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Transcript
Oficina Diocesana de Educación Católica
Con Licencia Eclesiástica
1
INDICE
Presentación
1. Magisterio de la Iglesia y los sínodos .....................................................
2. Documentos del Magisterio de la Iglesia .................................................
3. Hechos de los Apóstoles ........................................................................
4. Los orígenes del cristianismo ..................................................................
5. Primeras comunidades cristianas: su fe y su vida ....................................
6. La cristiandad medieval y su ruptura en la reforma ..................................
7. Las diversas iglesias históricas................................................................
8. El Bautismo ...........................................................................................
9. La Confirmación ....................................................................................
10. La Eucaristía: ......................................................................................
11. María: ejemplo de respuesta libre y responsable.....................................
12. El hombre realiza su vocación cristiana en el mundo ...............................
13. La actividad evangelizadora ...................................................................
14. Vocación al apostolado .........................................................................
15. Vocación a la santidad ..........................................................................
2
Tema 1
A. MOTIVACIÓN
El humor de Juan Pablo II
Durante el Sínodo de obispos de Roma, el cardenal de Cracovia, después Juan
Pablo II, propuso a varios cardenales ir a esquiar al Terminillo.
—¿A esquiar?
—Sí, claro. En Italia, ¿no esquían los cardenales?
—Pues... francamente, no.
—En Polonia, en cambio, el 40% de los cardenales esquían.
—¿40%? Si en Polonia solo hay dos cardenales.
—Claro, pero no me negarán que Wyszynski vale por lo menos el 60%.
B. CONTENIDO DOCTRINAL
El Sínodo de los Obispos es
una asamblea de Obispos
escogidos de las distintas
regiones del mundo. Es un
órgano que depende del
Romano Pontífice.
En
cuanto
institución
permanente fue creada por el
Papa
Pablo
VI
el
15
Plaza de San Pedro. Ciudad del Vaticano
Septiembre
de
1965,
en
respuesta a los deseos de los Padres del Concilio Vaticano II de mantener vivo el
buen espíritu nacido de la experiencia conciliar.
1. Naturaleza del sínodo de los obispos
Un sínodo es, en términos generales, una asamblea de obispos convocados por el
Papa y tiene como tarea ayudar al Romano Pontífice en el gobierno de la
Iglesia universal dándole su consejo.
Durante las asambleas sinodales el Santo Padre y los obispos tratan
ordinariamente cuestiones relativas a la Iglesia universal, aunque también pueden
referirse a las Iglesias particulares.
Es el Sumo Pontífice quien convoca el Sínodo, elige el tema a tratar, designa a
sus miembros, preside él mismo la asamblea o designa al Presidente y recibe las
sugerencias presentadas por los obispos.
3
2. Asambleas del Sínodo de los Obispos e integrantes
El sínodo tiene dos tipos de asambleas: asambleas generales y
asambleas especiales. Las Asambleas generales del Sínodo de los Obispos
tratan asuntos concernientes a toda la Iglesia; mientras que las Asambleas
especiales tratan cuestiones que conciernen directamente a Iglesias y regiones
determinadas. Así, por ejemplo, hubo cinco Asambleas especiales del Sínodo de
los Obispos en torno al año 2000, en que el papa convocó una Asamblea especial
por cada continente.
A su vez las Asambleas generales pueden ser ordinarias y extraordinarias.
Las Asambleas extraordinarias del Sínodo de los Obispos tratan cuestiones que
exigen una resolución rápida. La diferencia entre una y otra es también la
designación de los miembros de la Asamblea: en la Asamblea extraordinaria
participan menos personas que en la Asamblea ordinaria, para facilitar la
discusión rápida de los temas a estudiar.
A los miembros de la Asamblea del
Sínodo de los Obispos también se les
llama Padres sinodales.
El decreto de convocatoria del Sínodo
determina el carácter de la Asamblea, así
como el número de integrantes y forma
de elección de los que proceden de las
Conferencias Episcopales. La función de
los
Padres
sinodales
se
refiere
Sinodo de los Obispos 2008
exclusivamente a la participación en la
Asamblea para la que ha sido designado. Su función cesa cuando la Asamblea
queda clausurada.
3. Organización del Sínodo de los Obispos
Se debe recordar que el Sínodo de
los Obispos recibe su potestad
del Papa. Por eso, el presidente
del Sínodo de los Obispos es
siempre el Romano Pontífice.
Puede designar a otra persona
para que lo presida.
Se
constituye
una Secretaría
General permanente. Su función
es desarrollar los instrumentos de
trabajo y demás documentación
Papa Benedicto XVI en la apertura del Sínodo de
los Obispos
4
necesaria para celebrar las Asambleas del Sínodo. Al ser de carácter permanente,
su función no cesa entre una Asamblea y la siguiente; antes al contrario, su
función es clave entre asambleas para mantener la actividad sinodal.
Como se puede ver, el Sínodo de los Obispos se constituye como un órgano
único, que se reúne en Asambleas sucesivas. No se puede hablar con precisión,
por lo tanto, de los Sínodos de Obispos en plural, pues propiamente sólo existe
uno, que se reúne en diversas Asambleas, ya sean generales o especiales.
Para una Asamblea del Sínodo de los Obispos se pueden designar Secretarios
especiales, que permanecen en su función sólo durante la Asamblea.
El derecho canónico no especifica el periodo en que debe ser convocado una
Asamblea del Sínodo de Obispos. En la práctica se vienen convocando cada tres
años; esta práctica quedó interrumpida al final del siglo XX, con motivo de la
convocatoria de las cinco Asambleas especiales por continentes que se celebraron
en torno al año 2000. En 2001 se celebró una asamblea general ordinaria, sobre
la misión de los Obispos, y en octubre de 2005 se celebró otra sobrela Eucaristía.
4. Desarrollo del Sínodo de los Obispos
Además del decreto de convocatoria -en el que se incluye la designación de los
miembros del Sínodo, tipo de Asamblea y asuntos a tratar- la Secretaría General
generalmente elabora un instrumento de trabajo (instrumentum laboris) que
se envía a los miembros. En él se contienen las líneas generales del trabajo que
se pretende desarrollar en la Asamblea, así como las consultas que se ponen a la
consideración de los Padres sinodales.
La Asamblea del Sínodo de los Obispos se desarrolla en Roma, aunque nada
impide que tenga lugar en otro sitio. Las Asambleas ordinarias suelen
desarrollarse en sesiones diarias durante un mes aproximadamente.
Las Asambleas del Sínodo de los Obispos finalizan con la clausura, que
corresponde realizar al Papa. Además, queda suspendida ipso iure (por el mismo
derecho), cuando una vez convocada o durante su celebración, se produce la
vacante de la Sede Apostólica; y asimismo se suspende la función de los Padres
sinodales hasta que el nuevo Pontífice declare disuelta la asamblea o decrete su
continuación.
El fruto del trabajo del Sínodo de Obispos son las actas del Sínodo, que se
presentan al Santo Padre. Muchas veces del Sínodo aparecen propuestas,
consultas y sugerencias. Todas ellas se contienen en las Actas que se presentan
al Papa para su consideración. Hasta el momento, después de casi todas las
Asambleas del Sínodo de Obispos el Papa ha promulgado una exhortación
postsinodal que recoge las indicaciones que considera conveniente. Otros frutos
5
han sido sugerencias que se han puesto en marcha; entre ellas, hay algunas tan
importantes como la elaboración del Catecismo de la Iglesia Católica, sugerencia
que procede de los Padres sinodales de la Asamblea Extraordinaria de 1985
convocada por Juan Pablo II, con ocasión con ocasión del vigésimo aniversario de
la clausura del Concilio Vaticano II.
C. AUTOEVALUACIÓN
1. ¿Qué es el Sínodo de los Obispos y de quién depende?
2. ¿Cuál es el origen y naturaleza del Sínodo de los Obispos?
3. ¿Qué asuntos tratan en las asambleas generales y en las especiales del
Sínodo?
4. ¿Cómo está organizado el Sínodo de los Obispos?
5. ¿Cuáles son los frutos del trabajo del Sínodo de los Obispos?
D. ACTIVIDADES SUGERIDAS
Averigua, ¿cuántos Sínodos se han realizado desde 1967 hasta la fecha?
Averigua, ¿cuál será el tema que se tocará en el Sínodo de este año?
Indaga durante qué Papa se realizó el sínodo sobre los laicos y cuál se trató
sobre la Eucaristía.
E. VOCABULARIO BÁSICO
Papa Pablo VI
Concilio Vaticano II
Sede Apostólica
Exhortación postsinodal
6
Tema 2
A. MOTIVACION
«El Concilio Vaticano II ha sido un gran don para la Iglesia, para todos los que
han tomado parte en él, para la entera familia humana, un don para cada uno de
nosotros» (Juan Pablo II, Cruzando el umbral de la Esperanza, pregunta 24).
B. CONTENIDO DOCTRINAL
Se llama Magisterio de la Iglesia al oficio de enseñar el Evangelio y de interpretar
auténticamente la Revelación. Este oficio o ministerio público fue confiado por
Cristo a los Apóstoles, a quienes prometió la asistencia del Espíritu Santo, y se
conserva en los Pastores de la Iglesia –el Papa y los Obispos–, que son los
sucesores de los Apóstoles.
1. El Concilio Vaticano II
El Concilio Ecuménico
Vaticano II (1962-65)
tenía como propósito y
deseo hacer patente la
misión apostólica y pastoral de la Iglesia y
conducir a todos los
hombres, mediante el
resplandor de la verdad
del Evangelio, a la
búsqueda y acogida del
amor de Cristo que está
sobre toda cosa (cf Ef
3,19).
Bula «Humanae salutis» de Juan XXIII
para la convocación del Concilio Ecuménico
Vaticano II
A esta Asamblea, el Papa Juan
XXIII le fijó como principal tarea la de conservar y explicar mejor el depósito de la
doctrina cristiana, con el fin de hacerlo más accesible a los fieles de Cristo y a
todos los hombres de buena voluntad.
Para esto, el Concilio no debía comenzar por condenar los errores de la época,
sino, ante todo, debía dedicarse a mostrar serenamente la fuerza y la belleza de la
doctrina de la fe.
7
Con la ayuda de Dios, los Padres conciliares pudieron elaborar, a lo largo de cuatro
años de trabajo, un conjunto considerable de exposiciones doctrinales y de
directrices pastorales ofrecidas a toda la Iglesia.
2. Criterios de renovación del Concilio
Los criterios conciliares de renovación podemos concretarlos en los siguientes:
a. Cristo, vértice del hombre. Colocar a Cristo en el vértice y en el origen de
nuestra vida; es decir, en el centro de nuestro pensamiento y de nuestra
conducta.
b. Concepción comunitaria de la vida cristiana. Familiarizarse con la
concepción comunitaria de la vida cristiana, incluso con la vida interior y
personal de los demás: de sus problemas, inquietudes y necesidades con
espíritu de justicia, lealtad, solidaridad y caridad.
c. Coherencia con la fe. El cristiano debe recomponer todos los aspectos de
su existencia en una unidad de vida espiritual y moral.
3. Ejes de renovación del Concilio
Los criterios de renovación eclesial se verifican en el Vaticano II en torno a estos
tres ejes.
a. La dimensión bíblica del Concilio. El Concilio Vaticano II ha hecho que la
dimensión bíblica esté patente en todos sus documentos y en la mentalidad
que ha creado.
b. El carácter pastoral colectivo y recíproco. El Vaticano II concibe el
ministerio sacerdotal como el ejercicio de la autoridad sagrada al servicio de
los hombres y movido por el amor de Cristo. De ese servicio pastoral participan todos los fieles, quienes, mediante el ejercicio del sacerdocio común,
tienen el deber apostólico y misionero de llevar a Cristo a los demás.
c. La dimensión ecuménica, entendida en su sentido positivo y
progresivo. Se ha conseguido la convicción de que el Cristianismo es uno
solo: Cristo quiere la unidad; una sola Iglesia debe expresar esa unidad; la
causa religiosa tiene necesidad de la unidad.
4. Visión global de la Iglesia en el Vaticano II
El Concilio Vaticano II aporta a la vida de la Iglesia un nuevo estilo, una actitud de
caridad activa para llevar al mundo el mensaje de salvación. La visión global que
aporta el Vaticano II sobre la Iglesia podemos sintetizarla en los siguientes puntos:
a) la Iglesia como misterio; b) Pueblo de Dios; c) la colegialidad episcopal; d)
importancia de la Iglesia local; e) los laicos; f) llamada universal a la Santidad; g) el
ecumenismo; h) amor al mundo.
8
En la Constitución pastoral Gaudium et spes se especifica la actitud amorosa de la
Iglesia para con el mundo. El católico auténtico y la misma Iglesia, deben
compartir con todos sus contemporáneos los gozos y las esperanzas, las tristezas y
las angustias de los hombres de nuestro tiempo. Se supera, así, tanto la actitud
inmovilista de repulsa al mundo, como también la actitud relativista de
"convertirse" a los males existentes en el mundo. La simpatía y el amor al mundo
están motivados por el afán y la misión de llevar al mundo la salvación de Cristo
que se realiza en el Iglesia.
Esta perspectiva nos lleva a asumir con decisión la tarea, el compromiso ante Dios
y los hombres, que implica necesariamente el hecho de haber recibido el Bautismo.
5. El Código de Derecho Canónico
El Código
de
Derecho
Canónico (en latín Codex
Iuris Canonici, representado
como "CIC" en las citas
bibliográficas) es el conjunto
ordenado de las normas
jurídicas que regulan la
organización
de
la Iglesia
católica de rito
latino,
la
jerarquía de gobierno, los
derechos y obligaciones de los
Curso de actualización en derecho canónico 2009
fieles
y
el
conjunto
de sacramentos y
sanciones
que se establecen por la contravención de esas normas.
Mediante la Constitución Apostólica Sacrae disciplinae leges, del 15 de enero de
1983, Juan Pablo II promulgó el Código de Derecho Canónico, que entró en
vigor el 27 de novimebre de 1983.
6. El Catecismo de la Iglesia Católica
En la celebración de la asamblea extraordinaria del Sínodo de los Obispos, el 25 de
enero de 1985, los Padres del Sínodo expresaron el deseo de «que fuese redactado
un Catecismo o compendio de toda la doctrina católica tanto sobre la fe como
sobre la moral, que sería como un texto de referencia para los catecismos o
compendios que se redactan en los diversos países. La presentación de la doctrina
debería ser bíblica y litúrgica, exponiendo una doctrina segura y, al mismo tiempo,
adaptada a la vida actual de los cristianos».
9
Este catecismo tiene por fin presentar una exposición orgánica y sintética de los
contenidos esenciales y fundamentales de la doctrina católica tanto sobre la fe
como sobre la moral, a la luz del Concilio Vaticano II y del conjunto de la
Tradición de la Iglesia. Sus fuentes principales son la Sagrada Escritura, los
Santos Padres, la Liturgia y el Magisterio de la Iglesia.
Tras la renovación de la Liturgia y el nuevo Código de Derecho Canónico de la
Iglesia latina y de los Cánones de las Iglesias orientales católicas, el catecismo es
una contribución importantísima a la obra de renovación de la vida eclesial, deseada y promovida por el Concilio Vaticano II.
7. Encíclicas Papales
Una encíclica fue originalmente una carta
circular enviada a todas las iglesias de una
zona en la antigua iglesia cristiana. En ese
momento, la palabra podía ser usada para
una carta enviada por cualquier obispo a
sus
fieles.
La
palabra
proviene
del latín Encyclia y
del griego ἐκκύκλιος
("egkyklios") que significa "envolver en
círculo", que es también el origen de la
palabra "enciclopedia". La Iglesia Católica
Romana en general, sólo utiliza este
término para las encíclicas papales, pero
la Iglesia
Ortodoxa Oriental
y
de
la Comunión Anglicana mantiene el uso
antiguo.
Papa Benedicto XVI pintura de
Cappuccio
Con este nombre se denominan así, a partir
de Benedicto XIV (1740-1758), las cartas circulares del Papa impresas y dirigidas a
todo el episcopado de la Iglesia o a una parte del mismo, como también, a través
de los obispos, a los fieles y, ocasionalmente, a todos los hombres de buena
voluntad. El objeto de las Encíclicas es exponer la doctrina de la Iglesia en algunos
puntos concretos, de acuerdo con las exigencias de los tiempos, o poner sobre
aviso acerca de los peligros, que corre la fe con la divulgación de determinados
errores. Sirven además para exhortar a los católicos a la defensa y fidelidad a la
verdad. Proponen nuevas normas de conducta conforme a las nuevas
circunstancias de vida o de la sociedad. Recuerdan algunas doctrinas siempre
tenidas por la Iglesia o enseñadas por el Magisterio en otras ocasiones, o en los
mismos concilios ecuménicos.
10
Las encíclicas obligan siempre a una aceptación obediente, si bien existen distintos
grados de exigencia, de acuerdo con el contenido o al grado de autoridad
conferido. Cuando una sentencia papal publicada en una encíclica dirime alguna
cuestión controvertida, su contenido deja de estar a disposición del libre debate de
los teólogos.
C. AUTOEVALUACIÓN
1. ¿En qué fechas se llevó a cabo el Concilio Vaticano II? ¿Quién lo convocó y
quiénes lo llevaron a cabo?
2. ¿Qué criterios de renovación siguió el Vaticano II?
3. ¿Cómo se puede sintetizar el aporte del Vaticano II?
4. ¿Por qué se ha redactado el nuevo Catecismo de la Iglesia Católica?
5. ¿Qué es el Código de Derecho Canónico?
6. ¿Qué es una encíclica?
D. ACTIVICADES SUGERIDAS
1. Averiguar cuáles fueron los principales mensajes del Papa Juan Pablo II en sus
dos visitas al Perú.
2. Repasar la lista de los documentos del Vaticano II que figuran en las páginas
finales de este texto.
E. VOCABULARIO BÁSICO
Papa Juan XXIII
Gaudium et spes
Concilio
Encíclica
11
Tema 3
A. MOTIVACIÓN
Los Hechos de los apóstoles nos presenta el modelo de vivencia cristiana; es
decir, ahí encontramos cómo debemos vivir nosotros, cristianos del siglo XXI y
de todos los siglos: unidos en el amor a Cristo, junto a nuestros pastores (Papa,
obispos y sacerdotes), a quienes obedecemos y con quienes trabajamos codo a
codo en la construcción de la Iglesia de Cristo, y alimentados en los
sacramentos, especialmente en la Eucaristía.
B. CONTENIDO DOCTRINAL
1. Autor, fecha y destinatario
El autor es Lucas o uno de sus discípulos. En
su evangelio, Lucas narró el tiempo de Jesús
y en los Hechos narra el tiempo de la Iglesia
primitiva.
El mensaje de los Hechos tiene como
destinatario a la Iglesia en la que se han
apagado
los
primeros
ímpetus
y
ha
comenzado a aparecer la desidia y la apatía;
Predicación de Pedro
una Iglesia nacida de la misión de Pablo, llamada a llevar el mensaje de Jesús a
todo el imperio romano.
2. Características literarias
a. Se sirvió de varias fuentes: el evangelio de Marcos, la famosa ―Fuente
Q‖, los ―archivos‖ orales y escritos de varias comunidades, los recuerdos
vivos de los apóstoles, los recuerdos personales sobre Pablo. Reelaboró
este material y dio a su escrito una forma unitaria.
b. Ha sido escrito con gusto y refleja una habilidad comparable a la de
otros escritos de la época helenista.
c. Son relatos narrativos con una intencionalidad ejemplar, es decir,
provoca en el lector el deseo de vivir aquellas mismas experiencias.
12
d. Los discursos insertados a lo largo de los relatos se centran en lo
esencial: la muerte y resurrección de Jesucristo, como fuente de salvación
de todos los hombres.
e. Hay también sumarios que son breves resúmenes de la vida comunitaria,
que van marcando las transiciones y ofrecen al lector una pausa de
reflexión para que se detenga y comprenda el sentido de lo que se cuenta
en el libro.
f. Hasta la invención de la imprenta, el libro de los Hechos se transmitió,
como el resto del Nuevo Testamento, en manuscritos.
3. División y contenido temático
a. Introducción (1, 1-11), que une el libro del evangelio con el de los
Hechos de los apóstoles.
b. La Iglesia de Jerusalén (1, 12-8,3): la comunidad apostólica y la
comunidad de Jerusalén.
c. La expansión de la Iglesia en Asia Menor (8, 4-14, 28): en Samaria,
conversión de Pablo, Pedro en Cesarea, fuera de Palestina (Antioquía),
liberación de Pedro, primer viaje misionero de Pablo a Chipre y Asia
menor.
d. Asamblea en Jerusalén (15, 1-35).
e. Expansión al mundo griego (15, 36-21, 14): segundo viaje de Pablo en
Grecia y tercer viaje de Pablo en Asia Menor.
f. De Jerusalén a Roma (21, 15-28, 29): Pablo en Jerusalén, en Cesarea y
hacia Roma.
4. Contenido teológico y espiritual
Fin del libro: describir la vida de la Iglesia
primitiva y cómo el Cristianismo surgió del
seno judío y se transformó en religión
universal, no sin dificultades, desgarres y
controversias, sobre todo al ir entrando a
esa primera comunidad los paganos, es
decir, los no-judíos, ya sea griegos o
romanos.
Claves: Lucas escoge el material histórico
que más le interesa para sus fines
teológicos, es decir, para su mensaje
espiritual.
San Pedro y San Pablo
13
Contenido:
a. El fundamento de la comunidad cristiana es el Kerigma , es decir, el
anuncio del acontecimiento pascual, que se resume así:
Jesús padeció, murió y resucitó para salvarnos.
La persona de Jesús viene avalada por el testimonio de los testigos
oculares.
Todo esto era el plan de Dios, y ya estaba anunciado por los profetas.
Jesús pide fe, aceptación de su mensaje y conversión del corazón.
b. El Espíritu Santo, el gran protagonista: más que Pedro y Pablo, el Espíritu
Santo es el protagonista en todas las decisiones de la Iglesia. El Espíritu
Santo es quien convierte a los apóstoles en ―testigos‖ e intrépidos misioneros
de Jesús, en Pentecostés. El Espíritu Santo es la fuerza que lanza a la Iglesia
naciente. Este Espíritu es el mismo Espíritu de Jesús, que se perpetúa en la
Iglesia.
c. La comunidad cristiana: un ideal. ¿Qué características tiene esta primera
comunidad cristiana?
Anuncian la enseñanza de los apóstoles o kerigma, acompañada por
milagros.
Viven en comunión fraterna y en caridad.
Se alimentan de la oración y de la fracción del pan o eucaristía.
Reparten sus bienes con los necesitados.
d. Características de la Iglesia:
Iglesia misionera y universal:
se proyecta, bajo el impulso del
Espíritu, afuera de Jerusalén y
Palestina. Es una Iglesia en misión,
para que todo hombre tenga la
posibilidad de recibir el evangelio.
El ingreso en la comunidad cristiana
les convierte en hombres libres de
toda religión o culto, de otros
dioses e incluso de toda institución
religiosa.
Los
conflictos
que
surgieron al principio con la
apertura de la comunidad a todos
los hombres se solucionaron con el
diálogo, la oración, la comunión y la ayuda del Espíritu.
14
San Pedro
Iglesia ministerial: cada uno es escogido según la llamada de Dios y las
cualidades personales: diáconos, misioneros, responsables de la
comunidad.
Iglesia apostólica: todo servicio o ministerio tiene como centro y punto
de referencia a los apóstoles. Por eso, los siete diáconos son presentados
a los apóstoles, que les imponen las manos; las decisiones del Concilio de
Jerusalén son avaladas y rubricadas por Pedro y Santiago; Pablo sube
varias veces a Jerusalén para confrontar su fe y su predicación con Pedro.
Los apóstoles son garantes de la verdad y de la unidad. Con el crecimiento
de las comunidades, los apóstoles eligen a unos responsables que tienen
como misión: admitir en la comunidad, vigilar la transmisión del mensaje,
enseñar, tomar decisiones en momentos importantes, distribuir las
funciones en la comunidad y dispensar los sacramentos, especialmente el
bautismo y la fracción del pan.
Iglesia probada y perseguida: desde el inicio es una Iglesia
perseguida, pero sigue valiente, confiada en la fuerza del Espíritu.
Perseguida por los mismos judíos observantes de la ley mosaica, porque
los apóstoles admiten a los paganos, dispensándoles de la circuncisión y
de la ley mosaica, pues sólo les bastaba la fe en Jesucristo. Y perseguida
por los romanos paganos, que veían en el tenor de vida de los primeros
cristianos un atentado y una fuerte llamada de atención a la vida de lujo,
vanidades y placeres desenfrenados que llevaban los paganos.
C. AUTOEVALUACIÓN
1. ¿Quién es el autor de los Hechos de los Apóstoles?
2. ¿Qué características literarias tiene el libro de los Hechos?
3. ¿Cuál es la división y contenido temático del libro de los Hechos?
4. ¿Qué características tiene la primera comunidad cristiana?
5. ¿Qué características tiene la Iglesia?
D. ACTIVIDADES SUGERIDAS
Lee y analiza con tus compañeros los pasajes bíblicos sugeridos en el tema.
Haz un cuadro comparativo de las primeras comunidades cristianas y la
Iglesia en nuestros días.
E. VOCABULARIO BÁSICO
Sumarios
Pentecostés
Kerigma
Palestina
15
Diáconos
Paganos
Tema 4
A. MOTIVACIÓN
Al inicio de una alocución, el Pontífice Benedicto XVI precisó que si bien
"estamos acostumbrados a pensar que el cristianismo es una religión europea
que después exportó la cultura europea a otros países, la realidad es mucho
más compleja".
En otro momento refería: "No solamente la raíz de la religión cristiana se
encuentra en Jerusalén, en el Antiguo Testamento y en el mundo semítico y se
nutre siempre de esta raíz, sino que también la expansión del cristianismo en
los primeros siglos se dirigió a Occidente, al mundo grecolatino, formando el
cristianismo grecolatino que creó más tarde la cultura europea".
B. CONTENIDO DOCTRINAL
El Cristianismo es la religión
fundada por Jesucristo, el Hijo de
Dios hecho hombre. Los cristianos discípulos de Cristo- se incorporan
por el bautismo a la comunidad
visible de salvación, que recibe el
nombre de Iglesia.
1. Entendemos por Cristianismo la
religión fundada por Jesucristo,
el Hijo de Dios hecho hombre..
La persona y las enseñanzas de
Jesús son las bases sobre las que
se asienta la religión cristiana.
Los cristianos consideran a
Jesucristo su Redentor y su
Maestro: le reconocen como su
Dios y Señor y se adhieren a su
doctrina.
Jesucristo HIjo de Dios hecho Hombre
2. En una hora precisa del tiempo y
en lugar determinado de la tierra, el Hijo de Dios se hizo hombre e irrumpió
en la historia humana. El lugar de nacimiento de Jesús fue Belén de Judá; la
hora, cuando reinaba en Judea Herodes el Grande y Quirino era gobernador
16
de Siria, bajo la autoridad suprema del emperador de Roma, César Augusto
(cf Mt 11, 1; Lc 11, 1-2). La vida de Cristo entre los hombres se prolongó
hasta otro momento de la historia, bien preciso también: la Pasión, Muerte y
Resurrección de Jesucristo tuvieron lugar en Jerusalén, a partir del día 14 del
mes de Nisán del año 30 de la Era cristiana. Caifás desempeñaba el cargo de
Sumo Sacerdote, gobernaba Judea el «procurador» Poncio Pilato y reinaba
en Roma el emperador Tiberió.
3. Jesucristo se presentó a sí mismo como el Cristo, el Mesías anunciado por los
Profetas y esperado ansiosamente por el Pueblo de Israel. En Cesarea de
Filipo, ante la diversidad de opiniones que corrían sobre su persona, el Señor
preguntó a los Apóstoles: «y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» La
respuesta de Pedro fue rotunda: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.»
Jesús no sólo no enmendó
en un ápice estas palabras,
sino que las confirmó de
modo inequívoco: «No te
han revelado eso ni la
carne ni la sangre, sino mi
Padre que está en los
Cielos» (cf Mt XVI, 13-17).
En la noche de la Pasión,
ante los príncipes de los
sacerdotes y todo el
Sanedrín, Jesús declararía
abiertamente que era el
Hijo de Dios, el Mesías. A la
solemne pregunta del Sumo
Interior de la Basilica San Juan de Letran
Sacerdote, la suprema autoridad religiosa de Israel: « ¿Eres tú el Mesías, el
Hijo de Dios bendito?», Jesús respondió: «Yo soy» (McXIY; 61-62).
4. ―Vino a lo ss
uyo y los suyos no le recibieron‖ (Jn 1, 10). Estas palabras del
capítulo primero del Evangelio de San Juan anuncian el drama del rechazo
del Salvador por parte del Pueblo elegido. Dominaba en éste por aquel
tiempo una concepción político-nacional acerca del esperado Mesías, al que
se consideraba como un caudillo terrenal que habría de libertar la nación del
yugo de los opresores romanos y restaurar en todo su esplendor el Reino de
Israel. Jesús no respondía a esta imagen, porque su Reino no era de este
mundo (cf Jn XVIII, 36).
17
Por eso no fue reconocido, sino rechazado por los jefes del pueblo y
condenado a morir en la Cruz.
5. Los milagros obrados por Jesús durante los años de su vida pública
constituyen el refrendo de su Mesianidad y confirmaron la doctrina que
anunciaba. Esas razones, unidas a la personalidad incomparable del Señor,
motivaron decisivamente la adhesión de sus discípulos, y en primer término
de los doce Apóstoles. Una adhesión todavía defectuosa al principio, por
parte de hombres que compartían muchos de los prejuicios de sus
contemporáneos; unos hombres cuya mentalidad les hacía difícil comprender
la verdadera naturaleza de la misión redentora de Jesús, lo que explica el
tremendo desconcierto que les causó la Pasión y Muerte de su Maestro.
6. La Resurrección de Jesucristo es el
dogma central del Cristianismo y
constituye la prueba decisiva de la
verdad de su doctrina. «Si Cristo no
resucitó --escribió San Pablo--, vana es
nuestra predicación y vana es su
fe» (1 Cor 15, 14). La realidad de la
Resurrección
-tan
lejos
de
las
expectativas de los Apóstoles y los
discípulos-- se les impuso a éstos con el
argumento irrebatible de la evidencia:
Placa Paleocristiana de Marciano
«pero Cristo ha resucitado como primicias
con simbología cristiana
de los que duermen » (1
Cor 15, 20; cf Lc 24; 27-44; Jn 20, 24-28). Desde entonces los Apóstoles se
presentarían a sí mismos como «testigos» de Jesucristo resucitado (cf Hch 2,
22; 3, 15), lo anunciarían por el mundo entero y resellarían su testimonio con
la propia sangre. Los discípulos de Jesucristo reconocieron su divinidad,
creyeron en la eficacia redentora de su Muerte y recibieron la plenitud de la
Revelación, transmitida por el Maestro y recogida por la Escritura y la
Tradición.
7. Pero Jesucristo no sólo fundó una religión --el Cristianismo-, sino también
una Iglesia. La Iglesia --el nuevo Pueblo de Dios- fue constituida bajo la
forma de una comunidad visible de salvación, a la que se incorporan los
hombres por el bautismo. La Iglesia está cimentada sobre el Apóstol Pedro, a
quien Cristo prometió el Primado -«y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia»
(Mt 16, 18)- Y se lo confirmó y confirió después de la Resurrección:
«apacienta mis corderos», «apacienta mis ovejas» (cf Jn 21, 15-17). La
18
Iglesia de Jesucristo existirá hasta el fin de los tiempos, mientras perdure el
mundo y haya hombres sobre la tierra: ―y las puertas del infierno no
prevalecerán contra ella‖ (Mt 16, 18). La constitución de la Iglesia se
consumó el día de Pentecostés, y a partir de entonces comienza propiamente
su historia.
C. AUTOEVALUACIÓN
1. ¿Qué se entiende por cristianismo?
2. ¿Cómo se presentó Jesús a sí mismo?
3. ¿Qué constituyen los milagros obrados por Jesucristo?
4. ¿Cuál es el dogma central del cristianismo?
5. ¿Cómo fue constituida la Iglesia, el nuevo Pueblo de Dios?
6. ¿Sobre quién se cimentó la Iglesia?
7. ¿Hasta cuando durará la Iglesia de Jesucristo?
8. ¿A partir de cuando se consumó la constitución de la Iglesia?
D. ACTIVIDADES SUGERIDAS
Averigua y describe cómo vivieron las primeras comunidades cristianas.
Investiga ¿Qué santos martires murieron a causa del evangelio?
Lee el pasaje bíblico Mt XVI, 18 y reflexiona sobre la autoridad recibida por
San Pedro para gobernar la Iglesia.
E. VOCABULARIO BÁSICO
Siria
Dogma
Plenitud de la Revelación
Sumo Sacerdote
19
Tema 5
A. MOTIVACION
 «No me servirá nada de los atractivos del mundo ni de los reinos de este siglo.
Es mejor para mí morir (para unirme) a Cristo Jesús que reinar hasta los
confines de la tierra. Es a El a quien busco, a quien murió por nosotros. A El
quiero, al que resucitó por nosotros. Mi nacimiento se acerca...» (S. Ignacio de
Antioquía, Rm 6, 1-2).
 «Nos hacemos más numerosos cada vez que nos cosechan: la sangre de los
mártires es semilla de cristianos» (Tertuliano, Apologético, 50).
B. CONTENIDO DOCTRINAL
1. Pentecostés: Principio de la Iglesia
Los Apóstoles recibieron al Espíritu
Santo el día de Pentecostés. Les da
fortaleza y sabiduría para extender por
el mundo la doctrina de Jesucristo:
Fundador de la Iglesia.
Los Apóstoles residen cierto tiempo en
Palestina. Predican y propagan allí y
en los países vecinos, las enseñanzas
de Jesucristo. Algunos de ellos las
escriben después y se forman los
evangelios: S. Mateo, S. Marcos, S.
Lucas y S. Juan.
Pentecostés
2. Primeras persecuciones en Jerusalén: Saulo
La muerte de San Esteban fue la señal de violenta
persecución contra la Iglesia. Todos los fieles,
excepto los Apóstoles, se esparcieron por Judea y
Samaria; pero al pasar de unos pueblos a otros
anunciaban la palabra de Dios por todas partes. El
diácono Felipe predicó el Evangelio en Samaria.
Entre los muchos que perseguían a los discípulos en
Jerusalén, ninguno parecía hacerlo con tanto odio
como un joven fariseo llamado Saulo, después
conocido con el nombre de Pablo. Cuando va a la
ciudad de Damasco, una gran luz le derriba. Jesús le
La conversión de Saulo
20
habla y, aquel hombre queda convertido en un decidido apóstol de Cristo.
Pablo recorre miles de kilómetros. Predica incansablemente y convierte a
innumerables personas de las más variadas profesiones. Viaja de ciudad en ciudad,
sufre hambre, persecuciones y varias veces es encarcelado. Después de una vida
totalmente entregada al servicio de Cristo y de los hombres muere decapitado en
Roma el año 67.
El primero que abrazó la fe entre los gentiles fue un centurión llamado Cornelio,
habitante en Cesarea de Palestina.
3. Separación de los Apóstoles
Para cumplir la orden de Jesús: «Id y enseñad a todas
las naciones», los Apóstoles resolvieron dispersarse
por las diferentes provincias del imperio romano, y
llevar la buena nueva a las comarcas más remotas de
la tierra, era el año 36.
Según una tradición antigua, antes de separarse
redactaron un breve resumen de las principales
verdades de la religión cristiana. Es el que ha llegado
hasta nosotros con el nombre de Credo o Símbolo de
los Apóstoles.
San Pedro permanece algún tiempo en Jerusalén,
Antioquía y otras ciudades donde predica y organiza la
Iglesia. Viaja después a Roma, establece una
floreciente cristiandad y gobierna como Papa a toda la
Iglesia. San Pedro escribió 2 cartas. Murió crucificado en
la persecución de Nerón el año 67.
Primer Papa después de
San Pedro
4. Los primeros Papas
La misma doctrina de Jesucristo y de San Pedro practican y enseñan los Papas
que, después de la muerte de San Pedro, uno tras otro se van sucediendo en el
gobierno de la Iglesia: Lino, Cleto, Clemente, Evaristo, Alejandro, Sixto...
La Iglesia se afianza poco a poco. Aumenta el número de cristianos pero todavía
tienen que escuchar la Santa Misa y tener sus reuniones de una manera oculta en
las catacumbas.
5. Las persecuciones romanas
Durante los tres primeros siglos, la Iglesia padece una de las más duras pruebas
de su historia. A medida que se iba extendiendo el Cristianismo, los emperadores
lo veían con malos ojos y persiguieron a muerte a los cristianos, porque, al ser
adoradores de un solo Dios, rechazaban los dioses del imperio romano y su culto.
21
También los judíos no miraban bien al cristianismo y lo mismo sucedía con la masa
popular por calumnias que se levantaban contra ellos.
Las principales persecuciones que se enumeran son 10, que empezaron con Nerón
y culminaron en Diocleciano y Juliano el Apóstata. Bajo la persecución de Nerón
(a.64-68) fueron mártires los Apóstoles Pedro y Pablo, y a éstos le siguieron en
épocas siguientes: San Clemente Romano, San Ignacio, San Justino, Santa Cecilia,
San Policarpo, San Ireneo, San Lorenzo, San Vicente y muchos millares de
cristianos.
6. Reinado de Constantino
A partir de la conversión del emperador romano Constantino el Grande (a. 306337), hijo de Santa Elena, la Iglesia fue reconocida oficialmente. Publicó el famoso
Edicto de Milán, por el cual se concedía a los cristianos el libre ejercicio de su culto,
con restitución de las iglesias y otros inmuebles de que habían sido despojados (a.
313).
Anteriormente, en el año 311 el emperador Galerio había emitido en la ciudad
un edicto conocido como el "Edicto de Tolerancia de Nicomedia". En él se
concedía indulgencia a los cristianos y se les reconocía su existencia legal y
libertad para celebrar reuniones y construir templos para su Dios por lo que la
persecución de los mismos finalizaría.
"Habiendo recibido esta indulgencia, ellos habrán de orar a su Dios por nuestra
seguridad, por la de la República, y por la propia, que la república continúe
intacta, y para que ellos puedan vivir tranquilamente en sus hogares‖
(Emperador Galerio).
Con Teodosio I (a. 378-395) el cristianismo llegó a ser la religión del estado. En el
siglo IV se ven florecer comunidades cristianas, llegando a tener cada una de ellas
su Obispo propio.
C. AUTOEVALUACIÓN
1. ¿Qué les dio el Espíritu Santo a los Apóstoles?
2. ¿Qué hicieron los Apóstoles antes de separarse?
3. ¿Qué hacen y enseñan los sucesores de San Pedro?
4. ¿Qué se entiende por persecuciones?
5. ¿Cuáles fueron los principales mártires?
6. ¿Cuándo llegó la religión cristiana a ser la religión del imperio romano?
D. ACTIVIDADES SUGERIDAS
1. Buscar en los Hechos la primera predicación de Pedro.
2. Citar alguno de los milagros hechos por los Apóstoles.
3. Buscar en los Hechos el martirio de San Esteban.
4. Hacer la relación de las 14 cartas escritas por Pablo.
22
5. Escribir una breve biografía de uno de los mártires.
E. VOCABULARIO BÁSICO
Judea
Samaria
Gentiles
Constantino el Grande
23
Indulgencia
Apóstata
Tema 6
A. MOTIVACION
En este tema vamos a ver brevemente un largo y rico período que abarca trece
siglos de historia: desde el siglo IV al siglo XVI.
B. CONTENIDO DOCTRINAL
1. Principales herejías
Con el triunfo del cristianismo no
desapareció el espíritu pagano de la
sociedad,
sino
que
permanecieron
supersticiones populares. Esta fue la causa
de que la pureza de la fe y de las costumbres padeciesen declinaciones y apareciesen sectas heréticas en los siglos IV y V:
arrianismo, macedonianismo, nestorianismo, eutiquianismo, pelagianismo y
priscilianismo.
La palabra "herejía" proviene de la
lengua griega y encierra el concepto de
error, desviación o enseñanzas de
doctrinas que van contra un programa de
fe, ya estructurado, o bien sometido a
examen y finalmente aprobado con una
definición de base inmutable. Desde el
tiempo de los apóstoles abundaron las
herejías: unas negaban la divinidad de Jesucristo, otras
su humanidad y otras amalgamaban la doctrina cristiana
con otras religiones, etc.
Herejías
Durante toda la época de las persecuciones oficiales surgieron herejías, la
mayoría provenían de los mismos cristianos descontentos y algunas de los
paganos. Tampoco faltaron los defensores de la fe verdadera y exponían, al
mismo tiempo, la doctrina bíblica enseñada por la Iglesia.
Apenas terminadas las persecuciones a principios del siglo IV, la Iglesia, como
institución, gozó oficialmente de plena libertad y fue, entonces, cuando
aparecieron las llamadas grandes herejías; las llamaron grandes por la extensión
que cubrieron a lo largo y ancho del imperio romano, que paulatinamente iba
24
cristianizándose, y también por el número de sus seguidores que se enrolaban
en sus filas, sin excluir sacerdotes y obispos.
2. Concilios Ecuménicos
La Iglesia ha tenido 21 Concilios Ecuménicos, sin contar el de los Apóstoles en
Jerusalén.
El Concilio de Nicea
El Concilio I de Nicea es el primer Concilio Ecuménico, es decir, universal, en
cuanto participaron obispos de todas las regiones donde había cristianos. Tuvo
lugar cuando la Iglesia pudo disfrutar de una paz estable y disponía de libertad
para reunirse abiertamente. Se desarrolló del 20 de mayo al 25 de julio del año
325. En él participaron algunos obispos que tenían en sus cuerpos las señales de
los castigos que habían sufrido por mantenerse fieles en las persecuciones
pasadas, que aún estaban muy recientes.
El emperador Constantino, que por esas fechas aún no se había bautizado,
facilitó la participación de los Obispos, poniendo a su disposición los servicios de
postas imperiales para que hicieran el viaje, y ofreciéndoles hospitalidad en
Nicea de Bitinia, cerca de su residencia de Nicomedia. De hecho, consideró muy
oportuna esa reunión, pues, tras haber logrado con su victoria contra Licinio en
el año 324 la reunificación del Imperio, también deseaba ver unida a la Iglesia,
que en esos momentos estaba sacudida por la predicación de Arrio, un
sacerdote que negaba la verdadera divinidad de Jesucristo. Desde el año 318
Arrio se había opuesto a su obispo Alejandro de Alejandría, y fue excomulgado
en un sínodo de todos los obispos de Egipto. Arrio huyó y se fue a Nicomedia,
junto a su amigo el obispo Eusebio.
Primer Concilio de Constantinopla (año 381)
II concilio ecuménico. Reunido
durante el pontificado del Papa San
Dámaso y el Emperador Teodosio el
Grande. Contra los macedonianos.
Macedonio,
patriarca
de
Constantinopla, admitía la divinidad
del Verbo pero la negaba en el
Espíritu Santo; decía que era una
criatura de Dios, una especie de
superministro de todas las gracias.
Este Concilio reafirmó la divinidad del
Espíritu Santo y enseñó contra los
I concilio ecunménico
25
macedonianos que el Espíritu Santo es verdadero Dios, como el Hijo y el Padre.
(Símbolo Niceno - Constantinopolitano).
Concilio de Éfeso (año 431)
Convocado por el Papa San Celestino I y presidido por el Patriarca Cirilo de
Alejandría, ese Concilio condenó la herejía cristológica y mariológica de
Nestorio y proclamó la maternidad divina de María, La Theotokos. El símbolo de
Efeso precisa que las dos naturalezas, humana y divina de Cristo, están unidas
sin confusión y por lo tanto María es verdaderamente ―Madre de Dios‖.
Nestorio, patriarca de Constantinopla, negó la unión del Verbo Divino con la
humanidad en unidad de persona; afirmó que Jesús era un puro hombre en
quien habitaba el Hijo del Eterno Padre, y si Jesús no era Dios tampoco María
podía ser Madre de Dios.
También fue condenada la doctrina de Pelagio y Celestino que negaban la
transmisión del pecado de Adán a su descendencia y defendían la bondad,
puramente humana para hacer el bien sin el concurso del auxilio divino.
Concilio de Calcedonia (año 451)
Bajo la autoridad del Papa San León I el
Magno, este Concilio trató de las
herejías de quienes negaban a
Jesucristo las naturaleza divina o la
humana o las confundían. Eutiques
Archimandrita de un monasterio de
Constantinopla quiso rebatir los errores
de Nestorio y defender la unidad de
Cristo. Con tal fin sostuvo que la
naturaleza humana había dejado de
existir como tal en Cristo al ser asumida
por su persona divina de Hijo de Dios,
error conocido como monofisismo.
IV concilio ecuménico
Según Eutiques, en Cristo había sólo la
naturaleza divina, la cual había ―absorbido‖
a la naturaleza humana.
El Concilio de Calcedonia precisó que las dos naturalezas de Jesucristo, la
naturaleza divina y la humana, se han unido en un único sujeto personal, que es
la Persona Divina del Verbo.
3. Padres de la Iglesia
26
Para defender y propagar la fe, amenazada por tantas herejías, Dios suscitó a
varones insignes que fueron el baluarte del Evangelio, tanto por sus heroicas
virtudes como por la profundidad de su ciencia y por su celo incansable.
Los padres griegos más importantes son: San Atanasio, San Basilio, San Gregorio
Nacianceno y San Juan Crisóstomo. Entre los padres latinos destacaron: San Hilario, San Ambrosio, San Jerónimo, San Agustín y San Gregorio I Magno.
4. Vida religiosa
Durante los primeros siglos abundaron los
santos y santas: ermitaños, anacoretas y
cenobitas.
Después
vinieron
las
fundaciones de Órdenes religiosas que,
abandonando el mundo, se entregaban en
el claustro a una vida austera de penitencia,
mortificación
y
privaciones,
combinando la oración con el trabajo y el
estudio.
En el siglo VI fue fundada la Orden de los
Padres Benedictinos. Durante los siglos XI,
XII y XIII aparecen las Órdenes
monásticas, entre las más importantes:
Camaldulenses, Cartujos, Cistercienses,
Premonstratenses, Trinitarios, Mercedarios.
San Agustín Padre de la Iglesia
En el siglo XIII fueron fundadas las Órdenes
mendicantes, llamadas así porque sus miembros renunciaban a sus propios bienes
y buscaban el alimento pidiendo limosna. Estas Órdenes son las de los Franciscanos, Dominicos, Carmelitas, Agustinos y Servitas.
5. Las cruzadas
Se da el nombre de Cruzadas a unas expediciones armadas que los cristianos de la
Edad Media hicieron para conquistar la
Tierra Santa, después que ésta, en el
siglo XI, hubo caído en poder de los
turcos seldjúcidas. Estas expediciones
fueron ocho principales.
6. El cisma de los griegos
Desde que los emperadores fijaron su
residencia
en
Constantinopla,
los
patriarcas de esta ciudad comenzaron a
mostrarse envidiosos de la supremacía del
27
Universidad La Sorbona de París
Papa, y a querer igualarlo en categoría. Con este fin, aprovecharon cuantas
ocasiones se presentaban para hacer actos de independencia, y arrogarse la
supremacía sobre todas las Iglesias de Oriente. En el siglo VI llevó uno de ellos su
audacia al extremo de tomar el ostentoso título de Patriarca ecuménico o
universal. Tales tendencias no podían menos de concluir con un cisma, y así
sucedió en efecto. Focio comenzó el rompimiento en el año 858, y lo consumó
Miguel Cerulario a mediados del siglo XI.
7. El Renacimiento
El atraso de la cultura, ocasionado por las guerras permanentes que hubo durante
la Edad Media, y la formación de las lenguas vulgares derivadas del latín, trajeron
notable decadencia de este idioma; por lo cual los amantes del arte iniciaron
durante el siglo XIII un movimiento de regeneración para restaurar las letras,
ciencias y artes clásicas.
La Iglesia funda al lado de las iglesias y monasterios las primeras escuelas y
centros de las ciencias y las artes. Crea las primeras universidades que surgen de
las escuelas y colegios parroquiales. De cuarenta universidades existentes en
1,400, treinta y una de ellas fueron fundadas por la Iglesia: la Sorbona de París,
Bolonia y Salerno en Italia, Palencia y Salamanca en España, Cambribge y Oxford
en Inglaterra.
También funda en Latinoamérica las primeras universidades: San Marcos en 1551,
Santo Tomás de México y otras.
8. La reforma protestante
Movimiento encabezado por Martín Lutero en los comienzos del siglo XVI, que
pretendía reformar la Iglesia y que terminó en el gran cisma de occidente con la
introducción del protestantismo. Junto a Lutero han de mencionarse otros reformadores: Calvino, Zwinglio, Enrique VIII.
9. La reforma católica
En Trento, ciudad del norte de Italia, se celebró el XIX Concilio Ecuménico en tres
períodos: 1545-1547, siendo Papa Paulo III; 1551-1552, con Julio II, y 1562-1563,
en el pontificado de Pío IV. Se ocupó de asuntos doctrinales, sobre todo en relación con los errores de los protestantes, frente a cuya cambiante doctrina dio
seguridad; y de la reforma de las costumbres en la Iglesia.
C. AUTOEVALUACIÓN:
1. ¿Qué herejías aparecieron en los siglos IV y V?
2. ¿Quiénes son los santos padres más importantes?
3. ¿Cómo era la vida religiosa en los primeros siglos?
4. ¿En qué consistieron las cruzadas?
5. ¿Cuál fue la causa del cisma de los griegos?
28
6. ¿Cómo intervino la Iglesia en el renacimiento?
7. ¿Quién fue Martín Lutero?
8. ¿Cuáles fueron los principales asuntos que vieron en el Concilio de Trento?
D. ACTIVIDADES SUGERIDAS:
1. Investigar qué es el islam o mahometismo.
2. Averiguar cuáles fueron las principales cruzadas.
3. Indagar cuáles fueron las principales herejías de la edad media.
4. Analizar el credo que recitamos los domingos.
E. VOCABULARIO BÁSICO
Concilios
Ecuménicos
Nestorianismo
Excomunión
Padres de la
Iglesia
29
Claustro
Lutero
TEMA 8
A. MOTIVACIÓN
«Queridos amigos, ¡qué grande es el don del Bautismo! Si nos diéramos
plenamente cuenta de ello, nuestra vida se convertiría en un "gracias" continuo.
¡Qué alegría para los padres cristianos, que han visto nacer de su amor una
nueva criatura, llevarla a la pila bautismal y verla renacer en el seno de la
Iglesia a una vida que jamás tendrá fin!» (S. S. Benedicto XVI, Audiencia
General del 11 de Enero de 2009. Fiesta del Bautismo del Señor).
B. CONTENIDO DOCTRINAL
1. Naturaleza, Institución y necesidad del Bautismo
«El Bautismo es el sacramento de la fe por
el cual el cristiano renace a la vida divina,
es hecho hijo de Dios, miembro de la
Iglesia y partícipe de la divina naturaleza y,
por lo mismo, realmente santo».
2. El nombre del Bautismo
«Este sacramento recibe el nombre de
Bautismo en razón del carácter del rito
central mediante el que se celebra: bautizar
(Baptizein en griego) significa sumergir,
introducir dentro del agua. La inmersión del
agua simboliza el acto de sepultar al
catecúmeno en la muerte de Cristo de
donde sale por la resurrección con Él (cf
Rm 6, 3 - 4; Col 2, 12) como ―nueva
Bautismo de Jesús en el Jordán
criatura‖ (cf 2 Co 5, 17; Ga 6, 15)» (cf CCE
1214).
«Este sacramento es llamado también ―baño de regeneración y de renovación
del Espíritu Santo‖ (cf Tt 3, 5), porque significa y realiza el nacimiento del agua
y del espíritu sin el cual ―nadie puede entrar en el Reino de Dios‖ (cf Jn 3, 5)»
(cf CEC 1214). «Esta baño es llamado iluminación porque quienes reciben esta
enseñanza (catequética) su espíritu es iluminado… (S. Justino)» (cf CEC n.1215).
3. Institución del Bautismo
En cuanto a la institución del bautismo es una verdad de fe que fue instituido
por Cristo (cf Cc. de Trento: DS 1601).
30
Aunque ignoramos el momento preciso en que lo hizo, es evidente la
familiaridad de Jesús con el rito del bautismo (cf Mt 3, 13 - 17; Jn 3, 22; 4, 1-2).
Cabe puntualizar que en tiempos de Jesús existían ritos bautismales y hacían
uso del agua por la simbología que este tenía para sus contemporáneos. Pero el
bautismo del Señor se diferenciaría de estos.
4. El rito bautismal
El «rito esencial» por el que se
confiere el bautismo consiste
en una aplicación del agua al
cuerpo del que se bautiza, de
manera
que,
según
la
estimación común, hay un
verdadero
lavado,
acompañada de las palabras:
N., yo te bautizo en el nombre
del Padre y del Hijo y del
Espíritu Santo.
La «materia» es el agua
común o natural derramada
Bautismo de la Infanta
sobre la cabeza del que se
bautiza. La «forma» son las palabras (fórmula trinitaria) que Jesús señaló en el
Día de su ascensión (cf Mt 28, 19-20).
La aplicación del agua al bautizando (ablución corporal) puede hacerse por
«inmersión» o por «infusión». Ésta última es la más común en toda la Iglesia
desde la Edad Media y consiste en derramar el agua sobre la cabeza del
bautizando al mismo tiempo que se pronuncia la fórmula trinitaria.
Sin estos dos elementos esenciales del rito no habría signo sacramental ni, por
tanto, bautismo. La ceremonia no tendría ninguna validez: no existiría como
sacramento ni produciría por tanto sus efectos.
Después, desde muy antiguo, sobre este núcleo esencial se añadieron otras
ceremonias, llenas de significado. Entre ellas están la renuncia a Satanás y la
profesión de fe; la unción prebautismal con el aceito de los catecúmenos para
indicar que el cristiano ha de estar siempre preparado para la lucha; la unción
postbautismal con el santo crisma, para indicar que el bautizado ha recibido el
sacerdocio regio de los fieles y ha sido incorporado a Cristo y a la Iglesia; y la
entrega de un cirio encendido, que es símbolo de la luz que ha recibido y ha de
guardar.
31
5. Necesidad del Bautismo
El bautismo es necesario de medio, para la salvación eterna. Así lo indicó Jesús,
de manera absoluta y sin excepciones, en su conversación con Nicodemo c(f Jn
3, 5; Cc. de Trento: DS 1618).
Sin embargo, en cuanto a la infusión de la gracia santificante y al perdón de los
pecados (no en cuanto al carácter), el bautismo propiamente dicho o bautismo
de agua puede ser suplido por:
a. El «bautismo de sangre o martirio», es decir, la muerte violenta sufrida por
causa de Cristo, tanto en los que tienen uso de razón como en los que no lo
tienen; así lo demuestra la antigua celebración de la fiesta de los Santos
Inocentes.
b. El «bautismo de deseo», es decir, el acto de amor de Dios unido al deseo,
que basta que sea implícito, de recibir el bautismo; el bautismo de deseo sólo
se puede dar, por tanto, en los adultos con uso de razón, no en los niños o
en los amentes.
Todo esto hace también ver hasta qué punto es conveniente bautizar dentro
de las primeras semanas, cuanto antes después del nacimiento, (CIC 867,1) a los
niños, pues, en caso de necesidad, de ninguna manera podrían acudir al
bautismo de deseo.
6. Ministro del Bautismo
«Son ministros ordinarios del Bautismo, el
Obispo y el Presbítero, y, en la Iglesia
latina, también el diácono» (cf CIC can.
861).
En caso urgente con peligro de muerte,
toda
persona
puede
administrar
válidamente el Bautismo, siempre y
cuando tenga la intención de hacer lo que
hace la Iglesia, aunque ni siquiera sea
cristiana (cf CIC can. 861). En este caso lo
que ha de hacer es precisamente el rito
esencial: derramar tres veces agua sobre
el bautizado, diciendo las palabras «yo te
bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo».
Sacramento del Bautismo
7. Sujeto del Bautismo
Es sujeto capaz de recibir el bautismo «todo ser humano aún no bautizado y
sólo él» (cf CIC can. 864).
32
a. Bautismo de adultos
Entendemos aquí por adultos los que ya han pasado de la infancia y tienen
uso de razón (aprox. 7 años).
Para que un adulto reciba «válidamente» el bautismo ha de tener la intención
explícita de recibirlo aunque también cabe una intención implícita (p. e.: un
moribundo que se sabe que se quería bautizar).
Para que lo reciba «lícitamente», debe conocer las principales verdades de la
fe (que existe Dios, que es remunerador, que en Dios hay tres personas) y
las principales obligaciones cristianas (cf CIC can. 865); además debe haber
sido probado en la vida cristiana mediante el catecumenado (preparación
para el bautismo) y ha de tener dolor de sus pecados.
En el catecumenado los no bautizados que tienen uso de razón, deben recibir
una formación debidamente prolongada para introducirse en la vida de fe, la
liturgia y la caridad del Pueblo de Dios
b. Bautismo de niños
Respecto al bautismo de los niños, por una parte, los padres católicos
«tienen la obligación de hacer que sus hijos sean bautizados en las primeras
semanas» (cf CIC can. 867).
Por otra, el bautismo no se debe administrar a los hijos de padres que no
den su consentimiento o si no hay esperanza de que el niño vaya a ser
educado en la fe católica (cf CIC can. 868). Pero en peligro de muerte, puede
bautizarse a todo niño que no lo esté y no haya alcanzado el uso de razón, a
pesar de la oposición de sus padres (cf CIC can 868).
8. Requisitos para ser padrino de Bautismo
Para que alguien sea admitido como padrino,
es necesario que:
a. Haya sido elegido por quien va a bautizarse o
por sus padres o por quienes ocupan su lugar
o, faltando éstos, quien el párroco o ministro,
y que tenga la capacidad para esta misión e
intención de desempeñarla.
b. Haya cumplido dieciséis años, a no ser que el
Obispo diocesano establezca otra edad, o
que, por justa causa, el párroco o el ministro
consideren admisible una excepción.
c. Sea católico, esté confirmado, haya recibido
ya el sacramento de la Eucaristía y lleve, al
mismo tiempo, una vida congruente en la fe y
con la misión que va a asumir.
33
Bautismo de Jesús
d. No esté afectado por una pena canónica, legítimamente impuesta o
declarada.
e. No sea el padre o la madre de quien se ha de bautizar.
9. Efectos
a. La infusión de la gracia santificante, a la que acompañan las virtudes infusas
y los dones del Espíritu Santo.
b. El perdón de todos los pecados, tanto del original como de los actuales, y no
sólo de los mortales sino también de los veniales. Pero para el perdón de los
pecados actuales se requiere que el que recibe el bautismo esté arrepentido
de todos ellos: de lo contrario, el bautismo permanecería informe (sin forma)
y no produciría este efecto hasta que llegara aquel arrepentimiento,
momento en el que reviviría.
c.
El perdón de toda pena debida por los pecados. Es decir, no sólo de la pena
eterna (lo que ocurre siempre que se perdonan pecados mortales a través
de la infusión de la gracia santificante), sino también de toda la pena
temporal.
d. El carácter bautismal, que es un signo imborrable que nos asemeja a Cristo y
que da la capacidad de recibir los otros sacramentos.
e. La gracia sacramental, que en el caso del bautismo viene a ser la misma
gracia santificante con un derecho a especiales ayudas para ejercitar la fe,
llevar una vida verdaderamente cristiana y recibir debidamente los demás
sacramentos.
f.
La incorporación del bautizado al cuerpo de Cristo que es la Iglesia, cuya
unidad construye el bautismo.
10. El nombre del cristiano
«El nombre (del cristiano) es importante porque Dios conoce a cada uno por su
nombre, es decir, en su unicidad. Con el Bautismo, el cristiano recibe en la
Iglesia el nombre propio, preferiblemente de un santo, de modo que éste
ofrezca al bautizado un modelo de santidad y le asegure su intercesión ante
Dios» (cf Comp. del CCE n. 264).
C. AUTOEVALUACIÓN
1. ¿Qué es el bautismo?
2. ¿Por qué se llama Bautismo a este sacramento?
3. ¿En qué consiste el rito esencial del bautismo?
34
4.
5.
6.
7.
8.
¿Quiénes son ministros ordinarios del Bautismo?
¿Por qué es necesario el Bautismo?
¿Quién puede recibir el Bautismo?
¿Cuáles son los requisitos para ser padrino de bautismo?
¿Cuáles son los efectos del sacramento del Bautismo?
D. ACTIVIDADES SUGERIDAS
1. Participar en la celebración de un Bautismo, luego describir e ilustrar lo vivido
allí.
2. Practicar el modo como se ha de bautizar en caso de necesidad.
3. Investigar por qué se enciende el cirio pascual en la celebración del
Bautismo.
4. Enumera los efectos positivos del agua en nuestra vida y compáralos con los
efectos del Bautismo.
E. VOCABULARIO BÁSICO
Catecúmeno
Licitud
Padrino
Validez
35
TEMA 9
A. MOTIVACIÓN
Todo lo que nace a la vida está llamado a crecer y madurar. El cristiano que
nace a la fe está llamado a crecer, desarrollar esta fe y transformarse en testigo
del Señor Resucitado. El Espíritu de Dios es el que impulsa este crecimiento en
la fe y esto es lo que en el Sacramento de la Confirmación celebra con gran
alegría toda la Iglesia.
B. CONTENIDO DOCTRINAL
1. Definición y naturaleza del sacramento de la confirmación
La Confirmación es el sacramento que fortalece y completa la obra del
Bautismo. La misma palabra, Confirmación que significa afirmar o consolidar,
nos dice ya mucho de lo que ella obra en el cristiano.
Por implicar perfección y consumación de la gracia y el carácter del bautismo,
este sacramento forma parte de la
iniciación
cristiana.
Confirmar
significa afirmar o consolidar, y
por ello la confirmación lleva a su
plenitud lo que en el bautismo era
sólo inicio. Particularmente luego
de
la
recepción
de
este
sacramento, la misión del cristiano
será más activa que pasiva, en
consideración de dicha plenitud:
misión eminentemente apostólica,
donde se continúa de algún modo la
Recibiendo el Sacramento de la Confirmación
gracia de Pentecostés. Por esta razón, sólo los confirmados pueden ser padrinos
de bautismo, o recibir las sagradas órdenes. La confirmación es para nosotros lo
que Pentecostés fue para los Apóstoles.
Por este sacramento, el bautizado se fortalece con el don del Espíritu Santo. Se
logra un arraigo más profundo a la filiación divina, se une más íntimamente con
la Iglesia, fortaleciéndose para ser testigo de Jesucristo, de palabra y obra. Por
él es capaz de defender su fe y de transmitirla; de luchar con fortaleza por
nuestra santificación y colaborar eficazmente en la santificación del mundo.
El término «confirmación» corresponde al latín «confirmatio», que en este
contexto tiene el significado de fortalecimiento. En occidente hallamos también
36
estas denominaciones: «consignatio» (señal de la cruz hecha con la mano),
«chrismatio (unción con aceite perfumado y consagrado), «manus impositio»
(imposición de manos sobre la cabeza).En oriente se le llama «sfragis» (sello) o
«myron» (crisma perfumado).
2. Institución del sacramento de la confirmación
El sacramento de la confirmación, como todos los sacramentos, fue instituido
por Cristo. (cf Cc. de Trento: DS. 1601).
No se sabe cuándo lo hizo. Unos piensan que quizá fue en la Última Cena, y que
de esto vendría que la consagración del crisma se haga el Jueves Santo, de lo
cual parece que hay ya testimonios en el siglo III. Otros piensan que lo instituyó
después de la resurrección y que comenzó a estar vigente después de
Pentecostés.
Por no aparecer explícitamente el momento de la institución de la confirmación,
los protestantes rechazaron este sacramento como carente de fundamento
bíblico, lo cual es falso ya que hay repetidas predicciones de los profetas
relativas a una amplia difusión del Espíritu divino en los tiempos mesiánicos (cf
Is 58, 11; Ez 47, 1; Joel 2, 28, etc.), reiterados anuncios por parte de Cristo de
una nueva venida del Espíritu Santo para completar su obra, y acciones de los
apóstoles que hacen constar la institución de un sacramento distinto del
bautismo.
Fue el Concilio de Trento (1545 - 1563) quien salió al paso de este error
protestante, señalando la doctrina correcta.
Sobre la sacramentalidad de la Confirmación se desprende de estos hechos:
a. Los Apóstoles efectuaban un rito consistente en la oración y la imposición de
las manos;
b. El efecto de este rito externo era la
comunicación del Espíritu Santo, principio
de la santificación interna;
c. Los Apóstoles actuaban en cumplimiento
de la voluntad de Cristo.
3. Celebración del sacramento de la
confirmación
En el rito latino, la ceremonia completa de la
Confirmación consta fundamentalmente de
la renovación de las promesas del bautismo
(renuncia a Satanás y profesión de fe),
seguida de una imposición de las manos y
37
Sacramento de la Confirmación
de la unción con el crisma en la frete de cada uno de los confirmandos, unción
que hace el ministro con el pulgar de la mano derecha y en forma de cruz.
En las Iglesias Orientales de rito bizantino, la unción se hace en otras partes del
cuerpo, con la fórmula «Sello del don del Espíritu Santo».
Si es posible, la confirmación se debe de administrar en una iglesia y dentro de
la misa (cf CIC can. 881). Cuando se hace dentro de la misa, el sacramento se
confiere después de la liturgia de la palabra y antes de iniciar la liturgia
eucarística.
4. Materia y forma del sacramento de la confirmación
La «materia» de la confirmación es el «Crisma». El crisma es un aceito
consagrado por el obispo en la Misa Crismal del Jueves Santo. El aceite que se
consagra o bendice para confeccionar el crisma es aceite de oliva mezclado con
una pequeña cantidad de bálsamo.
La «forma» de la confirmación es «la
unción que va acompañada de unas
palabras que expresan lo que significa
este gesto y son, por tanto, parte
integral del signo sacramental. En el
rito latino, las palabras son: NN,
recibe por esta señal el don del
Espíritu Santo» (cf CIC can. 880;
Pablo VI, DCN).
Ministros Ordinarios de la Confirmación. Los
Obispos
5. Ministro de la confirmación
El «ministro originario» de la confirmación es el obispo (cf CCE n. 1312). Un
texto de los Hechos de los apóstoles narra cómo para confirmar a los que había
bautizado el diácono Felipe fueron dos apóstoles –en este caso San Pedro y San
Juan–, que eran dos ministros que gozaban de la plenitud del sacerdocio que
tienen los obispos.
En el rito latino, el obispo es el ministro ordinario de la confirmación (cf can.
882). El obispo diocesano debe en principio administrar la confirmación por sí
mismo o por otro obispo, aunque si la necesidad lo requiere, puede facultar a
uno o más presbíteros para que lo hagan (cf can. 881).
El «ministro extraordinario» es «el presbítero dotado de facultad por el derecho
común o por concesión peculiar de la autoridad competente» (cf can. 1313).
6. Sujeto de la confirmación
«Todo bautizado, aún no confirmado, puede y debe recibir el sacramento de la
confirmación» (cf can. 1306).
38
Para recibir «válidamente» la confirmación, en el bautizando con uso de razón
se precisa también la intención. Para recibirla «lícitamente», el bautizado con
uso de razón debe además tener la debida instrucción y estar en gracia de Dios
(cf can. 889).
En cuanto a la edad del sujeto, la práctica general de la Iglesia latina es que no
se confirme a los niños antes de que alcancen el uso de razón. Pero se puede
anticipar su administración si hay peligro de muerte o si es conveniente por
otras razones justas.
En condiciones normales se ha de administrar «en torno a la edad de la
discreción» (cf can. 891). Pero también la conferencia episcopal tiene
atribuciones para determinar una edad más idónea, de tal modo que el
sacramento se confiera cuando los niños ya son algo mayores y han recibido una
conveniente formación.
Para recibir la Confirmación es preciso hallarse en estado de gracia. Conviene
recurrir al sacramento de la Penitencia para ser purificado en atención al don del
Espíritu Santo. (cf CEC n. 1310).
7. Efectos de la confirmación
a. Aumento de la gracia santificante, como en todos los sacramentos;
b. La gracia sacramental específica, cuyo efecto propio es el don de fortaleza,
ayuda al sujeto a llegar al perfeccionamiento de su vida cristiana.
c. Aumento de los dones del Espíritu Santo;
d. Nos introduce más profundamente en la filiación divina que nos hace decir
«Abbá, Padre» (cf Rm 8, 15);
e. Hace más perfecto nuestro vínculo con la Iglesia (cf Vat. II, LG n. 11);
f. El carácter propio de este sacramento, que es un sello del Espíritu Santo que
«marca la pertenencia total a Cristo, la puesta a su servicio para siempre».
Este «carácter» también perfecciona el sacerdocio común de los fieles,
recibido en el Bautismo.
8. Necesidad del sacramento de la Confirmación
El bautismo es el «único sacramento absolutamente necesario para la
salvación». La confirmación, pues, ser necesaria sólo de modo relativo; es decir,
que se requiere no absolutamente para salvarse, sino sólo para llegar a vivir con
plenitud la vida cristiana.
El derecho vigente prescribe a todos los fieles la obligación de confirmarse en el
tiempo oportuno (cf can. 890), por lo que, si se dejara de recibir por
menosprecio o negligencia, se pecaría gravemente.
39
9. Los padrinos de la confirmación
Aun sin ser imprescindible -sobre todo si se trata de un adulto-, conviene que el
confirmado tenga un padrino «a quien corresponde procurar que el sujeto se
comporte como verdadero testigo de Cristo y cumpla fielmente las obligaciones
inherentes al sacramento» (cf can. 892).
Las condiciones que ha de reunir el padrino de la Confirmación son las mismas
que se piden para el padrino de Bautismo. Incluso «conviene que sea el mismo
que para el Bautismo, a fin de subrayar la unidad entre los dos sacramentos» (cf
CCE n. 1311).
A los padrinos les compete -con más razón si son los mismos que en el
Bautismo- colaborar en la preparación de los confirmados para recibir el
sacramento, y contribuir después con su testimonio y con su palabra a la
perseverancia en la fe y en la vida cristiana de sus ahijados.
Su tarea es de suplencia respecto a la obligación primordial de los padres, pero
no por eso su misión carece de importancia.
C. AUTOEVALUACIÓN
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
¿Qué es el sacramento de la confirmación?
¿Por quién fue instituido el sacramento de la confirmación?
¿Cómo se desprende la sacramentalidad de la Confirmación?
¿Cómo se realiza el rito de la confirmación?
¿Cuál es la materia de la Confirmación?
¿Cuál es la forma de la confirmación?
¿Quiénes son el ministro ordinario y extraordinario de la Confirmación?
¿Quién es el sujeto de la Confirmación?
¿Cuáles son los efectos de la confirmación?
¿Cuáles son las condiciones que debe reunir el padrino de la Confirmación?
D. ACTIVIDADES SUGERIDAS
1. Comenta los lugares de la Sagrada Escritura en los que se testifica la
existencia y administración del sacramento de la confirmación (Hech 8, 14 17; 19, 6).
2. Averiguar sobre los distintos ritos que existen dentro de la Iglesia.
E. VOCABULARIO BÁSICO
Espí
ritu Santo
Pentecostés
Unción
Crisma
40
Tema 10
A. MOTIVACIÓN
Hay momentos privilegiados en la vida humana: el encuentro familiar, la
comida, que reúne a los de la casa y también a los amigos. En la comida todos
participan de lo que hay en la mesa y ponen en común lo que piensan o
sienten: penas, inquietudes, gozos, esperanzas. Es el momento de la
«comunión».
Jesús reúne a los cristianos en torno a su mesa. En este momento privilegiado,
el Señor se hace realmente presente bajo los signos del pan y del vino. De este
modo Jesús renueva en nosotros los gestos y palabras, que un día realizó en la
última cena y nosotros lo celebramos participando activamente en ella.
B. CONTENIDO DOCTRINAL
1. Definición y Naturaleza de la Eucaristía
«La Eucaristía es el sacrificio mismo del Cuerpo y de la Sangre del Señor Jesús,
que Él instituyó para perpetuar en los
siglos, hasta su segunda venida, el
sacrificio de la cruz, confiando así a la
Iglesia el memorial de su Muerte y
Resurrección. Es signo de caridad y
banquete pascual, en el que se recibe a
Cristo, el alma se llena de gracia y se nos
da una prenda de la vida eterna» (cf.
Comp. del CCE n. 271; CCE nn. 1322,
1323, 1409).
La Eucaristía también es «el memorial de
la Pascua de Cristo» (en un «sacrificio»
incruento), es decir, de la obra de la
salvación realizada por la vida, la muerte
y la resurrección de Cristo, obra que se
hace presente por la acción litúrgica.
A la Eucaristía se le llama «el sacramento
Adoración de la Eucaristía
por excelencia», porque en él se
encuentra Cristo presente, quien es fuente de todas las gracias. Además, todos
los demás sacramentos tienden o tienen como fin la Eucaristía, ayudando al
alma para recibirlo mejor y en la mayoría de las veces, tienen lugar dentro de la
Eucaristía.
41
«La Eucaristía es ―fuente y cima de toda la vida cristiana» (cf Cc. Vat II, LG n.
11). Los demás sacramentos, como también todos los ministerios eclesiales y
las obras de apostolado, están unidos a la Eucaristía y a ella se ordenan» (cf).
Finalmente, por la Eucaristía nos unimos ya a «la liturgia del cielo» y
anticipamos la «vida eterna», cuando Dios será todo en todos (cf 1 Co 15,28)
(cf CEC n. 1326).
2. Nombres que recibe este Sacramento
El Catecismo de la Iglesia Católica recoge los nombres que este sacramento ha
recibido y que evocan sus aspectos particulares, mostrando la inagotable
riqueza de este sacramento. Los nombres que recoge son: Eucaristía, Banquete
del Señor, Fracción del Pan, Asamblea Eucarística, Memorial, Santo Sacrificio,
Santa y Divina Liturgia, Santísimo Sacramento, Comunión y Santa Misa (cf CEC
nn. 1328 - 1332).
a. Eucaristía porque es acción de gracias a Dios. Las
palabras "eucharistein" (cf Lc 22, 19; 1 Co 11, 24) y
"eulogein" (cf Mt 26, 26; Mc 14, 22) recuerdan las
bendiciones judías que proclaman –sobre todo
durante la comida– las obras de Dios: la creación, la
redención y la santificación;
b. Banquete del Señor (cf 1 Co 11, 20) porque se
trata de la Cena que el Señor celebró con sus
discípulos la víspera de su pasión y de la anticipación
del banquete de bodas del Cordero (cf Ap 19, 9) en
la Jerusalén celestial.
c. Fracción del pan porque este rito, propio del
Papa Juan Pablo II y la
banquete judío, fue utilizado por Jesús cuando
Eucaristía
bendecía y distribuía el pan como cabeza de familia
(cf Mt 14, 19; 15, 36; Mc 8,6.19), sobre todo en la última Cena (cf Mt 26, 26;
1 Co 11, 24). En este gesto los discípulos lo reconocerán después de su
resurrección (cf Lc 24, 13 - 35), y con esta expresión los primeros cristianos
designaron sus asambleas eucarísticas (cf Hch 2, 42. 46; 20, 7. 11). Con él
se quiere significar que todos los que comen de este único pan, partido, que
es Cristo, entran en comunión con él y forman un solo cuerpo en él (cf 1 Co
10, 16 - 17).
d. Asamblea eucarística (synaxis), porque la Eucaristía es celebrada en la
asamblea de los fieles, expresión visible de la Iglesia (cf 1 Co 11, 17 - 34).
e. Memorial de la pasión y de la resurrección del Señor.
f. Santo Sacrificio, porque actualiza el único sacrificio de Cristo Salvador e
incluye la ofrenda de la Iglesia.
42
g. Santa y divina Liturgia, porque toda la liturgia de la Iglesia encuentra su
centro y su expresión más densa en la celebración de este sacramento.
h. Santísimo Sacramento porque es el Sacramento de los Sacramentos. Con
este nombre se designan las especies eucarísticas guardadas en el sagrario.
i. Comunión, porque por este sacramento nos unimos a Cristo que nos hace
partícipes de su Cuerpo y de su Sangre para formar un solo cuerpo (cf 1 Co
10, 16 - 17).
j. Santa Misa porque la liturgia en la que se realiza el misterio de salvación se
termina con el envío de los fieles (missio) a fin de que cumplan la voluntad
de Dios en su vida cotidiana.
3. Institución de la Eucaristía
La Eucaristía fue instituida por Cristo y consta claramente en la Sagrada
Escritura en el relato de la Última
cena.
El Nuevo Testamento contiene
cuatro relatos sobre la institución:
Mt 26, 26 - 28; Mc 14, 22 - 24; Lc
22, 19 - 20 y 1 Cor 11, 23 - 26. El
Evangelio de S. Juan habla de la
«promesa» de la Eucaristía (Jn 6,
48 - 58), pero no de la
―institución‖.
Otros
textos
Última Cena
importantes del Nuevo Testamento que se relacionan
con la Eucaristía son: 1 Cor 1, 1 - 6; 10, 14 - 22; Heb 13, 7 - 15.
Los textos de la institución de la Eucaristía (Mt, Mc Lc y 1 Cor) coinciden en lo
esencial y tienen semejante estructura literaria. Muestran, sin embargo,
diferencias secundarias, según las cuales no coincide literal y exactamente
ninguno de ellos entre sí. Cabe distribuir los cuatro relatos en dos grupos (MtMc: petrino y Lc-1 Cor: paulino):
Grupo Petrino
Mt 26, 26 – 28
Mientras estaban
co-miendo, tomó
Jesús pan, y,
pronunciada
la
bendición,
lo
Grupo Paulino
Mc 14, 22 - 24 Lc 22, 14 - 20
Mientras
estaban
comiendo,
tomó
pan,
y,
pronunciada la
43
Y tomó pan,
dio gra-cias, lo
partió y se lo
dio diciendo:
1 Cor 11, 23 - 25
Porque yo recibí del
Señor lo que os he
transmitido: que el Señor Jesús, la noche en
que fue entregado to-
partió
y, ben-dición,
lo
dándoselo a sus partió, se lo dio,
discípulos, dijo:
y dijo:
mó pan y, después de
dar gracias, lo partió y
dijo:
«Tomad, comed, «Tomad, esto es «Esto es mi
esto
es
mi mi cuerpo».
cuerpo que se
entrega por vocuerpo».
sotros; haced
esto
en
memoria mía».
«Esto es mi cuerpo,
que se da por vosotros; haced esto en
memoria mía».
Tomó luego un
cáliz y, dadas las
gracias, se lo dio,
diciendo:
Tomó luego un
cáliz y, dadas las
gracias, se lo
dio, y bebieron
todos de él. Y
les dijo:
De igual modo, Asimismo también el
des-pués
de cáliz después de cecenar, el cá-liz, nar, diciendo:
diciendo:
«Bebed de él
todos,
porque
esto es mi sangre
de la Alianza, la
derramada
por
muchos
para
remisión de los
pecados».
«Esto es mi «Este cáliz es
sangre de la la
Nue-va
Alianza,
la Alianza en mi
derramada por san-gre, que se
derrama
por
muchos».
vosotros».
4. Materia de la Eucaristía
La Eucaristía tiene como «materia» pan de trigo y
vino de vid, al que debe mezclarse antes de la
consagración una muy pequeña cantidad de agua.
a. Pan de trigo (ácimo o fermentado según los
diversos ritos): Sería ciertamente inválida harina
de otro cereal y de otras féculas (guisantes,
castañas, etc.). La harina debe ser amasada con
agua natural; la masa hay que cocerla al fuego;
eso se requiere para su validez. Para la licitud el
pan debe ser relativamente tierno (nunca más de
tres semanas), de buena presentación y apropiadas
44
«Este cáliz es la Nueva Alianza en mi sangre. Cuantas veces lo
bebiereis hacedlo en
memoria mía».
Materia de la Eucaristía
dimensiones.
b. Vino de vid (blanco, rosado o tinto): no de jugo de cualquier otra fruta;
extraído de las uvas maduras; no mezclado con agua en cantidad,
condiciones todas requeridas para su validez. Para su licitud, se requiere que
el jugo de la vid sea fermentado (vino), no picado ni avinagrado, sin mezclas
apreciables. El rito litúrgico del ofertorio, de mezclar unas gotas de agua en
el vino, es obligatorio sub gravi.
5. Forma de la Eucaristía
«La ―forma‖ de este sacramento son las palabras con las cuáles el Salvador
consagró dicho sacramento». (cf Cc. de Florencia, Decreto pro Armeniis).
Jesús la noche en que iba a ser entregado, tomó pan, y dando gracias partió lo
partió y lo dio a sus discípulos, diciendo:
Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por
vosotros.
Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, dando gracias, y lo pasó a sus
discípulos, diciendo:
Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la
alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por muchos para el
perdón de los pecados.
Haced esto en conmemoración mía.
6. El Ministro de la Sagrada Eucaristía
«Sólo el sacerdote válidamente ordenado es
ministro capaz de confeccionar el sacramento
de la Eucaristía, actuando en la persona de
Cristo» (cf CIC can. 900 §1).
La prueba que ofrece la Sagrada Escritura es
concluyente: el encargo hecho por Cristo en el
Cenáculo a sus Apóstoles y a sus sucesores va
dirigido exclusivamente a ellos, y no a la
multitud de sus discípulos.
7. El sujeto de la recepción de la
Eucaristía
El Concilio de Trento también enseña que
«Todo bautizado
es capaz de recibir
―válidamente‖ la Eucaristía, aunque se trate de un
niño» (cf Cc. Trento: DS 893).
45
Papa Benedicto XVI
distribuyendo la Comunión
Para la recepción ―lícita‖ o fructuosa se requiere:
a. El estado de gracia: La Iglesia –apoyándose en las duras amonestaciones
del Apóstol S. Pablo para que los fieles examinen su conciencia antes de
acercase a la Eucaristía (cf 1 Cor 11, 27 - 29)-, ha exigido siempre el estado
de gracia, de modo que nadie debe acercarse a la Sagrada Eucaristía con
conciencia de pecado mortal, caso contrario estaría cometiendo un pecado
de ―Sacrilegio‖.
b. La intención recta, buscando la unión con Dios y no por otras
razones: Como la medida de la gracia depende de la disposición subjetiva
del que recibe el sacramento, la comunión deberá ir precedida de una buena
―preparación‖ y seguida de una conveniente ―acción de gracias‖.
c. El ayuno eucarístico: Junto a las disposiciones del alma están las del
cuerpo. La legislación eclesiástica prescribe que «quien va a recibir la
Santísima Eucaristía, ha de abstenerse de tomar cualquier alimento y bebida
al menos durante una hora antes de la sagrada comunión, a excepción sólo
del agua y de las medicinas» (cf CIC can. 919 &1).
8. Efectos
Los «efectos» que la recepción de la Eucaristía produce en el alma, son los
siguientes:
a. Aumento de la gracia santificante. Hay una íntima unión entre quien
recibe el sacramento y Cristo mismo (cf Jn 6, 57). Por esa unión con Cristo,
los cristianos que participan en la Eucaristía se unen además entre sí (cf EC
169). También aumenta las virtudes infusas, especialmente la caridad.
b. Producción de gracia sacramental. La
gracia sacramental específica de la Eucaristía es
la llamada gracia nutritiva, porque se nos da a
manera de alimento divino que conforta y
vigoriza en el alma la vida sobrenatural (cf Cc.
de Florencia, Decretum pro Armenis: DS. 698).
c. Perdón de los pecados veniales. También
se perdonan los pecados veniales, alejando del
alma la debilidad espiritual. Los pecados
veniales,
en
efecto,
constituyen
una
enfermedad del alma que se encuentra débil
para resistir el pecado mortal (cf Cc. de Trento:
Jesús está realmente
DS 875).
presente
en la Eucaristía
d. Prenda de vida eterna. De acuerdo a las
palabras de Cristo en Cafarnaúm, la Eucaristía constituye un adelanto de la
46
bienaventuranza celestial y de la futura resurrección del cuerpo (cf Jn 6, 54;
DS 875).
9. Presencia real de Cristo
La presencia real de Cristo en la Eucaristía es uno de los principales dogmas de
nuestra fe católica (cf Cc. de Trento: DS. 883, 885, 886, etc.). En la Eucaristía,
por las fuerzas de las palabras de la consagración, Cristo se hace presente, de
modo sacramental, en la integridad de su ser: cuerpo, alma y divinidad, en las
especies de pan y vino.
El Concilio de Trento enseña que, según la
fe incesante de la Iglesia, «inmediatamente
después de la consagración, es decir,
después de pronunciadas las palabras de la
institución, se hallan presentes el verdadero
Cuerpo y la verdadera Sangre del Señor»
(cf Cc. de Trento: DS 876).
El modo en que Cristo está contenido en la
Eucaristía es «verdadera» (vere), «real»
(realiter)
y
«sustancialmente»
(et
substantialiter). En la Eucaristía está el
mismo Jesús que nació de la Virgen María,
que vivió ocultamente en Nazaret durante
30 años, que predicó y se preocupó por
todos los hombres durante su vida pública,
Presencia de Jesús en la Eucaristía
que murió en la Cruz y, después de haber
resucitado y ascendido a los cielos, está ahora sentado a la diestra del Padre.
Todo el Cuerpo de Cristo está presente en cada una de las especies y en cada
parte de la especie. Se trata de una presencia incluso más que la presencia
personal – tanto in usum como extra usum – se da no sólo en la celebración,
como en los demás sacramentos.
Sobre el modo cómo se produce la presencia real de Cristo en la Eucaristía, el
Magisterio de la Iglesia nos enseña que «en el sacrosanto sacramento de la
Eucaristía… se produce una singular y maravillosa conversión de toda la
substancia del pan en el Cuerpo de Cristo y de toda la substancia del vino en la
Sangre; conversión que la Iglesia católica llama transubstanciación» (cf Cc. de
Trento: DS 884).
Cabe agregar dos cosas: que «la fracción del pan no divide a Cristo: Él está
presente todo e íntegro en cada especie eucarística y en cada una de sus
partes» (cf Comp. del CCE n. 284; CCE n. 1377); y que «la presencia eucarística
de Cristo continúa mientras subsistan las especies eucarísticas» (cf Comp. del
CCE n. 285; CCE n 1377).
47
10. La Eucaristía como sacrificio
La Eucaristía es sacrificio en cuanto que en Ella se ofrece a Dios como oblación
(cf Sto Tomás de Aquino S. Th. III, q.75, a.5). Por tanto, la misa no es una
simple representación, sino que es una renovación del sacrificio de la cruz. Pero
este sacrificio es incruento (sin derramamiento de sangre).
El concilio de Trento enseña que «el sacrificio de la Misa es esencialmente el
mismo de la Cruz (es una misma la Víctima, el Sacerdote y los fines); sólo
difiere en el modo como se ofrece (en la cruz, de modo cruento, con
derramamiento de sangre; incruentamente en la Eucaristía)» (cf Cc. de Trento:
DS 938, 940).
11. Estructura de la Celebración Eucarística
a. Ritos iniciales: Son ritos introductorios a la celebración y nos preparan para
escuchar la palabra y celebrar la Eucaristía. Comprende: Antífona o canto de
Entrada y Procesión de entrada; Señal de la cruz y Saludo; Acto penitencial
y Señor ten piedad; Gloria y Oración colecta.
b. Liturgia de la palabra: Escuchamos a Dios, que se nos da como alimento
en su Palabra, y respondemos cantando, meditando y rezando. Comprende:
Primera Lectura, Salmo Responsorial, Segunda Lectura, Aclamación al
Evangelio: Aleluya y perícopa, Evangelio, Homilía, Credo o profesión de fe y
Oración universal.
c. Liturgia de la Eucaristía: .Tiene tres partes: Presentación de las ofrendas,
Oración sobre las ofrendas, Plegaria Eucarística (está contiene los siguientes
elementos: dialogo inicial, prefacio, Epíclesis, Narración de la institución,
Anámnesis, Ofrecimiento del sacrificio, intercesiones y comunión de los
santos, doxología final, Amén. Es el núcleo de toda la celebración, es una
plegaria de acción de gracias en la que actualizamos la muerte y resurrección
de Jesús).
d. Rito de comunión: Comprende: Padrenuestro, Rito de la paz, Fracción del
pan, Acto de comulgar y Postcomunión.
e. Ritos de despedida: Son ritos que concluyen la celebración. Comprende la
Bendición y la despedida y envío.
12. Fines del sacrificio de la Misa
El Sacrificio de la Misa tiene 4 fines, y que son semejantes al del sacrificio del
calvario:
a. Alabar a Dios, reconociéndolo como Ser Supremo (fin latréutico).
b. Darle gracias por los beneficios recibidos (fin eucarístico).
c. Moverlo al perdón de los pecados (fin propiciatorio).
d. Pedirle gracias o favores (fin impetratorio).
48
C. AUTOEVALUACIÓN
1. ¿Qué es la Eucaristía?
2. ¿Qué nombres que recibe la Eucaristía recoge el Catecismo de la Iglesia
Católica?
3. ¿Cuál es la materia de la Eucaristía?
4. ¿Cuál es la forma de la Eucaristía?
5. ¿Quién es el ministro de la Eucaristía?
6. ¿Cuáles son los requisitos para una recepción lícita o fructuosa de la
Eucaristía?
7. ¿Cuáles son los efectos del Sacramento de la Eucaristía?
8. ¿Cuáles son los fines del sacrificio de la Misa?
D. ACTIVIDADES SUGERIDAS
1. Leer los 4 pasajes de la institución del Sacramento de la Eucaristía. Ver las
semejanzas y diferencias.
Mt 26, 16 – 28.
Mc 14, 22 – 24.
Lc 22, 14 – 20.
1 Cor 11, 23 – 25.
2. Aprender la oración de la Comunión Espiritual.
E. VOCABULARIO BÁSICO
Comunión
Concilio
Sacrificio
Transubstanciación
49
Tema 11
A. MOTIVACIÓN
El famoso marxista S. Bulgakov narra en sus ―Apuntes biográficos‖ los primeros
toques de su conversión al cristianismo con motivo de la contemplación de un
cuadro de la Virgen. Relata que se encontraba en Dresde en 1898 y quiso
observar de cerca la Madonna Sixtina de Rafael. La experiencia constituyó para
él un tremendo impacto que iba a trastornar todos sus esquemas ideológicos,
originando la llamada de la fe y poniendo en marcha el proceso de su
acercamiento a la fe cristiana.
Relata así su desconcertante impresión: ―Allí, los ojos de la Reina de los cielos,
que sube al paraíso con su divino Hijo, me estaban mirando. Había en aquellos
ojos una fuerza infinita de pureza subyugadora y de inmolación voluntaria. Perdí
los sentidos, me giraba la cabeza. Y de mis ojos brotaban lágrimas dulces y
amargas al mismo tiempo, que hicieron derretirse el hielo de mi corazón. Era
como si de pronto se me desatara un nudo vital. No se trataba de una turbación
estética. No, era un encuentro, un nuevo conocimiento, un verdadero milagro.
Esta contemplación de aquel cuadro fue para mí una conmovedora plegaria que
jamás olvidaré‖. Más tarde, en 1923, al contacto con los bellísimos y profundos
iconos de su tierra natal descubrirá mejor la dignidad y belleza de la Madre de
Dios que le ofrecía, en síntesis y tan de cerca, todo el misterio cristiano.
B. CONTENIDO DOCTRINAL
1. La fe de maría
La fe que tuvo la virgen María es tal que
podemos decir que hizo de manera
perfecta ―la obediencia de la fe‖ Pero,
¿Cómo lo realizó? (cf Rm 1, 4). Decimos
que la Virgen María realizó de manera
perfecta «la obediencia de la fe», porque
durante su vida, y hasta su última prueba
(cf Lc 2, 35), cuando Jesús, su hijo murió
en la cruz, su fe no vaciló. María no cesó
de creer en el cumplimiento de la palabra
de Dios. Por todo ello, la Iglesia venera
en María la realización más pura de la fe.
50
La anunciación
2. Las prerrogativas de la virgen maría
María es Madre de Dios:
María es la madre de Dios, porque es la madre de Jesús que es la segunda
persona de la Trinidad. Esto está claro en la revelación: lo dijo el Arcángel (cf Lc
1, 31-32), lo repitió Santa Isabel (cf Lc 1, 43), y así lo llamó constantemente
Jesús.
El Concilio de Éfeso en el año 431, mucho antes de que apareciera el
Protestantismo, que luego negó las prerrogativas de la Virgen, definió como
dogma de fe que la Virgen María es «Madre de Dios»: «Si alguno no confesare
que el Emmanuel (Cristo) es verdaderamente Dios, y que por tanto, la
Santísima Virgen es Madre de Dios, porque parió según la carne al Verbo de
Dios hecho carne, sea anatema».
El Concilio Vaticano II hace referencia del dogma así: «Desde los tiempos más
antiguos, la Bienaventurada Virgen es honrada con el título de Madre de Dios, a
cuyo amparo los fieles acuden con sus súplicas en todos sus peligros y
necesidades» (cf Cc. Vat. II, LG n.66).
La maternidad divina de la Virgen María es la razón principal de sus privilegios y
grandezas.
María fue concebida sin pecado:
El Dogma de la Inmaculada Concepción establece
que María fue concebida sin mancha de pecado
original. El dogma fue proclamado por el Papa Pío
IX, el 8 de diciembre de 1854, en la Bula
Ineffabilis Deus: «Declaramos, pronunciamos y
Inmaculada Concepción
definimos que la doctrina que sostiene que la
Santísima Virgen María, en el primer instante de
su concepción, fue por singular gracia y privilegio
de Dios omnipotente en previsión de los méritos
de Cristo Jesús, Salvador del género humano,
preservada inmune de toda mancha de culpa
original, ha sido revelada por Dios, por tanto, debe
ser firme y constantemente creída por todos
los fieles».
María fue siempre virgen
El Dogma de la Perpetua Virginidad se refiere a que María fue Virgen antes,
durante y perpetuamente después del parto.
El Sínodo de Letrán del año 649, presidido por el Papa Martín I, recalcó los tres
momentos de la virginidad de María cuando enseñó que «la santa, siempre
virgen e inmaculada María… concibió del Espíritu Santo sin semilla, dio a luz sin
51
detrimento (de su virginidad) y permaneció indisoluble su virginidad después del
parto».
Los dos relatos de la Sagrada Escritura que nos hablan de la concepción de
Jesús afirman que ésta se realizó sin romper la virginidad de María (cf Mt 1, 18,
- 25; Lc 1, 26 - 28). Ambos relatos son un claro testimonio de la fe primitiva en
la virginidad física de María. Jesús no nació como fruto de unas relaciones
matrimoniales ordinarias, sino que María concibió en su seno por obra del
Espíritu Santo.
«La profundización de la fe en la maternidad virginal ha llevado a la Iglesia a
confesar la virginidad real y perpetua de María incluso en el parto del Hijo de
Dios hecho hombre. En efecto, el nacimiento de Cristo "lejos de disminuir
consagró la integridad virginal" de su madre. La liturgia de la Iglesia celebra a
María como la 'Aeiparthenos', la 'siempre-virgen' ». (cf CCE n. 499).
María fue asunta al cielo
El dogma de la Asunción se refiere a que la
Madre de Dios, luego de su vida terrena fue
elevada en cuerpo y alma a la gloria celestial.
Este Dogma fue proclamado por el Papa Pío
XII, el 1º de noviembre de 1950, en la
Constitución Munificentisimus Deus: «Después
de elevar a Dios muchas y reiteradas preces y
de invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para
gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la
Virgen María su peculiar benevolencia; para
honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y
vencedor del pecado y de la muerte; para
aumentar la gloria de la misma augusta Madre
y para gozo y alegría de toda la Iglesia, con la
Asunción de María a los Cielos
autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los
bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra, pronunciamos,
declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que La Inmaculada
Madre de Dios y siempre Virgen María, terminado el curso de su vida terrenal,
fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo».
«Contemplando el misterio de la Asunción de la Virgen, es posible comprender
el plan de la Providencia Divina con respecto a la humanidad: después de
Cristo, Verbo encarnado, María es la primera criatura humana que realiza el
ideal escatológico, anticipando la plenitud de la felicidad, prometida a los
elegidos mediante la resurrección de los cuerpos» (cf Juan Pablo II, Audiencia
General del 9 de julio de 1997).
El misterio de la Asunción de la Santísima Virgen María al Cielo nos invita a
hacer una pausa en la agitada vida que llevamos para reflexionar sobre el
52
sentido de nuestra vida aquí en la tierra, sobre nuestro fin último. El saber que
María ya está en el Cielo gloriosa en cuerpo y alma, como se nos ha prometido
a aquéllos que hagamos la Voluntad de Dios, nos renueva la esperanza en
nuestra futura inmortalidad y felicidad perfecta para siempre.
3. El culto a la virgen María
Orígenes de las devociones marianas
Desde los primeros siglos de la Iglesia comenzaron a surgir devociones
marianas, que el pueblo cristiano, con su repetición en tan diversos países y
circunstancias, fue plasmándola en formas y costumbres que posteriormente la
Iglesia recogió en la Liturgia y aprobó en su Magisterio.
De las devociones marianas hay algunas que se limitan a grupos, o países, o a
determinadas épocas. Otras son universales y se viven por todos aquellos que
quieren honrar a Nuestra Señora como «se ha hecho siempre, por todos y en
todas partes» (San Vicente de Lerins).
Devociones marianas más destacadas
a. Las fiestas de la Virgen
En primer lugar está la participación interior (con oración y consideraciones
personales) y la exterior (con asistencia a los actos de culto) de las diversas
fiestas que, a lo largo del año, dedica la Iglesia para honrar a la Santísima
Virgen. En ellas se le alaba por algún misterio de su vida: Madre de Dios,
Inmaculada, la Asunción; o por alguna actuación en favor de los hombres:
como Reina, Mediadora, como la Virgen Dolorosa, o Nuestra Señora del
Rosario; por su manifestación singular en algún lugar donde se le venera:
en Fátima, en Lourdes, el Pilar, Loreto, en la Villa de Guadalupe (México),
etc.
b. El Santo Rosario
Pocas devociones son tan gratas a María como el
Santo Rosario, recomendada por los Romanos
Pontífices con tanta insistencia. Innumerables son
las gracias que han recibido los fieles a través de
esta oración, ya sea recitada en común o
personalmente. Además, es conveniente recordar
que, al igual que otras prácticas de piedad, el
Santo Rosario está favorecido con indulgencias:
parcial, si se reza privadamente; plenaria, si se
hace en familia.
53
Santo Rosario
c. El Angelus
El Angelus es la repetición del encuentro del Ángel con Nuestra Madre, en el
cual le anunció su divina Maternidad. Se recita todos los días a las doce o a
las seis de la tarde, con pausa y atención.
Como es una práctica breve, que suele tenerse en medio del trabajo y las
ocupaciones del día, conviene recoger nuestro pensamiento con intensidad,
ponerlo en Nuestra Señora, recitarlo sin prisa y de memoria y aprovechar
para renovar el ofrecimiento de nuestro trabajo y de nuestro amor a la
Virgen.
d. El Escapulario de la Virgen del Carme
Llevar el Escapulario de la Virgen del Carmen o
alguna otra Medalla es señal de fe en su intercesión
poderosa y símbolo de nuestra alianza con Ella. El
uso del Escapulario del Carmen ha de ir
acompañado de una disposición consciente y
devota, a la par de unas prácticas de piedad
marianas que pueden reducirse a las tres Avemaría
de la noche. En la ceremonia de imposición, el
sacerdote recuerda que se debe recibir "impetrando
a la Santísima Virgen que, con su gracia,
El escapulario de Nuestra
(de Dios), lo lleves sin pecado, te defienda de toda
Señora del Carmen
adversidad y te conduzca a la vida eterna".
e. Las Tres Aves Marías
Es una costumbre que puede valernos para que nuestros últimos
pensamientos vayan hacia María que vela nuestro sueño y, con su poder,
puede alejarnos al enemigo de nuestra alma y de nuestro cuerpo.
Repetimos pausadamente y con devoción las palabras que fueron
pronunciadas por el Arcángel Gabriel y por Santa Isabel, y por las palabras
del «Santa María» que le compuso, con veneración, la Iglesia.
f.
El sábado, día de la Virgen
El sábado es tradicionalmente en la Iglesia el día de
la semana que se dedica a la Virgen, y en él
podemos manifestarle de modo más intenso nuestro
cariño, estando más pendientes de Ella a través de
jaculatorias, miradas a las imágenes, recitando las
oraciones tradicionales como son el «Acordaos», «Oh
Señora mía», y especialmente «la Salve».
Inmaculado Corazón de
María
54
g. La consagración a María
Un medio eficaz para vivir fielmente los compromisos del Bautismo es la
consagración a María que puede hacerse de dos formas: considerando a
María como Reina (consagración de esclavitud mariana) o bien, como Madre
(de piedad filial mariana).
h. Otras prácticas de piedad marianas
El mes de mayo, está dedicado a honrar a María. Su origen se remonta, en
España, a San Alfonso X el sabio (siglo XIII). En este tiempo los niños
suelen ofrecer flores a María, los adultos acostumbran hacer algún sacrificio
diario, rezar el Rosario en familia, etc.
El mes de octubre está dedicado a rezar el Santo Rosario, costumbre que
surge en siglo XIX con ocasión de las apariciones de Nuestra Señora de
Lourdes, y que el Papa León XIII lo extiende a toda la Iglesia. En particular,
se ha de promover el rezo del Rosario en familia pues, como enseña la
Iglesia, la familia que reza unida permanece unida.
C. AUTOEVALUACIÓN
1. ¿Por qué decimos que la Virgen María realizó de manera perfecta ―la
obediencia de la fe‖?
2. ¿Por qué decimos que la Virgen María es la Madre de Dios?
3. ¿Qué establece el Dogma de la Inmaculada Concepción y por quién, cuándo
y qué documento fue proclamado?
4. ¿A qué se refiere el Dogma de la Perpetua virginidad de la Virgen María?
5. ¿A qué se refiere el Dogma de la Asunción de la Virgen María?
6. ¿Cuáles son las devociones marianas más destacadas?
7. ¿Qué es el Angelus?
8. ¿Qué otras prácticas de piedad se dedican a la Virgen María?
D. ACTIVIDADES SUGERIDAS
1. Consulta el mapa de Palestina y señala en qué lugar sucedieron los
siguientes hechos:
La Anunciación.
La Visitación de María a su prima Santa Isabel.
El Nacimiento de Jesús.
2. Investiga la historia de una de las devociones más extendidas en el Perú o en
América.
E. VOCABULARIO BÁSICO
Bula
Dogma
Hiperdulía
Sínodo
55
Tema 12
A. MOTIVACIÓN
"La unidad de la Iglesia no es uniformidad, sino integración orgánica de las
legítimas diversidades. Es la realidad de muchos miembros unidos en un solo
cuerpo, el único Cuerpo de Cristo (cf 1 Co 12, 121. Es necesario, pues, que la
Iglesia del tercer milenio impulse a todos los bautizados y confirmados a tomar
conciencia de la propia responsabilidad activa en la vida eclesial. Junto con el
ministerio ordenado, pueden florecer otros ministerios, instituidos o
simplemente reconocidos, para el bien de toda la comunidad, atendiéndola en
sus múltiples necesidades: de la catequesis a la animación litúrgica, de la
educación de los jóvenes a las más diversas manifestaciones de la caridad"
(Juan Pablo II, Carta Apostólica Al comienzo del Nuevo Milenio, n. 461).
B. CONTENIDO DOCTRINAL
1. Los laicos
Los Fieles Laicos
Son aquellos fieles que, por
vocación
divina,
están
destinados a buscar el Reino de
Dios tratando y ordenando las
cosas temporales según el
querer de Dios (cf LG 31). Son,
por lo tanto, la inmensa mayoría
del Pueblo de Dios. Y con su vida
contribuyen a la santificación de
las realidades terrenas. Cuando
se habla de fieles laicos se
entiende por igual, a varones y mujeres.
―los fieles laicos se encuentran en la línea más avanzada de la vida de la Iglesia
es el principio vital de la sociedad. Por tanto ellos, especialmente, deben tener
conciencia, cada vez más clara, no sólo de pertenecer a la Iglesia, sino de ser
la Iglesia; es decir, la comunidad de los fieles sobre la tierra bajo la guía del jefe
común, el Papa. Ellos son la Iglesia‖ (Pío XII, discurso 20 de febrero 1946;
citado por Juan Pablo II, CL 9).
56
2. Nota característica de los laicos
Cada uno de los miembros del Pueblo de Dios tiene algo característico que lo
distingue de los demás. La nota característica de los laicos es su carácter
secular, es decir que el ámbito y medio de su vocación cristiana peculiar es el
mundo.
Esto supone:
a. Vivir en medio del mundo. Amar al mundo porque es bueno y porque Dios
quiere que viva ahí.
b. Realizar su profesión y trabajo en el mundo. Es a través de este trabajo
como perfecciona el mundo y se perfecciona él mismo humana y
divinamente. .
c. Estar implicado en las actividades y asuntos del mundo. De esta manera se
santifica y santifica a los demás.
3. La misión característica del laico es la consagración del mundo
Los laicos tienen que conseguir que en todo se respete las leyes divinas ya que
esto perfecciona al hombre. Tienen que conseguir un mundo en el cual reine la
justicia, la paz y la comprensión. Esto lo conseguirán:
a. Con el testimonio de su vida
El testimonio de su vida es el buen ejemplo. Tienen que cumplir con sus
deberes y obligaciones, tanto en la familia como en su trabajo y en su vida
social.
b. Con el apostolado Es ayudar a otros a vivir bien su vida para que
sean felices.
Nos sentimos obligados a hacer apostolado para comunicar a otros el bien -la
doctrina de Cristo-, que nosotros ya tenemos. Esta obligación lo hacemos con el
ejemplo y las palabras.
El apostolado personal es la forma primordial y la condición para todo el
apostolado de los laicos.
También puede hacerlo quien lo desee asociándose en algún movimiento
apostólico como cursillos de cristiandad, Legión de María, Movimiento familiar
cristiano, grupos juveniles, etc. las formas asociadas, que responden a un
derecho de los fieles, deben reunir ciertos criterios de eclesialidad y han de
vencer las tentaciones de división y contraposición entre ellas.
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Leemos en el Nuevo testamento: ―Para que viendo vuestras obras buenas
glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos‖ (Mt. 5, 16)
El apostolado lo realizará el laico especialmente en su familia, su trabajo, sus
amigos.
c. Con su influencia en las estructuras
Cada uno tiene una familia, un pueblo, un ambiente y un trabajo en el cual se
mueve y vive. En todos estos ambientes el laico tiene que influir, haciendo que
se viva según el espíritu y las leyes cristianas.
El laico, por su vocación cristiana, está más interesado que nadie en el progreso
del mundo. Trabaja con todas sus fuerzas y con todos los medios para lograr
este fin. Sabe que de esta manera se santifica él y santifica a los demás.
LA VIDA CONSAGRADA
1. Consejos evangélicos y vida consagrada
Los consejos evangélicos están propuestos en su multiplicidad a todos los
discípulos
de
Cristo.
Sin
embargo la perfección de la
caridad a la cual son llamados
todos los fieles implica, para
quienes asumen libremente el
llamamiento
a
la
vida
consagrada, la obligación de
practicar la castidad en el
celibato por el Reino, la pobreza
y la obediencia.
La profesión de estos consejos en
un estado de vida estable conocido por la Iglesia es lo que caracteriza la "vida
consagrada" a Dios (cf LG nn. 42-43; PC n. 1).
Vida Consagrada
2. Los institutos religiosos
Los religiosos son aquellos fieles cristianos que se entregan totalmente a Dios
por la profesión de los consejos evangélicos mediante votos perpetuos.
Siguiendo su vocación peculiar, los religiosos contribuyen al bien de toda la
Iglesia, dan un testimonio público de la vida nueva y eterna adquirida con la
redención de Cristo y constituyen una señal escatológica del Reino de Dios.
58
a. Los consejos evangélicos
Los tres consejos evangélicos que públicamente profesan los religiosos son:
pobreza, castidad y obediencia. Para la Iglesia, el estado religioso está
constituido fundamentalmente por el compromiso de practicar estos tres
consejos.
- La pobreza consiste en vivir desprendidos de las cosas de este mundo amando
los bienes celestiales.
- La castidad consiste en la entrega del corazón a Dios en servicio de la Iglesia,
renunciando al matrimonio.
- La obediencia consiste en seguir los mandatos del superior viendo en él al
mismo Cristo.
b. Modo de vida de los religiosos
El religioso vive en una Orden o Congregación determinada, elegida según su
deseo y vocación. Forma parte de una Comunidad Religiosa.
Los conventos y monasterios son las casas donde viven los religiosos. Cada orden
religiosa tiene un hábito característico que los distingue de los demás. Algunos se
dedican especialmente a la oración y la contemplación, otros a la enseñanza y
otros a la asistencia de los necesitados: pobres, enfermos, niños, ancianos, etc.
Entre los religiosos tal vez conozcas algunos cómo los Dominicos, Jesuitas,
Franciscanos, Agustinos, Carmelitas, Mercedarios, Pasionistas, Redentoristas,
Salesianos, etc.
Entre las religiosas tal vez conozcas algunas como las Carmelitas descalzas,
Clarisas, Dominicas, Hijas de Cristo Rey, Hermanitas de los ancianos
desamparados, Hijas de María auxiliadora, Madres de Jesús Verbo y Víctima,
Hermanas de Santa Ana, etc.
3. Los institutos seculares
"Un instituto secular es un instituto de
vida consagrada, en el cual los fieles,
viviendo en el mundo, aspiran a la
perfección de la caridad, y se dedican a
procurar la santificación del mundo
sobre todo desde dentro de él" (c. 710
del CIC).
59
Institutos seculares
Los miembros de un instituto secular no son religiosos, pero dos elementos
esenciales los caracterizan: la consagración y lo secular. Son consagrados
seculares que se esfuerzan "a manera de levadura, por impregnar todas las cosas
con el espíritu evangélico, para fortaleza e incremento del Cuerpo de Cristo" (c.
713 § 1). Hay, entre ellos, miembros laicos y miembros clérigos.
Se asemeja, pues, a un instituto religioso en que sus miembros viven
consagrados a Dios y al apostolado, y se diferencia en que lo realizan sin la
separación del mundo que tienen los miembros de congregaciones religiosas.
Entre los institutos seculares se cuentan: Sociedad del Corazón de Jesús,
Sociedad de las Hijas del Corazón de María, Caritas Christi, Misioneras del
Evangelio, Misioneras de María Reina de los Corazones, Cruzada evangélica,
Oblatas Misioneras de María Inmaculada, Apóstoles del Sagrado Corazón,
Cruzadas de Santa María, Cruzados de Santa María.
4. las sociedades de vida apostólica
Junto a las diversas formas de vida consagrada se encuentran "las sociedades de
vida apostólica, cuyos miembros, sin votos religiosos, buscan el fin apostólico
propio de la sociedad y, llevando vida fraterna en común según el propio modo
de vida, aspiran a la perfección de la caridad por la observancia de las
constituciones. Entre éstas, existen sociedades cuyos miembros abrazan los
consejos evangélicos mediante un vínculo determinado por las constituciones" (c.
731 §§ 1 y 2).
Pertenecen a este tipo de sociedades las Hijas de la Caridad de San Vicente de
Paúl, Congregación de la Misión (Paúles), los Oratorios de San Felipe Neri, los
Sulpicianos, los Eudistas (de San Juan de Eudes), la Sociedad de los Santos
Apóstoles, los Padres Blancos, las Misiones Africanas de Lyon, las Misiones
Extranjeras de París, etc.
LOS SACERDOTES
1. Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote
Jesucristo es el único Sumo y Eterno
Sacerdote.
Mientras vivía en el mundo, Cristo ejerció
personalmente su sacerdocio anunciando el
reino de Dios, perdonando los pecados y
ofreciéndose a sí mismo en sacrificio por la
salvación de todos los hombres.
60
Mons. Ricardo García, Sacerdotes y
diáconos de la Prelatura
2. Sacerdocio común y sacerdocio ministerial
La Iglesia entera es un pueblo sacerdotal. Por el bautismo, todos los fieles
participan del sacerdocio de Cristo. Esta participación se llama "sacerdocio común
de los fieles". A partir de este sacerdocio y al servicio del mismo existe otra
participación en la misión de Cristo: la del ministerio conferido por el sacramento
del Orden, cuya tarea es servir en nombre y en representación de Cristo-Cabeza
en medio de la comunidad.
El sacerdocio ministerial difiere esencialmente del sacerdocio común de los fieles
porque confiere un poder sagrado para el servicio de los fieles. Los ministros
ordenados ejercen su servicio en el pueblo de Dios mediante la enseñanza, el
culto divino y por el gobierno pastoral.
3. Grados del sacerdocio
Desde los orígenes, el ministerio ordenado fue conferido y ejercido en tres
grados: el de los Obispos, el de los presbíteros y el de los diáconos. Los
ministerios conferidos por la ordenación son insustituibles para la estructura
orgánica de la Iglesia: sin el Obispo, los presbíteros y los diáconos no se puede
hablar de Iglesia.
El Obispo recibe la plenitud del sacramento del Orden que lo incorpora al
Colegio episcopal y hace de él la cabeza visible de la Iglesia particular que le es
confiada. Los Obispos, en cuanto sucesores de los Apóstoles y miembros del
Colegio Apostólico, participan en la responsabilidad apostólica y en la misión de
toda la Iglesia bajo la autoridad del Papa, sucesor de S. Pedro.
Los presbíteros están unidos a los Obispos en la dignidad sacerdotal y al mismo
tiempo dependen de ellos en el ejercicio de
sus funciones pastorales; son llamados a ser
cooperadores diligentes de los Obispos;
forman en torno a su Obispo el presbiterio
que asume con él la responsabilidad de la
Iglesia particular. Reciben del Obispo el
cuidado de una comunidad parroquial o de
una función eclesial determinada.
Los diáconos son ministros ordenados para
las tareas de servicio de la Iglesia; no reciben
el sacerdocio ministerial, pero la ordenación
Obispos y sacerdotes
les confiere funciones importantes en el ministerio
de la palabra, del culto divino, del gobierno pastoral y del servicio de la caridad,
61
tareas que deben cumplir bajo la autoridad pastoral de su Obispo.
4. Elementos del Sacramento del Orden Sacerdotal
Materia: La imposición de las manos por el Obispo.
Forma: Una oración consecratoria solemne que dice el Obispo al imponer las
manos.
Ministro: El Obispo.
Sujeto: La Iglesia confiere el sacramento del Orden únicamente a varones
bautizados, cuyas aptitudes para el ejercicio del ministerio han sido debidamente
reconocidas.
C. AUTOEVALUACIÓN
1. ¿Quiénes son los laicos?
2. ¿Qué supone el carácter secular de los laicos?
3. ¿Cuál es la misión del laico en el mundo?
4. ¿A quiénes llamamos religiosos?
5. ¿Cómo es el modo de vida de los religiosos?
6. ¿Qué es un instituto secular?
7. ¿En qué consisten las sociedades de vida apostólica?
8. ¿En qué se difiere el sacerdocio ministerial del sacerdocio común?
9. ¿Cuáles son los grados del sacerdocio ministerial?
10. ¿Quiénes pueden recibir el sacramento del Orden?
D. ACTIVIDADES SUGERIDAS
1. Averigua cuáles fueron las primeras órdenes religiosas que llegaron al Perú.
2. Haz una relación de los Santos peruanos y una breve biografía de uno ellos.
3. Establece un diálogo para descubrir las diferencias entre el clero secular y el
clero regular.
4. Indica las diferencias entre un religioso y un laico.
5. Dialoga con tus compañeros por qué las mujeres no pueden ser ordenadas
como sacerdote en la Iglesia católica.
E. VOCABULARIO BÁSICO
Celibato
Religioso
Vocación
Diácono
Congregación
Ministerio
62
Tema13
A. MOTIVACIÓN
La Iglesia, fermento, sal y luz del mundo, tiene un mensaje de salvación para el
mundo, pero necesita de personas cualificadas para transmitirla. El Siervo de
Dios, S. S. Juan Pablo, nos señalas las cualidades que deben tener los
transmisores de la fe. En su Exhortación Apostólica dirigida a los de América
escribía: «La Iglesia necesita muchos y cualificados evangelizadores que, con
nuevo ardor, renovado entusiasmo, fino espíritu eclesial, desbordantes de fe y
esperanza, hablen "cada vez más de Jesucristo"» (S. S. Juan Pablo II, Exh.
Apost. ―Ecclesia in América‖)
B. CONTENIDO DOCTRINAL
1. ¿Qué es la Evangelización?
«La Evangelización es ―llevar la Buena
Nueva a todos los ambientes de la
humanidad y, con su influjo, transformar
desde dentro, renovar a la misma
humanidad‖» (Pablo VI, Exh. Apost. EN
n. 18).
La Evangelización no se trata sólo –
aunque también– de llevar el Evangelio
a otros lugares o a poblaciones ajenas a
Jesucristo
«sino de alcanzar y
transformar con la fuerza del Evangelio
Evangelización
los criterios de juicio, los valores
determinantes, los puntos de interés las líneas de pensamiento, las fuentes
inspiradoras y los modelos de vida de la humanidad que están en contraste con
la palabra de Dios y con el designio de salvación» (Pablo VI, Exhort. Apost. EN
n. 19).
Esta Evangelización tiene su fundamento en el mandato del Señor de ―ir y
evangelizar a todos los pueblos‖ (cf Mt 28, 19): Ella ―existe para evangelizar‖
(Pablo VI, Exh Apost. EN n. 14).
2. Sentidos del término Evangelización
El término Evangelización ha tenido a lo largo de la historia muchos sentidos.
El Sínodo de Obispos de 1974 distingue cuatro sentidos del término
Evangelización:
63
a. Un sentido muy estricto, equivalente al primer anuncio de la fe o kerigma
(este fue el sentido preferido antes del Concilio Vaticano II).
b. Un sentido estricto, referente al ministerio de la Palabra y sus diversas
formas (sentido más usado por el Concilio Vaticano II).
c. Un sentido amplio (el preferido durante el Sínodo), que abarca las tres
funciones de la misión (profética, sacerdotal y real), lo que el Concilio
llamaba ―apostolado‖, sin dejar de conceder el primer lugar al anuncio.
d. Un sentido muy amplio, que abarca todos los anteriores e implica que todo lo
que la Iglesia puede hacer en su servicio salvífico por el hombre y el mundo
(este sentido fue el preferido en el documento final del sínodo, la ―Evangelii
Nuntiandi‖ y que es el usado actualmente).
3. Los destinatarios de la Evangelización
Sobre los destinatarios de la
Evangelización los enfoques han
sido distintos. Veremos algunos que
han
sido
recogidos
en
los
documentos magisteriales.
a. La Encíclica «Ecclesiam suam», de
Pablo VI, las clasifica a manera de
«círculos
concéntricos»,
comenzando por aquellos que están
más alejados: a) los no creyentes,
Movimiento de Cursillos de Cristiandad
incluso los ateos; b) los creyentes no
cristianos: los judíos, otros seguidores de la religión monoteísta –sobre todo
los musulmanes–, y los seguidores de las grandes religiones afroasiáticas; c)
los hermanos separados o cristianos no católicos (círculo del «diálogo
ecuménico»); d) finalmente, el diálogo interior en la Iglesia, entre los
católicos.
b. La Constitución Dogmática «Gaudium et Spes» también recoge esta
perspectiva de los «círculos concéntricos" ‖pero en sentido inverso, es decir,
comenzando por el diálogo en el seno de la Iglesia (cf Cc. Vat. II, GS n. 92).
c. La Exhortación Apostólica «Evangelii Nuntiandi» también recogió esta
perspectiva de los «círculos concéntricos», pero volvió al orden inicial. Pero
también habla de otras dos esferas o dos ―mundos que hoy ―lanzan un
desafío a la Evangelización‖ (Pablo VI, Exh. Apost. EN n. 55 s.), sin referencia
a ese esquema circular. Puede decirse que el primero se sitúa en el círculo de
64
los «alejados», mientras que el segundo bordea el círculo de los cristianos en
su parte más «externa»: a) el secularismo ateo, más práctico que teórico; b)
los bautizados no practicantes, hoy día más numerosos.
4. Las tres tareas de la Evangelización
Pues bien, la Iglesia enfoca estas diferentes
situaciones, de una manera diversificada y
orgánica por medio de tres tareas. Éstas
deben captarse en su complementariedad,
pues son «momentos» que se entrecruzan y
se superponen uno en otro:
Las tareas de la Evangelización son:
a. La «tarea pastoral» o el apostolado «ad
intra», que incluye –al menos en parte– a
Monseñor Enrique Pelach
los cristianos no católicos.
b. La «tarea misionera» en sentido estricto o misión «ad gentes» (misión «ad
extra») dirigida a los no cristianos.
c. La «Nueva Evangelización», tarea en parte «pastoral» y en parte
«misionera».
5. Algunos problemas que debe enfrentar la Evangelización
La Evangelización actual se debe enfrentar a muchos problemas que tiene que
ver o bien por la falta de fe o bien por una exageración de la fe que han surgido
en estos últimos tiempos. Entre esos
problemas están:
a) El ateísmo,
b) La indiferencia religiosa,
c) El secularismo,
d) La superstición,
e) El agnosticismo,
f) El fanatismo religioso, etc.
Otros problemas que tiene que enfrentar la
Evangelización son las relaciones con las
iglesias cristianas separadas de la Iglesia
Católica (Ecumenismo) y las relaciones con
las otras religiones (diálogo religioso).
6. La Nueva Evangelización
El término ―Nueva Evangelización‖
65
fue
Papa Juan Pablo II y la Nueva
Evangelización
empleado por primera vez por S. S. Juan Pablo II en Polonia (1979) con el
sentido de un ―nuevo anuncio‖ de la fe dirigido a Europa. La utilizó por segunda
vez en Haití (1983), y posteriormente en su discurso a las Conferencias
Episcopales de Europa (1986). También aparecen en la exhortación Christifideles
laici, las encíclicas Redemptoris missio y Centessimus annus, la carta Tertio
millenio adveniente, y otros documentos.
La ―Nueva evangelización‖ se dirige a cristianos que han perdido el sentido de la
fe o no se reconocen ya como miembros de la Iglesia, llevando una existencia
alejada de Cristo (cf Juan Pablo II, RM n. 33), afectada por el fenómeno del
secularismo y el materialismo.
La nueva evangelización arranca de la certeza de que Cristo vive, y que, por la
acción del Espíritu Santo, sigue impulsando la acción de los cristianos.
En Haití (1983) Juan Pablo II planteó –con referencia a la celebración del quinto
centenario de la evangelización de América– un compromiso en una
―evangelización nueva‖: ―nueva en su ardor, en sus métodos, en su expresión‖.
Pero, ¿Qué implica la ―novedad de ―ardor, métodos y expresión‖?.
a. Nuevo ardor: Indica la necesidad de la calidad humana y espiritual de esos
―heraldos del Evangelio‖. Ese ardor apostólico no es fanatismo sino
coherencia. No se trata de imponer la verdad de la fe, sino de proponer la
salvación con respeto a la libertad. Al derecho que todas las personas poseen
a escuchar el mensaje del Evangelio corresponde el deber de todos los
cristianos en su propagación; no por una seca ―obligación‖, sino por lealtad y
amor a Dios y a los demás.
b. Nuevo método: Esto tiene que ver con la puesta en marcha de la misión de
la Iglesia en el mundo, tal como la ha comprendido el Vaticano II. Los
proyectos pastorales deberían seguir estas líneas:
c.
El Evangelio debe encarnarse en las personas, una a una, de modo que la
gracia del Espíritu Santo pueda impregnar las actividades y realizaciones
humanas.
Cada uno de los cristianos participa en la evangelización según su propia
condición.
La evangelización ha de ser afrontada desde la corresponsabilidad y
participación. A ellas se oponen tanto el individualismo como el afán por
uniformar la diversidad de vocaciones, carismas, ministerios y tareas que
se dan en la Iglesia.
Nueva expresión: Esta remite a lo que puede llamarse la ―pedagogía de la
evangelización‖, que implica fidelidad al contenido de lo que se quiere
transmitir y, al mismo tiempo, adecuación del lenguaje con que se comunica.
66
C. AUTOEVALUACIÓN
1. ¿Qué es la Evangelización?
2. ¿Cuáles son los sentidos del término Evangelización según el Sínodo de
Obispos de 1974?
3. ¿Cuáles son las tres tareas de la Evangelización?
4. ¿En qué ocasiones y documentos aparece el término ―Nueva Evangelización‖
5. ¿A quienes se dirige la ―Nueva Evangelización‖
D. ACTIVIDADES SUGERIDAS
1. Analiza las misiones que Jesucristo confió a S. Pedro y a sus sucesores. Para
ello tendrás que leer y explicar los siguientes textos:
Mt 16, 18 - 19.
Jn 21, 15 - 17.
Lc 22, 31 - 32.
2. Dialoga con tus compañeros cómo se ha de concretar la tarea evangelizadora
de los laicos.
E. VOCABULARIO BÁSICO
Agnosticismo
Evangelización
Ecumenismo
Sínodo
67
Tema 14
A. MOTIVACIÓN
Ahora tenemos que ver el tema del Apostolado. Veremos que todos –aquí no
caben excepciones– estamos llamados a hacer apostolado.
Antes de empezar a estudiar este tema nos puede ser muy útil, a modo de
introducción, un texto del Fundador del Opus Dei. Sobre el apostolado escribía
lo siguiente: «Evitemos el error de considerar que el apostolado se reduce al
testimonio de unas prácticas piadosas. Tú y yo somos cristianos, pero a la vez,
y sin solución de continuidad, ciudadanos y trabajadores, con obligaciones
claras que hemos de cumplir de un modo ejemplar, si de veras queremos
santificarnos» (San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, n. 61).
B. CONTENIDO DOCTRINAL
1. La vocación cristiana es vocación al apostolado
«La vocación cristiana es, por su propia naturaleza, vocación también al
apostolado» (cf Vat. II, AA n. 2).
Esta afirmación nos plantea dos consideraciones:
a. La primera es que el apostolado no es algo accidental a la vida cristiana, sino
que forma parte de su propia
naturaleza.
b. La segunda: Si el
apostolado es una vocación,
es decir, un llamado, significa
por un lado que Dios me lo
pide y, si lo hace, es porque
cuenta con nosotros y, si
cuenta con nosotros, es
porque tenemos capacidad de
responder, pues Dios nunca
nos pediría algo que no
Vocación al apostolado, camino hacia el Cielo
podríamos hacer.
Estas dos consideraciones serán los puntos guía de este tema. Por el
momento vamos a detenernos en la primera afirmación (v. punto 2) para
regresar más adelante a la segunda (v. punto 3).
2. Ser cristiano: ser santo y apóstol
Decíamos que ser cristiano equivale a ser apóstol. El creyente que no se ve a sí
mismo como apóstol mutila su propia identidad como discípulo de Jesús. Hacer
68
apostolado no puede ser algo accesorio de lo cual podamos prescindir sin que
eso implique recortar nuestra vida cristiana, afectar su propia esencia. Esta
verdad fundamental San Pablo la expresa de manera apasionada y elocuente
cuando dice « ¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio!» (1 Cor 9, 16).
A partir de esta consideración no resulta difícil deducir la íntima relación entre
santidad y apostolado. Ambas, en cierto modo, constituyen la misión de la
Iglesia en el mundo: «La misión de la Iglesia tiende a la santificación de los
hombres, que hay que conseguir con la fe en Cristo y con su gracia. El
apostolado, pues, de la Iglesia y de todos sus miembros se ordena, ante todo, al
mensaje de Cristo, que hay que revelar al mundo con las palabras y con las
obras, y a comunicar su gracia». (Vat. II, AA n. 6).
Todo cristiano está llamado a hacer apostolado y, al hacerlo, contribuye con Dios
en la santificación de sí mismo y en la santificación de los demás. El apostolado
es medio, y al mismo tiempo, fin de nuestra santificación. En efecto, es medio
en cuanto el hecho mismo de hacer apostolado santifica; es fin en cuanto forma
parte de la propia naturaleza de la vida cristiana y ésta es plena unión con Dios
mediante la vida en Cristo.
3. Apóstol, por vocación
¿Ser apóstol es una vocación, un llamado de Dios a todos los cristianos? Esto
puede parecer contradictorio a primera vista. En efecto, para ser apóstol, ¿no se
requiere una psicología, una formación, unas características personales
mínimas? ¿No se necesita acaso del tiempo, de la disponibilidad que las
ocupaciones impostergables de la vida moderna me niegan?
Es evidente que no todos estamos llamados a hacer apostolado de la misma
manera. No es lo mismo el apostolado que puede realizar la religiosa
contemplativa, el párroco rural, el estudiante universitario o el agricultor. Sin
embargo, las características personales y las circunstancias de la propia vida no
anulan el llamado, sino que precisamente lo cualifican: si el apostolado es una
vocación, Dios me pide realizarla precisamente desde mi identidad, desde quién
soy así como desde las circunstancias concretas de mi propia vida.
Esto nos lleva a cuestionarnos acerca de la naturaleza propia del apostolado, su
raíz profunda, interior; en una palabra, cuál es el ―alma‖ del apostolado.
La esencia del apostolado no puede ser otra que la misma esencia de la vida
cristiana, esto es el Amor de Dios manifestado en Cristo Jesús. El cristiano está
llamado a vivir el Amor, y el Amor no es una teoría ni un programa, es Dios
mismo —Dios es Amor— que se hace hombre y nos muestra nuestra propia
vocación. Cristo como el principio de mi vida interior, he ahí, el Camino, la
Verdad y la Vida (cf Jn 14, 6).
«Tened los mismos sentimientos de Cristo» (cf Fil 2, 5), nos exhorta San Pablo.
Los sentimientos de Cristo son la entrega en el Amor al Padre y a los hombres.
69
¿No es esa la esencia del apostolado? Pablo VI define el apostolado como «amor
que rebalsa, que estalla, que se propaga en testimonio y acción» (Pablo VI,
Catequesis durante la audiencia general, 31 de enero de 1968). Nace del
encuentro personal con el Señor Jesús y se alimenta de su presencia vivificadora
que es la Gracia. Podríamos sintetizarlo en una frase: El apostolado es
sobreabundancia de Amor. No de nuestro amor humano, forzosamente
imperfecto, sino del amor de Jesús en nosotros.
Llegados a este punto resulta oportuno preguntarnos ¿qué grado de persuasión
personal tiene para nosotros esta doctrina?, ¿Cuáles son sus necesarias
concreciones para nuestra vida cotidiana? y ¿Cómo respondemos efectivamente
a nuestra vocación al apostolado?
4. Santificación en el apostolado
Que un apóstol tiene que ser cada vez
más santo, resulta más que obvio.
Nadie duda que el mejor apóstol sea el
santo. Asimismo, queda claro que la
finalidad del apostolado, sea como
anuncio explícito del Evangelio en sus
múltiples expresiones, sea como
testimonio de vida cristiana audaz y
coherente, es la santificación de las
personas. De que hacer apostolado
San Josemaría y el apostolado
nos ayuda a ser más santos no cabe
duda, pero no siempre resulta fácil descubrir de qué forma concreta hacer
apostolado nos ayuda a ser más santo.
Estas breves consideraciones puntuales al respecto pueden servir para
entenderlo mejor:
a.
b.
c.
d.
El apostolado nos configura con el Señor Jesús.
El apostolado nos reviste del Amor de Cristo.
El apostolado nos compromete más con mi propia vida cristiana.
El apostolado me ayuda a reconocer concretamente en mi vida que la
santidad es obra de Dios con mi cooperación.
e. El apostolado me alienta a la coherencia de vida.
f. El apostolado me motiva a formarme más y mejor.
g. El apostolado es un antídoto al cristianismo teórico.
h. El apostolado me educa en el sentido ético de la vida cristiana.
i. El apostolado me enseña a vivir el desapego a los frutos.
j. El apostolado me da serena alegría.
70
5. Apostolado personal y asociado de los laicos
El apostolado de los laicos puede ejercitarse individualmente o en comunidades
y asociaciones (cf Vat. II, AA n. 15).
El apostolado personal es el que cada fiel cristiano, desde el lugar que ocupa,
desarrolla a favor de la instauración del Reino de Dios. El apostolado personal
fluye de la fuente de la vida verdaderamente cristiana (cf Jn 4, 14) y es el
principio y fundamento de todo apostolado seglar, también del asociado, de
modo que nada puede sustituirle. Este apostolado puede valorarse desde
diversas perspectivas: en relación con la vida, la conducta o el ejemplo; con el
testimonio de la palabra, la actividad temporal o la caridad; en situaciones de
especial dificultad (persecución, dispersión, etc.); y siempre en relación con el
culto y la oración (cf Vat. II AA n. 16).
El apostolado personal de los fieles laicos no
es una «añadidura» a otras actividades,
como la oración y la vida sacramental por un
lado, y las actividades temporales (atención
de la familia, trabajo, actividad sociopolítica,
etc.) por otro (cf Josemaría Escrivá, Amigos
de Dios). Los diversos aspectos de la vida
laical contribuyen a un todo orgánico que es
el crecimiento y la madurez del cristiano
«siendo Iglesia en el mundo».
El apostolado asociado es aquella que
desarrollan un grupo de fieles cristianos. Este
tipo de apostolado es expresión de comunión
y medio eficaz para lograr una mayor
influencia del Evangelio en la sociedad (cf
Vat. II, AA n. 18). Entre las múltiples formas
del apostolado asociado, algunas se
Asociación de Fieles
proponen el fin general apostólico de la Iglesia (P. ej.
La Acción Católica); otros buscan de modo particular el anuncio del Evangelio y
la transmisión de la fe; otras procuran la inspiración cristiana del orden social o
el testimonio de Cristo, especialmente a través de las obras de misericordia y
caridad (cf Vat. II, AA n. 19).
La libertad de asociación (formar una sociedad) de los fieles laicos proviene del
Bautismo (cf Vat. II, AA n. 15 y 19; CIC can. 215) y debe ser ejercida en
comunión con la Iglesia.
Entre los criterios de discernimiento y reconocimiento de las asociaciones cabe
señalar:
a. El primado concedido a la vocación de cada cristiano a la santidad;
b. La responsabilidad de confesar la fe católica;
71
c. El testimonio de comunión con el Papa y los obispos;
d. El compromiso en una presencia dentro de la sociedad humana, al servicio
del hombre y de acuerdo con la doctrina social de la Iglesia.
C. AUTOEVALUACIÓN
1. ¿Qué consideraciones plantea la siguiente frase: La vocación cristiana es, por
su propia naturaleza, vocación también al apostolado?
2. ¿Qué es el apostolado personal?
3. ¿Qué es el apostolado asociado?
4. ¿Cuáles son los criterios de discernimiento y reconocimiento de las
asociaciones?
D. ACTIVIDADES SUGERIDAS
1. Averigua: ¿cómo hacen apostolado las asociaciones de tu comunidad?
2. Menciona las actividades que tú realizas como apostolado.
3. Da sugerencias del apóstolado que deberían hacer en tu parroquia para
acercar a los jóvenes hacia Dios.
4. Visita en la web www.es.catholic.net y haz un resumen sobre los tipos de
apostolado.
E. VOCABULARIO BÁSICO
Apóstol
Apostolado
Acción Católica
Laico
72
Tema 15
A. MOTIVACIÓN
La santidad de vida a la que Dios nos llama a todos es amar a Dios y amar al
prójimo: Amar a Dios Padre como te ama Jesús y amar a nuestros prójimos
como Jesús nos ama.
Esta tarea de ser santos aunque a primera vista parezca algo sencillo, no resulta
una tarea fácil ya que son muchos los obstáculos que encontraremos en nuestra
larga lucha por conseguirlo. Quizá uno de los principales obstáculos tenga su
origen en nosotros mismos, en nuestro egoísmo. Por ello nuestra primera tarea
será convertirnos.
B. CONTENIDO DOCTRINAL
1. Jesús, nuestro modelo de santidad
Jesús es nuestro modelo de santidad: Él no sólo
fue un predicador de la santidad, también fue
su modelo, el principal de todos. Dice a
propósito la ―Lumen Gentium‖: «Nuestro Señor
Jesucristo predicó la santidad de vida, de la que
El es Maestro y Modelo, a todos y cada uno de
sus discípulos, de cualquier condición que
fuesen. "Sed, pues, vosotros perfectos como
vuestro Padre Celestial es perfecto"» (Mt 5, 48)
(cf Conc. Vat. II, LG 40).
2. Llamada universal a la santidad
La llamada universal a la santidad ha sido
Suplica ardiente de los santos
resaltada en estos últimos tiempos. Uno de los
Ángeles
que más la han resaltado ha sido S. Josemaría
Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei. Él, a lo largo de su vida, predicó
que todo hombre pude santificarse con su trabajo.
Más que una invención original —que no sería estrictamente concebible en la
Iglesia Católica—, lo que Monseñor Escrivá hizo fue extraer las consecuencias de
una resuelta actitud de vuelta a las fuentes. En la más íntima esencia del
mensaje evangélico, Monseñor Escrivá descubre una llamada divina, universal e
igualitaria a la realización del ideal cristiano en la vida de cada hombre, sin
distinción de clases ni personas, modos de vida ni estados sociales.
En el lenguaje tradicional de la Iglesia, desde la era apostólica, a eso se le llama
vocación a la santidad. San Josemaría Escrivá de Balaguer dijo algo que después
repetiría la voz oficial de la Iglesia: Que esa llamada de Dios no era el
73
privilegiado destino de unos pocos, sino una invitación general y común para
todos los cristianos.
El mensaje de la llamada universal a la santidad fue recogido por el Magisterio
de la Iglesia en el Concilio Vaticano II en la Constitución dogmática sobre la
Iglesia, Lumen Gentium, que dedicó el capítulo V a tratar de este tema. Sobre
esta llamada universal dice que ―todos en la Iglesia, ya pertenezcan a la
jerarquía, ya pertenezcan a la grey, son llamados a la santidad, según aquello
del Apóstol: "Porque ésta es la voluntad de Dios, vuestra santificación (1 Tes
4,3; Ef 1,4)‖ (LG n. 39).
3. El fiel cristiano ha de seguir a Cristo Sacerdote, Profeta y Rey
Los fieles cristianos también participan
de las tres funciones –también conocida
como ―Tria munera‖– de Cristo:
Sacerdote, Profeta, Rey.
a. Los fieles cristianos participan en la
misión sacerdotal de Cristo cuando
ofrecen como sacrifico espiritual
―agradable a Dios por mediación de
Jesucristo‖ (1Pe 2, 5), sobre todo en
la Eucaristía, la propia vida con todas
las obras, oraciones e iniciativas
apostólicas, la vida familiar y el
trabajo diario, las molestias de la
vida sobrellevadas con paciencia, así
Santos
como los descansos físicos y
consuelos espirituales. De esta manera, también los laicos, dedicados a Cristo
y consagrados por el Espíritu Santo, ofrecen a Dios el mundo mismo (cf
Comp. del CCE n. 189; CCE nn. 901 - 903).
b. Los laicos participan en la misión profética de Cristo cuando acogen cada vez
mejor en la fe la Palabra de Cristo, y la anuncian al mundo con el testimonio
de vida y de la palabra, mediante la evangelización y la catequesis. Este
apostolado ―adquiere una eficacia particular porque se realiza en las
condiciones generales de nuestro mundo‖ (cf Vat. II, LG. n. 35) (cf Comp.
del CCE n. 190; CCE nn. 904 - 907, 942).
c. Los laicos participan en la misión regia de Cristo porque reciben de Él el
poder de vencer el pecado en sí mismo y en el mundo, por medio de la
abnegación y la santidad de la propia vida. Los laicos ejercen diversos
74
ministerios al servicio de la comunidad, e impregnan de valores morales las
actividades temporales del hombre y las instituciones de la sociedad (cf
Comp. del CCE n. 191; CCE nn. 908 - 913, 943).
4. Medios para llegar a la santidad
Los medios con que cuenta el cristiano para santificarse se pueden resumir en
dos ideas: primero, vivir la propia vida como don de Dios, y, segundo, según la
voluntad de Dios.
Antes de continuar hay que hacer unas puntualizaciones sobre los medios de
santificación.
a. La idea de medio de santificación debe estar despojada de toda
interpretación que considere que exista como «una técnica de la santidad».
b. No se puede olvidar que durante el transcurso de su existencia terrena, el
cristiano está en el régimen de anticipación de lo prometido, de incoación de
lo que en su día será pleno. Y ese régimen supone la existencia de tensiones,
más aún, la existencia de la exterioridad. Esto nos conduce a que hay una
necesidad de ascesis y de unos medios de santificación. La necesidad de
ejercitarse en el uso de unos medios concretos que ordenen a la santidad
nace precisamente de la aún no plena realización de la transformación del
ser humano y la no plena impresión en él de la imagen de Dios.
Ahora damos a continuación un cuadro sinóptico de los diversos medios
ascéticos o ejercicios de perfección:
c. Actos en los que consiste la misma santidad (pueden calificarse de medios en
cuanto que en su repetición está el
crecimiento del ser sobrenatural):
La unión con Dios, a través del trato
personal con Él, la identificación e
imitación de Jesucristo, y la devoción a
la Virgen y a los santos.
La lucha contra el pecado y la práctica
de las virtudes, y las voces
correspondientes
a
las
diversas
virtudes.
El apostolado o cumplimiento de la
misión divina con respecto a quienes
nos rodean.
d. Medios que suponen situar al hombre en
la estructura de la economía salvadora, tal
75
Jesús modelo de Santidad
y como ha sido querida por Dios:
Los sacramentos, especialmente la confesión y la Eucaristía.
La lectura y meditación de la Sagrada Escritura.
La práctica metódica de la vida de oración.
La liturgia.
La participación en la vida eclesial y en asociaciones apostólicas o de
piedad.
e. Medios estrictamente personales o psicológicos:
La dirección espiritual.
Ejercicios para fomentar la presencia de Dios.
Ejercicios de mortificación.
Exámenes de conciencia y revisiones de vida.
Días de retiro, conferencias o círculos de formación, lectura de libros
religiosos, etc.
Plan de vida.
5. Los santos
Veneración de los santos.
La Iglesia católica denomina ―santos‖ a aquellas
personas que han practicado las virtudes cristinas
de un modo heroico y cuya santidad de vida ha
sido proclamada solemnemente por la Iglesia.
Los primeros santos venerados fueron los
discípulos de Jesús y los mártires (los que
murieron por Cristo). Más tarde también se
incluyó a los confesores (se les llama así porque
con su vida «confesaron» su fe), las vírgenes y
otros cristianos que demostraron amor y fidelidad
a Cristo y a su Iglesia y vivieron con virtud
heroica.
Santa Rosa de Lima
Con el tiempo creció el número de los reconocidos
como santos y se dieron abusos y exageraciones, por lo que la Iglesia instituyó
un proceso para estudiar cuidadosamente la santidad. Este proceso, que culmina
con la «canonización».
La devoción a los santos es una expresión de la doctrina de la Comunión de los
Santos que enseña que la muerte no rompe los lazos que unen a los cristianos
en Cristo.
76
Los protestantes rechazaron la devoción a los santos por no comprender la
doctrina de la comunión de los santos. El Concilio de Trento (1545-63) reafirmó
la doctrina católica.
Intercesión de los santos.
Los santos pueden interceder por nosotros en virtud de que están en Cristo y
gozan de sus bienes espirituales.
Esta intercesión nunca reemplaza la oración directa a Dios, quien puede
conceder nuestros ruegos sin la mediación de los santos. Pero, como Padre, se
complace en que sus hijos se ayuden y así participen de su amor.
C. AUTOEVALUACIÓN
1. ¿En qué documento ha quedado recogido el mensaje de la llamada universal
a la santidad?
2. ¿Cómo participan los fieles cristianos en la misión sacerdotal de Cristo?
3. ¿Cómo participan los fieles cristianos en la misión profética de Cristo?
4. ¿Cómo participan los fieles cristianos en la misión regia de Cristo?
5. ¿Quiénes son los santos?
6. ¿Por qué los santos pueden interceder por nosotros?
D. ACTIVIDADES SUGERIDAS
1. Buscar y comentar en grupos LG n. 41.
2. Averiguar la fecha en que se celebra la fiesta de los santos peruanos.
3. Buscar la biografía de dos de los santos peruanos que a continuación se
mencionan:
Nombre del Santo
Lugar de nacimiento
Fecha de nacimiento
Ana de los Ángeles (Beata)
Arequipa (Perú)
26.VII.1602
Francisco Solano
Montilla (España)
10.III.1549
Martín de Porres
Lima (Perú)
1579
Rosa de Lima
Lima (Perú)
30.IV.1586
Toribio de Mogrovejo
Mayorga (España)
1538
E. VOCABULARIO BÁSICO
Dirección espiritual
Santidad
Veneración
Vocación
77
Adviento: Comprende las cuatro
semanas que preceden al 25 de
diciembre. Durante este tiempo se
mira a Cristo ―que viene‖ en dos
sentidos: a) en la venida histórica,
acaecida hace dos mil años; se
revive la esperanza de Israel. b) En
su venida escatológica, la que
sucederá al final de los tiempos; es
nuestra esperanza actual.
establecida por Jesucristo (cf
22, 20).
Lc
Año litúrgico: Es la ordenación que
la Iglesia hace del tiempo a lo largo
del año para celebrar los misterios
del Señor. Comienza con el primer
domingo de Adviento, cuatro
semanas antes de Navidad. Está
dividido en tiempos litúrgicos que
son: Adviento, Navidad y epifanía,
Cuaresma, Tiempo de Pascua y
Tiempo Ordinario.
Afinidad:
Relación
familiar
no
proveniente de consanguinidad,
sino de parentesco producido por el
matrimonio de un consanguíneo.
Ejemplos: Suegro con yerno o
nuera, cuñados.
Apóstol:
De una palabra griega
apostolos que significa ―enviado‖.
Designa en primer lugar los
hombres elegidos por Cristo, en
número de doce, y enviados por Él
a predicar el Evangelio; en segundo
lugar, los obispos, sucesores de los
―apóstoles‖, y todos los que en la
Iglesia son enviados a predicar el
Evangelio de Cristo.
Agnosticismo: Doctrina que afirma
que nada se puede saber sobre
Dios, y que abarca el indiferentismo
y el ateísmo práctico.
Alianza: es un pacto de amistad
realizado entre Dios e Israel. La
Alianza está descrita según el
esquema de las alianzas que se
realizaban entre los diversos
pueblos. Por medio de esta Alianza,
en la cual la iniciativa es totalmente
de Yahvé, Dios se promete su
presencia e Israel se convierte en
«propiedad personal» del Señor y
su representante ante todos los
pueblos, todo ello a condición de
«escuchar su voz» y «guardar su
alianza», cosa que muchas veces
no hace. Esta primera alianza es
reemplazada por la Nueva Alianza
Apostolado: Es la actividad que
realiza el cristiano cuando da
testimonio de su fe y difunde el
mensaje del Evangelio entre otras
personas.
Acción Católica: Asociación católica
recomendada por el Concilio
Vaticano II. Este concilio la definió
como la ―cooperación de los
seglares
en
el
apostolado
jerárquico‖ (AA. 20).
Ascesis: Ascesis es palabra clásica en
el lenguaje espiritual. Es de origen
griego,
y
significa
esfuerzo
78
metódico para conseguir algo.
Ambas cosas, esfuerzo y método,
son constitutivos de la ascesis.
Otras palabras afines son: lucha,
combate, disciplina, mortificación.
No son idénticas, pero pertenecen a
la misma dimensión cristiana.
fe, esperanza y caridad. Tomando
como base su declaración de
voluntad, son admitidos mediante
ceremonias
litúrgicas
al
catecumenado, durante el cual se
inician en la vida cristiana,
participan en la liturgia y colaboran
en los distintos apostolados, hasta
que con la recepción del Bautismo
adquieren la condición de fieles,
incorporándose
plena
y
permanentemente al Pueblo de
Dios.
Bula: Documento de la máxima
importancia firmado por el Papa
referente a un asunto especifico,
que es enviado sellado a una
persona o un grupo en Particular.
Lleva una especie de medalla de
plomo sobre el cual se imprime el
sello pontificio. El nombre bula
procede del latín bulla, término que
hace referencia a cualquier objeto
redondo artificial
Conciencia: Es el juicio que cada cual
realiza sobre la bondad o malicia de
sus propias actitudes y acciones. Es
recta, si el juicio es adecuado;
escrupulosa, si está deformada por
excesivo sentido de culpabilidad;
laxa, si su juicio es excesivamente
tolerante.
Carácter
sacramental:
Marca
espiritual, indeleble, impresa en el
alma por ciertos sacramentos, y
que comunica ciertos poderes
relativos al culto cristiano. Se
distinguen tres caracteres: del
bautismo, de la confirmación y del
orden.
Concilio: Reunión o asamblea de
obispos. Si es convocado por el
Papa para todos los obispos de la
Iglesia,
se
llama
concilio
ecuménico. Es nacional o regional si
lo integran obispos de una nación o
región. Se han realizado hasta la
fecha 21 concilios ecuménicos: 1. I
De
Nicea,
325;
2.
I
De
Constantinopla, 381; 3. De Éfeso,
431; 4. De Calcedonia, 451; 5. II
De Constantinopla, 553; 6. III De
Constantinopla, 680-681; 7. II De
Nicea,
787;
8.
IV
De
Constantinopla, 869-970; 9. I De
Letrán, 1123; 10. II De Letrán,
1139; 11. III De Letrán, 1179; 12.
IV De Letrán, 1215. 13. I De Lyon,
Catecismo:
Texto de doctrina
cristiana,
de
estructura
generalmente sintética, que sirve
como apoyo y complemento de la
catequesis.
Catecúmeno: Los catecúmenos son
aquellas personas, no bautizadas,
que
por
expresa
voluntad
manifiestan
su
deseo
de
incorporarse a la Iglesia, quedando
por ello vinculadas a la misma y
viviendo con frecuencia una vida de
79
1245; 14. II De Lyon, 1274; 15. De
Vienne, 1311; 16. De Constanza,
1414-1418; 17. De Ferrara –
Florencia, 1438-1442; 18. V De
Letrán, 1512-1517; 19. De Trento,
1545-1563; 20. Vaticano I, 18691870; 21. Vaticano II, 1962-1965.
la llamada misa crismal el Jueves
Santo. Se emplea en el Bautismo,
en la Confirmación y en otras
ocasiones.
Decálogo: Los Diez Mandamientos
que, según el Antiguo Testamento,
Dios dio en el monte Sinaí y que
venían a ser las leyes supremas de
la vida religioso-moral. Los Diez
mandamientos son ex-presión de la
ley moral natural (cf Ley) y obligan
al individuo lo mismo que a los
pueblos.
Concupiscencia: 1) tendencia o
apetito de bienes terrenos. 2)
Tendencia o apetito desordenado
de los placeres carnales.
Conversión: 1) Teología: En el
sentido activo, acción de convertir o
de llevar a la fe a los incrédulos; en
el sentido pasivo, estado del que se
convierte.
2)
Conversión
del
pecador creyente: Retorno a la
amistad con Dios. 3) Teología del
estado religioso: Acto del que
abandona el mundo y entra en
religión. En un sentido muy
restringido designa el estado de los
profesos que no son ni monjes ni
clérigos (―conversos‖ o legos).
Diácono: Es el grado inferior de la
jerarquía de la Iglesia, a la que se
incorporan por la imposición de las
manos,
y
que
reciben
no
propiamente
en
ordena
al
sacerdocio, sino al ministerio o
servicio. Son oficios propios de los
diáconos: presidir la celebración del
bautismo, distribuir la Eucaristía,
presidir
el
sacramento
del
matrimonio y bendecir a los
esposos en el nombre del Iglesia,
llevar el viático a los moribundos,
leer la Sagrada Escritura a los
fieles, instruir en la fe al pueblo,
etc.
Comunión: Acción de recibir a Cristo
en la Eucaristía. En san Pablo y en
la primitiva Iglesia significaba la
unión fraterna que lleva a la
comunión de los propios bienes.
Dirección espiritual: La dirección
espiritual es la asistencia o ayuda
positiva que una persona recibe de
otra
que está especialmente
calificada,
por
educación,
experiencia y santidad personal,
para discernir la voluntad de Dios y
la práctica de
las
virtudes
Cristianas. La dirección tiene como
criterio la verdad revelada por Dios
Comunión de los Santos: La
comunión de vida y bienes
espirituales que se da entre todos
los hijos de Dios, estén en el Cielo,
en el purgatorio, o en este mundo.
Es una de las verdades básicas
confesadas en el credo.
Crisma:
Aceite
mezclado
con
bálsamo, que el obispo consagra en
80
a la Iglesia Católica. El proceso de
dirección busca la aplicación de
esta verdad a la vida personal
contando siempre con la asistencia
del Espíritu Santo, quién es el
principal director de las almas.
Iglesia. Mediante la Evangelización,
la Iglesia anuncia al mundo y da
testimonio del Evangelio del Reino
de Dios, movida por el Espíritu
Santo; educa en la fe a los
creyentes y los impulsa a la
santidad y al apostolado; celebra
en los sacramentos la presencia
vivificante de Jesucristo y del
Espíritu Santo; y empapa y
transforma con su fuerza todo el
orden temporal.
Dogma: Afirmación doctrinal precisa
que la Iglesia ha definido de forma
solemne.
Su
aceptación
es
obligatoria para todos los miembros
de la Iglesia. Quien la rechaza, cae
en herejía y está fuera de la Iglesia.
Las controversias sobre puntos
doctrinales
importantes
son
generalmente las que llevan a
establecer una verdad como
dogma.
Exégesis: Del griego, ―explicación,
interpretación‖. Ciencia que estudia
el sentido de un texto. Cuando se
trata de los libros bíblicos esta
supone un trabajo laborioso y
multidireccional: establecer el texto
original con la mayor precisión
posible (crítica textual), determinar
el
género
literario;
intentar
descubrir los problemas de la
historia de la redacción, atender a
la filología y las peculiaridades
expresivas de la lengua (crítica
literaria), conocer el ambiente y
tendencias de la época (crítica
histórica),
en
particular
la
mentalidad
religiosa
(crítica
teológica), etc.
Ecumenismo:
El
ecumenismo
designa los esfuerzos de las iglesias
cristianas por restaurar la unidad
perdida, tanto en el nivel doctrinal
como en la praxis eclesial.
Espíritu Santo: Tercera persona de
la Santísima Trinidad. El Espíritu
Santo está presente a lo largo de
la vida de Cristo y en los inicios de
la Iglesia, como lo atestigua la
Sagrada Escritura. Está presente de
modo especial en la Iglesia,
ayudándola a que continúe la obra
de Cristo en el mundo. Finalmente,
es llamado ―el Gran Desconocido‖,
debido a que, comparándolo con el
Padre y el Hijo, sabemos muy poco
de Él.
Génesis: Nombre del primer libro del
AT. Génesis significa origen. De
hecho, el libro trata de los orígenes
del universo y de la Tierra, del
hombre y de la mujer, del pecado,
de la cultura, de los diversos
pueblos, del pueblo israelita. Pero
no está interesado en explicar cómo
surgió todo esto; y sí profundiza, a
Evangelización: Se entiende por
evangelización el proceso total que
define la identidad y la misión de la
81
la luz de la fe, la naturaleza y el
sentido de la vida y de la historia de
todo lo que existe.
celebración
del
matrimonio,
haciendo que éste sea nulo.
Inteligencia:
Etimológicamente
procede de intelligere, lo mismo
que entendimiento (intellectus), y
por eso en el lenguaje usual, y
muchas veces también en el
filosófico,
se
toman
como
sinónimos. Pero puede tener otras
acepciones.
El
nombre
de
inteligencia es utilizado por la
filosofía clásica para designar la
sustancia puramente espiritual (la
que en Teología se llama ángel). Y
dentro de los dominios de lo
humano puede significar, ya el
hábito de los primeros principios
especulativos (como la sindéresis lo
es de los primeros principios
prácticos), ya cierta función del
entendimiento
contrapuesta
al
discurso, es decir, el conocimiento
intelectual de lo que de suyo es
evidente. Por último, cabe la
acepción en que la toma la
moderna Psicología experimental,
cuando habla de medidas de la
inteligencia y descubre, incluso,
comportamientos inteligentes en
algunos animales.
Gracia: Don divino, sobrenatural e
interno que, en virtud de los
méritos de Cristo. Dios concede a
los hombres para salvación de sus
almas.
La
teología
católica
distingue: 1) Gracia actual: Ayuda
de Dios o concurso divino,
necesario para que pueda haber
una acción salvífica. Uno de los
misterios de la religión consiste en
explicar cómo la gracia coopera con
la libre voluntad del hombre. La
desigualdad de la gracia depende
del libérrimo amor de Dios y de la
diferente disposición y cooperación
de los individuos. Dios quiere, no
obstante, que todos los hombres se
salven y a cada cual otorga la
gracia suficiente para ello. 2) Gracia
santificante: Hace al hombre hijo de
Dios; se pierde con cualquier
pecado mortal, y se recupera con la
contrición y el sacramento de la
penitencia; hace meritorias para el
cielo las obras buenas.
Hagiógrafo: En griego, ―escritores
sagrados‖. Se aplica a los autores
de los libros de la Biblia.
Laico: Del griego laos = pueblo. En la
Iglesia se designa a los cristianos
que realizan su misión en las tareas
ordinarias
del
mundo:
vida
matrimonial,
política,
artística,
científica, en contraposición a las
tareas específicas del clero.
Hiperdulía: (de "hiper-" y el gr.
"douleía", servidumbre). Es el culto
que se le da a la Santísima Virgen.
Significa mayor veneración.
Impedimento: Obstáculo. Estorbo
para una cosa. Circunstancia que
constituye un obstáculo a la
Ley: Regla o precepto dictados por
una suprema autoridad. La ley
82
divina es dictada por Dios mediante
sacramentales (Ritual, Pontifical).
En cuanto a la forma y a los textos
usados se han de distinguir
principalmente la liturgia occidental
y la liturgia oriental, con sus
distintos ritos (galicano, mozárabe,
ambrosiano, romano, etc.).
una revelación: la ley de Moisés en
el Antiguo Testamento sustituida
por la nueva ley de Jesucristo. La
ley natural es puesta por Dios en
nuestra naturaleza y se contra-pone
a las leyes positivas emanadas de
los hombres (cf Derecho). Esta ley
natural, en cuanto que constituye
una norma de acción, es la ley
moral, inherente a la conciencia del
hombre y previa a toda legislación
positiva,
que
se
reduce
esencialmente a los preceptos del
Decálogo
(cf
Decálogo).
La
universalidad de la ley natural se
manifiesta por la unidad de la
conciencia moral de la humanidad,
no obstante las discrepancias que
se dan a lo largo de la historia en el
modo de acomodar los hombres a
ella sus acciones.
Magisterio: Es el que tiene ―el oficio
de interpretar auténticamente la
palabra de Dios‖ (cf DV 10). El
Magisterio no es, por tanto, una
fuente de revelación añadida a la
Sagrada Escritura o a la Sagrada
Tradición, sino interpretativa de su
sentido auténtico, por ello, no está
por encima de la Palabra de Dios,
sino a su servicio. Tipos. Se
distinguen Magisterio ordinario, que
es el ejercido en la vida normal y
ordinaria de la Iglesia, y Magisterio
extraordinario, que es el ejercido en
circunstancias
particularmente
destacadas, como un concilio o una
definición dogmática.
Licitud: (Del lat. licitus) s. f. Cualidad
de lo que está permitido por la ley o
por la moral: lícito: adj. Justo,
permitido, según justicia y razón.
Misericordia:
Del
latín
miser
(miserable, desdichado), cor, cordis
(corazón) y el sufijo ia. Es la
disposición a compadecerse de los
trabajos y miserias ajenas.
Limosna: Dádiva generosa y gratuita
para colaborar en el sostenimiento
de quien nada tiene. De alguna
forma es un acto de justicia y
redistribución de la riqueza. Ha de
realizarse
con
humildad
y
comedimiento.
Moral: Ciencia que trata de los actos
humanos y juzga de su bondad y
malicia. 1) La moral natural: parte
de los principios generales de la
conducta del hombre respecto de sí
mismo y de los demás (cf
Conciencia). Se funda en el
conocimiento natural de Dios y
presupone el libre albedrío (cf Libre
albedrío). 2) La moral cristiana:
Liturgia: Culto divino prescrito o
autorizado por la Iglesia. La liturgia
católica consiste en el sacrificio de
la misa (Misal), rezo de las horas
canónicas
(Breviario)
y
administración de sacramentos y
83
Está por encima de la moral
natural, al señalar a Dios, revelado
en Cristo, como finalidad del obrar
humano. 3) la moral autónoma:
pretende hacer del hombre su
propio legislador.
algunas piedras usadas en el culto
recibían una unción: así quedaban
reservadas para Dios.
Padrino: El cristiano que asiste al
catecúmeno en su formación, lo
presenta al bautismo y lo acompaña
en su vida cristiana. Si se trata de
un niño a quien se va a bautizar, no
cabe el catecumenado; en este
caso acompaña a los padres y
asume con ellos la responsabilidad
de la futura formación del niño
bautizado (cf CIC can. 872 - 874).
También se prevé que haya un
padrino en la confirmación; se
aconseja que sea el mismo del
bautismo (cf CIC can. 892 - 893)
Mortificación: Penitencia o privación
voluntaria que una persona se
impone para unirse a la muerte de
Cristo y luchar contra el pecado. El
camino de la perfección pasa por la
Cruz.
Navidad - Epifanía: Tiempo litúrgico
que va del 24 de diciembre hasta la
semana que sigue a la fiesta de la
Epifanía. Celebra la presencia del
Verbo
encarnado
y
su
manifestación o Epifanía.
Papa: Esta palabra está formada del
griego y significa padre. Es el
sucesor del apóstol San Pedro como
obispo de Roma y representante de
Cristo en la tierra. También se le
llama Romano Pontífice y Santo
Padre.
Obispo: De una palabra griega que
significa ―vigilante‖; sucesor de los
Apóstoles y encargado de la
―vigilancia‖ general de una Iglesia
local. Reciben y poseen la plenitud
del sacramento del orden. La
Iglesia está gobernada por los
obispos, todos iguales entre sí y
presididos por el Obispo de Roma
(el Papa).
Parusía:
Etimológicamente,
presencia, venida, llegada. En el
lenguaje neotestamentario y en
teología, retorno glorioso de Cristo
al fin de los tiempos.
Óleo: Era muy usado como alimento,
remedio para las heridas, algo que
fortalece (a través de unciones y
masajes), fuente de luz y de calor.
De ahí su valor simbólico:
representa la fuerza, la santidad y
la alegría que Dios da a su ungido.
En la ceremonia de consagración
del rey o del sumo sacerdote, estos
eran ungidos con óleo; hasta
Pecado: Transgresión consciente y
voluntaria de una ley divina, por
acción y omisión.
Pecado mortal: El pecado mortal es
transgresión consciente y voluntaria
en cosas graves que destruye la
relación con Dios en el orden
sobrenatural y es causa de muerte
eterna.
84
Pecado venial El pecado venial es
transgresión cometida en cosas
leves o en cosa grave, pero sin
plena conciencia y voluntad; causa
una pena temporal.
razón última de la propia existencia,
la conciencia de estar relacionando
con el origen y sostén de todo: con
Dios. Al hablar de religión, nos
referimos más concretamente a las
expresiones o manifestaciones del
sentido religioso que a la simple
convicción de verdades.
Penitencia: 1) Dolor o pena por los
pecados cometidos con propósito
de satisfacción y enmienda. 2) Pena
o satisfacción que impone el
confesor al penitente. Sacramento
de la penitencia.
Resurrección: Acción de volver a la
vida. La resurrección de Cristo es
el dato central de la predicación
apostólica, fundamento de la fe
cristiana. Sin ella, todo habría
acabado en el calvario. Los
apóstoles y discípulos insisten en
señalar este hecho tanto en
contextos narrativos como en
proclamaciones de fe. En ella se
presenta la resurrección como
glorificación o exaltación de Jesús,
como la acción por la que el Padre
lo constituye Cristo y Señor, causa
y principio de nuestra propia
glorificación.
Pentecostés: Término griego que
significa el número 50. Señala la
fiesta de la venida del Espíritu
Santo, ocurrida a los 50 días de la
resurrección de Jesús
Peregrino: el que realiza una
pereginación, es decir, el que hace
un viaje a un lugar de especial
significado religioso.
Pobreza: En sentido económico,
pobre es el que carece de bienes
materiales. En sentido religioso,
pobre es el hombre desprendido de
esos bienes, que vive confiando en
el Señor.
Revelación: Manifestación que hace
Dios a los hombres de sí mismo y
de su plan de salvación. ―La
revelación se realiza por obras y por
palabra intrínsecamente unidas‖
(DV n. 2). El culmen de la
revelación es Cristo.
Presbítero: De una palabra griega
que significa ―más anciano‖. El que
preside con el obispo, pero en
segundo lugar, la asamblea de los
cristianos y que está encargado
oficialmente de guardar y de
comunicar el depósito viviente de la
fe y de los sacramentos de la fe.
Rito: Ceremonia en la que se realiza
según unas pautas y un orden
preestablecidos. Por su desarrollo,
asume una serie de signos/símbolos
que son como unidades menores
dentro de un rito. Generalmente se
emplea en referencia a ritos
religiosos. Unas veces significa toda
Religión: De re-ligare, religar, unir.
Es la actitud del hombre ante las
realidades trascendentes, ante la
85
la ceremonia; otras, un conjunto
dentro de ella; a veces se da el
nombre a un simple signo.
epístola
católica
(universal),
queriendo explicar a los cristianos
de entonces la sabiduría del
discernimiento cristiano frente a las
contingencias.
Después
de
Pentecostés aparece como el jefe
de la comunidad de Jerusalén y
reconocido como el responsable de
todas las comunidades cristianas
con mayoría de judíos que se
formaron en Palestina, Siria y Cilicia
(Hch 15, 13-29).
Sacerdocio
común:
Es
la
participación
de
todos
los
bautizados en el sacerdocio único
de Cristo. El sacerdocio común lo
ejercen, pues, todos aquellos que,
en el Espíritu, permanecen unidos a
Cristo y viven como hijos de Dios.
También es llamado sacerdocio
bautismal.
Santidad: Es como el atributo
esencial de Dios. La santidad del
hombre consiste ante todo en la
posesión de la gracia de Dios que lo
transforma en su interior haciéndole
participar de la santidad y el ser de
Dios.
Sacerdocio ministerial: Es la
participación en el sacerdocio único
de Cristo propia de aquellos que
han recibido el sacramento del
orden. Aunque el sacerdocio común
de los fieles y el sacerdocio
ministerial difieren esencialmente,
se ordenan, sin embargo, el uno al
otro. Los que reciben el sacerdocio
ministerial son los obispos y
presbíteros.
Sínodo: ―Asamblea de obispos
escogidos de las distintas regiones
del mundo, que se reúnen en
ocasiones
determinadas
para
fomentar la unión estrecha entre el
romano pontífice y los obispos, y
ayudar al Papa…‖ (CIC can. 342).
Sacrificio:
Sagrada Escritura: El conjunto de
libros escritos bajo la inspiración del
Espíritu Santo.
Transustanciación:
Término
filosófico empleado en teología para
expresar el cambio que se produce
cuando, por la ―consagración‖
eucarística, las especies de pan y
vino pasan a ser el Cuerpo y la
Sangre de Cristo, El dogma definido
en el Concilio de Trento no recae
sobre la terminología filosófica,
pero el concilio indicó que esta
palabra es muy apta para
expresarlo. Explicar cómo está
Cristo presente, es un misterio de
San Marcos: Primo de Bernabé,
acompañó a Pablo en su primer
viaje apostólico, pero se volvió
desde Perge. Autor del Segundo
Evangelio.
Santiago (el menor): Hijo de Alfeo y
de María (hermana = parienta
próxima de la madre de Jesús).
Escritor de una carta en los años
50-60, considerada como la primera
86
fe que no cabe en las palabras
humanas.
enfermedad y sufrimiento. Viático
significa alimentos que se lleva para
comer durante el camino.
Unción: Acto de ungir, muy empleado
ya en la antigüedad en la vida
corriente como aseo y signo festivo,
y en los usos bíblicos con sentido
religioso:
Unción
de
altares,
piedras, tabernáculo. La Iglesia
emplea el gesto de la unción en
varios
sacramentos:
bautismo,
confirmación, orden. La unción se
hace con óleo (o sea, aceite) o con
crisma, que es óleo al que se le ha
agregado perfumes.
Vicio: Hábito de obrar mal. Es una
actitud o disposición permanente de
la cual proceden los sucesivos actos
malos que la persona va realizando.
Es la antítesis de la virtud.
Virtud: Es una actitud o disposición
permanente para obrar el bien con
facilidad o a pesar de las
dificultades. Es el hábito de obrar el
bien, adquirido con la repetición
esforzada
de
los
actos
correspondientes.
Validez: (Del lat. validus) f. Firmeza,
exactitud o legalidad: válido: adj.
Firme, subsistente y que vale o
debe valer legalmente.
Vocación: Del latín vocare = llamar.
Es la llamada de Dios al hombre
para que acepte su salvación o
realice una misión particular.
Veneración: Como culto religioso, es
la reverencia a una persona (o, en
culto relativo, a un objeto
relacionado con ella), reconociendo
en ella el efecto de la gracia de
Dios, a quien en última instancia se
dirige el culto. Se diferencia de la
adoración, que sólo se dirige a
Dios, confesándolo como Ser
Supremo.
Verbo: Segunda Persona
Santísima Trinidad.
de
Voluntad: Apetito (o inclinación, o
peso) del conocimiento intelectual,
o potencia de amor del espíritu.
Votos: Del latín votum = deseo. Son
promesas hechas a Dios de algo
que está más allá del precepto. Los
tres votos religiosos comunes –
pobreza, castidad y obediencia– son
expresión de la totalidad de la
entrega.
la
Viático: Comunión de la Sagrada
Eucaristía en los momentos de
87
Ab
Ag
Am
Ba
1Cr
2Cr
Ct
Dn
Dt
Esd
Est
Ex
Ez
Gn
Ha
Is
Jb
Jc
Jdt
Jl
Jon
Jos
Jr
Lm
Abdías
Ageo
Amós
Baruc
Libro 1 de las Crónicas
Libro 2 de las Crónicas
Cantar de los cantares
Daniel
Deuteronomio
Esdras
Ester
Éxodo
Ezequiel
Génesis
Habacuc
Isaías
Job
Jueces
Judit
Joel
Jonás
Josué
Jeremías
Libro de las Lamentaciones
Ap
Col
1 Cor
2 Cor
Ef
Flm
Flp
Ga
Hb
Apocalipsis
Carta al los Colosenses
1 Carta a los Corintios
2 Carta a los Corintios
Carta a los Efesios
Carta a Filemón
Carta a los Filipenses
Carta a los Gálatas
Carta a los Hebreos
Lv
1Mac
2 Mac
Mi
Ml
Na
Neh
Nm
Os
Prov
Qoh
(Eclesiastés)
1Re
2 Re
Rt
1Sam
2 Sam
Sal
Sb
Sir
Sof
Tb
Za
Hch
Jn
Judas
1Jn
2 Jn
3 Jn
Lc
Mc
Marcos
88
Levítico
Libro 1 de los Macabeos
Libro 2 de los Macabeos
Miqueas
Malaquías
Nahum
Nehemías
Números
Oseas
Proverbios
Libro
de
Qohélet
Libro 1 de los Reyes
Libro 2 de los Reyes
Rut
Libro 1 de Samuel
Libro 2 de Samuel
Salmos
Sabiduría
Sirácida (Eclesiástico)
Sofonías
Tobías
Zacarías
Hechos de los Apóstoles
Evangelio según S. Juan
Carta de S. Judas
1 Carta de S. Juan
2 Carta de S. Juan
3 Carta de S. Juan
Evangelio según S. Lucas
Evangelio
según
S.
Mt
Mateo
1Pe
2 Pe
Rm
St
Tt
Evangelio
según
S.
1 Carta de Pedro
2 Carta de Pedro
Carta a los Romanos
Carta de Santiago
Carta a Tito
1 Tm
1 Carta a Timoteo
2 Tm
2 Carta a Timoteo
1 Ts
1
Carta
a
Tesalonicenses
2 Ts
2
Carta
a
Tesalonicenses
los
los
LG = Lumen gentium Constitución dogmática sobre la Iglesia.
DV = Dei Verbum Constitución dogmática sobre la divina revelación.
SC = Sacrosanctum Concilium Constitución sobre la sagrada liturgia.
GS = Gaudium et spes Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual.
CD = Christus Dominus Decreto sobre el oficio pastoral de los obispos.
PO = Presbyterorum ordinis Decreto sobre el ministerio y vida de los presbíteros.
OT = Optatam totius Decreto sobre la formación sacerdotal.
PC = Perfectae caritatis Decreto sobre la adecuada renovación de la vida religiosa.
AA = Apostolicam actuositatem Decreto sobre el apostolado de los seglares.
OE = Orientalium Ecclesiarum Decreto sobre las Iglesias Orientales católicas.
AG = Ad Gentes divinitus Decreto sobre la actividad misionera de la Iglesia.
UR = Unitatis redintegratio Decreto sobre el ecumenismo.
IM = Inter mirifica Decreto sobre los medios de comunicación social.
DH = Dignitatis humanae Declaración sobre la libertad religiosa.
GE = Gravissimum educationis Declaración sobre la educación cristiana de la
juventud.
NA = Nostra aetate Declaración sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones
no cristianas.
CA = Centesimus annus Carta Encíclica en el centenario de la Rerum Novarum.
CCE = Catecismo de la Iglesia Católica.
CIC = Códex Iuiris Canonici. Código de Derecho Canónico
Comp. del CCE = Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica.
EN = Evangelii nuntiandi Exhortación Apostólica sobre la Evangelización.
89
RM = Redemptoris Missio Carta Encíclica sobre la permanente validez del mandato
misionero.
VS = Veritatis Splendor Carta Encíclica sobre algunas cuestiones fundamentales de
la enseñanza moral de la Iglesia.
Juan Luis Lorda, Para ser cristiano
San Josemaría Escriva de Balaguer, Amigos de Dios
Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica
90