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FONDO HISTÓRICO
Un siglo después Judá, el reino
del sur, tiene problemas con la
nación más poderosa de su
tiempo Babilonia. En esta
situación el Señor envía a
profetas como Jeremías,
Habacuc, Nahúm y Abdias
para prevenirles del peligro y
llamarlos a que retornen a su
Dios. Desgraciadamente, en
general no se les hace caso.
Además de los pecados
personales propios del ser
humano, Israel padecía de
idolatría, ella estaba
arraigada en su corazón y en
sus huesos; ellos veneraban
los ídolos de Egipto y de los
pueblos vecinos. Uno de los
objetos de adoración es
Asera diosa de la fertilidad.
Se le adora sobre una colina
debajo de un árbol.
Era costumbre entre los paganos
escribir los nombres de sus dioses
en “los cuernos de sus altares”
(Hechos 17:23).
El pecado es tan evidente como si un cincel
hubiese grabado en piedra, salvo que realmente
es grabado en la
tabla de su corazón,
es decir, en su vida
íntima, y en los cuernos
de sus altares, esto es,
en su público culto pagano.
mientras sus hijos se
acuerdan de sus altares
este memorial influye en
que sus hijos sigan su mal
ejemplo de la idolatría.
Es decir, que no es
meramente temporal.
De esa manera
corrompen a su
posteridad.
Asera era una de las diosas cananeas
y parte de los cultos a la fertilidad.
Toda su riqueza va a ser
saqueada y su heredad
quitada, la heredad de la
tierra que Dios les había
dado. Van a ser cautivos en
una tierra desconocida.
La paciencia del Señor ha
terminado, ahora es su
furor que va a arder contra
ellos. No se puede
desobedecer abierta y
continuamente al Señor sin
consecuencias.
Un pueblo que pone su
confianza en el poderío
de Egipto para protegerle
de Babilonia o se apoya
en ídolos, es como quien
confía en la retama
plantada entre los
pedregales del desierto;
un arbusto feo que no
produce fruto, no tiene
un propósito, no vale
nada.
Su confianza en el Señor dará estabilidad a su vida.
El destino de su vida depende de la relación con él.
(Proverbios 3:5)
El que pone su fe en el Señor tiene una base
segura para su vida (La Roca Eterna).
En tiempo de sequía no se inquietará.
Engañoso
• en el idioma hebreo se
basa en la voz de donde
viene el nombre de Jacob.
Así como éste engañó a su
padre Isaac y a su hermano
Esaú (Gen. 25:26; 27:36),
pues pensaba que tenía
que usar de decepción para
lograr lo que Dios le había
prometido, así el corazón
engaña porque no cree a
Dios.
En el Antiguo Testamento el
“corazón” es la sede de los
pensamientos y de las
decisiones, y no meramente
de los sentimientos.
Muchas veces es difícil
comprender por qué la
gente escoge ciertas cosas;
parece sin remedio, y sin la
ayuda de Dios lo es.
Proverbios 28:26.
Si la persona llena su corazón
con sus propias ideas o de su
propia autonomía, apartándose
del Señor, va a la ruina, porque
ha rechazado las enseñanzas y la
guía de su Creador, el que conoce al ser
más íntimo de la persona.
Al contrario, cuando la persona
pone al Señor y sus enseñanzas
en su corazón recibirá la fuerza
y dirección para las decisiones
que deberá tomar. Será bendecida
por el Señor.
Se dice que esa clase de perdiz
tiene dos nidos. El macho incuba
uno. A menudo los huevos son
robados o destruidos. Así, las
riquezas se nos van como las
esperanzas en la cría; si alcanzan a
empollar, de todos modos se
alejarán del nido. (Prov. 11:28)
Tal como la perdiz que
incuba huevos que no son
suyos más adelante va a
perder los polluelos, así
también la persona que
escoge mal su camino,
acumulando riquezas de lo
que no le pertenece, más
adelante va a perderlo todo.
La insensatez de no vivir con
honestidad y justicia trae su
propia ruina.
Frente a los altares paganos sus
adeptos tratan de conseguir de
los poderes superiores ciertas
concesiones deseadas,
pero el
verdadero adorador de Dios
reconoce que está frente a un
trono de gloria y de sublime
pureza que es sede del Eterno
desde el principio. Ese es el
lugar de nuestro santuario.
Cualquier otra esperanza traerá desilusión.
Sus anhelos serán inscritos en el polvo que los
vientos cambiantes de la vida pronto borrarán.
Sus esperanzas y celebridad están en la tierra, no
en el libro de la vida, en los cielos
En los sequedales de la vida el Señor es la fuente
de agua viva
Abrumado por la oposición
y la burla de la gente y por
la inmensidad y la gravedad
de su tarea, el profeta
vuelve a tratar su propia
posición. En el pasado ha
podido aclamar: Tú eres mi
alabanza. Y pide que siga
teniendo esa salud y
protección.
A veces es más difícil enfrentar la irrisión que la
abierta persecución. Aquí, como en el caso de
2 Pedro 3:4, se ríen del mensajero de Dios: ¿Dónde
está la palabra de Jehová? ¡Que se cumpla ahora!
En ambos casos, el Señor demora para dar
oportunidad al arrepentimiento. Pero, pierden
cuidado; el fallo llegará y no será agradable.
La acusación en contra de
Jeremías es que
secretamente está orando
por la destrucción de su
nación. El insiste que no es
así. Más bien, lo que ha
hecho se ha debido a su
amor por su patria. Dios es
su testigo, y nunca ha
tratado de hacer nada a
espaldas del Señor.
La paciencia del profeta se
acaba y ora: Que se
compruebe que ellos son
mentirosos, que no tienen
razón y están equivocados.
Quiere la vindicación de su
mensaje.
El profeta no llega a la
altura de mira de nuestro
Señor Jesús, quien oró por
sus enemigos con espíritu
de perdón.
1. Es difícil erradicar el pecado y pasa fácilmente
de padres a hijos.(Jer. 17:1, 2).
2. El pecado trae malas consecuencias.
(Jeremías 17.3, 4)
3. La confianza en lo humano y la confianza en
Dios son muy diferentes. (Jer. 17.5-8)
4. Dios es el único que realmente conoce el
corazón humano. (Jeremías 17.9-10)
5. Las riquezas son un bien pasajero; solo lo de
Dios es permanente. (Jer. 17.11-13)
6. Burladores hay, pero les llegará su merecido.
(Jeremías 17.14-18)