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UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
FACULTAD DE MEDICINA
ESCUELA DE KINESIOLOGÍA Y FISIATRÍA
MATERIA: Kinesiología Laboral y Ocupacional
TÍTULO: “RELACIONES ENTRE EL SINDICALISMO Y LA
IGLESIA CATÓLICA EN LA PRIMERA MITAD
DEL SIGLO XX”
Nº DE GRUPO: 9
INTEGRANTES:
Cagnoli, María Gabriela
28.304.193
Estevez, Cristian
31.282.193
Fontouna, María Emilse
29.962.482
Scarfo, Vanesa
30.466.527
Scariot, Jesica
30.843.396
Stefe, Mónica
30.449.267
2° CUATRIMESTRE – AÑO 2012
ÍNDICE
Página
Introducción
2
Historia del Sindicalismo en la primera mitad del siglo XX
3
Personajes destacados en el Sindicalismo
14
Desarrollo de la historia Argentina de la Iglesia Católica
17
Personajes célebres en el desarrollo de la Iglesia Católica
de nuestro país
22
Conclusión
29
Bibliografía
30
Anexo
31
1
INTRODUCCIÓN
Luego de haber leído, investigado, analizado y consultado
diferentes fuentes (libros, revistas, artículos, páginas de Internet
citados en la bibliografía) y dialogado con especialistas en el tema
(como ser Profesoras de Historia recibidas en el Instituto Superior
Joaquín V. Gonzáles (María Belén Coronel DNI: 26568221 y María
Soledad Marchisio DNI: 30982569), un Historiador en curso (Hernán
Laquanitti DNI: 27281525) y un Profesor de Doctrina Social de la
Iglesia (Miguel Ángel Quiroz DNI: 30492824)), hemos
confeccionado esta monografía con el fin de dar a conocer los
acontecimientos que involucran al Estado-Sindicalismo-Iglesia en la
primera mitad del siglo XX. También vamos a explicarlos,
analizarlos y relacionarlos entre sí, con el objetivo de poner de
manifiesto las diferentes situaciones y posturas tomadas por ambos
sectores para su beneficio y conveniencia, además de sus
reacciones frente a dichos acontecimientos.
2
HISTORIA DEL SINDICALISMO EN LA PRIMERA MITAD DEL
SIGLO XX
El desarrollo del Sindicalismo a través de la historia fue un hecho de
gran importancia, las diferentes formaciones, separaciones y
resurgimientos hicieron lo que es hoy en día el derecho laboral. Las
primeras décadas del siglo XX es un período de transición y
organización de las estructuras básicas que darán origen a los
grandes sindicatos.
Durante el comienzo del siglo XX fueron varios los intentos que se
generaron dentro del movimiento obrero argentino de organizar una
central sindical, que representase a todos los gremios en forma
común, fortaleciendo así su capacidad de presión ante el estado y
los sectores patronales.
Así, en mayo de 1901, se crea
la Federación Obrera Argentina (FOA) con participación socialista
pero con predominio anarquista, estableciendo a la huelga como su
principal arma de lucha. Sin embargo las diferencias ideológicas,
entre sindicalistas, socialistas y anarquistas, impidieron la
concreción, la unión y en 1903 los socialistas, un año después de
haber conformado un Comité de propuesta gremial, crean la Unión
General de Trabajadores (UGT), que sostenía que la lucha (política)
debería contar con el apoyo de los partidos obreros.
En 1904 los anarquistas constituyen la Federación Obrera Regional
Argentina, la "FORA".
La combatividad de los obreros se reflejaba en huelgas como
aquella de 1902 en que, debido a la violenta represión, se convirtió
en huelga general; en esa oportunidad el gobierno de Julio
Argentino Roca declaró el estado de sitio y promulgó la Ley de
Residencia cuyo objetivo era eliminar la influencia de los
anarquistas en los sindicatos obreros y que le permitía al Poder
Ejecutivo deportar a militantes obreros extranjeros en menos de 48
horas, llamados los "indeseables". Recordemos que en ese período
los sindicatos y la huelga eran considerados como delitos y los
empleadores se negaban a negociar con ellos; recién en la década
siguiente, la combinación de reclamos laborales por parte de los
sindicatos y las demandas democráticas de los nuevos partidos
políticos será la que abrirá paso a las reformas institucionales
operadas a partir de 1920.
En 1904 es elegido diputado nacional el candidato del Partido
Socialista, Alfredo Palacios, quién impulsará la sanción de una serie
3
de leyes laborales, que constituyen el inicio del Derecho del Trabajo
Argentino. La primera de las leyes laborales será la Ley 4661 de
descanso dominical (1905).
En agosto de 1907 ante el aumento de los alquileres, se produce la
gran huelga de inquilinos, que tomaron la decisión de no pagar. Se
trató de un enorme movimiento en el que participaron más de
140.000 personas en 2.400 conventillos de Buenos Aires, Rosario y
Bahía Blanca. La huelga duró tres meses, finalmente muchos
propietarios aceptaron mantener los alquileres sin aumentos.
El 1 de mayo de 1909 la FORA (anarquista) y el Partido Socialista
(PS) convocan a actos separados. El acto de la FORA es
severamente reprimido por la policía. Doce obreros murieron y 40
resultaron heridos. En respuesta, la FORA y la UGT, con el apoyo
del Partido Socialista, llaman a la huelga general por tiempo
indeterminado, quedando paralizadas durante una semana Buenos
Aires y varias ciudades. El 8 de mayo la huelga sigue y el gobierno
acepta negociar con el Comité de Huelga (FORA, UGT y PS),
llegándose al siguiente acuerdo:
- Abolición del Código Municipal de Penalidades
- Libertad de todos los presos por causa de huelgas
- Reapertura de los locales obreros
Por primera vez en la historia de las huelgas generales un gobierno
pactó con los obreros.
Estos acontecimientos originan que en un nuevo Congreso de
fusión surja un segundo congreso de unificación, este no logra su
objetivo, pero en él, la UGT socialista se disuelve y se forma
la Confederación Obrera Regional Argentina (CORA). La CORA
marca la aparición en Argentina de una nueva corriente sindical: el
sindicalismo revolucionario, que se basaba en el principio “los
sindicatos y no el partido político son el arma principal de la lucha
proletaria”; era un grupo apolítico, de ideología pragmática que se
basaba en las necesidades inmediatas de los trabajadores.
En lo que respecta al funcionamiento de las organizaciones
sindicales entre 1900 y 1910 varios sindicatos iniciaron procesos de
unificación a nivel nacional. En 1902, 12 sindicatos de estibadores
constituyen la Federación Nacional de Obreros Portuarios, y 7
sindicatos constituyen la Federación de Obreros Albañiles.
4
Estas federaciones nacionales buscaban superar la debilidad
evidente que demostraba la acción dispersa en sindicatos locales.
En 1910 y 1912, respectivamente, se crean los dos
primeros sindicatos de rama nacionales: la Federación Obrera
Marítima (FOM) y la Federación Obrera Ferrocarrilera (FOF),
rebautizada como Unión Ferroviaria en 1922. La FOM juega un
papel muy importante ya que utilizaba los barcos como herramienta
de difusión sindical y organización de los trabajadores de las
distintas regiones del país.
La unificación de los sindicatos de oficios en sindicatos de rama
nacionales, no solo permitió la unificación del trabajo, sino también
permitió la negociación colectiva por rama, realizada con las
cámaras empresariales, que se organizan también por rama de
producción.
En 1912 se sanciona la “Ley Sáenz Peña” que establece el sufragio
universal, secreto y obligatorio (Ley 8.871), exclusivo para nativos
argentinos, naturalizados masculinos y mayores de 18 años, que
por un lado liberó a los peones rurales de la voluntad de los
estancieros que los dirigían y por otro, haría que los resultados
electorales modificaran el rumbo que había tenido el país en los
últimos 60 años.
En 1914, los sindicatos que integran la CORA deciden disolverla e
incorporarse a la FORA, lográndose así la unidad del movimiento
sindical. Sin embargo, poco duró la misma, ya que al año siguiente
los sindicatos anarquistas más radicales vuelven a separarse y
adoptan también el nombre de FORA. Desde entonces la central
que reúne a sindicalistas, socialistas y anarquistas (y a partir de
1918 también comunistas), será conocida con el nombre de FORA
del IX Congreso, y la central anarquista, como FORA del V
Congreso. La FORA del IX Congreso atenuó el rigor de sus huelgas
y aumenta su actividad de negociación colectiva, aceptando el rol
arbitral del Estado en la misma, a través del Departamento de
Trabajo y la primera ley de "Inspección y policía del trabajo" 10.307.
En 1916 accede al poder Hipólito Yrigoyen, primer presidente electo
después de la sanción de la Ley Sáenz Peña de tradición federal,
que representaba a la clase media, incorporó a la vida política a los
descendientes de los inmigrantes y cambió la actitud frente al
movimiento obrero; en estas elecciones algunos dirigentes
sindicales y el socialismo alcanzaron por primera vez un escaño en
5
el Congreso. La persecución fue reemplazada por el acercamiento y
la comprensión. El gobierno se convirtió en árbitro de las disputas
entre trabajadores y patrones, intervino a favor de los intereses
obreros en la huelga marítima de 1916 y en la ferroviaria de 1917
además, protegió los derechos de sindicalización y de huelga,
promulgó leyes laborales, estableció el salario mínimo, siendo otros
proyectos boicoteados por los conservadores. A pesar de ello los
anarquistas lo combatían por que estaban en contra de todo
gobierno y los socialistas por su incomprensión de los problemas
nacionales; fue con los sindicatos con los que tuvo mayor
acercamiento.
A partir de 1918 las dos FORA comenzaron a establecer sólidas
organizaciones sindicales entre los trabajadores rurales. En 1920 la
FORA del IX Congreso celebró un Pacto de Solidaridad con
la Federación Agraria Argentina, organización representativa de los
chacareros, arrendatarios y pequeños agricultores, en constante
lucha contra los grandes propietarios de tierras.
En enero de 1919, durante el gobierno de Hipólito Yrigoyen, sucede
la Semana Trágica, uno de los hechos más importantes de la
historia del movimiento obrero argentino y más violento de la
historia argentina. El 7 de enero en la huelga por reivindicaciones
salariales, en demanda de mejoras en las condiciones de trabajo y
la reposición de los trabajadores despedidos en los Talleres
Metalúrgicos Pedro Vasena se da una contradicción en la política
obrera que venía llevando adelante Yrigoyen; en esa oportunidad y,
debido a la negativa de la patronal de solucionar el conflicto, este se
agudizó y comenzó a precipitarse, la violencia se desencadenó y la
muerte de un policía es respondida por esta y por lo que luego sería
la Liga Patriótica con un sangriento enfrentamiento en el que
mueren 4 trabajadores y balean a hombres, mujeres y niños que
marchaban en señal de protesta, el saldo, 23 víctimas fatales. La
FORA declara entonces una huelga general. Vasena se entrevista
con el presidente y se acuerda que: la jornada laboral será de 8
horas, habrá aumentos de salarios y será respetado el descanso
semanal. Por otra parte, se puso en libertad a los activistas
detenidos y se procedió al retiro de tropas que ocupaban la capital.
En noviembre de 1919 se reunió en Washington la Conferencia
Internacional que daría origen a la Organización Internacional del
Trabajo (OIT). La OIT es un organismo tripartito gobernado por
delegados de los gobiernos, los sindicatos y los empleadores, por lo
6
que correspondía a la Argentina enviar a la organización sindical
"más representativa" en nombre de los trabajadores argentinos. El
gobierno de Yrigoyen, en lugar de convocar a la FORA, que era la
central obrera más representativa del país, decide unilateralmente
encargar al sindicato ferroviario La Fraternidad, la representación
del movimiento sindical argentino en la conferencia de creación de
la OIT. La Fraternidad tenía mejores relaciones con el
gobierno radical. El hecho generó un escándalo internacional
porque se cuestionó la falta de representatividad de La Fraternidad,
pero finalmente fue aceptado. En el futuro el gobierno argentino
consultará previamente con la FORA antes de designar al delegado
obrero a la Conferencia anual de la OIT.
La FORA había organizado en Río Gallegos (Santa Cruz), la
Sociedad Obrera de Río Gallegos dirigida por el anarquista español
Antonio Soto. Entre 1920 y 1921 convocan a una huelga en toda la
provincia por la libertad de los dirigentes sindicales detenidos
anteriormente y una vez obtenida la libertad, el conflicto continúa
por mejoras salariales y de condiciones de trabajo para los peones
de campo. Este episodio será conocido como “La Patagonia
rebelde”. Se inicia una larga negociación con los terratenientes que
termina fracasando por graves desavenencias entre anarquistas,
sindicalistas, socialistas y comunistas. El 22 de febrero de 1921 el
conflicto tiene un principio de solución a través de un laudo del
gobernador Yza, este pliego contenía mejoras laborales y salariales
que es aceptado por las partes y homologado por el Departamento
de Trabajo de la Nación; pero este acuerdo es desconocido por los
estancieros argumentando la baja del precio de la lana,
declarándose una huelga general y desatándose la tragedia.
Tras fallar todo tipo de negociación, Yrigoyen envía al coronel
Héctor Varela, a cargo del Regimiento X de Caballería, quien
perseguirá y reprimirá ferozmente a los huelguistas, imponiéndose
la pena de fusilamiento contra peones y obreros en huelga. La
campaña termina el día 10 de enero de 1922, con un saldo de
alrededor de 1500 obreros y huelguistas muertos.
El Coronel Varela fue asesinado dos años después por el hermano
de uno de los fusilados, el obrero anarquista Wilkens que declaró
haberlo hecho para vengar la muerte de sus compañeros.
7
En 1922 un nuevo intento de unidad fracasa. El resultado es la
creación de una nueva central: la Unión Sindical Argentina (USA)
integrada por sindicalistas, socialistas y comunistas y la
desaparición de la FORA del IX Congreso. La FORA del V
Congreso no participará y se quedará con el uso exclusivo del
nombre
En octubre de 1922 luego de triunfar en las elecciones
presidenciales asume la presidencia la fórmula radical de Marcelo
T. de Alvear y Elpidio González. En esta época los precios se
mantuvieron estables, los salarios crecieron moderadamente y la
desocupación se mantuvo en niveles bajos los que hizo descender
la conflictividad social. Comparado con los episodios de la Semana
Trágica y de la Patagonia Rebelde ocurridos en durante el gobierno
de Yrigoyen, que habían llegado al extremo de la protesta obrera,
durante la presidencia de Alvear no tuvo lugar ningún movimiento
obrero de tal magnitud aunque si se produjeron algunas huelgas
importantes. Ese mismo año se crea la Unión Ferroviaria uno de los
gremios con mayor cantidad de afiliados, que no adhiere a la USA y
en 1926 la Fraternidad junto a la Unión Ferroviaria formaron
la Confederación Obrera Argentina (COA), que adopta como forma
básica de organización sindical el llamado sindicato por rama. El
sindicalismo ferroviario se volvería dominante en los años 20 hasta
los años 40. Así, el sindicalismo argentino comenzaba a preparar
estructuras sindicales que fueron capaces de negociar con grandes
empresas, las organizaciones empresariales y el gobierno.
El 1º de abril de 1928 se realizan los comicios para presidente, vice
y diputados, asumiendo Yrigoyen su segundo mandato como
presidente.
En 1929 los comunistas crearon la CUSC (Comité de Unidad
Sindical Clasista) así coexistían 4 centrales obreras la FORA, COA,
USA y CUSC más los sindicatos autónomos.
En 1930 el general Uriburu encabeza el golpe militar que derroca al
presidente constitucional Hipólito Yrigoyen y se inaugura lo que se
dio a conocer como “La Década Infame” (1930-1943), época
signada por una profunda crisis económica y política, desocupación,
baja de salarios y carestía de la vida.
Pocos días después del golpe militar, el 27 de septiembre de 1930,
los trabajadores argentinos crean la Confederación General del
Trabajo (CGT). Sin embargo su organización recién culminó en
8
1936 a partir de un acuerdo entre socialistas y sindicalistas. A pesar
de algunos acuerdos iniciales, varios sindicatos se apartaron de la
CGT y se unieron en otra organización: la Unión Sindical Argentina.
La iniciativa de crear la CGT parte de la FOPA (Federación Obrera
Poligráfica Argentina), organización sindical en la que coexistían
socialistas (Pedro Porcel), comunistas (Manuel Punyet Alberti) y
sindicalistas (Sebastián Marotta). La FOPA convocaba a hacer
todos los esfuerzos para unir en un solo organismo nacional a todos
los explotados por el régimen burgués y capitalista en la región
argentina.
La USA (sindicalista) y la COA (socialistas) aceptan la fusión, en
tanto que la FORA (anarquista) la rechaza. Por su parte los
sindicalistas comunistas se oponen a los términos de la unidad
sindical, y prefieren orientarse a la creación de sindicatos y una
central claramente alineada con el comunismo. Un sector del
socialismo (comandado por Pérez Leirós) también se opuso a la
unidad, lo que llevará al retiro de La Fraternidad del proceso de
unidad. Es la Confederación Ferroviaria liderada por socialistas
cercanos a los sindicalistas, la que presiona agresivamente y
finalmente obtiene el consenso suficiente para crear la CGT.
El golpe de estado militar del 6 de septiembre de 1930, declara la
inmediata ilegalización de la FORA y fue el comienzo de la
represión al conjunto del movimiento obrero q precipitaban de la
unidad.
Uno de los hechos más destacados de la década fue la sanción en
1936 de la Ley 11.729 de reformas al Código de Comercio, que
establecía un avanzado sistema de relaciones laborales para los
trabajadores del sector comercial y de servicios, y que constituyó el
principal antecedente de la Ley de Contrato de Trabajo 20.744, que
sería sancionada recién en 1974. El éxito que implicó la sanción de
esta ley promoverá a Ángel Borlenghi al primer plano del
movimiento sindical argentino, y a dirigir la CGT. A partir de 1945
Borlenghi adherirá al peronismo y será Ministro del Interior del
gobierno de Perón.
En marzo de 1936 se desarrolla el Congreso Constituyente de la
CGT, elaborando sus estatutos definitivos. En el acto del 1 de
mayo de 1936, la CGT asume la misión de unir alrededor suyo a los
demás sectores populares, convocando a los partidos socialista,
radical, demócrata progresista y comunista, y al movimiento
estudiantil, a compartir el acto y la tribuna. El resultado fue una
9
manifestación que convocó a más de 160.000 personas, que
contaron con la presencia y discurso de Arturo Frondisi (UCR), José
Domenech (CGT), Lisandro de la Torre (PDP) y Mario Bravo (PS).
Quienes entonaron el Himno Nacional junto a la multitud
El 10 de marzo de 1942 se reunió el Comité Confederal Central de
la CGT, con el fin de elegir las autoridades. Se presentan dos listas,
que serán denominadas Nº1 y Nº2. La Lista Nº1 gana por un solo
voto, veintitrés votos contra veintidós. Ambas listas se atribuyeron el
triunfo, llevando a una división de hecho de los sindicatos en dos
grupos, ambos conducidos por dirigentes socialistas. El Partido
Socialista hizo gestiones para que el conflicto se resolviera, pero no
tuvo éxito y ambos grupos se separaron en CGT Nº1 y CGT Nº2. La
CGT Nº1 fue conducida por José Domenech, como secretario
general y la CGT Nº2 por Francisco Pérez Leirós, primero y Ángel
Borlenghi, después.
El 4 de junio de 1943 militares nacionalistas dirigidos por el
General Arturo Rawson desplazan por medio de un golpe de estado
al presidente Ramón Castillo, último presidente de la llamada
"Década Infame". El movimiento obrero se mostró inicialmente
indeciso sobre la posición que se debía adoptar. En ese momento
estaban
divididos
en
cuatro
centrales
sindicales:
FORA (anarquista), USA (sindicalista
revolucionaria),
CGT
Nº1 (socialistas y comunistas), CGT Nº2 (socialistas y comunistas).
Las primeras medidas que tomaron fueron clausurar la CGT Nº 2, el
arresto de dirigentes comunistas, la intervención de la Unión
Ferroviaria y La Fraternidad además, se promulgó un Estatuto de
Organizaciones gremiales que eliminaba toda independencia
gremial y el estricto control del estado.
En esas condiciones algunos dirigentes sindicalistas, socialistas y
comunistas, encabezados por Ángel Borlenghi (socialista y
secretario general de la Confederación General de Empleados de
Comercio en la disuelta CGT Nº2 socialista), Francisco Pablo
Capozzi (La Fraternidad), Juan A. Bramuglia (Unión Ferroviaria),
entre otros, decidieron, emprender una estrategia de alianzas, con
algunos sectores del gobierno militar que compartían los reclamos
sindicales. Entre los militares estaban los jóvenes coroneles Juan D.
Perón y Domingo A. Mercante. Los sindicalistas proponen a los
militares crear una Secretaría de Trabajo, fortalecer la CGT y
sancionar una serie de leyes laborales que aceptaran los reclamos
del movimiento obrero argentino. Poco después, la alianza entre
10
sindicalistas y militares obtuvo que el gobierno militar designara a
Juan D. Perón como Director del Departamento de Trabajo, un
cargo aparentemente sin valor alguno. Un mes después, consiguen
elevar la jerarquía del organismo a Secretaría de Estado (2 de
diciembre de 1943). Perón llevó adelante una política de beneficios
para la clase obrera, la 1º medida que tomó fue derogar el decreto
de Asociaciones Profesionales. Los decretos, luego convertidos en
ley, más importantes fueron la ley de Asociaciones Profesionales,
Convenios Colectivos de Trabajo, vacaciones pagas, indemnización
por despido, jubilaciones, prevención de accidentes de trabajo,
aguinaldo, se promulga el Estatuto de Peón de campo, la creación
del Fuero Laboral, la jornada laboral de 8 horas y se reglamenta el
pago salarial de los feriados obligatorios. En ese marco los
sindicatos comenzaron un período de gran crecimiento, y
comenzaron a afiliar masivamente a los "nuevos” trabajadores, los
que estaban migrando masivamente a la ciudad desde el interior del
país, y los propios trabajadores "viejos" descendientes de la
inmigración europea.
Poco después, la CGT Nº1, la USA y los gremios autónomos,
comienzan a unificarse en torno de la Secretaría de Trabajo. Pero
en sentido contrario, en septiembre de 1945, cuatro importantes
sindicatos se separan de la CGT: La Fraternidad, la Unión Obrera
Textil, la Confederación de Empleados de Comercio y el Sindicato
del Calzado.
A medida que el movimiento obrero se afianzaba se declaraba una
guerra virtual contra el gobierno encabezada por los empresarios, la
clase media, en especial estudiantes y profesionales, los sindicatos
socialistas y comunistas, los partidos políticos, la prensa, el
personal judicial y las fuerzas armadas.
El 12 de julio de 1945 los sindicatos dirigidos por Borlenghi
realizaron un acto masivo en Buenos Aires y al finalizar los
trabajadores proclaman la candidatura de Perón a la presidencia; en
respuesta a esta manifestación obrera, la clase media y alta
organizan en septiembre de 1945 la “Marcha de la Constitución y la
Libertad” para poner fin al gobierno militar y dar el manejo provisorio
a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El 8 de octubre la
revolución militar triunfante, encabezada por el general Ávalos,
formó un nuevo gabinete y Perón fue detenido por la Marina y
trasladado a la Isla Martín García. El país entra en un estado
caótico y pre-revolucionario. En los días siguientes se dejan sin
11
efecto los convenios colectivos y se despide a miles de delegados
sindicales además, el 16 de octubre se cobra la quincena sin los
adicionales establecidos en las leyes laborales sancionadas en los
últimos años. La CGT convoca a una huelga general revolucionaria
para el 18 de octubre, sin embargo los lideres locales no esperan y
el 17 de octubre de 1945 se produce la manifestación obrera más
importante de nuestra historia, trabajadores y sindicalistas,
encabezados por Cipriano Reyes y Eva Duarte, se congregaron en
la Plaza de Mayo, consiguiendo, ese mismo día la liberación de
Perón que, desde los balcones de la Casa Rosada anunció el plan
electoral y su candidatura presidencial
La movilización del 17 de octubre de 1945 obligó al gobierno militar
a llamar a elecciones, que se realizaron cuatro meses después,
resultando elegido presidente Juan D. Perón, con el apoyo del
recientemente creado Partido Laborista por parte de un gran
número de sindicatos. Después del triunfo de Perón, los diferentes
partidos que integraban la coalición que lo apoyó se disuelven para
fusionarse en el Partido Justicialista. De ese modo desaparece
el Partido Laborista Argentino.
En 1945, se sancionó el decreto ley 23.852/45 que fue ratificado por
la ley 12.921 que admitió el derecho sindical democrático. En él se
declaraba la libertad de constituir sindicatos sin necesidad de
autorización previa, siempre que su objetivo no fuera contrario a la
moral, las leyes y las instituciones.
La CGT unificada adquirió un enorme poder. Sus afiliados pasaron
de 80.000 en 1943, a 4.000.000 en 1955. Esta participaba de las
reuniones de gabinete y en el Parlamento, un tercio de los
diputados correspondía a la rama sindical, que funcionaba como
bloque. La nueva provincia del Chaco que tomó como nuevo
nombre el de Presidente Perón se conformó como un Estado
sindical. Y cuando en los años finales del gobierno peronista, se
expropió al diario conservador opositor "La Prensa", el mismo fue
entregado a la CGT.
Se sanciona la Ley 14.250 (de Convenios Colectivos de Trabajo),
ratificando el papel central de los sindicatos, al establecer la
aplicación de los convenios colectivos a afiliados y no afiliados.
En 1949 se sanciona una nueva Constitución, conocida como la
Constitución de 1949, incorporó por primera vez los derechos del
trabajador en el constitucionalismo argentino. Los mismos fueron
12
incluidos en el artículo 37, conocido como Decálogo del Trabajador,
donde se detallaban 10 derechos laborales:
- Derecho de trabajar
- Derecho a una retribución justa
- Derecho a la capacitación
- Derecho a condiciones dignas de trabajo
- Derecho a la preservación de la salud
- Derecho al bienestar
- Derecho a la seguridad social
- Derecho a la protección de su familia
- Derecho al mejoramiento económico
- Derecho a la defensa de los intereses profesionales
El derecho de huelga no se encontraba incluido en el decálogo y
durante el gobierno peronista muchos dirigentes opinaban que en
un "gobierno popular" el derecho de huelga debía encontrarse
restringido a casos extremos.
El 15 de noviembre de 1950 comenzó una huelga de los ferroviarios
por reclamos salariales que finalizó con un “acuerdo de caballeros”
entre huelguistas y funcionarios del Ministerio de Trabajo conforme
al cual retornarían al trabajo el día 24 de noviembre, se les
concedería un aumento salarial y se dejarían sin efecto las
sanciones aplicadas a los huelguistas. Sin embargo, en la primera
semana de diciembre las autoridades de la Unión Ferroviaria
intervinieron ocho seccionales implicadas en la huelga, el gobierno
dejó sin efecto el convenio arribado y despidió y encarceló a los
líderes del movimiento de fuerza
En enero de 1951 comenzó una nueva huelga que abarcó todas las
líneas ferroviarias, con el objeto de reclamar la libertad de los
dirigentes presos. El 25 de enero Perón afirmo un decreto que
dispuso la movilización militar de los ferroviarios, que estuvo a
cargo del Ejército. Cerca de dos mil trabajadores fueron detenidos y
unos trescientos quedaron en prisión, produciéndose el retorno al
trabajo de los huelguistas tres días después
13
La estrategia distributiva del peronismo comenzó a declinar en 1949
y mostrar claros signos de agotamiento ya en 1952. Perón intenta
abrir un camino de salida, llamando a un Congreso de la
Productividad, tripartito, con el fin de acordar una estrategia de
aumento de la productividad entre el gobierno, los sindicatos y los
empresarios. Pero el predominio de las visiones sectoriales hizo
imposible alcanzar un consenso.
Con el gobierno peronista relativamente debilitado por 10 años de
gobierno, la crisis económica, y la polarización social entre
trabajadores por un lado, y sectores medios y altos, por el otro;
el 16 de septiembre de 1955 un golpe militar derroca al gobierno
Peronista.
PERSONAJES DESTACADOS EN EL SINDICALISMO
Alfredo Palacios (1880-1965): Fue uno de los políticos con mayor
influencia en la Argentina. Se incorporó al Partido Socialista
en 1896. Triunfó en las elecciones para diputados nacionales en
1904, por el distrito de La Boca. Fundador del Nuevo Derecho, el
derecho de los trabajadores, Alfredo Palacios presenta varias leyes
sociales entre ellas la de sábado inglés, descanso dominical,
aumentos de sueldos, que el pago de sueldos se haga en moneda y
no en vales, ley de accidente laboral, ley del trabajo femenino, ley
de la silla, estatuto del docente y muchas otras leyes, logrando que
se sancionen. Palacios nunca pudo concluir un mandato ya sea por
los golpes de estado (de 1943 y 1962) o por otras circunstancias
como la clausura del Congreso en 1908. Por último su mandato de
diputado nacional también es interrumpido por su fallecimiento en
1965.
Ángel Borlenghi (1904-1962): En los primeros años de la década
del 30´ Borlenghi fue elegido secretario general de la Confederación
de Empleados de Comercio. Desde ese cargo, estableció relaciones
estrechas y formas de acción conjunta con otros sindicatos en
actividades afines, como los de bancarios, seguros, viajantes de
comercio y empleados de farmacias, para impulsar un amplio
reclamo al Congreso Nacional para sancionar una ley de contrato
de trabajo En 1942, Borlenghi integró la CGT Nº2, junto con la
mayoría de los sindicatos comunistas. En 1943 cuando se produjo
el golpe de estado, Borlenghi condujo el grupo sindical que
estableció contactos primero y una alianza después con un sector
14
del ejército que simpatizaba con los reclamos obreros, conducido
por el entonces coronel Juan Perón. La alianza entre Perón y
Borlenghi permitió simultáneamente ir sancionando históricas
conquistas del movimiento obrero argentino (convenios colectivos,
Estatuto del peón de campo, jubilaciones, etc.), aumentar el apoyo
popular a la CGT y a Perón, e ir ocupando espacios de influencia en
el gobierno. En octubre de 1945, cuando Perón fue obligado a
renunciar y luego detenido, Borlenghi y la CGT desempeñaron un
rol importante en la organización de las movilizaciones obreras que
culminaron con la liberación de Perón. En el Partido Laborista
Borlenghi era director del periódico oficial, El Laborista. Más
adelante encabezaría el grupo partidario de su disolución para
integrarse al Partido Peronista. Como consecuencia de ese apoyo,
Borlenghi fue nombrado por Perón como Ministro del Interior,
segundo cargo político de importancia del gobierno, en el que se
mantuvo casi hasta el final de su gobierno. El 11 de junio de 1955
Una investigación en el Consejo Superior de las Fuerzas Armadas
solicitó a Perón la separación del jefe de policía y la detención de
Borlenghi pero al día siguiente de esa comunicación salió del
país. Murió el 6 de agosto de 1962.
Francisco Pérez Leirós (1895-1971): Político y sindicalista
socialista argentino. Fue secretario general de la Unión de Obreros
Municipales (UOM), casi desde su fundación, desde 1919 a 1944.
En 1926 participó en la creación de la Confederación Obrera
Argentina (COA), de la que resultó presidente de su Consejo
Directivo. En 1930 encabezó el grupo de dirigentes sindicales
socialistas que se opusieron a la fusión de la Confederación Obrera
Argentina (COA) y la Unión Sindical Argentina (USA) que dio origen
a la Confederación General del Trabajo (CGT). Un década más
adelante, cuando la CGT se dividió en 1942, fue elegido como
secretario general de la CGT Nº2 donde se organizaron los
sindicatos comunistas y algunos de los socialistas. En la década del
30 y comienzos del 40, Pérez Leirós encabezó una corriente
sindical que sostenía la necesidad de crear un sindicalismo
partidista ligado estrechamente al Partido Socialista. Luego se
definió como acérrimo opositor a Juan D. Perón y a la corriente
sindical nacionalista-laborista derivada de la alianza de Perón, con
varios
sindicatos
mayoritariamente socialistas y sindicalistas
revolucionarios. En 1944 el peronismo intervino la UOM,
desplazando a Pérez Leirós de la conducción del mismo. Derrocado
Perón por un golpe de estado en 1955, Pérez Leirós, fue designado
15
por el gobierno militar como interventor del sindicato municipal,
ahora denominado Unión de Obreros y Empleados Municipales.
Juan Domingo Perón (1895-1974): fue un político, militar y
presidente argentino en tres ocasiones. Se destacó por su labor en
el Departamento Nacional de Trabajo (luego elevado a la categoría
de secretaría de rango ministerial), al que accedió durante la
presidencia de facto del general Pedro Pablo Ramírez, y en el cual
tomó numerosas medidas que favorecieron a los sectores obreros.
Los decretos, luego convertidos en ley, más importantes fueron la
ley de Asociaciones Profesionales, Convenios Colectivos de
Trabajo, vacaciones pagas, indemnización por despido,
jubilaciones, prevención de accidentes de trabajo, aguinaldo, se
promulga el Estatuto de Peón de campo, la creación del Fuero
Laboral, la jornada laboral de 8 horas y se reglamenta el pago
salarial de los feriados obligatorios. Aunque dichas medidas lo
hicieron popular entre la clase trabajadora, le granjearon la
oposición de numerosos sectores que, dirigidos por el embajador
estadounidense Spruille Braden, se nuclearon en un frente
antiperonista. En ese período fue designado también Vicepresidente
de la Nación y Ministro de Guerra. Perón debió renunciar a sus
cargos el 9 de octubre de 1945 cuando lo exigió un grupo de
militares encabezado por el general Eduardo Ávalos y permaneció
detenido, primero en la isla Martín García y luego en el Hospital
Militar Central Cirujano Mayor Dr. Cosme Argerich, pero fue liberado
luego de una gran movilización obrera a la Plaza de Mayo el 17 de
octubre de 1945. Cuando falleció el 1 de julio de 1974 le sucedió en
la presidencia su viuda y vicepresidente, María Estela Martínez de
Perón.
16
DESARROLLO DE LA HISTORIA ARGENTINA DE LA IGLESIA
CATÓLICA
En las siguientes líneas hemos de relatar una breve reseña histórica
sobre el desarrollo de la Iglesia Católica en nuestro país, en la
primera mitad del siglo XX. Cabe mencionar, que se han omitidos
ciertos hechos, como también se mencionan otros, que no se
incluyen en este periodo, pero fueron mencionados (con breve
explicación) para lograr un mejor entendimiento del texto.
A comienzos del siglo XX Buenos Aires crecía en todos los
sentidos. Aquella ciudad de poco más de 40.000 habitantes se
había convertido en “otra” ciudad moderna que albergaba en 1910,
1.300.000 personas distribuidas en 20 barrios. El aluvión
inmigratorio llegado al Rio de la Plata a partir de 1880 había
provocado un fuerte impacto en la ciudad. Paralelo al arribo de los
inmigrantes surgían problemas de vivienda, salud, educación, orden
público, delincuencia, protestas obreras e ideologías a ellas
vinculadas. En definitiva lo que se denominaba la “cuestión Social”.
Frente a estos problemas surgieron corrientes reformistas desde el
liberalismo, el socialismo y el catolicismo.
La Iglesia como institución enraizada en la historia de los hombres,
no fue ajena a los problemas de los trabajadores y a la influencia de
las organizaciones anarquistas opuso los Círculos de Obreros
fundados por el Padre Federico Grote el 2 de febrero de 1892. La
obra de los círculos estaba orientada a la armonización de clases y
al mejoramiento de la vida de los trabajadores y sus familias.
Gracias a su acción precursora llegó la voz de la Iglesia a todos los
rincones del país. Originalmente no figuraba el nombre de católicos
para que fuera una institución de puertas abiertas y entraran
también los no católicos a los que se debería ganar para el
catolicismo. Los círculos tenían por objeto no sólo luchar para
promover el bienestar temporal y moral de los trabajadores sino
también un medio de alejar a los obreros de los lugares de perdición
y ponerlos bajo la influencia de la Iglesia.
El Estado por su parte asumió reformas en el campo de la higiene
pública, la salud, las condiciones de vida, la educación, etc. Y
también comenzó a plantearse la necesidad de una reforma
electoral que permitiera la inclusión de las minorías.
El Primer Centenario dio lugar a festejos de gran magnitud que
manifestaban el orgullo de los gobernantes por los éxitos
17
alcanzados. Pero hacia el Centenario la Iglesia no tenía un peso
significativo en la vida política ni demasiada visibilidad social en el
centro de la ciudad. En cambio se había enraizado profundamente
en los barrios más populares algunos de los cuales más que barrios
eran distritos enormes que comenzaban a poblarse y estaban
alejados del centro de la ciudad. En esos barrios y distritos
comenzaron a instalarse santuarios y a celebrarse misiones. Con la
ayuda de los vecinos se construían modestas iglesias que se
convirtieron en centros de sociabilidad y acción pastoral. Surgían
parroquias establecidas con los aportes de industriales y familias
distinguidas de la sociedad argentina tanto en el centro de la ciudad
como en los barrios. Muchas veces las parroquias se establecían
para promover el desarrollo urbano de determinada zona. A veces
se construían basílicas como la de Nueva Pompeya que además de
cumplir con las funciones de las parroquias, atraían peregrinaciones
y se convertían en centro de celebración de misiones.
Otro modo en el que la Iglesia se insertó en la ciudad fue por medio
de la relación con las comunidades de inmigrantes. En 1907 el
Arzobispado mandó elaborar un informe sobre la inmigración que
tendía a asentarse en la ciudad. Se identificaban iglesias vinculadas
a comunidades de inmigrantes como la iglesia de la Santa Cruz de
la comunidad irlandesa o las de San Carlos en Almagro y la de San
Juan Evangelista en La Boca, ambas típicamente italianas.
El escenario se completaba con altares improvisados en lugares
apartados, misiones religiosas de corta duración, oratorios festivos y
capillas a medio construir.
Lo cierto es que para el Centenario la Iglesia estaba desarrollando
una intensa labor de evangelización y de contención social y si bien
no ocupó un lugar central en los festejos, orientados
fundamentalmente a mostrar el progreso material qué se había
alcanzado, los católicos participaron de las celebraciones públicas
con entusiasmo.
1916 fue un año pleno de novedades. Asumía la presidencia
Hipólito Yrigoyen líder de la UCR (Unión Cívica Radical) elegido por
la nueva ley electoral sancionada bajo la presidencia de Roque
Sáenz Peña. Esa ley, Ley Sáenz Peña o Ley 8.871, ley General de
Elecciones, sancionada por el Congreso de la Nación Argentina el
10 de febrero de 1912 (ya explicada anteriormente).
18
Con el triunfo de la UCR se inició el ascenso de las clases medias
que proveerían a la administración pública de elencos de
profesionales.
A partir de ese momento, el catolicismo creció, adquirió vitalidad y
se amplió el espacio urbano en el que se realizaban las
manifestaciones. Aumentó, así mismo la participación masculina en
todos los actos religiosos. En esto años comenzaron las
peregrinaciones a Luján.
En 1918, el movimiento de la Reforma universitaria tuvo como
objeto de crítica a la Iglesia, ya que sostenía que las casas de altos
estudios eran controladas por miembros de la Iglesia Católica.[
En 1919 tras la violenta huelga desatada en los talleres Vasena que
desencadenó una serie de violentos sucesos que duraron una
semana, la famosa “semana trágica” (ya explicada anteriormente).
El gobierno radical mantuvo en todo momento la postura de aceptar
el reclamo sindical, pero no pudo contener la escalada de violencia
entre los sectores en pugna. La Unión Popular Católica organizó
una colecta nacional destinada a reunir fondos para obras,
viviendas, ateneos, servicios sociales e instituciones de enseñanza
para los trabajadores. Actuó en esa campaña el sacerdote Miguel
de Andrea inspirado en la doctrina social de la Iglesia y en la
encíclica Rerum Novarum (es la primera encíclica social de la
Iglesia Católica. Fue promulgada por el Papa León XIII el viernes 15
de mayo de 1891. Fue una carta abierta dirigida a todos los obispos
y catedráticos, que versaba sobre las condiciones de las clases
trabajadoras). Logró reunir más de 13 millones de pesos.
En 1923 fallece el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Mariano A.
Espinosa. Para su remplazo, el Senado propuso una terna y el
presidente Marcelo T. de Alvear propone el nombre de monseñor
Miguel D'Andrea. El Vaticano rechaza a D'Andrea —presionado por
sectores católicos argentinos conservadores que consideraban a
D'Andrea como muy liberal y cercano a los sectores obreros— y
Alvear insiste con su postulación. El conflicto se hace público y la
opinión pública se divide entre los que apoyan a D'Andrea y Alvear
y los que se mantenían fieles a Roma.
El nuncio Giovanni Beda Cardinale anuncia el nombramiento de
Juan A. Boneo como administrador de la sede vacante del
arzobispado, cosa a la que Alvear también se opone. La Corte
19
Suprema dictó la ilegalidad de ese nombramiento. El ministro de
Relaciones Exteriores, Ángel Gallardo propone una solución: el
retiro de la candidatura de monseñor D'Andrea, la renuncia del
nuncio Cardinale y la designación del obispo José Bottaro como
sucesor de Espinosa, candidato aceptado tanto por Alvear como por
el Vaticano.
Los últimos años de la década de 1920 fueron testigos del
renacimiento católico. En 1922 se fundaron los Cursos de Cultura
Católica y en 1928 la revista “Criterio”. Los intelectuales católicos
que concurrían a los cursos y quienes escribían en la revista
Criterio, deseaban iluminar todos los ámbitos de la sociedad con la
luz de la fe y recuperar la herencia hispánica y católica que el
liberalismo había menospreciado. Otros grupos fueron surgiendo
entre 1930 y 1943 período durante el cual la inicial preocupación
por la reconquista espiritual de la sociedad se fue transformando en
acción política. Los intentos de los grupos nacionalistas católicos
por cambiar el sistema liberal por un sistema corporativo no tuvieron
éxito y tras las elecciones de noviembre de 1931 llegó a la
presidencia el general Agustín P. Justo.
En el período de entreguerras el número de parroquias creció
sensiblemente debido a la acción sistemática de la Iglesia. En 1930
bajo la dirección del cardenal Copello se trazó un plan para instituir
90 parroquias nuevas desde las que se desplegaría un sistema de
instituciones nucleadas en la Acción Católica con el objeto de
reconstruir la sociedad cristiana. Se dio prioridad a la creación de
parroquias en aquellos barrios donde era mayor la presencia de
anarquistas y comunistas; o aquellos en los que existían iglesias
protestantes o instituciones que como la escuela pública constituían
una competencia para la Iglesia. La función de las parroquias era
combinar lo terrenal con lo espiritual: sacar los chicos de la calle,
crear instituciones para enseñar costura o idiomas a las mujeres,
habilitar consultorios médicos, fundar asociaciones vinculadas al
culto o a la religiosidad como los Apostolados de la Oración o las
Hijas de María pero también servir como espacios de sociabilidad y
de disfrute del tiempo libre.
En 1934 se reunió en Buenos Aires, el XXXII Congreso Eucarístico
Internacional. La elección de la sede y la presencia del Cardenal
Pacelli secretario de estado y futuro Papa Pío XII mostró la simpatía
con que el Vaticano seguía la reorganización eclesiástica
encabezada por el Cardenal Copelo así como el apoyo que recibe
20
del Estado creando algunos diócesis nuevas. Pacelli y Justo
recorren las calles. Los actos duran cuatro días y la reunión final se
realiza en la Calle Dorrego y Avenida Alvear donde se levanta una
cruz de 35 metros de alto. Los resultados superan las previsiones;
un millón de personas bajo la lluvia asiste a la jornada final en la
que el cardenal Pacelli oficia una misa bendiciendo a la multitud. En
San Juan, con motivo de tan importante acontecimiento, se realizó
un gran acto religioso que congregó a miles de fieles en la plaza 25
de Mayo. Lo mismo ocurrió en otras provincias. En si, en diferentes
partes del país ocurrían actos similares al de Buenos Aires con el fin
de seguir los pasos de lo que acontecía en dicho lugar.
El Congreso Eucarístico Internacional que reflejó el éxito de las
asambleas de cuadros y de las movilizaciones y a partir de ese
momento la Iglesia movilizó a los católicos de manera sistemática,
ordenada y jerárquica, utilizando técnicas modernas como los
altoparlantes, la propaganda mural o radial, los emblemas y las
consignas.
El catolicismo experimentó un constante crecimiento y puso de
manifiesto que la sociedad actuaba movida por un impulso
espiritual. Monseñor Franceschi asesoró al Secretariado Económico
Social de la Acción Católica creado en 1934 para aplicar los
principios de la Doctrina Social de la Iglesia.
En 1935 el Papa Pio XI eleva al Arzobispo Monseñor Copello al
cargo de Cardenal, primer cardenal argentino y de América Latina.
En el ámbito educativo la Iglesia fortaleció sus estructuras: en 1936
se creó la Federación de Maestros y Profesores Católicos y tres
años más tarde El Consejo Superior de Educación Católica.
También se consolidaron las escuelas confesionales. Se inició por
estas fechas la campaña para restaurar la enseñanza religiosa en
las escuelas públicas, campaña que tuvo éxito en Buenos Aires y
en Santa Fe.
En cuanto a la actividad pastoral y a la actitud de la Iglesia hacia la
cuestión social, se notaron importantes avances. Aumentaron los
socios de los Círculos de Obreros y se fundaron nuevos círculos.
En 1939 inspirada en la obra del Cardenal Cardijn, comenzó a
organizarse la Juventud Obrera Católica con el objeto de constituir
un reservorio de futuros dirigentes sindicales. La Acción Católica
comenzó a ocuparse intensamente de la acción social en sus
21
planificaciones anuales y consagró a este tema La Tercera Semana
de Estudios Sociales realizada en 1940 y elogiada por una carta
pastoral de los obispos que veían la necesidad de cristianizar la
clase obrera si se quería prevenir el comunismo y erradicar las
condiciones de profunda injusticia que vivía el proletariado nacional.
En 1941 Caggiano asume como Obispo de la ciudad de Rosario;
en1946 asume como Cardenal y en 1959 asume como Arzobispo
de Buenos Aires y Primado de la República Argentina. A su vez
Perón reimplanta la enseñanza religiosa en las escuelas.
Más allá de las discusiones o diferencias de opinión que surgieron
en el mundo católico respecto de estas propuestas, lo importante es
señalar que en el terreno del apostolado social la Iglesia trato de
situarse como un actor mucho más autónomo que otros actores
sociales.
PERSONAJES CELEBRES EN EL DESARROLLO DE LA
IGLESIA CATÓLICA DE NUESTRO PAÍS
Monseñor Gustavo Franceschi: nacido en Francia en 1881, llegó
a la Argentina a los cinco años. Se ordenó como sacerdote en 1904
y desde entonces colaboró activamente con el padre Federico
Grote, organizador de los Círculos de Obreros y orientador de la
tendencia demócrata cristiana. Franceschi integró la Liga
Democrática, dirigió el periódico Justicia Social y fue secretario
general de la Liga Social Argentina, otra organización de tendencia
social cristiana. A partir de 1915, alejado Grote, Franceschi se sumó
al grupo que secundó a monseñor Miguel De Andrea, el hombre de
confianza del anciano arzobispo Espinosa. De Andrea se propuso
combatir a los socialistas, en las calles y los talleres, y aglutinar a
los sectores propietarios, convenciéndolos de que era necesario
aceptar algunas reformas, para contener la fuerte crisis social.
En ese grupo, Franceschi sostuvo una de las posiciones más
radicales, como se advierte en este reportaje. Fue publicado
inicialmente por La Acción de Paraná; lo reprodujo primero el diario
católico El Pueblo con el título “La situación en la República
Argentina”, y luego la Revista Eclesiástica del Arzobispado de
Buenos Aires. Desde 1917 Franceschi se ocupaba de la
organización de sindicatos cristianos y de agremiar a sectores
nuevos, particularmente las trabajadoras.
22
En 1920 estaba a cargo del secretariado de la Unión Popular
Católica Argentina, otra iniciativa de De Andrea, que se proponía
unificar y disciplinar los grupos del laicado católico.
La acción de De Andrea suscitó fuertes resistencias entre los
católicos, las que lo llevaron a renunciar en 1923, cuando el Poder
Ejecutivo lo había propuesto como nuevo arzobispo de Buenos
Aires. Alejado De Andrea, Franceschi se mantuvo cercano a las
nuevas autoridades de la Iglesia, particularmente los cardenales
Copello y Caggiano, aunque limitó su acción al campo intelectual.
Desde 1932, y hasta su muerte, en 1957, dirigió la revista Criterio,
la voz más autorizada del catolicismo argentino, y acompañó el
viraje de la Iglesia hacia posiciones integristas y nacionalistas. En
1955, poco antes de morir, Franceschi impulsó la formación del
nuevo partido demócrata cristiano.
Miguel de los Santos Andrea: nació el 5 de julio de 1877 en
Guardia de Navarro, Provincia de Buenos Aires. Promovió la Liga
Católica y fue asesor de los Círculos Católicos Obreros. Con ayuda
del diputado Alfredo Palacios y otros legisladores promovieron leyes
en apoyo de los obreros. También apoyo la creación de la Ley del
Departamento de Trabajo y de la Caja de Ahorro Postal.
Durante 5 años encabezó manifestaciones para pedir la sanción de
la ley de casas baratas e higiénicas.
En 1923 se redactó en la sala de la parroquia de San Miguel
Arcángel el acta de fundación de la Federación de Asociaciones
Católicas de Empleadas.
Trazo planes para la reforma agraria. Creo el ateneo de la juventud
e hizo una colecta nacional para el surgimiento 6 barrios obreros
con viviendas individuales y colectivas.
23
En resumen y de forma comparativa:
Frente a los dos sistemas de pensamiento totalizantes y
hegemónicos de aquel entonces, esto es el liberal y el comunista, a
comienzos del siglo XX, emergió un tercer paradigma: el del
catolicismo integral. Ofreció la construcción de una comunidad de la
cual reinara la armonía y el bien común. Se trataba de tres modelos
excluyentes, integrales y absolutos para refundar la sociedad.
El aumento de huelgas y la presencia creciente de anarquistas y
sindicalistas dejaba traslucir cierto malhumor en la incipiente clase
trabajadora. El modelo agroexportador implementado por el Estado
liberal de aquella época, exponía los contrastes entre las familias
estancieras enriquecidas con el progreso asumido y los nativos e
inmigrantes pobres que sobrevivían en condiciones miserables. Ese
estado de tensiones y conflictos sociales no fue ajeno a la Iglesia
Católica. Como institución inserta en la dinámica social, no
desconoció la nueva realidad social. Emergieron ideas, proyectos y
organizaciones en su seno para “cristianizar la sociedad”.
Esta concepción del catolicismo no estaba alejada de la matriz
integrista que databa de San Agustín, para la cual el poder
espiritual, presentado en la institución eclesial, por sobre el
temporal, le otorgaba derechos de jurisdicción a la Iglesia sobre
múltiples aspectos de la vida cotidiana. No obstante y pese a la
ligazón existente entre ambas posturas, es necesario señalar los
puntos discordantes. El catolicismo integral, ferviente antiliberal, “se
negaba reducirse a practicas culturales y a convicciones religiosas
(…). Pero en el intento por “edificar una sociedad cristiana según la
enseñanza y bajo la conducta de la Iglesia”, se adapta a los signos
de los tiempos (Emile Poulat. 1983. Le catholicisme sous
observation. París, Editions du Centurion, citado por Blancarte,
1992:23).
En el año 1891, el Papa León XIII escribía la encíclica “Rerum
Novarum”, en la que el Papa condenaba los excesos del capitalismo
liberal; afirmaba el derecho privado de propiedad pero le atribuía a
ésta una función social; no admitía la libre contratación del trabajo y
afirmaba la necesidad del dictado de una legislación social;
condenaba como falso que el trabajo fuera una mercancía y que su
valor dependiera de leyes económicas inexorables, debiendo el
salario del obrero bastarle para poder vivir él y su familia en
condiciones ordinarias; y defendía el derecho de los obreros a
organizarse sindicalmente para defender sus derechos. Los
24
principios de esta encíclica fueron difundidos en Argentina, y desde
allí en más, los católicos se entregaron a la acción social.
Es así que camino a su definitiva institucionalización, la Iglesia
Católica desplegó una serie de herramientas que le permitieron
ganar cierto protagonismo en el conjunto de la sociedad y dar
respuestas a las distintas demandas sectoriales de la época. Entre
ellas podemos destacar:
Los Círculos Obreros Católicos (COC), creados por el padre
Federico Grote, que se expandieron por las principales ciudades
del país con el objetivo de penetrar en la clase trabajadora. Con la
difusión de los periódicos y boletines y la organización de cursos
entre otras actividades, se convirtieron en uno de los núcleos más
dinámicos.
Su consigna era ganar calle, significaba por un lado contrarrestar
las influencias de las corrientes ideológicas anarquistas y socialistas
sobre los sectores obreros; por otro lado desairar los principios
liberales que situaban a la religión en el contexto de la vida
individual y privada. Los COC reprodujeron una metodología que
seria una constante en la política eclesial de catolizar la sociedad.
La política de los COC no era compartida por toda la cúpula
eclesiástica nacional, quien veía con preocupación su autonomía y
trataba de eliminarla. Esto se materializó con el desplazamiento del
Padre Grote de la dirección de los Círculos (1912), en Buenos
Aires, siendo remplazado por Monseñor Miguel De Andrea.
Progresivamente los círculos fueron tomando un carácter
confesional, pasando a denominarse “Círculos Católicos de
Obreros” y a depender de la “Federación de Círculos Católicos
de Obreros”.
El reglamento de los Círculos fue modificado en el año 1916. Allí se
explicó que su fin era “defender y promover el bienestar material y
espiritual de la clase obrera, sobre la base de la economía social
cristiana”. Para su concreción proponía la creación de agencias de
trabajo; el dictado de conferencias sobre temas científicos, morales
y religiosos; la celebración de congresos obreros y la formación de
gremios profesionales, entre otros.
La figura principal del catolicismo social a nivel nacional, desde los
años veinte, fue Monseñor De Andrea. El ideal de organización
social de De Andrea era un corporativismo democrático, formula
25
que buscaba ordenar la sociedad en grupos de interés evitando
recetas políticas autoritarias. Seguidor de los postulados de la
Doctrina Social de la Iglesia, era profundamente anticomunista y
antiliberal. Con él se impulso la idea de construir un sindicalismo
confesional explícito. Esta postura fue avalada por los sectores más
conservadores del catolicismo y por la jerarquía en general.
De Andrea tuvo un papel importante en la formulación de la nación
católica, que sirvió de puente entre la Iglesia y las elites.
En el II Congreso de los Católicos celebrado en Buenos Aires en
1907, se resolvió propiciar la creación de sociedades protectoras de
la familia obrera, la creación de sociedades de socorros mutuos, la
construcción de casa económicas para los obreros y el avance en
materia de legislación social. Como fruto del III Congreso realizado
en Córdoba en 1908, Emilio Lamarca promovió la fundación de la
Liga Social Argentina, cuyos objetivos eran sustentar la
organización cristiana de la sociedad, combatir todo erro o
tendencia subversiva, “levantar intelectual y socialmente todas las
profesiones y clases sociales”. La Liga Social Argentina logro
contar con más de 5.000 adherentes en 1914, y el número de
centros en 1919 era 184.
Los católicos estuvieron presentes en la sanción de leyes sociales
de la época. La primera, que establecía el descanso dominical, de
1905, y la segunda, de 1907, que reglamentaba el trabajo de
mujeres y menores, ambas fueron propiciadas por el diputado
Santiago O’Farrel, entre otros legisladores.
Otro diputado católico, Arturo M Bas, propicio en 1915 la ley Nº
9.688, de accidentes de trabajo, y la ley Nº 9.148 de agencias
gratuitas de locaciones, de 1913. Juan F. Cafferata, también
militante católico propicio en 1915 la ley Nº 9.677 de viviendas
económicas.
La Unión Popular Católica Argentina (UPCA), nació en 1919 y
estuvo integrada por la Liga de Damas, La Liga de la Juventud y la
Comisión Económica Social. Tuvo como principal misión incentivar
la independencia de los obreros ante las ideologías foráneas.
En 1922, surgieron los Cursos de Cultura Católica (CCC) con el
objetivo de formar una clase dirigente en base a principios y valores
católicos. Se dirigían centralmente a los sectores tradicionales
dominantes. Esta iniciativa partió de sectores laicos que contaban
26
con el respaldo de la jerarquía. Una vez más se inculcaba un
modelo de sociedad católico, irreconciliable con el paradigma liberal
y comunista.
La necesidad de difundir los valores del catolicismo a sectores que
se encontraba aún alejados de la Iglesia incidió en el surgimiento de
la Acción Católica Argentina (ACA) en 1931. A pesar de tratarse
de un movimiento laico, guardaba estrecha relación y obediencia a
la conducción eclesiástica. Su organización por ramas-mujeres,
jóvenes, profesionales- se articulaba en una coordinación central
integrada por una Junta Nacional designada por las autoridades
episcopales. La labor de la ACA se concentro en los estratos
medios y en el inmenso segmento de la población inmigrante.
Predicó insistentemente sobre el sentimiento patriótico reforzado
por los valores católicos.
En 1942 se autorizó la creación de la “Sección Mutualista del
Círculo” y al mismo tiempo se la correspondiente Reglamentación
que era similar en algunos aspectos a la que regía para los varones,
debía ser obrera católica, presentar una solicitud acompañada de la
autorización del padre o esposo, gozaba de todos los beneficios
mutualistas y derechos electivos. Pero recién en 1948 comenzaron
los trabajos preliminares para su concreción.
Durante el peronismo, el Círculo recibió subsidios para su
funcionamiento.
En nuestro país comenzó a organizarse la Juventud Obrera
Católica (JOC), inspirada en la obra del sacerdote belga Joseph
Cardijn. Como sección especializada del apostolado fuera de la
rígida estructura de la Acción Católica. Tenía la finalidad de
formación de grupos de obreros, a partir de los cuales se
desarrollaría el sindicalismo católico. La JOC introdujo un
importante cambio en la Acción Católica Argentina: en lugar de
mantener una base organizacional fundada en la edad y en el sexo,
la nueva sección establecía un criterio de clase y ámbito de
actividad. El proyecto fue muy bien recibido por las nuevas
generaciones de los cuadros católicos que buscaban una aplicación
renovada de la Doctrina Social de la Iglesia.
Los católicos sociales desempeñaron un rol significativo, a través
del Círculo Católico de Obreros y de la Juventud Obrera Católica,
en la propagación de la Doctrina Social de lglesia. Estas
entidades se desempeñaron como centros mutualistas y
27
recreativos; pero también tuvieron a cargo la difusión de las ideas
sindicales, aunque bajo la tutela de la Iglesia.
Es decir se sembró en los trabajadores la necesidad de agremiarse
para luchar por el mejoramiento de su situación. Si bien las
acciones logradas por la Iglesia sólo alcanzaron a un número
reducido de trabajadores, se sentaron las bases para la
sindicalización emprendida por el gobierno militar surgido del golpe
de estado de 1943.
Los sindicatos católicos tenían un carácter paternalista, ya que
estuvieron dirigidos por las autoridades eclesiásticas. La llegada del
peronismo significó la desaparición de estos sindicatos y su ingreso
a una nueva política obrerista practicada desde el Estado. Es decir,
los trabajadores sindicalizados en un primer momento estuvieron
bajo la tutela de la Iglesia y luego pasaron a depender del Estado
peronista.
28
CONCLUSIÓN
Luego de haber investigado, citado y leído diferente bibliografía
hemos llegado a la conclusión de que la relación IGLESIASINDICALISMO (incluida como parte del Estado, según la
bibliografía) ha ido variando con el correr de los años dependiendo
su conveniencia, propósitos y beneficios de ambos sectores, por
ejemplo, la Ley de Divorcio, presentada en el Primer Gobierno
Radical (de Yrigoyen) que recién aprobada y puesta en
reglamentación en el gobierno de Alfonsín (1983-1989), hecho que
marca estas “conveniencias” entre los diferentes sectores.
En términos históricos se podría decir de manera reducida lo
siguiente: hasta el primer gobierno de Yrigoyen, la Iglesia era actor
fundamental del estado argentino, sin ningún tipo de acercamiento
con el movimiento obrero, incipiente por esos años, por lo general
inmigrante, anarquista, y por ende, “agnóstico”. De 1916 a 1930,
sobre todo en los gobiernos de Yrigoyen, la relación con la Iglesia
se hace un poco más ríspida, aunque ejerciendo una gran presión
en toda decisión del Gobierno.
En relación con la Iglesia, el gobierno radical (primera presidencia
de Yrigoyen) mostró su contenido reaccionario cuando vetó la
nueva constitución de la provincia de Santa Fe, que establecía una
separación de la Iglesia y el Estado. También se negó a legalizar el
divorcio.
En 1930, con el golpe de estado, la relación entre estado iglesia se
hace mas fuerte que nunca. La Iglesia fue beneficiaria de las
políticas de gobierno de ahí hasta prácticamente 1951, (inclusive en
el primer peronismo 1945-1951), y de manera más explícita en la
que se puede relacionar iglesia- sindicatos, es que a partir de la
década del 30, el movimiento obrero, en formación fue mutando de
anarquista a católico para 1943, de hecho, ya los sindicatos que
comienza a articular Perón en su mayoría eran católicos. Junto a
Eva Duarte, Perón forjo una estrecha relación con la Iglesia Católica
ya que su “devoción”, se debía a Eva. Hasta que esta “simpatía”,
comenzó a disminuir cuando el General Perón tuviese la intención
de separarse de su ex mujer para casarse con Eva Duarte. Suceso
que alarmó a la iglesia por completo y lo alejo de la misma
provocando hechos muy importantes en la historia Argentina (que
no son incluidos en el lapso de tiempo descripto para esta
monografía).
29
BIBLIOGRAFÍA
 http://www.laguia2000.com/argentina/el-sindicalismo-en-laargentina
 http://pronadie.wordpress.com/historia/
 http://www.elhistoriador.com.ar/articulos/movimiento_obrero_h
asta_1943/la_semana_tragica.php
 http://www.anred.org/spip.php?article4679
 http://www.pts.org.ar/spip.php?article10348
 Manual de Historia del Movimiento Obrero Argentino:
http://www.trabajo.gov.ar/downloads/formacionSindical/Manua
l%20de%20Historia.pdf
 “Breve historia del sindicalismo Argentino” - Santiago Senén
González y Fabián Bosoer - Editorial El Ateneo, Buenos Aires,
2009
 “Una historia para pensar 1776-1996” (Manual Kapeluz) - E.
Cristina Rins y María Felisa Winter
 “Breve historia Argentina contemporánea” - Luis Alberto
Romero; colección popular, Fondo de cultura económico
 “Bicentenario Dos siglos de la Argentina 1810-2010” - Felipe
Pigna, coordinador; Julio Bulacio, Guillermo Cao; Marta Dino,
Carlos Mora
 “Nueva Historia Argentina” - Mirta Zaida Lobato y Juan
Suriano) Atlas Histórico/Editorial panamericana.
 “Historia Argentina Contemporánea 1810-2002” - Teresa
Eggers-Brass.
 Personas consultadas: Profesoras María Belén coronel DNI:
26568221 y María soledad Marchisio DNI: 30982569
(recibidas en el Instituto de enseñanza superior Joaquín V.
González); Historiador en curso Hernán Javier Laquanitti DNI:
27281525; Profesor de Doctrina Social de la Iglesia Miguel
Ángel Quiroz DNI: 30492824
30
ANEXO
12 de octubre de 1916 - Asunción de Yrigoyen como Presidente
Patagonia Rebelde: Detención de obreros
31
Entrada a los Talleres Vasena
Imagen de la Semana Trágica
32
Imagen de la Semana Trágica
Manuel Carlés y Monseñor Botaro, arzobispo de Bs. As., quien
recibe de la Liga Patriótica la medalla de oro al mérito
33
"Una arenga patriótica", escrito de Manuel Carlés, publicado en
Caras y Caretas
34