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Buenas Nuevas
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El sembrador salió a sembrar…
el que pueda entender, que entienda.
Domingo 15˚ durante el año – ciclo A - 13 de julio 2008.
Por Enzo Giustozzi y Marcelo A. Murúa
Mt. 13, 1 - 23
Se juntaba tanta gente, que Jesús tuvo que subirse a un bote
Relator - Ese mismo día, Jesús había salido de casa y estaba sentado en la orilla del lago
[de Galilea]; pero se juntó tanta gente que tuvo que subir y sentarse en un bote,
mientras la gente se quedaba en la playa. Y les habló de muchas cosas en
parábolas [y comparaciones], y les decía:
A) LA PARÁBOLA: EL SEMBRADOR Y LA SEMILLA
Predicar el Evangelio, es parecido a lo que pasa cuando uno siembra trigo en tierra
despareja
Jesús - «Una vez un sembrador salió a sembrar. Y mientras sembraba, [resultó que]
algunas semillas cayeron cerca del camino, y los pájaros se las comieron. Otras,
cayeron donde estaba lleno de piedras y había poca tierra; y [las semillas de trigo]
brotaron en seguida, porque la tierra era poco profunda; pero cuando salió el sol
las quemó y como no tenían raíces se secaron. Otras cayeron entre [yuyos malos
y] espinas, y las espinas crecieron y las ahogaron. [Por fin,] otras cayeron en tierra
buena y rindieron bien: unas rindieron cien, otras sesenta, otras treinta. ¡El que
tenga orejas, que sepa oír!»
B) LA PREGUNTA POR EL LENGUAJE “EN PARÁBOLAS”
Señor ¿Porqué hablas en parábolas? ¿para que entiendan o para que no
entiendan?
Relator - Se le acercaron los discípulos y le dijeron:
Discípulos - «¿Por qué les hablas [siempre así,] en parábolas?»
Relator - El les contestó:
Jesús - «A ustedes Dios les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos,
pero a ellos no. Porque al que [produce y] tiene, se le dará más y va a tener mucho
más todavía; pero al que no produce, se le quitará hasta lo [poco] que tiene. Por
eso les hablo en [forma de] parábolas: porque miran y no ven, oyen y no escuchan
ni entienden.
Como dice el refrán:
No hay peor sordo que el que no quiere oír.
Y: Ojos que no ven, corazón que no siente
Jesús - Y así se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice:
Por más que ustedes oigan, no van a comprender, y por más que vean, no van a
entender. Porque el corazón de este pueblo se embotó, y tienen tapadas las orejas
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y cerrados los ojos, y así sus ojos no ven nada, sus orejas no escuchan nada, y su
[mente y su] corazón tampoco entiende nada; y [entonces] no se convierten, y yo
no los curo.
Ustedes tienen la suerte de ver y oír lo que muchos no pudieron
Jesús - Felices, en cambio, los ojos de ustedes, porque ven; felices sus orejas, porque
escuchan. Les aseguro que muchos profetas y santos quisieron ver lo que ustedes
ven, y no lo vieron; escuchar lo que ustedes escuchan, y no pudieron escucharlo.
C) APLICACIÓN ALEGÓRICA: LA SEMILLA Y LOS TERRENOS
La Palabra de Dios es buena semilla; y nosotros ¿Qué clase de terreno somos...?
Jesús - Vamos a ver, entonces, lo que significa la parábola del sembrador.
Si uno vive haciendo “zapping”, nunca llega a entender las cosas de Dios...
Jesús - La semilla que cayó cerca del camino, es todo el que escucha el anuncio del
Reino [de Dios], pero no lo entiende; [entonces] viene el diablo y le roba lo que se
había sembrado en su corazón.
Si uno solo piensa en “sentirse bien”, cualquier problema lo desanima
Jesús - Lo que se sembró entre las piedras, es el que escucha la Palabra y la acepta en
seguida con alegría, pero es inconstante y no tiene raíces; [y por eso] en cuanto le
llega un sufrimiento o una persecución a causa de la Palabra, [afloja en seguida y]
fracasa.
“Yo tengo tanto que hacer que no tengo tiempo” Uno tiene tiempo para lo que le
importa en serio...
Jesús - Lo que cayó entre las espinas es el que escucha la Palabra, pero las
preocupaciones del mundo y las trampas del dinero la ahogan, y al final no
produce nada.
Lo que importa es rendir bien, no rendir mucho
Jesús - Y el sembrado en tierra buena es el que escucha la Palabra y la comprende. Ese
sí, produce fruto y rinde, un [grano da] cien, otro [rinde] sesenta, otro treinta [por
cada grano sembrado].»
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Propuesta Pastoral
Guía para la utilización del guión con jóvenes o adultos
1) Realizar la dramatización. Tener en cuenta la selección de los personajes (relator, discípulos
y Jesús) y haber realizado un par de prácticas previas. Los títulos de cada escena se pueden
leer o no.
2) Organizar a los participantes en grupos de tres o cuatro personas. El animador introduce y
ubica el texto. En los grupitos, conversar informalmente, durante cinco minutos, a partir de la
pregunta:
- ¿Qué palabras de Jesús me impactaron (o recuerdo) más? ¿Por qué?
3) El animador/catequista/sacerdote que está coordinando el trabajo grupal propone estas otras
consignas a los grupos:
- Entre todos los participantes del grupo reconstruir el texto (volver a contarlo, intentando
recuperar todos los detalles)
- Jesús habla en parábolas, con palabras sencillas ¿Abrimos el corazón para escuchar su
Palabra? ¿O escuchamos nuestra propia voz?
- Recibir la Palabra no es lo díficil, sino perseverar y dar fruto. ¿Cuáles son los riesgos que
afrontamos en la vida y pueden echar a perder la semilla de Jesús en nuestra vida?
- ¿Qué significa dar fruto, hoy en nuestros días, para alguien que quiere seguir a Jesús y vivir
según su Palabra?
4) El animador invita a poner en común la reflexión de cada grupo. Centrar la reflexión en el
significado de "Jesús nos enseña que siempre está sembrando su Palabra… los frutos
dependen de nuestra propia tierra (vida)".
5) El animador invita a cada participante a decir en voz alta algo que se haya aprendido en este
relato:
- Compartamos qué nos enseña Jesús sobre la disponibilidad a su Palabra.
6) El animador propone un momento de oración compartida para terminar el trabajo.
- La Palabra de Dios puede fecundar nuestra vida, si abrimos nuestro corazón al mensaje de
Jesús
- Siembra en nuestra vida, Señor, siembra tu Palabra…
7) Oración final.
Siembra en nuestra vida, Señor,
siembra tu Palabra.
Ayúdanos a disponer el corazón
con apertura y escucha atenta,
para escuchar tu voz
y vivir conforme a ella.
Danos fuerzas, Señor,
para ser fieles,
danos fuerzas, Señor,
para ser buena tierra,
que de frutos de amor, justicia y paz
en la vida cotidiana.
- Que así sea -
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Propuesta Pastoral
Guía para la utilización del guión con niños
1)
2)
Realizar la dramatización.
Reconstruir el relato, con los niños, a partir de las preguntas:
- ¿Qué acabamos de escuchar? Contemos entre todos el cuento que Jesús relata en el
texto.
- ¿De qué nos habla Jesús en sus palabras? ¿Quién es el sembrador? ¿Qué es la semilla?
¿Qué significa cada tipo de suelo en el cual cae la semilla?
3) Centrar la reflexión en cómo debemos vivir para que la semilla de Jesús de frutos.
- Jesús les enseña a los discípulos que hay muchas situaciones que pueden echar a perder
la semilla de su Palabra. Pensemos en nuestra vida, ¿qué cosas ayudan a que la semilla
crezca en nosotros? ¿Qué situaciones no ayudan y pueden hacer morir la semilla?
El animador invita a poner en común la reflexión de cada uno de los niños. Va animando para
que hablen en voz alta, a medida que los niños comparten sus respuestas los va orientando para
descubrir cómo hay que vivir para que la semilla de fruto en la vida de todos los días.
4) El animador propone un momento de oración compartida para terminar el trabajo.
- Jesús es el sembrador que nos ofrece su Palabra de Vida
- Maestro bueno, ayúdanos a dar frutos de vida nueva …
5) Al terminar podemos repartir entre los niños esta pequeña oración que habremos
fotocopiado previamente
Maestro bueno,
ayúdanos a dar frutos de vida nueva.
Nos regalas tu Palabra
para cambiar nuestra vida.
Queremos ser buen a tierra
para que crezca fuerte
en nuestro corazón.
Te pedimos que nos acompañes
y nos ayudes a cuidar tu Palabra
para vivir como nos enseñas
con amor, alegría y generosidad.
- Que así sea, Señor -
Recibiremos con gusto tus comentarios y sugerencias, escríbenos a
[email protected]
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