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Mastitis: Evitarla es primordial
En Chile cerca del cinco por ciento de las mujeres en etapa de lactancia padece de mastitis. Esta es
una inflamación a la mama producida por bacterias que se introducen por el tejido glandular
mamario.
Según el Jefe del Servicio de Obstetricia del Hospital Clínico de la Universidad Católica de Chile,
doctor Alonso Rioseco, esta patología es frecuente en las mujeres durante el periodo de
amamantamiento, ya que el niño al succionar es posible que lastime el pezón. No obstante –dice- es
posible identificar mastitis fuera de la lactancia, pero constituyen verdaderas rarezas médicas.
En tanto, el proceso se constituye cuando estas heridas entran en contacto con los gérmenes que
habitan en la piel de la madre y en la boca del niño, provocando así la inflamación. Luego la
infección se propaga hacia el interior de la glándula. En ella es frecuente la existencia de una
congestión mamaria producto del exceso de leche que no ha podido ser drenada por el pezón.
El doctor Rioseco aclara que esta afección se presenta con cuadros de fiebre muy alta que pueden
llegar hasta los 40 grados celsius y mucho dolor. Agrega que una mama infectada adopta un color
rojizo e hinchado y se vuelve sensible al tacto.
Cuando existe un avance de la enfermedad es posible identificar absceso, que es una acumulación
de pus en la mama. En este caso hay que someter a la madre a un drenaje quirúrgico. Para ello, a la
mujer se le administra anestesia general, por ser una intervención si bien rápida, muy dolorosa.
Atacando los gérmenes
A juicio del profesional el tratamiento exige el empleo de antibióticos como la cloxacilina y las
cefalosporinas, ya que son fármacos que no están contraindicados para la lactancia.
La idea es atacar el estreptococo y el estafilococo, que son los gérmenes más comunes que causan
la infección.
Cuando existe congestión el médico recomienda poner paños tibios en los pechos o administrar
calor en esa zona.
¿Es conveniente seguir amamantando?
El profesional sostiene que no es necesario dejar de amamantar, ya que la infección no contagia al
niño porque afecta a los tejidos del pecho y no a la leche, e inclusive –dice- ayudaría a la madre en
el proceso de recuperación, al descongestionar la mama por el exceso de leche.
No obstante, algunos médicos recomiendan que cuando a la madre se la ha sometido a un drenaje
suspenda la lactancia, por lo menos por el lado afectado.
Prevenir con una buena lactancia
El profesional añade que la mejor técnica para evitar la infección consiste en tener una buena
técnica de lactancia y evitar la congestión mamaria. Si el niño rechaza alimentarse, la madre deberá
hacer lo posible para que no se le acumule leche.
Además, mantener una buena higiene del pezón permite evitar la presencia de gérmenes dañinos.
Asimismo, si existen pequeñas grietas en el pezón, lo más recomendable es visitar al médico de
inmediato.