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III. RESTAURACIÓN, REVOLUCIONES LIBERALES
Y NACIONALISMO. (1815-1871).
La Europa de la Restauración.
El nuevo orden europeo. La Santa Alianza.
Los moviientos revolucionarios de 1820
Las revoluciones de 1830
La Independencia de América Latina.
Los factores del movimiento independista
Las primeras revoluciones: 1808-1814
Los libertadores y la independencia.
La revolución de 1848.
La Primavera de los pueblos.
La revolución en Francia.
La revolución en otros países europeos.
Las consecuencias de las revoluciones de 1848.
Naciones y Nacionalismo.
Fundamentos ideológicos del nacionalismo.
La unificación alemana.
La unificación italiana.
Los Balcanes y la cuestión de Oriente.
1.
LA EUROPA DE LA RESTAURACIÓN.
La derrota de Napoleón en Waterloo pone punto y final al período revolucionario. Los vencedores
de Napoleón intentarán crear un nuevo orden basado en el legitimismo y el absolutismo, en el
equilibrio de varias potencias dominantes en el continente, en un sistema de seguridad basado en
conferencias internacionales y no en la fuerza. A esto es a lo que llamamos Restauración, al
regreso, con matices, del Antiguo Régimen. Los vencedores de Napoleón pretenden lograr este
objetivo manteniendo la igualdad jurídica de todos los ciudadanos, la supresión de las cargas
feudales y de la servidumbre, allí donde la etapa napoleónica había logrado estas metas, pero
evitando que estos principios liberales se extendiesen a los países donde todavía no había triunfado.
A pesar de ello, muchos grupos sociales se van a sentir amenazados por la restauración del antiguo
orden: el campesinado mira con recelo el regreso de los señores, los burgueses no ven con buenos
ojos la exención fiscal de nobles y clérigos, los grupos más liberales mantienen sus anhelos
democráticos, y el nacionalismo surgido con Napoleón pretende continuar su labor de construcción
de naciones contra los intereses de los viejos imperios.
El enfrentamiento Absolutismo contra Liberalismo asistirá a una nueva etapa en la que se podrán de
manifiesto las diferencias económicas, políticas y sociales entre los dos sistemas. La Restauración
intenta restablecer el viejo orden absolutista, recuperando, en algunos países, las rancias nociones de
sociedad estamental y hasta anacronismos como la Santa Inquisición española. Tal y como dice
Guido de Ruggiero, los absolutistas europeos intenta convertir la religión en el nexo de unión de la
europa de la Restauración, oponiendo a la Declaración de los Derechos del Hombre, texto clave de
la revolución, los derechos de Dios y de los Reyes, que eran los mismos, ya que la tradición
medievalista de la mayoría de las monarquías europeas había logrado su legitimidad en base a
APUNTES CIENCIAS SOCIALES. Albino Feijóo Gómez.
argumentos religiosos desde San Agustín.
El Orden Internacional de la Restauración se basará en la recuperación de las fronteras anteriores a la revolución francesas, aunque
con muchas excepciones, siempre favorables a los vencedores en Waterloo, y obviando las reivindicaciones nacionalistas y las de
terceras potencias como España o castigando a los tradicionales aliados bonapartistas.
2. EL CONGRESO DE VIENA.
El Congreso de Viena formará parte de un conjunto de reuniones y tratados que
iniciaron su andadura en 1814, después de la primera abdicación de Napoleón. Entre 18141815 las grandes las potencias se reunen cuatro veces para negociar la paz postnapoleónica:
Primera paz de París, Tratado de la Santa
Alianza,Segunda Paz de Paría y Congreso de
Viena.
La primera paz de París del 30 de mayo
de 1814 acordaba el regreso de los borbones
al trono francés (Luis XVIII), la creación del
reino de la isla de Elba para el exiliado
Napoleón, establecía como fronteras de
Francia las existentes en 1792 con la
incorporación de Saboya y Niza, el
engrandecimiento de Holanda, la anexión del
norte de Italia por Austria, la independencia de
Suiza, y la libre navegación por el Rhin. El 26
Congreso de Viena
de septiembre de 1815 el Zar de Rusia, el
Reunido desde septiembre de 1814 hasta junio del año siguiente, el Congreso de
emperador de Austria y el rey de Prusia,
Viena fue una de las convenciones de mayor trascendencia en la historia de las
relaciones internacionales. En la imagen podemos apreciar, entre otros, al
firman la Santa Alianza, comprometiéndose a
canciller austriaco Metternich-Winneburg (el séptimo por la izquierda, de pie) y al
defender
la
religión
cristiana,
actuar
representante francés Talleyrand-Périgord (a la derecha de aquél, sentado, con el
brazo apoyado sobre la mesa).
conjuntamente contra los intentos por atentar
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contra
el
legitimismo,
reunirse
en
Conferencias para tratar los asuntos internacionales, etc. La segunda paz de París (20-XI-1815)
recoge las neuvas condiciones después de la derrota napoleónica en Waterloo, imponiendo a
Francia perdidas territoriales (El Sarre), una indemnización de 700 millones de francos, y el
establecimiento de un ejército de 150.000 hombres en territorio francés, y se firma de la Cuádruple
Alianza (Rusia, Gran Bretaña, Prusia y Austria) que se comprometía a mantener esta alianza
contra Francia durante 20 años y a sostener en el trono francés a Luis XVIII.
En septiembre de 1814 se reúnen en Viena las potencias europeas. Alejandro I de Rusia, el
francés Talleyrand, y el canciller austriaco Metternich, protagonizaron el Congreso desde los
primeros instantes. Aljandro I intervinó personalmente en casí todas las discusiones, relegando a
su ministro de Asuntos Exteriores, Nesselrode, pero la mayoría de las decisiones estuvieron
influenciadas por la labor de Metternich, aunque también destacarán, por su notoriedad, Talleyrand
representando a Francia, el británico Castelreagh, y Hardenberg en representación
de los intereses prusianos. Se formó un comité inicial de cuatro
potencias (Rusia, Austria, Prusia y Gran Bretaña) que se
convirtió en el comité de los cinco al entrar Francia, y de los
ocho al admitir a España, Portugal y Suecia. El regreso de
Napoleón obligó al Congreso a posponer sus trabajos hasta la
definitiva derrota napoleónica en Waterloo. La reanudación
del Congreso contará con la apresencia, otra vez, de los
representantes de los países europeos para certificar el nacimiento de la
Restauración y un Orden europeo que sustituyese al “desorden” napoleónico. Las
grandes decisiones las tomarán las grandes potencias (Gran Bretaña, Austria,
Rusia, Prusia y, sorprendentemente, la Francia de Talleyrand). Habrá naciones de
primera –Cinco grandes potencias-, de segunda y hasta de tercera categoría.
Metternich
El Congreso establecerá unos principios en los que se fundamentarán el orden europeo de la Restauración:
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La Restauración, las revoluciones liberales y los nacionalismos, 1814-1871.
• Legitimidad real contra soberanía nacional, lo que implicaba, en la mayoría de los casos, la defensa del sistema absolutista. Se
intentaba evitar un nuevo caso como el de Napoleón, capaz de ocupar el trono borbónico apelando a la soberania nacional, o
cualquier intento revolucionario que cuestionase la legitimidad de las familias reinantes, consideradas como las únicas que
legitimamente podían ocupar los diferentes tronos europeos. La legitimidad se refería al derecho a gobernar de una familia real,
pero también al derecho a la soberanía divina y a gobernar sin las cortapisas impuestas por una constitución.
• Responsabilidad
internacional de las grandes potencias. Las grandes potencias se responsabilizaban de mantener el orden
impuesto, garantizando las fronteras y el régimen ideológico surgido del Congreso de Viena. Un sistema de Congresos se
encargaría de “vigilar” el cumplimiento de lo acordado, y el el futuro se reunirían en Aquisgrán (1818), Troppau
(1820), Laibach (1821), y Verona (1822),
las 4 grandes potencias vencedoras de Napoleón y la nueva Francia
borbónica.
• Equilibrio internacional entre las 5 potencias. Gran Bretaña consiguió imponer su idea del
equilibrio continental, con 4 grandes potencias (Francia, Austria, Rusia y Prusia) lo
suficientemente poderosas como para imponer sus criterios conjuntamente, pero insuficientes por
separado para imponerse sobre el resto. Gran Bretaña practicaría una política de no intervención
en Europa, centrándose en el dominio de los mares.
• Política intervencionista y solidaridad contra las revoluciones. A través de la Santa Alianza, la Cuadruple Alianza y la Quintuple
Alianza, las grandes potencias absolutistas de Europa se comprometen a solidarizarse con aquellos soberanos que viesen peligrar su
trono por culpa de una revolución liberal, interviniendo militarmente si fuese necesario para mantener el orden de la Restauración
contra los revolucionarios liberales.
EL NUEVO ORDEN FRONTERIZO EUROPEO.
La revolución francesa y las guerras napoléonicas habían alterado el orden político y fronterizo de la Europa surgida del
Tratado de Westfalia (1649). El Congreso de Viena intentó restablecer, en lo posible, las fronteras prenapoleónicas,
aunque en realidad se procede a diseñar un nuevo mapa europeo en el que no se respetarán los derechos de los
pueblos ni los de algunos soberanos y aliados napoleónicos, por lo que se acordarán numerosos cambios fronterizos.
En el Congreso se acordará un nuevo orden y un nuevo mapa europeo, pero también se hallará
solución a las rivalidades postnapoleónicas, para intentar reconducirlas y evitar un conflicto
importante entre los grandes en el futuro próximo: Inglaterra luchará por la supremacía maritima y
para ello propondrá el equilibrio en el continente europeo; Rusia, por el contrario, deseaba la
hegemonía territorial y por eso propondrá un equilibrio entre las potencias maritimas. Austria y
Rusia compiten por el dominio balcánico y el reparto de Polonia, la gran perjudicada; y Austria y
Prusia se disputan el control de Alemania, con una Prusia ascendente y deseosa de ampliar su
hegemonía germánica sobre las bases de una futura unificación, mientras que Austria defenderá la
división alemana como instrumento para mantener su hegemonía histórica.
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APUNTES CIENCIAS SOCIALES. Albino Feijóo Gómez.
Gran Bretaña mantiene Gibraltar y ocupa las islas Heligoland en el Mar del Norte, Malta y las Islas Jónicas en el Mediterráneo, El
Cabo en Sudáfrica y Celilán en el Indico, acrecentando así su indiscutible liderazgo marítimo y colonial. Los británicos pronen la
unión de Bélgica, Luxemburgo y Holanda (Reino Unido de los Países Bajos) para debilitar a Dinamarca, y obligarán a Dinamarca a
ceder Noruega a Suecia, aunque se intenta compensar a los daneses cediéndoles los ducados alemanes de Holstein, Slesvig y
Launburgo
Rusia logrará la incorporación de Finlandia, la Besarabia turca y la mitad de Polonia, mientras Prusia, apoyada por Gran Bretaña para
equilibrar el poder de Rusia y Austria, obtendrá la Pomeramia sueca, el Sarre, parte de Sajonia y Renania (Brandenburgo y Wesfalia),
y una parte de Polonia. Austria debe renunciar a los viejos territorios de Flandes (Bélgica), pero compensa esta perdida con la
incorporación de varios principados en Alemania, el reino italiano de Lombardía-Venecia, “colocará” principes austriacos en los
ducados italianos de Modena, Parma y Toscana, se anexionará el Tirol, Iliria y Dalmacia y la Galitizia polaca, garantizándose de esta
forma una notable ampliación territorial y, sobre todo, una salida al mar Mediterráneo.
Francia debía ser el país castigado, pero territorialmente no será así, limitándose a ceder las tierras
conquistadas por Napoleón . El gran sacrificado será Polonia, que desaparece como estado y sus
tierras serán repartidas entre prusia, Austria y, sobre todo, Rusia, que ocupará 2/3 del antiguo
terriotiro polaco. Para evitar el peligro de una nueva Francia conquistadora de Europa será rodeada
de los llamados estados tapones: Reino Unido de los Países Bajos, El reino de Piamonte ahora
engrandecido con Saboya, Hannover. Los congresistas deciden mantener la neutralidad y las
fronteras de Suiza, dividida en 22 cantones, y crear la Confederación Germánica, formada por 39
estados distintos, en contra de las reivindicaciones de Prusia, que preferían iniciar la anhelada
unidad germánica, y en beneficio de Austria que pretendía mantener su liderazgo sobre Alemania
gracias a la división interna aprocedente del medievo. Por su parte, Italia quedará dividida en varios
reinos (Piamonte-Saboya, Parma, Modena, Toscana, Estados Pontificios, Reino de las Dos Sicilias,
y los terrenos de Lobardía y Venecia ocupados por los austriacos).
EL NUEVO ORDEN POLÍTICO E IDEOLÓGICO: EL SISTEMA
METTERNICH.
La Restauración intenta preservar las tradiciones del Antiguo Régimen, el absolutismo, las fronteras
monárquicas, la sociedad estamental. En buena medida lo conseguirá, aunque en muchos casos
tendrá que soportar la existencia de monarquías sometidas a Cartas Otorgadas (Remedos de
Cosntituciones graciosamente concedidas por el Rey al pueblo), el mantenimiento de la
administración napoleónica en muchos territorios como única forma de garantizar el orden, y en
muchos casos tendrá que mantener también los impuestos universales sin exenciones a nobles y
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La Restauración, las revoluciones liberales y los nacionalismos, 1814-1871.
clérigos, y la igualdad jurídica de todos los “subditos”. A pesar de estas concesiones, mcuchos
autores de la època dejan patente su pensamiento reaccionario y su defensa de un orden alterado por
las revolucionados. Bonald, por ejemplo, decía: “Reconozco en política una autoridad indiscutible,
que es la de la Historia, y en materia religiosa una autoridad infalible, que es la de la Iglesia”. De
Maiestre considera a la Iglesia y la monarquía como los baluartes de la sociedad, y dice que la
obediencia al rey es un deber religioso. El orden, el respeto a las jeraquías, la subordinación de la
mayoría de la población a los estamentos privilegiados y a la Iglesia, serán las bases ideológicas del
nuevo orden restaurador, en contra del orden revolucionario liberal.
Metternich, el Canciller austriaco, dará nombre al Sistema de la Restauración, hsta el punto que la etapa que vive Europa entre 1815 y
1848 también se la conoce como la era de Metternich o Sistema Metternich, ya que se considerá que fue él quien impuso la mayoría
de los principios en los se basa la Restauración.
La piedra angular de este sistema Metternich será la Santa Alianza, formada por
Alejandro I de Rusia, Francisco I de Austria y Federico Guillermo III de Prusia, y que
establecía la defensa de la religión y la legitimidad de los Reyes como principio
fundamental del régimen político de la Restauración. Se buscaba la uninidad política
interior y exterior, y el Zar Alejandro incluso pretendía la unificación religiosa de toda Europa. La Santa Alianza
intervendría militarmente contra cualquier intento revolucionario liberal que atentase contra los reyes legitimos, contra
la religión, contra los principios sociales, políticos, económicos o fronterizos establecidos en el Congreso de Viena,
que no eran otros, en su mayuoría, que los principios del Antiguo Régimen.
La Santa Alianza vió ampliados sus miembros con la Quintuple Alianza, impulsada por Castelreagh
(Primer Ministro Inglés) y formada por Rusia, Austria, Prusia, Francia y GB. Esta alianza de las
cinco grandes potencias asumirá los principios básicos del Congreso de Viena: Mantener las
fronteras del Congreso de Viena, reprimir las revoluciones liberales, celebrar periódicamente
Congresos, e intervenir en países en los que estallen procesos revolucionarios. La Quintuple,
finalmente, se queda en Cuadruple cuando Gran Bretaña la abandona, debido a sus simpatías hacia
los liberales del Trienio Liberal español, rechazando la intervención de tropas extranjeras para
acabar con el gobierno liberal del Trienio. Al final la Alianza decide enviar un ejército de 100.000
hombres a España (Los Cien Mil Hijos de San Luis) y Gran Bretaña abandona la Alianza, ya que a
los británicos les interesaba más el debilitamiento de España para controlar los mercados de
Hispanoamérica una vez que España perdiese el control de la región.
Contra es orden surgirán pronto movimientos sociales y políticos en diferente spartes de Europa.
En Francia el régimen borbónico basado en una constitución otorgada y un sistema bicameral
(Cámara de los Pares nombrada por el monarca y Cámara de los Diputados elegida por sufragio
censitario) sólo permitía el voto a los mayores de 30 años para elegir a los diputados de la
Camara de Diputados de entre los mayores de 40 años que pagasen más de 1 000 francos de
impuestos cada año. Se pretendía así evitar el dominio de los más liberales, pero las crisis
continuas, el asesinato del sucesor al trono, y la llegada al poder del hermano de Luis XVII, Carlos
X, mucho más reaccionario impidieron cierta tranquilidad.
Gran Bretaña, con Jorge IV (1820-1830) y Guillermo IV, y un sistema político parlamentario y
turnistas entre los tories y los wigh (conservador y liberal, respectivamente), logró una mayor
estabilidad. Austria, Prusia y Rusia, los más absolutistas, basarán su supervivencia en la represión
de cualquier intento revolucionario interno o externo, y utilizarán la Santa Alianza para evitar la
expansión del liberalismo, incluido el liberalismo parlamentario británico. No obstante, también se
vieron obligados a algunas reformas, como la abolición de la servidumbre hereditaria, los gremios y
los monopolios en Prusia. Mientras tanto, Austria y, sobre todo, Rusia mantendrá todos los extremos
del absolutismo, y otros, como España o Napoles, intentarán hacer lo mismo, pero serán incapaces
de solventar sus crisis internas y su decadencia, perdiendo la mayor parte de su imperio colonial
(España) y sufriendo intentos de golpes de estado y revoluciones liberales en los años 20.
Estas revolucines liberales en diversas etapas (años 20, 30 y 48) acabarán finalmente con el
régimen ideológico de la Restauración, certificando el triunfo del liberalismo. Así mismo, durante
estos años, el nacionalismo se encargará de corregir el mapa fronterizo surgido del Congreso de
Viena, con la independencia de Grecia y Bélgica (1829 y 1830).
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APUNTES CIENCIAS SOCIALES. Albino Feijóo Gómez.
4. REVOLUCIONES LIBERALES CONTRA EL LEGITIMISMO Y ABSOLUTISMO DE LA RESTAURACIÓN.
4.1. REVOLUCIONES LIBERALES DE LOS AÑOS 20.
El régimen de la Restauración tendrán en contra a los partidarios de regímenes liberales y de la soberanía nacional.
La
Restauración intento barrer las ideas de la revolución francesa, pero el liberalismo permaneció en
la mente de muchos individuos que no soportaban la opresión absolutista. En los discursos de
muchos políticos, en los artículos de la prensa de la época se hablará de libertad del individuo, de
soberanía nacional, de constituciones que garanticen los derechos y deberes de los ciudadanos,
de división d poderes, de parlamentos democráticos.
El asesinato del duque de Berry en Francia y los pronunciamientos militares e intentonas revolucionarias de 191620 en España (Lacy, Porlier, Mina), dejan claro que el liberalismo y la oposición al absolutismo no ha desparecido.
En torno a 1820 tiene lugar la primera oleada revolucionaria, con el epicentro liberal en España, donde el ejército
acantonado en Cádiz, en
espera de su embarque para las
guerras de América, se levanta
al mando del General Riego.
Su triunfo obliga a Fernando
VII a reconocer la constitución
de 1812 y convertirse en rey
constitucional (1820-23),
después de la etapa absolutista
(1814-20).
La corriente revolucionaria
hispana contagia a Portugal,
donde se produce el
pronunciamiento del ejército
en Oporto (1820) y la
proclamación de un
constitucional (Estatuto liberal
de 1822). Movimientos
revolucionarios similares se
producirán en Nápoles (1820),
Piamonte (1821), con los
carbonarios naoliticanos
reivindicando una constitución o la mafia siciliana a favor de la independencia. En Piamonte y los Estados
Pontificios los liberales reclaman la expulsión de los austriacos de territorios italianos.
Las potencias del Antiguo Régimen se sienten amenazadas y se reúnen en Troppau en 1820
para recurrir al principio intervencionista del Congreso de Viena, arrogándose el derecho a
intervenir militarmente para el orden absolutista internacional. Los austriacos intervienen en
Italia después del Congreso de Laibach (1821), acabando con los estallidos revolucionarios y
los inicios del nacionalismo unificador italiano. En España, el Trienio Liberal (1820-23) sufre
una profunda crisis por las divisiones internas y la intervención de los Cien mil hijos de San
Luis (ejército realista francés enviado después de los acuerdos del Congreso de Verona
de1822).
A pesar de estas intervenciones “exitosas” el movimiento liberal y nacionalista mantuvo su
vigencia durante toda la década de los veinte, pagando su osadía muchas veces con
fusilamientos, prisión y exilio, pero obteniendo también algunos éxitos. Incluso en la
reaccionaria Rusia surgirán movimientos liberales cuando muere el Zar Alejandro en 1825 y se
plantea la posibilidad de que le suceda Constantino, candidato de los Jóvenes oficiales. El
ascenso al trono del legitimista Nicolás no impedirá la aparición de la intelligentsia rusa como
forma de protesta liberal.
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La Restauración, las revoluciones liberales y los nacionalismos, 1814-1871.
El nacionalismo balcánico no se conformó con algunos regímenes autonómicos concedidos
después del Congreso de Viena a territorios como Serbia, Bulgaria, etc., y siguió reclamando su
independencia total respecto al Imperio Otomano. Grecia encabezará estas revueltas desde
principios de los años veinte, cuando la alta burguesía, enriquecida por el bloqueo napoleónico,
decide apoyar las revueltas nacionalistas a favor de la independencia ya en 1822 (Congreso de
Epidauro). La fundación de la organización Philike Hetaíria y la ayuda británica será
transcendental. Después de una larga y cruel guerra, que provocará una campaña de prensa contra
el ejército turco y sus crueles intervenciones contra la población civil, y la participación de
algunos intelectuales y románticos europeos como Lord Byron, Grecia logrará la victoria y la
independencia en 1829, convirtiéndose en una monarquía constitucional aliada de Gran Bretaña.
Los fracasos iniciales en Ambarino, Missolonghi y Atenas, se compensarán con la victoria de
Adrianápolis en 1829, y el reconocimiento definitivo de su independencia en el Congreso de
Londres de 1830.
A pesar de ello el orden internacional impuesto por la Santa Alianza ya no volverá a ser el
mismo, ya que Gran Bretaña mantendrá su oposición al intervencionismo y los propiso paises
integrantes de la Santa Alianza tendrán que hacer frente a problemas internos. Por ello cuando
Fernando VII de España, recien respuesto en su trono absoluto por la Santa Alianza, solicite
una nueva intevención de la misma para restablecer el orden en la América Hispana, la Santa
Alianza no responde, debido a la oposición de Estados Unidos (Doctrina Monroe de diciembre
1823) y Gran Bretaña, que también prefería la independencia de las colonia hispanas. A pesar
que en el Congreso de San Petersbugo de1824 se renueva una pequeña Santa Alianza entre
Rusia, Prusia yAustria, su momento ha pasado.
(escanear apartado independencia América
Latina del libro de texto).
4..2. REVOLUCIONES LIBERALES DE 1830.
Las causas de esta nueva oleada revolucionaria dependen de la región a la que nos refiramos, pero en general habría que destacar las
ideas liberales, tanto desde el punto de vista económico, social como político, como el motor ideológico de estas revoluciones, junto
con el nacionalismo, cada vez más presente en la vida política europea. Durante los años veinte el liberalismo doctrinario /partidario
del sufragio censitario y los parlamentos bicamerales, con una cama alta seudodemocrática) y el liberalismo democrático (partidario
del sufragio universal marculino), ya se habían configurado como la alternativa política a los regímenes absolutistas de la
Restauración. Se impone el concepto de ciudadano con derechos y soberanía y no súbditos de los reyes, la noción de país como nación y no como posesión de
un rey, y el derecho a participar del gobierno y no ser sometidos al absolutismo. A todo esto se une la s
ituación económica y social, con una profunda crisis agrícola e industrial. La crisis agrícola
provoca revueltas en el campo ya en 1929, y en 1930 se une a la crisis industrial que dispara
el paro y la miseria en las regiones industriales y en las ciudades.
Liberalismo, nacionalismo y crisis económica, explican la extensión geográfica de las
revoluciones de 1830. En 1830 los regímenes políticos imperantes en Europa se dividían en tres
modelos diferentes: el parlamentarismo inglés basado en el sufragio censitario para elegir a los
parlamentarios y en una monarquía con los poderes limitados por el parlamento; el absolutismo
monárquico contrario al liberalismo; y el régimen de Carta otorgada en el que el Rey había
concedido una constitución no democrática (Carta) mediante la que autolimitaba su poder
voluntariamente, pero sin renunciar a la soberanía divida ni reconocer los principios de soberanía
nacional o de representación política democrática, por lo que es una variante del despotismo
ilustrado que incorpora algunas características del parlamentarismo inglés y mantiene otras del
viejo absolutismo. Contra el absolutismo y el régimen francés de Luis XVIII de Carta Otorgada ya
surgieron los movimientos revolucionarios de los años veinte y ahora los de los años treinta,
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APUNTES CIENCIAS SOCIALES. Albino Feijóo Gómez.
inspirados, sobre todo, el liberalismo. Esta ideología defendía la libertad individual, la soberanía
nacional, la división de poderes, una constitución votada por el pueblo, un parlamento elegido por
sugragio, la garantía de unos derechos y deberes recogidos en la constitución, y la exclusividad
del poder legislativo para los Parlamentos. Desde la Ilustración se desarrollo esta filosofía política
liberal, y la revolución francés contribuyó a extender su influencia a nivel mundial, y durante la
Restauración los textos de Thiers, Benjamín Constant, Lamartine, se
encargaron de mantener viva la llama liberal, aunque con pronto
aparecerán diferencias entre los más conservadores y los más
democráticos.
Francia. La revolución empieza en Francia, poniendo fin a la
monarquía absoluta de Carlos X. La crisis cerealícola y de la patata, la
crisis de la industria textil por falta de demanda rural, provoca el
colapso económico de Francia, un enorme incremento de paro y el
Las “tres jornadas gloriosas”, París de 1830
consiguiente descontento con el régimen político que sólo favorecía a
las clases privilegiadas del A. Régimen (cargos públicos, indemnizaciones por fin feudalismo).
Carlos X y su ministro Polignag habían iniciado unas reformas conservadoras que culminaron en
1830 con el Decreto Villelle y las llamadas ordenanzas de 1830.La oposición política a Carlos X
estaba formada por los rleanistas y los republicanos, que reaccionan conjuntamente contra el
llamado Decreto Villele del 25 de Julio de 1830 que reconocía las indemnizaciones a los nobles por
la abolición del feudalismo, resevaba determinados cargos públicos a nobleza, y limitaba
determinados derechos y libertados de la vieja Carta Otorgada de Luis XVIII. El Decreto provocó la
rebelión de París el 27 de Julio y la dimisión de Carlos X, después de las llamadas “tres jornadas Gloriosas” o la rebelión del pueblo
de París en las barricadas. El 29 la rebelión ya se había convertido en revolución y la monarquía de Carlos X tocaba a su fin, pero el
30 los liberales más conservadores, asustados por el cariz rádical de la reveulta y la posibilidad de que triunfase una república
jacobina, decidieron apoyar la opción moderada de una monarquía orleanista apoyada por la Alta burguesía, por Lafayette y por los
liberales doctrinarios, y después de la proclama de Thiers ensalzando las virtudes liberades de Luis Felipe de Orleans, se le nombra
Lugarteniente del Reino el día 30 y el 7 de Agosto la Asamblea le corona nuevo Rey de Francia. Luis Felipe se proclamó Rey de
Francia con una ideología liberal doctrinaria, apoyada por la burguesia y utilizando a las masas como fuerza de choque en las
barricadas de 1830, siguiendo el esquema de la revolución francesa de finales del XVIII.
El régimen orleanista se basara en un sitema político monárquico constitucional que gobernará
Francia hasta 1848. Durante esta etapa triunfará la economía liberal y financiera, la alta burguesía, y
la llamada Política oficial (Parlamento) se verá superada por la Política real ejercida por la
“Camarilla de Palacio”, lo que provocará diversos levantamientos de las masas populares en la década de los treinta:
obreros de Lyon, los borbones en La Vendee, la rebelión popular de 1832 contra el hambre y el cólera. A pesar de ello, la bonanza
económica permite a los orleanistas mantenerse en el poder hasta 1848.
Bélgica. Reino Unido de los Países Bajos era artificial por sus diferencias étnicas, históricas, religiosas, lingüísticas, Económicas
(Industriales belgas contra comerciantes holandeses). políticas (Holandeses se reservaban 4/5 partes de los cargos públicos
cuando sólo eran el 50% de la población).
-Derrota holandesa: -Creación Monarquía constitucional con Leopoldo I de SajoniaCoburgo en Bélgica.
-Independencia belga favorecida por qué Rusia, ocupada en Polonia no puede intervenir, en contra revolucionarios.
-Austria no interviene por temor a Francia,. que apoyaba a belgas.
-GB. apoya belgas para debilitar comercio holandés.
-Polonia: -Desde 1815 dependía de Rusia, aunque tenía una pequeña autonomía y una Carta Constitucional propia.
-Intelectuales y nobleza querían Independencia total y unificar todos los territorios polacos en manos potencias extranjeras.
-Campesinado y burguesía eran pro-rusos.
-Potencias conservadoras aplastan revolución en Ostrolenko (1831).
-Kocyusko fue el líder de esta rebelión.
-Represión rusa impone la rusificación (Expropiación nobles, prohibición lengua polaca, fin Carta Constitucional).
-Alemania: -Metternich derrota a nacionalistas italianos de Piamonte, pero nace Risorgimento y Joven Italia,
-Austria Interviene en estados alemanes para reprimir liberalismo. mientras Prusia sienta bases Zollverein.
-Suiza: -Guerra Sunderbund entre Cantones protestantes unitarios contra Cantones católicos federalistas.
-Vencen católicos e imponen una Constitución Federal ~ democrática.
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2.3.2. La independencia de Bélgica.
Si el movimiento francés de julio ofrece un claro tono liberal, la revolución belga es la
muestra más clara de nacionalismo en las convulsiones de 1830. Bélgica poseía un mayor
desarrollo industrial y tenía más población que Holanda. Todo las separaba: la economía, la
religión, la lengua. Aunque en el parlamento el número de diputados belgas era igual al holandés
sólo uno de los ministros era belga; los nacionalistas argumentaban que Bélgica más que unida
estaba sometida.
El 25 de agosto estalla la revolución en Bruselas. Los insurgentes, estimulados por las «tres
jornadas gloriosas» de París, piden la autonomía; la burguesía belga restablece el orden, pero la
agitación continúa y algunos diputados belgas hablan de separación. El rey Guillermo 1 envía seis
mil hombres a Bruselas, para reprimir la rebelión; este hecho precipita el levantamiento nacional.
Las tropas holandesas se retiran de las grandes ciudades, Lieja, Amberes. Un gobierno provisional
belga declara la independencia (4 de octubre) y pide el apoyo francés.
El conflicto se internacionaliza; las dos Europas políticas toman postura ante la revolución.
Francia se convierte en el apoyo de los belgas; Rusia, con su régimen autocrático, garante del
status de 1815, en esperanza para los holandeses. Los ingleses habían participado en la
formación del Reino de los Países Bajos, pero por rivalidad comercial con los holandeses, y conscientes de la importancia del puerto de Amberes para el tráfico de sus mercancías, miran con
simpatía el movimiento belga. Talleyrand, embajador francés en Londres, consigue la reunión de
una conferencia internacional en la capital inglesa, que reconoce la independencia, con la
condición de que sea un estado neutral perpetuamente, acepte la exclusión de su territorio de
Luxemburgo y Limburgo y se comprometa a pagar los 16/31 de la deuda de los Países Bajos. Un
Congreso en Bruselas, dotado de poderes constituyentes, elige a Leopoldo de Sajonia-Coburgo
como primer soberano. Es el segundo caso en que un monarca en 1830 recibe sus poderes de un
parlamento que representa a la nación. La situación internacional favorece a los belgas. El zar ruso
Nicolás 1 es retenido por el levantamiento polaco, mientras la ayuda del ejército francés y la
marina británica son eficaces en el rechazo de los holandeses.
La Constitución belga de 1831 ha sido considerada como la expresión más acabada del
liberalismo: soberanía del pueblo, dos cámaras elegidas, clero pagado por el Estado pero
separado del poder temporal, sistema judicial independiente, declaración de derechos.
2.3.3. Los fracasos revolucionarios.
A otras naciones se extiende la efervescencia; Polonia, Italia, Alemania contemplan
movimientos liberales y nacionales. Pero tras una primera etapa de incertidumbre fracasan y la
contrarrevolución triunfa.
Los polacos aprovechan la movilización del ejército ruso en dirección a Bélgica para iniciar
su levantamiento. En noviembre de 1830 se produce la insurrección popular de los patriotas
polacos y la instalación de un gobierno provisional en Varsovia, presidido por Chlopicki, antiguo
general napoleónico. El zar ruso Nicolás I rehuye discutir cualquier estatuto, la Dieta proclama la
independencia. En septiembre de 1831 Varsovia cae en manos rusas. La ayuda francesa no llega.
La represión es severa; se disuelve la Dieta, se cierra la universidad, se suprimen las moderadas
concesiones de autonomía. Muchos polacos emigran, 4.800 familias entran en Francia.
En Italia el movimiento liberal, empujado en parte por la sociedad secreta de los carbonarios,
se dirige contra el poder temporal de los papas y contra la presencia de los austriacos en territorio
italiano. Son expulsados los soberanos de Parma y Módena; el ejército austriaco los repone; los
regímenes absolutistas se fortalecen y actúan con mayor rigor. Pero permanece vivo un
sentimiento nacionalista, que se refleja en las ediciones del Dante, en las obras de Manzoni y
Leopardi, en el movimiento de la «Joven Italia», en el ambiente romántico en el que se exaltan las
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glorias del pueblo italiano.
En Alemania se acoge calurosamente a los refugiados polacos. En varios estados alemanes se
producen revueltas contra los soberanos: en Brunswick se obliga a huir a Carlos II, en Hannover se
proclama la Constitución, en Sajonia se acusa de mal gobierno a los Wettin y se redacta una
Constitución, en Hesse-Kassel se establece una cámara única -con la que se elimina todo papel
político de la nobleza- y se aprueba el derecho de impugnación del Gobierno. En Prusia la
solidaridad con los polacos galvaniza a los descontentos con la situación de 1815. Metternich
consigue la unión sagrada de los tres soberanos absolutos, los de Austria, Prusia y Rusia. Por presión
austriaca Prusia resiste la marea revolucionaria y disuelve la Dieta. La constitución del Zollverein,
unión aduanera de los estados del Norte de Alemania, parece ser el único paso en la formación de un
estado unitario. De momento, en los años 30, en Alemania se frustran las aspiraciones liberales de
establecer constituciones que se apoyen en la soberanía del pueblo y las nacionales de unificar el
mosaico de estados de 1815 en un gran estado nacional.
4.3. REVOLUCIONES 1848.
 1848 rompe equilibrio 1815:
♦ Aparece definitivamente la oposición Europa Este y Oeste.
♦ Es la última gran rebelión popular liberal y la primera vez que aparece la ideología socialista en las barricadas.
♦ Se conoce a 1848 como la Primavera de los Pueblos.
 Causas:
• Demográficas: Europa crece un 50% entre 1800-1850, provocando migraciones transoceánicas, éxodo a ciudades, pero faltan
industrias y aumenta paro.
• Crisis económica:
 Agrícola 1845-46 (Patata y cereales) provoca han1bre y precios muy altos.
 Financiera en 1847:
 Industrial: Falta demanda productos industriales. Desinversiones. Fin negocio ferroviario. Salarios bajan un 30% y precios
suben un 100%.
 Especulación provoca falta capital circulante y bajada cotización acciones.
• Crisis económica general en 1848.
 Financiera al hundirse bolsas, no hay suficiente numerario ni demanda comercial.
 Campesinado arruinado y burguesía media también por especulación.
• Situación social:
 Este Europa reivindican fin feudalismo e independencias.
 Oeste Europa: -Mediana y pequeña burguesía reclama liberalismo.
 Obreros reivindican sufragio universal y mejoras sociales y laborales.
 Burguesía acabo uniéndose contra proletarios.
 Proletariado: Con Marx y Engels se inicia revolución proletariado.
 Causas ideológicas:
•Liberalismo: Muchas tendencias dentro del liberalismo: Catolicismo de Lamenais, individualistas de Constant, republicanos
jacobinos, -Utilitarismo de Bentham, liberalismo social de J.S. Mill, -Nacionalismo liberal.
 Liberalismo democrático contra liberalismo doctrinario, reclamando sufragio universal, todo tipo de libertades, reducción
desigualdades sociales, régimen republicano.
 Masas populares apoyan este liberalismo democrático.
• Nacionalismo: Reivindica fronteras naturales.
 Varios tipos: -Revolucionario democrático en Francia.
 En Alemania conciben la Nación como ente orgánico por encima individualidades, suma voluntades individuos es igual a
voluntad nacional, defienden expansión territorial.
 Italiano: Ecléctico, combina liberalismo democrático y nacionalismo alemán.
 Nacionalismo se apoya en grupos sociales culturalmente fuertes y en intelectuales.
• Socialismo Científico: -Nace con la revolución de 1848.
♦ Socialismo utópico era milenarista y moralizante.
♦
Socialismo científico es revolucionario y pragmático.
 Causas políticas:
• Crisis sistema Mettemich: Potencias como Francia reclaman más poder.
• Revolución. 1830 puso fin al legitimismo al triunfar los Orleans en Francia.
• En 1840:
 Se rompe pacto británico-francés por diferencias económicas.
 Austria ocupa Cracovia contra voluntad Rusia.
 Prusia desea extenderse por Alemania a costa de Dinamarca y Austria.
 Esto rompe alianzas de 1814, provocando que en 1848 no exista ninguna alianza antirrevolucionaria.
 Cada potencia sólo buscaba debilitar al contrario.
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La Restauración, las revoluciones liberales y los nacionalismos, 1814-1871.
DESARROLLO REVOLUCJONARIO.
-Dos focos iniciales: Francia y Austria.
 Francia: Guizot no accedió reivindicaciones de la izquierda democrática.
• Republicanos celebraron banquetes subversivos.
• Revolución de Febrero:
 Guardia Nacional se negó a disparar.
 Ejército reprimió revolución inicialmente,
 Luis Felipe abdicó ante agravamiento problemas.
• Proclamación II República: -Socialistas de Blanc y republicanos de Lamartine.
 Sufragio Universal y triunfo electoral de los demócratas.
 Burguesía democrática incumple promesas hechas a las masas obreras (Talleres Nacionales, Mutualidades, Obras Públicas)  1-5-1848 socialistas intentan revolución proletaria.
• Nueva revolución proletaria en Julio es aplastada por ejército de Cavaignac el 23-6-1848.
• Constitución de Noviembre: -Sufragio Universal, Presidencialista, Libertades burguesas., División de poderes, Enseñanza
primaría gratuita, ausencia de medidas sociales.
• 10-XI-1848 elecciones presidenciales: Napoleón III derrota a Cavaignac, Lamartine y Ledru-Rollin.
• 1849= Golpe de Estado de Napoleón y Creación de Republica Presidencialista y después el II Imperio.

Italia: -Desde 1846 revueltas antiaustriacas explotadas por Carlos Alberto de Saboya.
•En
1848 se producen revueltas antiaustriacas en Milán y Venecia y el Papa, Pío IX apoyó inicialmente al nacionalismo
moderado
• -Revoluciones liberales en Roma, Nápoles y Toscana,
• -En 1849 Pío IX y el Rey de Nápoles derrotan las revoluciones liberales dentro de sus propios estados, los
austriacos vencen a independistas liberales de Carlos Alberto de Piamonte en Novara
• -Victor Manuel sustituye a Carlos Alberto corno Rey de Piamonte y mantiene liberalismo en Saboya.
Austria-Hungría -Revolución estudiantil en Viena provoca destitución de Metternich.
 Fernando 1 cede trono a Fco. José.
 Redacción Carta Otorgada que contempla abolición feudalismo e igualdad entre los diferentes pueblos del Imperio.
♦ Hungría y Checoslovaquia: Pertenecían al imperio austriaco.
 Lucharán por independizarse de Austria.
-Revolucionarios divididos en conservadores liberales y reformistas
 Kociusko (liberal) lidera revolución independentista
Nacionalismo expansivo: Ocupan Cracovia y Transilvania.
 Checoslovaquia se independizó de Austria y se negó a unirse a Hungría.
 Octubre 1848. -Revuelta vienesa contra envío soldados a Hungria=Windisgraetz reprime revolución e impone monarquía
 Austriacos derrotan a húngaros en Temmesvar y después a los checos, terminando así con la revolución nacionalista de estos
pueblos.
♦ Alemania:
 En Occidente alemán habrá revueltas liberales y en favor unificación de toda Alemania.
En Prusia revueltas sangrientas antifeudales: Federico Guillermo IV concede una Constitución y un Parlamento

• En Octubre,
Wrangler reprime a liberales prusianos y crea monarquía conservadora con una constitución carente de
libertades pero con sufragio censitario.
 En Frankfurt se crea Parlamento Nacional Alemnán:
•
Intentan unificar Alemania.
•
Se enfrenta partidarios de Pequeña o Gran Alemania
•
Constitución alemana de 1848 rechazada por Prusia.
•
Parlamento Frankfurt fracasa, y se vuelve a la Confederación Germánica nacida de Congreso Viena en 1814.
5.. EL NACIONALISMO: UNIFICACIÓN ITALIANA Y ALEMANA.
 -E Moderna: Nación como origen de una comunidad, autoafirmación de una colectividad contra Imperios Universales. Identifican
Nación con Monarquía Absoluta.

 -E Contemporánea: Nacíón=Grupo de individuos con afinidades culturales, geográficas, étnicas, lingüísticas y políticas.
♦ -Roussean= Nación es la suma de voluntades individuales.
♦ Principios XIX: Nación como territorio, raza, cultura y lengua comunes, unido todo ello por una voluntad suprema para
constituir un Estado.
♦
-Barruel en Francia y Herder en Alemania son los principales teóricos.
♦ -Napoleón extiende el nacionalismo liberal por toda Europa.
♦ Cada ideología política destaca una característica particular del nacionalismo:
 Socialistas=Pueblo.
 Demócratas = soberanía Nacional.
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
 Doctrinarios=Independencia y sufragio censitario.
 Reaccionarios=Espíritu de raza, Estado Orgánico superior a individuos, expansivo territorialmente.
• Nacionalismo: Surge en Edad Media contra feudalismo y a favor Monarquías centrales.
 Siglo XVIII:-Nacionalismo contra absolutismo.
 Revolución francesa activa nacionalismo liberal.
 Desde 1848 el nacionalismo es más conservador.
 Manzini en Italia, Michelet en Francia y Fitche en Alemania, impulsan nacionalismo.

♦ Historiadores crearon historias nacionales y extendieron ha idea nacionalista: Gibbon, Vico, Herder, Ratzel.
♦ Nacionalismo mesiánico: -Herder (Volkgeist) y Alfieri ven nacionalismo como solución a todo.
 Independencia-del opresor.
Unidad popular por la libertad y la igualdad.
 Confusionismo entre: Volkgeist o Nación pueblo, Statsnation o Nación
 Estado. Kulturnation o Nación Cultura.
Causas expansión nacionalismo:
♦
♦
Literatos y pensadores autoafirman culturas particulares.
Románticos rescatan folklore y tradiciones,
♦ Revolución, francesa y Napoleón.
♦
Revolución. Industrial reclama increados únicos y amplios.
♦ Ferrocarril.
♦ Desarticulación Antiguo Régimen.
♦
Burguesía y liberalismo contra estados dinásticos.
5.1.. UNIFICACIÓN ITALIANA.
-Orígenes: -Carbonarios, masones y Napoleón.
-Alfieri como teórico y Mazoni como creador lengua.
-Tres variantes nacionalistas en Italia: Neoguelfismo de Gioberti, Republicanismo de Mazini y Rísorgimento piamontés.
 -Causas triunfo final:
♦ Piamonte:
♦ Cavour (Primer Ministro reino Piamonte)
♦ Risorgimento (Movimiento Cultural nacionalista italiano).
♦ Fortalecimiento ejército Piamonte.
♦ Éxitos diplomáticos de Cavour.
♦ Crecimiento económico Piamonte
♦ Apoyo burguesía e intelectuales.
♦ Apoyo urbano y terratenientes agrícolas.
 Etapas:
♦ 1ª Fase en 1848: Ya vista en Revoluciones 1848.
♦ 2ª F‘ase:
 Tratado de Plombiers de 1858 entre Italia-Francia creará 4 Estados y entregaba Parma, Modena y Lombardía a Piamonte.
 En 1859 Austria invade Piamonte y Francia-Gran Bretaña envían apoyo a Piamonte.
 Los austriacos son derrotados en Solferino y Magenta.
 Se firma Acuerdo de Villafranca: -Impuesto por Napoleón para evitar apoyo prusiano a Austria.
 Se crea Confederación italiana presidida por el Papa.
 El Piamonte logra incorporar Lombardía a su territorio nacional.
 Austria conserva Venetto.
 Cavour se considera traicionado por Francia. La Paz de Zurich del 10-9-1859 ratifica los acuerdos de Villafranca.
 Tratado de Turín de 1860: Parma. Modena y Romaña deciden unirse a Piamonte
 Napoleón acepta a cambio de Niza y Saboya para Francia.
 Cavour dimite como primer ministro de Piamonte, pero pronto regresa al crearse el Estado de la Alta Italia, presidido por el
Rey de Piamonte.
♦ 3ª Fase:
 Alianza Cavour con Garibaldi para luchar por independencia italiana.
 11-5-1860, los Casacas Rojas de Garibaldi conquistan Sicilia, financiados por Cavour.
 Francisco II de Nápoles pide ayuda a Napoleón y Cavour abandona a Garibaldi.
 Garibaldi se une a Manzini y conquista Nápoles.
 Piamonte ocupa el Norte de Italia aprovechando las circunstancias.
 21-10-1860: Garibaldi entrega Nápoles a Piamonte y se crea el Parlamento Italiano.
 Víctor Manuel de Piamonte es elegido Rey de Italia.
 Problemas: -Venecia todavía es Austriaca.
 El Papa se niega a formar parte nueva Italia.
 Diferencias económicos norte-sur.
♦ 4ª Fase:
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La Restauración, las revoluciones liberales y los nacionalismos, 1814-1871.
 Alianza italo-prusiana desde 1865 contra Austria.
 Derrotas italianas en Custozza y Lissa.
 Derrota austriaca ante Prusia en 1866.
 Paz de Viena: Venecia para Italia y Trieste-Trentino para Austria.
 1871: -Prusia derrota a Francia.
 Italia ocupa estados pontificios y Roma.
 Nueva nación:
• Régimen restrictivo (sufragio censitario, Senado designado por Rey).
• Caciquismo, diferencias norte-sur, Papa excomulga a nacionalistas.
5.2.. UNIFICACION ALEMANA.Antecedentes Unificación:
♦ Confederación Germánica. Existía desde 1814.
 39 estados y 4 ciudades libres (35 eran monarquías).
 Holanda y Dinamarca tenían territorios dentro Confederación.
 Prusia y Austria lideraban Confederación.
♦ Historiadores (Ranke, Herder), filósofos y románticos, sientan las bases históricas de la nación alemana a principio siglo.
♦ La unión económica representada por el Zollverein de 1834 favorece apoyos hacia unidad.
 lª Fase: 1848 (Ya vista en las revoluciones de 1848).
 2ª Fase (1850-60):
♦ Prusia y Austria se disputan liderazgo por la unificación de Alemania.
♦ Intervención austro-prusiana en Hesse contra liberales revolucionarios.
♦ Conferencia de Oltmüz=Austría vencedora diplomática al mantener Confederación y obligar a Prusia a renunciar a la
unificación.
♦ Fortalecimiento económico prusiano en torno a Zollverein.
♦ Crecimiento ideología nacionalista en Alemania con Fitche, Grimm. Schiller, etc.
 3ª Fase (1860-66):
♦ Conflicto Rey~Parlamento-Ejército-Landwehr-burguesía en Prusia.
♦ Dimisión Von Roon y nombramiento Bismarck en 1862 como Canciller de Prusia.
♦ Partido Progresista prusiano (burguesía) favorable a unificación.
♦ Bismarck gobierna por decreto y fortalece Ejército con Von Moltke.

♦
Bismarck decide lograr unidad alemana a sangre y fuego y sin Austria.
♦ Conflicto Holstein-Schleswigh:
 Eran ducados alemanes que pertenecían a Dinamarca, dentro de la Confederación de Alemania.
 Austria-Prusia impiden incorporación definitiva de los ducados a Dinamarca.
 Después guerra se decide conceder la administración de Schleswigh a Prusia y la de Holstein para Austria.
♦ 1866:
 Prusia acusa a Austria de mala administración en Holstein.
 Austria logra apoyo Dieta Confederación para declarar guerra a Prusia.
 Prusia invade Hannover, Sajonia y Hessel-Kasell
 Prusia vence a Austria en Sadowa y Koenitsggratz.
Tratado de Praga: Aliados de Austria firman tratados con Prusia y le ceden jefatura Ejército nueva Alemania, y Hannover,
Schleswihg. Hessel-Kassel y Holstein pasan a formar parte de Prusia. Austria renuncia a su idea de una Gran Alemania.
 4~ fase: -l867.
♦ Constitución de la Confederación de Alemania del Norte:
 Parlamento consultivo bicameral compuesto de Reichtag (Congreso) y Bundesrat (Senado).
 Emperador Jefe del Ejército, decreta los presupuestos, etc..
♦ Católicos se oponen a unidad.
♦ Liberales la aceptan pero reclaman más democracia.
♦ Bismarck decide vencer reticencias con otra guerra patriótica.
 Sucesión corona española: Varias candidaturas al trono español:. Hohenzoller candidato prusiano, contra candidato francés.
Telegrama de Ems adulterado por Bismarck se convierte en causa guerra Prusia contra Francia.
 Derrota francesa en Sedan (1871).
 Paz de Frankfurt de 1871: -Alsacia y Lorena para Alemania.
♦ Incorporación estados del sur a la Unión del Norte.
♦ Creación II Reich con Guillermo I como Emperador de toda Alemania.
♦ Oposición a Bismarck:
 Católicos (Zentrum) contra Kulturkampf
 Socialdemócratas.
BIBLIOGRAFÍA.
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LA RESTAURACIÓN.
1.1. EUROPA EN 1814
1.2. LAS POTENCIAS DE LA RESTAURACIÓN.
1.3. LOS TRATADOS DE PAZ.
1.4 EL NUEVO MAPA DE EUROPA.
1.5. PRINCIPIOS TEÓRICOS DE LA RESTAURACIÓN Y LOS CONGRESOS.
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La Restauración, las revoluciones liberales y los nacionalismos, 1814-1871.
1.7. EL RÉGIMEN DE CARTA OTORGADA.
2.1.2. El nacionalismo.
La Restauración había sofocado en 1815 las ansias nacionales de los pueblos; hacia 1830
los anhelos de independencia nacional rebrotan y constituyen otra base de los procesos
revolucionarios, en los que estallan la rebeldía de los patriotas italianos contra el despotismo
austriaco, la de los polacos contra el rigor autocrático del zar ruso Nicolás I, la actividad de los
revolucionarios de la «Joven Alemania», y la de los patriotas belgas, que reclaman la separación
de Holanda. Varias obras de los años 30 hablan de nacionalidad y nacionalismo. El concepto es
confuso, parece tratarse de un sentimiento, más que de una doctrina racionalmente elaborada. En
todos los pueblos europeos, y con mayor fuerza en los oprimidos, se suscita la conciencia de
pertenecer a una comunidad ligada por una herencia común de lenguaje y cultura, unida por
vínculos de sangre y en una especial relación con el suelo de la patria; cultura, raza o grupo étnico,
ámbito territorial, confluyen en la idea de nación.
El nacionalismo se apoyó a veces en rasgos raciales, es el caso de los escritos del conde de
Gobineau; otros pensadores prefirieron basarse en rasgos culturales, así Mazzini y Gioberti en
Italia, o Mieckiewicz en Polonia; otros en la lengua, que se considera, durante el romanticismo,
como creación y expresión del genio popular. Lo más frecuente, en las figuras destacadas del
nacionalismo, -es la apelación, recurriendo a la historia, a todo tipo de referencias étnicas,
culturales y lingüísticas. Los historiadores no están ajenos al movimiento; Michelet cuando habla
de nación piensa en Francia y hace un canto a la independencia de las naciones: «Matar a un
hombre es un crimen. Pero ¿qué es matar a una nación? ¿Cómo calificar este enorme crimen?»
Lammenais en Palabras de un creyente efectúa una denuncia de los «opresores de las naciones».
La Historia de los girondinos de Lamartine se lee en Dublín, Atenas, Budapest.
Uno de los centros del nacionalismo es París, que se convierte en la capital de los exiliados;
allí acuden el italiano Mazzini y el ruso Herzen. Pero las formulaciones teóricas más completas
surgen en las universidades alemanas. Herder es el iniciador de la idea de «Volkstum», naciónpueblo, grupo histórico, frente al Estado, que puede ser una creación artificial. Los filósofos
románticos e idealistas alemanes contribuyen a generar en el ánimo de sus compatriotas un
sentimiento de patria unitaria. En Berlín había redactado Fichte, en el invierno de 1807-1808, sus
Discursos a la nación alemana, para incitar a la lucha contra Napoleón. Esta actitud de rebeldía
permanece viva en las sociedades secretas de los años 20; la Joven Alemania, y la Joven Italia
levantan la bandera del nacionalismo frente a las decisiones conservadoras de la Santa Alianza.
2.1.3. Problemas sociales.
2.2. LAS REVOLUCIONES DE 1820.
2. La oposición nacionalista.
2.3. LAS REVOLUCIONES DE 1830.
2.3.1. La Revolución en Francia.
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2.4. LAS REVOLUCIONES DE 1848.
2.4.1. Carácter peculiar de los movimientos de 1848.
De las revoluciones de 1830 sólo queda un testigo, Bélgica, independiente y con una
constitución liberal. En Francia el viraje conservador de la monarquía orleanista a partir de 1832
supone una traición para la revolución que ha llevado al trono a Luis Felipe; en Italia los austriacos
mantienen su presencia; en Alemania se posponen los sueños unitarios y en muchos estados los
soberanos gobiernan con un régimen prácticamente absolutista: En Polonia los rusos han
suprimido todas las libertades. En 1848 la revolución intenta su segundo asalto. Las similitudes
con 1830 son muchas, aspiraciones liberales y nacionales, problemas económicos y sociales como
detonante. Pero las diferencias son también importantes y es necesario precisarlas. En síntesis
podemos señalar como raíces del 48 unas ideas políticas ticas, unos problemas económicos y
unas convulsiones sociales.
a) Los ideales democráticos.
La democracia decimonónica se define en oposición al Antiguo Régimen; también como una
superación de las limitaciones del liberalismo, al que l prolonga y completa. La relación
liberalismo-democracia es indiscutible, pero los movimientos liberales de 1830 no deben ser
confundidos con los democráticos de 1848. René Remond, que ha precisado con claridad las
diferencias, escribe: «Estamos tentados hoy frecuentemente a no ver en la democracia nada más
que el desarrollo de la idea liberal, mientras que en el siglo XIX aparece sobre todo como una
ruptura con el orden y la sociedad del liberalismo.»
A diferencia del liberalismo el movimiento democrático de 1848 reivindica la abolición del
sufragio censitario y el establecimiento del derecho de voto para todos los ciudadanos; no existe
democracia sin sufragio universal. En el mismo sentido prefiere hablarse de soberanía popular en
vez de soberanía nacional, ya que la palabra nación parece referirse a una entidad colectiva, y la
soberanía no es ejercida, en la práctica, nada más que por una minoría, mientras la palabra pueblo
subraya la totalidad de los individuos; el pueblo, del que habla Michelet y al que invocan los
revolucionarios de 1848, son los ciudadanos, no una abstracción jurídica. El régimen de libertades
es más rigurosamente expresado en los textos democráticos; la libertad de prensa no supone sólo
la exención de la censura sino también la independización del control financiero del periódico. En
el orden social se lucha por la reducción de las desigualdades y se acusa al liberalismo de predicar
una igualdad estrictamente jurídica, ante la ley, mientras permanece impasible ante los contrastes
sociales de riqueza-pobreza, cultura-analfabetismo. Si el liberalismo se ha inclinado por la
monarquía como forma de gobierno la democracia considera a la República como forma política
más idónea para el ejercicio del sufragio universal, la soberanía’ popular y la garantía de las
libertades.
b) La crisis económica.
La angustia económica del año 47 tomó dimensiones europeas; se pueden distinguir en ella
tres vertientes: agrícola, industrial y bursátil.
1) Agrícola. Son malas las cosechas de los años 1845 y 1846; en este año se produce
una enfermedad de la patata. Lo mismo que en la crisis que precede a las
revoluciones de 1830, la de los cereales de 1847, por la sequía y el calor, agrava el
problema de las subsistencias. El hambre favorece la difusión de enfermedades y
epidemias (cólera, tifus) y provoca desórdenes. Los precios agrícolas suben, de 1845
a 1847, en un 50%.
2) Industrial. Tras varios años de prosperidad, y probablemente de sperproducción,
algunas fábricas, en primer lugar las textiles, quiebran, debido a la insuficiencia de
sus ventas. Dejan de construirse los ferrocarriles, lo cual, sólo en Francia, provoca, al
arrastrar a otros sectores, 750.000 parados. Los obreros culpan a las máquinas de su
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La Restauración, las revoluciones liberales y los nacionalismos, 1814-1871.
situación y se producen destrucciones de maquinaria textil.
3) Bursátil. Las dificultades de venta provocan el hundimiento de las acciones de las
sociedades; los bancos no pueden hacer frente a las de mandas de crédito; los
fondos de los tesoros estatales se han destinado a comprar en el exterior
masivamente productos agrícolas y se ven impotentes para sostener a las
sociedades de crédito.
Algunos historiadores han considerado que la raíz de la crisis económica es agrícola; la
subida de precios de los alimentos provoca el descenso de venta de los productos industriales, la
ruina y el paro. Otros conceden mayor importancia a los aspectos financieros; la inversión ruinosa
en ferrocarriles y la falta de liquidez bancaria arrastran a la agricultura. En general, se inclinan por
otorgar a la crisis económica un papel relativo en el mecanismo de la revolución; las revoluciones
de 1848 son revoluciones de élites, no revoluciones de masas; esto explicaría la posibilidad de
contraofensiva de las fuerzas del Antiguo Régimen. Labrousse dice que otros años hubo crisis
económica, pero no revolución; la crisis económica agrava, acompaña, pero no provoca la
revolución. Jacques Droz ha precisado, sutilmente, que si la causa de la revolución fuese
económica hubiera estallado en 1847 y no en 1848.
c) Convulsiones sociales.
Los problemas de pauperismo y paro creados por las máquinas han provocado inquietud en
las masas obreras y reflexiones en los intelectuales. Desde 1830 aparecen en Francia grupos
organizados de obreros, embrión de futuros sindicatos, con periódicos como el «Journal des
Ouvriers» y «Le PeupIe», y, episódicamente, estallidos de violencia, como los de Lyon en 1834. En
los suburbios de las ciudades, aparecen médicos de humildes, primer sector intelectual que toma
conciencia del problema; es el caso del prestigioso Raspail. Los primeros pensadores socialistas
escriben sus obras en torno al 48: Cabet su utopía del Viaje en Icaria, - Pierre Leroux habla del
socialismo como la religión de la humanidad; otros socialistas, Louis Blanc y Blanqui, intervienen
directamente en los acontecimientos. En algunos momentos, por su actividad periodística,
Proudhon es la voz que más se escucha. El socialismo premarxista presta a la revolución del 48
un aparato intelectual del que careció la del 30.
En 1848 aparece el Manifiesto de Marx y Engels. Durante algún tiempo se pensó que Marx
había estado al margen de los acontecimientos del año 48 —aunque no a los de los años
posteriores—; sin embargo no fue así. Marx llega a París en marzo pocos días después del
estallido revolucionario; Engels escribe artículos sobre los acontecimientos de febrero.
Posteriormente dedicará Marx tres de sus libros a los procesos del 48: El 18 Brumario de Luis
Bonaparte, Las luchas de clases en Francia y Revolución y contrarrevolución en Alemania. Antes
ha escrito una serie de artículos en la «Nueva Gaceta Renana» Al socaire de la frustración
revolucionaria Marx radicaliza sus posturas; la derrota sufrida por el proletariado le inclina a pensar
en la dictadura del proletariado; el destino de las revoluciones nacionales —escribe— queda
supeditado a las revoluciones proletarias. En Londres, convencido de que el 48 ha fracasado,
prevé una nueva y más avanzada etapa de La revolución.
Marx desde una perspectiva revolucionaria y Tocqueville desde una perspectiva
conservadora interpretan el 48 como un enfrentamiento de clases. Los historiadores actuales no lo
ven tan claro. Rudé señala una situación social complicada, con obreros en las fuerzas
conservadoras y propietarios en las revolucionarias. Remi Gossez demuestra que no existe en el
48 división de clases; en la Guardia Nacional se integraban obreros al lado de propietarios e
inquilinos en contra de tenderos, comerciantes y terratenientes, más bien que en contra de dueños
de fábricas.
Podríamos concluir que en el año 1848 se produce una intensa convulsión social, pero en la
que no es fácil trazar un esquema sencillo, de enfrentamiento de clases, y en la que los
historiadores discrepan incluso a la hora de señalar a los protagonistas de la revolución: Namier
habla de una revolución de intelectuales, Cuvillier del despertar de la conciencia obrera, Jean Baby
reduce la dimensión social para subrayar los movimientos nacionalistas.
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2.4.2. La revolución de febrero en Francia.
Los contemporáneos tuvieron la impresión de una revolución inesperada, súbita. Un mes
antes de los acontecimientos, el 27 de enero, el historiador Tocqueville pronuncia un discurso en el
que dice que las masas están tranquilas. Los periódicos dan la misma versión de sorpresa; «nunca
hubo una revolución tan rápida, tan imprevista” («Le National»). Sin embargo, no es fácil aceptar
hoy esta versión; las raíces ideológicas y económicas no son fenómenos de vísperas y el partido
republicano tenía en Francia una larga tradición política, con tres centros de actividad: los
«radicales” en la Cámara de diputados (Ledru-Rollin, Arago, Hipólito Carnot), periódicos y revistas,
escuelas en el barrio latino.
Para el 22 de febrero habían convocado los republicanos un banquete en un restaurante de
los Campos Elíseos, que sería seguido de. una manifestación. Guizot lo prohibió. No obstante ese
día se produce la manifestación, que continúa al día siguiente; los guardias nacionales se niegan a
disparar, el rey acepta la dimisión de Guizot. Pero el 23 por la tarde se dispara sobre los
manifestantes del bulevard de los Capuchinos. En muchos barrios surgen barricadas y se
combate. El día 24 se produce el asalto a las Tullerías y Luis Felipe abdica.
Un gobierno provisional con tres tendencias, liberales o republicanos moderados (Lamartine,
Arago), demócratas o republicanos radicales (Ledru-Rollin) y socialistas (Louis Blanc y Albert),
elabora un programa político-social: proclamación de la República, sufragio universal, abolición de
la esclavitud en las colonias, libertad de prensa y reunión, supresión de la pena de muerte. Las
disposiciones sociales reflejan las ideas de los socialistas, apoyados por los demócratas: derecho
al trabajo, libertad de huelga, limitación de la jornada laboral a 10 horas, creación de talleres
nacionales, en los que se dé trabajo a los parados. Se crea una Comisión de gobierno para los trabajadores. Michelet ocupa otra vez su silla en el Colegio de Francia, abren de nuevo los clubs
políticos (descripción de Flaubert). La atmósfera es de entusiasmo. Pero en las semanas
siguientes la presión social se hace más fuerte: 145 clubs políticos exigen medidas más
revolucionarias, 171 periódicos revolucionarios apoyan las manifestaciones en la calle, los talleres
sociales son simplemente centros de propaganda política.
Las elecciones de abril, con sufragio universal, llevan a la Asamblea una mayoría de
liberales, con fracasos significativos en la derecha (Thiers) y en la izquierda (Raspail, Blanqui);
Francia ha votado la República liberal, sin revolución social ni reacción monárquica, es la línea del
periódico «Le National».
a) De la República social al orden bonapartista.
La República había nacido con una fuerte preocupación social y con la presencia en el
gobierno provisional de dos socialistas; las elecciones de abril constituyen un resultado adverso
para la República social, especialmente en el campo, yen consecuencia la política gubernamental
experimenta, dirigida por Lamartine, una evolución hacia posiciones más conservadoras. Lamartine elabora un proyecto de construcciones de ferrocarriles, para solucionar el paro y para
alejar de París a los obreros ferroviarios, que se habían significado en las jornadas de febrero, y en
segundo lugar prepara la disolución de los talleres nacionales, ruinosos y centros de propaganda
revolucionaria. Estas dos medidas provocan la insurrección obrera de junio. En París se pueden
distinguir dos sectores en lucha, el Este, obrero, contra el Oeste, burgués. El ministro de la guerra,
Cavaignac, se convierte en el dirigente de la represión, tras cuatro jornadas de lucha: 4.000
deportados, 11.000 detenidos, varios miles de muertos y heridos.
Tras las jornadas de junio se inicia la reacción: disolución de los talleres nacionales,
suspensión del programa de ferrocarriles, control de los clubs y la prensa, comisión de encuesta
contra los autores de revueltas. Cavaignac gobierna dictatorialmente hasta el mes de diciembre,
en que se aprueba una Constitución autoritaria, que otorga fuertes poderes al presidente de la
República y de cuyo preámbulo ha desaparecido el derecho al trabajo.
Los dos siguientes pasos de la vida política francesa señalan de forma clara la evolución
hacia posiciones conservadoras. En primer lugar en las elecciones para la Asamblea legislativa
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triunfa el partido del Orden, en cuyo programa se defienden la propiedad, el orden, la religión, se
niega el derecho de asociación y se propugna el restablecimiento de la guillotina para perseguir la
violencia. Seignobos ha señalado dos zonas políticas en Francia: el Centro y los Alpes son los
bastiones de los revolucionarios, el Norte y el Oeste los de los conservadores; hay dos
concepciones de la República y dos Francias políticas.
El segundo paso es la elección de presidente. Luis Bonaparte, sobrino de Napoleón, triunfa
sobre los otros candidatos, en parte por el apoyo de los monárquicos. Se camina hacia una
República conservadora. En mayo de 1850 se suprime el sufragio universal. Las leyes sobre los
clubs, la prensa y la universidad acentúan el control por las autoridades. En 1852 se planteaba el
problema de la reelección, que la Constitución impedía. Bonaparte intenta la revisión de la
Constitución por la Asamblea; al no conseguirlo decide atraerse al pueblo, con la promesa del
restablecimiento del sufragio universal, y al ejército. Su discurso de Dijon es inquietante: a la
Asamblea que pone obstáculos se contrapone el pueblo. Se presagia el golpe de Estado. El 2 de
diciembre de 1861, aniversario de la batalla de Austerlitz, Bonaparte firma dos decretos, disolución
de la Asamblea y restablecimiento del sufragio universal. La resistencia de los asambleístas se
vence con detenciones, la resistencia popular con cuatrocientos muertos en los bulevares.
El desenlace de la revolución del 48 en Francia no puede ser más paradójico. De una
república social se ha pasado a una monarquía autoritaria, de una revolución a una reacción
conservadora, de un movimiento que se había iniciado contra el escaso respeto de la monarquía
de Luis Felipe por la Constitución a un régimen que se inicia suspendiendo la Asamblea, depositaria de la soberanía nacional. El miedo a la revolución social arrojó a la burguesía francesa en
brazos de la reacción.
2.4.3. Los movimientos de 1848 en Italia y Austria
Se ha llamado al movimiento de 1848 «la primavera de los pueblos”; en pocas semanas una
oleada revolucionaria sacude a Europa. En todas partes se combinan los ideales liberales y
democráticos con los nacionales.
En Italia, comienza en el sur como un movimiento liberal; las insurrecciones de Nápoles y
Palermo obligan a Fernando II a conceder una Constitución; en los Estados Pontificios se reclama
también una forma de gobierno más democrática. No obstante la fuerza decisiva es el
nacionalismo, el sentimiento antiaustríaco.
En el Norte el ejército del Piamonte acude en ayuda de los habitantes de Milán, que se han
levantado contra el yugo austriaco; son los «cinco días heroicos de Milán». Los austriacos son
expulsados, pero la preparación del ejército piamontés es mala y la guerra cambia pronto de signo.
En Roma Pío IX abandona Roma, donde Mazzini proclama la República.
En Viena se producen tres pulsaciones revolucionarias. Las noticias de París desencadenan
la primera revuelta, en marzo, que provoca la caída de Metternich, símbolo de la Europa de la
Santa Alianza, y la promesa de una Constitución por el emperador Fernando. En mayo se reúne la
Asamblea Constituyente. Mientras, los húngaros reclaman una Asamblea propia y los checos la
resurrección del antiguo reino de Bohemia. En octubre el emperador envía soldados a Hungría)
para dominar la rebeldía húngara; los liberales y los obreros vieneses se oponen, el ministro de la
guerra Latour es asesinado, la Corte imperial se retira a Olmütz, dependencia en ese momento de
Viena. Si se consumara la revolución austriaca podría triunfar en Austria, Hungría, Checoslovaquia
y, posiblemente, Alemania.
Windischgraetz bombardea y ocupa Viena; se inician las victorias de la reacción. En Austria
abdica Fernando 1 en Francisco-José y se disuelve la Asamblea Constituyente; el movimiento
checo se reprime tras el bombardeo de Praga; en Italia los austriacos obligan a retroceder al
ejército piamontés y un ejército francés repone al papa en Roma, donde según M. Corboli-Bussi
comienza «una restauración reaccionaria y desdichada».
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2.4.4. El 48 alemán.
El movimiento alemán es más complicado; se combinan en él dos procesos distintos: la
revolución liberal en el marco de los estados y el alzamiento nacional, de signo democráticounitario. Lo mismo que en Francia, la crisis de la patata en 1846 y la bancarrota de los ferrocarriles
perfilan una situación difícil; en 1847 se producen en Berlín las típicas sublevaciones del hambre.
En Prusia y en Baden se pide una Constitución -a lo que el emperador prusiano Francisco
Guillermo replica que no permitirá «una hoja de papel»- y un Parlamento, que acometa la
unificación política de los estados alemanes.
Las jornadas de marzo señalan el inicio del 48 en Alemania- Se producen primero revueltas
campesinas, provocadas por la crisis económica; casi al mismo tiempo, revueltas en las capitales
del sur, en las que se pide libertad de prensa, formación de guardias nacionales y asambleas
formadas tras elecciones; unos días después, la revolución berlinesa consigue que el emperador
convoque por sufragio universal una Asamblea constituyente. La victoria de la revolución en Berlín
provoca nuevas revueltas y nuevas concesiones de los soberanos en Sajonia, Baviera y Hannover.
Con el compromiso de no tomar decisiones contra los monarcas se acuerda la celebración
de una Asamblea en Francfort, en la que se reúnen representantes de los distintos estados
alemanes. En el Parlamento de Francfort se aprecian claramente las diferencias entre los liberales,
dirigidos por Gagern, partidarios de monarquías reformadas y de asambleas que no se reunirán de
forma periódica, y los demócratas, partidarios de una República federal; en los demócratas se
inserta un ala izquierda de programa socialista. Más que por reformas interiores, en las que no se
llega a un acuerdo entre liberales y demócratas, el Parlamento de Francfort se significa por su
nacionalismo exacerbado, en el que se solicita que se integren en una gran Alemania no sólo
comarcas como el Tirol y la Bohemia sino lo que llaman bastiones avanzados, Alsacia, Suiza y
Holanda.
Más revolucionaria resulta la Asamblea nacional prusiana, que reclama una sola cámara,
soberanía popular y proyectos de ley para liberar a los campesinos; estos últimos provocan la
oposición de los terratenientes y la constitución de un «Junker Parlament» o parlamento de
propietarios. El programa social de la asamblea prusiana y sus intentos de ayuda a la Viena
sublevada contra su emperador deciden a Francisco Guillermo a reprimir la revolución en Prusia.
El ministro del Interior Von Manteuffel proclama el estado de excepción y se disuelve la Asamblea,
aunque el emperador otorga una Constitución relativamente abierta, cuya vigencia fue breve.
El Parlamento de Francfort no ha conseguido la unificación, el prusiano ha fracasado en su
intento de establecer un modelo político constitucional; los soberanos absolutistas se apoyan
mutuamente para frustrar la revolución —Sajonia pide ayuda a Prusia, los movimientos
republicanos de Renania y Alemania central y meridional son disueltos por el ejército prusiano. La
reacción se generaliza en todos los estados alemanes: disolución de las Cámaras, arrestos.
Alemania vuelve a su situación de principios del año 1848.
2.4.5. Factores del Fracaso.
Aparentemente los movimientos del 48 se han frustrado en todas partes. Han afectado
especialmente a países con un problema nacional, Italia, Alemania, Hungría, Bohemia, o
gobernados de manera autocrática, Austria, o con una intensa tradición revolucionaria que choca
con monarquía titubeantes, Francia. A otros países les ha afectado menos pero las ondas de la
gran convulsión llegan a todas partes. En España Narváez supo prevenirla, pero, a pesar de todo,
se producen en mano y mayo movimientos en varias ciudades, sobre los que testifican Salmes,
Donoso Cortés, Alcalá Galiano, Pastor Díaz, Andrés Borrego.
- La convulsión del 48 fracasa por diversos motivos:
- La situación económica mejora en el año 1848 con buenas cosechas y descenso del paro.
Los campesinos, satisfechos por la abolición de la servidumbre y el feudalismo, temen que
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una revolución de mayor alcance les prive de la propiedad.
- La burguesía teme a la marea proletaria; el caso francés es el más expresivo.
- Entre los monarcas absolutistas se produce la solidaridad en momentos decisivos: los rusos
intervienen en Hungría, el ejército prusiano en varios estados alemanes. El viraje francés
hacia una república conservadora tiene el mismo efecto; los soldados franceses reponen al
papa en Roma.
- Generales aristocráticos, Radetzky, Windichgraetz, unidos a la monarquía absoluta y a los
sectores privilegiados, controlan el ejército.
- La insolidaridad entre los revolucionarios de los distintos países contrasta con la actitud que
toman los monarcas absolutistas. Por ejemplo, los húngaros no apoyan a los checos. Más
grave parecen las contradicciones en el alcance de los principios revolucionarios, como las
disensiones de liberales y demócratas en Alemania, o las tendencias encontradas entre los
húngaros, Kossuth, que pide la independencia, y Deak, que se conforma con autonomía y
reformas. Estas contradicciones se señalan en algunos programas nacionalistas; los
húngaros piden para ellos la autonomía mientras rehúsan concederla a croatas y rumanos.
Sin embargo, el balance no es de fracaso total. En Francia Luis Napoleón restablece el
sufragio universal, reivindicación básica de los demócratas; en Italia el Piamonte se configura
como un reino constitucional y liberal, en torno al cual se efectuará la unificación; en Alemania se
comprende que es Prusia, y no Austria, el único estado que puede conseguir la unidad. Las
lecciones son muchas, y la repercusión del 48 se detecta en movimientos y acontecimientos de la
segunda mitad del siglo.
3. LAS UNIFICACIONES NACIONALISTAS DE ITALIA Y ALEMANIA.
3.1. UNIFICACIÓN DE ITALIA
3.1.1. Situación de Italia antes de la Unificación.
El Congreso de Viena deja a Italia dividida en siete Estados; en el Norte el reino de
Piamonte, engrandecido como estado-tapón frente a Francia, y el reino lombardo-véneto, bajo
dominio austríaco; en el centro los ducados de Parma, Módena y Toscana, regidos por príncipes
austríacos, y los Estados Pontificios con las Marcas; al Sur el reino de las Dos Sicilias, en cuyo
trono se ha repuesto a los borbones. Son siete zonas diferentes no sólo políticamente. El Piamonte
se encuentra, en vísperas de la unificación, más industrializado; exporta tejidos de seda y lino.
Lombardía-Veneto constituye otra zona industrial, con seda en Cremona, lana en Milán y cristal en
Venecia, y agrícola, con vinos en su cresta apenínica y en el Véneto y Padua. Los Estadps
Pontificios separan eQonómica, geográfica y políticamente la Italia del Norte de la del Sur, más
pobre, menos poblada y desarrollada.
El obstáculo más importante para la unificación de este mosaico era la presencia austríaca,
directa en el Norte y con una cuña de influencia en la península, por medio de la administración de
los ducados. En otro sentido constituía un segundo obstáculo la presencia de los Estados Pontificios, donde el papa Pío IX identificaba nacionalismo y liberalismo, uno de los errores modernos
condenados en los documentos pontificios. El motor de la unificación lo constituye el reino del
Piamonte, engrandecido territorialmente con una fachada marítima desde 1815; posee la única
dinastía de estirpe italiana, los Saboya; un ejército, no muy organizado en el reinado de Carlos
Alberto, pero con posibilidades de modernización; una infraestructura de transportes y una
Constitución liberal. Política-mente pueden distinguirse en el Piamonte cuatro partes: Saboya, la
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zona más orientada hacia Francia, es el reducto conservador de la monarquía; Piamonte, con la
capital Turín, el centro, en el que predominan los partidarios de la monarquía constitucional;
Génova, capital de comerciantes, la avanzada republicana, la izquierda; Cerdeña, isla poco
poblada y aislada, constituye un lastre, una zona apolítica, Las .disparidades políticas dentro de un
estado pueden orientarnos sobre las grandes diferencias que existían en la concepción política de
los diversos estados italianos. Alfredo Oriani (1892) puso de relieve esta diversidad; «La idea
piamontesa no podía ser la idea italiana.., debía convertirse en nacional y popular con Garibaldi,
unitaria con Mazzini, monárquica con Cavour, más prudente con Víctor Manuel y más aventurera
en Napoleón III.» Anzilotti, un discípulo del gran historiador Gaetano Salmevini, propuso, frente a
su maestro, que hace de la burguesía piamontesa el eje de la unificación, el estudio de cada
estado italiano porque cree que el movimiento nacionalista «Risorgimento» es una abstracción.
Gramsci, lo mismo que Lefevbre para la Revolución Francesa, se esforzó en distinguir el
papel de cada grüpo social: aristócratas, burgueses, campesinos.
En los cursos que dedican las universidades de Turín y Roma al tema de la unificación, los
grandes maestros, Franco Valsecehi y Ghisalberti, han vuelto a otorgar relieve a los aspectos
intelectuales y diplomáticos; las ideas y el apoyo internacional juegan un papel clave en el proceso
unificador.
3.1.2. La conciencia unificadora.
En la génesis de la conciencia nacionalista italiana confluyen un movimiento intelectual, unas
necesidades económicas y la actividad política de algunas figuras relevantes.
Corno en todos los movimientos nacionalistas, los escritores románticos italianos ensalzan la
idea de una patria italiana, en los versos de
Leopardi o en las noyelas de Mqyizoni se recoge líricamente este sueño unitario. En 1843,
Gioberti, en Del primado moral y civil de ‘los italianos, sostiene la existencia de una raza italiana,
unida por la sangre, la religión y el idioma, y propugna, en razón de los destinatarios de su obra, la
aproximación de todos los italianos en torno al papa, mientras ocultaba sus más íntimos
pensamientos, en los que recelaba de la política pontificia, como expone en obras posteriores. Al
año siguiente de aparecer en Bruselas el apasionado llamamiento del abate Gioberti, Balbo dedica
a éste su obra De la esperanza de Italia, en la que postula un estado federal, teniendo en cuenta la
diversidad de las entidades políticas italianas. La obra de Silvio Pellico, Mis prisiones, contribuye a
difundir un sentimiento antiaustríaco. Esta publicística de los años 40 perfila una situación muy
diferente a la de los años 30, cuando pequeñas insurrecciones no encontraron eco popular por
ausencia de una conciencia nacional.
Al lado de las ideas los intereses. Los comerciantes y fabricantes de los estados del norte
son conscientes de la necesidad de la unidad, sin ella no puede articularse un mercado de
dimensiones nacionales ni construirse una infraestructura viana. Incluso el protagonista de la
unificación, Cavour, forja su concepción de una Italia unida tras un estudio sobre los ferrocarriles
en Piamonte, en el que concluye su imposible rentabilidad de no articularse en una red más
extensa. Algunos sectores sueñan con un «ZolIverein italiano>,. Para un desarrollo de la economía
la división política se ha convertido en un obstáculo más difícil de salvar que la triturada orografía
de la península.
Las concepciones de los políticos van desde la realización nacional en torno al papa (la idea
de Gioberti y los neogüelfos), o en torno a la casa de Saboya (Máximo d’Azzeglio), hasta la
constitución de una República (Mazzini).
En Cavour se une su sentimiento monárquico, de apego a la monarquía piamontesa, con su
conocimiento de la estructura económica de Italia; es, sin duda, la figura máxima del
«Risorgimento» desde el punto de vista político. Ya durante su vida aparecieron varias biografías;
disponemos de sus discursos parlamentarios, escritos personales y periódicos; han estudiado su
personalidad italianos, como Bianchi, y extranjeros, como Treitscke; entre ellos se pueden
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encontrar apologistas, como Adolfo Omodeo, que le apellida «el más humano de los espíritus», e
historiadores hostiles, como Mack Smith, que le considera carente de ideas políticas y presenta a
Garibaldi como el héroe del «Risorgimento». Garibaldi es la contrafigura, el revolucionario de
barricada, capaz, de arrastrar a las masas con su oratoria apasionada, el defensor del carácter
republicano del futuro estado italiano. Mozzini, el exiliado, el fundador de la República romana en
la revolución de 1 868, constituye la extrema izquierda de los políticos del «Risorgimento»; todavía
en 1870 soñaba en encender la revolución en Sicilia, zona descontenta por su marginación y sus
graves problemas económicos.
Aparte de esta constelación de políticos de tendencia dispar, ¿qué papel juega la monarquía
saboyana? La figura de Carlos Alberto ha sido muy discutida, ha tratado de aclararse si fue un
instrumento o un obstáculo para la unificación. Sabemos que deseaba realizar la unidad sin
ayudas exteriores, «Italia fará da se». Conservamos su Diario, en cuyas páginas se puede
comprobar su miedo a la revolución, su deseo de prohibir palabras como liberal o constitución, sus
simpatías por los gobiernos conservadores, incluso por el austríaco. Es un hombre que desea
realizar la revolución nacional sin una revolución liberal. Para la marcha del proceso unificador fue
una fortuna su abdicación en su hijo Victor Manuel, que sintonizaba mejor con el movimiento
patriótico.
Sin duda el gran mérito de Cavour fue el de saber atraerse a fuerzas políticas tan dispares:
el centro derecha de D’Azzeglio, el centro izquierda de Ratazzi; y posteriormente a los
republicanos, el veneciano Manin, el lombardo Pallavicino, el siciliano La Farina.
3.1.3. Fases de la Unificación.
En la revolución de 1830 se puede comprobar la falta de un verdadero espíritu nacional entre
los italianos, las pequeñas insurrecciones contra los soberanos no encuentran eco popular. Al año
siguiente Mazzini funda la «Joven Italia». En 1847 Metternich ordena la ocupación de Ferrara por
las tropas austríacas; Carlos Alberto puede argüir la defensa del papa, los austríacos se han
convertido en enemigos.
La guerra de 1848.
En marzo de 1848 el levantamiento de los milaneses contra los austríacos permite la
intervención del ejército piamontés, dirigido por Carlos Alberto, en ayuda de sus compatriotas. En
breves semanas se produce la unión del Piamonte, Lombardía y Venecia. Pero el ejército
piamontús no posee preparación; una comisión investigadora posterior comprueba que los mandos
superiores carecían de mapas de Lombardía, no habían estudiado las fortificaciones austríacas, se
disponía de escasos víveres y equipo médico, y de pocos caballos para el arrastre de la artillería.
Y, por otra parte, el general austríaco Radetzky, conocedor de la doctrina napoleónica de la
concentración de fuerzas y la rapidez, demuestra ser un gran militar. Primero en Custozza, más
tarde en Novara, el ejército piamontés es destrozado.
Mientras, se ha producido una revolución en Roma, que obliga a huir al papa Pío IX, y
Mazzini proclama la República. Tropas francesas ocupan la capital y en 1850 puede regresar el
pontífice, quien inicia una política conservadora, asustadiza frente al movimiento italiano, como ha
puesto de relieve el estudio clásico de Aubert sobre el pontificado de Pío IX. Al pedirle Víctor
Manuel II, que ha sustituido a su padre en el trono piamontés, que le conceda el gobierno efectivo
de Las Marcas, permaneciendo el papa como soberano nominal, y que otorgue a los ciudadanos
de Roma los mismos derechos que disfrutan los del Piamonte, el papa se opone. Más tarde, en la
encíclica Nullus cerü (1860) denunciará «los atentados sacrílegos cometidos contra la soberanía
de la iglesia romana».
El 48 se cierra con un fracaso para las aspiraciones de los nacionalistas. Cavour, consciente
de la necesidad de apoyo de una potencia extranjera, determina la intervención del Piamonte en la
guerra de Crimea.
Guerra de la Lombardía (1859).
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En la entrevista secreta de Plombiéres entre Napoleón III y Cavour se acuerda el apoyo
francés a la unificación de Italia. Desde el punto de vista militar, ha señalado Liddell I-Iart una
extraordinaria movilidad de las tropas piamontesas en la guerra que estalla en 1859, lo cual
demuestra una modernización de la red de transportes y una conciencia más progresiva de la
ciencia militar en los italianos. En Magenta y Solterino son vencidas las tropas austríacas, que
pierden Lombardía. Pero antes de ser ocupado el .Véneto Napoleón III firma el armisticio de
Vilatranca con Austria, sin conocimiento de los italianos. Esta extraña reacción del emperador
francés ha intentado ser explicada de diversas maneras; por sentimientos humanitarios, ante el
alto número de víctimas de las batallas; por presión de los católicos franceses, que ven peligrar el
poder temporal del papa; por un avance de las tropas prusianas hacia el Rin. En cualquier caso es
una más de las imprevisibles reacciones de un monarca titubeante, que provoca, en esta ocasión,
la desesperación de Cavour y el odio de los italianos hacia un aliado que les ha abandonado en el
momento crítico.
Las incorporaciones de 1860.
Cavour promueve en La Romaña y la parte Norte de los Estados Pontificios (Las Marcas y
La Umbría), movimientos populares, que solicitan la incorporación al nuevo reino del PiamonteLombardía. Para orillar la oposición francesa Cavour entrega a Francia Saboya y Niza, prometidas
en Plombiéres. Varios plebiscitos en los ducados de Parma, Módena y Toscana suponen la
eliminación de la influencia austríaca en la península y el incremento territorial del nuevo reino.
Garibaldi es el protagonista de la unificación del Sur. Con un ejército de filibusteros, los <(mil
camisas rojas», sale de Génova, desembarca en Sicilia, ocupa Palermo, y poco más tarde
Nápoles, de donde expulsa a los borbones.
En 1861 se convoca en Turmn un parlamento de toda Italia. En ese año muere’Cavour.
Todavía faltaba para la Italia unida expulsar a los austríacos de Venecia y completar la
incorporación de los Estados Pontificios con Roma.
Las últimas anexiones.
Cuando estalla en 1866 la guerra entre Prusia y Austria los italianos aprovechan para abrir
un frente en el Sur. En el conflicto interviene no ya el ejército piamontés sino el ejército italiano,
que posee escuadra y unas dimensiones mayores. Sin embargo es derrotado por los austríacos en
Custozza y en la batalla naval de Lissa. No tienen estos tropiezos reflejo en la guerra; el triunfo
prusiano provoca la entrega de Venecia al reino de Italia.
Sólo Roma, en donde había una guarnición francesa para apoyar al papa, no estaba
integrada en el reino de Italia. Al estallar la guerra entre Francia y Prusia, en 1870, las puertas de
Roma se abren para los italianos.
La unificación provoca inmediatos efectos positivos: unidad del sistema arancelario, del
código penal, de la moneda. Pero también tiene una vertiente negativa. El Sur está más atrasado y
la política se dirige desde el Norte. Al ponerse en contacto dos zonas de diferente grado de
desarrollo la más atrasada se deprime todavía más y se convierte en simple proveedora de mano
de obra; es el problema eterno del Sur italiano. La unificación política no supo soldar
económicamente a las dos Italias.
3.2. UNIFICACIÓN DE ALEMANIA.
3.2.1. Raíces de la unificación.
En 1815 la confederación germánica queda formada por 39 estados, de los cuales dos,
Austria y Prusia, aparecen como los más poderosos. Les siguen en importancia cuatro reinos:
Baviera, Wurtemberg, Hannover y Sajonia. Una dieta federal, presidida por el emperador de
Austria, es el único órgano comunitario. Austria se esfuerza por mantener el «status», que la
beneficia y le permite mantener un imperio multinacional con Hungría, Bohemia y territorios en
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La Restauración, las revoluciones liberales y los nacionalismos, 1814-1871.
Italia. El sentimiento unitario se apoya en raíces económicas e intelectuales.
Raíces económicas
En 1834 se constituye el «Zollverein», unión aduanera de los Estados del Norte de Alemania,
con territorios en los que viven 26 millones de habitantes, aunque faltan los estados del Noroeste y
las ciudades comerciales de La Hansa. Esta unión aduanera es considerada como el primer páso
unificador; Prusia se hace con la hegemonía, la población de la zona aumenta rápidamente, se
industrializa el Ruhr, los fabricantes comprueban las ventajas de la unificación. Austria mira con
recelo el ascenso del papel prusiano y suscita un organo rival, la Unión Tributaria) que no consigue
convertirse en competencia peligrosa para los mercados del «Zollverein».
En 1835 se inaugura la línea férrea Nühremberg-Fürth; en pocos años una red ferroviaria
eplaza los territorios del norte alemán; al no reparar en los obstaculos politicos de las fronteras
estatales, el ferrocarril contribuye a la unificación con tanta fuerza como las arengas de los
filósofos.
La historiografía sobre la unificación de Alemania ha ido concediendo creciente importancia a
estos factores económicos; desde la obra de Benaerts sobre los orígenes de la industria alemana,
publicada en 1833, has;a la de Boehme, publicada en 1966, se ha ido clarificando el papel que han
jugado los medios de la industria y el comercio con su librecambismo, barredor de todo
impedimento para el libre tráfico. Esta óptica ha desplazado a la tradicional, representada por
Treitschke, que consideraba la unidad alemana como un capítulo de la vida de Bismarck.
Raíces intelectuales
A partir de los Discursos a la nación alemana de Fichte, los filósofos no dejan de reflexionar
sobre el concepto. Los jóvenes hegelianos en 1848 echan mano de las ideas de Hegel y de los
filósofos románticos para enarbolar la bandera de Alemania. El historiador Ranke y Droysen
buscan en el pasado recuerdos que fundamenten un futuro unitario. El poeta Heme pone su
producción al servicio de la exaltación de su patria; Flerwegt, en una explosión de nacionalismo,
exclama: «Tú eres el pueblo en quien confía el mundo... tú sabes conquistar la tierra.»
En las universidades, estudiantes y profesores hablan de Alemania y de los modelos
políticos que eventualmente puede adoptar: los conservadores prefieren una confederación que
respete los derechos de los soberanos; los liberales un estado federal con un emperador a su
cabeza y dinastías en cada estado, con süs poderes recortados; los demócratas desean barrer los
vestigios de la vieja Alemania. Un periódico de Mannheim, el «Deutsche Zeitung», se dirige a toda
la nación alemana.
Hemos estudiado ya las repercusiones de las revoluciones de 1830 y 1848 en Alemania. El
48 deja, a pesar de su fracaso, una huella intensa en la vida alemana:
•Recelos de los soberanos. En Prusia el viraje conservador tras la disolución de la
Asamblea hace perder al rey el favor popular. Los reyes temen la aparición de
constituciones, los pueblos las desean.
•Fricciones entre Austria y Prusia) más violentas que tras la constitución del Zollvereiñ. La
rivalidad se hace más enconada cuando los soberanos de Hesse piden ayuda contra la
presión de sus súbditos. Por Hesse pasaban las vías de comunicación de Prusia con
sus terri torios del Rhin, por lo que ésta apoya las peticiones de reforma populares
mientras Austria apoya a los soberanos. Prusia ha de dar marcha atrás, es la
humillación de Olmütz, que deja en los prusianos un, deseo de revancha.
•Divisiones internas entre conservadores y liberales. Esta polarización desplaza a los
liberales hacia posiciones cada vez más exigentes.
•Un movimiento, la «Nationalverein» (Asociación Nacional) fomenta el caudillaje de Prusia
en una Alemania unida.
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APUNTES CIENCIAS SOCIALES. Albino Feijóo Gómez.
3.2.2. La figura de Bismarck.
Bismarck llena por sí solo un período de la historia de su país y de Europa; se ha hablado, se
habla, de la era de Bismarck. Sus biógrafos nos recuerdan su corpulencia de gigante y su inmensa
resistencia física. Se ha dicho que con él comienza una etapa caracterizada por la «primacía de la
fuerza», pero Benedetto Croce ha subrayado que más bien es una mezcla de la política antigua
fuerza y autoridad, con las conquistas liberales en economía y técnica. El más conocido de sus
biógrafos, Eyck, ha llegado a concluir que en Bismarck no hay pensamiento político sino objetivos
inmediatos, aserción que ha sido criticada por otros historiadores. Se ha intentado demostrar que
siempre pensó más en Prusia que en Alemania (Schnabel); se ha hablado de su bonapartismo
(Gollwitzer) pero otros autores han señalado sus profundas diferencias con Napoleón III, ya que
poseyó autoridad pero no pensó nunca en reforzarla con el apoyo popular, con un sistema
plebiscitario (Allan Mitchel). Windelband le ha presentado como un «gran arquitecto de la paz»,
pero Lange ha subrayado que se trata de una paz armada.
Divinizado por los, historiadores alemanes, falta todavía sobre su figura la obra definitiva,
que explique las contradicciones, que permita encontrar una base a las discusiones que ha
suscitado. Lo indudable es su genio político, puesto primero al servicio de la primacía de Prusia,
más tarde a la consecución de la unificación de Alemania, luego al servicio de una Alemania
entera, para implantar un nuevo sistema de equilibrio europeo, que, a diferencia del directorio del
Congreso de Viena, supone la existencia de bloques que se contrapesan.
La primera aportación de Bismarck a la unificación es su éxito en el aislamiento de Austria.
Utilizando su pasado diplomático de embajador en San Petersburgo, consigue atraerse al zar ruso,
separando de esta manera a las dos potencias sobre cuyo entendimiento se había mantenido vivo
el espíritu de la Santa Alianza.
3.2.3. El inicio de la Unificación.
Guerra de los ducados.
Los ducados del sur de Dinamarca, Schleswig, Holstein y Lauenbi excepto en su zona
limítrofe con el estado danés, eran de población mana, pero estaban gobernados por los príncipes
daneses. En 1815 se había confiado al rey de Dinamarca la administración de los tres ducados.
Pronto se planteó el problema sucesorio. El rey Federico VII no tenía hijos; su heredero, Cristián
de Gluksburgo, era primo suyo por línea femenina; en Dinamarca se aceptaba esta línea pero no
en los ducados, donde existía la ley sálica, y, en consecuencia, los derechos pasaban al príncipe
alemán Frederick de Augustemburgo. Era la ocasión propicia para que los partidarios de la unión
de los ducados a Alemania planteasen la cuestión.
Bismarck movió las piezas con una maestría insuperable. Afrontaba un peligro internacional,
pues la incorporación de los ducados a Alemania suponía una alteración del estatuto territorial del
Congreso de Viena. Para la empresa necesitaba el apoyo austríaco y vencer la resistencia interior
en Prusia, donde se negaron los fondos para las operaciones. En noviembre de 1863 muere el
monarca danés; un ejército prusiano-austríaco invade los ducados. Schleswig y el puerto de Kiel
quedan bajo administración pmsiana y el Holstein bajo alministración austríaca. La rivalidad entre
las dos grandes potencias se hace pronto evidente.
Guerra austro-prusiana (1866).
Prusia procura colocar en mala posición diplomática a Austria dentro de Alemania. Su
propaganda nacional no puede ser suscrita por Austria, que todavía sueña con impedir la
unificación. El «Zollverein» ha creado unos intereses materiales comunes: ferrocarril, equipo
mecanizado; Bismarck, para presionar a algunos estados, llegó a amenazar con la supresión del
«zollverein». La propuesta prusiana de instalar un Parlamento alemán al que se acceda por
sufragio universal es otro paso que Austria no puede compartir, con su régimen imperial y
aristocrático.
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La Restauración, las revoluciones liberales y los nacionalismos, 1814-1871.
En el orden internacional la diplomacia bismarckiana supo moverse con la misma precisión.
Rusia prefiere, en caso de guerra, el triunfo prusiano, porque tiene planteado el conflicto en el
espacio balcánico con Austria; la Francia de Napoleón IJI también desea la derrota austríaca, para
que culmine la unificación de Italia. Finalmente el apoyo italiano permitió abrir un segundo frente,
por el sur, que distrae tropas austríacas y cierta solidaridad internacional hacia los prusianos.
La guerra es muy corta. Los prusianos se despliegan en la ru a Praga. El superior desarrollo
de la red de comunicaciones concede una mayor velocidad de desplazamiento hacia el frente. El
fusil de retrocarga frente al fusil de carga delantera es otra ventaja para las tropas tradas por
Moltke. En la batalla de Sadowa, con gran sorpresa las potencias europeas, se derrumba el
ejército austríaco.
Guerra franco-prusiana de 1870.
Una nueva guerra, ahora con Francia) permite la consumación de la unificación. En el
conflicto Prusia tiene ventajas diplomáticas, porque Napoleón III carece de aliados, superioridad
militar, y mayor cohesión interior, ya que en el régimen del segundo imperio ha ido creciendo la
oposición.
La candidatura Hohenzollern al trono español es el pretexto. Ante la protesta francesa, que
está dispuesta a impedir que un alemán ocupe el trono de España, el monarca prusiano retira la
candidatura Hohenzollern, pero los franceses cometen el error diplomático de insistir en que se
comprometan en lo sucesivo a no tolerar otro candidato alemán. Es una torpeza del ministro de
Asuntos Exteriores francés, Gramont. El rey prusiano estaba en el balneario de Ems; con un
telegrama se notifica a Bismarck la presión francesa. Bismarck resume el telegrama para
entregarlo a la prensa; esta versión, hábilmente deformada por el canciller, convierte el intercambio
de notas en un enredo de ultimátums. El famoso telegrama de Ems provoca la guerra del 70.
París declara la guerra a Berlín el 19 de julio. La superioridad prusiana es total, mayor
rapidez, más ferrocarriles, más hombres en el frente (en pocos días 440,000 soldados prusianos
frente a 300.000 franceses), más artillería. En Sedán y Metz quedan destrozados los dos ejércitos
franceses de Mac Mahon y Bazaine. Con la derrota se hunde el segundo imperio francés; con la
victoria Prusia convierte a la constelación dé estados alemanes en una unidad política.
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