Download UNIDAD DIDÁCTICA II: LA FILOSOFÍA DE PLATÓN

UNIDAD DIDÁCTICA I
El Nacimiento de la
Filosofía y los
Presocráticos
El Nacimiento de la Filosofía y los Presocráticos
IES “Luis de Camoens”
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0. Introducción General a la Historia de la Filosofía
La Filosofía es uno de los elementos fundamentales de nuestra
civilización. Al igual que la Humanidad, la Filosofía tiene una historia, que
va a ser el objeto de nuestro curso durante este segundo año de
Bachillerato.
En todo caso hemos de ser consciente de que la Historia de la
Filosofía que vamos a estudiar no es una Historia completa, sino una
parcial Historia de la Filosofía Occidental, pues no haremos mención a dos
grandes tradiciones filosóficas orientales, como son la Filosofía en China y
la Filosofía en La India. La Filosofía india se ha centrado en la reflexión
metafísica y ontológica, con ciertos ambages religiosos y místicos, mientras
que la Filosofía china se centra en el comportamiento moral y en la
organización política.
La Filosofía, como toda disciplina científica del conocimiento y el
mismo ser humano, es esencialmente histórica. Ser histórico quiere decir
que el despliegue temporal de un acontecimiento humano no es solamente
un pasar temporal, sino que es pasar constituye un elemento esencial de la
propia Filosofía. Decía Xavier Zubiri que conocer la Historia de la
Filosofía era por sí misma una forma de hacer Filosofía.
1. Introducción a los Presocráticos
La Filosofía Occidental nace en Grecia. No debemos confundirnos
con este nombre, porque Grecia en los siglos VI y V a.C. representaba un
espacio geográfico mucho mayor a lo que ahora es la República Helénica.
La Grecia de esta época era la región que rodeaba a cada una de las pólis
griegas. La Hélade ocupaba el actual territorio de Grecia, con territorios al
norte, la Tracia occidental, la costa occidental de la península de Anatolia
(Turquía), así como el sur de Italia (la Magna Grecia) y la isla de Sicilia. La
Filosofía nació precisamente en la periferia de la Hélade, en una ciudad
llamada Mileto, en la actual Turquía.
La aparición de la Filosofía y con ella del pensamiento racional se
debió a un conjunto de causas de diversos órdenes, no todas ellas
enmarcables dentro de la evolución estricta de los fenómenos culturales e
intelectuales.
Hay causas sociales tales como la importancia de la vida urbana
dentro de la sociedad helénica de la época, una forma de vida que permitía
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al hombre plantearse la naturaleza desde la seguridad de sus ciudades, así
como que estas ciudades vivían ante del comercio, que permitía periodos
de ocio e introducía nociones abstractas (las propias del comercio) en la
vida cotidiana.
Pero quizá el elemento más importante que posibilitó el nacimiento
de la Filosofía y de todo el pensamiento racional en Grecia fue la
progresiva libertad que se vivía en las ciudades, las cuales, con diversos
sistemas de gobierno, no eran regímenes que restringieran la libertad de
conciencia de quienes las habitaban. En todo caso siempre hay que indicar
que Aristóteles dijo que la Filosofía nació del asombro (thaumathein) que a
los primeros pensadores les producía la naturaleza.
Los precursores o las fuentes del pensamiento griego son objeto de
una continua polémica histórica. Hay una corriente, de origen romántico,
que mantiene que en Grecia se dan una serie de creaciones originales que
no tienen precedentes en otras civilizaciones; otras corrientes quieren ver a
los griegos como continuadores de los avances y descubrimientos de los
egipcios y de los mesopotámicos
El nombre de “Filósofos Presocráticos” no indica nada específico
sobre la forma de pensar de estos autores ni sobre el contenido de sus
obras, Ya que el adjetivo “presocráticos” lo único que señala es que son
filósofos anteriores a Sócrates. En el siglo XIX, Friedrich Nietzsche
propuso la denominación de “filósofos preplatónicos”, porque consideraba
que el verdadero punto de inflexión lo representaba Platón y no Sócrates.
Tanto “presocráticos” como “preplatónicos” son clasificaciones
referenciales. Fue Aristóteles quién ha dado con un término que posee
cierta carga semántica. En el libro I de la Metafísica, Aristóteles llamaba a
estos filósofos como los “físicos”. No debe confundirse con los “físicos” de
hoy día, ya que en griego physis significa “naturaleza”, pudiéndose traducir
como los investigadores de la naturaleza. La mayoría de las obras de estos
autores se titulaban Sobre la naturaleza, lo cual demuestra lo acertado del
término aristotélico.
La obra que conservamos de cada unos de estos pensadores, y de
otros muchos a los que no aludiremos, es fragmentaria, esto es, no tenemos
ninguna obra completa. Las obras van desde pequeños fragmentos citados
por autores posteriores a textos más amplios de los pensadores menos
antiguos. A pesar de ello el volumen de escritos o dichos de estos autores
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que conservamos en la actualidad ocupan, en la edición crítica de Diels,
dos volúmenes.
Los presocráticos buscaban el fundamento último de la realidad, es
decir, aquello sobre lo que se sustentaba toda la realidad (arché). Esta
búsqueda fue una lucha tanto para definir lo que de común tiene el conjunto
de la realidad, como para intentar justificar la diversidad de objetos y seres
que encontramos en la naturaleza.
2. Tales de Mileto
Tales es el primer pensador de la Historia de la Filosofía con nombre
propio. Vivía en Mileto (actual Turquía) y se dedicaba al comercio, gracias
al cual acumuló una considerable fortuna. Con él se inicia en Occidente la
leyenda o el mito del “sabio despistado”, pues sus convecinos pensaban
que estaba en otro mundo por culpa de sus investigaciones científicas. Él
para demostrarle la utilidad de éstas predijo un eclipse solar.
Tales sostuvo que el “arché” de la realidad era el agua, que en último
extremo toda la realidad es agua en sus más diversos estados. Tales
encontró que el agua se encontraba en todos los seres de forma que llegó a
la conclusión que era el fundamento común a toda la realidad.
3. Anaximandro
Anaximandro colocó el fundamento de la realidad, el “arché” en lo
que denominó “tó apeirón”. “Tó apeirón” quiere decir lo indeterminado, de
forma que Anaximandro fue el primer autor en intuir que la realidad es lo
que es a través de una serie de determinaciones.
En el proceso originario se produjo una determinación primigenia a
la que le siguieron todas las demás, hasta llegar a la realidad tal y como la
conocemos, que no sería otra cosa que la acumulación de numerosísimas
determinaciones sobre la indeterminación originaria.
4. Anaxímenes
Anaxímenes supone un retroceso en el avanzado proceso de
abstracción que ya nos encontramos en Anaximandro. Vuelve a la idea de
un “arché” meramente físico, como es el aire, y que la conformación de la
diversidad se hace mediante los procesos de condensación y rarefacción del
aire.
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5. Anaxágoras
Anaxágoras establece que la realidad, tal y como la conocemos, se
debe a la acción del Noûs. El Noûs es puesto como una entidad celeste, de
características divinas, pero que no debe ser pensado como una divinidad
en el sentido monoteísta, ya que sus acciones son puramente mecánicas, es
decir, es una inteligencia sin voluntad. El noûs se “derrama” como un
fluido sutil sobre la materia y la conforma racionalmente.
En Anaxágoras también encontramos explicitada por primera vez la
idea de que la materia es caótica y eterna, una idea que tendrá muchas
consecuencias en la Historia del Pensamiento y de la Ciencia.
6. Empédocles
Empédocles es el primer autor que da el catálogo completo de lo que
la Ciencia griega considerará los cuatro elementos de la naturaleza: agua,
aire, fuego y tierra. Para Empédocles la realidad es un ciclo continuo en el
que la naturaleza va pasando de los elementos más pesados a los elementos
más ligeros.
El paso de una a otra situación se debe al “amor” y al “odio”, esto es,
a las fuerzas de atracción y de repulsión. Los pensadores presocráticos no
eran reacios a utilizar términos morales para hablar de fenómenos
naturales.
7. Pitágoras y los pitagóricos
Pitágoras es el fundador de la Escuela que lleva su nombre.
Realmente no sabemos qué escritos, de los muchos que conservamos con
su autoría, son realmente suyos, porque era una costumbre entre los
pitagóricos decir que todos los escritos eran de Pitágoras.
Los pitagóricos eran, además de un grupo de pensamiento, algo
parecido a una agrupación religiosa con su proceso de iniciación. Vivían en
común, de una forma tremendamente austera, eran vegetarianos y se
dedicaban íntegramente al estudio como medio de perfeccionamiento
moral.
Para ellos el “arché” era en número. Se ha discutido si era el número
en sí mismo o si bien bajo la idea de número lo que estaban diciendo era
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que el “arché” son las relaciones matemáticas. Cultivaron las matemáticas
y la música (que asociaban a la primera) en búsqueda de la armonía del
cosmos. Fueron los introductores en el pensamiento occidental de la idea
de la transmigración de las almas que Platón desarrollaría posteriormente.
8. Parménides
A Parménides le debemos la primera formulación explícita del
principio de no contradicción. En su poema “Sobre la naturaleza”, del que
conservamos importantes fragmentos, dice que se encontró con una
sacerdotisa (o una diosa) Diotima que le guió a través del conocimiento,
haciéndole desechar lo que se conoce por medios de los sentidos, ya que
estos son una fuente y engaño y aceptando únicamente los datos
provenientes de la razón.
Parménides afirma que “lo que es, es; lo que no es, no es”. Como
decíamos esta es la primera formulación explícita del principio de no
contradicción y a este principio le será Parménides fiel hasta sus últimas
consecuencias.
Todo cambio, y por tanto la existencia de la multiplicidad, conlleva
un momento en el que se es y no se simultáneamente, es decir, habría una
contradicción inaceptable. La consecuencia que extrae Parménides es que
el cambio no puede existir porque aceptar su existencia lleva a aceptar una
contradicción y las contradicciones no son racionales.
Por tanto si no ha sido nunca posible el cambio, eso quiere decir que
el Ser es uno y que nos parece multiciplicidad no son más apariencias. El
Ser es uno e inmutable, porque si no existe la posibilidad del cambio, nunca
ha podido modificarse. Ese ser uno e inmutable, también, eterno.
9. Heráclito
Heráclito, personaje bastante curioso perteneciente a la realeza de
Éfeso, mantuvo también que los sentidos no son dan una información fiable
sobre la realidad, pero para él la información no fiable residía, al contrario
que Parménides, en que nos daba la idea de que las cosas permanecen, que
se mantienen estables.
Heráclito emplea la imagen del río que siempre fluye y que nunca es
el mismo para mostrar su concepción de la realidad. Nada es lo mismo
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siempre y los cambios, por imperceptibles que puedan resultados se dan
continuamente. Todo fluye y nada permanece.
Esto no quiere decir, ni mucho menos, que la realidad sea caótica,
porque mantiene Heráclito que la realidad está gobernada por una ley, un
lógos, que hace que la realidad esté equilibrada en medio del continuo
cambio. Heráclito emplea el símil del arpa para decirnos que el lógos
consigue una armonía a pesar de que las pulsaciones en el arpa se suceden
y tensiones cada vez cuerdas diferentes.