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COMENTARIO DEL TEXTO DE NIETZSCHE 15. Tres transformaciones del espíritu os menciono: cómo el espíritu se convierte en camello, y el camello en león, y el león, por fin en niño […] ¿Qué es pesado? así pregunta el espíritu paciente, y se arrodilla, igual que el camello, y quiere que se le cargue bien […] ¿Acaso no es: humillarse para hacer daño a la propia soberbia? ¿Hacer brillar la propia tontería para burlarse de la propia sabiduría? […] Con todas estas cosas, las más pesadas de todas, carga el espíritu paciente: semejante al camello que corre al desierto con su carga, así corre él a su desierto. Pero en lo más solitario del desierto tiene lugar la segunda transformación: en león se transforma aquí el espíritu, quiere conquistar su libertad como se conquista una presa, y ser señor en su propio desierto. Aquí busca a su último señor: quiere convertirse en enemigo de él y de su último dios, con el gran dragón quiere pelear para conseguir la victoria. ¿Quién es el gran dragón, al que el espíritu no quiere seguir llamando señor ni dios? “Tú debes”, se llama el gran dragón. Pero el espíritu del león dice “yo quiero” […] Crear valores nuevos tampoco el león es aún capaz de hacerlo: mas crearse libertad para un nuevo crear- eso sí es capaz de hacerlo el poder del león. Crearse libertad y un no santo incluso frente al deber: para ello, hermanos míos, es preciso el león […] Pero decidme, hermanos míos, ¿qué es capaz de hacer el niño que ni siquiera el león ha podido hacerlo? ¿Por qué el león rapaz tiene que convertirse todavía en niño? Inocencia es el niño, y olvido, un nuevo comienzo, un juego, una rueda que se mueve por sí misma, un primer movimiento, un santo decir sí […] Tres transformaciones del espíritu os he mencionado: cómo el espíritu se convirtió en camello, y el camello en león, y el león, por fin, en niño (F. NIETZSCHE, Así habló Zaratustra, Madrid, Alianza, 1984, pp. 49-51). 1. Con respecto al texto: a) sitúa al autor en su momento histórico, b) señala el tema o el problema del texto, c) indica las ideas principales, d) muestra las relaciones entre ellas y, e) explícalas. a) F. Nietzsche (1844-1900) vive en la segunda mitad del siglo XIX. La mayor parte de las corrientes filosóficas de este siglo (izquierda hegeliana, positivismo, vitalismo) son reacciones críticas a la filosofía idealista de Hegel. Suele encuadrase a Nietzsche en lo que se ha llamado “filosofía de la voluntad” (también en el vitalismo) que defiende, frente al panlogismo hegeliano, que la clave desde donde hay que interpretar la realidad no es la razón, sino la voluntad o la vida. Desde el concepto de “voluntad de poder” Nietzsche va a realizar una durísima crítica de la civilización occidental, pues sospecha que gran parte de la historia de nuestra civilización ha sido un craso error, una carrera hacia la decadencia, hacia el nihilismo. b) El tema del texto es la serie de transformaciones o metamorfosis que ha sufrido o ha de llevar a cabo el ser humano desde el punto de vista moral. Nietzsche las expone metafóricamente mediante las máscaras del camello, el león y el niño. c) Las ideas principales son las tres transformaciones o metamorfosis: 1. El espíritu del hombre se convierte en camello: adopta una actitud sumisa y sacrificada, de aceptación de una pesada carga de valores transcendentes y negadores de la vida. 2. En un determinado momento, el camello se transforma en león, desembarazándose de la pesada carga anterior, quiere ser libre. 2.1. Sin embargo, el león tiene un nuevo peligro: el dragón que podría llegar a ser su nuevo dios. 3. Pero aún falta una nueva transformación o metamorfosis: la que convierta al león en niño, en un ser que sea capaz de crear nuevos valores, valores afirmadores de la vida. d) La estructura del texto es muy sencilla: se trata de la enumeración de tres metamorfosis expresadas en lenguaje metafórico, que reflejan tres actitudes axiológicas. La del camello, actitud de sumisión, de negación de libertad, de aceptación de una moral de esclavos, de aceptación de unos valores decadentes y antivitales. La del león que rechaza toda sumisión, que se libera de la anterior carga, pero que corre el peligro de quedarse sólo en eso, en sólo haberse liberado y no saber crear nuevos valores afirmadores de la vida, ascendentes. Por eso se necesita una nueva metamorfosis, la del león en el niño que es capaz de inventar o crear nuevos valores afirmativos, como si fuera un juego. e) El presente fragmento pertenece a la primera parte de “Así habló Zaratustra”. El principal concepto que desarrolla Nietzsche en esta parte de la obra es el de “la muerte de Dios”. Pero dicho concepto no puede tratarse separadamente de los otros conceptos clave del pensamiento nietzscheano, como son el de “voluntad de poder”, el “eterno retorno de lo mismo” y el de “superhombre” (o como le llama G. Vattimo) “ultrahombre”. Efectivamente, para Nietzsche, la esencia de la realidad es la vida, es impulso, es ímpetu por seguir siendo, por crear algo nuevo para persistir. La voluntad es la expresión humana de esa esencia universal, lo que nos lleva a la lucha en un mundo en el que nada está del todo determinado, un mundo agónico, trágico, fatal. Ante la experiencia del dolor de la existencia, del sufrimiento o el destino trágico de la vida humana, puede responderse de dos formas o adoptarse dos actitudes: una negativa o pesimista, decadente y otra afirmativa, ascendente u optimista. Lo más frecuente a través de nuestra historia ha sido, para Nietzsche, la actitud negativa, una actitud de resignación, de obsesión por el sufrimiento, de desprecio de lo terreno, de este valle de lágrimas y de búsqueda o invención de un más allá, de un mundo ultraterreno, de paz, o consuelo. A ello ah colaborado tanto la filosofía, como la religión y sus morales implícitas. En definitiva, desde hace milenios el ser humano ha inventado una realidad ideal, unos valores antinaturales, antivitales que lo han alienado. La tarea que se propone Nietzsche es la de desenmascarar esos valores falsos y propiciar la creación de otros valores nuevos y verdaderos, es decir, una transvaloración de todos los valores de la cultura occidental. De esta trasformación es de la que trata el texto. A juicio de Nietzsche, tras una época en la que los hombres tenían una actitud positiva ante la vida, acorde con la intuición básica del carácter trágico de la misma (representada por los héroes guerreros de la Grecia arcaica y plasmada artísticamente en la las tragedias griegas), según la cual lo bueno es lo vital, lo noble, lo alegre, lo terreno,… se produjo una primera transvaloración en la que el contenido de los valores fueron lo contrario; bueno va ser lo débil, lo plebeyo, lo ultraterreno. Los valores joviales, acordes con la asunción de la tragedia que es la vida desaparecen, y el hombre inventa una serie valores de origen transcendente. Es la primera transformación de la que habla el texto: la del camello, ese animal de carga, que se arrodilla para ser cargado, ese animal aparentemente sumiso, que parece disfrutar cuanto más lo cargan. Esta transformación se inició con Sócrates defendiendo unos valores universales, la continuó Platón inventando otro mundo perfecto y la religión judía y sobre todo el Cristianismo que impuso una escala de valores transcendentes, antivitales, como la humildad, la compasión, la paciencia,… valores que, en definitiva, significan la negación de valor a esta vida. Sin embargo, con el transcurso de los siglos, el hombre, por su afán de verdad, empezó a dudar acerca de la existencia de ese otro mundo, o incluso de la existencia de Dios, llegándose hasta su negación: se trata de la muerte de Dios. La Ilustración podría representar bien el momento en que se produjo dicha muerte. El hombre, entonces sufre la segunda metamorfosis, se convierte en león, un animal que conquista su libertad, que se libera de la pesada carga que antes acarreaba. Pero ante la muerte del antiguo dios único y verdadero del desierto, corre el peligro de sentirse huérfano y desorientado y de ser tentado para inventar otros dioses, otros dadores de sentido, tales como la fe en la ciencia, la razón, el progreso, la igualdad… En realidad, el león ha conquistado la libertad de, pero todavía no ha alcanzado la libertad para. Requiere una nueva metamorfosis, transformarse en niño. El niño simboliza el hombre renacido, el hombre que ha recuperado su verdadera naturaleza: el superhombre. Se trata de la propuesta de Nieztsche lanzada hacia un futuro en el hombre recobre la alegría de vivir esta vida, la tierra recupere su valor y viva de acuerdo con valores naturales, vitales, afirmativos que digan sí a la vida. En resumen, la filosofía de Nietzsche es una crítica a la historia de nuestra civilización, una crítica fundamentalmente desde el punto de vista axiológico.. Su propuesta es la de salir de este lamentable estado de sumisión a una voluntad ajena y decirle a la vida sí, sin inventar nuevos consuelos, aceptando el carácter trágico de la realidad.