en desventaja). Por lo tanto, no es un espacio
neutral respecto del género, sus formas de mantenimiento y
reproducción.
• Las familias también son un espacio primario de conflicto, de
vivencia de abusos, violencia y dolor.
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Entendemos la familia como
• “unidad familiar”, una organización social, un microcosmos de
relaciones de producción, de reproducción y de distribución, que
cuenta con una estructura de poder interna
• una pequeña organización integrada por personas de diferente sexo
y edad que tienen una relación de alianza y parentesco o por
afinidad, cuyo propósito es la convivencia prolongada
• ellos/as realizan actividades cotidianas destinadas a la reproducción
social de sus miembros: reproducción biológica o más precisamente
biosocial, mantenimiento cotidiano de las personas, reposición de la
fuerza de trabajo, socialización primaria de los niños y jóvenes y, en
general, destinadas a la reproducción cultural y simbólica
• a través de las familias se regula, canaliza y confiere significado
social y cultural a la reproducción y a la sexualidad
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• En esta unidad familiar existen bases estructurales de conflicto y
de lucha puesto que, así como existen tareas e intereses
colectivos, los miembros de la unidad familiar tienen intereses
propios, anclados en su propia ubicación en los procesos de
producción y reproducción, tanto al interior como al exterior de
ella y en su posición de género, generación y de parentesco.
• Está sujeta a variaciones en su composición, que resultan tanto
del protagonismo de sus propios miembros, como por su
inserción económica, social y territorial.
• Según la posición en las jerarquías internas se pautan deberes y
derechos, inclusiones o exclusiones, privilegios o subordinación.
• Las familias conforman relaciones de poder, autoridad y control
cuando se subordinan los deseos y necesidades de unos a los
otros (de la mujer al marido y los hijos, de los/as hijos/as al
padre).
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Desigualdades de género en las familias
• Las familias reproducen jerarquías y privilegios de
género y otros tipos de diferencias sociales: definiciones
estereotipadas de los géneros y división del trabajo por
género (socialización de género)
• División sexual del trabajo (mujeres/ reproductivo)
• Acceso y control desigual a los recursos materiales y
simbólicos
• Acceso desigual al poder y la toma de decisiones
• Presencia de violencia (simbólica, psicológica física)
• Normas y reglas diferentes para mujeres y varones
respecto de la movilidad en el espacio público,
sexualidad, entre otras.
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Las familias, la reproducción social y el Estado
• El rol clave que cumple la familia en la reproducción social
hace que toda acción o relación social desarrollada al
interior de ella conlleve efectos tanto para las personas,
como para la sociedad.
• Asimismo, los cambios en la sociedad afectan a sus
integrantes individualmente o a toda la unidad familiar.
• En este sentido es un cuerpo intermedio entre la persona
y la sociedad y por ello deviene en objeto de preocupación
y de políticas públicas.
• las políticas estatales -de empleo y salariales, de
educación, de salud y de vivienda- tienen consecuencias
en su calidad de vida, especialmente en las más pobres. El
Estado construye sus políticas y programas sociales sobre
la base del ordenamiento familiar legalmente establecido.
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La modernización cultural ha introducido nuevas
dinámicas en las familias:
• el predominio del matrimonio o convivencia voluntarios y
basados en el amor (aunque a veces se realiza para alejarse del
hogar de origen, escapar de una situación difícil o por un
embarazo no planificado);
• el retardo en la edad del emparejamiento;
• el adelanto de la iniciación sexual y vida sexual prematrimonial;
• la separación entre sexualidad y reproducción ligado al uso de
anticonceptivos
• la incorporación creciente de las mujeres al mercado laboral,
con énfasis, en muchos casos, en el desarrollo personal;
• etapas del ciclo de vida más marcadas, con prolongación de la
adolescencia y dificultad de los jóvenes de independizarse de la
familia de origen;
• instalación en la sociedad de un modelo de familia ideal que
contempla un número reducido de hijos, no más de dos
• cambios en las relaciones entre los géneros.
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Cambios en la intimidad
• La modernidad ha transformado la intimidad en múltiples
dimensiones:
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las exigencias que se plantean al amor romántico,
las exigencias a la pareja,
la impugnación de la división sexual del trabajo,
la exigencia a un tipo de paternidad desde las mujeres,
las demandas de autonomía de las mujeres y los jóvenes,
el divorcio como curso posible de acción frente a los
conflictos,
– el placer como un derecho, en especial entre las mujeres,
– y la extensión de las relaciones sexuales prematrimoniales
• El proceso de “individualización” hace visibles
crecientemente necesidades individuales en la familia y se
exige de ésta, es decir, del conjunto de sus integrantes,
que sean satisfechas.
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Cambios demográficos y de las familias
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disminución del número de hijos (tasa de fecundidad)
aumento de la esperanza de vida al nacer
disminución de la mortalidad
aumento del embarazo adolescente
aumento del número de aportantes a los hogares,
postergación de la primera unión y aumento de la edad
promedio al tener al primer hijo
formación de familias complejas derivadas de la extensión de la
vida en pareja lo que aumenta las posibilidades de rupturas
aumento del número de adultos mayores presentes en los
hogares
disminución del predominio de la familia nuclear biparental con
hijos, en que el hombre es proveedor y la mujer dueña de casa
las crisis matrimoniales y las segundas y terceras uniones han
dado origen a un nuevo tipo de familia, aquellas llamadas
“reensambladas” o “reconstituidas” que reúnen a hijos de
uniones anteriores de uno o ambos integrantes de la pareja. .
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Estereotipos y tipos de familias
1) Las familias se componen de un “hombre proveedor” y una
“mujer dueña de casa”
2) Las familias distribuyen sus recursos de manera equitativa entre
sus miembros y no tienen conflictos internos.
• Se establecen definiciones de “buena mujer”, “buena esposa” y
“buena madre” que influyen las estructuras familiares, en sus
dinámicas internas, teniendo como referente simbólico un tipo
de “familia ideal”.
Estos modelos ideales no corresponden con la realidad de la
mayoría de las familias, y promueven y mantienen inequidades
de género.
Más bien hay una diversidad de formas y situaciones familiares,
llamados “tipos de familia”, una gran heterogeneidad de
situaciones familiares.
Estas diferentes realidades, si bien cumplen con las funciones
biosociales, económicas, culturales y de socialización señaladas,
involucran dinámicas y recursos diferentes.
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• A los hogares nucleares, los unipersonales, extendidos y
compuestos se suman los monoparentales y los
biparentales.
• La actividad o inactividad de la pareja (cónyuge,
conviviente o jefa de hogar), aumenta la diversidad de
situaciones familiares.
• Las etapas del ciclo de vida de las familias las hacen
diferentes: jóvenes sin hijos, con hijos pequeños, en edad
escolar o jóvenes adultos, “nido vacío” o con nietos en el
hogar.
• Los niveles de dependencia económica, entendida como el
número de personas cuya subsistencia depende de los
ingresos de cada miembro del hogar que trabaja también
dan origen a situaciones familiares diferentes.
• A ello se suman las familias “reensambladas”, producto de
una segunda o tercera unión de alguno de los miembros
de la pareja
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Según la Encuesta Casen 2006, los hogares
chilenos se caracterizan hoy día por ser:
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61,2% biparentales
25,6% monoparentales (84,5% madre sola y 15,5% padre solo)
13,2% unipersonales
80,7% son hogares nucleares, es decir, formados un solo núcleo
familiar
19,3% están formadas por más de un núcleo
Tamaño promedio de los hogares nucleares: 3,3 personas y 1,3
hijos
Tamaño promedio de los hogares compuestos: 5,5 personas
Los hogares pobres e indigentes tienen un tamaño promedio
mayor y un número promedio de hijos mayor: 1,8, versus 1,2
en los no pobres
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Vida cotidiana en familia
• La vida familiar, como nunca, enfrenta dificultades,
inseguridad, conflictos, quiebres y tensiones.
• Cada uno de sus miembros, en el marco de una estructura
interna jerarquizada y con roles bastante rígidos asignados
a ellos, soporta con dificultad las crecientes demandas del
medio laboral y social, así como las demandas de los
demás integrantes, según sea su posición en dicha
estructura.
• Los procesos de modernización han tenido un ritmo
acelerado, generando situaciones contradictorias entre los
llamados a la familia y la comunidad, por un lado, y la
utilización de mecanismos de mercado para la asignación
de los recursos.
• La modernización económica no se ve acompañada en
forma homogénea por procesos sociales y culturales,
existiendo grandes rezagos en la capacidad de
comprensión y adaptación a las transformaciones.
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• El viejo sueño familiar, según el cual la educación
aseguraba la inserción laboral de los hijos, y por
tanto, su movilidad social, ya no opera
• Los sectores medios y populares son los más
afectados por esta ruptura
• Aumentan los niveles de inseguridad en las familias
de estos sectores
• Los cambios en la posición de la mujer en la
sociedad, particularmente la inserción laboral de
muchas de ellas, así como los cambios en las
generaciones jóvenes, también tensionan la vida en
familia.
• Las dificultades para resolver conflictos en forma no
autoritaria son frecuentes y aumentan las crisis y
rupturas de pareja.
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• Los cambios en el mercado de trabajo, la precarización de los
empleos y los sistemas de protección social, en el acceso a la
educación y la salud, más la emergencia de condiciones
amenazantes en el entorno, como son la violencia, la
delincuencia y la drogadicción, han colocado a gran número de
familias, especialmente de sectores medios y de trabajadores,
en condiciones nuevas de vulnerabilidad que afectan su vida
cotidiana y sus proyectos.
• Se trata de una suerte de fragilidad en su inserción en la
sociedad que produce profunda inseguridad y cancelan los
proyectos de movilidad social.
• Muchas familias deben enfrentar el alcoholismo o la
drogadicción de alguno de sus hijos/as, o el embarazo
adolescente de una hija
• La incorporación de cientos de jóvenes que no encuentran
trabajo dignamente remunerado a la drogadicción y al pequeño
tráfico, que son perseguidos por la policía, deja sin recursos de
comprensión y de acción a sus progenitores
• Las identidades femeninas y masculinas se ven amenazadas en
estas condiciones
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El mejoramiento de los niveles educacionales de las mujeres, su
incorporación a la vida laboral, su creciente participación social y
política no han ido acompañadas de modificaciones equivalentes en el
ámbito de la vida familiar, particularmente, en lo que se refiere a los
roles tradicionales y la redistribución de las tareas reproductivas y del
poder en el seno de la pareja.
En estas condiciones se hace presente la violencia, conducta aprendida
para resolver los conflictos enraizada en las desigualdades entre
hombres y mujeres, en la jerarquía sexual, en la representación de la
identidad masculina por vía del dominio sobre la mujer. El poder del
hombre se manifiesta de diversas maneras, incluso en la violencia física
y sexual
La prevalencia de la violencia doméstica, manifestada principalmente
en contra de la mujer, es indicativa de las tensiones y desajustes
existentes con respecto a las relaciones de pareja y su modificación.
Muchas crisis de pareja, separaciones y rupturas definitivas son una
expresión de las dificultades que enfrentan las personas que la
conforman, ya sea para satisfacer sus expectativas y necesidades en el
marco de una estructura jerarquizada que subordina a la mujer, o por
la imposibilidad de cumplir con los roles que la cultura ha impuesto a
hombres y mujeres.
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Los cambios generacionales
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Procesos de independización y desarrollo autónomo de los hijos/as
Quiebre de la autoridad patriarcal/paternal.
Aumento de los niveles de escolaridad lleva, por una parte, a una
mayor dependencia de los padres, y por otra, a una brecha
generacional creciente.
Enfrentamientos intergeneracionales con demandas de los jóvenes
adolescentes por recursos económicos, consumo y autonomía, y
exigencias de los padres de contribución a las necesidades de la
familia.
Situación que se agudiza en familias encabezadas por mujeres.
Relaciones inter-generacionales signadas, en el caso de los jóvenes,
por la dicotomía autonomía/dependencia y, en el de los adultos, por la
progresiva limitación de la esfera de influencia en la formación de los
hijos.
Recursos económicos limitados de los jóvenes generan dependencia
obligada.
El quiebre generacional se expresa en nuevas expectativas y valores
sustentados por los/as jóvenes, lo que conlleva dificultades en la
constitución de su identidad.
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En síntesis
• Las familias son producto de desarrollos históricos, por lo tanto,
diversas y heterogéneas dependiendo del contexto (condiciones
sociales, económicas y políticas específicas; situadas
tiempo/espacio; específicas según clases sociales, culturas, razas y
etnías).
• Las familias como espacio privado separado de lo público responden
a determinados modelos de familia promovidas desde el Estado
moderno.
• Las familias son espacios de relaciones de cooperación y conflicto.
• Las familias no son neutras respecto del género: reproducen
desigualdades de género, las mantienen o pueden ser espacios
para la construcción de relaciones igualitarias y equitativas,
partiendo de una noción de respeto de los derechos de las
personas.
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Desafíos
• Democratización de las relaciones familiares: de
género y generacionales
• Empoderamiento de las mujeres en el espacio
privado y público
• Incorporación de nuevos modelos legítimos de
masculinidad que favorezcan la adaptación masculina
a las nuevas condiciones de las familias y las
relaciones de género
• Creación o aprovechamiento de espacios sociales
para una resocialización masculina (deportes)
• La negociación como mecanismo de solución de los
conflictos
• Acompañamiento de los procesos familiares
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Las familias en el Chile actual
• Entender las familias de hoy
• Transformaciones en la vida familiar
• Tensiones y desafíos
Teresa Valdés
Socióloga
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