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PROYECTO DE DECLARACIÓN
Declárese de Interés para la promoción y defensa de los Derechos Humanos de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el Acto Central por la conmemoración del
Genocidio Armenio perpetrado por el Estado turco, que se realizará el próximo 24 de
abril bajo la consigna “memoria, verdad, justicia y reparación”.
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FUNDAMENTOS
Señora Presidenta:
El próximo 24 de abril se conmemorará el 102º aniversario del genocidio armenio, que
consistió en la deportación forzosa y exterminio de entre un millón y medio y dos
millones de personas, iniciado en 1915 durante el gobierno de los Jóvenes Turcos en el
Imperio otomano, y que concluyó en 1923.
Este exterminio se caracterizó por su brutalidad en las masacres y la utilización de
marchas forzadas con deportaciones - por el desierto de lo que hoy es Siria - en
condiciones extremas. Estas largas marchas, que para muchos fue el camino hacia la
muerte, eran acompañadas de violaciones y otros tipos de abusos sexuales, torturas y
robo de lo poco que llevaban consigo los deportados.
El 24 de abril es la fecha que internacionalmente se recuerda el inicio del genocidio
contra el pueblo armenio, puesto que fue aquel 24 de abril de 1915, el día en que las
autoridades otomanas detuvieron a 800 intelectuales armenios que eran líderes de la
comunidad en Estambul.
El gobierno de la República de Turquía, sucesora del Imperio Otomano, niega que los
hechos hayan constituido un genocidio, tergiversando la historia, y justificándolo como
una guerra civil, a pesar de que casi todos los estudiosos -incluso algunos turcos- opinan
que los hechos encajan en la definición de genocidio. Este término fue acuñado por el
jurista Raphael Lemkin en 1944, quien se inspiró en lo ocurrido con el pueblo armenio.
Se trata de un neológismo compuesto por el prefijo griego genos (raza, tribu) y el sufijo
latino cidio (aniquilamiento). Lemkin definió el crimen de Genocidio como “la
aniquilación planificada y sistemática de un grupo nacional, étnico, racial o religioso, o
su destrucción hasta que deja de existir como grupo”. Explicaba que dicho crimen no
significa necesariamente la destrucción inmediata y total de un grupo, sino también una
serie de acciones planificadas para destruir los elementos básicos de la existencia grupal,
tales como el idioma, la cultura, la identidad nacional, la economía y la libertad de sus
integrantes. Sin embargo, la República de Turquía arguye que las muertes no fueron el
resultado de un plan de exterminio masivo dispuesto por el Estado otomano, sino que se
debieron a las luchas interétnicas, las enfermedades, el hambre y la “reubicación"
durante el confuso periodo de la Primera Guerra Mundial.
"La Declaración Pan-Armenia en el Centenario del Genocidio Armenio" expresó la
voluntad unificada del Estado de Armenia y del pueblo armenio de toda la diáspora
adoptando el lema “Memoria y Reclamo”, aludiendo al recuerdo histórico y a la
reparación. Esta Declaración hace un llamado a la República de Turquía a que reconozca
y condene el Genocidio Armenio perpetrado por el Imperio Otomano, y a asumir su
propia historia y memoria a través de la conmemoración del recuerdo de las víctimas de
aquel atroz crimen de lesa humanidad. A su vez, para llegar al reconocimiento
internacional del hecho del Genocidio, de las masacres y de la privación de la patria del
pueblo armenio, y la supresión de las consecuencias del Genocidio, elaboró un archivo
abarcativo sobre la reparación, como punto de partida en el proceso de restitución de los
intereses individuales, comunitarios e internacionales.
La reparación en todo complejo genocida comprende cinco componentes, cuya
aplicación debe ser estudiada caso a caso, pero que el paso del tiempo no exime al
perpetrador de cumplir:
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1- Juicio a todos los principales perpetradores acusados y evaluación de la
responsabilidad de otros perpetradores.
2- Devolución de todos los bienes expropiados disponibles, pago de los beneficios del
seguro de vida, indemnización por la muerte y sufrimiento de personas, bienes
destruidos o no disponibles, pérdida de las instituciones culturales, religiosas y
educativas, y de oportunidades.
3- Reconocimiento y disculpas.
4- Medidas diseñadas a apoyar la reconstrucción y viabilidad a largo término del grupo
víctima.
5- Recuperación de la sociedad perpetradora.
En Argentina el Genocidio Armenio está absolutamente reconocido. Durante décadas
amplios sectores de la dirigencia política de nuestro país, organizaciones sociales y de
derechos humanos, referentes del ámbito académico, artistas, periodistas e instituciones
de otras comunidades acompañaron a la comunidad armenia e hicieron propio el
reclamo por el reconocimiento de este genocidio y contra el negacionismo del Estado
turco. Con el advenimiento de la democracia en Argentina a partir del año 1983, este
acompañamiento se vería reflejado a través de sucesivas declaraciones y resoluciones
parlamentarias a nivel nacional y provincial; el apoyo en el reconocimiento de instancias
internacionales como en Naciones Unidas (1985); y con la fundamental declaración
pública del presidente de la Nación, Raúl Ricardo Alfonsín ante la comunidad armenia
de la Argentina en septiembre de 1987,quien marcara un hito en la postura argentina
frente a la cuestión.
La apertura de una nueva etapa en la lucha por los Derechos Humanos en la Argentina a
partir de 2003, marcada por la derogación de las leyes de impunidad, la posibilidad de
continuar con los juicios a los genocidas, y la incorporación en la agenda del Estado del
discurso y reivindicaciones de los organismos de Derechos Humanos, dieron el marco
propicio para que la comunidad armenia en nuestro país pudiese imaginar que sus viejos
anhelos políticos de reconocimiento del genocidio podían concretarse.
Este año se cumplen 10 años de la promulgación de la Ley Nacional 26.199, (publicada
en el Boletín Oficial el 15/1/2007), acompañada por todos los bloques políticos en el
Congreso Nacional, durante el gobierno del Presidente Néstor Kirchner, cuyo artículo 1º
dispone: “Declárese el día 24 de Abril de todos los años como Día de acción por la
tolerancia y el respeto entre los pueblos en conmemoración del genocidio de que fue
víctima el pueblo armenio y con el espíritu de que su memoria sea una lección
permanente sobre los pasos del presente y las metas de nuestro futuro”. La misma puso a
la Argentina a la vanguardia del reconocimiento internacional junto a Uruguay; Francia,
las Naciones Unidas y el Parlamento Europeo. Además, fue un hecho fundamental que
permitió que la amplia mayoría de las provincias de nuestro país se pronunciara
adhiriendo a esta Ley e incorporara en el calendario y en la currícula escolar esta fecha,
profundizando la federalización de la Causa Armenia. También fue trascendente en el
ámbito jurídico, siendo uno de los fundamentos en la sentencia del Juicio por la Verdad
del Genocidio Armenio que culminó en abril de 2011, la proclamación del Juez Federal
Norberto Oyarbide, declarando la verdad histórica del delito de genocidio cometido en
perjuicio del pueblo armenio y responsabilizó al Estado turco.
Por su parte, el entonces Concejo Deliberante de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
el 24 de octubre de 1996, incluyó el tratamiento del “Genocidio Armenio”, como primer
genocidio del siglo XX, en los contenidos curriculares de las escuelas dependientes de la
secretaria de Educación de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. Mientras
tanto, en 2015 la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires anunció su
adhesión a los actos de Memoria y Reclamo que la comunidad Armenia realizó al
cumplirse cien años del genocidio armenio y promover acciones de conmemoración en
el ámbito provincial en el marco de la Ley Nacional N° 26.199.
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El próximo 24 de abril la Comunidad Armenia llevará a cabo su Acto Central por el
102° aniversario del Genocidio Armenio. El mismo consiste en una marcha bajo la
consigna “memoria, verdad, justicia y reparación del Genocidio Armenio perpetrado por
el Estado turco” junto a organizaciones de Derechos Humanos desde la Facultad de
Derecho de la UBA ( Av. Figueroa Alcorta 2263, CABA) hasta la residencia de la
embajadora turca, donde se realizará el acto central.
Hasta 1965, fecha marcada por el cincuentenario del Genocidio Armenio, y con
excepción de algunos acontecimientos de pretensiones políticas, el ejercicio de la
memoria colectiva armenia con respecto al Genocidio se restringió al ámbito
comunitario cerrado, sin trascendencia nacional o internacional, en actos marcados por
el duelo y ceremonias religiosas
Las marchas en reclamo de justicia comenzaron en la década del 80, impulsadas por
Unión Juventud Armenia. Fue la tercera generación de la Diáspora, aquella que la que
rompió con el esquema introspectivo de la política armenia con el recuerdo a puertas
cerradas y definió una forma nueva del ejercicio de la memoria colectiva a través de su
externalización.
En 1985 se realizó una marcha desde Plaza de Mayo hasta la Plaza San Martín, donde la
comunidad “rendía homenaje al Libertador“, y una concentración en el Obelisco.
Además, los dirigentes comunitarios fueron hasta Casa de Gobierno a entregarle una
nota al entonces presidente Raúl Alfonsín. Varios de los que participaron de esas
manifestaciones las recuerdan como “las marchas del silencio”. La comunidad
marchaba, se trasladaba de un lugar físico a otro, pero para recordar, no para reclamar.
Eran caminatas solemnes, silenciosas y tristes, con el único objetivo de recordar a los
mártires, sin exigir justicia. Pero luego de esta marcha en 1985, un grupo de jóvenes de
Unión Juventud Armenia, se dirigió a reclamar Justica a la embajada de Turquía. Esto
marcó un hito comunitario. A partir de ahí las marchas tomaron relevancia llegando a ser
en 2017 el Acto Central que nuclea a toda la Comunidad Armenia. Es necesario destacar
que desde el año 2007 dicha marcha se organiza en conjunto agrupaciones juveniles de
la comunidad Armenia.
Por todo lo expuesto, creemos conveniente que esta Legislatura apruebe el siguiente
Proyecto de Declaración.
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