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LLAMADOS A LA
SANTIDAD
¡Creados para Dios!

Tenemos “hambre” de trascendencia y
experiencia de la propia limitación.

Nada terrenal satisface los anhelos mas
profundos del ser humano.

El hecho de que nuestro corazón anhele algo
que la tierra no puede darnos es prueba de
que el cielo debe ser nuestro hogar (C.S. Lewis)
Dios nos llama a la santidad

Vocación
llamado de Dios

Sean perfectos como es perfecto su Padre
celestial (Mt 5,48)

Fuimos hechos por Dios, para ser como
Dios, y vivir eternamente con Dios

Nos creaste para Ti y nuestro corazón
andará siempre inquieto mientras no
descanse en Ti (San Agustín de Hipona)
¿A que se refiere?

Perfección como personas y como hijos
de Dios
◦ Plenitud de la caridad: Amar a Dios y amar al
prójimo
◦ Ama y haz lo que quieras (San Agustín)

Consagración y pertenencia a Dios
◦ no al mundo
◦ ni al pecado
¿Cómo sucede?
Inicia en el Bautismo
 Es obra del Espíritu Santo en nosotros:

◦ Creciente identificación con el corazón de
Jesucristo
◦ Nos auxilia en nuestra lucha
◦ Nos introduce en la gloria
¿Qué se requiere?
Nuestra colaboración
 Llevar nuestra cruz
 Combate espiritual contra

◦ nuestros defectos
◦ los engaños y oposición del mundo, y
◦ contra el demonio.

Purificación del alma y mortificación, que
lleva a la verdadera libertad
¿Podemos ser Santos?
En esta vida

Santidad relativa
En el cielo

Santidad plena
PARA TENER EN
CUENTA
¡Es para todos!
Todo cristiano debe ser un verdadero cristiano,
un perfecto cristiano.
¿Y cómo se llama la vida perfecta de un
cristiano?
Se llama “santidad”.
Por ello, todo cristiano debe ser santo.
(Beato Pablo VI)
¡Es para todos!
La santidad no es un privilegio para algunos,
sino una obligación para todos, para usted y
para mí.
(Santa Madre Teresa de Calcuta)
No es imposible…
Dios no manda cosas imposibles,
sino que, al mandar,
te enseña a que hagas cuanto puedes,
y a que pidas lo que no puedes,
para que puedas…
(San Agustín de Hipona)
No es imposible…
En lugar de desanimarme
me he dicho a mi misma:
Dios no puede inspirar deseos irrealizables;
por lo tanto, a pesar de mi pequeñez,
puedo aspirar a la santidad.
(Santa Teresita de Lisieux)
¡No estamos solos!
Tal es el combate que tienes que sostener: una
lucha continua contra la carne, el demonio y el
mundo.
Pero no temas, porque aquél que nos manda
pelear no es un espectador indiferente, ni
tampoco te ha dicho que confíes en tus solas
fuerzas…
(San Agustín de Hipona)
Pero soy un pecador…
Los santos no son personas que nunca han
cometido errores o pecados, sino quienes se
arrepienten y se reconcilian.
(Benedicto XVI)
Pero soy un pecador…
Todo santo tiene “su pasado” y eso quiere
decir que todo pecador tiene “su futuro”.
(San Agustín de Hipona)
Alegría y Santidad
La santidad consiste en estar siempre alegres
(San Juan Bosco)
Un santo triste es un triste santo
(San Francisco de Sales)
Alegría y Santidad
Siento el deseo, la necesidad de hacerme santo:
nunca hubiera imaginado yo que pudiera llegar
a serlo con tanta facilidad; pero ahora que he
visto que se puede lograrlo estando alegre,
quiero absolutamente hacerme santo.
(Santo Domingo Savio)
En la vida diaria

El camino hacia la santidad no significa
“hacer cosas extraordinarias, sino más bien,
practicar las actividades ordinarias de
manera extraordinaria”.

Consiste en la conformidad con el querer
de Dios, expresada en un continuo y
exacto cumplimiento de los deberes del
propio estado.
ACTIVIDADES
¿Verdadero o Falso?
La santidad es algo que el hombre puede
alcanzar con sus propias fuerzas.
2. Dios puede santificar al hombre
3. El Bautismo no inicia nuestra santidad, sino la
primera comunión
4. Sólo unos pocos están llamados a la santidad
5. La santidad es la configuración con Cristo
6. Para lograr la perfección o santidad no
necesitamos colaborar con Dios
1.
Recuerda Siempre…
1.
2.
3.
¿Cuál es la vocación común de los
cristianos?
¿Quién es el autor de nuestra santidad?
¿Cuál es la respuesta del hombre en la
obra de la santificación?
Oración al Espíritu Santo
Respira en mí, oh Espíritu Santo,
para que mis pensamientos,
puedan ser todos santos.
Actúa en mi, oh Espíritu Santo,
para que mi trabajo también
pueda ser santo.
Atrae mi corazón, oh Espíritu Santo,
para que sólo ame
lo que es santo.
Fortaléceme, oh Espíritu Santo,
para que defienda
todo lo que es santo.
Guárdame pues, oh Espíritu Santo,
para que yo siempre
pueda ser santo.
(Atrib. San Agustín)