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Análisis de los avances tecnológicos en el tratamiento de enfermedades respiratorias Acerca de la enfermedades respiratorias crónicas Las enfermedades respiratorias crónicas (ERC) son enfermedades crónicas de las vías respiratorias y otras estructuras del pulmón. Algunas de las más frecuentes son: el asma; la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC); las alergias respiratorias; las enfermedades pulmonares de origen laboral; la hipertensión pulmonar. Factores de riesgo tabaquismo; contaminación del aire en espacios cerrados; contaminación exterior; exposición a riesgos ocupacionales como el polvo y productos químicos. Datos Cientos de millones de personas sufren cada día las consecuencias de una enfermedad respiratoria crónica (ERC). Según estimaciones recientes de la OMS (2004), actualmente hay unos 235 millones de personas que padecen asma, 64 millones que sufren enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), y muchos millones de personas más que sufren rinitis alérgica y otras ERC que a menudo no llegan a diagnosticarse. Gripa o resfriado común: Son infecciones respiratorias virales autolimitadas. Por lo regular tienen una duración de entre 3 y 5 días y el cuerpo se encarga de combatirla y curarla de forma espontánea. Si existen muchos síntomas o molestias se manda medicamento. Se manifiesta por dolor de garganta, fiebre, estornudos, tos, malestar general y obstrucción nasal. Faringitis: Infección en la garganta que puede ser de tipo viral o bacteriana, en este último caso se requiere el uso de antibiótico. Si no se usa el medicamento adecuado, puede existir resistencia. Amigdalitis: Las amígdalas o ganglios linfáticos se encuentran en la parte superior de la boca y arriba de la garganta. Normalmente ayudan a eliminar gérmenes y bacterias, pero cuando existe infección (viral o bacteriana) ocasiona síntomas como dificultad para deglutir, dolor de oído, fiebre, dolor de cabeza y de garganta. Traqueítis: Infección bacteriana de la tráquea que suele presentarse más en niños pequeños. Bronquitis: Inflamación de los bronquios, las vías aéreas principales hacia los pulmones. Esta hinchazón estrecha las vías respiratorias por lo que dificulta la respiración. Casi siempre sigue después de un resfriado o infección pseudogripal. Es causada por virus. Rinitis: Inflamación del revestimiento mucoso de la nariz. Sus síntomas incluyen estornudo, picor nasal, congestión nasal y secreción postnasal. Según su causa puede ser alérgica, infecciosa (por virus o bacterias), por mal uso de medicamentos vasoconstrictores nasales, por uso de antidepresivos, por embarazo o problemas hormonales (hipertiroidismo), por frío o ambiente húmedo o física (tabique desviado, tumores o cuerpos extraños). Pulmonía o neumonía: Inflamación de los espacios alveolares de los pulmones. Suele ser de tipo infeccioso y se trata de una condición muy seria que frecuentemente requiere hospitalización. HISTORIA A partir de 1940 se empezó a obtener, la penicilina, un fuerte antibiótico para combatir infecciones, y por tanto un gran arma para la disminución de incidencias en vías respiratorias. asi han tenido lugar grandes avances científicos como la innovación en microscopios para investigar mas a fondo a seres microscópicos patogenos. se han logrado detectar otros microorganismos no reconocidos, lo que aumentó la esperanza de vida gracias a información obtenida para combatir enfermedades. Pero esto también trajo otras implicaciones como desequilibrios ecológicos pues se requerían mas recursos para satisfacer a toda la población mundial que creció al aumentar la esperanza de vida. ALEXANDER FLEMING El bacteriólogo británico Alexander Fleming debe su fama al descubrimiento de la penicilina, un antibiótico que revolucionó la medicina moderna. La utilización de esta sustancia permite tratar diversas enfermedades que, hasta bien entrado el siglo XX, se consideraban incurables. Cabe reconocer que el hecho de que sea posible utilizar la penicilina en la actualidad no se debe únicamente a Fleming, sino que fue el resultado del esfuerzo de diversos investigadores. El bacteriólogo británico descubrió el antibiótico en 1928, al estudiar un cultivo de bacterias que presentaban un estado de lisis debido a la contaminación accidental con un hongo. El propio Fleming se encargó, con ayuda de un micólogo, de estudiar dicho hongo, al que se le otorgó el nombre de penicilina. Sin embargo, fueron el médico australiano Howard Walter Florey y el bioquímico alemán Ernst Boris Chain quienes iniciaron una investigación detallada y sistemática de los antibióticos naturales y quienes promovieron la fabricación y el empleo médico de la penicilina. Fleming en su laboratorio La penicilina comenzó a utilizarse de forma masiva en la Segunda Guerra Mundial, donde se hizo evidente su valor terapéutico. Desde entonces, se ha utilizado con gran eficacia en el tratamiento contra gran número de gérmenes infecciosos, especialmente cocos; en este sentido, se ha mostrado sumamente útil para combatir enfermedades como la gonorrea y la sífilis. En realidad, la penicilina inició la era de los antibióticos, sustancias que han permitido aumentar los índices de esperanza de vida en prácticamente todo el mundo. De hecho, el modelo de preparación de los antibióticos proviene de la penicilina. De la misma manera, la relativa simplicidad del núcleo de la estructura de esta sustancia, así como la facilidad de las sustituciones en sus radicales extremos, han permitido que, en la actualidad, se encuentren numerosas penicilinas semisintéticas o sintéticas. Ernst Boris Chain (1906-1979) El nombre de Chain está unido al de la penicilina igual que el de Alexander Fleming (1881-1955) y Howard Walter Florey (1898-1968). No son los únicos, pero a ellos se les concedió el Premio Nobel de Medicina y Fisiología en el año 1945. Se trata de uno de los capítulos más importantes de la historia de la terapéutica y de la medicina. Florey no impuso a Chain condiciones para organizar la sección de bioquímica, pero le sugirió estudiar la lisozima, la sustancia que había descrito Fleming en 1922. Si se trataba de un enzima, debía existir en las bacterias un sustrato sobre el que actuaba el producto. Otro de sus objetivos era el estudio de las sustancias antibacterianas producidas por los actinomicetos. Respecto a la lisozima, Chain extrajo del Micrococcus lysodeicticus una sustancia (un polisacárido) que se descomponía por la acción de la misma. En una revisión bibliográfica de más de doscientos trabajos sobre sustancias antibacterianas, descubrió los trabajos de Fleming de 1929 sobre la penicilina, nombre que dio al exudado del hongo Penicillium notatum. A pesar de su poder, nadie creyó que podía tener utilidad en medicina. Apenas iniciada la segunda guerra mundial Florey solicitó una ayuda para investigar in vivo sustancias antibacterianas y entre ellas la penicilina descubierta por Fleming. Obtuvo sólo parte de la cantidad solicitada. Los problemas de la guerra, entre ellos la escasez en todos los ámbitos, se notaban en todo el país. Por ello solicitó financiación al Rockefeller Institut de los Estados Unidos, quienes se la garantizaron para varios años. Habían planteado más de un tema: los venenos de las serpientes, los factores de difusión y el antagonismo bacteriano. Tecnología y sociedad Avances en el tratamiento de las enfermedades respiratorias Las enfermedades respiratorias suelen ser infecciosas. Una infección ocurre cuando algunos organismos microscópicos , llamados patógenos, entran en un ser vivo y se quedan a vivir con él. Durante una infección, el cuerpo enfermo tiene malestares y no lleva a cabo sus funciones de manera adecuada. La fiebre es un aumento en la temperatura corporal en respuesta a sustancias que se llaman pirñogenos. Los virus y las bacterias que invaden el cuerpo los producen; y por eso respondemos a muchas enfermedades infecciosas con fiebre. Algunas evidencias sugieren que la fiebre es una respuesta adaptativa que ayuda al cuerpo a combatir los organismos que causan enfermedades. La fiebre moderada a la lucha del cuerpo contra la infección; sin embargo, la fiebre muy alta puede ser peligrosa. El problema con las enfermedades infecciosas es que son muy contagiosas y pueden provocar epidemias o pandemias. Una epidemia tiene lugar cuando muchas personas de una misma localidad se enferman de lo mismo en poco tiempo. La pandemia ocurre cuando la enfermedad supera las fronteras de una nación, es decir cuando se contagian muchas personas de diferentes países en un período corto. La gripe es una enfermedad respiratoria de origen viral, es decir, producida por los virus, y si no se trata adecuadamente, puede provocar una epidemia o incluso una pandemia. Para la gripe no hay un tratamiento efectivo,porque no sabemos bien como atacar a los virus. Lo que se hace hoy en día es utilizar vacunas antigripales para evitar la enfermedad. Éstas producen utilizando virus inactivos que no pueden desarrollarse ni provocar la enfermedad en el organismo. Su presencia hace que el cuerpo humano genere sus propias defensas, y con eso se prepara para posibles infecciones posteriores. Desarrollo de los antibióticos Muchos antibióticos son sustancias que producen ciertos seres vivos. Algunos, como la penicilina, se parecen a las proteínas en su composisícion, y otros se parecen a los azúcares o a los carbohidratos, como la estreptomicina. Tras la emoción del descubrimiento de los antibióticos, las personas los comenzaron a utilizar sin control para curar cualquier infección. Al poco tiempo se observó que muchas bacterias habían desarrollado la capacid de virus. ad de tolerar la llegada de los antibióticos y se habían adaptado a sobrevivir en su precensia. Cuando las bacterias pátogenas se adaptan, se vuelven resistentes y el uso del antibiótico no acaba con la enfermedad. Además muchas personas comenzaron a presentar reacciones alérgicas a los antibióticos, por todas estas razones, empezó a restringirse el uso de estas sustancias, y hoy sólo se utilizan cuando es realmente necesario. Los antibióticos se utilizan para curar la neumonía, la faringitis y las infecciones producidas por bacterias. Contra la gripe no pueden emplearse porque la produce un virus y los antibióticos, no son capaces de destrir a los virus. Así mismo los antibióticos no sólo destruyen las bacterias patógenas. También acaban con la flora intestinal, que, como ya sabes, es un conjunto de bacterias que se encuentran nirmalmente en el intestino humano y que son muy útiles para los procesos de digestión. Esta es la razón por la cual se producen malestares intestinales cuando se toman antibióticos. Impacto de los antibióticos en el medio ambiente Los antibióticos son, sin duda, un gran descubrimiento del siglo xx. Gracias a ellos hay una esperanza de vida mayor entre la población. Con ellos también hamos podido combatir enfermedades que antes la muerte de millones de personas. Los antibióticos podrían considerarse como una forma de adaptación de la humanidad para defendernos de bacterias y hongos. La otra cara de la moneda es que con los antibióticos y al evitar tantas muertes, se ha promovido el crecimiento de la población mundial. El exeso de antibióticos y otras muchas sustancias es deshechado por el organismo a través de la orina. En estudios recientes se ha visto que estas sustancias llegan a los sistemas acuáticos y modifican el comportamiento de Fumigacion.jpglos seres vivos. Cualquier sustancia químic que utilizes en exceso tendrá un efecto en el ambiente y, esto aplica para antibióticos, medicinas, jabones, insecticidas, fertilizantes y otros. Es conveniente usar medicamentos bajo supervisión médica, y no emplearlos cuando no es necesario. Esta es una razón más para no automedicarte en caso de presentarse una enfermedad. CIBERGRAFIA http://elblogdelanutricionproyectodebiologia.blogspot.mx/2012/02/analisis-de-los-avances-tecnologicos-en .html http://biologiaje.wikispaces.com/avances+en+el+tratamiento+de+las+enfermedades+respiratorias HEMEROGRAFIA Abraham, E.P., An enzyme from bacteria able to destroy penicillin, Nature, 1940; 146: 837 Sir Ernst Chain, Obituary, British Medical Journal, 25 august, 1979, p. 505. BIBLIAGRAFIA Maurais, A. Fleming, 3ª ed., Madrid, Ediciones Cid, para Antibióticos SA., 1963. (Título original: La vie de Sir Alexandrer Fleming).