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F UNDACIÓN L UCIS
P LENILUNIO
DE
C ÁNCER
8 de julio de 1998
18:30 hs.
“LA CASA ILUMINADA”
Hoy celebramos el plenilunio de Cáncer. En esta celebración, como en todas las lunas
llenas, el objetivo principal consiste en lograr captar, en la medida de nuestras mejores
posibilidades, las energías espirituales disponibles y distribuirlas en el planeta del cual
formamos parte. Tratamos de convertirnos en canales de esas energías divinas y realizar el
correspondiente Servicio a la humanidad, a la Jerarquía espiritual y al Plan divino. Para
ayudarnos a alcanzar el máximo rendimiento, de cada uno de quienes nos reunimos para lograr
este ideal de Servicio, es que realizamos esta introducción con el propósito de procurar, más
allá del intento de conseguir claridad con las palabras y temas tratados, un clima de atención y
comprensión amorosa que posibilite la captación, el reconocimiento y la más amplia
comprensión posible de las energías divinas, ahora disponibles.
En la frase: “pensar con el Corazón y sentir con la cabeza” se encuentra la clave de la
vibración o actitud necesaria para obtener la mayor Comprensión posible.
“El Corazón se da cuenta ”... Como se nos dice en el libro anó nimo Corazón: “El
Corazón flameante puede sentir dónde está contenida la verdadera correlación o el
mutuo suplemento”.
Por esto, invitamos a abrir nuestros corazones y disponernos a ser receptores y
trasmisores de las energías que la oportunidad de esta luna llena nos ofrece.
Como ya dijimos, estamos celebrando el plenilunio de Cáncer. La iluminación del Sol, en
Cáncer, a la Luna, en Capricornio. Es la energía del Sol (Espíritu), relacionada con las energías
cancerianas, a través de la Luna (Materia) dispuesta, por Capricornio, a trepar la montaña de la
iniciación.
Entre otras cosas, podríamos decir que Cáncer es el signo de la sensibilidad, sea esta
instintiva o intuitiva, se relacione con el Plexo Solar o con el Corazón. Pongamos entonces
nuestra sensibilidad en el punto mas elevado que nos sea posible. Aspiremos a la sensibilidad
del Corazón, abramos la puerta del ya mencionado Corazón que conduce a la Inclusividad, al
reconocimiento de la unicidad de la Vida, a la conciencia universal cuya expresión infer ior es
la conciencia de masa que, trasformada por la conciencia individual, se eleva hacia la
conciencia grupal.
En Cáncer el sacrificio del Ser espiritual llega al punto más denso, donde se confunde en
y con la materia a la cual aspira redimir. Antes de poder iniciar tal trabajo de redención
efectivamente, el hombre debe aprender a discernir entre el Ser y sus mecanismos de expresión,
a cuyo efecto debe antes percibir, aunque tan sólo sea vagamente, o al menos sospechar, acerca
de la realidad del Ser y la apariencia de la forma.
En este signo esta implicada la Ley de Renacimiento, la interacción mágica y magnética
entre el aspecto forma de la vida y la Vida Misma.
Dada la importancia de esta Ley, vamos a leer algunos párrafos de las enseñanzas sobre
los cuales sugerimos reflexionar en silencio con la mente y el corazón:
En “La Reaparición de Cristo” leemos:
“Más allá del hecho de que la Ley de Renacimiento existe, muy poco sabemos.. . Muy
pocas cosas pueden decirse respecto a ella, lo cual no puede ser refutado.
1.
La Ley de Renacimiento es una de las grandes leyes naturales de nuestro planeta.
2.
Es un proceso establecido, que se lleva a cabo de acuerdo a la Ley de Evolución.
3.
Está íntimamente relacionada y condicionada por la Ley de Causa y Efecto.
4.
Es un proceso de desenvolvimiento progresivo que permite al hombre avanzar desde las
formas groseras del materialismo irracional hasta lograr la perfección espiritual y una
inteligente percepción que le permitirá llegar a ser un miembro del Reino de Dios.
5.
Explica las diferencias que existen entre los hombres y –en conexión con la Ley de
Causa y Efecto (denominada Ley del Karma en Oriente)- justifica las diferentes
circunstancias y actitudes hacia la vida.
6.
Es la expresión del aspecto voluntad del alma y no el resultado de la decisión de una
forma material; es el alma, que existe en todas las formas, quien reencarna, elige y
construye los adecuados vehículos físico, emocional y mental, con los cuales puede
aprender las correspondientes y necesarias lecciones.
7.
La Ley de Renacimiento (en lo que concierne a la humanidad) entra en vigencia en el
plano del alma. La encarnación es motivada y dirigida desde el nivel del alma en el
plano mental.
8.
Las almas encarnan cíclicamente en grupos, de acuerdo a la Ley, a fin de establecer
correctas relaciones con Dios y con sus semejantes.
9.
El desenvolvimiento progresivo, de acuerdo a la Ley de Renacimiento, está
condicionado en gran parte por el principio mental: “así como el hombre piensa en su
corazón, así es él”. Estas breves palabras merecen cuidadosa reflexión. “Así como el
hombre piensa en su corazón, así es él”.
10.
De acuerdo a la Ley de Renacimiento el ser humano desarrolla su mente con lentitud;
luego ésta comienza a controlar la naturaleza emocional -sensoria y, finalmente, revela
al hombre su alma, naturaleza y medio ambiente.
11.
En esta etapa de desarrollo el hombre empieza a hollar el Sendero de Retorno y se
dirige gradualmente (después de muchas vidas) hacia el Reino de Dios.
12.
Cuando el hombre, por el desarrollo de la mente, por la sabiduría, el servicio práctico y
la comprensión, ha aprendido a no pedir nada para el yo separado, ya no desea vivir en
los tres mundos y se libera de la Ley de Renacimiento.
13.
Entonces es consciente del grupo, del alma de su grupo y del alma de todas las formas,
alcanzando, tal como Cristo dijera, una etapa de perfección crí stica, llegando “a la
medida de la edad de la plenitud de Cristo” (Ef. 4,13).
En “La Educación en la Nueva Era” se nos dice:
“Las civilizaciones, las culturas, las razas y las naciones aparecen y desaparecen, pero
con ellas van y vienen las mismas individualidades, cosechando los frutos de la experiencia y
avanzando progresivamente hacia un gobierno propio más pleno, y una organización y síntesis
grupales”.
En el Tomo II del Tratado sobre los Siete Rayos, “Sicología Esotérica” se advierte:
2
“Toda enseñanza dada con relación al renacimiento o a la reencarnación, prácticamente
ha puesto el énfasis sobre el aspecto fenoménico material, aunque siempre se ha referido más
o menos en forma casual a las adquisiciones espirituales mentales, obtenidas en la escuela de
la vida en este planeta, una encarnación tras otra. Poca atención se ha puesto sobre la
verdadera naturaleza de la percepción en desarrollo y el desarrollo de la conciencia interna
del verdadero hombre; raras veces o ninguna, se hace hincapié sobre la comp rensión
adquirida en cada vida, respecto al mecanismo de contacto y el resultado de la creciente
sensibilidad al medio ambiente.
Finalmente en el Tomo III del Tratado sobre los Siete Rayos, “Astrología Esotérica” se
nos hace notar que:
“Todo el tema del renacimiento es en la actualidad muy poco comprendido. En su
moderna presentación y en el énfasis puesto tan fuertemente en los pequeños e insignificantes
detalles, se ha tergiversado y desviado el amplio alcance del tema, ignorando la verdadera
importancia del proceso. Los grandes rasgos del proceso de la encarnación han sido
mayormente pasados por alto. En la discusión sobre la longitud del tiempo en que un hombre
está desencarnado y en la consideración de la necia información sobre lo no comprobable y lo
probable, y en la pueril reconstrucción de vidas pasadas que hacen quienes se inclinan hacia
la Teosofía, se pierde de vista la real verdad y belleza del tema.
Y más adelante, en el mismo libro, se agrega:
“Parecería que únicamente son aplicables hasta ahora dos reglas en conexión con el
retorno del ego a la encarnación física. Primero, si no se ha alcanzado la perfección, el alma
debe retornar y continuar el proceso de perfeccionamiento en la Tierra. Segundo, el deseo
insatisfecho constituye el impulso que predispone al ego a tal actividad. Ambas afirmaciones
son parcialmente verídicas y genéricas en su efecto, pero sólo verdades parciales e
incidentales a otras verdades mayores, aún no presentidas u observadas con exactitud por los
esotéricos; son secundarias y están expresadas en términos de los tres mundos de la evolución
humana, de la intención de la personalidad y de los conceptos sobre tiempo -espacio.
Fundamentalmente no es el deseo el que impulsa al retorno, sino la voluntad y el conocimiento
del plan. Tampoco es la necesidad de lograr la perfección final lo que impele al ego a adquirir
experiencia en la forma, porque el ego o yo ya es perfecto. El incentivo principal es sacrificio
y servicio para esas vidas menores que dependen de la inspiración superi or (que puede dar el
alma espiritual) y la determinación de que ellas pueden, además, alcanzar estados planetarios
equivalentes al del alma sacrificada. Con el fin de negar oportunamente el concepto tiempo espacio y demostrarlo como una ilusión, en Cáncer se abrirá la puerta al alma sacrificada y
servidora. Tengan presente siempre esto, cuando estudien el tema del renacimiento. Los
términos renacimiento y reencarnación son engañosos; ‘impulso cíclico’, ‘repetición
inteligente, plena de propósito’ y ‘consciente inhalación y exhalación’, describirán con más
exactitud este proceso cósmico”.
A partir de estas citas, reflexionamos: Quizás se trate de estar más pendientes de
descubrir aquello que hace al hilo conductor de las vidas pasadas y futuras, más que a las
curiosidades de una u otra posible pequeña y transitoria vida. Quizás se trate de atender las
causas y no los efectos, de reconocer lo invisible a entretenernos con lo visible, de aprender a
3
ver la Realidad oculta detrás de las apariencias, de llegar a co mprender la Vida, la cualidad y la
apariencia.
Ahora bien: ¿Qué nos sugiere todo esto?
Se nos presenta un panorama del movimiento implicado en la manifestación entre Espíritu
y Materia. Esto requiere una investigación particular y, al efecto, partimos de l a siguiente
premisa o hipótesis que extrajimos de la D.S.:
“Consideramos la vida como la única forma de existencia, manifestándose en lo que
llamamos Materia: o en el hombre, en lo que llamamos, haciendo una separación
incorrecta, espíritu, alma y materia. La materia es el vehículo para la manifestación del
alma en este plano de existencia, y el alma es el vehículo, en un plano más elevado, para
la manifestación del espíritu: los tres son una Trinidad sintetizada por la Vida que los
compenetra”.
A los fines del Alma, podemos afirmar que la verdadera casa iluminada es el cuerpo
causal, aquel que el alma va construyendo encarnación tras encarnación, tarea en la cual, el
discípulo debe colaborar oportunamente. Asimismo, en un plano inferior aún, podríamos decir
que los cuerpos de encarnación, el físico, el emocional y la mente concreta, son la casa a
iluminar por el aspirante, en su trabajo de preparación, implicando éste una efectiva
colaboración con el Alma en la construcción de la casa il uminada que, oportunamente,
expresará la divinidad interna.
Este proceso de relación en el hombre no está separado del proceso del Ser planetario, del
Logos Solar ni del Universo, sino que es Su analogía microcósmica. De modo que el
movimiento astronómico influye y se relaciona con el movimiento individual.
De este modo observamos que, a través de las energías procedentes del signo de Géminis,
se nos presenta la oportunidad de reconocer la dualidad implicada: Alma -personalidad, en
nuestro caso. Luego, en el signo de Cáncer, la oportunidad que se nos presenta consiste en
colaborar con el Alma en la “Construcción de la Casa Iluminada”. Tal es el Pensamiento
Simiente o Nota Clave para el aspirante espiritual en el Plenilunio de Cáncer:
“Construyo una casa iluminada y moro en ella”
Para llevar adelante esta investigación y prestar nuestra colaboración, los aspirantes,
debemos primero preguntarnos: ¿Quiénes somos nosotros en la dualidad Alma -personalidad?
Muchos responderíamos firmemente y con razón: “el Alma”. Sin embargo, no dejamos de
centrarnos en la personalidad, nos confundimos en la individualidad personal. La personalidad
se disfraza de Alma pero sigue en su pequeño mundo autocentrado y egoísta. La posición de
vivir como si fuéramos el alma es más o menos temporaria. Así, se nos hace difícil hollar el
Sendero pues no sabemos dónde estamos parados o, lo que es peor, estamos creídos de actuar
como almas y actuamos de modo autocentrado y egoísta. Por ello, es necesario mantener una
aguda auto-observación y, muy especialmente, observar la viga en nuestro ojo antes que la paja
en el ajeno, o mejor aún: observar y atender primero la más pequeña desviación, la mínima
pelusa en nuestro ojo, antes que la viga en ojo ajeno. Lo cual se nos sugirió con aquello de
“que tire la primera piedra quien esté libre de pecado”.
Es interesante observar aquí que la palabra “persona” se origina en el teatro griego. Así se
denominaba la máscara que cubría el rostro de los actores. Dentro de la misma se usaba un
pequeño tubo amplificador de la voz. Podemos establecer una analogía entre la máscara con tal
4
sistema de amplificación para permitir una mejor expresión de la voz del actor y la
personalidad necesaria al alma para su expresión en los tres mundos de manifestación humana.
Ocurre que el alma, el actor, se olvida de su esencia confundiéndose con el personaje, la
personalidad. He aquí nuestro problema. Debemos, en primer lugar, redescubrirnos como alma.
Porque estamos totalmente centrados y creídos que somos el personaje, no vemos l a máscara.
Somos la máscara no porque lo seamos sino por que nos confundimos en ella, no la vemos
como máscara pues no vemos desde nuestro centro espiritual.
De modo que si nos disponemos a iluminar la casa debemos primero reconocerla como tal
y trabajar en la purificación que permita el paso de la luz interior. Ahora bien, ¿en qué consiste
la limpieza de la casa? En procurar que los vehículos implicados se adapten a las necesidades
del alma, que puedan ser fiel reflejo de la vida del alma. En lograr cierta perfección en el
vehículo físico, la elevación de nuestras sensaciones emocionales –corrigiendo las reacciones
emocionales- y orientar correctamente nuestros pensamientos. En este proceso surge la
consciente aspiración hacia el Ser espiritual y el primer compromiso del aspirante. El primer
servicio al plan es la redención de la propia materia, la adaptación de su mecanismo de
expresión, la construcción de la casa iluminada para luego morar en ella.
¿Cómo comenzar tal tarea? En primer lugar, como hemos dicho, precisamos reconocer
el hecho de que nuestro cuerpo físico, nuestras emociones y nuestros pensamientos no somos
nosotros sino nuestra expresión en esos planos. Es decir, hemos de desarrollar la facultad
mental de discriminar para llegar a discernir entre las cosas del Espíritu y las de la materia.
Luego podemos comenzar la ardua tarea señalada con profundidad en las enseñanzas. Los
Aforismos de la Yoga de Patanjali, traducidos e interpretados por muchos autores (entre ellos:
Alice A. Bailey, Dvivedi, Johnston, Rama Prasada, Vivekananda, Taimni y otros), nos señalan
los ocho métodos y, entre ellos, los cinco Mandamientos (Yama) y las cinco Reglas (Niyama) 1
que implican la purificación de los vehículos del Alma que posibilita el ingreso de la Luz que
ésta trasmite procedente del Espíritu. No vamos a desarrollar aquí tales indicaciones. Sólo nos
ocuparemos brevemente y en la medida de nuestras posibilidades, de la Inofensividad, síntesis
de los cinco Mandamientos y virtud sobre la cual aun los Maestros continúan trabajando. Esto
puede darnos una idea de lo profunda y prolongada que es la tarea a emprender. No obstante,
queremos señalar que, una vez iniciada la misma de Corazón, se comienza a percibir el g ozo
espiritual ante cada pequeño logro en tal sentido y surge la alegría del Corazón con toda la
belleza en ello implicada.
Decimos que la Inofensividad es la síntesis de los mandamientos, los cuales se refieren a
la relación del aspirante con sus semejantes, con los reinos subhumanos y con el superhumano,
reino de las almas o reino de Dios. Lleva al establecimiento de las correctas relaciones. Es una
contribución a la relación y a la fluidez de la continuidad de conciencia de la Vida.
Si bien ya hemos hablado acerca de la Inofensividad, la importancia e incidencia y la
prolongada y delicada tarea que implica, requieren de la constante reflexión sobre el asunto.
Todo lo que hagamos por alcanzar la Inofensividad nunca será suficiente.
San Francisco de Asís escribe al Hermano Fray León 2:
“La creación se siente avasallada por la prepotencia orgullosa del hombre, y por eso ella
reacciona con hostilidad. Y así el agua inunda y ahoga, el fuego incendia y quema, el lobo
tritura y devora, el león despedaza, la serpiente pica y mata, las tempestades asolan, el
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granizo destruye las cosechas, las fuerzas aéreas se confabulan para trasformarse en rayos de
muerte, las fuerzas telúricas se tornan en terremotos devastadores, las enfermedades atacan, y
sobre un negro corcel avanza victoriosamente la muerte como venganza inapelable contra la
prepotencia del hombre. Es la respuesta de la creación...
“Toda mi vida no hice sino amar y el primer mandamiento del amor es dejar vivir a los
vivientes. Oh hermano León, si respetáramos, si reverenciáramos todo lo que vive, más aún,
todo lo que es, la creación sería un hogar feliz. Y te añadiré una precisión, hermano León:
respetar particularmente lo débil e insignificante. Lo grande se hace respetar por sí mismo.
¿Qué gracia tiene respetar a un león o a un rinoceronte? Su superioridad intelectual la
debería utilizar el hombre para cuidar, proteger y ayudar a vivir a los vivientes.
De mi parte, he procurado ser el hermano más pequeño entre los vivientes, en especial
entre los más frágiles. Hermano León, cómo me hubiera gustado poner en la Regla esta
cláusula: Yo, el Hermano Francisco, siervo inútil, pido de rodillas a todos los hermanos del
mundo que no sólo respeten sino también veneren y reverencien todo lo que vive, todo lo que
es”.
Dice el aforismo 35 del libro II de la Yoga de Patanjali:
“Frente a quien ha perfeccionado la inofensividad, cesa toda enemistad” 3.
En nuestro empeño por lograr la inofensividad desarrollaremos la capacidad de irradiar
Amor, contribuyendo con la evolución.
El Maestro Tibetano lo expresa así:
“Si la inofensividad es la nota clave de su vida, podrán producir má s condiciones
armónicas en la personalidad que cualquier disciplina en otras líneas. La depuración drástica
obtenida al alcanzar la inofensividad ayudará mucho a eliminar estados erróneos de
conciencia...” 4
“...La Inofensividad prepara el camino para que afluya la vida; elimina las obstrucciones
que impiden la libre afluencia del amor y es la llave que libera la naturaleza inferior de las
garras de la ilusión mundial y del poder de la existencia fenoménica ” 5.
Concluyendo con esta exposición y en la intención de ayudarnos a elevarnos para realizar
el Servicio que la meditación de plenilunio implica, leeremos, corazón mediante, la s siguientes
palabras del Tibetano:
“Por sobre todo los insto a que lleven una vida más profunda, y les imploro que, para
bien de sus semejantes, refuercen el contacto con el alma...” 6
Recordamos nuevamente la nota clave del plenilunio de Cáncer:
“C ONSTRUYO UNA CASA ILUMINADA Y MORO EN ELLA ”
1
Los 10 mandamientos judeocristianos son sus análogos.
De “El Hermano de Asís” de Ignacio Larrañaga, págs. 389-390, Ediciones Paulinas, 2da. edición, 1981.
3
“La Luz del Alma”, A.A.B. pág. 131.
4
“Tratado sobre Magia Blanca”, A.A.B. págs. 84-85.
5
“Tratado sobre los Siete Rayos Tº II, “Sicología Esotérica”, A.A.B. pág. 110.
6
“Tratado sobre los Siete Rayos Tº I, “Sicología Esotérica”, A.A.B.
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