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H I S TO R I A Y MEDIO A M B I EN TE 4. La gran transformación Los campesinos roturaron laderas de montes e incluso extensiones significativas de bosque, acentuando la desprotección de los suelos. lucionaron esta pérdida de rentabilidad intensificando la producción y el consumo de inputs externos y, consiguientemente, reduciendo la eficiencia ecológica. Los campesinos, que sin tener como objetivo la valorización de un capital, pretendían maximizar el ingreso posible con el que remediar sus necesidades reproductivas, entraron también en la lógica de la producción intensiva en capital y el alto impacto ecológico. Cuando esto no fue posible, los campesinos empujados por el hambre o el desempleo- roturaron laderas de montes e incluso extensiones significativas de bosque, acentuando la desprotección de los suelos. En otros términos, la intensidad de la subordinación al mercado capitalista de la explotación campesina ha marcado el grado de desequilibrio y desarticulación de los agroecosistemas y el carácter cada vez menos eficiente, ecológicamente hablando, de las prácticas productivas campesinas. -44- © EUDEMA, S. A. La hipótesis mantenida a lo largo de los capítulos anteriores vincula la actual crisis ambiental con el modelo de sociedad y de relaciones sociales que acabaron imponiéndose con la llamada Revolución Industrial. Ésta fue sólo parte de una tremenda reestructuración ecológica, quizá el capítulo más significativo de la historia medioambiental de nuestro planeta. Por ello este capítulo está dedicado esencialmente a analizar los principales factores que explican su surgimiento y los mecanismos internos del funcionamiento de la sociedad industrial que nacieron con ella. No vamos, pues, a hacer un repaso de toda la historia contemporánea ni a reseñar todos los hechos históricos relevantes desde la perspectiva ecológica. Haremos, eso sí, referencia a los principales fenómenos de degradación ambiental que hoy es posible detectar y cuyo inicio se remonta precisamente a los primeros momentos del proceso de industrialización. Es decir, aquellos fenómenos resultantes de la aceleración del flujo entrópico de energía y materiales, de la producción masiva y del consumo inmoderado que trajo consigo la implantación en Europa del sistema capitalista. Los factores que explican el surgimiento de la industrialización han sido objeto de una fuerte y continuada polémica, sobre todo desde la postguerra, y aún siguen siendo objeto de controversia. Cuando a las interpretaciones de carácter geográfico, que hacían hincapié en los condicionamientos físicos, habían sido superadas por las que se basaban en cambios institucionales, es decir en cambios sociales, la Historia Ecológica ha introducido las variables ambientales en la polémica, especialmente en lo que se refiere a la escasez o abundancia de determinados recursos -45 la Revolución Industrial fue parte de una tremenda reestructuración ecológica. EIISTORIA Y MEDIO AMBIENTE Se ha llegado a plantear que la Citrilizacián Industrial surgió como una necesidad ecológica» antes que económica El estímulo inicial Que provocó el cambio hacia la sociedad industrial fue consecuencia de la escasez de recursos. naturales. Algunos historiadores han aducido motivaciones ecológicas para el surgimiento de la Revolución Industrial en Inglaterra y no en otros países, incluso se ha llegado a plantear que la civilización industrial surgió como una «necesidad ecológica» antes que económica. Vamos a verlo con algún detalle. Se ha sugerido que el estímulo inicial que provocó el cambio hacia la sociedad industrial fue consecuencia directa de la escasez de recursos y otros efectos ecológicos, provocada por la necesidad de satisfacer los requerimientos de una población en constante crecimiento. Las innovaciones tecnológicas que generaron la Gran Transformación fueron, pues, resultado de «una lucha valiente de una sociedad puesta contra el muro ecológico». Como puede verse, las argumentaciones de tipo neomalthusiano tienen también bastante difusión en este campo de la investigación. El argumento principal de esta posición parte de que en la Inglaterra preindustrial la población dependía de la tierra casi para todo: la comida, la bebida, la lana para los tejidos, los bosques para el combustible, materiales de construcción y herramientas, el pasto para los animales de transporte, etc. Cuando la población comenzó a crecer con fuerza a mediados del siglo XVIII, la presión sobre la tierra se intensificó y puso al descubierto su limitada disponibilidad. La escasez de tierra se encuentra en el origen de los intentos positivos por incrementar el rendimiento por hectárea y en la necesidad de buscar ingresos complementarios mediante nuevas actividades manufactureras. La Revolución Industrial inglesa no fue inicialmente una cuestión de nuevas industrias, sino del desarrollo de innovaciones técnicas en las ya establecidas. Tales innovaciones pretendieron superar la escasez de materias primas que, a su vez, la escasez de tierra había traído consiga.La necesidad de mayores cantidades de alimento llevó a aumentar la extensión de las tierras cultivadas en detrimento de los bosques, menguando así las disponibilidades de madera y leña. La creciente necesidad de maderas y de combustible doméstico para una población en aumento, provocaron una escasez que sirvió de contexto favorable para la sustitución de la leña por el carbón. Del mismo modo, la escasez de tierras hizo aumentar el coste relati - 46 EUDEMA, S. A. LA GRAN TRANSFORMACIÓN vo del uso de energía animal, en tanto que el carbón para las máquinas de vapor era abundante y, por tanto, barato. El desarrollo del vapor fue, pues, favorecido ecológicamente. Las industrias textiles y la máquina de vapor A finales del XVIII también creció la demanda de energía rotatoria para los textiles de algodón; ya no hubo lugares adecuados en la ribera de los ríos para la construcción de nuevas norias. Boulton y Watt desarrollaron entonces la primera máquina de vapor aplicada a la generación de acciones rotatorias. Por otro lado, la creciente expansión del comercio interior puso en evidencia la anticuada red de caminos ingleses y el alto coste de alimentación debido a la escasez de tierra. En estas circunstancias, la construcción de canales o el uso de otras formas de tracción no animal, se vieron económicamente incentivados. La sustitución de la leña por el carbón y de los caballos por ferrocarriles constituyeron, siempre según esta argumentación, una respuesta al incremento de los precios relativos, causado por la escasez de tierra. Cuando la tierra comenzó a escasear resultó más rentable producir máquinas que funcionaran con combustible fósil que caballos que tuvieran que usar tierra adecuada para el cultivo agrícola. Las manufacturas textiles pudieron también expandirse sin amenazar la producción agrícola de alimentos gracias a las importaciones de algodón de la India y, más tarde, de lana de Australia. Sin embargo, esta simple y quizá por ello atractiva justificación resulta insuficiente para explicar el complejo entramado de factores que hicieron la Revolución Industrial y con ella el auge del industrialismo. En esta posición historiográfica, la escasez de materias primas provocada por el crecimiento demográfico impulsa el cambio tecnológico. La escasez, como fenómeno ecológico, se convierte en un poderoso factor económico que empuja hacia arriba el precio de los recursos naturales, estimulando la innovación técnica. Con ello se da por supuesto que la economía de mercado, donde los precios son reflejo de la función reguladora de la oferta y la demanda, dominaba completamente la sociedad inglesa desde siempre y por 47 El desarrollo del vapor fue favorecido ecológicamente. La escasez empuja hacia arriba el precio de los recursos naturales, estimulando , la innovación técnica. .. HISTORIA Y MEDIO AMBIENTE FI surSimiento de La Revolución Industnal fue un problema de mercado y de conpetencia. La escasez de recursos no puede explicar la generalizarióra de la sa ie¿iad de rnercado. LA GRAN TRANSFORMACIÓN tanto su establecimiento como institución dominante no necesita explicación o análisis alguno. La innovación tecnológica en este contexto sería también producto de la elección racional de los individuos de entonces, familiarizados con el cálculo monetario de costes y con la racionalidad típicamente mercantil; dicha racionalidad habría sido un atributo consustancial de la naturaleza humana, cuyos orígenes históricos, por tanto, tampoco habría que estudiar. No vamos a entrar aquí a rebatir la existencia de la escasez de recursos, cuestionada por algunos historiadores ecológicos en el caso de la madera y la leña, ni vamos a discutir el difícil encaje que en la Economía Ecológica tiene los razonamientos económicos neoclásicos. Pero de entrada es discutible que la escasez de un determinado recurso se traduzca necesariamente en un aumento de su precio, como demuestra el caso actual del petróleo; calculado por el coste de extracción y rebajado con cuantiosas subvenciones, su precio impide reducir drásticamente su consumo para que las generaciones venideras puedan también usarlo sin que se agote. Esta teoría que comentamos olvida el proceso de cambio institucional socioeconómico pero también político y de mentalidad que crearon unas condiciones favorables al surgimiento de la industrialización y que, en última instancia, la explican. El surgimiento y desarrollo de la Revolución Industrial fue primero un problema de mercado y de competencia antes que un problema de escasez; problema que en todo caso pudo crear límites ecológicos, pero que no hubieran sido superados tecnológicamente de no existir una sociedad en la que el dinero, el interés individual, junto con un cambio en la concepción del mundo favorable al desarrollo científico aplicado, constituían los valores dominantes de un nuevo y ascendente segmento de la sociedad, la burguesía. La escasez de recursos pudo, efectivamente, alentar la búsqueda de alternativas y nuevas técnicas; pero por sí sola no puede explicar la generalización de la sociedad de mercado y de una forma de organizar la sociedad basada en la economía y el beneficio individual; de tal manera que Dos altos precios inducidos por la escasez fueran tomados como estímulos. La falta de recursos naturales no -48 EUDEMA, S.A. sólo se produjo en Inglaterra, en el preciso instante del inicio de la industrialización, ocurrió en otras épocas y en otras partes del continente europeo donde la indusúialización fue más tardía. La escasez no siempre se tradujo allí en una subida de los precios y, cuando esto ocurrió, tampoco facilitó la sustitución por otras fuentes de energía y materiales o nuevas técnicas. Téngase en cuenta que la escasez de una determinada fuente de energía o de materiales es producto de una demanda social e históricamente creada por un tipo de relaciones sociales y un tipo de cultura que las envuelve. ¿Por qué, si no, siguió en ascenso la demanda de recursos naturales con el progreso de la economía industrial cuando las fuentes alternativas de energía y materiales habían permitido superar los límites ecológicos impuestos por la escasez? ¿Por qué no cesó la demanda inglesa de madera y de leña con la sustitución por el carbón? ¿Por qué la nueva economía de mercado contenía en sí misma una tendencia inmanente al crecimiento económico? Porque eran manifestaciones de la dinámica interna del nuevo sistema de relaciones sociales que se había impuesto en la Inglaterra del XVIII: el sistema capitalista. La Revolución Industrial fue, pues, una de sus manifestaciones principales. Fue el capitalismo el que creó la escasez y no a la inversa. Ahora bien, si la escasez de energía y materiales no fue el motor del cambio, hemos de reconocer que la industrialización y el desarrollo de la sociedad industrial tuvo su soporte en la explotación de nuevas fuentes de materiales y, sobre todo, el hallazgo de fuentes de energía alternativas: los combustibles fósiles. La expansión sostenida del crecimiento económico, basado en el consumo masivo de recursos naturales, pudo continuar gracias al paso de un sistema energético basado en fuentes renovables (energía solar en forma de madera, energía hidráulica, animal, etc ) a otro basado en fuentes no renovables, facilitado por una orientación concreta de la ciencia que ignoró el carácter finito de las mismas. En efecto, con la Revolución Industrial y los procesos de industrialización comenzó a acelerarse, en progresión geométrica, el consumo energético y el desequilibrio ambiental a largo plazo del planeta. Esta relación entre ambos procesos no fue casual sino producto de la estrecha conexión histórica existente entre los orígenes y el La ndustrialización y el desarrollo de la sociedad industrial tuvo su soporte en el hallazgo de fuentes de energía alternativas. Con la Revolución Industrial comenzó a acelerarse en progresión geométrica el consumo energético. HISTORIA Y MEDIO AMBIENTE desarrollo de la actual crisis ecológica y los mecanismos más íntimos del sistema capitalista: la acumulación o reproducción ampliada del capital, como tendencia consustancial al sistema. Mecanización de la industria La reproducción ampliada del capital se encontraba con el límite ecológico impuesto por el tiempo de reproducción de la madera. En la Europa preindustrial, el capitalismo comenzó a desarrollarse sobre la base de la organización preexistente de los procesos de trabajo, subordinándolos a su lógica sólo formalmente, sin provocar aún su transformación. La acumulación de capital y la maximización de los beneficios -principal objetivo de la actividad empresarial- se consiguió entonces mediante jornadas interminables de trabajo y salarios de hambre. Las energías renovables, especialmente la contenida en la fuerza de trabajo empleada, constituía el aporte esencial al proceso de trabajo y la base de los mencionados beneficios. Sin embargo, estos no podían ampliarse indefinidamente: era imposible alargar más allá de un punto determinado la duración de la fuerza de trabajo, ni rebajar el salario por debajo del límite de la subsistencia; tampoco era posible incrementar el tamaño y amplitud de la actividad industrial sin comprometer las fuentes de energía, especialmente los bosques. Existiera o no un problema real de escasez, el caso es que la reproducción ampliada del capital se encontraba con el límite ecológico impuesto por el tiempo de reproducción de la madera, muy superior a la velocidad de rotación del capital, y a la escasez de lugares adecuados para el uso de energía hidráulica. La forma en que históricamente se superaron tales limitaciones fue mediante el aumento de la capacidad productiva de la energía contenida en el trabajo. Entre los métodos utilizados cooperación, división del trabajo y mecanización de la industria- nos interesa especialmente este último. Los medios de trabajo se convirtieron, entonces, de simples herramientas en piezas de un mecanismo para cuyo funcionamiento la energía humana, animal, vegetal o hidráulica resultaron insuficientes. Al ampliarse el volumen de las máquinas y multiplicarse también el número de herramientas con las que operaba el trabajador simultáneamente, se hizo necesario un meca -50- LA GRAN TRANSFORMACIÓN nismo motor más potente. Este se encontró en las fuentes de energía fósil, concretamente en el carbón que presentaba una serie de ventajas económicas y ecológicas respecto de la leña. Esta había de recogerse en áreas muy amplias, cada vez más lejanas del centro donde debían quemarse, encareciendo el coste de recolección y transporte; las economías de escala eran, desde esa perspectiva, muy difíciles de conseguir, imponiendo restricciones energéticas al tamaño de las unidades productivas. Una fundición de hierro a mediados del siglo XVIII, no podía producir más de dos mil toneladas al año. La escasez de lugares ribereños adecuados, la capacidad de los ríos y los problemas derivados del transporte de la energía hidráulica imponían restricciones similares a los molinos de agua. Además, la expansión industrial tendría que haberse realizado a costa de extensas áreas de cultivo, dedicándolas a plantaciones silvícolas para energía. Todo el territorio inglés tendría que haberse dedicado al cultivo de árboles de no haber existido el carbón. En 1820, un tercio de la superficie de Inglaterra y Gales se habría dedicado a tal propósito para satisfacer la demanda de la producción británica de acero con carbón vegetal; a mediados de siglo, la superficie necesaria habría abarcado al conjunto del país. El crecimiento económico británico pudo haberse ahogado de no producirse un cambio esencial en el sistema energético. Este se vio favorecido por motivaciones económicas o crematísticas que orientaron la búsqueda de soluciones técnicas a los límites ecológicos planteados hacia el carbón: las fuentes de carbón mineral eran abundantes y ofrecían una mayor potencia calorífica que la leña. La relativa abundancia de energía, generada por el uso de biomasa fosilizada hizo, pues, posible el desarrollo económico industrial desde finales del siglo XVIII. Antes hubo que superar muchos problemas tecnológicos. Buena parte del esfuerzo de los científicos estuvo orientado hacia la solución de problemas prácticos: incremento de la producción de las minas, de la capacidad de navegación; pero sobre todo, el incremento y concentración de la energía rotatoria mediante la invención de un convertidor de energía revolucionario: la máquina de vapor. A finales del XVIII, las innovaciones en el terreno de la - 51 Al ampliarse el volumen de las maquinas se hizo necesario un mecanismo motor mas potente,este se encontró en el carbón. E l u s o de biomasa fosilizada hizo posible el desarroIlo económico industrial desde finales del siglo XVIII HISTÓRIA Y MEDIO AMBIENTE minería, la metalurgia y el transporte habían quedado ligadas al carbón de tal manera que la expansión subsiguiente por Europa del modelo de economía industrial quedó íntimamente unido al consumo de este tipo de energía fósil o no renovable. Inglaterra, primer pais capitalista del mundo La Revolución Industrial surgió en inglaterra porque fue el primer país plenamente capitalista del mundo. El mecanismo de maximización del beneficio llevó a la progresiva mecanización de la producción Se ha llegado a afirmar que el carbón fue un requisito fundamental para la industrialización. Inglaterra reunió las dos condiciones esenciales para desarrollar una economía de base carbonífera y por ello fue la primera en industrializarse: la existencia de grandes reservas de carbón disponible en su subsuelo y, mediante una amplia red de canales, facilidades para transportarlo. Países como Italia o Grecia que carecían de carbón, aun teniendo buenas comunicaciones por mar; o Alemania que aun teniéndolo no poseía las comunicaciones adecuadas, tuvieron que esperar hasta que el transporte por ferrocarril y vapor estuvieron desarrollados. No obstante, puede objetarse que si la Revolución Industrial surgió en Inglaterra fue también porque fue el primer país plenamente capitalista del mundo y, por tanto, el primero que estuvo en disposición de intentar soluciones técnicas de acuerdo con sus propias y específicas limitaciones ecológicas Y la disponibilidad de recursos energéticos alternativos, marcando a partir de ese momento en un sentido determinado el subsiguiente desarrollo de la economía europea y mundial. El mecanismo típicamente capitalista de maximización del beneficio llevó, pues, a la progresiva mecanización de la producción ; o dicho en términos de economía ecológica: a la progresiva adicción o sustitución de energía humana por cantidades crecientes de materiales y combustibles fósiles -no renovables por tanto- en el proceso de trabajo. El desarrollo de las fuerzas productivas como tendencia intrínseca a la propia lógica del capitalismo, corría paralelo al receso, paradójicamente, de los recursos naturales. Como ya advirtiera Marx, la expansión del maquinismo resultaba una necesidad inscrita en la propia dinámica de la acumulación capitalista. Si esta no era sino la transformación de la plusvalía en capital, la mecanización creciente de los procesos de trabajo por tanto, la -52- LA GRAN TRANSFORMACIÓN maximización del beneficio posible impuesto por la competencia- era una necesidad requerida por la producción ampliada, típica del capitalismo. De esa manera la producción de mercancías, en constante crecimiento y diversificación, fue, y lo sigue siendo hasta hoy, el resultado del consumo cada vez mayor de energía y materiales del sistema industrial globalmente considerado, dentro de actividades productivas cada vez más complejas y sofisticadas. El criterio que guió, pues, el nuevo desarrollo de la economía fue la búsqueda de la máxima productividad del trabajo mediante el uso de tecnologías capital-intensivas. La explotación de la naturaleza a gran escala se convirtió en el reverso de la explotación del hombre. De la misma manera que el trabajador se vió despojado del producto de su trabajo, haciendo posible el beneficio capitalista, la naturaleza comenzó a ser explotada para incremento de la productividad del trabajo mediante la externalización del coste generado por el uso de unos recursos limitados cuyo consumo producía, además, residuos. Dicho en otros términos, cuando el trabajo humano empezó a ser sustituido por energía fósil y materiales en el proceso de trabajo para conseguir mayores beneficios, creció la necesidad de la economía capitalista de abaratar las materias primas y encontrar nuevas fuentes de energía y materiales, expulsando de sus costes los creados por el creciente volumen de desechos de la actividad productiva. El incremento de la explotación del trabajo humano sólo fue posible gracias al aumento de la explotación de la naturaleza. Los avances en el terreno del aprovisionamiento y consumo de energía pueden ser una buena muestra de ello. La crisis que afectó a los países occidentales en el siglo xix a partir de los años setenta, fue superada mediante un nuevo salto adelante en el proceso de acumulación capitalista. Los beneficios se habían estancado debido a que el crecimiento económico dependía en exceso de una mano de obra cada vez menos abundante y más cara;la sustitución de energía humana por energía mecánica fue de nuevo la solución, dando lugar a una utilización mayor y más intensiva del carbón y del vapor. El consumo de carbón se multiplicó por cuatro en Estados Unidos entre 1873 y 1895, por tres en Alemania, en Inglaterra pasó de 110 a 220 mi EUDEMA. S. A. EUDEMA, S. A. -53 El criterio que guió el nuevo desarrollo de la economía be la búsqueda de la máxima productividad del trabajo mediante tecnologías capital-intensivas. HISTORIA Y MEDIO AMBIENTE LA GRAN TRANSFORMACIÓN Consumo mundial de metales Consumo mundial de la energía M I L E S DE MI L L O N E S DE T O N E L A D AS MÉTRICAS/ANO MILLONES DE TERAJOULES , POR AÑO 1 1940 ASO 1960 1970 1980 El consum o mundial de metales arrojó un ligero descenso durante la recesión económica de principios de los años 80, pero luego se sustuvo en aumento. Desde los años 70, su crecimiento viene siendo más lineal que exponencial. fuente :H.Meadows et el.,Más allá de los límites del crecimiento, Madrid, Aguilar/el País, 1992, pág.115. El petroleo pr o t a g o n i z arí a, pues, un nuevo impulso en el proceso de acumulación capítalista. llones de toneladas y en Francia de 20 a 40 millones. En este último país, la potencia instalada de máquinas de vapor pasó de 336 mil caballos a un millón ochocientos mil CV. A finales de siglo, el carbón suponía el 70 por ciento del combustible utilizado, en tanto que e1 27 por ciento era aún de madera y e1 3 por ciento restante gas, energía hidráulica y petróleo. El consumo de esta nueva fuente de energía fósil permaneció, sin embargo, estancado prácticamente hasta co-mienzos de siglo, a pesar de que en 1859 comenzó en Pen-silvania su explotación productiva. Diferentes mejoras técnicas convirtieron el petróleo en una energía más barata y fácil de utilizar que el carbón. El petróleo protagonizaría, pues, un nuevo impulso en e1 proceso de acumulación -54 - EUDEMA. S. A. 1900 1930 960 Combustibles tradicionales 1990 Las tasas de utilización de energía y la contribución relativa de distinta fuentes reflejan la evolución de la tecnología además del crecimiento de la población mundial. Pese a que los combustibles fósiles dominan la provisión de energía primaria, la participación del carbón alcanzó su máximo en tomo a 1920, cuando constituía más del 70 por ciento del combustible consumido; la participación del petróleo alcanzó su máximo con una aportación de poco más del 40 por ciento. La electricidad primaria en este gráfico incluye tanto la energía hidroelectrica como la nuclear. Fuente: H. Meadows et al., Más allá de los límites del crecimiento, Madrid, Aguilar/El País, 1992, pág_100. capitalista, superando la Depresión económica de 1929 y abriendo una nueva fase expansiva después de la segunda guerra mundial. Constituyó, además, el sostén básico de dos fuentes secundarias de energía que revolucionaron las estructuras de consumo tradicionales: la electricidad y el motor leo de explosión. La primera permitió, mediante el establecimiento Combustibles de redes a las que debían conectarse los aparatos, mecanizar tradicionales muchas de las tareas domésticas. De hecho la producción mundial de energía comercial se multiplicó casi por dos entre 1920 y 1950 en tanto que la producción de electricidad lo hizo casi por © EUDEMA, S. A. -55 HISTORIA Y MEDIO AMBIENTE El parque movil tuvo desde comienzos de siglo un crecimiento casi exponencial que aún no se ha detenido ocho. El motor de explosión, una vez perfeccionado, permitió la aparición de una de las bestias negras del medio ambiente: el automóvil. El parque móvil tuvo desde comienzos de siglo un crecimiento casi exponencial que aún no se ha detenido y que amenaza seriamente las reservas energéticas y la estabilidad climática del planeta.Entre 1905 y 1938, por ejemplo, el número de automóviles matriculados en Estados Unidos pasó de 79 mil unidades a 29,4 millones; en esa fecha Europa contaba ya con 8, 3 millones de unidades. Estas y otras innovaciones energéticas permitieron una aceleración sin precedentes del consumo de energía exomática, dando lugar a los patrones actuales de consumo masivo de bienes y servicios de tan funestas consecuencias ecológicas. El aumento en la velocidad de rotación del capital pudo hacerse así posible y con ella el crecimiento de los beneficios. En definitiva, el bajo precio del petróleo -no calculado más que por su coste de extracción- facilitó la sustitución del carbón y que, inmediatamente después de la segunda guerra mundial, prácticamente todo el sistema económico acabara utilizándolo como fuente de energía para el transporte, energía motriz para la industria, calefacción doméstica, producción de gas, industria química, etc. Si en 1949 representaba una cuarta parte del consumo mundial de energía primaria, en 1973 rozaba ya casi mitad; de los 400 millones de toneladas de petróleo equivalente se pasó a los 2.600 millones, convirtiéndose en la primera fuente de energía térmica del mundo. Estas tendencias, que han convertido al sistema capitalista en un sistema altamente entrópico, se han mantenido prácticamente hasta la actualidad. Un nuevo intento de sustitución energética -aunque esta vez fallida- la nuclear lo puede testimoniar. No obstante, desde finales de los años sesenta, y sobre todo, desde los inicios en 1973 de la crisis petrolífera y la creciente preocupación por los residuos, la economía capitalista ha comenzado a asignar valores a las deseconomías provocadas por el progresivo agotamiento de las fuentes fósiles de energía y de minerales por un lado, y por el necesario tratamiento de los residuos por otro. La consecuencia de este aumento de costes ha sido la búsqueda de tecnologías productivas más eficientes en el consumo energético y de materiales que, sin embargo, no han -56- LA GRAN TRANSFORMAC IÓN conseguido contrarrestar la fuerza expansiva contenida aún en el sistema. Regímenes comunistas: su repercusión en la crisis ecológica La crisis ecológica no ha sido, sin embargo, responsabilidad exclusiva de los países capitalistas; los llamados regímenes comunistas han desempeñado también un papel muy importante en su gestación. Y ello porque tanto las ideas orientadoras como los intereses creados por sus grupos dominantes no constituyeron nunca una alternativa real al sistema capitalista .La asunción sacralizada y dogmática de Marx hizo que los dirigentes comunistas se mantuvieran dentro de la misma racionalidad económica producción y consumo- que había servido de base al sistema capitalista, en la creencia de una mayor eficiencia del sistema socialista. En efecto, el productivismo y la competencia con los países capitalistas, fundamentados en una concepción errónea e interesada por las nomenclaturas del papel de las fuerzas productivas como agentes del cambio hacia el comunismo, mantuvieron el contrasentido de la acumulación socialista. El mecanismo de la intensificación del trabajo, a costa de subsidios crecientes de energía y materiales no renovables, no fue sustituido en los regímenes comunistas y fue la base tanto de la competencia con el Oeste como de la aceleración del desarrollo de las fuerzas productivas. Pero con la peculiaridad de que la prevalencia de la burocracia hizo que, para alcanzar unas determinadas cotas de productividad del trabajo, se emplearan a menudo más recursos Y se contaminara más que en muchas economías occidentales. El constante incremento de la productividad se ha traducido, pues, en términos ecológicos, en un incremento paralelo del desorden natural. Desde los inicios de la Revolución Industrial, la actividad económica no ha hecho sino transformar recursos naturales de baja entropía en productos de utilidad temporal, que luego ha eliminado devolviéndolos al ciclo ecológico en forma de residuos de alta entropía. Todo ello a una velocidad muy superior a la capacidad de la naturaleza para absorberlos y para reponer EUDEMA, S- A. -57 La crisis ecológica no ha sido responsabilidad exclusiva de los países capitalistas. HISTORIA Y MEDIO AMBIENTE LA GRAN TRANSFORMACIÓN La cuenca del Ruhr. Un caso de contamínacíón a gran escala La contaminación ha existido prácticamente desde siempre como un subproducto de la actividad humana. Desde el punto de vista ecológico, las ciudades constituyen auténticos ecosistemas desorg anizados. los recursos consumidos. Como consecuencia se han desarrollado nuevas formas mucho más peligrosas de contaminación. Si hemos de ser rigurosos, la contaminación no es un fenómeno contemporáneo, ha existido prácticamente desde siempre como un subproducto de la actividad humana. Por ejemplo, la llamada contaminación microbiana, causada por las bactérias de la materia en descomposición. Este tipo de contaminación ha afectado históricamente con mayor intensidad a las ciudades, por la suciedad depositada en las calles embarradas, por las aguas sucias provenientes de las viviendas, etc. Fuente permanente de enfermedades y malos olores, este tipo de contaminación fue combatida a lo largo del siglo XIX con medidas como el alcantarillado que, sin embargo, sólo ofreció soluciones parciales ya que, hasta hace poco tiempo, las aguas residuales eran vertidas sin depurar a los mares v ríos próximos. Hoy en día la mayor parte de los asentamientos urbanos del Tercer Mundo carecen aún de este recurso. El caso es que con el crecimiento de las ciudades este tipo de contaminación se ha multiplicado de manera significativa. En 1800 sólo un 3 por ciento de la población mundial vivía en ciudades. Londres fue la primera en alcanzar el millón de habitantes en 1820. A principios de este siglo once ciudades superaban el millón, cifra que se había elevado a 75 en 1950. Por esas fechas una de cada cien personas vivía en tales urbes, en tanto que en 1980 la proporción se había reducido a una de cada diez. En 1976 había un total de 191 ciudades con más de un millón de habitantes, siendo en la actualidad casi 300. Si en 1900 el porcentaje de población total del planeta que vivía en ciudades se había elevado al 15 por ciento, en 1960 suponía va e133 por ciento para situarse en e143 por ciento a mediados de los ochenta. La Historia Ecológica debe, sin embargo, poner en cuestión la bondad de este proceso bien visto siempre en la historiografía convencional. Desde el punto de vista ecológico, las ciudades constituyen auténticos ecosistemas desorganizados y en continuo desequilibrio ya que no producen ni energía ni materiales pero sí grandes cantidades de residuos. Ejercen una presión constante sobre los ecosistemas rurales v naturales en términos de captación de energía, agua, alimentos y -58- EUDEMA, S.A. El área industrial que se extiende a lo largo del Ruhr ha tenido una dramática e impresionante historia. Durante los cien últimos años ha sido la mayor región industrial no sólo de Alemania sino del conjunto de Europa... Las consecuencias de la industrialización aparecieron primero y más dramáticamente en el caso del agua.Las nuevas industrias (..).. necesitaron ingentes cantidades ,de agua que tomaron de los dos principales ríos, el Ruhr y el Emscher. Una vez usadas, las aguas fueron a parar de nuevo a los ríos, haciendo difícil el proceso de aclaración. Las aguas sobrantes de las minas estaban tan sucias que dificilmente fluían, en tanto que las dislocaciones dc la superficie destruyeron el lecho del río. Como consecuencia, se formó un vasto número de charcos y pequeños lagos, llenos de una especie de sustancia sucia, maloliente y acuosa (..). Similares mecanismos prevalecieron en el caso de la contaminación del aire. Ya en 1831 el gobierno prusiano había decretado que las máquinas de vapor debían tener una chimenea con una altura mínima de 20 metros (..)..Pero en una región tan industrializada como la del Ruhr, las fábricas y chimeneas eran tan numerosas que acabaron por contaminar toda el área circundante (...). En 1912,la mayoría de la región estaba contaminada hasta tal grado que el humo y el hollín equivalian a una plaga. Además, las chimeneas emitían ácido sulfúrico en tales cantidades que el cultivo de frutales y vegetales fue afectado y las pequeñas áreas de bosque desaparecieron. En Essen, por ejemplo, los pisos debían ser limpiados de polvo dos veces al día por lo menos y el humo y el hollín a menudo producían situacíones que difícilmente podían ser distinguidas de la conocida niebla de Londres. (F-J. Briiggemcier, ,The Basin 1850-1980: A Case of Large-scaler Environmental Pollutiom-, en P. Brimblecombre v C. Pfister (eds.): The Silent countdown, Berlín, Springer-Verlag, 1990, pp. 210-225). EUDEMA, S. A -59- i HISTORÍA Y MEDIO AMBIENTE La contaminación Industriasl se originó con las grandes concentraciones fabriles otros recursos y al mismo tiempo, generan graves problemas ambientales. Su expansión ha destruido los ecosistemas circundantes al transformarlos en carreteras, industrias, áreas residenciales,etc y han constituido un foco permanente de contaminación de residuos solidos y líquidos (basuras, aguas fecales, etc.); su cantidad ha ido en progresivo aumento conforme se ha acelerado el consumo per cápita de todo tipo de mercancías. Otro tipo frecuente de contaminación fue la provocada por los talleres artesanales y manufactureros (molinos de papel, herrerías, alfarerías, hornos de fundición, etc.) que polucionaban el aire y el agua, producían ruidos y desechos. Podrían citarse innumerables casos de este tipo incluso la abundante legislación que trató de combatirla desde la Edad Media hasta finales del siglo XVIII. Pero sólo afectó a áreas muy restringidas de los alrededores. No ocurrió lo mismo con la contaminación industrial, completamente nueva, que se originó con las grandes concentraciones fabriles. Ya desde comienzos del XIX comenzó a representar un grave problema para las áreas industrializadas de Europa. En 1820, por ejemplo, los habitantes de Menil-Montant, cerca de París, protestaron por la emisión de ,gases tóxicos de Una factoría química que estaba dañando la salud de todo el pueblo. Una protesta parecida tuvo lugar en 1829 en Berlín;sus habitantes se quejaban de los humos y malos olores provenientes de un taller de fabricación de productos químicos. Con el avance de la industrializacion, esta forma de contaminación tomo enormes dimensiones. En 1889 e1 propio Engels describiría la enorme polución atmosférica que oscurecía las ciudades de Aberdeen Dundee, Glasgow Edimburgo, Newcastle, Manchester, Birminghan, Cardiff, Londres y Liverpool.En esta última ciudad la situación era aún más grave: la existencia de varias fábricas de sosa producían no sólo humos sino también emanaciones sulfúricas que acabaron por arruinar la vegetación y la agricultura de una amplia zona de su entorno. Algo parecido ocurrió en las instalaciones industriales de Sudbury en Ontario, que a finales del XIX habían destruido cerca de 200 mil hectareas de bosque circundante, este, junto con el del Ruhr, constituyen los primeros casos conocidos de los efectos devastadores de la lluvia ácida. Con la contaminación nacieron también las - 60 - LA GRAN TRANSFORMACIÓN IMÁGEN primeras medidas antipolución que datan de la época napoleonica, pero que nunca pasaron de simples declaraciones de insalubridad o de la exi gencia de autorizaciones previas para el establecimiento de industrias contaminantes. De nuevo el caso que recogemos del Ruhr muestra hasta qué punto se respetaron los intereses empresariales frente a los ambientales o de la salud de las poblaciones. Finalmente ha existido otra forma e contaminación menos frecuente pero de efectos catastróficos la provocada por accidentes en factorías quimicas o centrales nucleares. Podernos reseñar los ejemplos no muy lejanos de Harrisburg (USA) Bhopal (India), Seveso (italia) o el más reciente de Chernobyl. Pero el desarrollo de la industrialización no solo ha provocado polución y contaminación, sino también el ver-61 - HIST ORI A Y MEDI O AMB IE NT E A mediados del siglo XVIII, la atmosfera terrestre contenía 280 partes por millon de dioxido de carbono. tido a la atmósfera de grandes cantidades de dióxido de carbono, que ha ido frenando progresivamente la descarga de calor del planeta Y generando el llamado efecto invernadero. Se ha calculado que a mediados del siglo XVIII, la atmosfera terrestre contenía 280 partes por millón de dióxido de carbono; desde entonces hasta hoy su contenido ha aumentado en torno al 20 por ciento dando lugar a un calentamiento medio de la Tierra que se cifra en un grado centígrado .Desde 1860 Y hasta 1950, la civilización industrial arrojó a la atmósfera más de 18O mil millones de toneladas como consecuencia de la quema de combustibles fósiles. Como dijo Karl Polanyi: “La civilización industrial dio al traste con los rasgos característicOs del ser humano. La máquina interfirió en el equilibrio intimo establecido entre el hombre, la naturaleza y el trabajo Independientemente de que nuestros antepasadoanduvieran por los árboles o se escondieran en cavernas, Hay un hecho que prevalece y es que tan sólo hace unapocas generaciones que nuestro hábitat se ha visto físicamente separado de la naturaleza”. l D F - 63 -