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Débora, ¡Entona un cantar!
Estoy muy contenta, hoy es más que un cántico. Es un montón de piropos , por las buenas, que han llegado en
líneas apretadas y enzarzados unos con otros. ¿De dónde vienen? ¿Por qué? Tienen un no se qué de ingenuidad y
devoción que conmueve.
Por otra parte, todos, vuestros e- mails hablan de “ir a Jerusalén”. El Señor va hacía allí cansado y solo. Nos
ha dicho Guardini que su alma es muy profunda y delicada. ¿Y si necesitara hoy de nuestro afecto? ¿De nuestros
piropos? Se impone ir todos en motrollón junto a él, aclamándole. Aún tiene compañía. Aquí estamos, Señor, aquí
estamos...
“Buenos días, Hijo de Dios, Alteza Real, Majestad Infinita, Hermano Bueno, Amigo Fiel, Maestro Amoroso,
Pastor Eterno, Médico Divino, Señor mío y Dios mío, Fuente inagotable de todos los dones y gracias; Amor
invencible, Humildad sin igual, Mansedumbre sin reproches, Entrañas de Amor y Misericordia, Costado abierto de
donde brota el Amor, la Pureza, la Humildad, la Mansedumbre, de donde yo quiero saciarme para transformarme y
serle fiel a mi Señor. ”.
Via Crucis de Guardini: Hoy, el libro nos ofrece este encuentro.
CUARTA ESTACIÓN
JESUS ENCUENTRA A SU MADRE
“La Virgen ha estado esperando en una encrucijada, y se acerca a la comitiva. Nada se dicen la madre y el
hijo. ¿Qué iban a decir? Están solos en el mundo a pesar de la gente que se agolpa, confusamente, a su alrededor. Las
dos miradas están entrelazadas, los dos corazones unidos. Sólo Dios sabe qué inmenso es el amor, qué profundo el
dolor que sienten y cómo se comunican con la mirada.
¿Quieres detenerte a pensar en el alma de María? Fuerte, sensible y profunda, convertida en ascua de amor. Y
aunque el embotamiento o la superficialidad del corazón humano, pudieran convertirse para una madre, en coraza
protectora contra el dolor, Ella, la elegida entre todas, la más cercana a Dios, no la tuvo. El dolor traspasaba su
corazón hasta lo más hondo.
Fue un instante largísimo y, a un tiempo, muy breve. La mirada del Señor dijo: “Madre, ha de ser.El Padre lo
quiere”. “Sí hijo, el Padre lo quiere y tu también. Así sea”.
¡ Oh Señor, amado Señor!¡ Que yo tenga la culpa de esta amargura! ¡ Por mí Te separaste de Tu madre!
Señor, no quiero que tu sacrificio sea inútil para mí. Recuérdamelo cuando Dios me llama y el corazón se siente atado
por los hombres.
Enséñame a dominar el respeto humano cuando se interpone y pretende cerrarme la boca para que no
te confiese a Ti. Enséñame a rechazar los humanos miramientos cuando éstos quieran apartarme de mi deber.
Pero, Señor, enséñame a realizarlo como Tú lo hiciste: con amor. Sin aspereza, sino con mucha delicadeza.
Estoy seguro de que si, por Ti, me veo obligado a herir el amor, éste quedará fortalecido en Ti. Y lo que
pierda por Ti lo ganará cien veces en Ti.”
María está con nosotros. Una idea: Puestos a decir piropos ¿por qué no, el más hermoso: “bendito el vientre
que te llevó y los pechos que te alimentaron?”
Tampoco vendría mal, nos pide hoy Guardini, luchar contra todo lo que nos quiere tapar la boca. Justamente
el historiador Stanley G. Payne, conocido liberal, acaba de hablar sobre España: “Se advierte en la actualidad una
pugna entre los valores cristianos y la nueva religión política.” Según él, peor que el fascismo o el comunismo, esta
religión estatal que predica la tolerancia, impone un ferreo monopolio. Y añade el profesor: “No todos los fondos de
los contribuyentes deben apoyar las doctrinas del partido que detenta el poder.”
O sea, que con el dinero de nuestros impuestos, pagamos como pardillos, la religión política de Zapatero:
abortos, ataque a la familia, a las creencias, matrimonios gays, quitar las religiones cristinas de las escuelas, etc.
Según dice Payne,“Zapatero debería mostrar el mismo respeto por el catolicismo que el que tiene por el Islam”.
Buenos motivos para hablar, opinar y usar el boca a boca. Ante lo que esta cayendo, no podemos cerrar los
labios ni creer que la cobardía de no mojarse, de no opinar, sea lo más correcto. ¿Podemos los cristianos ingresar en
ese grupo de las encuestas “no sabe, no contesta”? “El que me confesare delante de los hombres…” Pero, por
favor, hacerlo con gracia ¡ no ser nunca plastas!
Débora