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CLM.ECONOMÍA, Nº 10, Primer Semestre de 2007. Págs. 129-161
Globalización, relaciones
laborales y migración.
Conceptos básicos
y aspectos teóricos.
Santos M. Ruesga y Julimar da Silva Bichara
Universidad Autónoma de Madrid
Resumen
Lo que conocemos por globalización no es sino una fase singular en un largo proceso
de desarrollo de la economía de mercado, en su dimensión mundial. Bajo esta perspectiva
los autores de este trabajo analizan el impacto de la globalización, en su momento
presente, sobre el entramado de relaciones laborales, particularmente en lo que a los países
desarrollados se refiere. Y previo a este análisis, el artículo describe los caracteres de tal
fenómeno de la globalización, con el fin de entender con mayor precisión su impacto sobre
el mundo del trabajo. En este artículo se analiza la singularidad de tal fenómeno de la
globalización, introduciéndose en las características más relevantes del mismo.
Y tras este análisis genérico, el artículo se introduce en la relación entre globalización y
relaciones laborales, que se concreta en el estudio de los efectos de los flujos migratorios
actuales sobre los niveles salariales, en los países desarrollados; concluyendo que los
factores explicativos de las diferencias salariales existentes entre inmigrantes y nativos no
son debidos al origen de los trabajadores sino a otras variables propias de los mercados
nacionales.
Palabras clave: globalización, relaciones laborales, movimientos migratorios, empleo
informal, diferencias salariales.
Clasificación JEL: F16
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Abstract
What we know by globalization is not but a singular phase in a long process of
development of market economy, in its world-wide dimension. Under this perspective the
authors of this work analyze the impact of the globalization, at their present moment, on the
framework of labour relations; particularly they talk about developed countries. And
previous to this analysis, paper describes characters of such globalization, with the purpose
of more accurately understanding its impact on labour world. In this article, the singularity
of globalization phenomenon is analyzed, researching on most of its relevant characteristics.
And after that generic analysis, paper goes in globalization and labour relations
interaction, which is materialized in present migratory flows effects on the wage levels study,
in developed countries; concluding that the explanatory factors of existing wage differences
between native workers and immigrants do not have to the workers birthplace origin but to
other variables.
Key words: globalization, labour relations, migration flows, informal employment, gap wages.
JEL Classification: F16
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GLOBALIZACIÓN, RELACIONES LABORALES Y MIGRACIÓN. CONCEPTOS BÁSICOS Y ASPECTOS TEÓRICOS
1.- Introducción.
En los últimos años se han producido cambios notables en el
contexto económico internacional. En la próxima década algunos
de estos cambios se van a intensificar y se van a producir otros. Se
abre camino un mundo en el que las economías cada vez están más
integradas. Los avances tecnológicos y las reformas aperturistas
incrementan el crecimiento del comercio, los flujos de inversión, la
inmigración, todo lo cual se traduce en una mayor conexión e
interrelación entre las economías.
Los cambios producidos auspiciados por la tecnología de la
información, la globalización financiera y comercial y por la
intensificación de procesos regionales de integración económica,
particularmente en la Unión Europea, tienen consecuencias sobre
toda la economía mundial, en general, y sobre las relaciones
laborales, en particular, siendo las más importantes sobre el grado
de apertura exterior de la economía, el nivel de competencia de los
mercados de bienes y servicios, el régimen de la política monetaria,
el proceso de ajuste macroeconómico ante perturbaciones de
oferta y de demanda, el ritmo de innovación y de desarrollo
tecnológico, la capacidad competitiva de las naciones y, por último,
la heterogeneidad de las empresas y de la fuerza de trabajo, lo que,
en última instancia condiciona la cuantía y composición de la
demanda de trabajo. De igual modo seguirá alterándose, a impulsos
de la situación económica y social internacional, la dinámica de la
oferta de trabajo, alimentándose con singulares e importantes flujos
de inmigración (Ruesga y Heredero, 2005).
Y el progreso tecnológico manifiesta cada vez más un carácter
sesgado a favor de la cualificación de los trabajadores. En los países
desarrollados se asiste a un declive del empleo en el sector
industrial, un deterioro de las condiciones de trabajo, una posible
caída de los salarios reales en general y la persistencia, todavía hoy
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en muchos de estos países, de una tasa de desempleo elevada. El
resultado es que aumenta la demanda relativa de trabajo cualificado
con respecto al no cualificado. Ante este cambio en la composición
de la demanda, se observa un incremento de la desigualdad salarial
en los países desarrollados a favor de los trabajadores cualificados,
y una concentración del desempleo en los segmentos de
trabajadores de menor cualificación (Ruesga y Heredero, 2005, p. 19
y Schmitt, 2004).
De aquí que una parte de las políticas de empleo en los años
ochenta y noventa tendente a reducir las altas tasas de desempleo
se haya centrado en la supuesta rigidez institucional de los
mercados de trabajo. La rigidez institucional se refiere a la existencia
de normas que dificultan competir con otros países que no tienen
tales normas y producen a precios más bajos. No resulta extraño a
partir de aquí, señalar a esos países, en los que las instituciones
laborales y las normas son más laxas o simplemente no existen,
como los causantes de algunos de los problemas del mercado de
trabajo en los países desarrollados.
La inserción de China y otros países emergentes en el mercado
internacional está produciendo una serie de impactos en el
mercado laboral y en el comercio internacional con consecuencias
importantes sobre la evolución futura de las economías, en tanto
que la competencia internacional con base en bajos costes
salariales se intensifica. En este contexto, con relación al mercado
laboral, aumenta la presión sobre los trabajadores, al tener que
competir en precio con otros, sin ninguna protección institucional,
que desarrollan sus actividades en condiciones muy precarias,
impensable en los países desarrollados. No obstante, tal presión
competitiva se va a notar fundamentalmente en los sectores de
demanda madura (con elasticidad demanda renta mundial baja –la
unidad o inferior-), lo que puede acarrear más que procesos de
“deslocalización” en los países más desarrollados (muchos ya
culminados, como en el caso de la industria textil) y episodios de
competencia transnacional entre los propios países menos
desarrollados.
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En suma, se puede interpretar, por tanto, que la globalización
traslada resultados dispares, no siempre positivos, en todas las
esferas y para todos los sujetos de la actividad económica.
GLOBALIZACIÓN, RELACIONES LABORALES Y MIGRACIÓN. CONCEPTOS BÁSICOS Y ASPECTOS TEÓRICOS
Incertidumbre económica y desigualdades son los dos de los vértices
oscuros más significativos de la globalización para los sujetos
económicos. En este contexto, la calidad del trabajo en muchas
zonas del planeta, particularmente en los países menos
desarrollados, esta sufriendo deterioros importantes, mostrando las
dificultades de introducirse en una senda sostenida de cohesión
social. El avance del empleo informal en América Latina,
documentado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT,
1996), es un botón de muestra de estas consecuencias adversas, no
deseadas, del proceso de globalización
En este contexto de incertidumbre cobran vigencia las
estrategias empresariales de descentralización productiva,
materializables en la esfera internacional, en busca de reducir los
niveles de incertidumbre ante las oscilaciones de la demanda
agregada específica para cada empresa, trasladando riesgos a
unidades de producción externas y, a ser posible, más
informalizadas o con menores costes de regulación. Y la creciente
heterogeneidad de las empresas viene marcada por el desarrollo de
nuevas tecnologías que afectan directamente a la organización
funcional de las mismas y, por tanto, a la cobertura efectiva de la
negociación colectiva y otros aspectos de la relación laboral
regulada. Por ejemplo, las nuevas tecnologías, hacen posible el
trabajo a distancia (o teletrabajo) y promueven la subcontratación
de tareas a trabajadores autónomos o con contratos eventuales.
El avance de la heterogeneidad también se produce por el lado
de la oferta de trabajo. El aumento de la tasa de actividad femenina,
la mayor llegada de inmigrantes con niveles educativos y
cualificaciones profesionales distintas a las de la población nacional
y el retraso de la edad de jubilación son fenómenos que aumentan
la heterogeneidad de la población activa.
A partir de la anteriores argumentaciones se trata de analizar
como el comercio con los países de bajos salarios y precarias
condiciones de empleo no justifica, o mejor no constituye la causa
principal de un deterioro de las condiciones de trabajo, de la
exigencia de una mayor flexibilización o una desregulación del
mercado de trabajo o incluso de una revisión del estado del
bienestar. Se piensa que la explicación de esas nuevas realidades
sociolaborales no se encuentra, al menos de modo significativo, en
el ascenso de las relaciones comerciales con los países en desarrollo.
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Para analizar estos interrogantes, este artículo comienza con un
primer apartado en el que se revisan algunas cuestiones relativas al
propio concepto de globalidad y en segundo lugar se analiza el
marco teórico que trata de interpretar la relación entre proceso de
globalización y cambio en las relaciones laborales. Posteriormente,
el análisis se introduce en el estudio de uno de los fenómenos
presentes en el actual proceso globalizador, la emigración de los
países menos desarrollados a los más. Las conclusiones recogen la
idea de que no se puede señalar a una causa única, exclusiva y
universal, como la que está en la raíz de los problemas presentes en
los mercados de trabajo de los países avanzados, y, en todo caso, se
abunda en la idea de que la determinación de las condiciones de
trabajo tienen una dimensión más interna o nacional que externa o
internacional.
2.- La globalización: conceptos
y tendencias.
El término “globalización” es comúnmente utilizado para
definir, aunque con exceso de simplificación, los importantes
cambios que en las últimas tres décadas se están produciendo en
el marco de las relaciones económicas internacionales. La palabra
adquiere, bajo el prisma de una opinión pública conformada
fundamentalmente a través de los medios de comunicación, una
dimensión omnicomprensiva, en la que de una manera simple y
excesivamente reduccionista se trata de integrar todo un conjunto
de complejos procesos de transformación en las relaciones
económicas y sociales en el plano internacional, pero con
profundas raíces y repercusiones en los distintos escenarios
nacionales.
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Esta fase del proceso de globalización coincide, en sus
estadios iniciales, con “la derrota del colectivismo, a finales del siglo
XX y el correspondiente triunfo de la economía de mercado, [que]
abogan por una supresión de fronteras que son consideradas
económicamente ineficientes (por lo menos en el plano de la
economía neoclásica); por otro lado, el desarrollo de las tecnologías
de la información y de las comunicaciones ha provocado una
GLOBALIZACIÓN, RELACIONES LABORALES Y MIGRACIÓN. CONCEPTOS BÁSICOS Y ASPECTOS TEÓRICOS
disminución de los costes de transacción y ha contribuido a una
uniformización de los contenidos, reduciendo así las distancias
económicas y culturales entre países” (Fontela, 2004, p. 61).
Los mercados ahora globalizados presentan nuevos defectos
más nocivos que los determinados clásicamente (principalmente de
información imperfecta o asimétrica de los agentes y en algunos
mercados). Por otro lado, en este proceso globalizador, con
preeminencia en ascenso del mercado, el Estado Bienestar clásico,
proveedor de todos múltiples beneficios sociales, ha ido mostrando
crecientes dificultades financieras para hacer frente a los
compromisos adquiridos. Por ello, en aras de superar los perfiles
excluyentes 1 de la globalización, la relación que se establezca entre
el Estado y el mercado en el siglo veintiuno habrá de ser cada vez
menos antagónica y más complementaria, a medida que se vayan
revelando los sectores en los que cada uno de estos dos
instrumentos reguladores opere de manera más eficiente.
Uno de los primeros elementos característicos de la globalización,
más allá del debate terminológico o semántico acerca del mismo 2,
hace referencia a su carácter de proceso histórico. Esto indicaría que
el momento que vivimos es una fase, singular si se quiere, de un
proceso de internacionalización de las relaciones económicas.
Algunos autores señalan sus inicios en el descubrimiento de América
(Ferrer, 1996 y 1999), cuando la expansión de las relaciones
comerciales alcanza a todo el planeta. Pero con un desarrollo ulterior
cargado de asimetrías en el tiempo, con fases fuertemente expansivas
y otras de estancamiento o lento crecimiento en el grado de
mundialización de las relaciones económicas.
2.1. Un proceso dinámico y asimétrico.
La globalización es un proceso dinámico y al mismo tiempo
asimétrico, es decir, en constante transformación y con impactos
diferenciados entre las sociedades. Se trata de un estadio dentro
del proceso evolutivo del modo de producción capitalista. Se
mantienen las constantes del sistema capitalista (del capitalismo
1) Véase al respecto Ruesga y Murayama (2007).
2) Hay autores que atribuyen al término globalización una fuerte carga ideológica, vinculada a la
perspectiva neoliberal, y abogan una mejor adecuación del término mundialización para reflejar con mayor
precisión al fenómeno en cuestión; es más, en este sentido, por ejemplo, se ha señalado como “para los
escépticos, el concepto mismo de globalización es bastante insatisfactorio. ¿Qué hay de «global» –se
preguntan- en la globalización?” (Hirst, 1997, p. 410).
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monopolista al capitalismo globalizado) 3. En lo que se refiere a las
asimetrías, se hace referencia a desarrollos también diferentes de las
distintas funciones económicas: fases de intensa globalización en la
función comercial u otras donde predomina la mundialización
financiera, como está ocurriendo en las últimas décadas. O
asimetrías en cuanto a la distribución espacial del proceso 4, que
incluso en la actual fase muestran una tendencia ascendente.
Las desigualdades geográficas en cuanto a niveles de vida van
in crescendo, y, sobre todo, en la distribución de los recursos
fundamentales para alcanzar el desarrollo –que ya no son los
recursos naturales- están dejando prácticamente fuera del
desarrollo a continentes enteros, como África. Al igual que se
producen cambios intensos en la estructura sectorial de la
producción y el consumo, que desplazan miles de trabajadores de
unos países a otros y de unas industrias o servicios a otros. Todas
estas asimetrías redundan, finalmente, en que en el proceso de
globalización no todos los sujetos ganen, sino que haya ganadores,
pero también perdedores (Ruesga Benito, 2006).
La asimetría del fenómeno también se pone de manifiesto
cuando se analizan las singularidades políticas de la globalización,
en tanto que se puede observar un profundo desajuste entre lo
local y lo global, es decir, entre la globalización económica y el
todavía localismo en el orden de las ideas y de la propia práctica
política. De esta forma, se puede identificar una profunda asimetría
entre la dinámica de las relaciones económicas y la de las relaciones
políticas. En cuanto al ámbito de gestión y desarrollo de las mismas,
en el primer caso, en el de las relaciones económicas, es correcto
hablar de mundialización o creciente internacionalización, mientras
que en el caso de las relaciones políticas aún es preponderante la
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3) En el siglo diecinueve el modo de producción dominante fue el capitalismo competitivo a nivel nacional.
En el siglo veinte, lo fue el capitalismo monopolista que se internacionalizaba. En el siglo veintiuno ya está
claro que el capitalismo será el de la globalización. Estos cambios históricos corresponden también al
predominio mayor o menor del Estado o del mercado como mejores coordinadores de los recursos de la
sociedad (Bresser Pereira, 1998).
4) “Si lo global puede no interpretarse literalmente, como un fenómeno universal, entonces el concepto de
globalización parece no ser apenas más que un sinónimo de occidentalización o americanización. /.../ Estos
análisis revelan que, más que globalización, las tendencias presentes reflejan un proceso de
«internacionalización» -es decir crecientes vínculos entre economías o sociedades nacionales esencialmente
distintas”. (Held y Mc Grew, 2003, pp. 15-16). Por ello “tendremos que hacerlo [el análisis y medición de la
globalización] conscientes de que los espacios particulares -bloques económicos nacionales, regionales o
locales- no desaparecen con el auge de la globalización, sino que se ven determinados por su existencia,
como consecuencia de la combinación de aspectos internos de esas sociedades y de los términos de inserción
en el proceso de globalización (Martínez González-Tablas, 2003, p. 86).
GLOBALIZACIÓN, RELACIONES LABORALES Y MIGRACIÓN. CONCEPTOS BÁSICOS Y ASPECTOS TEÓRICOS
escala nacional, incluso con fuertes sesgos de componente localista.
Mientras que la toma de decisiones que afectan a las relaciones
estrictamente económicas se desarrollan en un contexto
transnacional o supranacional, el espacio de la gestación, el
desarrollo y la gestión de las políticas es todavía, de forma muy
mayoritaria, de alcance nacional y ocurre, en consecuencia, que la
definición y la gestión de las políticas, en particular las económicas,
se enfrentan cada vez más a serias limitaciones derivadas del
carácter transnacional o internacional de los flujos comerciales y/o
monetarios, por ejemplo. De este modo, resulta cada vez más
complejo para los gobiernos nacionales llevar a cabo políticas
macroeconómicas de carácter monetario o fiscal en un mundo
donde la capacidad de controlar los tipos de cambio o la cuantía del
dinero en circulación comienza a escaparse de las manos de las
autoridades económicas autóctonas.
Obviamente esto no significa, como algunos analistas de
manera política o ideológicamente interesada tratan de pontificar,
que la era de los gobiernos nacionales haya desaparecido, que no es
posible la intervención y la regulación sobre los mercados por parte
de las autoridades nacionales. Significa, eso sí, que la eficacia de las
políticas económicas cada vez está más mediatizada por el ámbito
donde se desarrollan, de modo tal que los espacios nacionales cada
vez son menos adecuados para la gestión de las mismas. Es en este
horizonte en el que se abre un camino prometedor para la
potenciación de procesos de integración regional que busquen las
sinergias internas de espacios económicos y monetarios, al tiempo
que de mayor alcance, en un mundo cada vez más interconectado
económicamente (Ruesga, Heredero y Fujii, 1998).
2.2. Un discurso ideológico.
El discurso ideológico subyacente a la globalización es
el neoliberal, del triunfo y de las bondades del mercado. No hay
duda de que el profundo proceso de desregulación de la actividad
económica y de apertura de los mercados de las últimas tres
décadas ha contribuido a acelerar el proceso de internacionalización de las relaciones económicas. La insistencia en el
mercado como instrumento cuasi exclusivo de regulación y
ordenación de los intercambios y, en última estancia, de la vida
económica, ha derivado en la desaparición paulatina de barreras a
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los intercambios internacionales. Habría, por tanto, que insistir en
que todo el conjunto de políticas que han acompañado en estos
últimos años a los procesos de apertura de las fronteras nacionales
tienen una determinación política ideológica apoyada en ese
esquema de corte neoliberal (Beck, 1997 y 2000).
Las políticas económicas predominantes en los años 80 y 90
del siglo pasado, basadas en programas de ajuste con
liberalizaciones, desregulaciones, privatizaciones de empresas
públicas, etc., no constituyen una línea “natural” de desarrollo del
sistema económico a partir de la crisis de los setenta sino que
responden a una estrategia de respuesta frente a la misma, donde
una parte de los actores económicos en juego ha impuesto sus
condiciones, en un contexto en el que los términos de negociación
de los distintos sujetos, en definitiva, el poder de negociación de los
mismos, se han ido modificando paulatinamente 5.
Sin embargo, el equilibrio teórico o las supuestas bondades
teóricas del mercado no se hacen notar en el mundo real. Los
mercados globalizados presentan nuevos defectos (¿errores?) más
nocivos que los determinados clásicamente (principalmente la
información imperfecta o asimétrica de los agentes y la ausencia o
las carencias de algunos mercados). Por otro lado, el Estado
desarrollista, proveedor de todos los beneficios, se mostró en
quiebra. Porque, como el señala el profesor Sampedro “la fase actual
de la globalización ha estado y está auspiciada por una fuerte
impulso a la ideología que postula el “mercado” como elemento
básico de organización de la vida económica, extendiendo su
presencia al orden social” (Sampedro, 2000, P. 10).
2.3. Tendencias.
Como se ha destacado en los párrafos anteriores, la globalización
es un proceso dinámico y en constante transformación. Las
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5) Desregular no solo significa abrir las puertas al mercado como agente ordenador sino también cambiar
los términos de poder negociador que toda relación económica lleva consigo. Dicho de otro modo, la
liberalización de ciertos sectores productivos, el conjunto de la privatización de las actividades
empresariales del sector público, lo que ha venido a significar es un cambio en la correlación de las fuerzas
económicas dentro de sectores productivos (extrasectorial) o/y de unos sectores con respecto a otros
(intersectorial). Y al mismo tiempo se han producido modificaciones importantes en las jerarquías
existentes en la organización de todo proceso productivo, dentro de su estructura empresarial. Finalmente,
la denominada desregulación, término que puede ser también equívoco, en el ámbito de las relaciones
laborales, ha venido a significar un cambio importante en la correlación de fuerzas dentro del permanente
proceso de negociación que subyace a la definición en los cambios en estas relaciones, de modo tal que el
trabajo y sus representaciones institucionales han perdido parte de su antiguo poder de negociación
(Ruesga y Resa, 1997).
GLOBALIZACIÓN, RELACIONES LABORALES Y MIGRACIÓN. CONCEPTOS BÁSICOS Y ASPECTOS TEÓRICOS
tendencias más importantes observadas en la actualidad recogen
buena parte de los elementos actualmente presentes en el
fenómeno, como son las tendencias hacia una mayor apertura
comercial con continuidad en la desaparición de barreras comerciales
(continuando con lo apuntado en la Ronda Doha) que pueden
acentuar las asimetrías espaciales, sectoriales y/o funcionales.
De igual modo avanzará la apertura financiera, que está
convirtiendo la geografía mundial en un solo mercado del dinero.
O, de forma destacada, la innovación tecnológica, de la mano del
impulso continuado del conocimiento humano, seguirá alterando
los parámetros conocidos de los sistemas económicos y
promoviendo la movilidad de los factores productivos. Sin descartar
profundas transformaciones en las estructuras institucionales, que
van desde cambios significativos en la definición de las políticas
macroeconómicas o en las tendencias hacia la integración
económica (Ruesga y Silva Bichara, 2005) hasta innovaciones
destacadas en los modos de gestión empresarial.
Y, en este contexto, es donde se perfilan importantes
transformaciones en los modelos productivos y, por tanto, en las
formas de utilización del factor trabajo, en definitiva, en las
relaciones laborales.
3.- Globalización y relacionales
laborales: principales enfoques
teóricos.
El análisis teórico de la relación entre globalización y mercado
de trabajo se centra en evaluar cómo la primera incide en el
funcionamiento y dinámica del segundo, siendo las cuestiones
relacionadas con el salario, la dispersión salarial, el empleo y el papel
de los sindicatos los más importantes temas a investigar a este
respecto. En los últimos años también ha adquirido especial
relevancia el estudio de la relación entre estos dos fenómenos y las
migraciones, especialmente por el incremento de los flujos
migratorios en las últimas tres décadas; tema que será objeto del
apartado siguiente.
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Los principales enfoques teóricos sobre los impactos de la
globalización en las relaciones laborales se concretan en tres
enfoques diferentes. En primer lugar, la visión convencional, basada
en la teoría tradicional del comercio internacional, postula que la
globalización a través del comercio internacional lleva a la
igualación de los precios y de los salarios.
Por otra parte, la utilización de nuevos conceptos relacionados
con economías de escala y crecimiento endógeno señalan que la
globalización y las innovaciones tecnológicas pueden generar un
gran impacto sobre la estructura de la demanda de trabajadores,
siendo intensiva en capital o en mano de obra cualificada, lo que
podría generar dispersión salarial.
Por último, otros economistas analizan este fenómeno a partir
de elementos institucionales y estructurales, como los cambios
en la estructura industrial, la reducción de garantías legales y
prestaciones sociales a los trabajadores (reducción del número de
afiliaciones sindicales, reducción del poder de negociación o del
salario mínimo, precarización del empleo, mayor flexibilidad, etc.) y
el aumento del trabajo no cualificado relacionado con los flujos
migratorios. A continuación se analizan, de forma sintética, las
principales aportaciones de cada una de estas tres líneas analíticas.
3.1. El análisis teórico convencional.
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El análisis teórico tradicional de los impactos de la globalización
sobre las relaciones laborales deriva de los modelos neoclásicos de
comercio internacional, lo que revela su simplificación metodológica
y conceptual, al definir globalización sólo como la libre circulación de
mercancías. En este sentido, el teorema de Stolper-Samuelson (SS) ha
sido uno de los primeros modelos en hacer referencia a los impactos
del comercio internacional sobre el mercado laboral (nivel de empleo
y de salarios), concluyendo que el proteccionismo aumenta los
retornos de los factores de producción escasos. El libre comercio,
por lo tanto, mejora la distribución de la riqueza, como argumenta
Krueger (1983), pues provoca cambios en la participación
intersectorial del empleo y en los salarios relativos en favor de las
industrias intensivas en trabajo, en el caso de los países en desarrollo.
Siguiendo esta misma línea de pensamiento económico, avances
teóricos posteriores agregaron a esos modelos tradicionales el
GLOBALIZACIÓN, RELACIONES LABORALES Y MIGRACIÓN. CONCEPTOS BÁSICOS Y ASPECTOS TEÓRICOS
concepto de trabajo cualificado y no cualificado 6 llegando a
resultados equivalentes.
Estos modelos tradicionales han sido y son ampliamente
criticados porque consideran tanto la tecnología como los precios
de los productos como exógenos a los mismos, con lo que las
empresas sólo pueden responder a un entorno más competitivo
alterando la cantidad producida. La base del teorema es la hipótesis
de equilibrio general, tradicional en estos tipos de modelos.
Las evidencias empíricas existentes no corroboran los
resultados esperados por este tipo de modelos analíticos, tanto para
los países desarrollados como para los países en desarrollo. En el
caso de los primeros, no existen evidencias concluyentes acerca de
la relación entre comercio, dispersión salarial y desempleo, por lo
que no hay consenso al respecto. Existen restricciones para que se
produzca este proceso igualador. En concreto, los bienes sujetos
al comercio internacional deben producirse con rendimientos
constantes a escala, la tecnología, la calidad y el resto de las
características de los inputs deben ser muy parecidas entre los
diversos países y, finalmente, debe haber plena movilidad del
trabajo y del capital entre los países. No es muy probable que se den
todas estas circunstancias al mismo tiempo por lo que la teoría de la
igualación de los precios de los factores presenta importantes
limitaciones al adentrarse en el análisis empírico.
En definitiva, las evidencias de la literatura empírica no
presentan ningún tipo consenso sobre el teorema de igualación de
los precios de los factores. Algunos trabajos muestran un
crecimiento relativo de los precios de los productos intensivos en
trabajo cualificado como resultado del comercio, lo que implica un
incremento de la dispersión salarial, contrariando los resultados
teóricos de la visión tradicional 7. Otros trabajos empíricos
encuentran una relación estadísticamente no significativa o
significativa, pero con un impacto muy pequeño, entre comercio,
precios y salarios.
Por ejemplo, Wood (1995) resalta que el comercio
internacional reduce la demanda de trabajadores de baja
6) La justificación teórica deriva de la hipótesis de complementariedad entre capital y trabajo cualificado,
propuesta original de Rosen (1968) y Griliches (1969); actualmente esta hipótesis ha sido explotada por
Goldin y Katz (1998) y Krusell et al. (1997), entre otros.
7) Véase también, entre otros, Sachs y Shatz (1994) y Leamer (1994 y 1996).
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cualificación, que no son compensados por los empleos que se
crean en los sectores de alta cualificación e induce a las empresas de
los países de altos salarios a un proceso de “innovación defensiva”,
que reduce la demanda de este tipo de trabajadores. Señala
también que los efectos de las importaciones de bienes de países
en desarrollo tienen más consecuencias sobre el empleo de lo que
puede representar el valor económico de las importaciones.
Por el contrario, Krugman (1997) señala que el comercio
internacional, la competencia de la producción externa, no es
la causante del estancamiento de las rentas en Estados Unidos
desde 1973, ni de la desindustrialización ni de la situación de los
trabajadores menos cualificados. No es la causa de la desindustrialización, al nivel que se le achaca, porque un dólar de
importaciones no sustituye a un dólar de productos industriales
propios: hay que descontar las fugas que se producen hacia el
sector servicios como resultado de la actividad importadora. Estima
que un dólar de importaciones del sector manufacturero sólo
reduce en un 60 por ciento la actividad productiva global del país.
De la misma forma, entiende que la pérdida de empleo se ha
producido porque ha aumentado la productividad del sector y,
aunque al nivel de unidades físicas se sigue consumiendo lo mismo,
no se necesita el mismo número de empleados para producirlas. En
cuanto a la disminución de los salarios de los trabajadores menos
cualificados, Krugman (1995) no encuentra un determinante
incuestionable; aunque, eso sí, no lo ve en el comercio internacional.
Por ello señala como escasa la pérdida de Producto Nacional Bruto
disponible derivada de un posible desequilibrio de la balanza de
pagos derivada de procesos de deslocalización industrial.
Otros autores han desarrollado trabajos en los se recoge que la
internacionalización económica sí que produce desigualdad salarial,
aunque el efecto sobre la pérdida de empleo industrial es muy
escaso 8. Lawrence y Slaughter (1993) encuentran que el impacto del
comercio internacional sobre los salarios internos es muy pequeño (an
small hiccup) y señalan que los salarios, en el periodo que estudian para
los Estados Unidos, han crecido por encima de la productividad o han
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8) Muñoz del Bustillo y Esteve (1996) resumen un conjunto de seis estudios en lo que lo más significativo
sería que la internacionalización de la economía pondría en marcha procesos de aumento de la dispersión
salarial. Richardson (1995) también recoge algunos estudios en los que parecen deducirse similares
conclusiones. Sin embargo, este autor resalta de su investigación que el comercio es un contribuyente
moderado a la tendencia en la desigualdad de los ingresos.
GLOBALIZACIÓN, RELACIONES LABORALES Y MIGRACIÓN. CONCEPTOS BÁSICOS Y ASPECTOS TEÓRICOS
evolucionado casi a la par. Belman y Lee (1992) resaltan que los efectos
del comercio internacional sobre el empleo son más importantes
que sobre los salarios aunque también produce desigualdad y
estancamiento salarial. El comercio internacional expulsa a los
trabajadores de bajos salarios del sector industrial, en el que
tradicionalmente los salarios son mayores, y los desplaza a
determinados servicios en los que los salarios son más bajos. Por otra
parte, la amenaza de posibles deslocalizaciones de las empresas puede
moderar las demandas salariales, en el sector industrial inicialmente, y,
posteriormente, actuar como referente o pantalla para los otros
sectores a efectos de la negociación colectiva. Finalmente Rodrik
(1997) señala que la globalización determina una demanda de trabajo
de los trabajadores de bajos salarios más elástica, es decir, las
variaciones del empleo son más sensibles a los salarios.
Esta falta de consenso sobre los impactos del comercio sobre
el empleo y la dispersión salarial dio lugar al desarrollo de nuevas
formulaciones teóricas, como la de Davis (1996), cuya principal
conclusión consiste en afirmar que la hipótesis de abundancia o
escasez relativa de factores debe ser considerada no solo de forma
global, sino a partir un conjunto limitado de países con dotación de
factores semejante. En ese caso, se puede llegar a un resultado
contrario al esperado por la visión teórica convencional.
Con base es ese argumento, Wood (1999) sugiere que la
entrada de países como China, India, Bangladesh, Paquistán e
Indonesia en el mercado mundial de productos intensivos en
trabajo no cualificado ayuda a explicar el aumento de las
desigualdades en los países de renta media, como los
iberoamericanos. Se argumenta que el ascenso continuo de la
oferta de bienes intensivos en mano de obra no cualificada ha
alterado la estructura de la oferta de esos bienes en el
mercado mundial, disminuyendo los precios y el retorno de
los factores de producción y perjudicando, sobre todo, a
los países iberoamericanos, que tenían alguna ventaja
comparativa en la producción de dichos bienes. Como
consecuencia, esos países tuvieron que buscar ventajas
comparativas en la producción de bienes intensivos en
trabajo de cualificación intermedia, aumentando la demanda
de esos trabajadores y la dispersión salarial.
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3.2. Economías de escala y tecnología.
La introducción de la hipótesis de economías de escala y de la
posibilidad de diferenciación tecnológica entre los países permite
desarrollar nuevos enfoques sobre los efectos de la globalización en
las relaciones laborales 9. Resulta especialmente relevante el factor
tecnológico, puesto que permite analizar los efectos esperados bajo
la perspectiva de la existencia de trabajadores con distintos niveles de
cualificación. Los resultados, por lo tanto, son netamente diferentes a
los que se obtienen de los modelos convencionales. La apertura
comercial expande los mercados, difunde tecnología vía comercio
internacional de máquinas y equipos. Esa nueva tecnología ahorra
trabajo no cualificado, cambiando la estructura de la demanda de
trabajo; en otras palabras, aumenta la demanda por trabajo
cualificado y disminuye la de trabajo no cualificado, ampliando la
desigualdad salarial, resultado contrario al de la teoría tradicional.
El nivel de dispersión salarial que puede causar el comercio
bajo esa hipótesis depende de varios factores: 1) del desfase
tecnológico entre la nueva tecnología y la antigua, por lo que se
espera que el efecto sea mayor en los países en desarrollo puesto
que el gap tecnológico es muy superior al de los países
desarrollados; 2) de la intensidad de importaciones de máquinas y
equipos; cuanto mayor el nivel de importación de nuevas
tecnologías más intensos serán los cambios en la estructura de
demanda de trabajo; 3) de la capacidad de adaptación de la oferta
de trabajo a las nuevas exigencias de la demanda; con lo que se
puede esperar que el efecto sobre la dispersión salarial es de corto
plazo, una vez que la oferta de trabajo puede ajustarse a la demanda
y, además, se espera que el período de ajuste sea mayor en los
países en desarrollo, con menor nivel de educación y cualificación
de trabajadores, que en los países desarrollados 10.
Las evidencias empíricas relacionadas con esta nueva teoría de
crecimiento económico sugieren que existe una relación positiva entre
apertura, crecimiento y capital humano (u otros factores relacionados
144
9) Modelos que introducen nuevas variables explicativas como la tecnología y la innovación, gastos en I+D,
capital humano, educación, flujos de conocimiento, etc., y cuyos principales autores son, entre otros, Romer
(1990), Grossman y Helpman (1991) y Lucas (1990).
10) Todos estos elementos están relacionados con la elasticidad de sustitución entre el trabajo cualificado
y no cualificado y la elasticidad de oferta de trabajador cualificado en el corto plazo; cuanto menor sea la
elasticidad de sustitución y menos elástica la oferta de trabajador cualificado, mayor será la dispersión
salarial y la tasa de paro entre los trabajadores menos cualificados.
GLOBALIZACIÓN, RELACIONES LABORALES Y MIGRACIÓN. CONCEPTOS BÁSICOS Y ASPECTOS TEÓRICOS
con la educación o los gastos en I+D). Eso significa que una política
comercial más abierta y un mercado de capitales más liberal pueden
generar mejores condiciones de crecimiento y atraer inversiones
directas 11. En esa misma línea, Wood (1994) y Robbins (1996) muestran
que el aumento del nivel de educación de los trabajadores explica la
caída de la dispersión salarial en los Tigres Asiáticos y Malasia.
Todos esos modelos fallan al intentar explicar el aumento de la
dispersión salarial y el crecimiento del paro en los países
desarrollados. Eso se debe a que parten de hipótesis poco realistas
al intentar mantener los supuestos de los modelos tradicionales. La
principal deficiencia de éstos es no considerar los aspectos
institucionales y los cambios ocurridos en materia regulatoria en los
Figura 1
Globalización y relaciones laborales.
Esquema de interacciones.
El Estado Ausente
á
(la empresa flexible)
MAYOR
COMPETENCIA
á
Para mantener el empleo
los sindicatos reducen presión
á
(desregulación de los mercados)
Descentralización
productiva
Estrategia empresarial:
amenaza trasladar la planta
á
á
á
á
(financiero/
comercial)
á
á
Política económica
Apertura de
los mercados
á
GLOBALIZACIÓN
á
á
á
Reducir costes
á
á
Precarización
Presiona hacia la baja:
salarios
normas laborales
menores garantías y
prestaciones sociales
flexibilidad
á
á
á
á
á
Debilitamiento de la posición
negociadora de los sindicatos
á
Desregulación del Mercado de trabajo
Ganar competitividad
Fuente: Elaboración propia.
11) Véase Aghion y Howit (1998).
145
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A
últimos años y el impacto de éstos sobre el nivel de empleo, la
calidad del mismo y la dispersión salarial. En esencia, los modelos
teóricos anteriormente descritos se limitan a analizar el fenómeno
de la globalización como el aumento de la internacionalización de
las economías o de ampliación de los mercados, derivados de la
reducción o desaparición de las barreras al movimiento
internacional de bienes y servicios y de capitales. Por lo tanto,
consideran los aspectos institucionales y la regulación laboral como
estable. En ese sentido, hay análisis teóricos distintos que
consideran esa relación desde una perspectiva más institucional.
3.3. Los modelos institucionalistas.
Los modelos institucionalistas incorporan el papel de las
instituciones del mercado de trabajo, especialmente de los sindicatos y
de la negociación colectiva, en el análisis de los efectos de la
globalización sobre las relaciones laborales. La idea central es que los
mercados de trabajo están sujetos a una serie de reglas y leyes que
limitan su funcionamiento como un mercado libre o como un mercado
de una mercancía cualquiera. En este sentido, evalúan las respuestas de
las empresas, de los gobiernos y de las instituciones típicas del mercado
de trabajo a la globalización de la actividad económica.
El punto de partida es que la globalización genera un
incremento de la competencia internacional y que el factor trabajo
es un elemento decisivo de la capacidad de competir de cada uno
de los países. A partir de ahí se derivan tres hipótesis básicas sobre
la reacción de las empresas, de los sindicatos y de los Estados
nacionales12:
i. La reacción de las empresas, tanto nacionales como
internacionales, ante el aumento de la competencia.
La mayor competencia lleva a una estrategia de reducción de
los costes, que puede repercutir negativamente en los salarios y en
los niveles de empleo y en las condiciones de trabajo. Eso puede
ocurrir a través de la reestructuración de la empresa, reducción de la
plantilla y la adopción de una posición más dura en la negociación
colectiva, así como, indirectamente, a través de la transferencia de
plantas productivas a otros países de menor coste de producción.
Hay que destacar cómo las empresas multinacionales
146
12) Para un análisis más detallado de estas hipótesis véanse, entre otros, OIT (1996) y Lee (1996).
GLOBALIZACIÓN, RELACIONES LABORALES Y MIGRACIÓN. CONCEPTOS BÁSICOS Y ASPECTOS TEÓRICOS
Figura 2
Desregulación de los mercados de trabajo:
algunas conjeturas.
Algunas conjeturas
1. Los impactos de la globalización
son más claros en los sectores
de bienes transables.
2. En el sector de no transables,
la preocupación se centra en
algunos sectores de servicios
de alta tecnología (servicios
de telecomunicaciones).
3. Hay perdedores y ganadores
• ganadores: sectores más
competitivos e intensivos
en tecnología.
• perdedores: sectores con
deficiencias competitivas e
intensivos en trabajo.
RESULTADO NETO: indeterminado
Porcentaje de la mano de obra
que participa del sector de transables
30
25
30
20
15
15
10
16
12
5
0
Industrializados
China
India
En desarrollo
Fuente: OIT y Elaboración propia
aprovechan la presión que ejercen los sindicatos sobre el
“establishment” político para lograr subsidios a la producción. La
reducción de la plantilla en los procesos de reestructuración de
empresas se ha transformado en un importante elemento de
negociación de éstas frente a los gestores de las políticas nacionales.
ii. Pérdida de poder de negociación de los sindicatos.
La causa fundamental es que la curva de la demanda de mano de
obra es tanto más elástica cuanto más expuesto esté el mercado de
trabajo a la competencia internacional. Una pequeña variación del
salario (coste del trabajo) implica un cambio significativo en la demanda.
A los empleadores les resulta más fácil sustituir trabajadores de
su país por extranjeros, al trasladar la actividad productiva a otros
países con menores costes de mano de obra. Esto refuerza la
posición negociadora de las empresas, ya sea optando por la
inversión directa en el extranjero (IED) o amenazando con hacerlo.
De ahí que los trabajadores tengan que conformarse con menos en
la negociación colectiva y soportar una mayor parte del coste que
implica el mantenimiento de normas de trabajo más exigentes.
iii. Pérdida de poder de negociación de los Estados Nacionales.
Debido a la necesidad de competir con otros países para atraer
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inversiones y promover las exportaciones, tanto de las empresas
nacionales como de las empresas multinacionales (en un escenario
de economías cada vez más abiertas), los Gobiernos tienden a
reaccionar de forma favorable ante las exigencias de las empresas
multinacionales, disminuyendo las exigencias en materia de
normativa laboral, entre otros cambios en la gestión de las políticas
nacionales.
Análogamente, la posibilidad que tienen las multinacionales
de elegir diferentes puntos de localización de sus inversiones
provocará una puja entre países, consistente en ofrecer
exenciones fiscales, subsidios e imposiciones legales en materia
laboral menos exigentes.
Existen una serie de evidencias empíricas que corroboran la
idea de que la dispersión salarial y el aumento del paro están
relacionados con la reducción de las prestaciones sociales, con la
reducción de la densidad sindical, es decir, con la pérdida de
poder de negociación de los sindicatos y con la reducción del
salario mínimo13. Por ejemplo, Freeman (1992) muestra que la
reducción de la densidad sindical explica cerca de un 20 por
ciento del incremento de la desigualdad salarial en los Estados
Unidos y en el Reino Unido en los años 80.
Por lo tanto, a modo de conclusión, se observa una
indeterminación en los efectos del comercio internacional sobre
el sistema de relaciones de trabajo en general, sobre los salarios y
sobre el nivel y el tipo de empleo. Sin embargo, la correlación de
esas situaciones junto a un incremento del comercio en primer
lugar, la presencia de productos de consumo masivo, más
perceptible por el consumidor final, procedente de países de
malas condiciones de empleo en segundo lugar y, finalmente, la
adopción de políticas clásicas de salida de la crisis basadas en el
fomento de las exportaciones, ha dado como resultado
actuaciones de política económica que, pretendiendo una
mejora de la competitividad, han afectado severamente a las
condiciones de vida y de trabajo de los asalariados,
particularmente en el segmento de menor cualificación.
148
13) Véase también, entre otros, Gosling y Machin (1995), Fortin y Lemieux (1997) y Borjas, Freeman y Kartz
(1992 y 1997).
GLOBALIZACIÓN, RELACIONES LABORALES Y MIGRACIÓN. CONCEPTOS BÁSICOS Y ASPECTOS TEÓRICOS
4.- Globalización, migración
y relaciones laborales.
Otra característica destacable del actual proceso de
globalización hace referencia al movimiento de trabajadores entre
los países y a los efectos que este hecho puede estar provocando,
tanto en los países menos desarrollados como en los desarrollados.
Según la Naciones Unidas14 (ONU), el nivel actual de migraciones no
tiene precedente en la historia de la humanidad y está relacionado
con la globalización de la actividad económica y los avances
tecnológicos en las comunicaciones y en los trasportes.
En este contexto, resulta de interés profundizar en el fenómeno
de los flujos migratorios en relación con el actual proceso de
globalización. No tanto en la perspectiva, bastante trabajada ya en el
ámbito de la teoría económica, de los determinantes de los flujos
migratorios, sino en la de las relaciones teóricas y empíricas de las
implicaciones de los flujos migratorios sobre las relaciones laborales,
especialmente en los países receptores de estos trabajadores, es decir,
en los países desarrollados. Circulan bastantes tópicos al respecto,
25
20
15
10
Japón
Jordania
Costa de Marfil
Italia
Kazajstán
Hong Kong
(RAE de China)*
Israel
Pakistán
España
Australia
Reino Unido
India
Emiratos Árabes
Unidos
* Región Administrativa Especial de China.
Canadá
Francia
Arabia Saudita
Alemania
Federación
de Rusia
0
Ucrania
5
Estados Unidos
de América
(como porcentaje del total de los migrantes internacionales)
Figura 3
Los veinte países con mayor flujo de inmigrantes (2005)
(% sobre total inmigrantes mundiales).
Fuente: ONU-UNFPA (2007, p.8).
14) Según la ONU, en 2005, 191 millones de personas vivían fuera de su país de origen, con un flujo de 36
millones de personas entre 1995 y 2005. Del total de este flujo, 33 millones migraron hacia los países
industrializados. (ONU-UNFPA-2007).
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muchos de ellos con escasa, por el momento, contrastación empírica
sobre la competencia que generarían tales flujos con respecto a la
mano de obra nacional, o, por extensión, sobre el impacto a la baja
que provocarían en los salarios internos, etc.
A este respecto, se pretende, en este apartado, establecer
algunas premisas sobre estos posibles efectos de los flujos
migratorios, en el contexto de la globalización actual, en los
mercados nacionales de trabajo (delimitados institucional y
económicamente), poniéndolos en relación con los enfoques
teóricos al uso en la interpretación del funcionamiento de los
mercados laborales. Por último, se presentan algunas evidencias
empíricas existentes en la literatura económica.
4.1. El debate teórico: Especial referencia a los efectos
salariales.
La teoría económica convencional, la más generalizada en el
ámbito académico, al evaluar los efectos de la inmigración sobre
el mercado laboral, se centra en el análisis de la incidencia del
fenómeno en dos aspectos básicos: salario y empleo; siendo las
investigaciones sobre los efectos de la inmigración sobre el salario
las más relevantes.
150
En este sentido, y siguiendo dichas líneas analíticas, los efectos
de la inmigración sobre el salario pueden ser evaluados en el corto
y en el largo plazo. En una primera aproximación se incorporan dos
hipótesis básicas: la economía es perfectamente competitiva y
existen trabajadores cualificados y no cualificados (Borjas, 1999). En
el corto plazo, si la inmigración aumenta la oferta relativa de
trabajadores menos cualificados (es decir, con un nivel medio de
cualificación inferior al de los nativos) puede provocar una
reducción del salario de los trabajadores menos cualificados y un
incremento de la remuneración del capital. El impacto sobre el
salario de los trabajadores cualificados es, a priori, ambiguo, puesto
que depende de la tasa de sustitución entre el capital y el trabajo
cualificado. Por lo tanto, en el corto plazo, la inmigración de mano
de obra no cualificada o poco cualificada supone un incremento de
la desigualdad salarial, puesto que aumenta la remuneración del
capital y disminuye, en términos relativos, el salario, siendo éste más
pronunciado entre los trabajadores menos cualificados.
GLOBALIZACIÓN, RELACIONES LABORALES Y MIGRACIÓN. CONCEPTOS BÁSICOS Y ASPECTOS TEÓRICOS
A largo plazo, el análisis se centra en la estructura demográfica
del país en cuestión y en su relación con la renta relativa de los
diferentes tipos de trabajadores. De esta forma, la inmigración sólo
modifica los salarios relativos si es capaz de producir un cambio
significativo en la estructura de cualificación de los trabajadores; por
ejemplo, si aumenta la proporción de trabajadores cualificados. Por
el contrario, si la inmigración tiene, en media, el mismo nivel de
cualificación que el de los nativos, la inmigración aumentará la
producción mientras se mantiene constante el nivel salarial. Cuando
la mano de obra inmigrada posee menor cualificación que los
trabajadores nativos, la inmigración disminuye el número relativo
de los trabajadores cualificados, aumentando sus salarios y reduce el
de los no cualificados. Por lo tanto, aumenta la desigualdad de
salario en la economía.
Con relación al empleo, la teoría tradicional también revela que
la probabilidad de encontrar empleo por parte de los trabajadores
sustituibles por trabajadores inmigrantes, es decir, los de igual nivel
de cualificación, podría disminuir con la inmigración. Sin embargo,
este análisis centrado solo en el mercado laboral ignora otros
elementos que pueden influir en la dinámica de este mercado y
en los efectos de la inmigración sobre el mismo. Se hace referencia
a los efectos del progreso tecnológico y al comercio. Además, esta
reflexión teórica no considera otras aportaciones que,
fundamentalmente, apuntan a un mercado de trabajo determinado
por la demanda (segmentado por las características de los puestos
de trabajo) y con una oferta, al menos en algún segmento,
altamente elástica (modelos postkeynesianos) y dualizada, en
segmentos definidos por su contenido de capital humano u otros
parámetros (nativa versus foránea, género, etc.). Sin pretender, por
tanto, sentar las bases de una teoría alternativa del comportamiento
de los mercados laborales, sí se pueden apuntar elementos para su
mejor conocimiento, incorporando un nuevo elemento de
segmentación, cual es el origen de la fuerza de trabajo, según
nacionalidad.
Una visión alternativa al modelo convencional podría se la que
esta representada en la figura 4, donde se contemplan curvas de
oferta de raíz postkeynesiana, diferenciadas para los trabajadores
nativos y los inmigrantes (definidas por salarios de reserva distintos,
151
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Figura 4
Migraciones y mercado nacional de trabajo.
El efecto sobre los salarios.
Consideraciones teóricas en torno a los efectos de las migraciones sobre los mercados laborales
de acogida (trabajo no cualificado). Especial referencia a los efectos salariales.
Salario de reserva bajo
(condiciones país origen)
Salario de reserva elevado
(condiciones nacionales)
L’n
Wn
Wi
A
C
Ln
LiR
B
i: inmigrantes
n: nacionales
IR:irregular
R: regular
D0
En0
E’n1 En1
Ei1R
LilR
D1
Ei1lR
Fuente: Elaboración propia.
que se determinan por las condiciones del vida en el país de origen
y en el de destino, respectivamente) y para éstos, entre los legales y
los ilegales, teniendo en cuenta que el salario de reserva 15 de los
inmigrantes aumentará de forma probablemente rápida a medida
que se integren en el mercado laboral del país de destino y
regularicen su situación 16. Bajo este prisma se podría entender cómo
no se produce competencia efectiva entre ambos tipos de
trabajadores, inmigrantes y nativos, en las primeras etapas de la
inmigración, aunque sí puede comenzar a ocurrir una vez que los
inmigrantes se hayan integrando laboralmente, regularizado su
estatus legal; porque a partir de aquí comienzan a acercar sus
expectativas y demandas salariales a las de los trabajadores nativos,
conformando un salario de reserva más cercano a los estándares
nacionales en cada nivel de cualificación.
La competencia no se produce entre ambos tipos de trabajo,
claramente, mientras los trabajadores inmigrantes se mantienen en
el estadio de la ilegalidad (eufemísticamente en el empleo informal),
o a lo sumo, entrarían a competir con los trabajadores nativos
inmersos en esa situación (asalariados o autónomos), en la medida
152
15) Se entiende por salario de reserva el mínimo salario al que un individuo participa en el mercado de
trabajo (o el máximo al que decide no participar).
16) Véase lo apuntado a este respecto por Krugman y Obstfeld (2003) a ese respecto, a lo que se hace
referencia más adelante.
GLOBALIZACIÓN, RELACIONES LABORALES Y MIGRACIÓN. CONCEPTOS BÁSICOS Y ASPECTOS TEÓRICOS
Figura 5
Globalización e Informalidad. La economía sumergida
en la Unión Europea.
La economía sumergida
en la UE, porcentaje del PIB
Trabajadores sin contratos
en la UE
100
Trabajadores sin
contratos 13%
80
60
40
20
0
1998
Entre
7 y 16 %
Economía sumergida
2000
Entre
14 y 20 %
Representan cerca de
17 millones de empleados
Fuente: El País 06.08.2001.
en que efectivamente en el mercado nacional -de nativos- subsista.
De este modo, la ilegalidad-irregularidad se convierte en un
mecanismo de entrada fundamental (y menos conflictivo
socialmente, aunque no políticamente) hacia los mercados
laborales de los países desarrollados. En esto consiste la esencia del
denominado “efecto llamada”, al menos en los momentos iniciales
del flujo 17 de la emigración irregular: la existencia de una demanda
creciente de trabajo a bajos salarios, por debajo de los salarios de
reserva de la población activa nativa, incluso de la dispuesta a
emplearse en condiciones irregulares.
4.2. Evidencias empíricas.
Las evidencias empíricas existentes en la literatura sobre los
efectos de la migración sobre las relaciones labores no son robustas
y configuran un espacio amplio de investigación. Sin embargo, se
presentan algunas relevantes a modo de ilustración de las
relaciones entre migración y relaciones laborales en los países de
destino.
17) Una vez que el stock de trabajadores de origen no nacional se va asentando, otros factores no
estrictamente laborales contribuyen a alimentar el “efecto llamada” (reagrupamiento familiar, etc.).
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Krugman y Obstfeld (2003), en su análisis de los flujos
migratorios de finales del siglo XIX 18 e inicio del siglo XX
encontraron evidencias de igualación de los salarios, tanto en los
países de origen de los migrantes como en los de destino. El estudio
evalúa la evolución real del salario, entre 1870 y 1913, en algunos
países de destino de migración, Argentina, Australia, Canadá y
EE.UU., y en algunos países de origen, como Irlanda, Italia, Noruega
y Suecia. Los resultados muestran que los salarios reales crecieron
de forma más acelerada en los países de origen que en los de
destino, lo que sugiere que la migración puede llevar a una relativa
igualación de los salarios.
Por otra parte, los mismos autores analizan los efectos de la
migración más reciente, básicamente de latinoamericanos y
asiáticos, hacia los EE.UU., y sus efectos sobre las relaciones laborales
entre 1980 y 1990. En teoría, estos trabajadores inmigrantes son
menos cualificados que los nativos, lo que podría generar un
incremento de la desigualdad salarial entre trabajadores menos
cualificados y más cualificados. Sin embargo, a lo largo del periodo
estudiado, se ha observado también que el grado de cualificación
de los trabajadores inmigrantes se ha incrementado respecto al de
los nativos. A pesar de ello, los salarios de los trabajadores
cualificados también aumentaron en el mismo periodo, hecho que
se explica desde el lado de la demanda por los cambios
tecnológicos acaecidos, que aumentaron el premio salarial para la
educación.
Recientemente, sin embargo, Abdurrahman y Borjas (2006)
encontraron evidencias de una relación inversa y significativa entre
migración y salario para Canadá, EE.UU. y México. Sin embargo, en
términos relativos se observaron diferencias en los impactos en los
tres países. En Canadá, la migración disminuye la desigualdad
salarial; en los EEUU no pasa lo mismo, sino que se incrementa la
desigualdad; en México, por otro lado, redujo el salario relativo de
los trabajadores en la parte más baja de la escala ocupacional.
Para el caso de España, la disponibilidad de datos para un análisis
robusto de los efectos de la migración sobre las relaciones laborales es
154
18) A lo largo de este periodo se observó un fuerte flujo de migración desde países de Europa y de Asia
hacía el nuevo mundo (América del Norte, América del Sur y Australia), justo en sentido contrario al que se
observa en las últimas décadas.
GLOBALIZACIÓN, RELACIONES LABORALES Y MIGRACIÓN. CONCEPTOS BÁSICOS Y ASPECTOS TEÓRICOS
Figura 6
Ganancia media anual por lugar de nacimiento,
(España, 2002) (euros).
35.000
30.000
25.000
20.000
15.000
2
30.340
+53%
2
25.797
+30%
19.922
2
-26%
14.739
10.000
2
-32%
13.523
2
-33%
13.317
5.000
0
América
del Norte
Unión
Europea
España
Asia
Europa
del Este
África
2
Media: 19.802
-34%
12.949
Sudamérica
Fuente: Elaboración propia a partir de los datos de la Encuesta de Estructura Salarial 2002 (INE).
aún escasa, siendo la fuente más importante la Encuesta de Estructura
Salarial de 2002 (la anterior es de 1995), elaborada por el INE. Con base
en estos datos, Simón, Ramos y Sanromá (2007) presentan una serie de
conclusiones sobre el impacto de los inmigrantes en la estructura
salarial española. La primera observación importante es que los
trabajadores procedentes de países desarrollados perciben un salario
medio superior al de la media de la economía y disponen de una
estructura salarial más dispersa; por otra parte, los inmigrantes
trabajadores de países menos desarrollados tienen un salario inferior al
de la media y una estructura salarial más comprimida, es decir, existe
una mayor igualdad salarial entre ellos. Respecto a esta diferencia, el
estudio indica que la principal explicación es la estructura ocupacional,
es decir, que los trabajadores inmigrantes en España, procedentes de
de países en desarrollo, perciben un salario medio inferior al de la
media de la economía a causa, sobre todo, de las características de la
demanda de trabajo en España. Un 31 por ciento de la diferencia
salarial se debe a este factor y sólo un 7 por ciento se debe a la
educación (figura 8).
Este estudio también indica que la antigüedad en el puesto de
trabajo explica un 20 por ciento de la diferencia salarial. Los demás
factores explicativos serían: tamaño del centro de trabajo, un 6 por
ciento; tipo de contrato/jornada, un 4 por ciento; tipo de convenio,
un 3 por ciento; supervisión, un 5 por ciento; y otros factores, un 18
por ciento (figura 8).
155
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Figura 7
Ganancia media por hora trabajada, 2002 (euros).
14
12
10
2
12,44
9,93
8
+25%
2
2
13,23
10,65
-28%
+24%
4
2
-30%
8,66
7,41
7,16
6
2
11,11
+28%
2
-25%
6,46
2
0
Nativos
Total
Hombres
Inmigrantes de países desarrollados
Mujeres
Inmigrantes de países en vías de desarrollo
Fuente Elaboración propia a partir de los datos de la Encuesta de Estructura Salarial 2002 (INE).
Es decir, las diferencias salariales entre trabajadores nativos y
emigrantes están determinadas, en primer lugar, por las
características del puesto de trabajo que ocupan cada uno de ellos.
Es la demanda de trabajo, por tanto, la que establece las diferencias
salariales entre uno y otro tipo de asalariados y, sólo en segunda
instancia, son las características de los propios trabajadores las que
inciden en las diferencias salariales. En el primer caso, el nivel de
cualificación del puesto de trabajo es determinante del nivel salarial
Figura 8
Factores explicativos de la diferencia salarial entre nativos
e inmigrantes de países en desarrollo, 2002 (%).
Otros factores 6%
Educación 7%
Otras características
del centro de trabajo
18%
Antigüedad 20%
Tamaño del centro
de trabajo 6%
Tipo de contrato / jornada
4%
Tipo de convenio 3%
Supervisión 5%
Ocupación 31%
156
Fuente: Simón, Ramos, y Sanromá (2007).
Advertencia metodológica: los asalariados inmigrantes están subrepresentados en la muestra (3,35% frente al 5,61% de los
asalariados en 2002); excluye el sector primario, el sector público y el servicio doméstico; y no toma en cuenta los centros de
trabajo de menos de 10 trabajadores.
GLOBALIZACIÓN, RELACIONES LABORALES Y MIGRACIÓN. CONCEPTOS BÁSICOS Y ASPECTOS TEÓRICOS
y dado que los emigrantes se ubican en esos puestos, su nivel
salarial medio se sitúa por debajo del de los trabajadores nativos. Un
análisis más detallado que ponga en relación características de los
puestos de trabajo ocupados por los inmigrantes con las propias de
éstos, nos ofrecería, posiblemente, alguna contrastación empírica
sobre lo apuntado más arriba a cerca de la paulatina inserción de los
inmigrantes en los mercados de trabajo, lo que significaría un
acercamiento a los niveles salariales de los nativos, lo que pondría
de manifiesto diferencias retributivas entre los propios inmigrantes
según el tiempo de permanencia el país.
5.- Algunas precisiones finales.
Uno de los temas más debatidos sobre la globalización actual
y sus implicaciones en las economías nacionales hace referencia a la
incidencia de este fenómeno sobre el comportamiento y la
dinámica de los mercados laborales, que en prácticamente todos
los países del mundo constituye un sistema de relaciones sujeto a
múltiples mecanismos de regulación.
Al amparo de conceptos como globalización y mundialización
se han planteado políticas que pretendían responder al deterioro
que en todos los países desarrollados, de una u otra forma, se ha
producido en las condiciones de trabajo en general. Se han
desagregado, de ese concepto general de mundialización, los
efectos del comercio de mercancías como una de las dimensiones
del mismo, pensando que el impacto del avance del comercio,
derivado de una creciente apertura comercial –uno de los aspectos
singulares de la actual fase de globalización- se manifestaría tanto el
volumen de empleo nacional como en los niveles salariales y su
estructura por niveles de cualificación. La idea que se extrae del
análisis llevado a cabo en ese trabajo, es que, más bien, "el enemigo
está en casa", es decir, que el comercio internacional con países de
bajos salarios no es el causante de la precarización de las
condiciones de trabajo en los países desarrollados.
Este tipo de efectos podría haber sido más intenso, como
resultado de los factores externos, del impulso de la globalización,
en países de desarrollo intermedio o de industrialización tardía,
como es el caso de algunos países latinoamericanos, en los cuales
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su industrialización incipiente, sí habría sido afectada por la entrada
en la escena internacional de la producción industrial de los “países
emergentes”, fundamentalmente asiáticos. Este impacto habría
supuesto un deterioro grave de las condiciones de trabajo con la
consiguiente expansión de la economía informal como expresión
de procesos económicos y sociales reactivos frente a tal
eventualidad.
Así pues, en general, el debate sobre globalización y relaciones
laborales queda más bien reducido a un ámbito interno en el que la
competencia exterior permanece en segundo plano. Sin embargo,
de la misma manera que en el ámbito institucional, como dice
Freeman (Card y Freeman, 1994), hay "pequeñas diferencias que
importan", en el aspecto económico también debería pensarse en
esas pequeñas implicaciones, que tienen su singular trascendencia.
En consecuencia, no se puede negar, sin embargo, la influencia
e interrelación de la economía mundial, que incide en las
condiciones particulares de cada país. Dicho de otro modo: la
globalización existe pero sus efectos no afectan tanto directamente
a los modos de vida y de trabajo que cada país posee como, de
forma indirecta, a través de la incidencia en la situación económica
general. En este sentido, la capacidad de los gobiernos de controlar
o aislarse de las crisis económicas es limitada y la necesidad de
adaptación puede implicar cambios en determinadas prácticas
de organización del trabajo.
No obstante, la "gestión" de una crisis también admite formas
diversas y, por tanto, en todas las situaciones y en todos los casos no
se requieren las mismas recetas ni misma combinación de las
mismas medidas de política económica. Y, en este aspecto, a la hora
de seleccionar los instrumentos adecuados en cada caso, también el
marco institucional vigente es determinante, como recuerdan
Standing y Tokman (1991).
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En definitiva, el avance de la globalización económica, sí puede
estar introduciendo, en mayor o menor escala, dependiendo de la
forma de inserción de cada país en la misma y de sus características
en cuanto a dinamismo tecnológico, o institucional,
fundamentalmente, procesos de dualización intensos en los
mercados laborales, que significan tanto deterioros en las
condiciones de trabajo como incrementos sustanciales del gap
GLOBALIZACIÓN, RELACIONES LABORALES Y MIGRACIÓN. CONCEPTOS BÁSICOS Y ASPECTOS TEÓRICOS
salarial entre diferentes categorías de trabajadores, con
implicaciones tanto sobre el volumen de empleo como sobre la
dinámica de la productividad el trabajo, elementos sustanciales del
desarrollo socioeconómico de las naciones.
En esta perspectiva, es interesante contemplar el efecto de la
inmigración -que se genera como una de las derivadas de esta fase
de mundialización, desde los países infradesarrollados hacia los más
desarrollados-, sobre la dinámica y la configuración de los mercados
laborales de estos últimos. En el trabajo aquí desarrollado se llega a
la conclusión de que, al menos a corto y medio plazo, la entrada de
un contingente de oferta de trabajo inmigrante, dadas las
características de la demanda nacional que la reclama, no compite
con la mano de obra nacional, a causa de las importantes diferencias
entre ambos tipos de trabajo en cuanto a los salarios de reserva de
cada uno de ellos; quizás en un plazo superior, previa integración
laboral y profesional paulatina de los inmigrantes, se puedan
desarrollar situaciones de competencia por puestos de trabajo más
cualificados que los que ahora ocupan éstos.
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