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Pase manual
El secreto del adviento es la
verdadera alegría. Ésta
consiste en sentirse amado
por el Señor, quererse unos a
otros y hacerse don para los
demás.
Cada Adviento debe ser
para mí un tiempo de
nuevas posibilidades,
“nuevos proyectos “.
La más grande prueba de que Dios nos ama infinitamente ,
es haber mandado a su Hijo Jesús. Por eso el Adviento es,
sobre todo, un tiempo de alegría profunda en esperanza.
Mi vida debe ser como un Adviento un poco más largo, una
alegre espera de ese momento definitivo en el que me
encontraré con el Señor para siempre.
La cercanía del Señor engendra en el corazón del cristiano la alegría.
“Estad siempre alegres en el Señor: os lo repito: estad alegres” (Flp,4)
“El Señor está cerca”. Caminar hacia el encuentro de
Cristo que viene, equivale a descubrir su presencia
en medio de nosotros.
“El Señor está cerca”. Nos visita cada día con la fuerza de
su palabra, con el vigor de sus sacramentos, con la potencia
regeneradora de la vida cristiana.
”El Señor está
cerca”.” La
salvación es Dios y
Cristo nos trae a
Dios. De esta
certeza mana la
alegría que
debemos compartir
con los demás”.
“El Señor está cerca”. “La alegría es el verdadero regalo de Adviento.
Esta alegría podemos comunicarla con una sonrisa, con el perdón, con
un gesto bueno, con una pequeña ayuda”.
Para alegrarnos,
necesitamos amor y
verdad, necesitamos a
un Dios cercano que
caliente nuestro
corazón y responda a
nuestros anhelos más
profundos.
“La alegría es tener a Jesús. Vivo la alegría de
Cristo, que viene de lo hondo del corazón y trae el
amor, la justicia y la paz”.
“La verdadera alegría, la que trae
serenidad que nadie puede quitar,
sólo la tiene quien logra escapar
de sí mismo, ama a los demás y
sigue la voluntad de Dios”
“Una de las grandes misiones del cristiano: como María, llevar alegría
al mundo que está triste porque se va alejando de Dios”.
-"¡Qué alegría inmensa
tener por madre a
María! Al dirigirnos a
Ella, nuestro corazón
recibe luz y consuelo".
“La Virgen , junto a su Hijo, recapitula todas las
alegrías, vive la perfecta alegría”, escribió Pablo VI.
Rogelio
“El Señor está cerca. Tratemos de compartir la alegría más profunda, la
alegría de haber conocido a Dios, en Cristo” (Benedicto XVI).