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www.fbbva.es
DEPARTAMENTO DE COMUNICACIÓN
NOTA DE PRENSA
El premio Nobel Tim Hunt presenta en la
Fundación BBVA sus últimos descubrimientos
sobre alteraciones de la división celular, clave
en patologías como el cáncer
 Esta tarde impartirá la Conferencia Alberto Sols-Fundación BBVA, con la que se
clausurará el XXXIII Congreso de la Sociedad Española de Bioquímica y Biología
Molecular
Madrid, 17 de septiembre de 2010. Sir Timothy Hunt, premio Nobel de Medicina y
Fisiología, ha presentado esta mañana en la Fundación BBVA los últimos
descubrimientos realizados en su laboratorio para comprender el mecanismo
molecular y la regulación de la división celular, proceso conocido con el término
mitosis. La división celular es el proceso fundamental implicado en el desarrollo y
mantenimiento de los organismos vivos. Gracias a la mitosis, las células pueden
multiplicarse, convirtiéndose el embrión en organismo adulto y la semilla en planta. Del
mismo modo, este proceso es esencial en la homeostasis -autorregulación que
mantiene constantes la composición y propiedades de un organismo- de los órganos y
los tejidos en el ser adulto.
El proceso de división celular ha de estar estrictamente controlado, ya que una
multiplicación sin control origina una sobreproducción celular que no puede ser
alojada en los tejidos de un organismo, dando lugar a la aparición de tumores. Por
tanto, no es de extrañar que fallos en el control de la mitosis celular causen cáncer. En
este sentido, existe un elevado interés en comprender molecularmente los mecanismos
implicados en la regulación de la división celular, pues con este conocimiento se
pueden desarrollar estrategias terapéuticas en oncología. El Prof. Hunt ha descubierto
que “la ausencia de una proteína fosfatasa de la familia PP2A, que modifica
químicamente a proteínas implicadas en la división celular, acelera la entrada de la
célula en el proceso mitótico, pero también bloquea su salida del mismo. Estos
resultados indican que la presencia de esta enzima es esencial para que la división
celular ocurra en condiciones controladas, y que su alteración tiene un impacto
importante en la mitosis celular”, ha explicado. Este descubrimiento abre nuevas
puertas en la investigación del cáncer que pueden resultar en el desarrollo de nuevos
tratamientos terapéuticos.
Tim Hunt, que actualmente desarrolla su actividad en el Cancer Research UK London
Research Institute, ha venido a España para impartir, esta tarde, la Conferencia
Alberto Sols-Fundación BBVA, con la que se clausura el XXXIII Congreso de la Sociedad
Española de Bioquímica y Biología Molecular (SEBBM). Procesos epigenéticos,
señalización celular, metabolismo y enfermedad, y la biología molecular del estrés son
algunos de los temas que se han tratado en el congreso, donde se celebran, además,
las reuniones de los 20 grupos especializados de la SEBBM.
El profesor Hunt lleva casi 30 años investigando el proceso de división celular, vital tanto
para el desarrollo de un organismo, como para la regeneración de los tejidos. Existen
tejidos en los que las células están continuamente dividiéndose (piel, cabello,
gametos, etc.), mientras que en otras las células han perdido esta capacidad
(neuronas). La célula tumoral ha perdido todo control de este proceso, dividiéndose
de forma desbocada.
En 1982, trabajando en el Marine Biological Laboratory at Woods Hole en
Massachusetts, descubrió precisamente las moléculas encargadas de ejercer el
control del proceso de la división celular: se trata de las proteínas ciclinas cuyas
concentraciones varian durante el ciclo celular, y regulan la actividad de las proteínas
quinasas dependientes de ciclinas (CDK) las cuales son responsables de ejecutar las
transiciones de una fase a otra del ciclo celular. En el año 2001 se le reconoció esta
enorme contribución mediante la concesión del Premio Nobel de Fisiología y
Medicina, que compartió con Paul Nurse y Leland H. Hartwell, que trabajaban en el
mismo campo.
Los descubrimientos de Hunt, Nurse y Hartwell han permitido identificar muchas otras
moléculas implicadas en control del ciclo celular en condiciones fisiológicas y
patológicas. De esta forma ha sido posible entender en detalle el proceso y desarrollar
procedimientos diagnósticos y terapias para procesos patológicos como los
oncológicos.
Tanto las ciclinas como las CDK pueden actuar como proteínas oncogénicas en las
celulas tumorales. Se han identificado agentes antitumorales que reducen niveles de
ciclinas o de actividad CDK. También se han identificado genes supresores tumorales
como p53 y retinoblastoma cuya inactivación facilita la progresión del ciclo celular y
así el desarrollo del cáncer. La funcionalidad de estas proteínas así como de una
veintena de supresores -como BRCA1, involucrado en cánceres de mama y ovario, y
BRCA2, involucrado en cáncer de mama- son muy útiles en el diagnóstico de diversos
tipos de cánceres.
Una tarea ardua en la lucha contra el cáncer
Pese a estos avances, Hunt afirma que “sería el primero en admitir que nuestra
comprensión del control del ciclo celular está aún lejos de ser completa, pero dada la
relativa facilidad del desarrollo de inhibidores específicos de las proteínas quinasas,
sería buena idea el desarrollar estos inhibidores para el tratamiento de tumores”. De
hecho, se están realizando estudios preclínicos y clínicos con inhibidores de las
proteínas CDK sobre su actividad antitumoral y en combinación con quimioterápicos
clásicos.
Hunt considera que los principales pasos a corto plazo “serán pequeños logros por
parte de los clínicos. Queda mucho camino para entender por qué las células se
dividen. En las últimas décadas ha habido enormes avances en biología molecular,
pero el panorama es muy complejo: se ha descubierto que en cada cáncer hay unas
250.000 mutaciones y es increíblemente complicado saber cuáles de ellas son las
importantes. No va a haber una penicilina del cáncer. La penicilina ataca células
bacterianas, distintas de las nuestras. Pero las del cáncer son células humanas
alteradas. Por eso la peniclina no es tóxica para el organismo humano y los
tratamientos contra el cáncer sí”.
Además de profundizar en el conocimiento del crecimiento celular, este experto
considera que otra vía prometedora de investigación es “desentrañar las diferencias
entre el metabolismo de las células normales y las cancerosas, un campo que hasta
hace muy poco se ha dejado de lado”.
Con todo, Hunt estima que los principales tratamientos siguen siendo empíricos, a base
de prueba y error. Y aunque se haya avanzado mucho en los últimos años, “no creo
que haya que ser demasiado optimista: la investigación básica sigue adelante, pero
creo que por ahora los principales avances vendrán de los clínicos”. En este sentido,
“la prevención sigue siendo mucho más importante que la prevención en el cáncer.
Un ejemplo claro es el tabaco: la mitad de los cánceres están causados por el tabaco
y esa es una causa perfectamente previsible”. Alabó las legislaciones que restringen
fumar en lugares públicos, aunque estima que “los políticos han tardado” en trasladar
la evidencia científica a la normativa de salud pública.
La imprevisibilidad del descubrimiento y los recortes presupuestarios
El profesor Hunt se ha referido también a la emoción del descubrimiento y al papel de
la casualidad en ciencia: “Cuanto más importante es un descubrimiento más
inesperado. Uno no entra en un laboratorio sabiendo lo que se va a encontrar. Esto,
por supuesto, no gusta a los políticos: querrian tener una relación inmediata y previsible
entre inversión y resultado”.
La crisis económica internacional, reconoce Hunt, ha afectado a los presupuestos
públicos destinados a ciencia “tanto en Reino Unido como en España y en última
instancia la investigación depende de los recursos que se destinan a ella. Lo difícil es
saber cuántos científicos debe haber y creo que es importante mantener una entrada
constante de jóvenes, pues son los que aportan sangre fresca al sistema”. En cualquier
caso, esta coyuntura “puede tener un efecto positivo: en los años ochenta muchos
jóvenes de verdadero talento cambiaron la carrera científica por profesiones mejor
remuneradas, aunque menos creativas; tal vez ahora recuperemos ese potencial”.
Hunt es un buen conocedor de la ciencia española y considera que “el trabajo que
están realizando instituciones como el Centro Nacional de Investigaciones
Oncológicas y el Instituto de Investigación Biomédica (IRB, según sus siglas en catalán)
de Barcelona muestra que la investigación en España es pujante y muy respetada
internacionalmente”.
Si desea más información, puede ponerse en contacto con el Departamento de
Comunicación de la Fundación BBVA (91 374 52 10 y 94 487 46 27 ó [email protected]) o
consultar en la web www.fbbva.es