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04
ESPECIAL
VIERNES
juventud rebelde
01 DE MARZO DE 2013
Detrás de la ciencia
Así se vería
Amasia, luego
de la unión
entre América
y Eurasia.
Fuente Revista
Nature.
Los continentes
«permutan»
Polo Norte
Científicos descubren un continente prehistórico bajo el
océano Índico. También predicen que Europa puede estar
«metiéndose» bajo África y que Eurasia y América se unirán
para formar el llamado Amasia
por PATRICIA CÁCERES
[email protected]
MUCHOS creyeron en un primer momento que se trataba de la Atlántida,
esa hermosa ciudad con palacios
de marfil, oro y plata que —según
los relatos de Platón— se levantaba en la mitad del océano Atlántico,
y que desapareció en apenas un día
y una noche por un violento terremoto y un gran diluvio.
Pero no. El hallazgo de un equipo
compuesto por geólogos de Noruega, Sudáfrica, Gran Bretaña y Alemania es muy real, y poco tiene que
ver con leyendas de ciudades perdidas. Se trata de los restos de un pequeño continente prehistórico, oculto hasta ahora bajo una espesa capa de lava en el océano Índico.
Según un artículo publicado hace unos días en la revista británica
Nature Geoscience, la franja de tierra — bautizada con el nombre de
Mauritia— se encuentra a miles de
metros de profundidad bajo las Islas Reunión (Francia) y Mauricio (República de Mauricio).
Al parecer el microcontinente
estaba ubicado entre la India y
Madagascar, desde la Era Precámbrica, cuando la Tierra aún no albergaba vida, hasta la era de los
dinosaurios.
Pero, cuando la India comenzó a
separarse de Madagascar, hace millones de años, hasta llegar a su
posición actual, el microcontinente
se fragmentó y desapareció bajo el
océano.
El equipo de geólogos llegó a esta conclusión luego de analizar los
granos de arena de lava de la playa
de Isla Mauricio. Para sorpresa de
los especialistas, estos contenían
circones —cristales diminutos de
silicato de circonio muy resistentes
a la erosión—, con una antigüedad
de entre 600 y 1 970 millones de
años,que sugieren la existencia del
antiguo microcontinente.
«Pudimos extraer cristales de circonio de la arena y este mineral es
típico de la corteza continental. Son
muy antiguos», explicó a BBC Mundo uno de los investigadores,el profesor Trond Torsvik, de la Universidad de Oslo, Noruega.
Al decir del experto,la ruptura de
los continentes suele asociarse a
erupciones, o sea, a burbujas gigantes de roca caliente que emergen
desde capas más profundas, que
ablandan las placas tectónicas y las
fracturan.
Los cristales de circonio encon-
El meteorólogo alemán Alfred Wegener demostró que las masas terrestres formaron en el pasado geológico una única e inmensa masa continental: Pangea.
trados en la playa de Isla Mauricio,
por tanto, son restos de material
que emergió desde las profundidades de la Tierra hasta la superficie
de la isla durante una erupción volcánica que tuvo lugar hace cerca
de nueve millones de años.
Torsvik considera que pueden
hallarse fragmentos de Mauritia a
unos diez kilómetros de profundidad bajo la isla Mauricio y bajo un
segmento del océano Índico. Y puede que existan muchos más continentes «fantasmas» sepultados bajo el mar.
TEORÍA DE LA TECTÓNICA DE PLACAS
Pese a que varios geólogos en
el mundo defendieron la idea del
desplazamiento en gran escala de los continentes, no
fue hasta principios del siglo
XX que un meteorólogo alemán,
Alfred Wegener, reunió pruebas
empíricas suficientes para demostrar que las masas terrestres formaron en el pasado geológico una
única e inmensa masa continental: Pangea.
La hipótesis de Wegener, conocida como Teoría de la deriva continental, fue en un principio tomada
a broma y subvalorada por sus colegas. Finalmente,50 años más tarde, fue tenida en cuenta, tras desarrollarse la teoría de la tectónica de
placas, que explicaba de manera
precisa las causas del movimiento
de los continentes.
Según esta teoría, la corteza terrestre está compuesta al menos
por una docena de placas rígidas
en continuo movimiento. Estos bloques descansan sobre una capa
viscosa de roca caliente y flexible,
denominada astenosfera, que fluye
lentamente.
Si bien los expertos no han logrado determinar con exactitud cómo interactúan estas dos capas, se
piensa que el movimiento del material espeso y fundido de la astenosfera fuerza a las placas superiores a moverse, hundirse o levantarse.
EUROPA SE «METE» BAJO ÁFRICA
Si algunos piensan que el desplazamiento de los continentes es
cosa del pasado, deberían saber que
Origen del nombre
de los continentes
LAS opiniones más extendidas sugieren que Europa
podría provenir de la composición de dos palabras
griegas, una de las cuales significa ‘ancho’ y la otra,
‘vista, ojo’. Otros lingüistas piensan que se remonta a
la palabra semítica ereb,que significa «ponerse el sol».
Los más románticos afirman que el calificativo
se debe a una ninfa llamada Europa, de gran belleza, que despertó el amor de Zeus, dios del Olimpo,
quien se transformó en toro para poder raptarla y
llevársela consigo a Creta.
La palabra «Asia», por su parte, proviene del griego y es atribuida al historiador Heródoto, que la usó
para referirse a la península Anatolia y luego a las
tierras del imperio persa.
Otros sugieren que hace honor a la diosa Asia,
deidad oceánica fruto del matrimonio entre Océano
y Tetis, madre de las fuentes y los ríos.
El origen de «África» tampoco está muy esclarecido. La palabra podría provenir del griego compuesta
las placas tectónicas no han detenido su lento movimiento, y que el
mapa del futuro podría resultar muy
distinto.
Algunos científicos afirman que el
continente europeo podría estar comenzando un proceso de subducción
que lo llevaría a ubicarse por debajo de la placa africana.
Durante muchos millones de
años, la orilla norte de la placa tectónica africana había descendido
por debajo de la europea. Al decir
de los expertos, esta lenta convergencia de pocos centímetros por
año se obstruyó de forma parcial
debido a un choque de las dos placas en el Este, en Turquía. Luego
comenzó a invertirse, porque la masa continental africana es muy ligera para continuar hundiéndose bajo
la europea.
Todo parece indicar que los pedazos de la placa africana que entraron bajo Europa se rompieron y
para llenar esa cavidad partes de la
placa euroasiática han descendido
por el Mediterráneo; tal es el caso
de las islas Baleares, Córcega, Cerdeña y Creta, explicaron geólogos,
según la publicación ABC.
Si en realidad esta tendencia se
mantiene, conduciría al comienzo
por a (sin) y rhrigos (frío). Es decir, que significa «sin
frío». Otra posibilidad es que derive de la palabra
aphros, que en griego sería ‘espuma’. Por tanto, la
etimología de África puede ser algo así como «donde el mar hace espuma».
América, en cambio, es el más conocido. Se sabe que ese nombre hace referencia a Américo Vespucio, un navegante de origen florentino. Si bien fue
Cristóbal Colón el que descubrió el continente americano, fue Américo quien se dio cuenta de que ese
territorio en realidad no pertenecía a Asia, sino a un
nuevo continente.
Oceanía proviene de la palabra Oceanía, de la
mitología griega, que se refería a las ninfas protectoras de los arroyos, fuentes... y tenía el significado
de ‘hijas de Océano’.
Asimismo, el origen del nombre «Antártida» tiene
su nacimiento en un vocablo griego (arktikos), que
se traduce como ‘de la osa’, y que hace referencia
a la Osa Polar que señala el Polo Norte. El contrario
de esta palabra (antarktikos) significa ‘opuesto a la
osa’, y sirve de inspiración para bautizar este continente.
de una nueva zona de subducción, puntualizaron los investigadores, quienes basan esta
suposición en un análisis de la
historia y estructura geológica del
mar Mediterráneo.
«Es posible que en una escala
de tiempo apropiada, estemos
siendo testigos del comienzo de la
subducción de Europa bajo África», dijo a la BBC el investigador
Rinus Wortel, de la Universidad de
Utrecht.
TENDREMOS OTRO PANGEA
Científicos de la Universidad de
Yale, Estados Unidos, afirman que
América y Eurasia chocarán en el
Polo Norte y se unirán dentro de 50
o 200 millones de años, formando
un nuevo continente que ya tiene
nombre: Amasia. Luego se unirán
África y Australia, formando un «supercontinente» que se denominará
Pangea.
Lo que los investigadores de Yale han intentado hacer con un reciente estudio es predecir cuándo y
dónde se formaría Amasia, basándose en la historia de los continentes que lo preceden.
«Estamos familiarizados con el
concepto de Pangea, pero no hay
muchos datos convincentes para
determinar cuál sería la forma del
supercontinente», explicó Ross Mitchell, uno de los especialistas de la
Universidad de Yale.
«En nuestro modelo, América del
Norte y América del Sur se unirían
al cerrarse el mar Caribe y el océano Ártico; de ahí se produciría la
conexión entre las Américas y Asia»,
enfatizó.
El análisis de datos magnéticos guardados en rocas alrededor
del mundo, que revelan la orientación magnética de las rocas en
épocas pasadas, ha sido clave para la predicción de la ubicación de
Amasia.
«Las rocas antiguas, sean de lava fría o roca sedimentaria solidificada, guardan su orientación magnética», explicó Ross Mitchell.
«Pero si bien esto indica la latitud con mucha precisión, no hemos
tenido indicadores de longitud. Hemos encontrado que después de
que cada supercontinente se reúne, este se somete a una serie de
sucesivas idas y venidas alrededor
de un eje estable en el Ecuador»,
puntualizó.