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PAPILOMA HUMANO, UN IMPACTO SILENCIOSO
Ni las metas, ni la educación y el cariño de mis padres evitaron que a mí me pasara. A mis
19 años soy portadora del Virus del Papiloma Humano. De la típica frase ¡no pasa nada! a
¡a mí ya me pasó!
Por Norma Lizette Hernández Reyes y Ana Denisse Alvarado Calvillo
Soy una joven alegre que trata de dar lo mejor de sí en todo lo que hace. Tengo 19 años,
estudio mi carrera universitaria lejos de mis padres, lucho diario para cumplir mis sueños,
ser la mejor en lo que hago, lograr mis metas.
Me encanta pasar tiempo con mis amigos, familia, ellos son lo más importante que tengo,
pero ya hace un mes que a pesar de mi cariño hacia ellos, los hice llorar, les fallé, los
desilusioné.
Mi vida tuvo qué cambiar de golpe después de una noche, una vez de no cuidarme, de
pronto los resultados y una sola pregunta resonando en mi cabeza: ¿por qué a mí?, ese día
me di cuenta de que no sólo a las demás les puede pasar …. que la típica frase ¡no pasa
nada! se transformó conmigo a un ¡sí pasa!, ¡ya me pasó!, ¡me pasó a mí!.
Herí a mis papás, más que herirlos, los desilusioné, lo mucho que confiaban en mi
desapareció solo por esa noche, ese momento. Y enfrentarme conmigo misma, ¿por qué lo
hice?, ¿por qué me tocó a mí?; sentirme rechazada, observada, tachada y todo por no
tener la precaución, el reproche se convierte casi en desprecio por haber sido una chica
“fácil”.
Todo esto comenzó con una visita rutinaria a la doctora, durante un estudio me dijo que
había algo raro, pero que tratara de no preocuparme, que me iba a ordenar unos estudios.
Tienes un virus, se ve leve, esperemos que así sea. Ahora sólo resta esperar los resultados.
Nunca olvidaré esas palabras.
Me fui tranquila y relajada, con la duda de ¿qué sería eso a lo que la doctora se refería?,
pero nunca pasó por mi cabeza algo malo.
Mi mamá me marcó y me preguntó ¿cómo me había ido en la consulta?, le conté que bien
pero que me habían ordenado unos estudios y que había que esperar los resultados. Desde
ese momento mi mamá presentó algo, me pidió que si era algo malo se lo dijera -la verdad
yo no pensaba que fuera a ser algo grave-, le pedí que se tranquilizara, que todo estaba
bien. Ella aún dudaba, pero confió en mí.
Transcurrió un mes esperando los resultados sobre lo que era aquel “virus leve” que se
supone que tenía.
Llegó el mes y fuí a recoger los resultados, yo iba tranquila, segura, con la mentalidad de
que todo saldría bien, que iba a ser cualquier cosa sencilla.
La doctora me recibió y me dijo: “ven vamos a ver los resultados”. Ella estaba tranquila, y
eso me tranquilizó más; abrió el sobre, yo estaba leyendo junto con ella, al principio no
entendía nada, si salió algo negativo, algo positivo, pero nada que entendiera, hasta que
llegó al final, resultado final: VPH. No sabía qué hacer ni cómo reaccionar y la ginecóloga
volteó y me dijo: “tienes el Virus del Papiloma Humano”.
En ese momento ni siquiera pensé en mí… sólo se me vino a la cabeza cómo iba a darles la
noticia a mis papás, cómo iba a reaccionar mi papá, era lo único que rondaba en mi
cabeza, qué sucedería después.
La doctora me ordenó otro estudio para ver qué tipo era y, aún peor, qué tan avanzado
estaba, si podía ser cancerígeno o no, bueno, no había manera de entender lo que estaba
sucediendo. No podía ni llorar, sólo estaba como “ida”, actuando por inercia ante las
indicaciones de la ginecóloga: súbete, bájate, terminamos; y yo sólo obedecía.
Mi amiga me esperaba afuera, la vi y derramé algunas lágrimas, pero dije tranquila, aún
no sabes qué tan malo puede ser. ¡Vaya alivio, a mis 19 años y ya infectada del papiloma!.
Me subí al coche y dije: tengo qué enfrentar a mis padres, pero ¿y mi papá?, ¿cómo voy a
decírselo?. Le marqué a mi mamá, el sonido del teléfono marcando, me hizo regresar a
donde estaba, y solté el llanto. Mi mamá contestó y asustada me preguntó qué había
pasado.
- Mamá, tengo Papiloma.
- ¿Cómo?, preguntó ella.
Obviamente sabía cómo, pero se refería más bien a cómo pude… yo, su única hija hacerle
eso.
Le conté mi historia, le dije que su hija ya no era “virgen”, era obvio, pero en esos
momentos yo no sabía qué decirle…la escuchaba enojada, seria, aunque esa era la
reacción que yo esperaba de ella. Pero –insisto- era mi papá el que me preocupaba, ese
hombre que me dio todo, que sueña con hacerme feliz, que solo se preocupa por mi
bienestar, fue a él a quien le fallé, lo herí, no sabía cómo iba a ser su reacción, no estaba
segura si ya quería que se enterara o no.
Llegue a mi casa y no pude parar de llorar, no pude dejar de cuestionarme ¿por qué?, ¿por
qué a mí? Aún es fecha que no lo entiendo.
Mi mamá volvió a marcar, estaba más tranquila, pero el enojo se notaba, me dijo que la
desilusioné, que no entendía cómo podía haber hecho eso, y… llegó la hora no deseada,
escuché a mi papá por el teléfono, diciendo que no quería hablar conmigo y de repente
algo se desmoronó, ¡lloraba!, ¡mi papá lloraba! El hombre más fuerte que he visto, el que
siempre está sonriendo, no importa lo que suceda, él siempre está fuerte. Y ahora yo era la
razón por la cual se derrumbaba de esa manera. Mi mamá se escuchó de nueva cuenta en
la bocina. “Vuelvo a marcarte”, me dijo, y colgó.
Yo en ese instante lloré como nunca y sólo pedía que mi papá no sufriera, yo era la única
culpable, él no merecía eso. Si antes de esa llamada me sentía mal, en ese instante me
sentí basura, la peor hija del mundo. Y de pronto el teléfono sonó de nuevo, era él, mi papi,
su voz estaba quebrada, lo único que salía de mi boca era pedirle perdón, decirle que era el
mejor hombre del mundo, que no merecía esto, que él no merecía sufrir por algo que yo
había hecho. Aún en ese momento no dejó de expresarme su cariño, me dijo que me quería
mucho y que si sufría, era porque siempre trató y deseó que yo no sufriera, que yo tuviera
lo mejor.
Ese día lloré, lloré, lloré, fue el miércoles más horrible de mi vida.
Sonó la alarma, ya era jueves, no quería hacer nada pero tenía qué ir a la escuela, me puse
lo primero que encontré y atendí mis actividades estudiantiles sin saber por qué lo hacía,
me sentía fatal, no había nada que me reconfortara, solo escuchaba en mi cabeza el llanto
de mi papá y las lágrimas escurrían sobre mi rostro, rápidamente evitaba que alguien se
diera cuenta. Lo peor de ese jueves era que al día siguiente, el viernes, tras las actividades
en la escuela, iba de regreso a mi hogar, el de mis padres, llegaba el momento de
enfrentar la realidad, de afrontar esta situación ante mis papás, en persona.
Llegó el viernes, traté de tener un día normal. Mi papá me recogió, quería platicar conmigo
como si no sucediera nada, pero no podía, no me volteaba a ver, era cortante. Yo me lo
busqué –me decía a mí misma- son mis consecuencias.
Mi mamá me trató normal, ella hizo que me diera cuenta que la vida sigue, que algunas
cosas van a cambiar, pero que mis metas, mis sueños siguen ahí, y no me falta una pierna,
ni nada, para alcanzarlos.
Después se dio el momento de enfrentar la situación frente a frente. Nos sentamos a
platicar los tres. Entonces me di cuenta que la situación era difícil, pero que me iba a unir
más a mis papás, que me iba a enseñar a madurar, a ver la vida desde otra perspectiva y
decir, sí, las cosas sí pasan, por algo te lo advierten.
La anterior es la historia verídica de una universitaria a quien llamaremos María, una de
cientos de jóvenes que han sido infectados por este virus silencioso y sin duda peligroso
que llega a cambiar vidas.
UNA ENFERMEDAD SILENCIOSA
Esta enfermedad está a la orden del día y sin embargo la sociedad no hace conciencia de
ello, no se responsabiliza sobre su salud y la de los demás, considerando que se trata de
algo lejano que jamás les puede llegar a suceder. Según especialistas hasta el 80% de las
personas podrían contagiarse del VPH a lo largo de su vida y ni cuenta se darían.
Esta enfermedad se ha convertido en un problema social muy importante por lo que debe
dejar de ser un tabú, debemos informarnos y tener una educación sexual adecuada para
controlar la propagación del virus.
El papiloma virus o VPH viene de un grupo variado de ADN de la familia de los
papillomaviridae. Este virus es una de las enfermedades de transmisión sexual
actualmente más frecuentes.
Para conocer más acerca del virus del papiloma humano que cada vez está más presente
en la sociedad el especialista en el tema, el Dr. Roberto Guzmán Martínez, Presidente de
la Asociación Jalisciense de Colposcopia A.C., aclaró las dudas:
REPORTERA: ¿Qué es el papiloma humano?
DR. GUZMÁN: Es un virus epitelio trópico, ya que afecta los epitelios sea mucosa o piel, es
un virus altamente relacionado con el cáncer cervicouterino, también en menor grado
con cáncer de vulva y con lesiones pre-malignas de vagina, últimamente ha aumentado
bastante el cáncer de ano por el virus de papiloma, se ha encontrado cada vez en más
órganos y tejidos del cuerpo este tipo de virus.
REPORTERA: ¿Cuál es la forma de contagio?
DR. GUZMÁN: La forma de transmisión es eminentemente sexual por supuesto que se ha
descrito también la posibilidad de que pudiera ser transmitida por algunos objetos, pero
esos casos no han sido comprobados, también existe la transmisión vertical de madre a
hijo en parto y la transmisión horizontal de madre a hijo en cesárea.
REPORTERA: ¿Cuáles son los síntomas de esta enfermedad?
DR. GUZMÁN: Es absolutamente asintomática, estamos hablando de la infección, pero hay
lesiones que son consecuencia de la infección y esas no son asintomáticas; una persona
puede tener infección por VPH y estar asintomática, pero otra persona puede traer una
lesión causada por el virus y tener ciertos síntomas como la verruga y el condiloma, éstas
pueden dar comezón, sensación de cuerpo extraño (en un condiloma grande en genitales)
sensación de malestar, humedad, mal olor todas ellas son manifestaciones de las
lesiones que provoca el virus del papiloma humano.
REPORTERA: ¿Esta enfermedad es curable?
DR. GUZMÁN: Existe la versión de que el VPH nunca se quita, eso no es claro ya que sí se
puede quitar pero no hay qué confundirnos. No hay ningún medicamento que quite el
virus, pero sí existen métodos de destrucción para las lesiones que contienen el virus y de
esa forma se puede erradicar, podríamos decir que curarlo.
Las lesiones de bajo y alto riesgo son curables absolutamente, digamos que las lesiones
de bajo grado por lo general el propio cuerpo desecha la carga viral, nosotros decimos que
es aclaramiento viral, el cuerpo lo elimina en personas jovencitas donde la vigilancia
inmunológica es más eficiente, entonces en este proceso solo se vigila pero ya cuando hay
una lesión de alto grado se debe de tratar.
REPORTERA: ¿En el hombre se desarrolla la enfermedad?
DR. GUZMÁN: Siempre se ha dicho que el hombre es portador de la enfermedad, pero,
¿quién se la transmite al hombre?, es una mujer, hablando en el concepto de la
heterosexualidad, así que el hombre por supuesto, también puede desarrollar el cáncer
de pene pero es muy raro, ya que el grado de infección viral en el hombre es muy alto
pero de cáncer de pene es muy bajo, mucho mas bajo que la mujer.
REPORTERA: ¿Cuántos tipos de VPH existen y como se llega a transformar en cáncer
cervicouterino?
DR. GUZMÁN: Existen unos 200 tipos de virus pero de los que afectan al tacto genital son
30, claro que no todos provocan cáncer, si el virus es contraído por la mujer en el cuello
de la matriz, tiene probabilidad de que esta infección progrese, de hecho el cáncer
cervicouterino no nada más se hace por el VPH, ya que se ocupan de cofactores, que si no
los tiene, lo más probable es que no desarrolle nada, pero si la persona fuma, se desvela,
tiene una mala alimentación, multiplicidad de parejas sexuales o una pareja sexual
promiscua, es probable que la lesión progrese ya que no tiene capacidad inmunológica de
respuesta o la tiene muy disminuida, es por eso que el virus puede afectar y provocar
lesiones de mayor gravedad hasta un cáncer cervicouterino, tiene qué ver hasta el hecho
de que haya iniciado su vida sexual a una edad inmadura hablamos de unos 15, 17 años;
ese un factor para que sea un cuello de la matriz mas expuesto, que quien inició su vida
sexual en una etapa más madura de su vida, digamos 24, 25 años de edad.
REPORTERA: ¿Cómo se puede prevenir la enfermedad?
DR. GUZMÁN: El condón es un tipo de prevención, no al 100%, se ha visto que en personas
que lo usan hay menor riesgo de transmisión, yo diría que protege un 80%, ya que evita el
frote directo de mucosa a mucosa, ya que evita que penetre el virus y que se dé el
contagio.
REPORPTERA: ¿El VPH afecta la fertilidad en la mujer?
DR. GUZMÁN: No se ha demostrado que tenga efectos adversos sobre la fertilidad,
hablando de la infección de virus del papiloma, pero si tiene las complicaciones como un
cáncer cervicouterino, es difícil que se embarace porque todo su cuello ya está necrótico,
es decir el tejido está podrido, actúa como espermaticida, sangra con la relación sexual
haciendo complicado que se embarace, pero la infección como tal no es ningún factor que
origine infertilidad.
REPORTERA: ¿A qué edad se presenta este virus?
DR. GUZMÁN: La mayoría es población joven, ya que es la etapa en donde se tiene una
vida sexual activa, estamos hablando entre 18 a 32 años, no son los adultos mayores los
que tienen mayor índice de contagio, la realidad es que se da mucho en colegialas,
también a los 40 años hay un pequeño repunte en la frecuencia de la infección
probablemente por baja de las defensas de las personas, no porque se incremente la
actividad sexual.
En los jóvenes el virus va y viene como si fuera catarro, por eso no se trata solo se vigilar el
problema. Ya que con los jóvenes menores de 25 años es mas fácil que el mismo cuerpo lo
deseche, en caso contrario, si es necesario tener un tratamiento para enfrentar el virus.
REPORTERA: ¿Qué tan efectiva es la vacuna contra el VPH?
DR. GUZMÁN: Lo que pasa es que la vacuna es un tema muy controvertido. Sí previene
definitivamente en un 70%, también puede tener efectos adversos, en unos cuantos
pacientes se ha reportado incluso muertes, muy raras, pero se han reportado, pero creo
preferible unas cuantas personas que puedan tener problemas, a que se vayan a morir
miles de personas por cáncer cervicouterino.
La vacuna va dirigida contra los dos virus más peligrosos: el 16 y el 18, pero la duda no es
si previene o no, la duda va en relación a los efectos secundarios que pueden ser: dolor en
el sitio de la aplicación, se habla de desvanecimientos súbitos después de la vacuna, así
como algunas reacciones alérgicas.
Esta vacuna se aplica a niñas de 13 años ya que por no haber iniciado una vida sexual,
esto hace que la vacuna sea más efectiva, ya que no se han expuesto al virus.
La controversia de ésta es que la vacuna es recomendada también en algunos casos, a
personas con vida sexual activa y que muy probablemente ya han adquirido una infección
por VPH.
REPORTERA: ¿Como especialista, qué recomienda para combatir este problema?
DR. GUZMÁN: La educación, la monogamia, el incremento de la cultura médica, de ir al
ginecólogo ante cualquier signo o síntoma y aún sin ellos para hacerse su revisión
ginecológica de manera periódica, que incluye un Papanicolaou en mujeres que han
iniciado su vida sexual activa, también después de los 21 años, aún sin vida sexual activa.
LOS NÚMEROS DEL VPH Y LA VIDA SEXUAL DE LOS JÓVENES
Tras una sondeo aplicado a jóvenes tapatíos de entre 18 y 32 años de edad, sobre el
conocimiento de este virus que se está extendiendo, el 86 por ciento de los entrevistados
dijo conocer la enfermedad, el 95 por ciento dijo saber que el VPH es una enfermedad de
transmisión sexual; sin embargo quedó en claro que los jóvenes desconocen el modo del
contagio y se llega a creer que puede darse en albercas, por la ropa interior o a través de
los objetos.
Aun conociendo la enfermedad y el riesgo que corren, muchos de los jóvenes cambian de
parejas sexuales, no usan condón, siguen con el pensamiento de que no pasará nada.
Entre los varones, es cree que las mujeres son las únicas afectadas; en cambio, el 40 por
ciento de las mujeres entrevistadas saben que a los hombres también les afecta.
Uno de los problemas que permiten que el virus avance, es la falta de chequeo médico;
muchas veces no se realiza esta importante visita por miedo, vergüenza o por ocultar su
ya iniciada vida sexual. De las entrevistadas, solo un 20% ha ido a visitar al ginecólogo,
realizarse sus estudios necesarios y un chequeo general.
La indicación médica determina la importancia de visitar al ginecólogo una vez cada seis
meses, y solo el 1% de las jóvenes entrevistadas atienden esta recomendación
puntualmente.
De acuerdo a los resultados anteriores, se comprueba la falta de información sobre el
tema del papiloma humano entre los jóvenes, lo que facilita el contagio justamente en el
sector de la población al que más está afectando.
MITOS Y REALIDADES SOBRE EL VPH
 Es un mito que el hombre solo sea portador de esta enfermedad, la realidad es
que en un bajo promedio, pero también se puede desarrollar el cáncer de pene
 La realidad es que este virus es contagiado por relaciones sexuales y se descarta el
mito de que se puede llegar a contagiar en baños públicos.
 ¿Sabías que también puedes adquirir el VPH por medio del sexo oral y anal?,
provocando cáncer.
 Es una realidad que al nacer el bebe de una mujer infectada adquiere el virus, pero
es un mito que lo mantenga de por vida, ya que el bebe lo desecha tiempo
después de nacido.
 Es un mito que siempre que se tiene el virus se debe de operar la zona genital ya
que en las personas menores de 25 años, es más fácil que su cuerpo a través del
sistema inmunológico deseche el virus.
FALTA DE INFORMACIÓN Y PREVENCIÓN
La ignorancia es el obstáculo más grande para controlar que esta enfermedad se
propague, ya que por falta de información se generan una serie de ideas erróneas que o
causan miedo o el otro extremo: total desinterés. De acuerdo al sondeo, hay jóvenes que
creen que contraer el virus del papiloma humano, es sinónimo de cáncer o de una muerte
segura, sin saber que ésta y otras enfermedades fácilmente pueden prevenirse y/o
atenderse y controlarse a tiempo con una simple visita al ginecólogo y un chequeo regular
que permite estar a tiempo para contraatacar el virus.
Lo mismo si se lleva una vida saludable y una sexualidad responsable, que solamente hará
bien a la persona misma, saber cuándo, cómo y con quién tener relaciones sexuales, ya
que la monogamia evita el riesgo de exponerse a ésta y cualquier otro tipo de enfermedad
de transmisión sexual.
Recuerda que no solamente le puede ocurrir a tu conocido, amigo o compañero sino que
también puedes llegar a ser tú la próxima persona en contraer este virus, ¡toma
conciencia y evítalo!
La historia de María, pudo haber terminado mal, afortunadamente para ella tuvo una
nueva oportunidad:
Aún faltaban los resultados de los estudios sobre lo avanzado y la gravedad del virus, la
semana pasó rápido y llegó el día, ahora sí estaba nerviosa, sentía un nudo en el
estómago… la doctora abrió el sobre, empezó a leer cosas que yo no entendía y al final
dijo: “en conclusión tienes el virus más leve, esto se puede controlar y hasta desaparecer,
obviamente quedaras propensa a que vuelva a surgir y más fuerte”.
No sabía si alegrarme o seguir asustada. Pero de que en mi mente estaba el salir adelante,
¡claro!. Si antes tenía mis metas fijas, ahora con mayor razón, sabía que esto era una
pared puesta frente a mí, pero que no me impediría ser la mejor en lo que más me gusta.
Aún me queda la gran duda, la tonta duda, ¿por qué a mí? Es obvia la razón, no me cuidé,
las advertencias me entraron por un oído y me salieron por el otro. Pero esa no es la
respuesta que espero.
Muchas amigas y compañera siguen con esa idea de “no pasa nada”, lo hago solo con mi
novio, no me he metido con muchos, yo las escucho y me recuerdo a mí hace unos meses:
“no pasará nada”, “todo estará bien”. Y, ¿todo está bien?