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Transcript
Socializar y transcurrir
Ana Alejandra Lichilín P.1
Docente universitaria.
Educadora especial de la Universidad Pedagógica Nacional
__________________________________________________________________
“Cuando se piensa en la niñez, una de las
preocupaciones usuales de padres y profesores está en
los modos mediante los cuales esos nuevos seres van a
constituirse como parte de un orden social determinado.
Tales modos han sido designados con el nombre de
proceso de socialización y pueden considerarse de
maneras diversas de acuerdo con las tendencias y las
prácticas. En esta dirección, valdría la pena preguntarse:
¿qué vínculos pueden establecerse entre la educación y
los procesos de socialización? Esta pregunta es
importante, pero si se consideran los radicales cambios
de la sociedad contemporánea, los interrogantes deben
cambiar. Hoy es vital cuestionarse sobre el papel mismo
de la socialización: ¿es útil seguir hablando de
socialización para pensar la educación en el mundo
contemporáneo?
“When one thinks of the childhood, one of the usual
concerns of parents and professors it is in the ways by
means of which those new beings will be constituted like
part of a certain social order. Such ways have been
designated with the name of socialization process and
they can be considered in diverse ways of agreement with
the tendencies and the practices. In this address, it would
be worthwhile to wonder: what bonds can they settle down
between the education and the socialization processes?
This question is important, but if they are considered the
radical changes of the contemporary society, the queries
should change. Today is vital to be questioned on the
same paper of the socialization: is it useful to continue
speaking of socialization to think the education of the
contemporary world? “
1
Docente universitaria, educadora especial de la Universidad Pedagógica Nacional, magíster en
antropología de la Universidad Nacional de Colombia.
Keywords: Childhood and society, education, socialization..
En un sentido amplio, la educación ocupa un papel fundamental porque se
encarga de dar continuidad a la vida de un colectivo determinado. Con mayor
énfasis, la educación se hace necesaria cuando se aumenta la distancia entre las
capacidades de los miembros de un colectivo y las posibilidades para reproducir
una vida. Habría que indicar que las reflexiones de este ensayo se enmarcan, de
manera general, en una preocupación por el papel de la educación en un país
como el nuestro, donde las múltiples dificultades pueden ampliar dicha distancia.
En esta perspectiva, actualmente, la educación se constituye en un problema
político fundamental: la continuidad de la propia existencia.
La consideración del proceso de socialización ha sido una de las problemáticas
más importantes para la educación en el Siglo XX. En primera instancia, contiene
la idea del proceso, de la marcha hacia delante, del desarrollo en el tiempo, del
crecimiento. Esta idea va unida a la de socialización, que comúnmente se
entiende como «estar en sociedad», participar de un orden social determinado.
Tendríamos que indicar, de manera general, que cuando nos referimos al proceso
de socialización se está haciendo referencia a los modos mediante los cuales se
forma parte de un orden social a través de diversos procedimientos establecidos
por las culturas. En general, se habla del proceso por el cual el ser humano
interioriza durante su vida unos esquemas de conducta que le permiten actuar de
acuerdo con las conveniencias y las normas del medio sociocultural al cual
pertenece. Se habla de socialización primaria para indicar que se produce durante
la infancia y que, por medio de ella, el individuo se convierte en un miembro de la
sociedad. Se hace referencia a socialización secundaria, cuando se la considera
como un proceso de interiorización de submundos institucionales, cuyo alcance
viene determinado por el grado de complejidad de la división social del trabajo y la
consiguiente distribución social de los conocimientos. Se habla entonces de la
posibilidad de inclusión de los miembros en un ordenamiento social determinado,
de la apropiación de un cuerpo por parte de la historia.
La socialización y sus tendencias
Para dar cuenta de la relación entre el proceso de socialización y la educación, y
sin el ánimo de agotar las posibilidades, se pueden citar algunas tendencias
pedagógicas desarrolladas durante el Siglo XX e influyentes en nuestro medio:
Para la tecnología educativa, la socialización dependerá, simplemente, de la
disposición de las contingencias de refuerzo. Estas contingencias se
componen de tres variables: primera, el proceso depende del ambiente en
el cual el sujeto se inscriba; segunda, socializarse es hacer, actuar,
responder con un comportamiento ante el medio ambiente; tercera, la
educación depende de las consecuencias derivadas del comportamiento en
las experiencias vividas. De acuerdo con las contingencias de refuerzo, un
sujeto es apropiado por el ambiente en el cual vive cuando es modificado
por las contingencias de refuerzo, y debido a ello, vive como sujeto
modificado, cambiado por el ambiente. Un nuevo miembro de un colectivo
aprenderá a comportarse, pero no será necesariamente enseñado. El
sujeto no almacena las contingencias, pero los cambios que introduce en su
comportamiento son definitivos y duran mucho tiempo. En esta perspectiva,
la educación programada y agenciada por máquinas es esencial, pues tanto
los programas como las tecnologías de la enseñanza almacenan las
contingencias a fin de sostener el proceso socializador. La educación, en
esta perspectiva, tendrá como objeto central modificar el comportamiento
de un sujeto; en consecuencia, el proceso de socialización consistirá en
poner un comportamiento de determinada configuración bajo el control de
las variables que componen las contingencias de refuerzo.
Para las pedagogías materialistas, la socialización plantea la interiorización de
lo social por parte de un sujeto histórico, en un modo de producción
determinado; a través de la educación, los miembros jóvenes de un
colectivo asimilan las relaciones humanas vigentes, acumuladas por la
cultura, y se adaptan a una sociedad determinada. Durante el Siglo XX, en
particular, se planteó la transformación de las condiciones de vida en el
paso entre el capitalismo y el socialismo. En este proceso socializador se
planteó la constitución de un modelo de hombre nuevo que se insertaba en
conflicto entre: la búsqueda de lo vital en los valores culturales del pasado,
y los postulados del pensamiento científico y de la historia. La
transformación de la sociedad a través de una revolución permanente
impuso el norte a la socialización y a los objetivos de la educación: la
modificación de las condiciones de producción y reproducción de la vida de
acuerdo con los ideales del socialismo. Aquí es definitivo que el hombre sé
autoproduzca en el transcurso de la su actividad histórica; por lo tanto, el
proceso de desarrollo humano depende de la historia y se constituye
colectivamente, es la vida social, real y material históricamente
determinada. Esta vida real y material del orden social, establece la
configuración de la conciencia individual y no al contrario. Sin la existencia
social, la conciencia es incapaz de generar alguna actividad humana. Lo
que constituye la conciencia humana ha sido interiorizado por un sujeto
histórico, luego de la ejecución de sus acciones en el plano colectivo.
Socializarse es un proceso histórico de interiorización de la acción
socialmente establecida y culturalmente acumulada. En esta perspectiva, el
papel del trabajo y la constitución de colectivos fueron definitivos para
establecer el vínculo entre la socialización y la educación.
 Para la educación de tendencia psicoanalista, el proceso de socialización
implica la apropiación de un cuerpo a través de la cultura, el «cachorro»
humano es asumido por un engranaje familiar y escolar que tiene al uso del
lenguaje como elemento definitorio. La relación con el otro, al formar parte
de escenarios (madre-hijo-padre, maestro-alumno-padre, etc.), se modula
como una relación estructurante en los ambientes de socialización, en esos
lugares vivos en donde se pasa por el aprendizaje exterior de enunciados,
espacios en donde se habla y responde. En dicha relación implícita o
explícitamente, se parte de un niño ideal y se avanza modelándolo de
acuerdo con esa imagen previa. En dicha modelación se efectúa un
dominio de las pulsiones que, en sus funciones de inhibir, prohibir y sofocar,
conlleva al peligro de la neurosis. El proyecto educativo psicoanalítico es
profiláctico de sanar lo social, se trata de hacer niños lo más sanos y
capaces posibles de trabajar, en lugar de permitir el avance de las neurosis
de nuestra época. En este proceso no se aspira a que el niño se subordine
al régimen social existente, se pretende que el niño no se alíe,
posteriormente, de lado de la opresión o la reacción. Esto se logra cuando
la educación se plantea como un proceso en el cual se incita a vencer el
principio del placer y a sustituirlo por el principio de realidad. La educación
es un juego donde se arranca el goce inmediato, se ejecuta un dominio del
placer preliminar y se sustituye por un gran placer final que se diluye en el
bienestar de la humanidad. El proceso de socialización influido por el
psicoanálisis coincide con la constitución de una empresa educativa de
curación de lo social.
En la escuela activa, la educación posee un carácter eminentemente social y
se encarga de suministrar las experiencias necesarias y efectivas para que
los nuevos miembros de un colectivo se integren en un medio con ideales
democráticos. La educación se efectúa a través de la escuela constituida a
imagen de la sociedad, es un microcosmos social. En esta perspectiva, la
experiencia define la socialización, y se entiende como la conexión entre el
hacer activo y el sufrir pasivo las consecuencias de ese hacer. En este
proceso se provee a los niños de aptitudes y recursos para generar
conocimiento y aprender a vivir colectivamente. La experiencia se hace
concreta en la realización de proyectos, cuyo ordenamiento permite
disponer las condiciones de tiempo, espacio y objetos en el ambiente escolar.
Las transformaciones contemporáneas
Ahora bien, el panorama anterior indica con claridad la importancia de la
consideración de los procesos de socialización y algunas de sus posibilidades más
influyentes en la educación de nuestro medio. Pero, actualmente, valdría la pena
preguntarse si las ideas sobre los procesos de socialización siguen siendo útiles
cuando nos vemos enfrentados a trasformaciones radicales en el orden social. Y,
en este caso, me refiero a modificaciones con la indicada por Foucault cuando
plantea el paso de las sociedades disciplinarias a las sociedades de control o la
estudiada por Castells cuando muestra la mutación capitalista entre el modo de
producción industrial y el modo de producción informacional.
Nos hallamos ante un nuevo modo de producción, Castells2 lo denomina el modo
de producción informacional. En tal modo, el principal cambio no está, solamente,
en el paso de la producción de bienes a servicios, sino en el surgimiento del
procesamiento de la información como la actividad central que condiciona la
efectividad y la productividad. Lo cual no quiere decir que los procesos de
modernización de la industria dejen de efectuarse, simplemente se avanza hacia
una economía informacional. Así como en la industrialización la producción tendió
a industrializarse, durante el proceso de posmodernización, la producción tiende a
la informatización para producción de servicios. Sobre todo en los países
denominados del tercer mundo, en las regiones subordinadas, no es preciso
encontrar una progresión clara de los procesos de producción, en estos lugares,
los diferentes modos de producción se mezclan y coexisten. De este modo, es
fácil encontrar: producción de servicios basados en la información, al lado de la
agricultura, la ganadería, la minería y, por supuesto, al lado de la producción
industrial de bienes. Dos dimensiones que sostienen el modo de ser informacional:
una tecnológica, basada en la información, y, otra, organizativa, agenciada por la
red.
Ahora bien, ¿qué novedad introduce el modo informacional? La característica
definitoria está en la orientación hacia el desarrollo tecnológico3, que en este caso
significa acumulación del conocimiento. A niveles de conocimiento cada vez más
altos, corresponden niveles cada vez más altos de producción; «es la búsqueda y
acumulación de conocimiento en sí mismo lo que determina la función tecnológica
en el informacionismo [...] El conocimiento actúa sobre el conocimiento en sí
mismo con el fin de generar una mayor productividad [...] El conocimiento moviliza
la generación de nuevo conocimiento como fuente clave de la productividad a
través de su impacto sobre los otros elementos del proceso de producción, así
como sobre sus relaciones»4.
2
Manuel Castells, La ciudad informacional, Alianza, Madrid, 1995.
La tecnología es el tipo de relación establecida entre la fuerza de trabajo y la materia, en el
proceso de producción a través de la intermediación de medios de producción que utilizan energía
y conocimiento.
4 Op. Cit. Manuel Castells, La ciudad informacional, p.34.
3
Por su parte Foucault5 plantea el paso histórico de las formas sociales
disciplinarias a las formas de control generalizado. En la sociedad disciplinaria, lo
social se constituye a través de una red difusa de aparatos que producen, regulan
y determinan las formas ser, los comportamientos y las prácticas productivas.
Entonces, la puesta en marcha de esta sociedad se asegura a través de la
obediencia a las reglas y de la inclusión y exclusión a través en los mecanismos
de las instituciones disciplinarias (escuela, prisión, fábrica, hospital, asilo,
universidad,, etc.). Ahora bien, en las sociedades de control, los mecanismos
disciplinarios se hacen más sofisticados, infiltran la vida en todos sus aspectos y
se extienden en redes múltiples y variadas. La inclusión y exclusión de los
mecanismos de control son cada vez más interiorizadas en los individuos y se
encuentran de manera más difusa sobre el orden social. Las máquinas y sus
programas organizan, cada vez más, las mentes y distribuyen los cuerpos. La
sociedad de control intensifica y generaliza la acción de los aparatos
normalizadores en las prácticas comunes y cotidianas. Las grandes corporaciones
transnacionales estructuran de manera directa la vida de los hombres, además de
articular los territorios y las poblaciones; ellas constituyen la trama del control
social. De esta forma, las redes de comunicación ponen de presente la ubicación
central que adquiere el control en el nuevo modo de producción informacional. Las
redes de comunicación son el medio a través del cual los antiguos aparatos
normalizadores de la sociedad disciplinaria se intensifican y se generalizan. Con
las redes, el control «se extiende por fuera de los sitios estructurados de las
relaciones sociales»6.
La vida, en sus prácticas más comunes y cotidianas, se convierte en el objeto
central del control. Foucault ha denominado a esta nueva forma de poder:
biopoder. «El biopoder es una forma de poder que regula la vida social desde su
interior, siguiéndola, interpretándola, absorbiéndola y rearticulándola [...] La más
alta función de este poder es infiltrar cada vez más la vida, y su objeto primario es
administrar la vida. El biopoder, pues, se refiere a una situación en la cual el
objetivo del poder es la producción y reproducción de la vida misma» 7. «El poder
es entonces expresado como un control que se extiende por las profundidades de
las conciencias y cuerpos de la población y al mismo tiempo a través de la
totalidad de las relaciones sociales»8.
5
Las ideas sobre el paso de la sociedad disciplinaria a la sociedad de control no se presentan
localizadas en un texto de Foucault, sino que se distribuyen a lo largo de su obra. Para ver, en
resumen, este punto de vista, se puede consultar la Revista Encuentros de la Universidad del
Valle, artículo de Gilles Deleuze, «Sociedades de Control». También se puede consultar a Toni
Negri y Michael Hardt, Imperio, Ediciones desde abajo, Bogotá, 2001.
6 Negri y Hardt, Ibídem, p.66.
7 Ibídem, p.66.
8 Ibídem, p.67.
Si consideramos, tan sólo, estas dos trasformaciones, ¿podemos decir que los
procesos de socialización han variado? Se puede pensar que con estas
transformaciones no solamente pueden encontrarse variaciones en los procesos
de socialización, sino que las mismas nociones de proceso y de socialización
pueden verse en entredicho.
Primero, la noción de proceso, con su marcha hacia delante, con las diversas
posibilidades de desarrollo o unida a las ideas de evolución y progreso, no
aparece de manera clara en este momento. Para citar algunos ejemplos, puede
decirse que, con los actuales descubrimientos del código genético y las
experimentaciones sobre la clonación, no es posible sostener que vamos hacia
delante o que estamos evolucionando biológicamente; ya, aun, los programas
políticos de las entidades internacionales como la UNICEF o el Banco Mundial,
han dejado de sostener las ideas de progreso para las áreas subdesarrolladas del
planeta. En general, podemos indicar que la idea de proceso está puesta en
cuestión. Si bien la socialización puede variar en las actuales condiciones, habría
que cuestionar la idea de proceso e indicar qué otras posibilidades existen para
pensar la vida contemporánea.
Segundo, socializar, tal como se ha indicado anteriormente, le implica al nuevo
miembro de un colectivo apropiarse, asimilarse, adaptarse, comportarse,
interiorizar a fin de actuar de acuerdo con las conveniencias y las normas del
medio sociocultural al cual pertenece. En este caso, el problema de la separación
entre la naturaleza y la cultura es definitivo. La socialización plantea una tendencia
en la cual se hace necesario separarse de la naturaleza para introducirse en la
cultura. Lo humano está en la asunción de universos culturales que se suponen
complejos. Tanto las sociedades de control como el modo de ser informacional,
van a sugerir muchos interrogantes a esta separación entre la naturaleza y la
cultura. Frente a la información y sus redes, por ejemplo, la naturaleza es
indiferente; la cultura deja de ser importante frente al control, pues su infiltración
rebasa los límites físicos e imaginarios de cualquier ordenamiento existente. Ya el
mismo Skinner había indicado la acción innecesaria de la cultura cuando el control
toma el mando en la disposición de las contingencias de refuerzo.
Entonces, si aceptamos que las actuales condiciones cuestionan las ideas sobre
los procesos de socialización o que, de manera más simple, se han variado las
posibilidades de la socialización en el mundo actual, algunas preguntas son:
¿cómo es posible pensar la presencia de un nuevo miembro en un colectivo? ¿De
qué manera el hombre puede incluirse como parte de la vida de un colectivo? O,
aún una pregunta más radical: ¿Se trataría de repensar esta inclusión a partir del
concepto de agenciamiento y no de agrupamientos sociales?9 Al responder estas
9
«Parto de la idea de que la subjetividad es siempre el resultado de agenciamientos colectivos,
que implican, no solamente una multiplicidad de individuos, sino también una multiplicidad de
preguntas para el mundo contemporáneo, se plantean diversas modificaciones en
el pensamiento pedagógico y, en general, en las ciencias humanas. De acuerdo
con Edgar Garavito10, dichas variaciones pueden referirse a las nociones de
mundo, cuerpo, pensamiento y cerebro. Me detendré en sólo algunas de ellas.
Frente a la noción de mundo, el proceso de socialización establece la ruptura
entre el hombre y la naturaleza, ruptura constituyente de lo humano. En el seno de
la modernidad esa ruptura se dio por la separación entre el mundo y el
conocimiento: «no podemos conocer la cosa en sí». Hoy, la complicidad del
conocimiento con la cosa se rompe y eso ocurre cuando el mundo pasa de ser
agrario a ser urbano. Entonces, la noción de proceso de socialización resulta útil
cuando el mundo comienza a separar al hombre de naturaleza y se deben utilizar
todos los medios para lograr la articulación con la cultura. Pero, hoy, el problema
ya no es la separación entre el hombre y la naturaleza. Hoy, el «cachorro
humano» nace en el mundo de la informática, de la computación, de la televisión,
y esto implica que el paisaje ha cambiado, los lenguajes se ponen de presente
como el medio humano por excelencia, el nuevo sujeto se encuentra frente a un
mundo-lenguaje como nuevo campo de habitación.
El cuerpo, en consecuencia, también varía. El cuerpo en la socialización
atravesaba por etapas sucesivas y evolutivas, era un cuerpo definido por el
tiempo, a la espera de constituirse como miembro de un colectivo. Ahora, ese
cuerpo deja de adaptarse al mundo y se aparta del engranaje entre el eje
sensoriomotriz y el eje de integración conceptual. Es un cuerpo que se confronta
con el mundo, un cuerpo que es mundo, porque es una de las fuerzas con las que
cuenta el campo social.
El pensamiento en la socialización implica la exteriorización de las imágenes,
asociadas a la acción, para luego interiorizarse en forma conceptos. Existe un
movimiento circular de interiorización y exteriorización para definir al pensamiento
de carácter representativo y reflexivo. La verdad, la certeza y la duda son
elementos esenciales y definitorios del pensar. Este era un pensamiento con
pretensiones universales y cuya lógica dependía de la historia. Ahora, el
pensamiento es capaz de superar la separación entre el interior y el exterior, la
relación entre el pienso y el existo, para plantearse la capacidad de crear una
construcción significativa a la que se le da el nombre de realidad. Este
pensamiento implica ubicarse en un afuera del pensamiento habitual, un lugar sin
sujeto que remite al ser del lenguaje. Un pensamiento que irrumpe con tal fuerza
factores tecnológicos, maquínicos, económicos..., una multiplicidad de factores de sensaciones
llamadas pre-personales». Declaración de Félix Guattari en una entrevista el «Arte
contemporáneo» con Oliver Zahm, en: Revista Chimeres No.23, traducido al español por Ernesto
Hernández para la Revista de la Universidad del Valle, No.15, 1996.
10 Edgar Garavito, «Actualidad y diferencia», En: Escrito Escogidos, Universidad Nacional de
Colombia, Medellín, 1998.
que provoca la muerte del pensamiento que le precede. Un pensamiento, por
excelencia, creativo, productivo, vital.
El transcurso vital
Frente a estas variaciones actuales del orden social, indicadas anteriormente, y a
las preguntas formuladas por este ensayo, propongo la noción de transcurso
vital11, a fin de dar una salida a la antigua noción de procesos de socialización. La
noción que propongo tiene varias ventajas. En primera instancia se ubica en el
problema de la vida. En este momento, el problema de la vida está puesto en
primer plano.
En segunda instancia, la idea del transcurso no sólo plantea la idea del tiempo que
transcurre, sino que nos remite a la idea de un campo en cual «algo» se mueve.
Transcurrir es emprender y continuar un recorrido. Cuando un río sigue su curso,
por ejemplo, esto quiere decir que fluye y que pasa continuamente frente a quien
lo observa; pero, además, el río posee una corriente, una continuidad y una
regularidad en su marcha. En transcurso contiene la idea de correr de una parte a
otra, sin embargo, ese movimiento no es lineal ni va por etapas. El prefijo trans
indica «a través de», literalmente diríamos que transcurso es «a través de un
curso», ese trans significa que algo se atraviesa o es atravesado. En esta
dirección, el transcurso nos propone un problema de distancia. Si hubiera que
representar gráficamente un transcurso, tendríamos al vector como la
representación más cercana a ese movimiento.
El curso del río, no sólo tiene un movimiento y una dirección, que en muchos
casos puede variar según las condiciones, sino que pueden instalarse sobre él
recorridos, entre dos puntos, para efectuar determinada acción. Podríamos decir
que el transcurso nos remite a la idea de un campo, esta idea sugiere que no son
los puntos de origen y llegada lo fundamental, sino el campo entre ellos. Es usual
hablar, así, de campo eléctrico, campo magnético o campo gravitacional. En un
campo de fútbol, por ejemplo, es frecuente oír al locutor utilizando la expresión:
«en el transcurso del partido...». El transcurso nos remite a la presencia de un
espacio dinámico y abierto de transformaciones. En el transcurso, el tiempo no es
estrictamente cronológico, sino que le pertenece a la acción y a las fuerzas que
mueven el campo.
Si se utiliza la noción de transcurso vital para pensar la manera como se
constituyen los nuevos sujetos humanos, ¿qué posibilidades se le plantean a la
educación frente al concepto de proceso de socialización? Si se sigue con el
11
La noción de transcurso ha sido tomada de propuesta de Edgar Garavito, Transcursividad,
Crítica de la identidad psicológica, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, 1997.
planteamiento ubicado en la sociedad de control, se puede decir que la educación
se plantea contemporáneamente como un eje transversal que acompaña al control
en la intensificación y difuminación de sus mecanismos a fin de que el individuo
internalice las funciones sociales. Según la noción propuesta, hablaríamos de un
sujeto que tiene como uno de sus mayores peligros, el control de su vida y, en
esta dirección, los transcursos impedirían que el biopoder fuera el administrador
definitivo de la existencia. Plantearse la existencia de transcursos vitales como
objeto central de la educación, implicaría la constitución de un nuevo humano que
no requiere de procesos que se extienden evolutiva y cronológicamente en el
tiempo; este nuevo sujeto estaría inscrito en transcursos, con tiempos y espacios
variables que no se circunscriben a las acciones de las instituciones de soporte.
Los transcursos vitales plantearían a la educación la posibilidad de constituir un
sujeto que forme parte de un mundo donde el lenguaje deje de estar codificado
exclusivamente por la informática; un cuerpo que no está definido por un proceso,
o una forma, sino que depende de las fuerzas en un campo; un pensamiento que
destituye la relación entre el interior y el exterior, que abandona el
encadenamiento sensomotor para interiorizar al mundo, que destituye las certezas
y las verdades, para dar paso a un espacio poblado de imágenes no vectorizadas
en un intervalo de tiempo indeterminado. Cuando pensamos en los niños del Siglo
XXI, más que preguntarnos por cómo incluirlos en nuestros ambientes de
socialización, creo que la pregunta de la educación es: ¿de qué manera transitar
por transcursos vitales? ¿Cómo hacer para que la vida quiera vivirse en medio del
control?
Referencias bibliográficas.
Castells, Manuel (1995) La ciudad informacional, Madrid: Alianza.
Garavito, Edgar (1997) Transcursividad, Crítica de la identidad psicológica,
Bogotá: Universidad Nacional de Colombia.
Garavito, Edgar. (1998) , Actualidad y diferencia. En: Escrito Escogidos, Medellín:
Universidad Nacional de Colombia..
Negri, Toni ; Hardt, Michael. (2001) Imperio, Bogotá: Ediciones desde abajo. 2001.
Zahm, Oliver (1996) Arte contemporáneo. En: Revista Chimeres No.23, traducido
al español por Ernesto Hernández para la Revista de la Universidad del Valle,
No.15, 1996.