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Con la presencia de delegaciones de 13 países de América Latina, Europa y Asia culminó el día
de hoy el XIV Seminario Internacional Problemas de la Revolución en América Latina, reunido
desde el día lunes 12 de julio en la ciudad de Quito, Ecuador.
En esta ocasión el evento, que reunió a más de cuarenta organizaciones internacionales y un
número mayor de organizaciones nacionales versó su discusión respecto de: Frente a la crisis:
¿Revolución o Reformismo? Al concluir el seminario se aprobó la Declaración que transcribimos
a continuación.
Declaración Final del XIV Seminario
Internacional Problemas de la Revolución
en América Latina
A pesar de los desesperados esfuerzos de la burguesía internacional para poner fin a la crisis del
sistema capitalista y a despecho de los “optimistas” análisis de los economistas burgueses que
desde meses atrás avizoraban el fin de la misma y el inicio de una recuperación económica, hoy
somos testigos de un nuevo momento de mayor profundización de la crisis del sistema,
continuación de la iniciada a fines de 2008 en los Estados Unidos que pronto atrapó a las más
grandes economías del planeta y cuyos efectos se sintieron en todo el mundo. El curso de
desarrollo de este fenómeno ha creado la impresión de que tuvo su origen en el sector financiero
pero se trata de una crisis de sobreproducción relativa de bienes de consumo y, como lo
señalamos en el seminario anterior, su causa radica en la contradicción existente entre el carácter
social de la producción y la apropiación privada de los bienes y riquezas producidas, que se
presenta como la contradicción fundamental del sistema capitalista-imperialista reinante.
En países como los nuestros, por efecto de la crisis internacional, se ha acelerado un proceso de
destrucción de las fuerzas productivas, de los capitales nativos, de las industrias nacionales y de
fuentes de trabajo. Miles de compatriotas se ven obligados a abandonar sus hogares para vender
su fuerza de trabajo en los países capitalistas más desarrollados en donde son víctimas de la
super explotación y de políticas xenófobas y racistas.
Al igual que en el pasado, la burguesía internacional busca descargar sobre los hombros de los
trabajadores y los pueblos los mecanismos para lograr la recuperación económica del sistema y
de sus empresas. Vivo ejemplo de ello son las medidas de ajuste planteadas por el Fondo
Monetario Internacional, el Banco Central de la Unión Europea y los gobiernos de Grecia y
España que golpean con dureza a los trabajadores de esos países.
Mas, los pueblos no concilian con esas medidas: las combaten. En estos días, de manera
particular, en Europa la clase obrera juega un papel fundamental en la resistencia y se moviliza
bajo la consiga “Que la crisis la paguen los capitalistas que son los responsables y no los
trabajadores”. América, Asia y África también son escenario de combates populares en contra de
la crisis y de sus beneficiarios.
Por su magnitud e intensidad ésta es la más grave en la historia del capitalismo, sin embargo no
por ello el sistema se derrumbará por sí solo. La experiencia histórica nos muestra que tiene
capacidad de recuperación, pero es evidente que los efectos negativos de la crisis provoca que la
desconfianza de los pueblos en el capitalismo crezca y se generen mejores condiciones para el
trabajo revolucionario, para que las masas entiendan que no hay salida en el marco de este
sistema decadente y que el socialismo es la alternativa para el desarrollo y progreso de la
humanidad. Sin duda, esta crisis es una oportunidad para que las fuerzas revolucionarias
avancen.
A la par de estos acontecimientos, en América Latina hay un importante proceso de desarrollo de
la conciencia política de los pueblos que, en diversos niveles, ha sabido identificar y aislar a los
exponentes y defensores del rapaz neoliberalismo. Al calor de su combate se ha configurado una
tendencia democrática, progresista y de izquierda que ha provocado un cambio en la correlación
de fuerzas sociales y políticas en la región. Los gobiernos democráticos y progresistas aquí
existentes son resultado y expresión de ese nuevo escenario; sin embargo sus límites son
evidentes, pues, más allá de su discurso, sus realizaciones, salvo alguna excepción, no hacen más
que apuntalar al sistema imperante.
Las condiciones políticas en América Latina son favorables para la revolución, por ello no es
casual que la burguesía busque diversos mecanismos para frenar la lucha de las masas o para
descarrilarla de sus objetivos. Viejas teorías se remozan con ese propósito y desde el interior del
movimiento popular como fuera de él (incluyendo a gobiernos considerados como progresistas)
se pregona la necesidad urgente de alcanzar cambios sociales que deben hacerse por la vía de las
reformas en el marco de la institucionalidad, respetando los mecanismos y canales democráticos.
Por supuesto, de una institucionalidad y una democracia concebidas y manejadas por banqueros,
grandes industriales, terratenientes, es decir, por las clases explotadoras.
El discurso constitucionalista, pacifista, que habla de la conciliación social y nacional busca que
la conciencia de las masas no avance a niveles revolucionarios, procura que éstas apuesten a la
reformas en el marco del capitalismo como vía para resolver sus males. Los revolucionarios
entendemos que sin el poder en manos de los trabajadores las reformas no cumplen un papel
revolucionario y no es posible acabar con la explotación del hombre por el hombre y, por ende,
no es posible la liberación social. Luchamos por las reformas como reivindicaciones materiales y
políticas de las masas, circunstancialmente necesarias para mejorar las condiciones de vida de los
pueblos, pero de ninguna manera como solución definitiva a sus problemas. Limitarse a la lucha
por las reformas equivale a confiar en el capitalismo, es hacer el juego a los detentadores del
poder, es caer en el reformismo y en la política socialdemócrata instrumentos de las clases
dominantes. Desde el punto de vista político luchamos por las reformas como un mecanismo
para acumular fuerzas para la revolución.
Los trabajadores y los pueblos deben sobrepasar los cantos de sirena que nos hablan de
revoluciones pacíficas, de revoluciones ciudadanas o de socialismo del siglo XXI que
constituyen planteamientos políticos funcionales al capitalismo, pues, no toman medidas para
afectar la piedra angular sobre la que se levanta este sistema: la propiedad privada sobre los
medios de producción. Debemos poner fin, de manera revolucionaria, el poder de la burguesía y
esto implica conquistar el poder. Para ello apelamos a todas las formas de lucha y trabajamos por
incorporar a todas aquellas clases, capas y sectores sociales afectados por el capitalismo e
interesados en la revolución social.
El desarrollo de la lucha de las masas es una importante tendencia presente en la vida política de
los países de América Latina. Los trabajadores, la juventud y los pueblos en general luchan por
el cambio social, presionan a los gobiernos progresistas para que avancen y radicalicen sus
programas, combaten la política intervencionista del imperialismo -principalmente
estadounidense-, rechazan la presencia de bases militares yanquis e inglesas, objetan el saqueo
de los recursos naturales por parte de monopolios extranjeros, demandan el reconocimiento de
los derechos nacionales de los pueblos originarios, etc., acciones reprimidas con violencia por los
distintos gobiernos. Advertimos que, como parte de la ofensiva anticomunista, se encuentra en
curso la criminalización de la protesta popular y de los dirigentes políticos y sociales para
atemorizar a las masas y frenar su lucha: Argentina, Chile, Ecuador, Perú viven ese proceso. En
otros casos, las clases dominantes apelan a la acción de grupos y aparatos paramilitares que
golpean y desaparecen a dirigentes y luchadores populares como ocurre en Colombia, Honduras,
México, Brasil en nuestro continente, o en Filipinas y Rusia en otras latitudes.
La burguesía, socialdemócrata o neoliberal, sataniza al combate popular bajo la denominación de
acciones terroristas, desestabilizadoras o de sabotaje; quien se levanta en contra del statu quo es
motejado de terrorista; en nombre de la paz niega el derecho de los pueblos a la rebelión bajo el
pretexto de rechazar la violencia, cuando en realidad la ejercen en todo momento en contra de los
pueblos.
Las clases dominantes criollas y el imperialismo son las responsables del hambre, del desempleo,
del atraso de los pueblos, de la dependencia extranjera, por eso son nuestros enemigos y blanco
de ataque de la revolución. Para enfrentarlos y derrotarlos necesitamos de la más amplia unidad
de los trabajadores y pueblos, de los demócratas e izquierdistas, de los revolucionarios y de todas
las fuerzas sociales y políticas interesadas en la transformación social, en acabar con la
dependencia. La lucha de liberación social y nacional que libramos requiere también de la unidad
antiimperialista en un gran frente de los pueblos que, sobre todo, se manifieste en el combate en
contra de toda forma de dominación extranjera en la defensa de los principios y derechos
soberanos de nuestros países.
Los participantes en este XIV Seminario Internacional reiteramos nuestra vocación
internacionalista, nos comprometemos a trabajar por la fraternidad y la solidaridad de los
pueblos, a trabajar por llevar a la victoria el triunfo de la revolución en nuestros respectivos
países como la mejor contribución a la revolución mundial.
Confluimos en este evento diversas fuerzas políticas que tuvimos la posibilidad de exponer y
debatir de manera abierta y franca nuestros puntos de vista, ejercicio de mucho valor que debe
reproducirse en nuestros respectivos países. Tenemos muchos puntos por debatir en el futuro, por
ello nos convocamos al XV Seminario Internacional Problemas de la Revolución en América
Latina a efectuarse en 2011 en este mismo territorio.
Quito, 16 de julio de 2010
Partido Comunista Revolucionario de Argentina
Partido Revolucionario (marxista leninista) (República Argentina)
Partido Comunista Revolucionario (Brasil)
Partido Comunista de Colombia (marxista leninista)
Umbrales TV Popular (Chile)
Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador
Movimiento Popular Democrático (Ecuador)
Juventud Revolucionaria del Ecuador
Unión General de Trabajadores del Ecuador
Confederación Ecuatoriana de Mujeres por el Cambio (Ecuador)
Frente Popular (Ecuador)
Frente Democrático Revolucionario Nacional de Filipinas
Comité Continental de Solidaridad con el Pueblo Haitiano
Frente Popular para la Liberación de Haití
Partido Comunista de México (marxista leninista)
Partido Popular Socialista de México
Frente Popular Revolucionario (México)
Partido Marxista Leninista del Perú
Partido Proletario del Perú
Unión de Mujeres Solidarias (Perú)
Partido Comunista del Trabajo de República Dominicana
Movimiento Independencia Unidad y Cambio (República Dominicana)
Justicia Global (República Dominicana)
Coordinadora Patriótica (República Dominicana)
Partido Comunista (Bolchevique) de la Unión Soviética
Movimiento Manuelita Sáenz (Sucre - Venezuela)
Movimiento Gayones (Venezuela)
Asamblea de los Socialistas (Venezuela)
Organización de Mujeres Ana Soto (Venezuela)
Movimiento de Educación para la Emancipación (Venezuela)
Juventud del Consejo Político Obrero (Venezuela)
Centro de Formación e Investigación Prof. Franklin Giménez (Venezuela)
Partido Comunista Marxista Leninista de Venezuela