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H I S TO R I A Y MEDIO A M B I EN TE
4. La gran
transformación
Los campesinos
roturaron laderas
de montes e incluso
extensiones
significativas de
bosque, acentuando
la desprotección de
los suelos.
lucionaron esta pérdida de rentabilidad intensificando la
producción y el consumo de inputs externos y,
consiguientemente, reduciendo la eficiencia ecológica. Los
campesinos, que sin tener como objetivo la valorización de un
capital, pretendían maximizar el ingreso posible con el que
remediar sus necesidades reproductivas, entraron también en la
lógica de la producción intensiva en capital y el alto impacto
ecológico. Cuando esto no fue posible, los campesinos
empujados por el hambre o el desempleo- roturaron laderas
de montes e incluso extensiones significativas de bosque,
acentuando la desprotección de los suelos. En otros términos, la
intensidad de la subordinación al mercado capitalista de la
explotación campesina ha marcado el grado de desequilibrio
y desarticulación de los agroecosistemas y el carácter cada vez
menos eficiente, ecológicamente hablando, de las prácticas
productivas campesinas.
-44-
© EUDEMA, S. A.
La hipótesis mantenida a lo largo de los capítulos anteriores vincula
la actual crisis ambiental con el modelo de sociedad y de
relaciones sociales que acabaron imponiéndose con la llamada
Revolución Industrial. Ésta fue sólo parte de una tremenda
reestructuración ecológica, quizá el capítulo más significativo
de la historia medioambiental de nuestro planeta. Por ello este
capítulo está dedicado esencialmente a analizar los principales
factores que explican su surgimiento y los mecanismos internos
del funcionamiento de la sociedad industrial que nacieron con
ella. No vamos, pues, a hacer un repaso de toda la historia contemporánea ni a reseñar todos los hechos históricos relevantes desde
la perspectiva ecológica. Haremos, eso sí, referencia a los
principales fenómenos de degradación ambiental que hoy es
posible detectar y cuyo inicio se remonta precisamente a los
primeros momentos del proceso de industrialización. Es decir,
aquellos fenómenos resultantes de la aceleración del flujo
entrópico de energía y materiales, de la producción masiva y del
consumo inmoderado que trajo consigo la implantación en Europa
del sistema capitalista.
Los factores que explican el surgimiento de la industrialización han sido objeto de una fuerte y continuada polémica,
sobre todo desde la postguerra, y aún siguen siendo objeto de
controversia. Cuando a las interpretaciones de carácter geográfico,
que hacían hincapié en los condicionamientos físicos, habían sido
superadas por las que se basaban en cambios institucionales, es
decir en cambios sociales, la Historia Ecológica ha introducido
las variables ambientales en la polémica, especialmente en lo que
se refiere a la escasez o abundancia de determinados recursos
-45
la Revolución
Industrial fue parte de
una tremenda
reestructuración
ecológica.
EIISTORIA Y MEDIO AMBIENTE
Se ha llegado a
plantear que la
Citrilizacián
Industrial surgió
como una
necesidad
ecológica» antes
que económica
El estímulo inicial
Que provocó el
cambio hacia la
sociedad industrial
fue consecuencia de
la escasez de
recursos.
naturales. Algunos historiadores han aducido motivaciones
ecológicas para el surgimiento de la Revolución Industrial en
Inglaterra y no en otros países, incluso se ha llegado a plantear que
la civilización industrial surgió como una «necesidad ecológica»
antes que económica. Vamos a verlo con algún detalle.
Se ha sugerido que el estímulo inicial que provocó el cambio
hacia la sociedad industrial fue consecuencia directa de la escasez
de recursos y otros efectos ecológicos, provocada por la
necesidad de satisfacer los requerimientos de una población en
constante crecimiento. Las innovaciones tecnológicas que
generaron la Gran Transformación fueron, pues, resultado de
«una lucha valiente de una sociedad puesta contra el muro
ecológico». Como puede verse, las argumentaciones de tipo
neomalthusiano tienen también bastante difusión en este campo
de la investigación. El argumento principal de esta posición parte
de que en la Inglaterra preindustrial la población dependía de la
tierra casi para todo: la comida, la bebida, la lana para los tejidos,
los bosques para el combustible, materiales de construcción y
herramientas, el pasto para los animales de transporte, etc.
Cuando la población comenzó a crecer con fuerza a mediados del
siglo XVIII, la presión sobre la tierra se intensificó y puso al descubierto su limitada disponibilidad. La escasez de tierra se
encuentra en el origen de los intentos positivos por incrementar el
rendimiento por hectárea y en la necesidad de buscar ingresos
complementarios mediante nuevas actividades manufactureras.
La Revolución Industrial inglesa no fue inicialmente una
cuestión de nuevas industrias, sino del desarrollo de innovaciones técnicas en las ya establecidas. Tales innovaciones
pretendieron superar la escasez de materias primas que, a su vez,
la escasez de tierra había traído consiga.La necesidad de mayores
cantidades de alimento llevó a aumentar la extensión de las
tierras cultivadas en detrimento de los bosques, menguando así
las disponibilidades de madera y leña. La creciente necesidad de
maderas y de combustible doméstico para una población en
aumento, provocaron una escasez que sirvió de contexto
favorable para la sustitución de la leña por el carbón. Del
mismo modo, la escasez de tierras hizo aumentar el coste relati
- 46
EUDEMA, S. A.
LA GRAN TRANSFORMACIÓN
vo del uso de energía animal, en tanto que el carbón para las
máquinas de vapor era abundante y, por tanto, barato. El
desarrollo del vapor fue, pues, favorecido ecológicamente.
Las industrias textiles y la máquina de vapor
A finales del XVIII también creció la demanda de energía
rotatoria para los textiles de algodón; ya no hubo lugares
adecuados en la ribera de los ríos para la construcción de nuevas
norias. Boulton y Watt desarrollaron entonces la primera
máquina de vapor aplicada a la generación de acciones
rotatorias. Por otro lado, la creciente expansión del comercio
interior puso en evidencia la anticuada red de caminos ingleses
y el alto coste de alimentación debido a la escasez de tierra. En
estas circunstancias, la construcción de canales o el uso de otras
formas de tracción no animal, se vieron económicamente
incentivados. La sustitución de la leña por el carbón y de los
caballos por ferrocarriles constituyeron, siempre según esta
argumentación, una respuesta al incremento de los precios
relativos, causado por la escasez de tierra. Cuando la tierra
comenzó a escasear resultó más rentable producir máquinas
que funcionaran con combustible fósil que caballos que tuvieran
que usar tierra adecuada para el cultivo agrícola. Las
manufacturas textiles pudieron también expandirse sin
amenazar la producción agrícola de alimentos gracias a las
importaciones de algodón de la India y, más tarde, de lana de
Australia.
Sin embargo, esta simple y quizá por ello atractiva justificación resulta insuficiente para explicar el complejo entramado
de factores que hicieron la Revolución Industrial y con ella el
auge del industrialismo. En esta posición historiográfica, la
escasez de materias primas provocada por el crecimiento
demográfico impulsa el cambio tecnológico. La escasez,
como fenómeno ecológico, se convierte en un poderoso factor
económico que empuja hacia arriba el precio de los recursos
naturales, estimulando la innovación técnica. Con ello se da por
supuesto que la economía de mercado, donde los precios son
reflejo de la función reguladora de la oferta y la demanda,
dominaba completamente la sociedad inglesa desde siempre y
por
47
El desarrollo del vapor
fue favorecido
ecológicamente.
La escasez empuja
hacia arriba el precio
de los recursos
naturales,
estimulando , la
innovación técnica.
..
HISTORIA Y MEDIO AMBIENTE
FI surSimiento de
La Revolución
Industnal fue un
problema de
mercado y de
conpetencia.
La escasez de
recursos no puede
explicar la
generalizarióra de la
sa ie¿iad de
rnercado.
LA GRAN TRANSFORMACIÓN
tanto su establecimiento como institución dominante no necesita
explicación o análisis alguno. La innovación tecnológica en este
contexto sería también producto de la elección racional de los
individuos de entonces, familiarizados con el cálculo monetario de
costes y con la racionalidad típicamente mercantil; dicha
racionalidad habría sido un atributo consustancial de la naturaleza
humana, cuyos orígenes históricos, por tanto, tampoco habría que
estudiar.
No vamos a entrar aquí a rebatir la existencia de la escasez de
recursos, cuestionada por algunos historiadores ecológicos en el caso
de la madera y la leña, ni vamos a discutir el difícil encaje que en la
Economía Ecológica tiene los razonamientos económicos neoclásicos.
Pero de entrada es discutible que la escasez de un determinado
recurso se traduzca necesariamente en un aumento de su precio,
como demuestra el caso actual del petróleo; calculado por el coste de
extracción y rebajado con cuantiosas subvenciones, su precio impide
reducir drásticamente su consumo para que las generaciones
venideras puedan también usarlo sin que se agote.
Esta teoría que comentamos olvida el proceso de cambio
institucional socioeconómico pero también político y de mentalidad
que crearon unas condiciones favorables al surgimiento de la
industrialización y que, en última instancia, la explican. El
surgimiento y desarrollo de la Revolución Industrial fue primero un
problema de mercado y de competencia antes que un problema de
escasez; problema que en todo caso pudo crear límites ecológicos, pero
que no hubieran sido superados tecnológicamente de no existir una
sociedad en la que el dinero, el interés individual, junto con un
cambio en la concepción del mundo favorable al desarrollo científico
aplicado, constituían los valores dominantes de un nuevo y
ascendente segmento de la sociedad, la burguesía.
La escasez de recursos pudo, efectivamente, alentar la búsqueda
de alternativas y nuevas técnicas; pero por sí sola no puede explicar
la generalización de la sociedad de mercado y de una forma de
organizar la sociedad basada en la economía y el beneficio
individual; de tal manera que Dos altos precios inducidos por la
escasez fueran tomados como estímulos. La falta de recursos
naturales no
-48
EUDEMA, S.A.
sólo se produjo en Inglaterra, en el preciso instante del inicio de
la industrialización, ocurrió en otras épocas y en otras partes del
continente europeo donde la indusúialización fue más tardía. La
escasez no siempre se tradujo allí en una subida de los precios y,
cuando esto ocurrió, tampoco facilitó la sustitución por otras
fuentes de energía y materiales o nuevas técnicas. Téngase en
cuenta que la escasez de una determinada fuente de energía o de
materiales es producto de una demanda social e históricamente
creada por un tipo de relaciones sociales y un tipo de cultura que
las envuelve. ¿Por qué, si no, siguió en ascenso la demanda de
recursos naturales con el progreso de la economía industrial
cuando las fuentes alternativas de energía y materiales habían
permitido superar los límites ecológicos impuestos por la
escasez? ¿Por qué no cesó la demanda inglesa de madera y de
leña con la sustitución por el carbón? ¿Por qué la nueva
economía de mercado contenía en sí misma una tendencia
inmanente al crecimiento económico? Porque eran
manifestaciones de la dinámica interna del nuevo sistema de
relaciones sociales que se había impuesto en la Inglaterra del
XVIII: el sistema capitalista. La Revolución Industrial fue,
pues, una de sus manifestaciones principales. Fue el capitalismo
el que creó la escasez y no a la inversa.
Ahora bien, si la escasez de energía y materiales no fue el
motor del cambio, hemos de reconocer que la industrialización y
el desarrollo de la sociedad industrial tuvo su soporte en la
explotación de nuevas fuentes de materiales y, sobre todo, el
hallazgo de fuentes de energía alternativas: los combustibles
fósiles. La expansión sostenida del crecimiento económico,
basado en el consumo masivo de recursos naturales, pudo
continuar gracias al paso de un sistema energético basado en
fuentes renovables (energía solar en forma de madera, energía
hidráulica, animal, etc ) a otro basado en fuentes no renovables,
facilitado por una orientación concreta de la ciencia que ignoró el
carácter finito de las mismas. En efecto, con la Revolución
Industrial y los procesos de industrialización comenzó a
acelerarse, en progresión geométrica, el consumo energético y el
desequilibrio ambiental a largo plazo del planeta. Esta relación
entre ambos procesos no fue casual sino producto de la estrecha
conexión histórica existente entre los orígenes y el
La ndustrialización y
el desarrollo de la
sociedad industrial
tuvo su soporte en el
hallazgo de fuentes
de energía
alternativas.
Con la Revolución
Industrial comenzó a
acelerarse en
progresión geométrica
el consumo
energético.
HISTORIA Y MEDIO AMBIENTE
desarrollo de la actual crisis ecológica y los mecanismos más íntimos del
sistema capitalista: la acumulación o reproducción ampliada del capital,
como tendencia consustancial al sistema.
Mecanización de la industria
La reproducción
ampliada del
capital
se encontraba con el
límite ecológico
impuesto por el
tiempo de
reproducción de la
madera.
En la Europa preindustrial, el capitalismo comenzó a desarrollarse sobre la
base de la organización preexistente de los procesos de trabajo,
subordinándolos a su lógica sólo formalmente, sin provocar aún su
transformación. La acumulación de capital y la maximización de los
beneficios -principal objetivo de la actividad empresarial- se consiguió
entonces mediante jornadas interminables de trabajo y salarios de hambre.
Las energías renovables, especialmente la contenida en la fuerza de
trabajo empleada, constituía el aporte esencial al proceso de trabajo y la
base de los mencionados beneficios. Sin embargo, estos no podían
ampliarse indefinidamente: era imposible alargar más allá de un punto
determinado la duración de la fuerza de trabajo, ni rebajar el salario por
debajo del límite de la subsistencia; tampoco era posible incrementar el
tamaño y amplitud de la actividad industrial sin comprometer las fuentes
de energía, especialmente los bosques. Existiera o no un problema real de
escasez, el caso es que la reproducción ampliada del capital se encontraba
con el límite ecológico impuesto por el tiempo de reproducción de la
madera, muy superior a la velocidad de rotación del capital, y a la escasez
de lugares adecuados para el uso de energía hidráulica. La forma en
que históricamente se superaron tales limitaciones fue mediante el
aumento de la capacidad productiva de la energía contenida en el trabajo.
Entre los métodos utilizados cooperación, división del trabajo y
mecanización de la industria- nos interesa especialmente este último. Los
medios de trabajo se convirtieron, entonces, de simples herramientas en
piezas de un mecanismo para cuyo funcionamiento la energía humana,
animal, vegetal o hidráulica resultaron insuficientes. Al ampliarse el
volumen de las máquinas y multiplicarse también el número de herramientas
con las que operaba el trabajador simultáneamente, se hizo necesario un
meca
-50-
LA GRAN TRANSFORMACIÓN
nismo motor más potente. Este se encontró en las fuentes de energía
fósil, concretamente en el carbón que presentaba una serie de ventajas
económicas y ecológicas respecto de la leña. Esta había de recogerse
en áreas muy amplias, cada vez más lejanas del centro donde debían
quemarse, encareciendo el coste de recolección y transporte; las
economías de escala eran, desde esa perspectiva, muy difíciles de
conseguir, imponiendo restricciones energéticas al tamaño de las
unidades productivas. Una fundición de hierro a mediados del
siglo XVIII, no podía producir más de dos mil toneladas al año.
La escasez de lugares ribereños adecuados, la capacidad de
los ríos y los problemas derivados del transporte de la energía
hidráulica imponían restricciones similares a los molinos de
agua. Además, la expansión industrial tendría que haberse
realizado a costa de extensas áreas de cultivo, dedicándolas a
plantaciones silvícolas para energía. Todo el territorio inglés
tendría que haberse dedicado al cultivo de árboles de no haber
existido el carbón. En 1820, un tercio de la superficie de Inglaterra y Gales se habría dedicado a tal propósito para satisfacer la
demanda de la producción británica de acero con carbón vegetal;
a mediados de siglo, la superficie necesaria habría abarcado al
conjunto del país.
El crecimiento económico británico pudo haberse ahogado de
no producirse un cambio esencial en el sistema energético. Este se
vio favorecido por motivaciones económicas o crematísticas que
orientaron la búsqueda de soluciones técnicas a los límites
ecológicos planteados hacia el carbón: las fuentes de carbón
mineral eran abundantes y ofrecían una mayor potencia
calorífica que la leña. La relativa abundancia de energía,
generada por el uso de biomasa fosilizada hizo, pues, posible el
desarrollo económico industrial desde finales del siglo XVIII.
Antes hubo que superar muchos problemas tecnológicos.
Buena parte del esfuerzo de los científicos estuvo orientado hacia
la solución de problemas prácticos: incremento de la producción
de las minas, de la capacidad de navegación; pero sobre todo, el
incremento y concentración de la energía rotatoria mediante la
invención de un convertidor de energía revolucionario: la máquina
de vapor. A finales del XVIII, las innovaciones en el terreno de la
- 51
Al ampliarse el
volumen de las
maquinas se hizo
necesario un
mecanismo motor mas
potente,este se
encontró en el
carbón.
E l u s o de biomasa
fosilizada hizo
posible el desarroIlo
económico industrial
desde finales del siglo
XVIII
HISTÓRIA Y MEDIO AMBIENTE
minería, la metalurgia y el transporte habían quedado ligadas al
carbón de tal manera que la expansión subsiguiente por Europa del
modelo de economía industrial quedó íntimamente unido al consumo
de este tipo de energía fósil o no renovable.
Inglaterra, primer pais capitalista del mundo
La Revolución
Industrial surgió en
inglaterra porque
fue el primer país
plenamente
capitalista del
mundo.
El mecanismo de
maximización del
beneficio llevó a la
progresiva
mecanización de la
producción
Se ha llegado a afirmar que el carbón fue un requisito fundamental
para la industrialización. Inglaterra reunió las dos condiciones
esenciales para desarrollar una economía de base carbonífera y por
ello fue la primera en industrializarse: la existencia de grandes
reservas de carbón disponible en su subsuelo y, mediante una amplia
red de canales, facilidades para transportarlo. Países como Italia o
Grecia que carecían de carbón, aun teniendo buenas comunicaciones por
mar; o Alemania que aun teniéndolo no poseía las comunicaciones
adecuadas, tuvieron que esperar hasta que el transporte por ferrocarril
y vapor estuvieron desarrollados. No obstante, puede objetarse que
si la Revolución Industrial surgió en Inglaterra fue también porque
fue el primer país plenamente capitalista del mundo y, por tanto, el
primero que estuvo en disposición de intentar soluciones técnicas de
acuerdo con sus propias y específicas limitaciones ecológicas Y la
disponibilidad de recursos energéticos alternativos, marcando a partir
de ese momento en un sentido determinado el subsiguiente desarrollo
de la economía europea y mundial.
El mecanismo típicamente capitalista de maximización del
beneficio llevó, pues, a la progresiva mecanización de la producción
; o dicho en términos de economía ecológica: a la progresiva
adicción o sustitución de energía humana por cantidades crecientes
de materiales y combustibles fósiles -no renovables por tanto- en el
proceso de trabajo. El desarrollo de las fuerzas productivas como
tendencia intrínseca a la propia lógica del capitalismo, corría paralelo
al receso, paradójicamente, de los recursos naturales. Como ya
advirtiera Marx, la expansión del maquinismo resultaba una necesidad
inscrita en la propia dinámica de la acumulación capitalista. Si esta no
era sino la transformación de la plusvalía en capital, la mecanización
creciente de los procesos de trabajo por tanto, la
-52-
LA GRAN TRANSFORMACIÓN
maximización del beneficio posible impuesto por la competencia- era
una necesidad requerida por la producción ampliada, típica del
capitalismo. De esa manera la producción de mercancías, en constante
crecimiento y diversificación, fue, y lo sigue siendo hasta hoy, el resultado
del consumo cada vez mayor de energía y materiales del sistema
industrial globalmente considerado, dentro de actividades productivas
cada vez más complejas y sofisticadas.
El criterio que guió, pues, el nuevo desarrollo de la economía fue la
búsqueda de la máxima productividad del trabajo mediante el uso de
tecnologías capital-intensivas. La explotación de la naturaleza a gran
escala se convirtió en el reverso de la explotación del hombre. De la
misma manera que el trabajador se vió despojado del producto de su
trabajo, haciendo posible el beneficio capitalista, la naturaleza comenzó a
ser explotada para incremento de la productividad del trabajo mediante la
externalización del coste generado por el uso de unos recursos
limitados cuyo consumo producía, además, residuos. Dicho en otros
términos, cuando el trabajo humano empezó a ser sustituido por energía fósil
y materiales en el proceso de trabajo para conseguir mayores beneficios,
creció la necesidad de la economía capitalista de abaratar las materias
primas y encontrar nuevas fuentes de energía y materiales, expulsando de
sus costes los creados por el creciente volumen de desechos de la
actividad productiva. El incremento de la explotación del trabajo humano
sólo fue posible gracias al aumento de la explotación de la naturaleza.
Los avances en el terreno del aprovisionamiento y consumo de
energía pueden ser una buena muestra de ello. La crisis que afectó a los
países occidentales en el siglo xix a partir de los años setenta, fue
superada mediante un nuevo salto adelante en el proceso de acumulación
capitalista. Los beneficios se habían estancado debido a que el crecimiento económico dependía en exceso de una mano de obra cada vez
menos abundante y más cara;la sustitución de energía humana por energía
mecánica fue de nuevo la solución, dando lugar a una utilización mayor
y más intensiva del carbón y del vapor. El consumo de carbón se
multiplicó por cuatro en Estados Unidos entre 1873 y 1895, por tres en
Alemania, en Inglaterra pasó de 110 a 220 mi
EUDEMA. S. A.
EUDEMA, S. A.
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El criterio que guió
el nuevo desarrollo
de la economía be la
búsqueda de la
máxima
productividad del
trabajo mediante
tecnologías
capital-intensivas.
HISTORIA Y MEDIO AMBIENTE
LA GRAN TRANSFORMACIÓN
Consumo mundial de metales
Consumo mundial de la energía
M I L E S DE MI L L O N E S DE T O N E L A D AS MÉTRICAS/ANO
MILLONES DE TERAJOULES , POR AÑO
1
1940
ASO
1960
1970
1980
El consum o mundial de metales arrojó un ligero descenso durante la recesión
económica de principios de los años 80, pero luego se sustuvo en aumento. Desde
los años 70, su crecimiento viene siendo más lineal que exponencial.
fuente :H.Meadows et el.,Más allá de los límites del crecimiento, Madrid, Aguilar/el País,
1992, pág.115.
El petroleo
pr o t a g o n i z arí a,
pues, un nuevo
impulso en el
proceso de
acumulación
capítalista.
llones de toneladas y en Francia de 20 a 40 millones. En este último
país, la potencia instalada de máquinas de vapor pasó de 336 mil
caballos a un millón ochocientos mil CV. A finales de siglo, el
carbón suponía el 70 por ciento del combustible utilizado, en tanto
que e1 27 por ciento era aún de madera y e1 3 por ciento restante
gas, energía hidráulica y petróleo.
El consumo de esta nueva fuente de energía fósil permaneció,
sin embargo, estancado prácticamente hasta co-mienzos de
siglo, a pesar de que en 1859 comenzó en Pen-silvania su
explotación productiva. Diferentes mejoras técnicas convirtieron
el petróleo en una energía más barata y fácil de utilizar que el
carbón. El petróleo protagonizaría, pues, un nuevo impulso en
e1 proceso de acumulación
-54 -
EUDEMA. S. A.
1900
1930
960
Combustibles
tradicionales
1990
Las tasas de utilización de energía y la contribución relativa de distinta
fuentes reflejan la evolución de la tecnología además del crecimiento de la
población mundial. Pese a que los combustibles fósiles dominan la
provisión de energía primaria, la participación del carbón alcanzó su
máximo en tomo a 1920, cuando constituía más del 70 por ciento del
combustible consumido; la participación del petróleo alcanzó su máximo
con una aportación de poco más del 40 por ciento. La electricidad primaria
en este gráfico incluye tanto la energía hidroelectrica como la nuclear.
Fuente: H. Meadows et al., Más allá de los límites del crecimiento, Madrid,
Aguilar/El País, 1992, pág_100.
capitalista, superando la Depresión económica de 1929 y
abriendo una nueva fase expansiva después de la segunda
guerra mundial. Constituyó, además, el sostén básico de dos
fuentes secundarias de energía que revolucionaron las
estructuras de consumo tradicionales: la electricidad y el motor
leo
de explosión. La primera permitió, mediante el establecimiento
Combustibles
de redes a las que debían conectarse los aparatos, mecanizar
tradicionales
muchas de las tareas domésticas. De hecho la producción
mundial de energía comercial se multiplicó casi por dos entre
1920 y 1950 en tanto que la producción de electricidad lo hizo
casi por
© EUDEMA, S. A.
-55
HISTORIA Y MEDIO AMBIENTE
El parque movil
tuvo desde
comienzos de siglo
un crecimiento casi
exponencial que
aún no se ha
detenido
ocho. El motor de explosión, una vez perfeccionado, permitió la
aparición de una de las bestias negras del medio ambiente: el automóvil.
El parque móvil tuvo desde comienzos de siglo un crecimiento casi
exponencial que aún no se ha detenido y que amenaza seriamente las
reservas energéticas y la estabilidad climática del planeta.Entre 1905 y
1938, por ejemplo, el número de automóviles matriculados en Estados
Unidos pasó de 79 mil unidades a 29,4 millones; en esa fecha Europa
contaba ya con 8, 3 millones de unidades. Estas y otras innovaciones
energéticas permitieron una aceleración sin precedentes del consumo de
energía exomática, dando lugar a los patrones actuales de consumo
masivo de bienes y servicios de tan funestas consecuencias ecológicas. El
aumento en la velocidad de rotación del capital pudo hacerse así posible
y con ella el crecimiento de los beneficios.
En definitiva, el bajo precio del petróleo -no calculado más que por su
coste de extracción- facilitó la sustitución del carbón y que,
inmediatamente después de la segunda guerra mundial, prácticamente
todo el sistema económico acabara utilizándolo como fuente de energía
para el transporte, energía motriz para la industria, calefacción doméstica,
producción de gas, industria química, etc. Si en 1949 representaba una
cuarta parte del consumo mundial de energía primaria, en 1973 rozaba ya
casi mitad; de los 400 millones de toneladas de petróleo equivalente se
pasó a los 2.600 millones, convirtiéndose en la primera fuente de energía
térmica del mundo.
Estas tendencias, que han convertido al sistema capitalista en un
sistema altamente entrópico, se han mantenido prácticamente hasta la
actualidad. Un nuevo intento de sustitución energética -aunque esta vez
fallida- la nuclear lo puede testimoniar. No obstante, desde finales de los
años sesenta, y sobre todo, desde los inicios en 1973 de la crisis petrolífera
y la creciente preocupación por los residuos, la economía capitalista ha
comenzado a asignar valores a las deseconomías provocadas por el
progresivo agotamiento de las fuentes fósiles de energía y de minerales
por un lado, y por el necesario tratamiento de los residuos por otro. La
consecuencia de este aumento de costes ha sido la búsqueda de
tecnologías productivas más eficientes en el consumo energético y de
materiales que, sin embargo, no han
-56-
LA GRAN TRANSFORMAC IÓN
conseguido contrarrestar la fuerza expansiva contenida aún en el sistema.
Regímenes comunistas:
su repercusión en la crisis ecológica
La crisis ecológica no ha sido, sin embargo, responsabilidad
exclusiva de los países capitalistas; los llamados regímenes comunistas
han desempeñado también un papel muy importante en su gestación.
Y ello porque tanto las ideas orientadoras como los intereses creados
por sus grupos dominantes no constituyeron nunca una alternativa real
al sistema capitalista .La asunción sacralizada y dogmática de Marx
hizo que los dirigentes comunistas se mantuvieran dentro de la misma
racionalidad económica producción y consumo- que había servido de
base al sistema capitalista, en la creencia de una mayor eficiencia del
sistema socialista. En efecto, el productivismo y la competencia con los
países capitalistas, fundamentados en una concepción errónea e
interesada por las nomenclaturas del papel de las fuerzas productivas
como agentes del cambio hacia el comunismo, mantuvieron el
contrasentido de la acumulación socialista. El mecanismo de la
intensificación del trabajo, a costa de subsidios crecientes de energía y
materiales no renovables, no fue sustituido en los regímenes comunistas
y fue la base tanto de la competencia con el Oeste como de la
aceleración del desarrollo de las fuerzas productivas. Pero con la
peculiaridad de que la prevalencia de la burocracia hizo que, para
alcanzar unas determinadas cotas de productividad del trabajo, se
emplearan a menudo más recursos Y se contaminara más que en muchas
economías occidentales.
El constante incremento de la productividad se ha traducido, pues,
en términos ecológicos, en un incremento paralelo del desorden natural.
Desde los inicios de la Revolución Industrial, la actividad económica no
ha hecho sino transformar recursos naturales de baja entropía en productos de utilidad temporal, que luego ha eliminado devolviéndolos al
ciclo ecológico en forma de residuos de alta entropía. Todo ello a una
velocidad muy superior a la capacidad de la naturaleza para absorberlos
y para reponer
EUDEMA, S- A.
-57
La crisis ecológica
no ha sido
responsabilidad
exclusiva de los
países capitalistas.
HISTORIA Y MEDIO AMBIENTE
LA GRAN TRANSFORMACIÓN
La cuenca del Ruhr. Un caso de contamínacíón a gran escala
La contaminación
ha existido
prácticamente
desde
siempre como un
subproducto de la
actividad humana.
Desde el punto de
vista ecológico,
las ciudades
constituyen
auténticos
ecosistemas
desorg anizados.
los recursos consumidos. Como consecuencia se han desarrollado
nuevas formas mucho más peligrosas de contaminación.
Si hemos de ser rigurosos, la contaminación no es un fenómeno
contemporáneo, ha existido prácticamente desde siempre como un
subproducto de la actividad humana. Por ejemplo, la llamada
contaminación microbiana, causada por las bactérias de la materia
en descomposición. Este tipo de contaminación ha afectado
históricamente con mayor intensidad a las ciudades, por la
suciedad depositada en las calles embarradas, por las aguas sucias
provenientes de las viviendas, etc. Fuente permanente de
enfermedades y malos olores, este tipo de contaminación fue
combatida a lo largo del siglo XIX con medidas como el
alcantarillado que, sin embargo, sólo ofreció soluciones parciales
ya que, hasta hace poco tiempo, las aguas residuales eran vertidas
sin depurar a los mares v ríos próximos. Hoy en día la mayor parte
de los asentamientos urbanos del Tercer Mundo carecen aún de este
recurso. El caso es que con el crecimiento de las ciudades este tipo
de contaminación se ha multiplicado de manera significativa.
En 1800 sólo un 3 por ciento de la población mundial vivía en
ciudades. Londres fue la primera en alcanzar el millón de
habitantes en 1820. A principios de este siglo once ciudades
superaban el millón, cifra que se había elevado a 75 en 1950. Por
esas fechas una de cada cien personas vivía en tales urbes, en
tanto que en 1980 la proporción se había reducido a una de cada
diez. En 1976 había un total de 191 ciudades con más de un millón
de habitantes, siendo en la actualidad casi 300. Si en 1900 el porcentaje de población total del planeta que vivía en ciudades se
había elevado al 15 por ciento, en 1960 suponía va e133 por ciento
para situarse en e143 por ciento a mediados de los ochenta. La
Historia Ecológica debe, sin embargo, poner en cuestión la bondad
de este proceso bien visto siempre en la historiografía
convencional. Desde el punto de vista ecológico, las ciudades
constituyen auténticos ecosistemas desorganizados y en continuo
desequilibrio ya que no producen ni energía ni materiales pero sí
grandes cantidades de residuos. Ejercen una presión constante
sobre los ecosistemas rurales v naturales en términos de captación
de energía, agua, alimentos y
-58-
EUDEMA, S.A.
El área industrial que se extiende a lo largo del Ruhr ha tenido una
dramática e impresionante historia. Durante los cien últimos años ha
sido la mayor región industrial no sólo de Alemania sino del conjunto
de Europa... Las consecuencias de la industrialización aparecieron
primero y más dramáticamente en el caso del agua.Las nuevas
industrias (..).. necesitaron ingentes cantidades ,de agua que tomaron
de los dos principales ríos, el Ruhr y el Emscher. Una vez usadas, las
aguas fueron a parar de nuevo a los ríos, haciendo difícil el proceso
de aclaración. Las aguas sobrantes de las minas estaban tan sucias
que dificilmente fluían, en tanto que las dislocaciones dc la superficie
destruyeron el lecho del río. Como consecuencia, se formó un vasto
número de charcos y pequeños lagos, llenos de una especie de
sustancia sucia, maloliente y acuosa (..).
Similares mecanismos prevalecieron en el caso de la contaminación del aire. Ya
en 1831 el gobierno prusiano había decretado que las máquinas de vapor debían
tener una chimenea con una altura mínima de 20 metros (..)..Pero en una región
tan industrializada como la del Ruhr, las fábricas y chimeneas eran tan numerosas
que acabaron por contaminar toda el área circundante (...). En 1912,la mayoría
de la región estaba contaminada hasta tal grado que el humo y el hollín equivalian
a una plaga. Además, las chimeneas emitían ácido sulfúrico en tales cantidades
que el cultivo de frutales y vegetales fue afectado y las pequeñas áreas de
bosque desaparecieron. En Essen, por ejemplo, los pisos debían ser
limpiados de polvo dos veces al día por lo menos y el humo y el hollín
a menudo producían situacíones que difícilmente podían ser
distinguidas de la conocida niebla de Londres.
(F-J. Briiggemcier, ,The Basin 1850-1980: A Case of Large-scaler Environmental
Pollutiom-, en P. Brimblecombre v C. Pfister (eds.): The Silent countdown, Berlín,
Springer-Verlag, 1990, pp. 210-225).
EUDEMA, S. A
-59-
i
HISTORÍA Y MEDIO AMBIENTE
La contaminación
Industriasl
se
originó con las
grandes
concentraciones
fabriles
otros recursos y al mismo tiempo, generan graves problemas
ambientales. Su expansión ha destruido los ecosistemas circundantes
al transformarlos en carreteras, industrias, áreas residenciales,etc y
han constituido un foco permanente de contaminación de residuos
solidos y líquidos (basuras, aguas fecales, etc.); su cantidad ha ido en
progresivo aumento conforme se ha acelerado el consumo per cápita
de todo tipo de mercancías.
Otro tipo frecuente de contaminación fue la provocada por los
talleres artesanales y manufactureros (molinos de papel, herrerías,
alfarerías, hornos de fundición, etc.) que polucionaban el aire y el
agua, producían ruidos y desechos. Podrían citarse innumerables
casos de este tipo incluso la abundante legislación que trató de combatirla
desde la Edad Media hasta finales del siglo XVIII. Pero sólo afectó a
áreas muy restringidas de los alrededores. No ocurrió lo mismo con la
contaminación industrial, completamente nueva, que se originó con
las grandes concentraciones fabriles. Ya desde comienzos del XIX
comenzó a representar un grave problema para las áreas industrializadas de Europa. En 1820, por ejemplo, los habitantes de Menil-Montant,
cerca de París, protestaron por la emisión de ,gases tóxicos de Una
factoría química que estaba dañando la salud de todo el pueblo. Una
protesta parecida tuvo lugar en 1829 en Berlín;sus habitantes se quejaban
de los humos y malos olores provenientes de un taller de fabricación de
productos químicos.
Con el avance de la industrializacion, esta forma de contaminación
tomo enormes dimensiones. En 1889 e1 propio Engels describiría la
enorme polución atmosférica que oscurecía las ciudades de Aberdeen
Dundee, Glasgow Edimburgo, Newcastle, Manchester, Birminghan,
Cardiff, Londres y Liverpool.En esta última ciudad la situación era aún
más grave: la existencia de varias fábricas de sosa producían no sólo
humos sino también emanaciones sulfúricas que acabaron por arruinar
la vegetación y la agricultura de una amplia zona de su entorno. Algo
parecido ocurrió en las instalaciones industriales de Sudbury en
Ontario, que a finales del XIX habían destruido cerca de 200 mil
hectareas de bosque circundante, este, junto con el del Ruhr,
constituyen los primeros casos conocidos de los efectos devastadores
de la lluvia ácida. Con la contaminación nacieron también las
- 60 -
LA GRAN TRANSFORMACIÓN
IMÁGEN
primeras medidas antipolución que datan de la época napoleonica, pero
que nunca pasaron de simples declaraciones de insalubridad o de la
exi gencia de autorizaciones previas para el establecimiento de industrias
contaminantes. De nuevo el caso que recogemos del Ruhr muestra hasta
qué punto se respetaron los intereses empresariales frente a los
ambientales o de la salud de las poblaciones. Finalmente ha existido otra
forma e contaminación menos frecuente pero de efectos catastróficos la
provocada por accidentes en factorías quimicas o centrales nucleares.
Podernos reseñar los ejemplos no muy lejanos de Harrisburg (USA) Bhopal
(India), Seveso (italia) o el más reciente de Chernobyl.
Pero el desarrollo de la industrialización no solo ha provocado polución
y contaminación, sino también el ver-61 -
HIST ORI A Y MEDI O AMB IE NT E
A mediados del siglo
XVIII, la atmosfera
terrestre contenía 280
partes por millon de
dioxido de carbono.
tido a la atmósfera de grandes cantidades de dióxido de
carbono, que ha ido frenando progresivamente la descarga de
calor del planeta Y generando el llamado efecto invernadero.
Se ha calculado que a mediados del siglo XVIII, la atmosfera
terrestre contenía 280 partes por millón de dióxido de
carbono; desde entonces hasta hoy su contenido ha aumentado
en torno al 20 por ciento dando lugar a un calentamiento medio
de la Tierra que se cifra en un grado centígrado .Desde 1860 Y
hasta 1950, la civilización industrial arrojó a la atmósfera más
de 18O mil millones de toneladas como consecuencia de la
quema de combustibles fósiles.
Como dijo Karl Polanyi:
“La civilización industrial dio al traste con los rasgos característicOs del ser humano. La máquina interfirió en el
equilibrio intimo establecido entre el hombre, la naturaleza y
el trabajo Independientemente de que nuestros antepasadoanduvieran por los árboles o se escondieran en cavernas,
Hay un hecho que prevalece y es que tan sólo hace unapocas generaciones que nuestro hábitat se ha visto
físicamente separado de la naturaleza”.
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