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UNIVERSIDAD DE LOS ANDES FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES INTENSIVO 2001 SOCIOLOGÍA PROFESOR: Nelson Morales 1. Las sociedades primitivas. La Sociología debe comenzar sus investigaciones en las sociedades primitivas actuales para buscar el origen positivo de las sociedades humanas. Se afirma que existe una similitud de formas entre las sociedades aborígenes actuales y las hordas primitivas. Ciertas prácticas y creencias ancestrales se encuentran entre los aborígenes. Es lógico suponer, pues, que la investigación en las tribus rudimentarias conduzca al origen social. Para unos, el primitivo actual debe considerarse como "un ser al principio de su evolución"; para otros es "un ser degenerado de un grado de civilización ya adelantada". Puede suceder lo uno o lo otro, esto es, que unas tribus estén al comienzo de su evolución y que otras sean restos de pueblos civilizados en estado de regresión. Sin embargo, el adelanto de la Etnografia suministra suficientes datos para establecer un paralelismo de formas entre las sociedades aborígenes actuales y las primitivas. 2. La horda primitiva Las estructuras sociales más elementales están constituidas hoy por los grupos errantes de Australia, de la Tierra del Fuego, de las islas Andamanes, de la bahía de Bengala, de la isla de Borneo, del Africa (bosquímanos) y de la isla de Ceilán (Veddas). Estos “salvajes” vagan en manadas o rebaños errátiles, parecidos a los de los animales, compuestos de cincuenta a cien personas; no tienen contacto con los otros grupos de la misma región; llevan una vida animal, en la que sólo dominan las tendencias de la alimentación y de la reproducción; andan desnudos; se unen accidental o pasajeramente a las mujeres del grupo, de manera que éstas ignoran quién sea el padre de sus hijos. Tales grupos típicos salvajes se denominan hordas. Los etnólogos, y con ellos una mayoría de sociólogos, consideran la horda como el primer grupo social. Es la forma ínfima de agrupación humana, el grupo humano que sigue todavía las inclinaciones más sencillas de la naturaleza animal, el grupo cuyas condiciones de vida y constitución social no son aún el resultado de transformaciones sociales. 3. La liga de hordas. La exogamia fué el lazo de unión de varias hordas. Los hombres primitivos buscaron mujeres de otra hordas, robándolas, capturándolas o cambiándolas. Las fiestas canibálicas y lascivas, las pequeñas guerras o guerrillas, tenían por consecuencia el paso de mujeres de una horda a otra. Entre las formas sociales típicas se encuentran la liga de hordas, estructuración superior de parentesco que existe hoy entre los australianos, raza negroide que conserva los caracteres de organización intermedia entre horda y tribu. 4. El clan totémico. Es otra forma primitiva social que surgió de una mejor organización del parentesco por las mujeres. El clan está constituido por un grupo de individuos que se consideran entre sí ligados por vínculos estrechos de parentesco y que llevan además un nombre común. Esta forma de sociedad se encuentra en los comienzos de la historia de todas las razas humanas en Europa, Asia, América, Australia y Africa, y con tales caracteres de similitud que es lícito ver en ella una institución poco menos que universal del género humano. Con el clan comienza lo que podriamos llamar la historia de la civilización. La génesis del clan ha sido, según algunos autores, la agricultura; según otros, la religión. La primitiva religión del clan fué el totemismo. El totem era un emblema animal o vegetal de los que el grupo pretendía descender. Si el totem es un lobo, todos los miembros del clan creen que tienen dentro de sí algo de lobo. El totem tenía un carácter religioso, pero también un carácter social. Durkheim decía que era el símbolo del dios y de la sociedad: en consecuencia, el clan mismo hipostasiado (considerado como una realidad en sí, absoluta), esto es, la sociedad hípostasiada en divinidad. Otros autores niegan el carácter religioso del totem y destacan su importancia social porque tiende a unir los individuos en el grupo, a formar grupos sociales. Era una fuerza conservadora dentro del grupo y de expansión fuera de él. Los clanes constituían sociedades democrdticas comunales. Sus miembros vivían en casas comunes de forma alargada, de amplitud suficiente para albergar cinco, díez y hasta veinte familias, estando organizada la economía doméstica según el criterio de cada comunidad. La Junta o Consejo constituía la suprema autoridad administrativa. Las cuestiones de poca importancia eran resueltas por sachems (sacerdotes, magos). Las de interés general, como la elección y destitución de caudillos, la adopción de extranjeros y la vindicta (venganza) de sangre, eran resueltos por la unión de compañeros y compañeras del clan. Esta forma social, el clan totémico, se encuentra en el período prehistórico de todos los Estados que llegaron en la antiguedad a un alto desarrollo cultural, como Egipto, Grecia, Roma y en todas las civilizaciones primitivas. 5. La tribu. La reunión de muchas hordas y clanes ha formado la tribu, estructuración social que constituye una más amplía, definida y organizada comunidad, que usa el mismo lenguaje y dialecto, consciente de su unidad. También una simple horda, al crecer y reproducir varias veces sus dimensiones primitivas puede lograr una diferenciación y organización de tribu. La reunión de clanes en tribus no desnaturaliza la esencia de aquéllos. Continúan dentro de la tribu con su mismo nombre, su culto, su organización y sus costumbres. Sin embargo, la tribu constituye una corporación rígidamente estructurada, animada por espíritu de tribu y solidaria en su acción hacia el exterior. La organización así concebida logró rebasar la tribu, llegando a la asociación de varías tribus en una confederación tribal. Las confederaciones tribales constituyeron en la antiguedad el tipo social de las ciudades greco-romanas. 6. La secta. La secta es un grupo social limitado, de poca unidad, compuesto de individuos ligados entre sí por unas mismas creencias, que tienen miras recónditas, casi siempre contrarias al interés público o a la Ley. Tales son las sectas religiosas y políticas. La secta es casi siempre la primera cristalización de toda doctrina. Del estado confuso y amorfo en que se manifiesta la multitud, toda idea debe precisarse en la forma bien definida de la secta, que puede llegar a ser más tarde un partido, una escuela o una iglesia. Así, el idealismo, el budismo, el cristianismo, el socialismo, el anarquismo, han pasado por la fase sectaria. Es el primer grado en que el grupo anónimo, salido de lo indistinto de la multitud desconocida, varía y anónima, se eleva a una especificación y a una integración que podrá conducir hasta otros grupos más complejos, como el Estado. 7. La casta. La casta es otra agrupación social de grado más elevado. Es un grupo compacto, cerrado, exclusivista, formado por individuos que se asemejan en ideas, profesiones, gustos, maneras, sentimientos. Tales son las castas militares, las castas sacerdotales, la nobleza. Este grupo social tiene un origen racial. Casta significa color. Así, en la India, donde existe la caracterización más expresiva de esta agrupación, los brahmanes eran blancos; los sudras, negros. Las castas, pues, son yuxtaposiciones, por conquista, de un pueblo sobre otro, diferencia étnica y psíquica. Otras veces es únicamente agrupación profesional, pues sólo comprende individuos de una misma profesión, y, por consecuencia, de educación y género de vida casi idénticos. 8. La clase social. La clase es una muchedumbre homogénea, pero extendida y estable. El lazo que une a los sectarios es la fe y la creencia; a los miembros de una casta, la comunidad de intereses. Los miembros de una clase no gozan de privilegios, como los de la casta. La clase tiene, sin embargo, una gran difusión y una mayor intensidad; nacida en tiempo de grandes comunicaciones, extendida por su función económica por doquiera, no se circunscribe a un solo Estado, sino que tiende a universalizarse. Sus intereses son, en todas partes, los mismos, el modo de vivir, la educación, el clima histórico, les son semejantes, de donde proviene ese sentido de universalidad y de solidaridad al mismo tiempo, que no han conocido las castas.