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Un urgente y necesario
cambio de mentalidad
de los pastores
En esta reflexión queremos escuchar la voz de la Iglesia, la voz del
Papa, la voz de los obispos, en relación al urgente y necesario
cambio de mentalidad y actitud en los pastores. Sin hacer a un lado
la voz de los laicos, su angustia y exigencia, queremos abrir, en
primer lugar, nuestros oídos a la voz de los pastores de la Iglesia,
escuchar la voz del Espíritu en las palabras de ellos, escuchar la
fuerte llamada de atención que nos hace El Buen Pastor a través de
la voz de la Iglesia y su magisterio.
Es necesario tener actitud de
escucha, actitud humilde y
obediente al Buen Pastor, al
Espíritu de Dios, a la Iglesia, al
Papa, a los obispos, para después
ser buenos receptores del clamor
de nuestro pueblo.
Cambio de Mentalidad. Conversión pastoral.
Conversión de los pastores.
Esta exigencia de conversión
y de cambio de mentalidad y
actitudes es una exigencia
que en toda la historia de la
salvación hemos escuchado,
los profetas hablaron en
nombre de Dios al pueblo y
de manera muy especial a la
clase sacerdotal y a los pastores, exigieron un corazón
nuevo, corazón de carne, exigieron que el culto no sólo
fuera con los labios sino con todo el ser, con el corazón.
San Juan Bautista
invita a la metanoia,
al cambio de
mentalidad, porque
el Reino de Dios está
cerca. Jesús
interpela de manera
frontal a las
autoridades
religiosas de su tiempo y pronuncia palabras muy fuertes
contra ellas denunciando su falta de congruencia, su
superficialidad en su vida religiosa.
“La conversión personal despierta la capacidad de
someterlo todo al servicio de la instauración del Reino de
vida. Obispos, presbíteros, diáconos permanentes,
consagrados y consagradas, laicos y laicas, estamos
llamados a asumir una actitud de permanente conversión
pastoral, que implica
escuchar con atención y
discernir ‘lo que el
Espíritu está diciendo a
las Iglesias’ (Ap 2,29) a
través de los signos de
los tiempos en los que
Dios se manifiesta”. DA
366
“La conversión de los pastores
nos lleva a vivir y promover una
espiritualidad de comunión y
participación (…) La conversión
pastoral requiere que las
comunidades eclesiales sean
comunidades de discípulos
misioneros
en
torno
a
Jesucristo, Maestro y Pastor.
De allí, nace la actitud de apertura, de diálogo y
disponibilidad para promover la corresponsabilidad y
participación efectiva de todos los fieles en la vida de las
comunidades cristianas” DA 368
“El problema no es
siempre el exceso de
actividades, sino sobre
todo las actividades mal
vividas, sin las
motivaciones
adecuadas, sin una
espiritualidad que
impregne la acción y la
haga deseable.
De ahí que las tareas cansen más de lo razonable, y a veces
enfermen. No se trata de un cansancio feliz, sino tenso,
pesado, insatisfecho y, en definitiva, no aceptado.
“La renovación de la parroquia exige actitudes nuevas en
los párrocos y en los sacerdotes que están al servicio de
ella. La primera exigencia es que el párroco sea un
auténtico discípulo de Jesucristo, porque sólo un sacerdote
enamorado del Señor puede renovar una parroquia.
Pero, al mismo tiempo,
debe ser un ardoroso
misionero que vive el
constante anhelo de
buscar a los alejados y
no se contenta con la
simple administración”
DA 201
Cambio de estructuras.
Cambio en el modo de ser cabeza.
Respetar el proceso de discipulado.
Comunión.
La renovación de la Iglesia, que el mundo actual precisa, mira todas
sus realidades, no solamente pensamos en la urgente y necesaria
conversión de los pastores sino también en la urgente
transformación de las estructuras pastorales actuales. Estamos
llamados a revisar a conciencia cuánto las estructuras presentes
están favoreciendo la trasmisión de la fe de manera eficaz a las
nuevas generaciones y al igual en qué medida están hechas para
llegar a todos, para ir a los más alejados. Si descubrimos que no nos
están favoreciendo en el cumplimiento de la misión de la Iglesia
debemos transformarlas, renovarlas y crear nuevas estructuras que
garanticen la fidelidad a la misión de “ir a todos”.
“Una parroquia, comunidad de discípulos misioneros,
requiere organismos que superen cualquier clase de
burocracia. Los Consejos Pastorales Parroquiales tendrán
que estar formados por discípulos misioneros
constantemente preocupados por llegar a todos. (…)
Todos los organismos
(parroquiales) han de
estar animados por una
espiritualidad de
comunión misionera”
DA 203
“Teniendo en cuenta las
dimensiones de nuestras
parroquias, es aconsejable
la sectorización en
unidades territoriales más
pequeñas, con equipos
propios de animación y
coordinación que permitan una mayor proximidad a las
personas y grupos que viven en el territorio. Es
recomendable que los agentes misioneros promuevan la
creación de comunidades de familias que fomenten la
puesta en común de su fe cristiana y las respuestas a los
problemas” DA 372
Pastores en salida
Pastores misioneros
Esta renovación eclesial gira en torno a convertir toda la
vida de la Iglesia en una vida eminentemente misionera.
Los anhelos de los pastores deben tender a la misión,
sus proyectos, su organización pastoral, la estructuración
de la vida de la parroquia debe respirar y transpirar un
espíritu misionero. Todo en clave de misión, la vida
sacramental, la liturgia, la catequesis, la acción social, los
procesos formativos, la vida comunional, los ministerios y
carismas, todo en clave de misión.
“No debemos
desaprovechar
esta hora de gracia
¡Necesitamos un nuevo Pentecostés! ¡Necesitamos salir al
encuentro de las personas, las familias, las comunidades y
los pueblos para comunicarles y compartir el don del
encuentro con Cristo, que ha llenado nuestras vidas de
sentido, de verdad y de amor, de alegría y de esperanza!
No podemos
quedarnos
tranquilos
en espera pasiva en nuestros templos, sino urge acudir
en todas las direcciones para proclamar que el mal y la
muerte no tienen la última palabra, que el amor es más
fuerte, que hemos sido liberados y salvados por la
victoria pascual del Señor de la historia…” DA 548
Pastores viviendo la
Caridad Pastoral
“El presbítero, a imagen del Buen Pastor, está llamado a
ser hombre de la misericordia y la compasión, cercano a
su pueblo y servidor de todos, particularmente de los que
sufren grandes necesidades.
La caridad pastoral, fuente de
la espiritualidad sacerdotal,
anima y unifica la vida y
ministerio. Consciente de sus
limitaciones, valora la Pastoral
orgánica y se inserta con gusto
en su presbiterio” DA 198
“El Pueblo de Dios siente la necesidad de presbíterosdiscípulos: que tengan una profunda experiencia de Dios,
configurados con el corazón del Buen Pastor, dóciles a las
mociones del Espíritu, que se nutran de la palabra de Dios,
de la Eucaristía y de la oración; de presbíteros-misioneros;
movidos por la caridad pastoral: que los lleve a cuidar del
rebaño a ellos confiados y a buscar a los más alejados
predicando la palabra de Dios, siempre en profunda
comunión con su obispo, los presbíteros, diáconos,
religiosos, religiosas y laicos; presbíteros-servidores de la
vida que estén atentos a las necesidades de los más
pobres, comprometidos en la defensa de los derechos de
los más débiles y promotores de la cultura de la
solidaridad…” DA 199