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Año: 5, Febrero 1963 No. 55 LA PROGRESIVIDAD DEL IMPUESTO SOBRE LA RENTA Y LA ECONOMÍA DE ESTADOS UNIDOS La Progresividad del Impuesto sobre la Renta Una de las ilusiones infantiles de nuestro tiempo es la fe en el Impuesto sobre la Renta progresivo. Como es sabido, el impuesto progresivo es el que grava a los ingresos más altos en mayor proporción que a los más bajos. Se diferencia así del impuesto proporcional, que grava a todos los ingresos en idéntica proporción; se contrapone sobre todo al impuesto regresivo, que grava en mayor proporción a los ingresos bajos que a los altos. Es evidente que el impuesto regresivo resulta notoriamente injusto. Es asimismo admisible defender un grado prudencial de progresividad, que sirva al menos para compensar el carácter regresivo que tienen muchos impuestos indirectos. Mas ello no debe hacer olvidar que un grado intenso de progresividad, contra lo que comúnmente se imagina, es notoriamente perjudicial para el desarrollo progresivo del sistema económico y para el mejoramiento del nivel de vida de las grandes mayorías. ¿Por qué tiene esa popularidad el impuesto progresivo? En primer término, por una generosa y difusa aspiración de justicia fiscal. En segundo lugar, por un sentimiento menos noble, en virtud del cual se aspira a que sean los demás, esto es, «los ricos», los que sufraguen los crecientes e injustificados gastos del Estado moderno. Mas, en uno y otro caso, esa popularidad es imputable a la burda ignorancia de las realidades económicas que caracteriza en nuestra época al hombre común y aun a muchos miembros de calificadas elites intelectuales. En efecto, una elevada tasa de progresividad disminuye el volumen de trabajo aportado por los hombres cuyo esfuerzo personal tiene mayor calificación y utilidad social, y afecta poderosamente al nivel de ahorro e inversión, esto es, incide negativamente sobre los dos factores que influyen decisivamente en el nivel de producción y de progreso de las comunidades humanas. Afecta, en cambio, en mucho menor grado, el nivel de consumo y de vida de las minorías de altos ingresos, que es lo que, desde un punto de vista moral, podría justificar su establecimiento. Mas, sobre todo, el grupo de personas que reciben altos ingresos es mucho menor de lo que imagina el hombre común. El rendimiento que se obtiene con el impuesto progresivo, por intensa que sea la tasa de progresividad, es notoriamente reducido. El impuesto progresivo constituye a menudo una simple cortina de humo para que el hombre común olvide o ignore que los grandes gastos del Estado moderno recaen necesaria y sustancialmente sobre las grandes masas de ingresos pequeños o medios. Los Efectos del Impuesto Progresivo en la Economía de Estados Unidos A los fines de poner de relieve estos últimos hechos, en los diagramas de las páginas 4 y 5 se resumen algunas cifras que muestran la significación económica del impuesto personal sobre la renta en Estados Unidos. Se ha elegido como ejemplo representativo la economía estadounidense, porque EE.UU. es el país donde es más numeroso el grupo de personas que reciben altos ingresos y porque la tasa de progresividad que comienza en ese país en el 20%, llega hoy, en los estratos más altos del ingreso, al nivel confiscatorio del 91%. No en vano se observan hoy en Estados Unidos, al igual que en Gran Bretaña y otros países, los efectos negativos de esa imposición. El diagrama de la página 4 muestra el ingreso gravable total de 153,186 millones de dólares que es percibido por los contribuyentes estadounidenses, y el impuesto total de 35,225 millones de dólares (página 5) que es pagado, a título de Impuesto Sobre la Renta personal, por los contribuyentes que perciben el mencionado ingreso. Ahora bien, ese ingreso gravable de 153,186 millones de dólares se descompone así: El diagrama permite observar, en consecuencia, la contribución efectiva que corresponde a cada grupo: Los contribuyentes del primer grupo, a pesar de que están gravados, en promedio, en el 20.4% de sus ingresos, pagan 26,811 millones de dólares, esto es, más del 75% del total. 131,654 millones de ingresos corresponden a contribuyentes que tienen ingresos netos anuales no superiores a 4,000 dólares. Los contribuyentes del segundo grupo, que están gravados, en promedio, en el 31.5% de sus ingresos, pagan 5,203 millones de dólares, esto es, aproximadamente el 15% del total. 16,509 millones de ingresos corresponden a contribuyentes que tienen ingresos netos anuales de 4,000 a 16,000 dólares; Los contribuyentes del tercer grupo, que están gravados, en promedio, en el 58.8% de sus ingresos, pagan 2,337 millones de dólares. 3,976 millones de ingresos corresponden a contribuyentes que tienen ingresos netos anuales de 16,000 a 50,000 dólares; y 1,047 millones de ingresos corresponden a contribuyentes que tienen ingresos netos anuales superiores a 50,000 dólares. Por último, los contribuyentes del cuarto grupo, que están gravados, en promedio, en el 83.5% de sus ingresos y que llegan, en los estratos más altos, al 91%, a pesar de esa elevada tasa de imposición, sólo pagan 874 millones de dólares. Es decir, los contribuyentes que tienen ingresos gravables no superiores a los 16,000 dólares anuales pagan más del 90% del total. En el otro extremo, los contribuyentes que tienen ingresos gravables superiores a 50,000 dólares anuales y que entregan más de las cuatro quintas partes de ese ingreso al Estado, pagan menos del 2 y medio por ciento del total. El diagrama complementa las consideraciones anteriores con algunas aleccionadoras estimaciones. La columna de la izquierda indica el impuesto total que se obtendría si se eliminase totalmente la progresividad y todos los contribuyentes pagasen solamente el impuesto proporcional del 20% de sus ingresos. La columna central indica el impuesto realmente obtenido con las tasas vigentes de progresividad. Pone de relieve que la vigencia de altísimas ratas de progresividad en el país de las grandes fortunas y los grandes ingresos, elevan el producto total del impuesto de 30,638 millones a 35,225 millones de dólares, esto es, aproximadamente en el 15%. La columna de la derecha indica el impuesto total que se obtendría en el caso hipotético de que se confiscasen íntegramente, esto es, en el caso de que pagasen el 100% los contribuyentes que tienen ingresos gravables superiores a 16,000 dólares anuales. En el supuesto de que pudiera adoptarse una medida similar sin paralizar y dislocar íntegramente el sistema económico estadounidense, ello supondría un ingreso fiscal adicional de 1,812 millones de dólares, esto es, de poco más del 5% del impuesto actual. Si esa confiscación hipotética se aplicase a los ingresos superiores a 50,000 dólares anuales, produciría un ingreso adicional de173 millones y si se aplicase a los ingresos superiores a 100,000 dólares anuales sólo produciría un ingreso fiscal adicional de 43 millones. Tales cifras son obviamente insignificantes en un país cuyos gastos fiscales anuales exceden actualmente de los 90,000 millones de dólares, los cuales, en consecuencia, tienen necesariamente que sufragarse a costa del sacrificio de las grandes mayorías de la población. El Centro de Estudios Económico-Sociales, CEES, fue fundado en 1959. Es una entidad privada, cultural y académica , cuyos fines son sin afan de lucro, apoliticos y no religiosos. Con sus publicaciones contribuye al estudio de los problemas económicosociales y de sus soluciones, y a difundir la filosofia de la libertad. Apto. 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