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ACCIÓN DE GRACIA DESPUÉS DE LA SANTA COMUNIÓN
 ACCIÓN DE GRACIAS 
 ORACIONES DE AGRADECIMIENTO 
Después de la Santa Comunión
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Nótese que es una oración para ser recitada individualmente por todo
aquel que recibió la Santa Comunión
¡Gloria a Ti, Dios! (Tres veces)
Te doy gracias, Señor, Dios mío, por no haberme rechazado, a mí, pecador; sino me has permitido a mí,
indigno, de participar de Tu Puros Sacramentos Celestiales. Tú, Señor Soberano, Amante de la humanidad,
que por nosotros has muerto y resucitado; y nos has
otorgado Tus Temibles Vivificadores Sacramentos,
como beneficencia y santificación de nuestras almas y
cuerpos; has que esto sea para mí también, curación
del alma y del cuerpo; para la impugnación de todo
adversario, la iluminación de los ojos de mi corazón,
la integridad de mis fuerzas espirituales, para una fe
irrechazable, amor sin hipocresía, para llenarse de la
sabiduría, el cumplimiento de Tus Mandamientos, la
abundancia de Tu Gracia Divina y la obtención de Tu
Reino; para que siendo resguardado por Ellos en Tu
Santidad, recuerdo siempre Tu Gracia y ya, no viva
más para mí, sino para Ti, Soberano y benefactor mío.
Y así, dejando a esta vida con la esperanza de la vida
eterna, llegue al descanso perpetuo donde está el incesante canto de los que celebran y el gozo sin fin de los
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que contemplan la hermosura indescriptible de Tu
Rostro. Porque Tu eres el deseo verdadero y el indescriptible regocijo de los que Te aman, Cristo Dios
nuestro, y a Ti alaba todo la creación por todos los siglos. Amén.
Otra Oración por San Basilio ‘El Grande’
¡Soberano Cristo Dios, Rey de los siglos y Creador
de Todo! Te doy gracias por todos los bienes que me
has otorgado; y sobretodo por la participación de Tus
Puros Sacramentos Vivificadores; Y a Ti suplico,
¡Bondadoso Amante de la humanidad! Guárdame bajo
Tu Amparo y en la sombra de Tus Alas. Y concédeme
que, en pura conciencia y hasta mi último respiro, participe merecidamente de Tus Santos Sacramentos, para el perdón de los pecados y para la vida eterna. Porque Tu eres el Pan de la Vida, la fuente de santificación y Dador de todo lo bueno; y Te tributamos toda
la gloria junto al Padre y al Espíritu Santo, ahora y
siempre y por los siglos de los siglos. Amén.
Otra Oración por San Simeón ‘El Intérprete’, el Nuevo Teólogo,
En versos:
¡Soberano Bondadoso! Tú que de Tu Propia Voluntad, diste Tu Cuerpo, Alimento para mí. Tu que eres
un Fuego que consume a los indignos. ¡No me consumas, Creador mío, no me consuma! Más bien entra
penetrando las junturas de mis miembros y en todas
mis articulaciones, riñones y corazón. Y quema todas
las espinas de mis faltas y transgresiones. Purifica mi
alma y santifica mis pensamientos. Fortifica mis
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miembros y mis huesos. Ilumina mis cinco sentidos y
clávame totalmente en Tu Temor. Cúbreme siempre,
guárdame y consérvame de toda palabra y obra corruptora del alma. Límpiame, purifícame y láveme.
Prepáreme, instrúyeme e ilumíname. Manifiéstame
ser sólo una habitación de Tu Espíritu, y no seré de
nuevo una morada del pecado. Deviniéndose así en
morada Tuya, por la participación de la comunión,
huya pues de mí cada malhechor y cada lujurioso como de un fuego. Pues Te ofrezco, por intercesores para mí, todos los santos, los Poderes Incorpóreos, el
Precursor, Tus sabios Apóstoles, junto a Tu Pura e
Inmaculada Madre. Recibe, pues, sus súplicas, ¡Compasivo Cristo! Y otórgame ser, yo quien Te adora, un
hijo de la luz. Porque sólo Tú Dios, eres la santificación y el regocijo de nuestras almas, y Te glorificamos
debidamente todos los días.
Otra Oración
Señor Jesucristo Dios nuestro, que me sea Tu Cuerpo Santo para la obtención de la Vida Eterna y Tu Preciosa Sangra para el perdón de los pecados. ¡Que me
sea esta Ofrenda gozo, amor y felicidad! Y en Tu Temible Segunda Venida, hazme digno, a mí pecador de
estar de pie a la diestra de Tu Gloria, por las intercesiones de Tu Purísima Madre y todos los santos.
Amén.
Otra Oración a la Santísima Madre de Dios
¡Santísima Soberana Señora Madre de Dios! La Luz
de mi alma oscurecida, mi Esperanza, Protección, Re721
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fugio, Consuelo y Alegría. Te agradezco, pues me has
habilitado, a mí indigno, para que sea partícipe del
Cuerpo Purísimo y la Preciosísima Sangre de Tu Hijo.
Ilumina los ojos racionales de mi corazón, Tú que has
dado a luz a la Fuente de la vida y la inmortalidad;
vivifícame, a mí, muerto por el pecado. Apiádate de
mí, Amorosa Madre de Dios Misericordioso, y concede reverencia y contrición a mi corazón y humildad a
mis pensamientos. Invoca mis pensamientos de la cautividad y hazme digno, hasta mi último suspiro, de
recibir sin condenación, la santificación de los puros
Sacramentos, para la curación del alma y cuerpo. Y
dame lágrimas de arrepentimiento y acción de gracias,
para que Te alabe y glorifique todos los días de mi vida; porque Tú eres Bendito y Glorificada por los siglos.
Amén.
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