Download escuchar-compartir una palabra con francisco y clara de asís

Document related concepts
no text concepts found
Transcript
ESCUCHAR-COMPARTIR
UNA PALABRA
CON FRANCISCO Y CLARA DE ASÍS
Contemplar: amar a Jesús
“… para que así sientas también tú lo que sienten los
amigos al saborear la dulzura escondida que el mismo Dios
ha reservado desde el principio para los que le aman.
Y dejando a un lado absolutamente todo lo que en este
mundo falaz e inestable tiene atrapados a los que
ciegamente lo aman, ama con todo tu ser a aquel que
totalmente se entregó por tu amor,
cuya belleza admiran el sol y la luna, y cuyos premios y su
preciado valor y grandeza no tienen fin;
ama a aquel –te digo- que es el Hijo del Altísimo”.
(Tercera Carta a Inés 14-17)
Clara, de una manera especial en las cartas a Inés de
Praga, expresa y celebra la belleza y el gozo de vivir
siguiendo y mirando a Jesús, dejándose transformar por
Él. Clara vive amando a Jesús. Y es lo que desea para sus
hermanas y para todos (para Inés de Praga y Ermentrudis
de Brujas, a las que escribió cartas). Y lo que sobre todo
agradece de Francisco, “que les mostró, de palabra y con
el ejemplo, a Jesús como camino, verdadero amante e
imitador suyo” (Testamento de Clara 5).
Toda su vida y su fe tienen un aire de familiaridad, de
cercanía y de proximidad: dicho así, hacia Dios y hacia los
demás. Para Clara creer, orar, contemplar, en el fondo es
un proceso de enamoramiento, de entrega: donación total a
un amor total. Ella brilla como una persona amada y que
ama: “Ama con todo tu ser a aquel que totalmente se
entregó por tu amor”. Debía ser una mujer afectuosa y
sensible. Pero, sobre todo, su camino creyente ha hecho de
ella una persona ensanchada y libre. Una fe que ha liberado
y potenciado las energías afectivas de su corazón, que lo ha
agrandado para la relación, la amistad y la comunicación.
Así, en última instancia, el suyo es un proyecto de vida
que nace del Amor, que se funda en la seducción. Algo que
en sus escritos aparece más explicitado que en Francisco.
Clara habla, se expresa, vive, como una persona seducida
por Jesús. Y que invita a dejarse seducir por Él: a
entregarse con amor a un Amor. Así le exhorta a Inés de
Praga, echando mano de versos del Cantar de los
Cantares: “y suspirando con el deseo y el amor ardiente
de tu corazón proclama: ¡Llévame en pos de ti, esposo
celestial! Correré y no desfalleceré hasta que tu izquierda
esté bajo mi cabeza y tu derecha me abrace felizmente, y
me beses con el felicísimo beso de tu boca” (Cuarta Carta
a Inés 29-32).
Ella es la “indigna sierva de Jesucristo”, la “humildísima e
indigna esclava de Cristo y sierva de las Damas Pobres”.
Ellas son “hijas y esclavas del altísimo y sumo Rey, Padre
celestial, desposadas con el Espíritu Santo”; las
“pobrecillas por el Señor llamadas”. Inés es la “esposa de
Cristo, esposa del Cordero y Rey eterno”; la “unida al
Esposo del más noble linaje”, la “esposa y madre y
hermana de mi Señor Jesucristo”; la “hija del Rey de
reyes, esclava del Señor de los señores, esposa dignísima
de Jesucristo”. La fe en Jesús, la contemplación de Jesús,
es experiencia de pertenencia, de identificación.
Al final, creer en Jesús siempre es amor personal por la
persona de Jesús. Amor real: que conoce, desea, anhela,
goza, sufre… ¡Amemos a Jesús!
Hno. Jesús Torrecilla