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La energía en Chile: sus efectos en la seguridad y la defensa
nacional1
El miércoles 18 de mayo se realizó en la Academia Nacional de Estudios Políticos y
Estratégicos (ANEPE) un seminario que abordó la política energética nacional, sus
efectos en la seguridad nacional y las opciones de Chile para generar la energía
necesaria para su desarrollo en los próximos años.
En la oportunidad el Subsecretario de Energía, Sergio del Campo, describió el
contexto internacional en materia de energía, para luego dar a conocer las
principales proyecciones energéticas del país hacia el año 2020.
A su vez, el académico Christian Schmidt2 se refirió a la matriz energética nacional,
destacando la incidencia de la variable energética en la seguridad nacional y
alertando sobre los urgentes cambios que a su juicio deben introducirse a este nivel,
si Chile quiere convertirse en un país desarrollado en el mediano plazo.
I.
Situación global del mercado mundial de la energía
De acuerdo al Subsecretario de Energía, Sergio del Campo, el contexto internacional
del mercado energético ha está marcado por tendencias globales como el
crecimiento de la demanda de materias primas, debido a la expansión de los
mercados de China e India; y el agotamiento de la concentración de recursos fósiles
en países del Medio Oriente, a causa de la alta inestabilidad por la que atraviesa
dicha región3.
Algunos efectos de estas tendencias serían el incremento en el costo de la energía,
el combustible y las materias primas; la alta volatilidad del producto; y la reducción
en la seguridad de suministro.
Entre las acciones emprendidas por los países desarrollados, la autoridad destacó el
establecimiento de una política energética de largo plazo; el desarrollo de fuentes
Juan Pablo Jarufe Bader. Asesoría Técnica Parlamentaria. Anexos: 3190 Valparaíso, 1850 Santiago
[email protected]. 20-05-2011.
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Profesor Titular de las Universidad Católica de Chile, Federico Santa María, de la Anepe, Academia
Aeronáutica de la FACH y del Massachusetts Instituto of Technology. Graduado de Ingeniero Mecánico,
Master en Ingeniería Nuclear e Ingeniería Mecánica y Doctor en Ingeniería Económica en el
Massachusetts Institute of Technology de Boston, USA y posee Cursos de Estudios Avanzados en
Karlsrube, Alemania. Se ha desempeñado como Director de la empresa de inversiones del Grupo
Samsung en Chile, miembro de los Directorios de ENTEL y ENDESA y Director de Seguridad Nuclear de la
Comisión Chilena de Energía Nuclear.
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Del Campo, Sergio. Seminario “La energía en Chile: sus efectos en la seguridad y la defensa nacional”.
Academia Nacional de Estudios Políticos y estratégicos (Mayo, 2011).
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de energía nacionales; la reconsideración de la opción nuclear, tras la situación
vivida en la central japonesa de Fukushima; y la aceleración de la innovación, tanto
con tecnologías convencionales como no convencionales4.
En el contexto nacional, en tanto, el Subsecretario Del Campo subrayó que el sector
energético se caracteriza por la poca disponibilidad de recursos fósiles, como el
carbón; los importantes recursos hídricos disponibles; la falta de viabilidad
económica demostrada hasta ahora por las energías renovables no convencionales
(ERNC); la existencia de mercados de alta demanda energética, como los de la
minería y la celulosa; la preeminencia de los actores privados en las decisiones de
inversión; y la existencia de un sistema único de transmisión de electricidad y
combustible, situación que marca a su juicio una clara vulnerabilidad para el país5.
Finalmente, el personero aseveró que el país debiese ser capaz de avanzar hacia
una mayor independencia en el abastecimiento energético, garantizando al mismo
tiempo la normativa ambiental.
II.
Matriz energética nacional y desafíos futuros
A su vez, el profesor de la ANEPE Christian Schmidt comenzó recordando el
importante incremento que han experimentado los niveles de producción mundial
desde el siglo XVIII a la fecha, situación que en su parecer ha sido posible gracias a
la introducción de la máquina y, al mismo tiempo, de la energía que permite el
funcionamiento de los sistemas mecanizados.
Para el investigador, existiría una fuerte asimetría entre consumo, oferta y demanda
de combustibles fósiles, los cuales son requeridos principalmente por países
desarrollados, “generándose así un desequilibrio estructural a nivel global” 6.
Respecto a la matriz energética mundial en el siglo XXI, sostuvo que esta se
mantendrá en parámetros similares a los actuales durante los próximos cincuenta
años, lo cual se traduciría en que el petróleo ocupará un 37% del total de la matriz,
seguido del carbón (24%), el gas natural (21%), las ERNC (10%) y la energía
nuclear (8%)7.
A nivel interno, en tanto, precisó que Chile posee actualmente un consumo
energético que no sería el más adecuado, con un 43% de petróleo, 18% de carbón
y 12% de gas en la base de su matriz, además de exhibir una participación aún muy
marginal de las ERNC y de mantener un nivel de importación de combustibles fósiles
que llega al 70% del total de la matriz.
También llamó a sustituir a la brevedad la producción de leña, que a la fecha
totaliza un 50% de la energía primaria generada por el país, situación que calificó
Del Campo, S. Op. cit.
Del Campo, S. Op. cit.
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Schmidt, Christian. Seminario “La energía en Chile: sus efectos en la seguridad y la defensa nacional”.
Academia Nacional de Estudios Políticos y estratégicos (Mayo, 2011).
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Schmidt, C. Op. cit.
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como perjudicial, dada la baja densidad energética de este elemento y su alto grado
de contaminación.
El académico enfatizó en la necesidad de generar energía limpia en cantidad,
calidad y oportunidad, “objetivo fundamental para garantizar el crecimiento del
producto interno y la seguridad nacional”8.
En tal sentido, expresó que, si Chile quiere ser un país desarrollado hacia el año
2018, debe subir su consumo energético de los actuales 3.700 kw/hora a los 11.000
kw/h, a la vez de planificar su generación energética pensando en un horizonte de
largo plazo, que apunte a una maximización de la soberanía e independencia
energética y a una minimización de los riesgos para las personas y el medio
ambiente.
Respecto al proyecto “Hidroaysén”, refutó las críticas de los detractores de la
iniciativa, diciendo que la energía hidroeléctrica es altamente competitiva en
términos económicos, “siendo menos contaminante que otras y otorgando gran
seguridad e independencia al país”9.
Similar postura manifestó en cuanto a las potencialidades de la energía nuclear, a la
que calificó también como atractiva desde el punto de vista de sus costos, impacto
ambiental, operatividad y estatura político-militar que otorga al país.
Por último, el académico mostró su preferencia por un desarrollo energético que
combine el componente térmico con la energía nuclear, la hidroelectricidad y las
ERNC, a la vez que alertó sobre la inconveniencia actual de cualquier proyecto de
interconexión energética con el resto de los países sudamericanos, “debido a
razones eminentemente políticas, que dificultarían cualquier iniciativa de esta
índole”10.
Schmidt, C. Op. cit.
Schmidt, C. Op. cit.
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Schmidt, C. Op. cit.
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