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Chapter 21 TCI
. Introducción
El primero de mayo de 1901 se inauguró la Exposición Panamericana en Búfalo, Nueva York.
La exposición estaba destinada a exponer los logros de las naciones del Hemisferio Occidental.
Pero como se celebró apenas tres años después de la Guerra Hispanoamericana, también anunció
el surgimiento de los Estados Unidos como superpotencia. El Puente Triunfal que servía de
entrada a la exposición era también un símbolo del triunfo americano.
La exposición presentaba una brillante demostración de progreso en los albores del siglo 20.
Exhibía nuevos avances en el transporte, la agricultura y la industria. También ofrecía funciones
del Espectáculo del Salvaje Oeste (Wild West Show) de Buffalo Bill, las cuales les recordaba a
los espectadores la “frontera del oeste” en vías de desaparición. La principal atracción era la
Torre Eléctrica. Esta torre, de casi 400 pies de altura, se construyó para celebrar el relativamente
nuevo invento de la electricidad. Los visitantes se emocionaban todas las noches al encenderse
los muchos miles de bombillas de la torre, creando una atmósfera mágica.
La mayoría de los objetos expuestos se centraban en adelantos de los Estados Unidos. Los países
latinoamericanos no estaban tan bien representados. Sin embargo, la exposición estaba destinaba
a fomentar un espíritu de cooperación y buena voluntad entre los Estados Unidos y las otras
naciones del hemisferio. El logotipo de la exposición representaba a este espíritu. Mostraba a dos
mujeres jóvenes en las formas de América del Norte y del Sur. Sus brazos se extendían en un
amistoso abrazo a través de América Central.
La exposición terminó con una nota triste. El 5 de septiembre de 1901 el presidente William
McKinley visitó la exposición y pronunció un discurso. Al día siguiente, un joven anarquista se
acercó al presidente y le disparó dos veces a quemarropa. McKinley murió una semana después,
y el vicepresidente Theodore Roosevelt asumió la presidencia. Bajo los gobiernos de Roosevelt y
los dos presidentes sucesivos, William Howard Taft y Woodrow Wilson, los Estados Unidos
emprendió una nueva era en la política exterior caracterizada por una mayor intervención en
Latinoamérica y otras partes de mundo.
2. Tres presidentes, tres políticas exteriores
Al declararle la guerra a España y adquirir posesiones exteriores, el presidente McKinley había
creado el marco para una política exterior más agresiva. Los tres presidentes sucesivos—
Roosevelt, Taft y Wilson—llevaron a cabo sus propias políticas. Pero los tres dieron a los
Estados Unidos un papel aun mayor en los asuntos mundiales.
Aunque sus políticas exteriores eran diferentes, cada presidente practicó una política de
intervención en el extranjero para lograr objetivos estadounidenses. Algunos objetivos eran
realistas, como el control del acceso a recursos exteriores. Otros objetivos eran idealistas, como
el fomento de la democracia. En el desarrollo de la política exterior el principio rector de los tres
presidentes era servir al interés nacional. Éste es el conjunto de objetivos—políticos,
económicos, militares y culturales—que una nación considera importantes. Roosevelt, Taft y
Wilson llevaron a cabo políticas exteriores como instrumento para promover los intereses
estadounidenses.
Roosevelt aumenta la intervención de los Estados Unidos en el exterior Theodore Roosevelt
aplicó un espíritu enérgico a la política exterior. Quería hacer de los Estados Unidos una
superpotencia que pudiera ejercer influencia a escala mundial. Opinaba que el país debía afrontar
todo desafío a su interés nacional en el exterior.
Roosevelt escribió una vez: “Siempre me ha gustado el proverbio del África occidental: ‘Habla
suavemente y lleva siempre a mano un gran garrote; así irás lejos’ ”. Era partidario de trabajar
callada y pacientemente para lograr objetivos en el exterior, pero de hacer uso de la fuerza si
fuera necesario. Su política de mano dura en materia de los asuntos exteriores llegó a conocerse
como la Política del Gran Garrote.
En 1904 Roosevelt formalizó esta política en un importante discurso pronunciado ante el
Congreso. Recordó a su público que la Doctrina Monroe estaba pensada para impedir la
intromisión europea en las Américas. Sin embargo, observó que casi un siglo después muchos
países del hemisferio seguían demasiado débiles para defenderse. Afirmó que, por consiguiente,
los Estados Unidos debería ejercer un “poder policial internacional” para preservar la paz y el
orden en el hemisferio y proteger los intereses estadounidenses. Afirmó que este poder ayudaría
a proteger a las naciones débiles y era una extensión directa de la Doctrina Monroe. Por esa
razón, su declaración llegó a conocerse como el Corolario Roosevelt de la Doctrina Monroe. Un
corolario es una proposición que es una extensión lógica de un principio.
En las sucesivas décadas los Estados Unidos intervino repetidas veces en Latinoamérica y el
Caribe. Envió tropas para reprimir disturbios y ayudar a mantener en el poder a gobernantes que
favorecían los intereses de los Estados Unidos. Roosevelt y sus sucesores afirmaban que estas
acciones eran necesarias para fomentar la estabilidad en la región, pero muchos críticos las veían
como el ejercicio de poder imperial.
Roosevelt también hizo uso de la diplomacia para ayudar a llevar la paz a una región del exterior.
En 1905 medió un conflicto entre Japón y Rusia, que luchaban por el control de Corea y
Manchuria. Ganó el Premio Nobel de la Paz en 1906 por sus esfuerzos por detener la guerra. Sin
embargo, el tratado dejó a ambos Japón y Rusia descontentos y resentidos con los Estados
Unidos.
Taft fomenta los intereses económicos de los Estados Unidos Después de asumir la
presidencia en 1909, William Howard Taft siguió la tendencia general de la política exterior de
Roosevelt, pero la modificó para reflejar objetivos económicos. Su política, que llegó a
conocerse como la diplomacia del dólar, consistía en estimular y proteger el comercio y las
inversiones americanas en Latinoamérica y Asia. Taft opinaba que una fuerte presencia
económica en el exterior fomentaría los intereses estadounidenses.
Taft afirmaba que la diplomacia del dólar limitaría el uso de la fuerza en el exterior. Pero los
Estados Unidos continuó interviniendo militarmente. En Nicaragua, por ejemplo, apoyó una
rebelión que llevó al poder a un líder pro estadounidense en 1911. Bancos americanos
proporcionaron préstamos al nuevo gobierno. Sin embargo, el gobierno era corrupto e impopular,
y estalló una nueva revuelta en 1912. Taft envió a los marines para sofocarla y proteger los
intereses comerciales americanos. Los Estados Unidos mantuvo tropas en Nicaragua casi
continuamente hasta 1933.
Wilson defiende la democracia en todo el mundo Al asumir la presidencia en 1913, Woodrow
Wilson intentó darles un enfoque moral a las relaciones externas. Llamaba a esta política
diplomacia moral. Se basaba en ideales democráticos en vez de la inversión económica o el
empleo de la fuerza. Según Wilson, los Estados Unidos debería usar su poder para contribuir “al
desarrollo de la libertad constitucional en el mundo” al basar su política exterior en “los derechos
humanos, la integridad nacional y la oportunidad a diferencia del interés nacional”.
Además, Wilson introdujo un concepto llamado autodeterminación a la política exterior
estadounidense. Con esto quería decir el derecho de otros pueblos a decidir su gobierno, sin
recibir presión alguna del exterior.
En sus relaciones con los países de Latinoamérica, Wilson dijo: “Debemos demostrar que somos
sus amigos y campeones en términos de igualdad y de honor… se ajuste o no a nuestros propios
intereses”. Nuevas agitaciones en Latinoamérica pusieron a prueba sus principios. En 1915 una
revuelta en Haití lo indujo a enviar a los marines para proteger vidas e inversiones
estadounidenses. No fue sino hasta 1934 que los Estados Unidos retiró sus tropas de Haití. En
1916 Wilson envió tropas a la República Dominicana, donde permanecieron durante 12 años. Al
final, Wilson intervino más que Taft o Roosevelt.
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3. La Intervención estadounidense en Latinoamérica
A comienzos de los 1900 Latinoamérica y el Caribe constituían un enfoque especial de la
política exterior estadounidense. Los Estados Unidos veía a esta región como su propio “jardín
trasero” y, por consiguiente, un buen lugar para ejercer su poder e influencia. Además de
Nicaragua, Haití y la República Dominicana, los Estados Unidos intervino en otros países
latinoamericanos, en particular Panamá, México y Puerto Rico.
Los Estados Unidos ayuda a Panamá a derrocar al gobierno colombiano Los Estados
Unidos se interesó por Panamá a mediados de los 1800. Varias naciones deseaban construir un
canal a través de América Central para servir de atajo entre los océanos Atlántico y Pacífico. Un
canal de este tipo tendría enorme valor comercial y militar. Durante la Guerra Hispanoamericana
el acorazado USS Oregon tuvo que hacer un recorrido de casi 14,000 millas bordeando la punta
de Sudamérica para ir de California a Cuba. Un canal podría reducir el recorrido a poco menos
de 5,000 millas.
El estrecho istmo de Panamá formaba parte de Colombia. El administración Roosevelt intentó
arrendar tierra en Panamá para construir un canal, pero el gobierno colombiano rechazó la oferta.
En 1903 los Estados Unidos fomentó una revuelta en Panamá. Roosevelt envió acorazados para
impedir la intervención de tropas colombianas. La revuelta triunfó y en seguida los Estados
Unidos reconoció a Panamá como nación independiente.
El Canal de Panamá: Una Hazaña de ingeniería Dentro de poco el nuevo gobierno firmó un
tratado que permitía la construcción del Canal de Panamá por parte de los Estados Unidos. El
canal, de 51 millas de largo, era una maravilla de ingeniería. Al menos 40,000 trabajadores
cavaron la “gran zanja” a través de montañas, selvas tropicales y pantanos. Miles de trabajadores
cayeron enfermos de enfermedades tropicales como la malaria y la fiebre amarilla. Un obrero se
quejó de que la zona estaba tan plagada de mosquitos que “se te llena la boca de mosquitos en
cada respiración”. Después de 10 años de construcción, el canal se inauguró con mucha fanfarria
el 15 de agosto de 1914. Roosevelt lo llamó “la medida más importante que tomé en los asuntos
exteriores”.
Aunque el canal ayudó a mejorar el comercio internacional, las acciones de Roosevelt en
Panamá hicieron enojar a muchos latinoamericanos. En 1921 los Estados Unidos intentó reparar
una parte de este daño al pagar 25 millones de dólares a Colombia. Además, el gobierno de
Colombia tenía acceso privilegiado al canal. Durante la mayor parte de los 1900, sin embargo,
los Estados Unidos trató el canal como su propiedad. No fue sino hasta 1999 que devolvió el
control del canal a Panamá.
Empresas estadounidenses invierten grandes cantidades de dinero en México Los Estados
Unidos también desempeñó un importante papel en México a comienzos de los 1900. Desde
1884 el dictador Porfirio Díaz había gobernado el país con mano dura. La mayoría de los
mexicanos seguían pobres mientras que un puñado de hacendados, comerciantes e inversionistas
extranjeros se hacían muy ricos. Los americanos se contaban entre los principales inversionistas.
Para 1910, empresas estadounidenses habían invertido alrededor de 2 mil millones (billones) de
dólares en México al adquirir terrenos, bancos, minas y otras propiedades.
Sin embargo, se avecinaba la revolución. En 1910 Francisco Madero trató de liderar una
revuelta. Madero no logró el apoyo suficiente, pero otro levantamiento expulsó a Díaz en 1911.
Madero tomó el poder pero no pudo controlar el país. Uno de sus generales, Victoriano Huerta,
lo derrocó y lo mandó matar. Después otros países reconocieron el gobierno de Huerta. Los
intereses comerciales estadounidenses querían que el presidente Wilson hiciera lo mismo. Creían
que Huerta estabilizaría el país y protegería sus inversiones.
Sin embargo, Wilson se horrorizó por el asesinato de Madero. Quería fomentar la democracia en
México y se negó a reconocer lo que él llamó “un gobierno de carniceros”. En cambio, apoyó al
principal adversario de Huerta, el general Venustiano Carranza, de quien esperaba apoyo para la
reforma democrática.
Los EE.UU. por poco le declara la guerra a México Las tensiones entre Wilson y el gobierno
de Huerta casi llevaron a la guerra. En 1914 Wilson envió tropas a Veracruz, un puerto del Golfo
de México, para impedir la llegada de armas al ejército de Huerta. En un enfrentamiento con los
soldados de Huerta en las calles de Veracruz, alrededor de 90 americanos y por lo menos 300
mexicanos resultaron muertos o heridos. Para gran sorpresa de Wilson, la mayoría de los
mexicanos—incluyendo Carranza—se opusieron a la acción de Estados Unidos. Otros países
latinoamericanos también criticaron la intervención. Wilson retiró las tropas a toda prisa,
diciendo que sólo había querido ayudar a México. Varios meses después Huerta renunció y el
poder de Carranza aumentó.
No obstante, la Revolución Mexicana continuó. Dos líderes rebeldes, Emiliano Zapata y
Francisco “Pancho” Villa, se alzaron contra Carranza. Villa, en particular, despertó la
preocupación de los americanos. Con la esperanza de provocar una intervención estadounidense,
Villa ordenó ataques a ciudadanos americanos en México y los Estados Unidos. En un asalto
transfronterizo en 1916, Villa fue el responsable de la muerte de 17 americanos en Nuevo
México. Wilson envió tropas para capturarlo, pero Villa eludió a las fuerzas americanas,
haciendo que se adentraran más en México. Esta acción militar alarmó al pueblo mexicano, que
temía una invasión de los Estados Unidos. Carranza insistió en que se marcharan las tropas
americanas. En ese momento los Estados Unidos estaba a punto de entrar en la Primera Guerra
Mundial. Admitiendo el fracaso de la intervención, Wilson se retiró de México.
Puerto Rico sigue siendo una posesión de los Estados Unidos Los Estados Unidos también se
vio profundamente involucrado en Puerto Rico. Después de la Guerra Hispanoamericana,
instituyó un gobierno militar que comenzó a desarrollar la infraestructura de Puerto Rico.
Estableció escuelas y un servicio postal. También construyó carreteras y mejoró el saneamiento.
En 1900 los Estados Unidos estableció un gobierno civil dirigido por un gobernador americano.
Los puertorriqueños formaron partidos políticos y organizaron una asamblea legislativa. Pero la
isla seguía siendo una posesión americana.
Durante las dos décadas siguientes, los puertorriqueños se sintieron cada vez más frustrados con
el gobierno americano. No eran ni ciudadanos de Estados Unidos ni una nación independiente.
Sin embargo, los Estados Unidos estaba consciente del valor estratégico de Puerto Rico en el
Caribe y quería mantener el control de la isla.
En 1917 el presidente Wilson firmó la Ley Jones, convirtiendo Puerto Rico en un territorio de los
Estados Unidos. Los puertorriqueños adquirieron la ciudadanía, pero no se les concedió todos los
derechos de la nacionalidad. No podían elegir a su propio gobernador ni votar en las elecciones
de Estados Unidos.
El Estatus de Puerto Rico cambia Con el paso del tiempo, Puerto Rico se integró más a la
economía de los Estados Unidos. Al principio, los inversionistas americanos destinaron una gran
cantidad de dinero a la producción del azúcar, que se convirtió en la actividad económica más
importante de la isla. La industria azucarera produjo gran riqueza para una pequeña minoría, pero
dejó a la mayoría de los puertorriqueños en la pobreza. En 1930 el ingreso promedio anual era de
apenas 122 dólares, una quinta parte del promedio de los Estados Unidos. Más adelante, los
americanos harían grandes inversiones en plantas manufactureras. Aun así, muchos
puertorriqueños emigraron a los Estados Unidos. Muchos se mudaron a la Costa Este en busca de
oportunidades en Nueva York y otras ciudades.
Una serie de reformas produjeron cambios políticos. En 1948 los puertorriqueños eligieron a su
gobernador por primera vez. En 1952 la isla se convirtió en estado libre asociado de los Estados
Unidos. Este estatus confirió a Puerto Rico el control de sus propias leyes y finanzas, pero dejó
las decisiones con respecto a la defensa y las tarifas en manos de los Estados Unidos. Aunque la
mayoría de los puertorriqueños acogieron este cambio con entusiasmo, algunos querían más
control de sus asuntos. Sostenían que la isla estaría mejor como uno de los estados de los Estados
Unidos o como nación independiente. En varias elecciones celebradas después de 1967, sin
embargo, los votantes optaron por seguir siendo estado libre asociado.
4. Intervención estadounidense en Asia y el Pacífico
Después de la Guerra Hispanoamericana, los Estados Unidos se convirtió en un poder colonial
en Asia. Entre las Filipinas controladas por los americanos y China, el país más grande de Asia,
mediaban menos de 500 millas de mar abierto. Al mantener el control de las Filipinas, los
Estados Unidos tendría mayor acceso al comercio chino y mayor influencia en los asuntos
chinos. Los Estados Unidos quería asegurar el libre comercio en la región de Asia y el Pacífico.
Las Filipinas luchan por la independencia de los Estados Unidos Durante la Guerra
Hispanoamericana, los Estados Unidos capturaron las Filipinas con la ayuda del líder filipino
Emilio Aguinaldo. Después de la guerra, Aguinaldo exigió la independencia. Afirmó que los
Estados Unidos había prometido la libertad de las islas.
Sin embargo, los Estados Unidos optó por no conceder la independencia. El presidente
McKinley opinaba que los filipinos no estaban preparados para el autogobierno. Dijo que quería
“ennoblecer y civilizar y cristianizar” al pueblo filipino. También deseaba mantener el control
estadounidenses de las islas para impedir que otra nación tomara el poder.
Aun así, los filipinos prosiguieron con sus planes para la independencia al escribir una
constitución y elegir a Aguinaldo de presidente. Pero los Estados Unidos se negó a reconocer el
nuevo gobierno. En febrero de 1899 estalló el conflicto entre las fuerzas filipinas y
estadounidenses. Los Estados Unidos envió cientos de miles de soldados a las Filipinas para
sofocar la revuelta. El ejército filipino perdió batalla tras batalla.
Después, Aguinaldo cambió a tácticas de guerrilla, lanzando rápidos ataques contra tropas
americanas. Los Estados Unidos respondió con fuerza brutal, destruyendo aldeas y metiendo a
civiles en campamentos de concentración. Mark Twain, uno de tantos americanos que se oponían
a la política de Estados Unidos hacia las Filipinas, escribió con amargura: “Pacificamos y
enterramos a miles de isleños; destruimos sus tierras; incendiamos sus pueblos; echamos a la
calle a las viudas y huérfanos…Y así… somos una Potencia Mundial”.
En 1901 los Estados Unidos finalmente capturó a Aguinaldo. Un año después, los
enfrentamientos terminaron. La guerra había durado más de tres años, con un gran costo
humano. Habían muerto más de 200,000 filipinos y alrededor de 5,000 americanos.
Después de la guerra, los Estados Unidos estableció un gobierno central para las islas. Los
Estados Unidos construyó escuelas e hizo mejoras en los puertos filipinos. También estableció
gobiernos locales y animó a los filipinos a participar en ellos. Los Estados Unidos controló las
Filipinas durante el siguiente medio siglo, finalmente concediendo la independencia el 4 de julio
de 1946.
Empresas estadounidenses prosperan en Hawai Las Islas Hawaianas habían sido un centro de
interés americano desde mucho antes de la Guerra Hispanoamericana. Conocida como la
“Encrucijada del Pacífico”, Hawai era una importante escala para barcos que cruzaban el Océano
Pacífico. En 1820 llegaron misioneros protestantes a Hawai. Dentro de unas décadas los
hawaianos se habían convertido al cristianismo.
Para finales de los 1800, los Estados Unidos consideraba a Hawai como un recurso económico.
La economía de las islas se basaba en la exportación de cultivos tropicales, en especial la caña de
azúcar y la piña. Algunos hacendados blancos americanos controlaban la industria, enviando la
mayor parte de sus cultivos a los Estados Unidos y haciéndose ricos y poderosos con ello.
En ese momento Hawai era todavía un reino gobernado por un monarca constitucional. En 1891
Liliuokalani se hizo reina de Hawai. Era una líder fuerte que estaba resentida por el dominio de
la rica minoría blanca en las islas. Estableció una nueva constitución que les otorgaba más poder
a los indígenas de Hawai. Pero un pequeño grupo de hacendados blancos se negaron a aceptar la
constitución y recurrieron a la ayuda del gobierno americano. En 1893 desembarcaron fuerzas
militares estadounidenses y ayudaron a los hacendados a derrocar a la reina.
Los EE.UU. anexa las Islas Hawaianas Después de la revuelta, los hacendados blancos
controlaban el gobierno. Solicitaron al Congreso la anexión con la esperanza de hacer de Hawai
una parte de los Estados Unidos. El presidente Benjamin Harrison accedió a la anexión de las
islas. Después, Grover Cleveland asumió la presidencia. Al enterarse de las circunstancias de la
sublevación, el nuevo presidente retiró el tratado de anexión y apeló a los hacendados a restaurar
al trono a la reina Liliuokalani. Los hacendados rechazaron la petición del presidente y, en
cambio, proclamaron a Hawai una república independiente.
Durante toda la década de 1890 los americanos siguieron debatiendo la cuestión de la anexión de
Hawai. Sus partidarios hicieron hincapié en la importancia de la ubicación de Hawai y del
control de las islas. También esperaban propagar el cristianismo y el estilo de vida americano en
Hawai. Los oponentes de la anexión señalaron que muchas veces la colonización ocasionaba
problemas. Algunos temían la introducción de nuevas razas y culturas a los Estados Unidos.
Otros opinaban que era anti americano privar a un pueblo de su soberanía.
La intervención americana en Hawai provocó profundos resentimientos entre los indígenas de
Hawai. No obstante, en 1898, durante la Guerra Hispanoamericana, se anexó Hawai al reconocer
el Congreso su importancia como puerto para la marina de guerra. Hawai se convirtió en
territorio estadounidense dos años después. En 1959 se convirtió en estado, el único que no
pertenece al continente norteamericano.
El Interés en China por parte de los Estados Unidos A finales de los 1800, los Estados
Unidos también centró la atención en China. Esta enorme nación abundaba en recursos naturales
y ofrecía un mercado potencialmente grande para las mercancías americanas.
En la década de 1890, los Estados Unidos y otras potencias extranjeras observaron con interés el
desarrollo de una guerra entre China y Japón por extender su influencia a Corea. Esta guerra
demostró la debilidad e inestabilidad de China. Rusia, Francia y Alemania apoyaron a China al
final de la guerra y exigieron favores a cambio. Estas potencias, junto con Gran Bretaña y Japón,
empezaron a definir esferas de influencia en el territorio chino. Éstas eran áreas en las cuales
una sola nación controlaba los derechos comerciales. En algunos casos las potencias extranjeras
también exigieron tierra para bases militares. Como resultado, dentro de poco, gran parte de
China estaba desmembrada en porciones de territorio dominadas por potencias foráneas.
Los Estados Unidos quería impedir la colonización extranjera de China para mantener su acceso
a los mercados chinos. Con este objetivo en mente, el secretario de estado John Hay publicó
varias declaraciones de política exterior que llegaron a conocerse en conjunto como la Política
de Puertas Abiertas. La primera declaración, hecha en 1899, apelaba a las naciones foráneas a
permitir el libre comercio en China. Aunque algunas potencias extranjeras dieron respuestas
ambiguas, Hay anunció audazmente que la Política de Puertas Abiertas era “final y definitiva”.
Los Estados Unidos lucha por mantener una puerta abierta a China Los chinos se
avergonzaban de la debilidad de su nación. Estaban orgullosos de su antiguo patrimonio y
furiosos con otros países por controlar a China y socavar las bases de las tradiciones chinas.
Algunos chinos intentaron convencer a su gobierno para que implementara reformas a fin de que
China pudiera competir en el mundo moderno y resistir la influencia occidental.
Un grupo chino acabó por tomar las armas en un esfuerzo por restaurar el control nacional. Este
grupo, llamado los Puños Honrados y Armoniosos, era comúnmente conocido como los Bóxers.
En 1900 los Bóxers dirigieron una insurrección, alzándose en un intento de expulsar de China a
los “diablos extranjeros”. Los Bóxers mataron a cientos de extranjeros, incluyendo misioneros
cristianos, además de miles de cristianos chinos. Dentro de algunos meses, sin embargo, los
Estados Unidos, Japón y las potencias europeas se habían unido para aplastar la sublevación.
El secretario de estado Hay temía que las potencias extranjeras intentaran usar la Rebelión Bóxer
como pretexto para afianzar su control de China. Por consiguiente, publicó una declaración de la
Política de Puertas Abiertas más firme, insistiendo en que las naciones extranjeras no sólo
permitieran el libre comercio, sino que también respetaran la independencia china. Las otras
naciones no se opusieron, fundamentalmente porque no querían enfrentarse por el control de
China. Como resultado, China permaneció abierta al comercio e influencia americanos.
Resumen
A principios del siglo veinte los Estados Unidos era una nación imperialista con posesiones
exteriores. Tres presidentes— Roosevelt, Taft y Wilson—desarrollaron políticas exteriores
destinadas a extender el poder estadounidense y proteger los intereses estadounidenses.
El Corolario Roosevelt El presidente Roosevelt siguió la Política del Gran Garrote en los
asuntos exteriores. En 1904 publicó el Corolario Roosevelt a la Doctrina Monroe. Esta política
invocó a los Estados Unidos a usar “poder policial internacional” para fomentar el orden y la
seguridad en el Hemisferio Occidental. El empleo de la fuerza se convirtió en un elemento clave
de la política exterior.
La diplomacia del dólar La diplomacia del dólar del presidente Taft se centraba en objetivos
económicos en el exterior. El presidente hacía hincapié en la extensión de la influencia
americana mediante la actividad económica. Sin embargo, también enviaba tropas para proteger
los intereses estadounidenses.
La diplomacia moral El presidente Wilson era partidario de un enfoque moral de la política
exterior. Deseaba difundir ideales democráticas en el exterior. No obstante, él también empleaba
la fuerza para defender los intereses estadounidenses.
Latinoamérica Los Estados Unidos se vio profundamente involucrado en Latinoamérica a
principios de los 1900. Ayudó a Panamá a lograr la independencia y construyó el Canal de
Panamá. Intervino en México. Convirtió a Puerto Rico en una posesión de los Estados Unidos.
Asia y el Pacífico Las Filipinas se convirtió en una posesión estadounidense y los Estados
Unidos aplastó un movimiento de independencia que se produjo en las islas. Anexó Hawai
después de que los hacendados blancos derrocaron la monarquía indígena. En China, aplicó su
Política de Puertas Abiertas para limitar el control externo y mantener el acceso a los mercados
chinos.