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Oficina Diocesana de Educación Católica Con Licencia Eclesiástica 1 INDICE Presentación 1. Magisterio de la Iglesia y los sínodos ..................................................... 2. Documentos del Magisterio de la Iglesia ................................................. 3. Hechos de los Apóstoles ........................................................................ 4. Los orígenes del cristianismo .................................................................. 5. Primeras comunidades cristianas: su fe y su vida .................................... 6. La cristiandad medieval y su ruptura en la reforma .................................. 7. Las diversas iglesias históricas................................................................ 8. El Bautismo ........................................................................................... 9. La Confirmación .................................................................................... 10. La Eucaristía: ...................................................................................... 11. María: ejemplo de respuesta libre y responsable..................................... 12. El hombre realiza su vocación cristiana en el mundo ............................... 13. La actividad evangelizadora ................................................................... 14. Vocación al apostolado ......................................................................... 15. Vocación a la santidad .......................................................................... 2 Tema 1 A. MOTIVACIÓN El humor de Juan Pablo II Durante el Sínodo de obispos de Roma, el cardenal de Cracovia, después Juan Pablo II, propuso a varios cardenales ir a esquiar al Terminillo. —¿A esquiar? —Sí, claro. En Italia, ¿no esquían los cardenales? —Pues... francamente, no. —En Polonia, en cambio, el 40% de los cardenales esquían. —¿40%? Si en Polonia solo hay dos cardenales. —Claro, pero no me negarán que Wyszynski vale por lo menos el 60%. B. CONTENIDO DOCTRINAL El Sínodo de los Obispos es una asamblea de Obispos escogidos de las distintas regiones del mundo. Es un órgano que depende del Romano Pontífice. En cuanto institución permanente fue creada por el Papa Pablo VI el 15 Plaza de San Pedro. Ciudad del Vaticano Septiembre de 1965, en respuesta a los deseos de los Padres del Concilio Vaticano II de mantener vivo el buen espíritu nacido de la experiencia conciliar. 1. Naturaleza del sínodo de los obispos Un sínodo es, en términos generales, una asamblea de obispos convocados por el Papa y tiene como tarea ayudar al Romano Pontífice en el gobierno de la Iglesia universal dándole su consejo. Durante las asambleas sinodales el Santo Padre y los obispos tratan ordinariamente cuestiones relativas a la Iglesia universal, aunque también pueden referirse a las Iglesias particulares. Es el Sumo Pontífice quien convoca el Sínodo, elige el tema a tratar, designa a sus miembros, preside él mismo la asamblea o designa al Presidente y recibe las sugerencias presentadas por los obispos. 3 2. Asambleas del Sínodo de los Obispos e integrantes El sínodo tiene dos tipos de asambleas: asambleas generales y asambleas especiales. Las Asambleas generales del Sínodo de los Obispos tratan asuntos concernientes a toda la Iglesia; mientras que las Asambleas especiales tratan cuestiones que conciernen directamente a Iglesias y regiones determinadas. Así, por ejemplo, hubo cinco Asambleas especiales del Sínodo de los Obispos en torno al año 2000, en que el papa convocó una Asamblea especial por cada continente. A su vez las Asambleas generales pueden ser ordinarias y extraordinarias. Las Asambleas extraordinarias del Sínodo de los Obispos tratan cuestiones que exigen una resolución rápida. La diferencia entre una y otra es también la designación de los miembros de la Asamblea: en la Asamblea extraordinaria participan menos personas que en la Asamblea ordinaria, para facilitar la discusión rápida de los temas a estudiar. A los miembros de la Asamblea del Sínodo de los Obispos también se les llama Padres sinodales. El decreto de convocatoria del Sínodo determina el carácter de la Asamblea, así como el número de integrantes y forma de elección de los que proceden de las Conferencias Episcopales. La función de los Padres sinodales se refiere Sinodo de los Obispos 2008 exclusivamente a la participación en la Asamblea para la que ha sido designado. Su función cesa cuando la Asamblea queda clausurada. 3. Organización del Sínodo de los Obispos Se debe recordar que el Sínodo de los Obispos recibe su potestad del Papa. Por eso, el presidente del Sínodo de los Obispos es siempre el Romano Pontífice. Puede designar a otra persona para que lo presida. Se constituye una Secretaría General permanente. Su función es desarrollar los instrumentos de trabajo y demás documentación Papa Benedicto XVI en la apertura del Sínodo de los Obispos 4 necesaria para celebrar las Asambleas del Sínodo. Al ser de carácter permanente, su función no cesa entre una Asamblea y la siguiente; antes al contrario, su función es clave entre asambleas para mantener la actividad sinodal. Como se puede ver, el Sínodo de los Obispos se constituye como un órgano único, que se reúne en Asambleas sucesivas. No se puede hablar con precisión, por lo tanto, de los Sínodos de Obispos en plural, pues propiamente sólo existe uno, que se reúne en diversas Asambleas, ya sean generales o especiales. Para una Asamblea del Sínodo de los Obispos se pueden designar Secretarios especiales, que permanecen en su función sólo durante la Asamblea. El derecho canónico no especifica el periodo en que debe ser convocado una Asamblea del Sínodo de Obispos. En la práctica se vienen convocando cada tres años; esta práctica quedó interrumpida al final del siglo XX, con motivo de la convocatoria de las cinco Asambleas especiales por continentes que se celebraron en torno al año 2000. En 2001 se celebró una asamblea general ordinaria, sobre la misión de los Obispos, y en octubre de 2005 se celebró otra sobrela Eucaristía. 4. Desarrollo del Sínodo de los Obispos Además del decreto de convocatoria -en el que se incluye la designación de los miembros del Sínodo, tipo de Asamblea y asuntos a tratar- la Secretaría General generalmente elabora un instrumento de trabajo (instrumentum laboris) que se envía a los miembros. En él se contienen las líneas generales del trabajo que se pretende desarrollar en la Asamblea, así como las consultas que se ponen a la consideración de los Padres sinodales. La Asamblea del Sínodo de los Obispos se desarrolla en Roma, aunque nada impide que tenga lugar en otro sitio. Las Asambleas ordinarias suelen desarrollarse en sesiones diarias durante un mes aproximadamente. Las Asambleas del Sínodo de los Obispos finalizan con la clausura, que corresponde realizar al Papa. Además, queda suspendida ipso iure (por el mismo derecho), cuando una vez convocada o durante su celebración, se produce la vacante de la Sede Apostólica; y asimismo se suspende la función de los Padres sinodales hasta que el nuevo Pontífice declare disuelta la asamblea o decrete su continuación. El fruto del trabajo del Sínodo de Obispos son las actas del Sínodo, que se presentan al Santo Padre. Muchas veces del Sínodo aparecen propuestas, consultas y sugerencias. Todas ellas se contienen en las Actas que se presentan al Papa para su consideración. Hasta el momento, después de casi todas las Asambleas del Sínodo de Obispos el Papa ha promulgado una exhortación postsinodal que recoge las indicaciones que considera conveniente. Otros frutos 5 han sido sugerencias que se han puesto en marcha; entre ellas, hay algunas tan importantes como la elaboración del Catecismo de la Iglesia Católica, sugerencia que procede de los Padres sinodales de la Asamblea Extraordinaria de 1985 convocada por Juan Pablo II, con ocasión con ocasión del vigésimo aniversario de la clausura del Concilio Vaticano II. C. AUTOEVALUACIÓN 1. ¿Qué es el Sínodo de los Obispos y de quién depende? 2. ¿Cuál es el origen y naturaleza del Sínodo de los Obispos? 3. ¿Qué asuntos tratan en las asambleas generales y en las especiales del Sínodo? 4. ¿Cómo está organizado el Sínodo de los Obispos? 5. ¿Cuáles son los frutos del trabajo del Sínodo de los Obispos? D. ACTIVIDADES SUGERIDAS Averigua, ¿cuántos Sínodos se han realizado desde 1967 hasta la fecha? Averigua, ¿cuál será el tema que se tocará en el Sínodo de este año? Indaga durante qué Papa se realizó el sínodo sobre los laicos y cuál se trató sobre la Eucaristía. E. VOCABULARIO BÁSICO Papa Pablo VI Concilio Vaticano II Sede Apostólica Exhortación postsinodal 6 Tema 2 A. MOTIVACION «El Concilio Vaticano II ha sido un gran don para la Iglesia, para todos los que han tomado parte en él, para la entera familia humana, un don para cada uno de nosotros» (Juan Pablo II, Cruzando el umbral de la Esperanza, pregunta 24). B. CONTENIDO DOCTRINAL Se llama Magisterio de la Iglesia al oficio de enseñar el Evangelio y de interpretar auténticamente la Revelación. Este oficio o ministerio público fue confiado por Cristo a los Apóstoles, a quienes prometió la asistencia del Espíritu Santo, y se conserva en los Pastores de la Iglesia –el Papa y los Obispos–, que son los sucesores de los Apóstoles. 1. El Concilio Vaticano II El Concilio Ecuménico Vaticano II (1962-65) tenía como propósito y deseo hacer patente la misión apostólica y pastoral de la Iglesia y conducir a todos los hombres, mediante el resplandor de la verdad del Evangelio, a la búsqueda y acogida del amor de Cristo que está sobre toda cosa (cf Ef 3,19). Bula «Humanae salutis» de Juan XXIII para la convocación del Concilio Ecuménico Vaticano II A esta Asamblea, el Papa Juan XXIII le fijó como principal tarea la de conservar y explicar mejor el depósito de la doctrina cristiana, con el fin de hacerlo más accesible a los fieles de Cristo y a todos los hombres de buena voluntad. Para esto, el Concilio no debía comenzar por condenar los errores de la época, sino, ante todo, debía dedicarse a mostrar serenamente la fuerza y la belleza de la doctrina de la fe. 7 Con la ayuda de Dios, los Padres conciliares pudieron elaborar, a lo largo de cuatro años de trabajo, un conjunto considerable de exposiciones doctrinales y de directrices pastorales ofrecidas a toda la Iglesia. 2. Criterios de renovación del Concilio Los criterios conciliares de renovación podemos concretarlos en los siguientes: a. Cristo, vértice del hombre. Colocar a Cristo en el vértice y en el origen de nuestra vida; es decir, en el centro de nuestro pensamiento y de nuestra conducta. b. Concepción comunitaria de la vida cristiana. Familiarizarse con la concepción comunitaria de la vida cristiana, incluso con la vida interior y personal de los demás: de sus problemas, inquietudes y necesidades con espíritu de justicia, lealtad, solidaridad y caridad. c. Coherencia con la fe. El cristiano debe recomponer todos los aspectos de su existencia en una unidad de vida espiritual y moral. 3. Ejes de renovación del Concilio Los criterios de renovación eclesial se verifican en el Vaticano II en torno a estos tres ejes. a. La dimensión bíblica del Concilio. El Concilio Vaticano II ha hecho que la dimensión bíblica esté patente en todos sus documentos y en la mentalidad que ha creado. b. El carácter pastoral colectivo y recíproco. El Vaticano II concibe el ministerio sacerdotal como el ejercicio de la autoridad sagrada al servicio de los hombres y movido por el amor de Cristo. De ese servicio pastoral participan todos los fieles, quienes, mediante el ejercicio del sacerdocio común, tienen el deber apostólico y misionero de llevar a Cristo a los demás. c. La dimensión ecuménica, entendida en su sentido positivo y progresivo. Se ha conseguido la convicción de que el Cristianismo es uno solo: Cristo quiere la unidad; una sola Iglesia debe expresar esa unidad; la causa religiosa tiene necesidad de la unidad. 4. Visión global de la Iglesia en el Vaticano II El Concilio Vaticano II aporta a la vida de la Iglesia un nuevo estilo, una actitud de caridad activa para llevar al mundo el mensaje de salvación. La visión global que aporta el Vaticano II sobre la Iglesia podemos sintetizarla en los siguientes puntos: a) la Iglesia como misterio; b) Pueblo de Dios; c) la colegialidad episcopal; d) importancia de la Iglesia local; e) los laicos; f) llamada universal a la Santidad; g) el ecumenismo; h) amor al mundo. 8 En la Constitución pastoral Gaudium et spes se especifica la actitud amorosa de la Iglesia para con el mundo. El católico auténtico y la misma Iglesia, deben compartir con todos sus contemporáneos los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo. Se supera, así, tanto la actitud inmovilista de repulsa al mundo, como también la actitud relativista de "convertirse" a los males existentes en el mundo. La simpatía y el amor al mundo están motivados por el afán y la misión de llevar al mundo la salvación de Cristo que se realiza en el Iglesia. Esta perspectiva nos lleva a asumir con decisión la tarea, el compromiso ante Dios y los hombres, que implica necesariamente el hecho de haber recibido el Bautismo. 5. El Código de Derecho Canónico El Código de Derecho Canónico (en latín Codex Iuris Canonici, representado como "CIC" en las citas bibliográficas) es el conjunto ordenado de las normas jurídicas que regulan la organización de la Iglesia católica de rito latino, la jerarquía de gobierno, los derechos y obligaciones de los Curso de actualización en derecho canónico 2009 fieles y el conjunto de sacramentos y sanciones que se establecen por la contravención de esas normas. Mediante la Constitución Apostólica Sacrae disciplinae leges, del 15 de enero de 1983, Juan Pablo II promulgó el Código de Derecho Canónico, que entró en vigor el 27 de novimebre de 1983. 6. El Catecismo de la Iglesia Católica En la celebración de la asamblea extraordinaria del Sínodo de los Obispos, el 25 de enero de 1985, los Padres del Sínodo expresaron el deseo de «que fuese redactado un Catecismo o compendio de toda la doctrina católica tanto sobre la fe como sobre la moral, que sería como un texto de referencia para los catecismos o compendios que se redactan en los diversos países. La presentación de la doctrina debería ser bíblica y litúrgica, exponiendo una doctrina segura y, al mismo tiempo, adaptada a la vida actual de los cristianos». 9 Este catecismo tiene por fin presentar una exposición orgánica y sintética de los contenidos esenciales y fundamentales de la doctrina católica tanto sobre la fe como sobre la moral, a la luz del Concilio Vaticano II y del conjunto de la Tradición de la Iglesia. Sus fuentes principales son la Sagrada Escritura, los Santos Padres, la Liturgia y el Magisterio de la Iglesia. Tras la renovación de la Liturgia y el nuevo Código de Derecho Canónico de la Iglesia latina y de los Cánones de las Iglesias orientales católicas, el catecismo es una contribución importantísima a la obra de renovación de la vida eclesial, deseada y promovida por el Concilio Vaticano II. 7. Encíclicas Papales Una encíclica fue originalmente una carta circular enviada a todas las iglesias de una zona en la antigua iglesia cristiana. En ese momento, la palabra podía ser usada para una carta enviada por cualquier obispo a sus fieles. La palabra proviene del latín Encyclia y del griego ἐκκύκλιος ("egkyklios") que significa "envolver en círculo", que es también el origen de la palabra "enciclopedia". La Iglesia Católica Romana en general, sólo utiliza este término para las encíclicas papales, pero la Iglesia Ortodoxa Oriental y de la Comunión Anglicana mantiene el uso antiguo. Papa Benedicto XVI pintura de Cappuccio Con este nombre se denominan así, a partir de Benedicto XIV (1740-1758), las cartas circulares del Papa impresas y dirigidas a todo el episcopado de la Iglesia o a una parte del mismo, como también, a través de los obispos, a los fieles y, ocasionalmente, a todos los hombres de buena voluntad. El objeto de las Encíclicas es exponer la doctrina de la Iglesia en algunos puntos concretos, de acuerdo con las exigencias de los tiempos, o poner sobre aviso acerca de los peligros, que corre la fe con la divulgación de determinados errores. Sirven además para exhortar a los católicos a la defensa y fidelidad a la verdad. Proponen nuevas normas de conducta conforme a las nuevas circunstancias de vida o de la sociedad. Recuerdan algunas doctrinas siempre tenidas por la Iglesia o enseñadas por el Magisterio en otras ocasiones, o en los mismos concilios ecuménicos. 10 Las encíclicas obligan siempre a una aceptación obediente, si bien existen distintos grados de exigencia, de acuerdo con el contenido o al grado de autoridad conferido. Cuando una sentencia papal publicada en una encíclica dirime alguna cuestión controvertida, su contenido deja de estar a disposición del libre debate de los teólogos. C. AUTOEVALUACIÓN 1. ¿En qué fechas se llevó a cabo el Concilio Vaticano II? ¿Quién lo convocó y quiénes lo llevaron a cabo? 2. ¿Qué criterios de renovación siguió el Vaticano II? 3. ¿Cómo se puede sintetizar el aporte del Vaticano II? 4. ¿Por qué se ha redactado el nuevo Catecismo de la Iglesia Católica? 5. ¿Qué es el Código de Derecho Canónico? 6. ¿Qué es una encíclica? D. ACTIVICADES SUGERIDAS 1. Averiguar cuáles fueron los principales mensajes del Papa Juan Pablo II en sus dos visitas al Perú. 2. Repasar la lista de los documentos del Vaticano II que figuran en las páginas finales de este texto. E. VOCABULARIO BÁSICO Papa Juan XXIII Gaudium et spes Concilio Encíclica 11 Tema 3 A. MOTIVACIÓN Los Hechos de los apóstoles nos presenta el modelo de vivencia cristiana; es decir, ahí encontramos cómo debemos vivir nosotros, cristianos del siglo XXI y de todos los siglos: unidos en el amor a Cristo, junto a nuestros pastores (Papa, obispos y sacerdotes), a quienes obedecemos y con quienes trabajamos codo a codo en la construcción de la Iglesia de Cristo, y alimentados en los sacramentos, especialmente en la Eucaristía. B. CONTENIDO DOCTRINAL 1. Autor, fecha y destinatario El autor es Lucas o uno de sus discípulos. En su evangelio, Lucas narró el tiempo de Jesús y en los Hechos narra el tiempo de la Iglesia primitiva. El mensaje de los Hechos tiene como destinatario a la Iglesia en la que se han apagado los primeros ímpetus y ha comenzado a aparecer la desidia y la apatía; Predicación de Pedro una Iglesia nacida de la misión de Pablo, llamada a llevar el mensaje de Jesús a todo el imperio romano. 2. Características literarias a. Se sirvió de varias fuentes: el evangelio de Marcos, la famosa ―Fuente Q‖, los ―archivos‖ orales y escritos de varias comunidades, los recuerdos vivos de los apóstoles, los recuerdos personales sobre Pablo. Reelaboró este material y dio a su escrito una forma unitaria. b. Ha sido escrito con gusto y refleja una habilidad comparable a la de otros escritos de la época helenista. c. Son relatos narrativos con una intencionalidad ejemplar, es decir, provoca en el lector el deseo de vivir aquellas mismas experiencias. 12 d. Los discursos insertados a lo largo de los relatos se centran en lo esencial: la muerte y resurrección de Jesucristo, como fuente de salvación de todos los hombres. e. Hay también sumarios que son breves resúmenes de la vida comunitaria, que van marcando las transiciones y ofrecen al lector una pausa de reflexión para que se detenga y comprenda el sentido de lo que se cuenta en el libro. f. Hasta la invención de la imprenta, el libro de los Hechos se transmitió, como el resto del Nuevo Testamento, en manuscritos. 3. División y contenido temático a. Introducción (1, 1-11), que une el libro del evangelio con el de los Hechos de los apóstoles. b. La Iglesia de Jerusalén (1, 12-8,3): la comunidad apostólica y la comunidad de Jerusalén. c. La expansión de la Iglesia en Asia Menor (8, 4-14, 28): en Samaria, conversión de Pablo, Pedro en Cesarea, fuera de Palestina (Antioquía), liberación de Pedro, primer viaje misionero de Pablo a Chipre y Asia menor. d. Asamblea en Jerusalén (15, 1-35). e. Expansión al mundo griego (15, 36-21, 14): segundo viaje de Pablo en Grecia y tercer viaje de Pablo en Asia Menor. f. De Jerusalén a Roma (21, 15-28, 29): Pablo en Jerusalén, en Cesarea y hacia Roma. 4. Contenido teológico y espiritual Fin del libro: describir la vida de la Iglesia primitiva y cómo el Cristianismo surgió del seno judío y se transformó en religión universal, no sin dificultades, desgarres y controversias, sobre todo al ir entrando a esa primera comunidad los paganos, es decir, los no-judíos, ya sea griegos o romanos. Claves: Lucas escoge el material histórico que más le interesa para sus fines teológicos, es decir, para su mensaje espiritual. San Pedro y San Pablo 13 Contenido: a. El fundamento de la comunidad cristiana es el Kerigma , es decir, el anuncio del acontecimiento pascual, que se resume así: Jesús padeció, murió y resucitó para salvarnos. La persona de Jesús viene avalada por el testimonio de los testigos oculares. Todo esto era el plan de Dios, y ya estaba anunciado por los profetas. Jesús pide fe, aceptación de su mensaje y conversión del corazón. b. El Espíritu Santo, el gran protagonista: más que Pedro y Pablo, el Espíritu Santo es el protagonista en todas las decisiones de la Iglesia. El Espíritu Santo es quien convierte a los apóstoles en ―testigos‖ e intrépidos misioneros de Jesús, en Pentecostés. El Espíritu Santo es la fuerza que lanza a la Iglesia naciente. Este Espíritu es el mismo Espíritu de Jesús, que se perpetúa en la Iglesia. c. La comunidad cristiana: un ideal. ¿Qué características tiene esta primera comunidad cristiana? Anuncian la enseñanza de los apóstoles o kerigma, acompañada por milagros. Viven en comunión fraterna y en caridad. Se alimentan de la oración y de la fracción del pan o eucaristía. Reparten sus bienes con los necesitados. d. Características de la Iglesia: Iglesia misionera y universal: se proyecta, bajo el impulso del Espíritu, afuera de Jerusalén y Palestina. Es una Iglesia en misión, para que todo hombre tenga la posibilidad de recibir el evangelio. El ingreso en la comunidad cristiana les convierte en hombres libres de toda religión o culto, de otros dioses e incluso de toda institución religiosa. Los conflictos que surgieron al principio con la apertura de la comunidad a todos los hombres se solucionaron con el diálogo, la oración, la comunión y la ayuda del Espíritu. 14 San Pedro Iglesia ministerial: cada uno es escogido según la llamada de Dios y las cualidades personales: diáconos, misioneros, responsables de la comunidad. Iglesia apostólica: todo servicio o ministerio tiene como centro y punto de referencia a los apóstoles. Por eso, los siete diáconos son presentados a los apóstoles, que les imponen las manos; las decisiones del Concilio de Jerusalén son avaladas y rubricadas por Pedro y Santiago; Pablo sube varias veces a Jerusalén para confrontar su fe y su predicación con Pedro. Los apóstoles son garantes de la verdad y de la unidad. Con el crecimiento de las comunidades, los apóstoles eligen a unos responsables que tienen como misión: admitir en la comunidad, vigilar la transmisión del mensaje, enseñar, tomar decisiones en momentos importantes, distribuir las funciones en la comunidad y dispensar los sacramentos, especialmente el bautismo y la fracción del pan. Iglesia probada y perseguida: desde el inicio es una Iglesia perseguida, pero sigue valiente, confiada en la fuerza del Espíritu. Perseguida por los mismos judíos observantes de la ley mosaica, porque los apóstoles admiten a los paganos, dispensándoles de la circuncisión y de la ley mosaica, pues sólo les bastaba la fe en Jesucristo. Y perseguida por los romanos paganos, que veían en el tenor de vida de los primeros cristianos un atentado y una fuerte llamada de atención a la vida de lujo, vanidades y placeres desenfrenados que llevaban los paganos. C. AUTOEVALUACIÓN 1. ¿Quién es el autor de los Hechos de los Apóstoles? 2. ¿Qué características literarias tiene el libro de los Hechos? 3. ¿Cuál es la división y contenido temático del libro de los Hechos? 4. ¿Qué características tiene la primera comunidad cristiana? 5. ¿Qué características tiene la Iglesia? D. ACTIVIDADES SUGERIDAS Lee y analiza con tus compañeros los pasajes bíblicos sugeridos en el tema. Haz un cuadro comparativo de las primeras comunidades cristianas y la Iglesia en nuestros días. E. VOCABULARIO BÁSICO Sumarios Pentecostés Kerigma Palestina 15 Diáconos Paganos Tema 4 A. MOTIVACIÓN Al inicio de una alocución, el Pontífice Benedicto XVI precisó que si bien "estamos acostumbrados a pensar que el cristianismo es una religión europea que después exportó la cultura europea a otros países, la realidad es mucho más compleja". En otro momento refería: "No solamente la raíz de la religión cristiana se encuentra en Jerusalén, en el Antiguo Testamento y en el mundo semítico y se nutre siempre de esta raíz, sino que también la expansión del cristianismo en los primeros siglos se dirigió a Occidente, al mundo grecolatino, formando el cristianismo grecolatino que creó más tarde la cultura europea". B. CONTENIDO DOCTRINAL El Cristianismo es la religión fundada por Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre. Los cristianos discípulos de Cristo- se incorporan por el bautismo a la comunidad visible de salvación, que recibe el nombre de Iglesia. 1. Entendemos por Cristianismo la religión fundada por Jesucristo, el Hijo de Dios hecho hombre.. La persona y las enseñanzas de Jesús son las bases sobre las que se asienta la religión cristiana. Los cristianos consideran a Jesucristo su Redentor y su Maestro: le reconocen como su Dios y Señor y se adhieren a su doctrina. Jesucristo HIjo de Dios hecho Hombre 2. En una hora precisa del tiempo y en lugar determinado de la tierra, el Hijo de Dios se hizo hombre e irrumpió en la historia humana. El lugar de nacimiento de Jesús fue Belén de Judá; la hora, cuando reinaba en Judea Herodes el Grande y Quirino era gobernador 16 de Siria, bajo la autoridad suprema del emperador de Roma, César Augusto (cf Mt 11, 1; Lc 11, 1-2). La vida de Cristo entre los hombres se prolongó hasta otro momento de la historia, bien preciso también: la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo tuvieron lugar en Jerusalén, a partir del día 14 del mes de Nisán del año 30 de la Era cristiana. Caifás desempeñaba el cargo de Sumo Sacerdote, gobernaba Judea el «procurador» Poncio Pilato y reinaba en Roma el emperador Tiberió. 3. Jesucristo se presentó a sí mismo como el Cristo, el Mesías anunciado por los Profetas y esperado ansiosamente por el Pueblo de Israel. En Cesarea de Filipo, ante la diversidad de opiniones que corrían sobre su persona, el Señor preguntó a los Apóstoles: «y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» La respuesta de Pedro fue rotunda: «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo.» Jesús no sólo no enmendó en un ápice estas palabras, sino que las confirmó de modo inequívoco: «No te han revelado eso ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los Cielos» (cf Mt XVI, 13-17). En la noche de la Pasión, ante los príncipes de los sacerdotes y todo el Sanedrín, Jesús declararía abiertamente que era el Hijo de Dios, el Mesías. A la solemne pregunta del Sumo Interior de la Basilica San Juan de Letran Sacerdote, la suprema autoridad religiosa de Israel: « ¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios bendito?», Jesús respondió: «Yo soy» (McXIY; 61-62). 4. ―Vino a lo ss uyo y los suyos no le recibieron‖ (Jn 1, 10). Estas palabras del capítulo primero del Evangelio de San Juan anuncian el drama del rechazo del Salvador por parte del Pueblo elegido. Dominaba en éste por aquel tiempo una concepción político-nacional acerca del esperado Mesías, al que se consideraba como un caudillo terrenal que habría de libertar la nación del yugo de los opresores romanos y restaurar en todo su esplendor el Reino de Israel. Jesús no respondía a esta imagen, porque su Reino no era de este mundo (cf Jn XVIII, 36). 17 Por eso no fue reconocido, sino rechazado por los jefes del pueblo y condenado a morir en la Cruz. 5. Los milagros obrados por Jesús durante los años de su vida pública constituyen el refrendo de su Mesianidad y confirmaron la doctrina que anunciaba. Esas razones, unidas a la personalidad incomparable del Señor, motivaron decisivamente la adhesión de sus discípulos, y en primer término de los doce Apóstoles. Una adhesión todavía defectuosa al principio, por parte de hombres que compartían muchos de los prejuicios de sus contemporáneos; unos hombres cuya mentalidad les hacía difícil comprender la verdadera naturaleza de la misión redentora de Jesús, lo que explica el tremendo desconcierto que les causó la Pasión y Muerte de su Maestro. 6. La Resurrección de Jesucristo es el dogma central del Cristianismo y constituye la prueba decisiva de la verdad de su doctrina. «Si Cristo no resucitó --escribió San Pablo--, vana es nuestra predicación y vana es su fe» (1 Cor 15, 14). La realidad de la Resurrección -tan lejos de las expectativas de los Apóstoles y los discípulos-- se les impuso a éstos con el argumento irrebatible de la evidencia: Placa Paleocristiana de Marciano «pero Cristo ha resucitado como primicias con simbología cristiana de los que duermen » (1 Cor 15, 20; cf Lc 24; 27-44; Jn 20, 24-28). Desde entonces los Apóstoles se presentarían a sí mismos como «testigos» de Jesucristo resucitado (cf Hch 2, 22; 3, 15), lo anunciarían por el mundo entero y resellarían su testimonio con la propia sangre. Los discípulos de Jesucristo reconocieron su divinidad, creyeron en la eficacia redentora de su Muerte y recibieron la plenitud de la Revelación, transmitida por el Maestro y recogida por la Escritura y la Tradición. 7. Pero Jesucristo no sólo fundó una religión --el Cristianismo-, sino también una Iglesia. La Iglesia --el nuevo Pueblo de Dios- fue constituida bajo la forma de una comunidad visible de salvación, a la que se incorporan los hombres por el bautismo. La Iglesia está cimentada sobre el Apóstol Pedro, a quien Cristo prometió el Primado -«y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia» (Mt 16, 18)- Y se lo confirmó y confirió después de la Resurrección: «apacienta mis corderos», «apacienta mis ovejas» (cf Jn 21, 15-17). La 18 Iglesia de Jesucristo existirá hasta el fin de los tiempos, mientras perdure el mundo y haya hombres sobre la tierra: ―y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella‖ (Mt 16, 18). La constitución de la Iglesia se consumó el día de Pentecostés, y a partir de entonces comienza propiamente su historia. C. AUTOEVALUACIÓN 1. ¿Qué se entiende por cristianismo? 2. ¿Cómo se presentó Jesús a sí mismo? 3. ¿Qué constituyen los milagros obrados por Jesucristo? 4. ¿Cuál es el dogma central del cristianismo? 5. ¿Cómo fue constituida la Iglesia, el nuevo Pueblo de Dios? 6. ¿Sobre quién se cimentó la Iglesia? 7. ¿Hasta cuando durará la Iglesia de Jesucristo? 8. ¿A partir de cuando se consumó la constitución de la Iglesia? D. ACTIVIDADES SUGERIDAS Averigua y describe cómo vivieron las primeras comunidades cristianas. Investiga ¿Qué santos martires murieron a causa del evangelio? Lee el pasaje bíblico Mt XVI, 18 y reflexiona sobre la autoridad recibida por San Pedro para gobernar la Iglesia. E. VOCABULARIO BÁSICO Siria Dogma Plenitud de la Revelación Sumo Sacerdote 19 Tema 5 A. MOTIVACION «No me servirá nada de los atractivos del mundo ni de los reinos de este siglo. Es mejor para mí morir (para unirme) a Cristo Jesús que reinar hasta los confines de la tierra. Es a El a quien busco, a quien murió por nosotros. A El quiero, al que resucitó por nosotros. Mi nacimiento se acerca...» (S. Ignacio de Antioquía, Rm 6, 1-2). «Nos hacemos más numerosos cada vez que nos cosechan: la sangre de los mártires es semilla de cristianos» (Tertuliano, Apologético, 50). B. CONTENIDO DOCTRINAL 1. Pentecostés: Principio de la Iglesia Los Apóstoles recibieron al Espíritu Santo el día de Pentecostés. Les da fortaleza y sabiduría para extender por el mundo la doctrina de Jesucristo: Fundador de la Iglesia. Los Apóstoles residen cierto tiempo en Palestina. Predican y propagan allí y en los países vecinos, las enseñanzas de Jesucristo. Algunos de ellos las escriben después y se forman los evangelios: S. Mateo, S. Marcos, S. Lucas y S. Juan. Pentecostés 2. Primeras persecuciones en Jerusalén: Saulo La muerte de San Esteban fue la señal de violenta persecución contra la Iglesia. Todos los fieles, excepto los Apóstoles, se esparcieron por Judea y Samaria; pero al pasar de unos pueblos a otros anunciaban la palabra de Dios por todas partes. El diácono Felipe predicó el Evangelio en Samaria. Entre los muchos que perseguían a los discípulos en Jerusalén, ninguno parecía hacerlo con tanto odio como un joven fariseo llamado Saulo, después conocido con el nombre de Pablo. Cuando va a la ciudad de Damasco, una gran luz le derriba. Jesús le La conversión de Saulo 20 habla y, aquel hombre queda convertido en un decidido apóstol de Cristo. Pablo recorre miles de kilómetros. Predica incansablemente y convierte a innumerables personas de las más variadas profesiones. Viaja de ciudad en ciudad, sufre hambre, persecuciones y varias veces es encarcelado. Después de una vida totalmente entregada al servicio de Cristo y de los hombres muere decapitado en Roma el año 67. El primero que abrazó la fe entre los gentiles fue un centurión llamado Cornelio, habitante en Cesarea de Palestina. 3. Separación de los Apóstoles Para cumplir la orden de Jesús: «Id y enseñad a todas las naciones», los Apóstoles resolvieron dispersarse por las diferentes provincias del imperio romano, y llevar la buena nueva a las comarcas más remotas de la tierra, era el año 36. Según una tradición antigua, antes de separarse redactaron un breve resumen de las principales verdades de la religión cristiana. Es el que ha llegado hasta nosotros con el nombre de Credo o Símbolo de los Apóstoles. San Pedro permanece algún tiempo en Jerusalén, Antioquía y otras ciudades donde predica y organiza la Iglesia. Viaja después a Roma, establece una floreciente cristiandad y gobierna como Papa a toda la Iglesia. San Pedro escribió 2 cartas. Murió crucificado en la persecución de Nerón el año 67. Primer Papa después de San Pedro 4. Los primeros Papas La misma doctrina de Jesucristo y de San Pedro practican y enseñan los Papas que, después de la muerte de San Pedro, uno tras otro se van sucediendo en el gobierno de la Iglesia: Lino, Cleto, Clemente, Evaristo, Alejandro, Sixto... La Iglesia se afianza poco a poco. Aumenta el número de cristianos pero todavía tienen que escuchar la Santa Misa y tener sus reuniones de una manera oculta en las catacumbas. 5. Las persecuciones romanas Durante los tres primeros siglos, la Iglesia padece una de las más duras pruebas de su historia. A medida que se iba extendiendo el Cristianismo, los emperadores lo veían con malos ojos y persiguieron a muerte a los cristianos, porque, al ser adoradores de un solo Dios, rechazaban los dioses del imperio romano y su culto. 21 También los judíos no miraban bien al cristianismo y lo mismo sucedía con la masa popular por calumnias que se levantaban contra ellos. Las principales persecuciones que se enumeran son 10, que empezaron con Nerón y culminaron en Diocleciano y Juliano el Apóstata. Bajo la persecución de Nerón (a.64-68) fueron mártires los Apóstoles Pedro y Pablo, y a éstos le siguieron en épocas siguientes: San Clemente Romano, San Ignacio, San Justino, Santa Cecilia, San Policarpo, San Ireneo, San Lorenzo, San Vicente y muchos millares de cristianos. 6. Reinado de Constantino A partir de la conversión del emperador romano Constantino el Grande (a. 306337), hijo de Santa Elena, la Iglesia fue reconocida oficialmente. Publicó el famoso Edicto de Milán, por el cual se concedía a los cristianos el libre ejercicio de su culto, con restitución de las iglesias y otros inmuebles de que habían sido despojados (a. 313). Anteriormente, en el año 311 el emperador Galerio había emitido en la ciudad un edicto conocido como el "Edicto de Tolerancia de Nicomedia". En él se concedía indulgencia a los cristianos y se les reconocía su existencia legal y libertad para celebrar reuniones y construir templos para su Dios por lo que la persecución de los mismos finalizaría. "Habiendo recibido esta indulgencia, ellos habrán de orar a su Dios por nuestra seguridad, por la de la República, y por la propia, que la república continúe intacta, y para que ellos puedan vivir tranquilamente en sus hogares‖ (Emperador Galerio). Con Teodosio I (a. 378-395) el cristianismo llegó a ser la religión del estado. En el siglo IV se ven florecer comunidades cristianas, llegando a tener cada una de ellas su Obispo propio. C. AUTOEVALUACIÓN 1. ¿Qué les dio el Espíritu Santo a los Apóstoles? 2. ¿Qué hicieron los Apóstoles antes de separarse? 3. ¿Qué hacen y enseñan los sucesores de San Pedro? 4. ¿Qué se entiende por persecuciones? 5. ¿Cuáles fueron los principales mártires? 6. ¿Cuándo llegó la religión cristiana a ser la religión del imperio romano? D. ACTIVIDADES SUGERIDAS 1. Buscar en los Hechos la primera predicación de Pedro. 2. Citar alguno de los milagros hechos por los Apóstoles. 3. Buscar en los Hechos el martirio de San Esteban. 4. Hacer la relación de las 14 cartas escritas por Pablo. 22 5. Escribir una breve biografía de uno de los mártires. E. VOCABULARIO BÁSICO Judea Samaria Gentiles Constantino el Grande 23 Indulgencia Apóstata Tema 6 A. MOTIVACION En este tema vamos a ver brevemente un largo y rico período que abarca trece siglos de historia: desde el siglo IV al siglo XVI. B. CONTENIDO DOCTRINAL 1. Principales herejías Con el triunfo del cristianismo no desapareció el espíritu pagano de la sociedad, sino que permanecieron supersticiones populares. Esta fue la causa de que la pureza de la fe y de las costumbres padeciesen declinaciones y apareciesen sectas heréticas en los siglos IV y V: arrianismo, macedonianismo, nestorianismo, eutiquianismo, pelagianismo y priscilianismo. La palabra "herejía" proviene de la lengua griega y encierra el concepto de error, desviación o enseñanzas de doctrinas que van contra un programa de fe, ya estructurado, o bien sometido a examen y finalmente aprobado con una definición de base inmutable. Desde el tiempo de los apóstoles abundaron las herejías: unas negaban la divinidad de Jesucristo, otras su humanidad y otras amalgamaban la doctrina cristiana con otras religiones, etc. Herejías Durante toda la época de las persecuciones oficiales surgieron herejías, la mayoría provenían de los mismos cristianos descontentos y algunas de los paganos. Tampoco faltaron los defensores de la fe verdadera y exponían, al mismo tiempo, la doctrina bíblica enseñada por la Iglesia. Apenas terminadas las persecuciones a principios del siglo IV, la Iglesia, como institución, gozó oficialmente de plena libertad y fue, entonces, cuando aparecieron las llamadas grandes herejías; las llamaron grandes por la extensión que cubrieron a lo largo y ancho del imperio romano, que paulatinamente iba 24 cristianizándose, y también por el número de sus seguidores que se enrolaban en sus filas, sin excluir sacerdotes y obispos. 2. Concilios Ecuménicos La Iglesia ha tenido 21 Concilios Ecuménicos, sin contar el de los Apóstoles en Jerusalén. El Concilio de Nicea El Concilio I de Nicea es el primer Concilio Ecuménico, es decir, universal, en cuanto participaron obispos de todas las regiones donde había cristianos. Tuvo lugar cuando la Iglesia pudo disfrutar de una paz estable y disponía de libertad para reunirse abiertamente. Se desarrolló del 20 de mayo al 25 de julio del año 325. En él participaron algunos obispos que tenían en sus cuerpos las señales de los castigos que habían sufrido por mantenerse fieles en las persecuciones pasadas, que aún estaban muy recientes. El emperador Constantino, que por esas fechas aún no se había bautizado, facilitó la participación de los Obispos, poniendo a su disposición los servicios de postas imperiales para que hicieran el viaje, y ofreciéndoles hospitalidad en Nicea de Bitinia, cerca de su residencia de Nicomedia. De hecho, consideró muy oportuna esa reunión, pues, tras haber logrado con su victoria contra Licinio en el año 324 la reunificación del Imperio, también deseaba ver unida a la Iglesia, que en esos momentos estaba sacudida por la predicación de Arrio, un sacerdote que negaba la verdadera divinidad de Jesucristo. Desde el año 318 Arrio se había opuesto a su obispo Alejandro de Alejandría, y fue excomulgado en un sínodo de todos los obispos de Egipto. Arrio huyó y se fue a Nicomedia, junto a su amigo el obispo Eusebio. Primer Concilio de Constantinopla (año 381) II concilio ecuménico. Reunido durante el pontificado del Papa San Dámaso y el Emperador Teodosio el Grande. Contra los macedonianos. Macedonio, patriarca de Constantinopla, admitía la divinidad del Verbo pero la negaba en el Espíritu Santo; decía que era una criatura de Dios, una especie de superministro de todas las gracias. Este Concilio reafirmó la divinidad del Espíritu Santo y enseñó contra los I concilio ecunménico 25 macedonianos que el Espíritu Santo es verdadero Dios, como el Hijo y el Padre. (Símbolo Niceno - Constantinopolitano). Concilio de Éfeso (año 431) Convocado por el Papa San Celestino I y presidido por el Patriarca Cirilo de Alejandría, ese Concilio condenó la herejía cristológica y mariológica de Nestorio y proclamó la maternidad divina de María, La Theotokos. El símbolo de Efeso precisa que las dos naturalezas, humana y divina de Cristo, están unidas sin confusión y por lo tanto María es verdaderamente ―Madre de Dios‖. Nestorio, patriarca de Constantinopla, negó la unión del Verbo Divino con la humanidad en unidad de persona; afirmó que Jesús era un puro hombre en quien habitaba el Hijo del Eterno Padre, y si Jesús no era Dios tampoco María podía ser Madre de Dios. También fue condenada la doctrina de Pelagio y Celestino que negaban la transmisión del pecado de Adán a su descendencia y defendían la bondad, puramente humana para hacer el bien sin el concurso del auxilio divino. Concilio de Calcedonia (año 451) Bajo la autoridad del Papa San León I el Magno, este Concilio trató de las herejías de quienes negaban a Jesucristo las naturaleza divina o la humana o las confundían. Eutiques Archimandrita de un monasterio de Constantinopla quiso rebatir los errores de Nestorio y defender la unidad de Cristo. Con tal fin sostuvo que la naturaleza humana había dejado de existir como tal en Cristo al ser asumida por su persona divina de Hijo de Dios, error conocido como monofisismo. IV concilio ecuménico Según Eutiques, en Cristo había sólo la naturaleza divina, la cual había ―absorbido‖ a la naturaleza humana. El Concilio de Calcedonia precisó que las dos naturalezas de Jesucristo, la naturaleza divina y la humana, se han unido en un único sujeto personal, que es la Persona Divina del Verbo. 3. Padres de la Iglesia 26 Para defender y propagar la fe, amenazada por tantas herejías, Dios suscitó a varones insignes que fueron el baluarte del Evangelio, tanto por sus heroicas virtudes como por la profundidad de su ciencia y por su celo incansable. Los padres griegos más importantes son: San Atanasio, San Basilio, San Gregorio Nacianceno y San Juan Crisóstomo. Entre los padres latinos destacaron: San Hilario, San Ambrosio, San Jerónimo, San Agustín y San Gregorio I Magno. 4. Vida religiosa Durante los primeros siglos abundaron los santos y santas: ermitaños, anacoretas y cenobitas. Después vinieron las fundaciones de Órdenes religiosas que, abandonando el mundo, se entregaban en el claustro a una vida austera de penitencia, mortificación y privaciones, combinando la oración con el trabajo y el estudio. En el siglo VI fue fundada la Orden de los Padres Benedictinos. Durante los siglos XI, XII y XIII aparecen las Órdenes monásticas, entre las más importantes: Camaldulenses, Cartujos, Cistercienses, Premonstratenses, Trinitarios, Mercedarios. San Agustín Padre de la Iglesia En el siglo XIII fueron fundadas las Órdenes mendicantes, llamadas así porque sus miembros renunciaban a sus propios bienes y buscaban el alimento pidiendo limosna. Estas Órdenes son las de los Franciscanos, Dominicos, Carmelitas, Agustinos y Servitas. 5. Las cruzadas Se da el nombre de Cruzadas a unas expediciones armadas que los cristianos de la Edad Media hicieron para conquistar la Tierra Santa, después que ésta, en el siglo XI, hubo caído en poder de los turcos seldjúcidas. Estas expediciones fueron ocho principales. 6. El cisma de los griegos Desde que los emperadores fijaron su residencia en Constantinopla, los patriarcas de esta ciudad comenzaron a mostrarse envidiosos de la supremacía del 27 Universidad La Sorbona de París Papa, y a querer igualarlo en categoría. Con este fin, aprovecharon cuantas ocasiones se presentaban para hacer actos de independencia, y arrogarse la supremacía sobre todas las Iglesias de Oriente. En el siglo VI llevó uno de ellos su audacia al extremo de tomar el ostentoso título de Patriarca ecuménico o universal. Tales tendencias no podían menos de concluir con un cisma, y así sucedió en efecto. Focio comenzó el rompimiento en el año 858, y lo consumó Miguel Cerulario a mediados del siglo XI. 7. El Renacimiento El atraso de la cultura, ocasionado por las guerras permanentes que hubo durante la Edad Media, y la formación de las lenguas vulgares derivadas del latín, trajeron notable decadencia de este idioma; por lo cual los amantes del arte iniciaron durante el siglo XIII un movimiento de regeneración para restaurar las letras, ciencias y artes clásicas. La Iglesia funda al lado de las iglesias y monasterios las primeras escuelas y centros de las ciencias y las artes. Crea las primeras universidades que surgen de las escuelas y colegios parroquiales. De cuarenta universidades existentes en 1,400, treinta y una de ellas fueron fundadas por la Iglesia: la Sorbona de París, Bolonia y Salerno en Italia, Palencia y Salamanca en España, Cambribge y Oxford en Inglaterra. También funda en Latinoamérica las primeras universidades: San Marcos en 1551, Santo Tomás de México y otras. 8. La reforma protestante Movimiento encabezado por Martín Lutero en los comienzos del siglo XVI, que pretendía reformar la Iglesia y que terminó en el gran cisma de occidente con la introducción del protestantismo. Junto a Lutero han de mencionarse otros reformadores: Calvino, Zwinglio, Enrique VIII. 9. La reforma católica En Trento, ciudad del norte de Italia, se celebró el XIX Concilio Ecuménico en tres períodos: 1545-1547, siendo Papa Paulo III; 1551-1552, con Julio II, y 1562-1563, en el pontificado de Pío IV. Se ocupó de asuntos doctrinales, sobre todo en relación con los errores de los protestantes, frente a cuya cambiante doctrina dio seguridad; y de la reforma de las costumbres en la Iglesia. C. AUTOEVALUACIÓN: 1. ¿Qué herejías aparecieron en los siglos IV y V? 2. ¿Quiénes son los santos padres más importantes? 3. ¿Cómo era la vida religiosa en los primeros siglos? 4. ¿En qué consistieron las cruzadas? 5. ¿Cuál fue la causa del cisma de los griegos? 28 6. ¿Cómo intervino la Iglesia en el renacimiento? 7. ¿Quién fue Martín Lutero? 8. ¿Cuáles fueron los principales asuntos que vieron en el Concilio de Trento? D. ACTIVIDADES SUGERIDAS: 1. Investigar qué es el islam o mahometismo. 2. Averiguar cuáles fueron las principales cruzadas. 3. Indagar cuáles fueron las principales herejías de la edad media. 4. Analizar el credo que recitamos los domingos. E. VOCABULARIO BÁSICO Concilios Ecuménicos Nestorianismo Excomunión Padres de la Iglesia 29 Claustro Lutero TEMA 8 A. MOTIVACIÓN «Queridos amigos, ¡qué grande es el don del Bautismo! Si nos diéramos plenamente cuenta de ello, nuestra vida se convertiría en un "gracias" continuo. ¡Qué alegría para los padres cristianos, que han visto nacer de su amor una nueva criatura, llevarla a la pila bautismal y verla renacer en el seno de la Iglesia a una vida que jamás tendrá fin!» (S. S. Benedicto XVI, Audiencia General del 11 de Enero de 2009. Fiesta del Bautismo del Señor). B. CONTENIDO DOCTRINAL 1. Naturaleza, Institución y necesidad del Bautismo «El Bautismo es el sacramento de la fe por el cual el cristiano renace a la vida divina, es hecho hijo de Dios, miembro de la Iglesia y partícipe de la divina naturaleza y, por lo mismo, realmente santo». 2. El nombre del Bautismo «Este sacramento recibe el nombre de Bautismo en razón del carácter del rito central mediante el que se celebra: bautizar (Baptizein en griego) significa sumergir, introducir dentro del agua. La inmersión del agua simboliza el acto de sepultar al catecúmeno en la muerte de Cristo de donde sale por la resurrección con Él (cf Rm 6, 3 - 4; Col 2, 12) como ―nueva Bautismo de Jesús en el Jordán criatura‖ (cf 2 Co 5, 17; Ga 6, 15)» (cf CCE 1214). «Este sacramento es llamado también ―baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo‖ (cf Tt 3, 5), porque significa y realiza el nacimiento del agua y del espíritu sin el cual ―nadie puede entrar en el Reino de Dios‖ (cf Jn 3, 5)» (cf CEC 1214). «Esta baño es llamado iluminación porque quienes reciben esta enseñanza (catequética) su espíritu es iluminado… (S. Justino)» (cf CEC n.1215). 3. Institución del Bautismo En cuanto a la institución del bautismo es una verdad de fe que fue instituido por Cristo (cf Cc. de Trento: DS 1601). 30 Aunque ignoramos el momento preciso en que lo hizo, es evidente la familiaridad de Jesús con el rito del bautismo (cf Mt 3, 13 - 17; Jn 3, 22; 4, 1-2). Cabe puntualizar que en tiempos de Jesús existían ritos bautismales y hacían uso del agua por la simbología que este tenía para sus contemporáneos. Pero el bautismo del Señor se diferenciaría de estos. 4. El rito bautismal El «rito esencial» por el que se confiere el bautismo consiste en una aplicación del agua al cuerpo del que se bautiza, de manera que, según la estimación común, hay un verdadero lavado, acompañada de las palabras: N., yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. La «materia» es el agua común o natural derramada Bautismo de la Infanta sobre la cabeza del que se bautiza. La «forma» son las palabras (fórmula trinitaria) que Jesús señaló en el Día de su ascensión (cf Mt 28, 19-20). La aplicación del agua al bautizando (ablución corporal) puede hacerse por «inmersión» o por «infusión». Ésta última es la más común en toda la Iglesia desde la Edad Media y consiste en derramar el agua sobre la cabeza del bautizando al mismo tiempo que se pronuncia la fórmula trinitaria. Sin estos dos elementos esenciales del rito no habría signo sacramental ni, por tanto, bautismo. La ceremonia no tendría ninguna validez: no existiría como sacramento ni produciría por tanto sus efectos. Después, desde muy antiguo, sobre este núcleo esencial se añadieron otras ceremonias, llenas de significado. Entre ellas están la renuncia a Satanás y la profesión de fe; la unción prebautismal con el aceito de los catecúmenos para indicar que el cristiano ha de estar siempre preparado para la lucha; la unción postbautismal con el santo crisma, para indicar que el bautizado ha recibido el sacerdocio regio de los fieles y ha sido incorporado a Cristo y a la Iglesia; y la entrega de un cirio encendido, que es símbolo de la luz que ha recibido y ha de guardar. 31 5. Necesidad del Bautismo El bautismo es necesario de medio, para la salvación eterna. Así lo indicó Jesús, de manera absoluta y sin excepciones, en su conversación con Nicodemo c(f Jn 3, 5; Cc. de Trento: DS 1618). Sin embargo, en cuanto a la infusión de la gracia santificante y al perdón de los pecados (no en cuanto al carácter), el bautismo propiamente dicho o bautismo de agua puede ser suplido por: a. El «bautismo de sangre o martirio», es decir, la muerte violenta sufrida por causa de Cristo, tanto en los que tienen uso de razón como en los que no lo tienen; así lo demuestra la antigua celebración de la fiesta de los Santos Inocentes. b. El «bautismo de deseo», es decir, el acto de amor de Dios unido al deseo, que basta que sea implícito, de recibir el bautismo; el bautismo de deseo sólo se puede dar, por tanto, en los adultos con uso de razón, no en los niños o en los amentes. Todo esto hace también ver hasta qué punto es conveniente bautizar dentro de las primeras semanas, cuanto antes después del nacimiento, (CIC 867,1) a los niños, pues, en caso de necesidad, de ninguna manera podrían acudir al bautismo de deseo. 6. Ministro del Bautismo «Son ministros ordinarios del Bautismo, el Obispo y el Presbítero, y, en la Iglesia latina, también el diácono» (cf CIC can. 861). En caso urgente con peligro de muerte, toda persona puede administrar válidamente el Bautismo, siempre y cuando tenga la intención de hacer lo que hace la Iglesia, aunque ni siquiera sea cristiana (cf CIC can. 861). En este caso lo que ha de hacer es precisamente el rito esencial: derramar tres veces agua sobre el bautizado, diciendo las palabras «yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo». Sacramento del Bautismo 7. Sujeto del Bautismo Es sujeto capaz de recibir el bautismo «todo ser humano aún no bautizado y sólo él» (cf CIC can. 864). 32 a. Bautismo de adultos Entendemos aquí por adultos los que ya han pasado de la infancia y tienen uso de razón (aprox. 7 años). Para que un adulto reciba «válidamente» el bautismo ha de tener la intención explícita de recibirlo aunque también cabe una intención implícita (p. e.: un moribundo que se sabe que se quería bautizar). Para que lo reciba «lícitamente», debe conocer las principales verdades de la fe (que existe Dios, que es remunerador, que en Dios hay tres personas) y las principales obligaciones cristianas (cf CIC can. 865); además debe haber sido probado en la vida cristiana mediante el catecumenado (preparación para el bautismo) y ha de tener dolor de sus pecados. En el catecumenado los no bautizados que tienen uso de razón, deben recibir una formación debidamente prolongada para introducirse en la vida de fe, la liturgia y la caridad del Pueblo de Dios b. Bautismo de niños Respecto al bautismo de los niños, por una parte, los padres católicos «tienen la obligación de hacer que sus hijos sean bautizados en las primeras semanas» (cf CIC can. 867). Por otra, el bautismo no se debe administrar a los hijos de padres que no den su consentimiento o si no hay esperanza de que el niño vaya a ser educado en la fe católica (cf CIC can. 868). Pero en peligro de muerte, puede bautizarse a todo niño que no lo esté y no haya alcanzado el uso de razón, a pesar de la oposición de sus padres (cf CIC can 868). 8. Requisitos para ser padrino de Bautismo Para que alguien sea admitido como padrino, es necesario que: a. Haya sido elegido por quien va a bautizarse o por sus padres o por quienes ocupan su lugar o, faltando éstos, quien el párroco o ministro, y que tenga la capacidad para esta misión e intención de desempeñarla. b. Haya cumplido dieciséis años, a no ser que el Obispo diocesano establezca otra edad, o que, por justa causa, el párroco o el ministro consideren admisible una excepción. c. Sea católico, esté confirmado, haya recibido ya el sacramento de la Eucaristía y lleve, al mismo tiempo, una vida congruente en la fe y con la misión que va a asumir. 33 Bautismo de Jesús d. No esté afectado por una pena canónica, legítimamente impuesta o declarada. e. No sea el padre o la madre de quien se ha de bautizar. 9. Efectos a. La infusión de la gracia santificante, a la que acompañan las virtudes infusas y los dones del Espíritu Santo. b. El perdón de todos los pecados, tanto del original como de los actuales, y no sólo de los mortales sino también de los veniales. Pero para el perdón de los pecados actuales se requiere que el que recibe el bautismo esté arrepentido de todos ellos: de lo contrario, el bautismo permanecería informe (sin forma) y no produciría este efecto hasta que llegara aquel arrepentimiento, momento en el que reviviría. c. El perdón de toda pena debida por los pecados. Es decir, no sólo de la pena eterna (lo que ocurre siempre que se perdonan pecados mortales a través de la infusión de la gracia santificante), sino también de toda la pena temporal. d. El carácter bautismal, que es un signo imborrable que nos asemeja a Cristo y que da la capacidad de recibir los otros sacramentos. e. La gracia sacramental, que en el caso del bautismo viene a ser la misma gracia santificante con un derecho a especiales ayudas para ejercitar la fe, llevar una vida verdaderamente cristiana y recibir debidamente los demás sacramentos. f. La incorporación del bautizado al cuerpo de Cristo que es la Iglesia, cuya unidad construye el bautismo. 10. El nombre del cristiano «El nombre (del cristiano) es importante porque Dios conoce a cada uno por su nombre, es decir, en su unicidad. Con el Bautismo, el cristiano recibe en la Iglesia el nombre propio, preferiblemente de un santo, de modo que éste ofrezca al bautizado un modelo de santidad y le asegure su intercesión ante Dios» (cf Comp. del CCE n. 264). C. AUTOEVALUACIÓN 1. ¿Qué es el bautismo? 2. ¿Por qué se llama Bautismo a este sacramento? 3. ¿En qué consiste el rito esencial del bautismo? 34 4. 5. 6. 7. 8. ¿Quiénes son ministros ordinarios del Bautismo? ¿Por qué es necesario el Bautismo? ¿Quién puede recibir el Bautismo? ¿Cuáles son los requisitos para ser padrino de bautismo? ¿Cuáles son los efectos del sacramento del Bautismo? D. ACTIVIDADES SUGERIDAS 1. Participar en la celebración de un Bautismo, luego describir e ilustrar lo vivido allí. 2. Practicar el modo como se ha de bautizar en caso de necesidad. 3. Investigar por qué se enciende el cirio pascual en la celebración del Bautismo. 4. Enumera los efectos positivos del agua en nuestra vida y compáralos con los efectos del Bautismo. E. VOCABULARIO BÁSICO Catecúmeno Licitud Padrino Validez 35 TEMA 9 A. MOTIVACIÓN Todo lo que nace a la vida está llamado a crecer y madurar. El cristiano que nace a la fe está llamado a crecer, desarrollar esta fe y transformarse en testigo del Señor Resucitado. El Espíritu de Dios es el que impulsa este crecimiento en la fe y esto es lo que en el Sacramento de la Confirmación celebra con gran alegría toda la Iglesia. B. CONTENIDO DOCTRINAL 1. Definición y naturaleza del sacramento de la confirmación La Confirmación es el sacramento que fortalece y completa la obra del Bautismo. La misma palabra, Confirmación que significa afirmar o consolidar, nos dice ya mucho de lo que ella obra en el cristiano. Por implicar perfección y consumación de la gracia y el carácter del bautismo, este sacramento forma parte de la iniciación cristiana. Confirmar significa afirmar o consolidar, y por ello la confirmación lleva a su plenitud lo que en el bautismo era sólo inicio. Particularmente luego de la recepción de este sacramento, la misión del cristiano será más activa que pasiva, en consideración de dicha plenitud: misión eminentemente apostólica, donde se continúa de algún modo la Recibiendo el Sacramento de la Confirmación gracia de Pentecostés. Por esta razón, sólo los confirmados pueden ser padrinos de bautismo, o recibir las sagradas órdenes. La confirmación es para nosotros lo que Pentecostés fue para los Apóstoles. Por este sacramento, el bautizado se fortalece con el don del Espíritu Santo. Se logra un arraigo más profundo a la filiación divina, se une más íntimamente con la Iglesia, fortaleciéndose para ser testigo de Jesucristo, de palabra y obra. Por él es capaz de defender su fe y de transmitirla; de luchar con fortaleza por nuestra santificación y colaborar eficazmente en la santificación del mundo. El término «confirmación» corresponde al latín «confirmatio», que en este contexto tiene el significado de fortalecimiento. En occidente hallamos también 36 estas denominaciones: «consignatio» (señal de la cruz hecha con la mano), «chrismatio (unción con aceite perfumado y consagrado), «manus impositio» (imposición de manos sobre la cabeza).En oriente se le llama «sfragis» (sello) o «myron» (crisma perfumado). 2. Institución del sacramento de la confirmación El sacramento de la confirmación, como todos los sacramentos, fue instituido por Cristo. (cf Cc. de Trento: DS. 1601). No se sabe cuándo lo hizo. Unos piensan que quizá fue en la Última Cena, y que de esto vendría que la consagración del crisma se haga el Jueves Santo, de lo cual parece que hay ya testimonios en el siglo III. Otros piensan que lo instituyó después de la resurrección y que comenzó a estar vigente después de Pentecostés. Por no aparecer explícitamente el momento de la institución de la confirmación, los protestantes rechazaron este sacramento como carente de fundamento bíblico, lo cual es falso ya que hay repetidas predicciones de los profetas relativas a una amplia difusión del Espíritu divino en los tiempos mesiánicos (cf Is 58, 11; Ez 47, 1; Joel 2, 28, etc.), reiterados anuncios por parte de Cristo de una nueva venida del Espíritu Santo para completar su obra, y acciones de los apóstoles que hacen constar la institución de un sacramento distinto del bautismo. Fue el Concilio de Trento (1545 - 1563) quien salió al paso de este error protestante, señalando la doctrina correcta. Sobre la sacramentalidad de la Confirmación se desprende de estos hechos: a. Los Apóstoles efectuaban un rito consistente en la oración y la imposición de las manos; b. El efecto de este rito externo era la comunicación del Espíritu Santo, principio de la santificación interna; c. Los Apóstoles actuaban en cumplimiento de la voluntad de Cristo. 3. Celebración del sacramento de la confirmación En el rito latino, la ceremonia completa de la Confirmación consta fundamentalmente de la renovación de las promesas del bautismo (renuncia a Satanás y profesión de fe), seguida de una imposición de las manos y 37 Sacramento de la Confirmación de la unción con el crisma en la frete de cada uno de los confirmandos, unción que hace el ministro con el pulgar de la mano derecha y en forma de cruz. En las Iglesias Orientales de rito bizantino, la unción se hace en otras partes del cuerpo, con la fórmula «Sello del don del Espíritu Santo». Si es posible, la confirmación se debe de administrar en una iglesia y dentro de la misa (cf CIC can. 881). Cuando se hace dentro de la misa, el sacramento se confiere después de la liturgia de la palabra y antes de iniciar la liturgia eucarística. 4. Materia y forma del sacramento de la confirmación La «materia» de la confirmación es el «Crisma». El crisma es un aceito consagrado por el obispo en la Misa Crismal del Jueves Santo. El aceite que se consagra o bendice para confeccionar el crisma es aceite de oliva mezclado con una pequeña cantidad de bálsamo. La «forma» de la confirmación es «la unción que va acompañada de unas palabras que expresan lo que significa este gesto y son, por tanto, parte integral del signo sacramental. En el rito latino, las palabras son: NN, recibe por esta señal el don del Espíritu Santo» (cf CIC can. 880; Pablo VI, DCN). Ministros Ordinarios de la Confirmación. Los Obispos 5. Ministro de la confirmación El «ministro originario» de la confirmación es el obispo (cf CCE n. 1312). Un texto de los Hechos de los apóstoles narra cómo para confirmar a los que había bautizado el diácono Felipe fueron dos apóstoles –en este caso San Pedro y San Juan–, que eran dos ministros que gozaban de la plenitud del sacerdocio que tienen los obispos. En el rito latino, el obispo es el ministro ordinario de la confirmación (cf can. 882). El obispo diocesano debe en principio administrar la confirmación por sí mismo o por otro obispo, aunque si la necesidad lo requiere, puede facultar a uno o más presbíteros para que lo hagan (cf can. 881). El «ministro extraordinario» es «el presbítero dotado de facultad por el derecho común o por concesión peculiar de la autoridad competente» (cf can. 1313). 6. Sujeto de la confirmación «Todo bautizado, aún no confirmado, puede y debe recibir el sacramento de la confirmación» (cf can. 1306). 38 Para recibir «válidamente» la confirmación, en el bautizando con uso de razón se precisa también la intención. Para recibirla «lícitamente», el bautizado con uso de razón debe además tener la debida instrucción y estar en gracia de Dios (cf can. 889). En cuanto a la edad del sujeto, la práctica general de la Iglesia latina es que no se confirme a los niños antes de que alcancen el uso de razón. Pero se puede anticipar su administración si hay peligro de muerte o si es conveniente por otras razones justas. En condiciones normales se ha de administrar «en torno a la edad de la discreción» (cf can. 891). Pero también la conferencia episcopal tiene atribuciones para determinar una edad más idónea, de tal modo que el sacramento se confiera cuando los niños ya son algo mayores y han recibido una conveniente formación. Para recibir la Confirmación es preciso hallarse en estado de gracia. Conviene recurrir al sacramento de la Penitencia para ser purificado en atención al don del Espíritu Santo. (cf CEC n. 1310). 7. Efectos de la confirmación a. Aumento de la gracia santificante, como en todos los sacramentos; b. La gracia sacramental específica, cuyo efecto propio es el don de fortaleza, ayuda al sujeto a llegar al perfeccionamiento de su vida cristiana. c. Aumento de los dones del Espíritu Santo; d. Nos introduce más profundamente en la filiación divina que nos hace decir «Abbá, Padre» (cf Rm 8, 15); e. Hace más perfecto nuestro vínculo con la Iglesia (cf Vat. II, LG n. 11); f. El carácter propio de este sacramento, que es un sello del Espíritu Santo que «marca la pertenencia total a Cristo, la puesta a su servicio para siempre». Este «carácter» también perfecciona el sacerdocio común de los fieles, recibido en el Bautismo. 8. Necesidad del sacramento de la Confirmación El bautismo es el «único sacramento absolutamente necesario para la salvación». La confirmación, pues, ser necesaria sólo de modo relativo; es decir, que se requiere no absolutamente para salvarse, sino sólo para llegar a vivir con plenitud la vida cristiana. El derecho vigente prescribe a todos los fieles la obligación de confirmarse en el tiempo oportuno (cf can. 890), por lo que, si se dejara de recibir por menosprecio o negligencia, se pecaría gravemente. 39 9. Los padrinos de la confirmación Aun sin ser imprescindible -sobre todo si se trata de un adulto-, conviene que el confirmado tenga un padrino «a quien corresponde procurar que el sujeto se comporte como verdadero testigo de Cristo y cumpla fielmente las obligaciones inherentes al sacramento» (cf can. 892). Las condiciones que ha de reunir el padrino de la Confirmación son las mismas que se piden para el padrino de Bautismo. Incluso «conviene que sea el mismo que para el Bautismo, a fin de subrayar la unidad entre los dos sacramentos» (cf CCE n. 1311). A los padrinos les compete -con más razón si son los mismos que en el Bautismo- colaborar en la preparación de los confirmados para recibir el sacramento, y contribuir después con su testimonio y con su palabra a la perseverancia en la fe y en la vida cristiana de sus ahijados. Su tarea es de suplencia respecto a la obligación primordial de los padres, pero no por eso su misión carece de importancia. C. AUTOEVALUACIÓN 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9. 10. ¿Qué es el sacramento de la confirmación? ¿Por quién fue instituido el sacramento de la confirmación? ¿Cómo se desprende la sacramentalidad de la Confirmación? ¿Cómo se realiza el rito de la confirmación? ¿Cuál es la materia de la Confirmación? ¿Cuál es la forma de la confirmación? ¿Quiénes son el ministro ordinario y extraordinario de la Confirmación? ¿Quién es el sujeto de la Confirmación? ¿Cuáles son los efectos de la confirmación? ¿Cuáles son las condiciones que debe reunir el padrino de la Confirmación? D. ACTIVIDADES SUGERIDAS 1. Comenta los lugares de la Sagrada Escritura en los que se testifica la existencia y administración del sacramento de la confirmación (Hech 8, 14 17; 19, 6). 2. Averiguar sobre los distintos ritos que existen dentro de la Iglesia. E. VOCABULARIO BÁSICO Espí ritu Santo Pentecostés Unción Crisma 40 Tema 10 A. MOTIVACIÓN Hay momentos privilegiados en la vida humana: el encuentro familiar, la comida, que reúne a los de la casa y también a los amigos. En la comida todos participan de lo que hay en la mesa y ponen en común lo que piensan o sienten: penas, inquietudes, gozos, esperanzas. Es el momento de la «comunión». Jesús reúne a los cristianos en torno a su mesa. En este momento privilegiado, el Señor se hace realmente presente bajo los signos del pan y del vino. De este modo Jesús renueva en nosotros los gestos y palabras, que un día realizó en la última cena y nosotros lo celebramos participando activamente en ella. B. CONTENIDO DOCTRINAL 1. Definición y Naturaleza de la Eucaristía «La Eucaristía es el sacrificio mismo del Cuerpo y de la Sangre del Señor Jesús, que Él instituyó para perpetuar en los siglos, hasta su segunda venida, el sacrificio de la cruz, confiando así a la Iglesia el memorial de su Muerte y Resurrección. Es signo de caridad y banquete pascual, en el que se recibe a Cristo, el alma se llena de gracia y se nos da una prenda de la vida eterna» (cf. Comp. del CCE n. 271; CCE nn. 1322, 1323, 1409). La Eucaristía también es «el memorial de la Pascua de Cristo» (en un «sacrificio» incruento), es decir, de la obra de la salvación realizada por la vida, la muerte y la resurrección de Cristo, obra que se hace presente por la acción litúrgica. A la Eucaristía se le llama «el sacramento Adoración de la Eucaristía por excelencia», porque en él se encuentra Cristo presente, quien es fuente de todas las gracias. Además, todos los demás sacramentos tienden o tienen como fin la Eucaristía, ayudando al alma para recibirlo mejor y en la mayoría de las veces, tienen lugar dentro de la Eucaristía. 41 «La Eucaristía es ―fuente y cima de toda la vida cristiana» (cf Cc. Vat II, LG n. 11). Los demás sacramentos, como también todos los ministerios eclesiales y las obras de apostolado, están unidos a la Eucaristía y a ella se ordenan» (cf). Finalmente, por la Eucaristía nos unimos ya a «la liturgia del cielo» y anticipamos la «vida eterna», cuando Dios será todo en todos (cf 1 Co 15,28) (cf CEC n. 1326). 2. Nombres que recibe este Sacramento El Catecismo de la Iglesia Católica recoge los nombres que este sacramento ha recibido y que evocan sus aspectos particulares, mostrando la inagotable riqueza de este sacramento. Los nombres que recoge son: Eucaristía, Banquete del Señor, Fracción del Pan, Asamblea Eucarística, Memorial, Santo Sacrificio, Santa y Divina Liturgia, Santísimo Sacramento, Comunión y Santa Misa (cf CEC nn. 1328 - 1332). a. Eucaristía porque es acción de gracias a Dios. Las palabras "eucharistein" (cf Lc 22, 19; 1 Co 11, 24) y "eulogein" (cf Mt 26, 26; Mc 14, 22) recuerdan las bendiciones judías que proclaman –sobre todo durante la comida– las obras de Dios: la creación, la redención y la santificación; b. Banquete del Señor (cf 1 Co 11, 20) porque se trata de la Cena que el Señor celebró con sus discípulos la víspera de su pasión y de la anticipación del banquete de bodas del Cordero (cf Ap 19, 9) en la Jerusalén celestial. c. Fracción del pan porque este rito, propio del Papa Juan Pablo II y la banquete judío, fue utilizado por Jesús cuando Eucaristía bendecía y distribuía el pan como cabeza de familia (cf Mt 14, 19; 15, 36; Mc 8,6.19), sobre todo en la última Cena (cf Mt 26, 26; 1 Co 11, 24). En este gesto los discípulos lo reconocerán después de su resurrección (cf Lc 24, 13 - 35), y con esta expresión los primeros cristianos designaron sus asambleas eucarísticas (cf Hch 2, 42. 46; 20, 7. 11). Con él se quiere significar que todos los que comen de este único pan, partido, que es Cristo, entran en comunión con él y forman un solo cuerpo en él (cf 1 Co 10, 16 - 17). d. Asamblea eucarística (synaxis), porque la Eucaristía es celebrada en la asamblea de los fieles, expresión visible de la Iglesia (cf 1 Co 11, 17 - 34). e. Memorial de la pasión y de la resurrección del Señor. f. Santo Sacrificio, porque actualiza el único sacrificio de Cristo Salvador e incluye la ofrenda de la Iglesia. 42 g. Santa y divina Liturgia, porque toda la liturgia de la Iglesia encuentra su centro y su expresión más densa en la celebración de este sacramento. h. Santísimo Sacramento porque es el Sacramento de los Sacramentos. Con este nombre se designan las especies eucarísticas guardadas en el sagrario. i. Comunión, porque por este sacramento nos unimos a Cristo que nos hace partícipes de su Cuerpo y de su Sangre para formar un solo cuerpo (cf 1 Co 10, 16 - 17). j. Santa Misa porque la liturgia en la que se realiza el misterio de salvación se termina con el envío de los fieles (missio) a fin de que cumplan la voluntad de Dios en su vida cotidiana. 3. Institución de la Eucaristía La Eucaristía fue instituida por Cristo y consta claramente en la Sagrada Escritura en el relato de la Última cena. El Nuevo Testamento contiene cuatro relatos sobre la institución: Mt 26, 26 - 28; Mc 14, 22 - 24; Lc 22, 19 - 20 y 1 Cor 11, 23 - 26. El Evangelio de S. Juan habla de la «promesa» de la Eucaristía (Jn 6, 48 - 58), pero no de la ―institución‖. Otros textos Última Cena importantes del Nuevo Testamento que se relacionan con la Eucaristía son: 1 Cor 1, 1 - 6; 10, 14 - 22; Heb 13, 7 - 15. Los textos de la institución de la Eucaristía (Mt, Mc Lc y 1 Cor) coinciden en lo esencial y tienen semejante estructura literaria. Muestran, sin embargo, diferencias secundarias, según las cuales no coincide literal y exactamente ninguno de ellos entre sí. Cabe distribuir los cuatro relatos en dos grupos (MtMc: petrino y Lc-1 Cor: paulino): Grupo Petrino Mt 26, 26 – 28 Mientras estaban co-miendo, tomó Jesús pan, y, pronunciada la bendición, lo Grupo Paulino Mc 14, 22 - 24 Lc 22, 14 - 20 Mientras estaban comiendo, tomó pan, y, pronunciada la 43 Y tomó pan, dio gra-cias, lo partió y se lo dio diciendo: 1 Cor 11, 23 - 25 Porque yo recibí del Señor lo que os he transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado to- partió y, ben-dición, lo dándoselo a sus partió, se lo dio, discípulos, dijo: y dijo: mó pan y, después de dar gracias, lo partió y dijo: «Tomad, comed, «Tomad, esto es «Esto es mi esto es mi mi cuerpo». cuerpo que se entrega por vocuerpo». sotros; haced esto en memoria mía». «Esto es mi cuerpo, que se da por vosotros; haced esto en memoria mía». Tomó luego un cáliz y, dadas las gracias, se lo dio, diciendo: Tomó luego un cáliz y, dadas las gracias, se lo dio, y bebieron todos de él. Y les dijo: De igual modo, Asimismo también el des-pués de cáliz después de cecenar, el cá-liz, nar, diciendo: diciendo: «Bebed de él todos, porque esto es mi sangre de la Alianza, la derramada por muchos para remisión de los pecados». «Esto es mi «Este cáliz es sangre de la la Nue-va Alianza, la Alianza en mi derramada por san-gre, que se derrama por muchos». vosotros». 4. Materia de la Eucaristía La Eucaristía tiene como «materia» pan de trigo y vino de vid, al que debe mezclarse antes de la consagración una muy pequeña cantidad de agua. a. Pan de trigo (ácimo o fermentado según los diversos ritos): Sería ciertamente inválida harina de otro cereal y de otras féculas (guisantes, castañas, etc.). La harina debe ser amasada con agua natural; la masa hay que cocerla al fuego; eso se requiere para su validez. Para la licitud el pan debe ser relativamente tierno (nunca más de tres semanas), de buena presentación y apropiadas 44 «Este cáliz es la Nueva Alianza en mi sangre. Cuantas veces lo bebiereis hacedlo en memoria mía». Materia de la Eucaristía dimensiones. b. Vino de vid (blanco, rosado o tinto): no de jugo de cualquier otra fruta; extraído de las uvas maduras; no mezclado con agua en cantidad, condiciones todas requeridas para su validez. Para su licitud, se requiere que el jugo de la vid sea fermentado (vino), no picado ni avinagrado, sin mezclas apreciables. El rito litúrgico del ofertorio, de mezclar unas gotas de agua en el vino, es obligatorio sub gravi. 5. Forma de la Eucaristía «La ―forma‖ de este sacramento son las palabras con las cuáles el Salvador consagró dicho sacramento». (cf Cc. de Florencia, Decreto pro Armeniis). Jesús la noche en que iba a ser entregado, tomó pan, y dando gracias partió lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros. Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, dando gracias, y lo pasó a sus discípulos, diciendo: Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por muchos para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía. 6. El Ministro de la Sagrada Eucaristía «Sólo el sacerdote válidamente ordenado es ministro capaz de confeccionar el sacramento de la Eucaristía, actuando en la persona de Cristo» (cf CIC can. 900 §1). La prueba que ofrece la Sagrada Escritura es concluyente: el encargo hecho por Cristo en el Cenáculo a sus Apóstoles y a sus sucesores va dirigido exclusivamente a ellos, y no a la multitud de sus discípulos. 7. El sujeto de la recepción de la Eucaristía El Concilio de Trento también enseña que «Todo bautizado es capaz de recibir ―válidamente‖ la Eucaristía, aunque se trate de un niño» (cf Cc. Trento: DS 893). 45 Papa Benedicto XVI distribuyendo la Comunión Para la recepción ―lícita‖ o fructuosa se requiere: a. El estado de gracia: La Iglesia –apoyándose en las duras amonestaciones del Apóstol S. Pablo para que los fieles examinen su conciencia antes de acercase a la Eucaristía (cf 1 Cor 11, 27 - 29)-, ha exigido siempre el estado de gracia, de modo que nadie debe acercarse a la Sagrada Eucaristía con conciencia de pecado mortal, caso contrario estaría cometiendo un pecado de ―Sacrilegio‖. b. La intención recta, buscando la unión con Dios y no por otras razones: Como la medida de la gracia depende de la disposición subjetiva del que recibe el sacramento, la comunión deberá ir precedida de una buena ―preparación‖ y seguida de una conveniente ―acción de gracias‖. c. El ayuno eucarístico: Junto a las disposiciones del alma están las del cuerpo. La legislación eclesiástica prescribe que «quien va a recibir la Santísima Eucaristía, ha de abstenerse de tomar cualquier alimento y bebida al menos durante una hora antes de la sagrada comunión, a excepción sólo del agua y de las medicinas» (cf CIC can. 919 &1). 8. Efectos Los «efectos» que la recepción de la Eucaristía produce en el alma, son los siguientes: a. Aumento de la gracia santificante. Hay una íntima unión entre quien recibe el sacramento y Cristo mismo (cf Jn 6, 57). Por esa unión con Cristo, los cristianos que participan en la Eucaristía se unen además entre sí (cf EC 169). También aumenta las virtudes infusas, especialmente la caridad. b. Producción de gracia sacramental. La gracia sacramental específica de la Eucaristía es la llamada gracia nutritiva, porque se nos da a manera de alimento divino que conforta y vigoriza en el alma la vida sobrenatural (cf Cc. de Florencia, Decretum pro Armenis: DS. 698). c. Perdón de los pecados veniales. También se perdonan los pecados veniales, alejando del alma la debilidad espiritual. Los pecados veniales, en efecto, constituyen una enfermedad del alma que se encuentra débil para resistir el pecado mortal (cf Cc. de Trento: Jesús está realmente DS 875). presente en la Eucaristía d. Prenda de vida eterna. De acuerdo a las palabras de Cristo en Cafarnaúm, la Eucaristía constituye un adelanto de la 46 bienaventuranza celestial y de la futura resurrección del cuerpo (cf Jn 6, 54; DS 875). 9. Presencia real de Cristo La presencia real de Cristo en la Eucaristía es uno de los principales dogmas de nuestra fe católica (cf Cc. de Trento: DS. 883, 885, 886, etc.). En la Eucaristía, por las fuerzas de las palabras de la consagración, Cristo se hace presente, de modo sacramental, en la integridad de su ser: cuerpo, alma y divinidad, en las especies de pan y vino. El Concilio de Trento enseña que, según la fe incesante de la Iglesia, «inmediatamente después de la consagración, es decir, después de pronunciadas las palabras de la institución, se hallan presentes el verdadero Cuerpo y la verdadera Sangre del Señor» (cf Cc. de Trento: DS 876). El modo en que Cristo está contenido en la Eucaristía es «verdadera» (vere), «real» (realiter) y «sustancialmente» (et substantialiter). En la Eucaristía está el mismo Jesús que nació de la Virgen María, que vivió ocultamente en Nazaret durante 30 años, que predicó y se preocupó por todos los hombres durante su vida pública, Presencia de Jesús en la Eucaristía que murió en la Cruz y, después de haber resucitado y ascendido a los cielos, está ahora sentado a la diestra del Padre. Todo el Cuerpo de Cristo está presente en cada una de las especies y en cada parte de la especie. Se trata de una presencia incluso más que la presencia personal – tanto in usum como extra usum – se da no sólo en la celebración, como en los demás sacramentos. Sobre el modo cómo se produce la presencia real de Cristo en la Eucaristía, el Magisterio de la Iglesia nos enseña que «en el sacrosanto sacramento de la Eucaristía… se produce una singular y maravillosa conversión de toda la substancia del pan en el Cuerpo de Cristo y de toda la substancia del vino en la Sangre; conversión que la Iglesia católica llama transubstanciación» (cf Cc. de Trento: DS 884). Cabe agregar dos cosas: que «la fracción del pan no divide a Cristo: Él está presente todo e íntegro en cada especie eucarística y en cada una de sus partes» (cf Comp. del CCE n. 284; CCE n. 1377); y que «la presencia eucarística de Cristo continúa mientras subsistan las especies eucarísticas» (cf Comp. del CCE n. 285; CCE n 1377). 47 10. La Eucaristía como sacrificio La Eucaristía es sacrificio en cuanto que en Ella se ofrece a Dios como oblación (cf Sto Tomás de Aquino S. Th. III, q.75, a.5). Por tanto, la misa no es una simple representación, sino que es una renovación del sacrificio de la cruz. Pero este sacrificio es incruento (sin derramamiento de sangre). El concilio de Trento enseña que «el sacrificio de la Misa es esencialmente el mismo de la Cruz (es una misma la Víctima, el Sacerdote y los fines); sólo difiere en el modo como se ofrece (en la cruz, de modo cruento, con derramamiento de sangre; incruentamente en la Eucaristía)» (cf Cc. de Trento: DS 938, 940). 11. Estructura de la Celebración Eucarística a. Ritos iniciales: Son ritos introductorios a la celebración y nos preparan para escuchar la palabra y celebrar la Eucaristía. Comprende: Antífona o canto de Entrada y Procesión de entrada; Señal de la cruz y Saludo; Acto penitencial y Señor ten piedad; Gloria y Oración colecta. b. Liturgia de la palabra: Escuchamos a Dios, que se nos da como alimento en su Palabra, y respondemos cantando, meditando y rezando. Comprende: Primera Lectura, Salmo Responsorial, Segunda Lectura, Aclamación al Evangelio: Aleluya y perícopa, Evangelio, Homilía, Credo o profesión de fe y Oración universal. c. Liturgia de la Eucaristía: .Tiene tres partes: Presentación de las ofrendas, Oración sobre las ofrendas, Plegaria Eucarística (está contiene los siguientes elementos: dialogo inicial, prefacio, Epíclesis, Narración de la institución, Anámnesis, Ofrecimiento del sacrificio, intercesiones y comunión de los santos, doxología final, Amén. Es el núcleo de toda la celebración, es una plegaria de acción de gracias en la que actualizamos la muerte y resurrección de Jesús). d. Rito de comunión: Comprende: Padrenuestro, Rito de la paz, Fracción del pan, Acto de comulgar y Postcomunión. e. Ritos de despedida: Son ritos que concluyen la celebración. Comprende la Bendición y la despedida y envío. 12. Fines del sacrificio de la Misa El Sacrificio de la Misa tiene 4 fines, y que son semejantes al del sacrificio del calvario: a. Alabar a Dios, reconociéndolo como Ser Supremo (fin latréutico). b. Darle gracias por los beneficios recibidos (fin eucarístico). c. Moverlo al perdón de los pecados (fin propiciatorio). d. Pedirle gracias o favores (fin impetratorio). 48 C. AUTOEVALUACIÓN 1. ¿Qué es la Eucaristía? 2. ¿Qué nombres que recibe la Eucaristía recoge el Catecismo de la Iglesia Católica? 3. ¿Cuál es la materia de la Eucaristía? 4. ¿Cuál es la forma de la Eucaristía? 5. ¿Quién es el ministro de la Eucaristía? 6. ¿Cuáles son los requisitos para una recepción lícita o fructuosa de la Eucaristía? 7. ¿Cuáles son los efectos del Sacramento de la Eucaristía? 8. ¿Cuáles son los fines del sacrificio de la Misa? D. ACTIVIDADES SUGERIDAS 1. Leer los 4 pasajes de la institución del Sacramento de la Eucaristía. Ver las semejanzas y diferencias. Mt 26, 16 – 28. Mc 14, 22 – 24. Lc 22, 14 – 20. 1 Cor 11, 23 – 25. 2. Aprender la oración de la Comunión Espiritual. E. VOCABULARIO BÁSICO Comunión Concilio Sacrificio Transubstanciación 49 Tema 11 A. MOTIVACIÓN El famoso marxista S. Bulgakov narra en sus ―Apuntes biográficos‖ los primeros toques de su conversión al cristianismo con motivo de la contemplación de un cuadro de la Virgen. Relata que se encontraba en Dresde en 1898 y quiso observar de cerca la Madonna Sixtina de Rafael. La experiencia constituyó para él un tremendo impacto que iba a trastornar todos sus esquemas ideológicos, originando la llamada de la fe y poniendo en marcha el proceso de su acercamiento a la fe cristiana. Relata así su desconcertante impresión: ―Allí, los ojos de la Reina de los cielos, que sube al paraíso con su divino Hijo, me estaban mirando. Había en aquellos ojos una fuerza infinita de pureza subyugadora y de inmolación voluntaria. Perdí los sentidos, me giraba la cabeza. Y de mis ojos brotaban lágrimas dulces y amargas al mismo tiempo, que hicieron derretirse el hielo de mi corazón. Era como si de pronto se me desatara un nudo vital. No se trataba de una turbación estética. No, era un encuentro, un nuevo conocimiento, un verdadero milagro. Esta contemplación de aquel cuadro fue para mí una conmovedora plegaria que jamás olvidaré‖. Más tarde, en 1923, al contacto con los bellísimos y profundos iconos de su tierra natal descubrirá mejor la dignidad y belleza de la Madre de Dios que le ofrecía, en síntesis y tan de cerca, todo el misterio cristiano. B. CONTENIDO DOCTRINAL 1. La fe de maría La fe que tuvo la virgen María es tal que podemos decir que hizo de manera perfecta ―la obediencia de la fe‖ Pero, ¿Cómo lo realizó? (cf Rm 1, 4). Decimos que la Virgen María realizó de manera perfecta «la obediencia de la fe», porque durante su vida, y hasta su última prueba (cf Lc 2, 35), cuando Jesús, su hijo murió en la cruz, su fe no vaciló. María no cesó de creer en el cumplimiento de la palabra de Dios. Por todo ello, la Iglesia venera en María la realización más pura de la fe. 50 La anunciación 2. Las prerrogativas de la virgen maría María es Madre de Dios: María es la madre de Dios, porque es la madre de Jesús que es la segunda persona de la Trinidad. Esto está claro en la revelación: lo dijo el Arcángel (cf Lc 1, 31-32), lo repitió Santa Isabel (cf Lc 1, 43), y así lo llamó constantemente Jesús. El Concilio de Éfeso en el año 431, mucho antes de que apareciera el Protestantismo, que luego negó las prerrogativas de la Virgen, definió como dogma de fe que la Virgen María es «Madre de Dios»: «Si alguno no confesare que el Emmanuel (Cristo) es verdaderamente Dios, y que por tanto, la Santísima Virgen es Madre de Dios, porque parió según la carne al Verbo de Dios hecho carne, sea anatema». El Concilio Vaticano II hace referencia del dogma así: «Desde los tiempos más antiguos, la Bienaventurada Virgen es honrada con el título de Madre de Dios, a cuyo amparo los fieles acuden con sus súplicas en todos sus peligros y necesidades» (cf Cc. Vat. II, LG n.66). La maternidad divina de la Virgen María es la razón principal de sus privilegios y grandezas. María fue concebida sin pecado: El Dogma de la Inmaculada Concepción establece que María fue concebida sin mancha de pecado original. El dogma fue proclamado por el Papa Pío IX, el 8 de diciembre de 1854, en la Bula Ineffabilis Deus: «Declaramos, pronunciamos y Inmaculada Concepción definimos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María, en el primer instante de su concepción, fue por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente en previsión de los méritos de Cristo Jesús, Salvador del género humano, preservada inmune de toda mancha de culpa original, ha sido revelada por Dios, por tanto, debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles». María fue siempre virgen El Dogma de la Perpetua Virginidad se refiere a que María fue Virgen antes, durante y perpetuamente después del parto. El Sínodo de Letrán del año 649, presidido por el Papa Martín I, recalcó los tres momentos de la virginidad de María cuando enseñó que «la santa, siempre virgen e inmaculada María… concibió del Espíritu Santo sin semilla, dio a luz sin 51 detrimento (de su virginidad) y permaneció indisoluble su virginidad después del parto». Los dos relatos de la Sagrada Escritura que nos hablan de la concepción de Jesús afirman que ésta se realizó sin romper la virginidad de María (cf Mt 1, 18, - 25; Lc 1, 26 - 28). Ambos relatos son un claro testimonio de la fe primitiva en la virginidad física de María. Jesús no nació como fruto de unas relaciones matrimoniales ordinarias, sino que María concibió en su seno por obra del Espíritu Santo. «La profundización de la fe en la maternidad virginal ha llevado a la Iglesia a confesar la virginidad real y perpetua de María incluso en el parto del Hijo de Dios hecho hombre. En efecto, el nacimiento de Cristo "lejos de disminuir consagró la integridad virginal" de su madre. La liturgia de la Iglesia celebra a María como la 'Aeiparthenos', la 'siempre-virgen' ». (cf CCE n. 499). María fue asunta al cielo El dogma de la Asunción se refiere a que la Madre de Dios, luego de su vida terrena fue elevada en cuerpo y alma a la gloria celestial. Este Dogma fue proclamado por el Papa Pío XII, el 1º de noviembre de 1950, en la Constitución Munificentisimus Deus: «Después de elevar a Dios muchas y reiteradas preces y de invocar la luz del Espíritu de la Verdad, para gloria de Dios omnipotente, que otorgó a la Virgen María su peculiar benevolencia; para honor de su Hijo, Rey inmortal de los siglos y vencedor del pecado y de la muerte; para aumentar la gloria de la misma augusta Madre y para gozo y alegría de toda la Iglesia, con la Asunción de María a los Cielos autoridad de nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra, pronunciamos, declaramos y definimos ser dogma divinamente revelado que La Inmaculada Madre de Dios y siempre Virgen María, terminado el curso de su vida terrenal, fue asunta en cuerpo y alma a la gloria del cielo». «Contemplando el misterio de la Asunción de la Virgen, es posible comprender el plan de la Providencia Divina con respecto a la humanidad: después de Cristo, Verbo encarnado, María es la primera criatura humana que realiza el ideal escatológico, anticipando la plenitud de la felicidad, prometida a los elegidos mediante la resurrección de los cuerpos» (cf Juan Pablo II, Audiencia General del 9 de julio de 1997). El misterio de la Asunción de la Santísima Virgen María al Cielo nos invita a hacer una pausa en la agitada vida que llevamos para reflexionar sobre el 52 sentido de nuestra vida aquí en la tierra, sobre nuestro fin último. El saber que María ya está en el Cielo gloriosa en cuerpo y alma, como se nos ha prometido a aquéllos que hagamos la Voluntad de Dios, nos renueva la esperanza en nuestra futura inmortalidad y felicidad perfecta para siempre. 3. El culto a la virgen María Orígenes de las devociones marianas Desde los primeros siglos de la Iglesia comenzaron a surgir devociones marianas, que el pueblo cristiano, con su repetición en tan diversos países y circunstancias, fue plasmándola en formas y costumbres que posteriormente la Iglesia recogió en la Liturgia y aprobó en su Magisterio. De las devociones marianas hay algunas que se limitan a grupos, o países, o a determinadas épocas. Otras son universales y se viven por todos aquellos que quieren honrar a Nuestra Señora como «se ha hecho siempre, por todos y en todas partes» (San Vicente de Lerins). Devociones marianas más destacadas a. Las fiestas de la Virgen En primer lugar está la participación interior (con oración y consideraciones personales) y la exterior (con asistencia a los actos de culto) de las diversas fiestas que, a lo largo del año, dedica la Iglesia para honrar a la Santísima Virgen. En ellas se le alaba por algún misterio de su vida: Madre de Dios, Inmaculada, la Asunción; o por alguna actuación en favor de los hombres: como Reina, Mediadora, como la Virgen Dolorosa, o Nuestra Señora del Rosario; por su manifestación singular en algún lugar donde se le venera: en Fátima, en Lourdes, el Pilar, Loreto, en la Villa de Guadalupe (México), etc. b. El Santo Rosario Pocas devociones son tan gratas a María como el Santo Rosario, recomendada por los Romanos Pontífices con tanta insistencia. Innumerables son las gracias que han recibido los fieles a través de esta oración, ya sea recitada en común o personalmente. Además, es conveniente recordar que, al igual que otras prácticas de piedad, el Santo Rosario está favorecido con indulgencias: parcial, si se reza privadamente; plenaria, si se hace en familia. 53 Santo Rosario c. El Angelus El Angelus es la repetición del encuentro del Ángel con Nuestra Madre, en el cual le anunció su divina Maternidad. Se recita todos los días a las doce o a las seis de la tarde, con pausa y atención. Como es una práctica breve, que suele tenerse en medio del trabajo y las ocupaciones del día, conviene recoger nuestro pensamiento con intensidad, ponerlo en Nuestra Señora, recitarlo sin prisa y de memoria y aprovechar para renovar el ofrecimiento de nuestro trabajo y de nuestro amor a la Virgen. d. El Escapulario de la Virgen del Carme Llevar el Escapulario de la Virgen del Carmen o alguna otra Medalla es señal de fe en su intercesión poderosa y símbolo de nuestra alianza con Ella. El uso del Escapulario del Carmen ha de ir acompañado de una disposición consciente y devota, a la par de unas prácticas de piedad marianas que pueden reducirse a las tres Avemaría de la noche. En la ceremonia de imposición, el sacerdote recuerda que se debe recibir "impetrando a la Santísima Virgen que, con su gracia, El escapulario de Nuestra (de Dios), lo lleves sin pecado, te defienda de toda Señora del Carmen adversidad y te conduzca a la vida eterna". e. Las Tres Aves Marías Es una costumbre que puede valernos para que nuestros últimos pensamientos vayan hacia María que vela nuestro sueño y, con su poder, puede alejarnos al enemigo de nuestra alma y de nuestro cuerpo. Repetimos pausadamente y con devoción las palabras que fueron pronunciadas por el Arcángel Gabriel y por Santa Isabel, y por las palabras del «Santa María» que le compuso, con veneración, la Iglesia. f. El sábado, día de la Virgen El sábado es tradicionalmente en la Iglesia el día de la semana que se dedica a la Virgen, y en él podemos manifestarle de modo más intenso nuestro cariño, estando más pendientes de Ella a través de jaculatorias, miradas a las imágenes, recitando las oraciones tradicionales como son el «Acordaos», «Oh Señora mía», y especialmente «la Salve». Inmaculado Corazón de María 54 g. La consagración a María Un medio eficaz para vivir fielmente los compromisos del Bautismo es la consagración a María que puede hacerse de dos formas: considerando a María como Reina (consagración de esclavitud mariana) o bien, como Madre (de piedad filial mariana). h. Otras prácticas de piedad marianas El mes de mayo, está dedicado a honrar a María. Su origen se remonta, en España, a San Alfonso X el sabio (siglo XIII). En este tiempo los niños suelen ofrecer flores a María, los adultos acostumbran hacer algún sacrificio diario, rezar el Rosario en familia, etc. El mes de octubre está dedicado a rezar el Santo Rosario, costumbre que surge en siglo XIX con ocasión de las apariciones de Nuestra Señora de Lourdes, y que el Papa León XIII lo extiende a toda la Iglesia. En particular, se ha de promover el rezo del Rosario en familia pues, como enseña la Iglesia, la familia que reza unida permanece unida. C. AUTOEVALUACIÓN 1. ¿Por qué decimos que la Virgen María realizó de manera perfecta ―la obediencia de la fe‖? 2. ¿Por qué decimos que la Virgen María es la Madre de Dios? 3. ¿Qué establece el Dogma de la Inmaculada Concepción y por quién, cuándo y qué documento fue proclamado? 4. ¿A qué se refiere el Dogma de la Perpetua virginidad de la Virgen María? 5. ¿A qué se refiere el Dogma de la Asunción de la Virgen María? 6. ¿Cuáles son las devociones marianas más destacadas? 7. ¿Qué es el Angelus? 8. ¿Qué otras prácticas de piedad se dedican a la Virgen María? D. ACTIVIDADES SUGERIDAS 1. Consulta el mapa de Palestina y señala en qué lugar sucedieron los siguientes hechos: La Anunciación. La Visitación de María a su prima Santa Isabel. El Nacimiento de Jesús. 2. Investiga la historia de una de las devociones más extendidas en el Perú o en América. E. VOCABULARIO BÁSICO Bula Dogma Hiperdulía Sínodo 55 Tema 12 A. MOTIVACIÓN "La unidad de la Iglesia no es uniformidad, sino integración orgánica de las legítimas diversidades. Es la realidad de muchos miembros unidos en un solo cuerpo, el único Cuerpo de Cristo (cf 1 Co 12, 121. Es necesario, pues, que la Iglesia del tercer milenio impulse a todos los bautizados y confirmados a tomar conciencia de la propia responsabilidad activa en la vida eclesial. Junto con el ministerio ordenado, pueden florecer otros ministerios, instituidos o simplemente reconocidos, para el bien de toda la comunidad, atendiéndola en sus múltiples necesidades: de la catequesis a la animación litúrgica, de la educación de los jóvenes a las más diversas manifestaciones de la caridad" (Juan Pablo II, Carta Apostólica Al comienzo del Nuevo Milenio, n. 461). B. CONTENIDO DOCTRINAL 1. Los laicos Los Fieles Laicos Son aquellos fieles que, por vocación divina, están destinados a buscar el Reino de Dios tratando y ordenando las cosas temporales según el querer de Dios (cf LG 31). Son, por lo tanto, la inmensa mayoría del Pueblo de Dios. Y con su vida contribuyen a la santificación de las realidades terrenas. Cuando se habla de fieles laicos se entiende por igual, a varones y mujeres. ―los fieles laicos se encuentran en la línea más avanzada de la vida de la Iglesia es el principio vital de la sociedad. Por tanto ellos, especialmente, deben tener conciencia, cada vez más clara, no sólo de pertenecer a la Iglesia, sino de ser la Iglesia; es decir, la comunidad de los fieles sobre la tierra bajo la guía del jefe común, el Papa. Ellos son la Iglesia‖ (Pío XII, discurso 20 de febrero 1946; citado por Juan Pablo II, CL 9). 56 2. Nota característica de los laicos Cada uno de los miembros del Pueblo de Dios tiene algo característico que lo distingue de los demás. La nota característica de los laicos es su carácter secular, es decir que el ámbito y medio de su vocación cristiana peculiar es el mundo. Esto supone: a. Vivir en medio del mundo. Amar al mundo porque es bueno y porque Dios quiere que viva ahí. b. Realizar su profesión y trabajo en el mundo. Es a través de este trabajo como perfecciona el mundo y se perfecciona él mismo humana y divinamente. . c. Estar implicado en las actividades y asuntos del mundo. De esta manera se santifica y santifica a los demás. 3. La misión característica del laico es la consagración del mundo Los laicos tienen que conseguir que en todo se respete las leyes divinas ya que esto perfecciona al hombre. Tienen que conseguir un mundo en el cual reine la justicia, la paz y la comprensión. Esto lo conseguirán: a. Con el testimonio de su vida El testimonio de su vida es el buen ejemplo. Tienen que cumplir con sus deberes y obligaciones, tanto en la familia como en su trabajo y en su vida social. b. Con el apostolado Es ayudar a otros a vivir bien su vida para que sean felices. Nos sentimos obligados a hacer apostolado para comunicar a otros el bien -la doctrina de Cristo-, que nosotros ya tenemos. Esta obligación lo hacemos con el ejemplo y las palabras. El apostolado personal es la forma primordial y la condición para todo el apostolado de los laicos. También puede hacerlo quien lo desee asociándose en algún movimiento apostólico como cursillos de cristiandad, Legión de María, Movimiento familiar cristiano, grupos juveniles, etc. las formas asociadas, que responden a un derecho de los fieles, deben reunir ciertos criterios de eclesialidad y han de vencer las tentaciones de división y contraposición entre ellas. 57 Leemos en el Nuevo testamento: ―Para que viendo vuestras obras buenas glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos‖ (Mt. 5, 16) El apostolado lo realizará el laico especialmente en su familia, su trabajo, sus amigos. c. Con su influencia en las estructuras Cada uno tiene una familia, un pueblo, un ambiente y un trabajo en el cual se mueve y vive. En todos estos ambientes el laico tiene que influir, haciendo que se viva según el espíritu y las leyes cristianas. El laico, por su vocación cristiana, está más interesado que nadie en el progreso del mundo. Trabaja con todas sus fuerzas y con todos los medios para lograr este fin. Sabe que de esta manera se santifica él y santifica a los demás. LA VIDA CONSAGRADA 1. Consejos evangélicos y vida consagrada Los consejos evangélicos están propuestos en su multiplicidad a todos los discípulos de Cristo. Sin embargo la perfección de la caridad a la cual son llamados todos los fieles implica, para quienes asumen libremente el llamamiento a la vida consagrada, la obligación de practicar la castidad en el celibato por el Reino, la pobreza y la obediencia. La profesión de estos consejos en un estado de vida estable conocido por la Iglesia es lo que caracteriza la "vida consagrada" a Dios (cf LG nn. 42-43; PC n. 1). Vida Consagrada 2. Los institutos religiosos Los religiosos son aquellos fieles cristianos que se entregan totalmente a Dios por la profesión de los consejos evangélicos mediante votos perpetuos. Siguiendo su vocación peculiar, los religiosos contribuyen al bien de toda la Iglesia, dan un testimonio público de la vida nueva y eterna adquirida con la redención de Cristo y constituyen una señal escatológica del Reino de Dios. 58 a. Los consejos evangélicos Los tres consejos evangélicos que públicamente profesan los religiosos son: pobreza, castidad y obediencia. Para la Iglesia, el estado religioso está constituido fundamentalmente por el compromiso de practicar estos tres consejos. - La pobreza consiste en vivir desprendidos de las cosas de este mundo amando los bienes celestiales. - La castidad consiste en la entrega del corazón a Dios en servicio de la Iglesia, renunciando al matrimonio. - La obediencia consiste en seguir los mandatos del superior viendo en él al mismo Cristo. b. Modo de vida de los religiosos El religioso vive en una Orden o Congregación determinada, elegida según su deseo y vocación. Forma parte de una Comunidad Religiosa. Los conventos y monasterios son las casas donde viven los religiosos. Cada orden religiosa tiene un hábito característico que los distingue de los demás. Algunos se dedican especialmente a la oración y la contemplación, otros a la enseñanza y otros a la asistencia de los necesitados: pobres, enfermos, niños, ancianos, etc. Entre los religiosos tal vez conozcas algunos cómo los Dominicos, Jesuitas, Franciscanos, Agustinos, Carmelitas, Mercedarios, Pasionistas, Redentoristas, Salesianos, etc. Entre las religiosas tal vez conozcas algunas como las Carmelitas descalzas, Clarisas, Dominicas, Hijas de Cristo Rey, Hermanitas de los ancianos desamparados, Hijas de María auxiliadora, Madres de Jesús Verbo y Víctima, Hermanas de Santa Ana, etc. 3. Los institutos seculares "Un instituto secular es un instituto de vida consagrada, en el cual los fieles, viviendo en el mundo, aspiran a la perfección de la caridad, y se dedican a procurar la santificación del mundo sobre todo desde dentro de él" (c. 710 del CIC). 59 Institutos seculares Los miembros de un instituto secular no son religiosos, pero dos elementos esenciales los caracterizan: la consagración y lo secular. Son consagrados seculares que se esfuerzan "a manera de levadura, por impregnar todas las cosas con el espíritu evangélico, para fortaleza e incremento del Cuerpo de Cristo" (c. 713 § 1). Hay, entre ellos, miembros laicos y miembros clérigos. Se asemeja, pues, a un instituto religioso en que sus miembros viven consagrados a Dios y al apostolado, y se diferencia en que lo realizan sin la separación del mundo que tienen los miembros de congregaciones religiosas. Entre los institutos seculares se cuentan: Sociedad del Corazón de Jesús, Sociedad de las Hijas del Corazón de María, Caritas Christi, Misioneras del Evangelio, Misioneras de María Reina de los Corazones, Cruzada evangélica, Oblatas Misioneras de María Inmaculada, Apóstoles del Sagrado Corazón, Cruzadas de Santa María, Cruzados de Santa María. 4. las sociedades de vida apostólica Junto a las diversas formas de vida consagrada se encuentran "las sociedades de vida apostólica, cuyos miembros, sin votos religiosos, buscan el fin apostólico propio de la sociedad y, llevando vida fraterna en común según el propio modo de vida, aspiran a la perfección de la caridad por la observancia de las constituciones. Entre éstas, existen sociedades cuyos miembros abrazan los consejos evangélicos mediante un vínculo determinado por las constituciones" (c. 731 §§ 1 y 2). Pertenecen a este tipo de sociedades las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, Congregación de la Misión (Paúles), los Oratorios de San Felipe Neri, los Sulpicianos, los Eudistas (de San Juan de Eudes), la Sociedad de los Santos Apóstoles, los Padres Blancos, las Misiones Africanas de Lyon, las Misiones Extranjeras de París, etc. LOS SACERDOTES 1. Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote Jesucristo es el único Sumo y Eterno Sacerdote. Mientras vivía en el mundo, Cristo ejerció personalmente su sacerdocio anunciando el reino de Dios, perdonando los pecados y ofreciéndose a sí mismo en sacrificio por la salvación de todos los hombres. 60 Mons. Ricardo García, Sacerdotes y diáconos de la Prelatura 2. Sacerdocio común y sacerdocio ministerial La Iglesia entera es un pueblo sacerdotal. Por el bautismo, todos los fieles participan del sacerdocio de Cristo. Esta participación se llama "sacerdocio común de los fieles". A partir de este sacerdocio y al servicio del mismo existe otra participación en la misión de Cristo: la del ministerio conferido por el sacramento del Orden, cuya tarea es servir en nombre y en representación de Cristo-Cabeza en medio de la comunidad. El sacerdocio ministerial difiere esencialmente del sacerdocio común de los fieles porque confiere un poder sagrado para el servicio de los fieles. Los ministros ordenados ejercen su servicio en el pueblo de Dios mediante la enseñanza, el culto divino y por el gobierno pastoral. 3. Grados del sacerdocio Desde los orígenes, el ministerio ordenado fue conferido y ejercido en tres grados: el de los Obispos, el de los presbíteros y el de los diáconos. Los ministerios conferidos por la ordenación son insustituibles para la estructura orgánica de la Iglesia: sin el Obispo, los presbíteros y los diáconos no se puede hablar de Iglesia. El Obispo recibe la plenitud del sacramento del Orden que lo incorpora al Colegio episcopal y hace de él la cabeza visible de la Iglesia particular que le es confiada. Los Obispos, en cuanto sucesores de los Apóstoles y miembros del Colegio Apostólico, participan en la responsabilidad apostólica y en la misión de toda la Iglesia bajo la autoridad del Papa, sucesor de S. Pedro. Los presbíteros están unidos a los Obispos en la dignidad sacerdotal y al mismo tiempo dependen de ellos en el ejercicio de sus funciones pastorales; son llamados a ser cooperadores diligentes de los Obispos; forman en torno a su Obispo el presbiterio que asume con él la responsabilidad de la Iglesia particular. Reciben del Obispo el cuidado de una comunidad parroquial o de una función eclesial determinada. Los diáconos son ministros ordenados para las tareas de servicio de la Iglesia; no reciben el sacerdocio ministerial, pero la ordenación Obispos y sacerdotes les confiere funciones importantes en el ministerio de la palabra, del culto divino, del gobierno pastoral y del servicio de la caridad, 61 tareas que deben cumplir bajo la autoridad pastoral de su Obispo. 4. Elementos del Sacramento del Orden Sacerdotal Materia: La imposición de las manos por el Obispo. Forma: Una oración consecratoria solemne que dice el Obispo al imponer las manos. Ministro: El Obispo. Sujeto: La Iglesia confiere el sacramento del Orden únicamente a varones bautizados, cuyas aptitudes para el ejercicio del ministerio han sido debidamente reconocidas. C. AUTOEVALUACIÓN 1. ¿Quiénes son los laicos? 2. ¿Qué supone el carácter secular de los laicos? 3. ¿Cuál es la misión del laico en el mundo? 4. ¿A quiénes llamamos religiosos? 5. ¿Cómo es el modo de vida de los religiosos? 6. ¿Qué es un instituto secular? 7. ¿En qué consisten las sociedades de vida apostólica? 8. ¿En qué se difiere el sacerdocio ministerial del sacerdocio común? 9. ¿Cuáles son los grados del sacerdocio ministerial? 10. ¿Quiénes pueden recibir el sacramento del Orden? D. ACTIVIDADES SUGERIDAS 1. Averigua cuáles fueron las primeras órdenes religiosas que llegaron al Perú. 2. Haz una relación de los Santos peruanos y una breve biografía de uno ellos. 3. Establece un diálogo para descubrir las diferencias entre el clero secular y el clero regular. 4. Indica las diferencias entre un religioso y un laico. 5. Dialoga con tus compañeros por qué las mujeres no pueden ser ordenadas como sacerdote en la Iglesia católica. E. VOCABULARIO BÁSICO Celibato Religioso Vocación Diácono Congregación Ministerio 62 Tema13 A. MOTIVACIÓN La Iglesia, fermento, sal y luz del mundo, tiene un mensaje de salvación para el mundo, pero necesita de personas cualificadas para transmitirla. El Siervo de Dios, S. S. Juan Pablo, nos señalas las cualidades que deben tener los transmisores de la fe. En su Exhortación Apostólica dirigida a los de América escribía: «La Iglesia necesita muchos y cualificados evangelizadores que, con nuevo ardor, renovado entusiasmo, fino espíritu eclesial, desbordantes de fe y esperanza, hablen "cada vez más de Jesucristo"» (S. S. Juan Pablo II, Exh. Apost. ―Ecclesia in América‖) B. CONTENIDO DOCTRINAL 1. ¿Qué es la Evangelización? «La Evangelización es ―llevar la Buena Nueva a todos los ambientes de la humanidad y, con su influjo, transformar desde dentro, renovar a la misma humanidad‖» (Pablo VI, Exh. Apost. EN n. 18). La Evangelización no se trata sólo – aunque también– de llevar el Evangelio a otros lugares o a poblaciones ajenas a Jesucristo «sino de alcanzar y transformar con la fuerza del Evangelio Evangelización los criterios de juicio, los valores determinantes, los puntos de interés las líneas de pensamiento, las fuentes inspiradoras y los modelos de vida de la humanidad que están en contraste con la palabra de Dios y con el designio de salvación» (Pablo VI, Exhort. Apost. EN n. 19). Esta Evangelización tiene su fundamento en el mandato del Señor de ―ir y evangelizar a todos los pueblos‖ (cf Mt 28, 19): Ella ―existe para evangelizar‖ (Pablo VI, Exh Apost. EN n. 14). 2. Sentidos del término Evangelización El término Evangelización ha tenido a lo largo de la historia muchos sentidos. El Sínodo de Obispos de 1974 distingue cuatro sentidos del término Evangelización: 63 a. Un sentido muy estricto, equivalente al primer anuncio de la fe o kerigma (este fue el sentido preferido antes del Concilio Vaticano II). b. Un sentido estricto, referente al ministerio de la Palabra y sus diversas formas (sentido más usado por el Concilio Vaticano II). c. Un sentido amplio (el preferido durante el Sínodo), que abarca las tres funciones de la misión (profética, sacerdotal y real), lo que el Concilio llamaba ―apostolado‖, sin dejar de conceder el primer lugar al anuncio. d. Un sentido muy amplio, que abarca todos los anteriores e implica que todo lo que la Iglesia puede hacer en su servicio salvífico por el hombre y el mundo (este sentido fue el preferido en el documento final del sínodo, la ―Evangelii Nuntiandi‖ y que es el usado actualmente). 3. Los destinatarios de la Evangelización Sobre los destinatarios de la Evangelización los enfoques han sido distintos. Veremos algunos que han sido recogidos en los documentos magisteriales. a. La Encíclica «Ecclesiam suam», de Pablo VI, las clasifica a manera de «círculos concéntricos», comenzando por aquellos que están más alejados: a) los no creyentes, Movimiento de Cursillos de Cristiandad incluso los ateos; b) los creyentes no cristianos: los judíos, otros seguidores de la religión monoteísta –sobre todo los musulmanes–, y los seguidores de las grandes religiones afroasiáticas; c) los hermanos separados o cristianos no católicos (círculo del «diálogo ecuménico»); d) finalmente, el diálogo interior en la Iglesia, entre los católicos. b. La Constitución Dogmática «Gaudium et Spes» también recoge esta perspectiva de los «círculos concéntricos" ‖pero en sentido inverso, es decir, comenzando por el diálogo en el seno de la Iglesia (cf Cc. Vat. II, GS n. 92). c. La Exhortación Apostólica «Evangelii Nuntiandi» también recogió esta perspectiva de los «círculos concéntricos», pero volvió al orden inicial. Pero también habla de otras dos esferas o dos ―mundos que hoy ―lanzan un desafío a la Evangelización‖ (Pablo VI, Exh. Apost. EN n. 55 s.), sin referencia a ese esquema circular. Puede decirse que el primero se sitúa en el círculo de 64 los «alejados», mientras que el segundo bordea el círculo de los cristianos en su parte más «externa»: a) el secularismo ateo, más práctico que teórico; b) los bautizados no practicantes, hoy día más numerosos. 4. Las tres tareas de la Evangelización Pues bien, la Iglesia enfoca estas diferentes situaciones, de una manera diversificada y orgánica por medio de tres tareas. Éstas deben captarse en su complementariedad, pues son «momentos» que se entrecruzan y se superponen uno en otro: Las tareas de la Evangelización son: a. La «tarea pastoral» o el apostolado «ad intra», que incluye –al menos en parte– a Monseñor Enrique Pelach los cristianos no católicos. b. La «tarea misionera» en sentido estricto o misión «ad gentes» (misión «ad extra») dirigida a los no cristianos. c. La «Nueva Evangelización», tarea en parte «pastoral» y en parte «misionera». 5. Algunos problemas que debe enfrentar la Evangelización La Evangelización actual se debe enfrentar a muchos problemas que tiene que ver o bien por la falta de fe o bien por una exageración de la fe que han surgido en estos últimos tiempos. Entre esos problemas están: a) El ateísmo, b) La indiferencia religiosa, c) El secularismo, d) La superstición, e) El agnosticismo, f) El fanatismo religioso, etc. Otros problemas que tiene que enfrentar la Evangelización son las relaciones con las iglesias cristianas separadas de la Iglesia Católica (Ecumenismo) y las relaciones con las otras religiones (diálogo religioso). 6. La Nueva Evangelización El término ―Nueva Evangelización‖ 65 fue Papa Juan Pablo II y la Nueva Evangelización empleado por primera vez por S. S. Juan Pablo II en Polonia (1979) con el sentido de un ―nuevo anuncio‖ de la fe dirigido a Europa. La utilizó por segunda vez en Haití (1983), y posteriormente en su discurso a las Conferencias Episcopales de Europa (1986). También aparecen en la exhortación Christifideles laici, las encíclicas Redemptoris missio y Centessimus annus, la carta Tertio millenio adveniente, y otros documentos. La ―Nueva evangelización‖ se dirige a cristianos que han perdido el sentido de la fe o no se reconocen ya como miembros de la Iglesia, llevando una existencia alejada de Cristo (cf Juan Pablo II, RM n. 33), afectada por el fenómeno del secularismo y el materialismo. La nueva evangelización arranca de la certeza de que Cristo vive, y que, por la acción del Espíritu Santo, sigue impulsando la acción de los cristianos. En Haití (1983) Juan Pablo II planteó –con referencia a la celebración del quinto centenario de la evangelización de América– un compromiso en una ―evangelización nueva‖: ―nueva en su ardor, en sus métodos, en su expresión‖. Pero, ¿Qué implica la ―novedad de ―ardor, métodos y expresión‖?. a. Nuevo ardor: Indica la necesidad de la calidad humana y espiritual de esos ―heraldos del Evangelio‖. Ese ardor apostólico no es fanatismo sino coherencia. No se trata de imponer la verdad de la fe, sino de proponer la salvación con respeto a la libertad. Al derecho que todas las personas poseen a escuchar el mensaje del Evangelio corresponde el deber de todos los cristianos en su propagación; no por una seca ―obligación‖, sino por lealtad y amor a Dios y a los demás. b. Nuevo método: Esto tiene que ver con la puesta en marcha de la misión de la Iglesia en el mundo, tal como la ha comprendido el Vaticano II. Los proyectos pastorales deberían seguir estas líneas: c. El Evangelio debe encarnarse en las personas, una a una, de modo que la gracia del Espíritu Santo pueda impregnar las actividades y realizaciones humanas. Cada uno de los cristianos participa en la evangelización según su propia condición. La evangelización ha de ser afrontada desde la corresponsabilidad y participación. A ellas se oponen tanto el individualismo como el afán por uniformar la diversidad de vocaciones, carismas, ministerios y tareas que se dan en la Iglesia. Nueva expresión: Esta remite a lo que puede llamarse la ―pedagogía de la evangelización‖, que implica fidelidad al contenido de lo que se quiere transmitir y, al mismo tiempo, adecuación del lenguaje con que se comunica. 66 C. AUTOEVALUACIÓN 1. ¿Qué es la Evangelización? 2. ¿Cuáles son los sentidos del término Evangelización según el Sínodo de Obispos de 1974? 3. ¿Cuáles son las tres tareas de la Evangelización? 4. ¿En qué ocasiones y documentos aparece el término ―Nueva Evangelización‖ 5. ¿A quienes se dirige la ―Nueva Evangelización‖ D. ACTIVIDADES SUGERIDAS 1. Analiza las misiones que Jesucristo confió a S. Pedro y a sus sucesores. Para ello tendrás que leer y explicar los siguientes textos: Mt 16, 18 - 19. Jn 21, 15 - 17. Lc 22, 31 - 32. 2. Dialoga con tus compañeros cómo se ha de concretar la tarea evangelizadora de los laicos. E. VOCABULARIO BÁSICO Agnosticismo Evangelización Ecumenismo Sínodo 67 Tema 14 A. MOTIVACIÓN Ahora tenemos que ver el tema del Apostolado. Veremos que todos –aquí no caben excepciones– estamos llamados a hacer apostolado. Antes de empezar a estudiar este tema nos puede ser muy útil, a modo de introducción, un texto del Fundador del Opus Dei. Sobre el apostolado escribía lo siguiente: «Evitemos el error de considerar que el apostolado se reduce al testimonio de unas prácticas piadosas. Tú y yo somos cristianos, pero a la vez, y sin solución de continuidad, ciudadanos y trabajadores, con obligaciones claras que hemos de cumplir de un modo ejemplar, si de veras queremos santificarnos» (San Josemaría Escrivá, Amigos de Dios, n. 61). B. CONTENIDO DOCTRINAL 1. La vocación cristiana es vocación al apostolado «La vocación cristiana es, por su propia naturaleza, vocación también al apostolado» (cf Vat. II, AA n. 2). Esta afirmación nos plantea dos consideraciones: a. La primera es que el apostolado no es algo accidental a la vida cristiana, sino que forma parte de su propia naturaleza. b. La segunda: Si el apostolado es una vocación, es decir, un llamado, significa por un lado que Dios me lo pide y, si lo hace, es porque cuenta con nosotros y, si cuenta con nosotros, es porque tenemos capacidad de responder, pues Dios nunca nos pediría algo que no Vocación al apostolado, camino hacia el Cielo podríamos hacer. Estas dos consideraciones serán los puntos guía de este tema. Por el momento vamos a detenernos en la primera afirmación (v. punto 2) para regresar más adelante a la segunda (v. punto 3). 2. Ser cristiano: ser santo y apóstol Decíamos que ser cristiano equivale a ser apóstol. El creyente que no se ve a sí mismo como apóstol mutila su propia identidad como discípulo de Jesús. Hacer 68 apostolado no puede ser algo accesorio de lo cual podamos prescindir sin que eso implique recortar nuestra vida cristiana, afectar su propia esencia. Esta verdad fundamental San Pablo la expresa de manera apasionada y elocuente cuando dice « ¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio!» (1 Cor 9, 16). A partir de esta consideración no resulta difícil deducir la íntima relación entre santidad y apostolado. Ambas, en cierto modo, constituyen la misión de la Iglesia en el mundo: «La misión de la Iglesia tiende a la santificación de los hombres, que hay que conseguir con la fe en Cristo y con su gracia. El apostolado, pues, de la Iglesia y de todos sus miembros se ordena, ante todo, al mensaje de Cristo, que hay que revelar al mundo con las palabras y con las obras, y a comunicar su gracia». (Vat. II, AA n. 6). Todo cristiano está llamado a hacer apostolado y, al hacerlo, contribuye con Dios en la santificación de sí mismo y en la santificación de los demás. El apostolado es medio, y al mismo tiempo, fin de nuestra santificación. En efecto, es medio en cuanto el hecho mismo de hacer apostolado santifica; es fin en cuanto forma parte de la propia naturaleza de la vida cristiana y ésta es plena unión con Dios mediante la vida en Cristo. 3. Apóstol, por vocación ¿Ser apóstol es una vocación, un llamado de Dios a todos los cristianos? Esto puede parecer contradictorio a primera vista. En efecto, para ser apóstol, ¿no se requiere una psicología, una formación, unas características personales mínimas? ¿No se necesita acaso del tiempo, de la disponibilidad que las ocupaciones impostergables de la vida moderna me niegan? Es evidente que no todos estamos llamados a hacer apostolado de la misma manera. No es lo mismo el apostolado que puede realizar la religiosa contemplativa, el párroco rural, el estudiante universitario o el agricultor. Sin embargo, las características personales y las circunstancias de la propia vida no anulan el llamado, sino que precisamente lo cualifican: si el apostolado es una vocación, Dios me pide realizarla precisamente desde mi identidad, desde quién soy así como desde las circunstancias concretas de mi propia vida. Esto nos lleva a cuestionarnos acerca de la naturaleza propia del apostolado, su raíz profunda, interior; en una palabra, cuál es el ―alma‖ del apostolado. La esencia del apostolado no puede ser otra que la misma esencia de la vida cristiana, esto es el Amor de Dios manifestado en Cristo Jesús. El cristiano está llamado a vivir el Amor, y el Amor no es una teoría ni un programa, es Dios mismo —Dios es Amor— que se hace hombre y nos muestra nuestra propia vocación. Cristo como el principio de mi vida interior, he ahí, el Camino, la Verdad y la Vida (cf Jn 14, 6). «Tened los mismos sentimientos de Cristo» (cf Fil 2, 5), nos exhorta San Pablo. Los sentimientos de Cristo son la entrega en el Amor al Padre y a los hombres. 69 ¿No es esa la esencia del apostolado? Pablo VI define el apostolado como «amor que rebalsa, que estalla, que se propaga en testimonio y acción» (Pablo VI, Catequesis durante la audiencia general, 31 de enero de 1968). Nace del encuentro personal con el Señor Jesús y se alimenta de su presencia vivificadora que es la Gracia. Podríamos sintetizarlo en una frase: El apostolado es sobreabundancia de Amor. No de nuestro amor humano, forzosamente imperfecto, sino del amor de Jesús en nosotros. Llegados a este punto resulta oportuno preguntarnos ¿qué grado de persuasión personal tiene para nosotros esta doctrina?, ¿Cuáles son sus necesarias concreciones para nuestra vida cotidiana? y ¿Cómo respondemos efectivamente a nuestra vocación al apostolado? 4. Santificación en el apostolado Que un apóstol tiene que ser cada vez más santo, resulta más que obvio. Nadie duda que el mejor apóstol sea el santo. Asimismo, queda claro que la finalidad del apostolado, sea como anuncio explícito del Evangelio en sus múltiples expresiones, sea como testimonio de vida cristiana audaz y coherente, es la santificación de las personas. De que hacer apostolado San Josemaría y el apostolado nos ayuda a ser más santos no cabe duda, pero no siempre resulta fácil descubrir de qué forma concreta hacer apostolado nos ayuda a ser más santo. Estas breves consideraciones puntuales al respecto pueden servir para entenderlo mejor: a. b. c. d. El apostolado nos configura con el Señor Jesús. El apostolado nos reviste del Amor de Cristo. El apostolado nos compromete más con mi propia vida cristiana. El apostolado me ayuda a reconocer concretamente en mi vida que la santidad es obra de Dios con mi cooperación. e. El apostolado me alienta a la coherencia de vida. f. El apostolado me motiva a formarme más y mejor. g. El apostolado es un antídoto al cristianismo teórico. h. El apostolado me educa en el sentido ético de la vida cristiana. i. El apostolado me enseña a vivir el desapego a los frutos. j. El apostolado me da serena alegría. 70 5. Apostolado personal y asociado de los laicos El apostolado de los laicos puede ejercitarse individualmente o en comunidades y asociaciones (cf Vat. II, AA n. 15). El apostolado personal es el que cada fiel cristiano, desde el lugar que ocupa, desarrolla a favor de la instauración del Reino de Dios. El apostolado personal fluye de la fuente de la vida verdaderamente cristiana (cf Jn 4, 14) y es el principio y fundamento de todo apostolado seglar, también del asociado, de modo que nada puede sustituirle. Este apostolado puede valorarse desde diversas perspectivas: en relación con la vida, la conducta o el ejemplo; con el testimonio de la palabra, la actividad temporal o la caridad; en situaciones de especial dificultad (persecución, dispersión, etc.); y siempre en relación con el culto y la oración (cf Vat. II AA n. 16). El apostolado personal de los fieles laicos no es una «añadidura» a otras actividades, como la oración y la vida sacramental por un lado, y las actividades temporales (atención de la familia, trabajo, actividad sociopolítica, etc.) por otro (cf Josemaría Escrivá, Amigos de Dios). Los diversos aspectos de la vida laical contribuyen a un todo orgánico que es el crecimiento y la madurez del cristiano «siendo Iglesia en el mundo». El apostolado asociado es aquella que desarrollan un grupo de fieles cristianos. Este tipo de apostolado es expresión de comunión y medio eficaz para lograr una mayor influencia del Evangelio en la sociedad (cf Vat. II, AA n. 18). Entre las múltiples formas del apostolado asociado, algunas se Asociación de Fieles proponen el fin general apostólico de la Iglesia (P. ej. La Acción Católica); otros buscan de modo particular el anuncio del Evangelio y la transmisión de la fe; otras procuran la inspiración cristiana del orden social o el testimonio de Cristo, especialmente a través de las obras de misericordia y caridad (cf Vat. II, AA n. 19). La libertad de asociación (formar una sociedad) de los fieles laicos proviene del Bautismo (cf Vat. II, AA n. 15 y 19; CIC can. 215) y debe ser ejercida en comunión con la Iglesia. Entre los criterios de discernimiento y reconocimiento de las asociaciones cabe señalar: a. El primado concedido a la vocación de cada cristiano a la santidad; b. La responsabilidad de confesar la fe católica; 71 c. El testimonio de comunión con el Papa y los obispos; d. El compromiso en una presencia dentro de la sociedad humana, al servicio del hombre y de acuerdo con la doctrina social de la Iglesia. C. AUTOEVALUACIÓN 1. ¿Qué consideraciones plantea la siguiente frase: La vocación cristiana es, por su propia naturaleza, vocación también al apostolado? 2. ¿Qué es el apostolado personal? 3. ¿Qué es el apostolado asociado? 4. ¿Cuáles son los criterios de discernimiento y reconocimiento de las asociaciones? D. ACTIVIDADES SUGERIDAS 1. Averigua: ¿cómo hacen apostolado las asociaciones de tu comunidad? 2. Menciona las actividades que tú realizas como apostolado. 3. Da sugerencias del apóstolado que deberían hacer en tu parroquia para acercar a los jóvenes hacia Dios. 4. Visita en la web www.es.catholic.net y haz un resumen sobre los tipos de apostolado. E. VOCABULARIO BÁSICO Apóstol Apostolado Acción Católica Laico 72 Tema 15 A. MOTIVACIÓN La santidad de vida a la que Dios nos llama a todos es amar a Dios y amar al prójimo: Amar a Dios Padre como te ama Jesús y amar a nuestros prójimos como Jesús nos ama. Esta tarea de ser santos aunque a primera vista parezca algo sencillo, no resulta una tarea fácil ya que son muchos los obstáculos que encontraremos en nuestra larga lucha por conseguirlo. Quizá uno de los principales obstáculos tenga su origen en nosotros mismos, en nuestro egoísmo. Por ello nuestra primera tarea será convertirnos. B. CONTENIDO DOCTRINAL 1. Jesús, nuestro modelo de santidad Jesús es nuestro modelo de santidad: Él no sólo fue un predicador de la santidad, también fue su modelo, el principal de todos. Dice a propósito la ―Lumen Gentium‖: «Nuestro Señor Jesucristo predicó la santidad de vida, de la que El es Maestro y Modelo, a todos y cada uno de sus discípulos, de cualquier condición que fuesen. "Sed, pues, vosotros perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto"» (Mt 5, 48) (cf Conc. Vat. II, LG 40). 2. Llamada universal a la santidad La llamada universal a la santidad ha sido Suplica ardiente de los santos resaltada en estos últimos tiempos. Uno de los Ángeles que más la han resaltado ha sido S. Josemaría Escrivá de Balaguer, fundador del Opus Dei. Él, a lo largo de su vida, predicó que todo hombre pude santificarse con su trabajo. Más que una invención original —que no sería estrictamente concebible en la Iglesia Católica—, lo que Monseñor Escrivá hizo fue extraer las consecuencias de una resuelta actitud de vuelta a las fuentes. En la más íntima esencia del mensaje evangélico, Monseñor Escrivá descubre una llamada divina, universal e igualitaria a la realización del ideal cristiano en la vida de cada hombre, sin distinción de clases ni personas, modos de vida ni estados sociales. En el lenguaje tradicional de la Iglesia, desde la era apostólica, a eso se le llama vocación a la santidad. San Josemaría Escrivá de Balaguer dijo algo que después repetiría la voz oficial de la Iglesia: Que esa llamada de Dios no era el 73 privilegiado destino de unos pocos, sino una invitación general y común para todos los cristianos. El mensaje de la llamada universal a la santidad fue recogido por el Magisterio de la Iglesia en el Concilio Vaticano II en la Constitución dogmática sobre la Iglesia, Lumen Gentium, que dedicó el capítulo V a tratar de este tema. Sobre esta llamada universal dice que ―todos en la Iglesia, ya pertenezcan a la jerarquía, ya pertenezcan a la grey, son llamados a la santidad, según aquello del Apóstol: "Porque ésta es la voluntad de Dios, vuestra santificación (1 Tes 4,3; Ef 1,4)‖ (LG n. 39). 3. El fiel cristiano ha de seguir a Cristo Sacerdote, Profeta y Rey Los fieles cristianos también participan de las tres funciones –también conocida como ―Tria munera‖– de Cristo: Sacerdote, Profeta, Rey. a. Los fieles cristianos participan en la misión sacerdotal de Cristo cuando ofrecen como sacrifico espiritual ―agradable a Dios por mediación de Jesucristo‖ (1Pe 2, 5), sobre todo en la Eucaristía, la propia vida con todas las obras, oraciones e iniciativas apostólicas, la vida familiar y el trabajo diario, las molestias de la vida sobrellevadas con paciencia, así Santos como los descansos físicos y consuelos espirituales. De esta manera, también los laicos, dedicados a Cristo y consagrados por el Espíritu Santo, ofrecen a Dios el mundo mismo (cf Comp. del CCE n. 189; CCE nn. 901 - 903). b. Los laicos participan en la misión profética de Cristo cuando acogen cada vez mejor en la fe la Palabra de Cristo, y la anuncian al mundo con el testimonio de vida y de la palabra, mediante la evangelización y la catequesis. Este apostolado ―adquiere una eficacia particular porque se realiza en las condiciones generales de nuestro mundo‖ (cf Vat. II, LG. n. 35) (cf Comp. del CCE n. 190; CCE nn. 904 - 907, 942). c. Los laicos participan en la misión regia de Cristo porque reciben de Él el poder de vencer el pecado en sí mismo y en el mundo, por medio de la abnegación y la santidad de la propia vida. Los laicos ejercen diversos 74 ministerios al servicio de la comunidad, e impregnan de valores morales las actividades temporales del hombre y las instituciones de la sociedad (cf Comp. del CCE n. 191; CCE nn. 908 - 913, 943). 4. Medios para llegar a la santidad Los medios con que cuenta el cristiano para santificarse se pueden resumir en dos ideas: primero, vivir la propia vida como don de Dios, y, segundo, según la voluntad de Dios. Antes de continuar hay que hacer unas puntualizaciones sobre los medios de santificación. a. La idea de medio de santificación debe estar despojada de toda interpretación que considere que exista como «una técnica de la santidad». b. No se puede olvidar que durante el transcurso de su existencia terrena, el cristiano está en el régimen de anticipación de lo prometido, de incoación de lo que en su día será pleno. Y ese régimen supone la existencia de tensiones, más aún, la existencia de la exterioridad. Esto nos conduce a que hay una necesidad de ascesis y de unos medios de santificación. La necesidad de ejercitarse en el uso de unos medios concretos que ordenen a la santidad nace precisamente de la aún no plena realización de la transformación del ser humano y la no plena impresión en él de la imagen de Dios. Ahora damos a continuación un cuadro sinóptico de los diversos medios ascéticos o ejercicios de perfección: c. Actos en los que consiste la misma santidad (pueden calificarse de medios en cuanto que en su repetición está el crecimiento del ser sobrenatural): La unión con Dios, a través del trato personal con Él, la identificación e imitación de Jesucristo, y la devoción a la Virgen y a los santos. La lucha contra el pecado y la práctica de las virtudes, y las voces correspondientes a las diversas virtudes. El apostolado o cumplimiento de la misión divina con respecto a quienes nos rodean. d. Medios que suponen situar al hombre en la estructura de la economía salvadora, tal 75 Jesús modelo de Santidad y como ha sido querida por Dios: Los sacramentos, especialmente la confesión y la Eucaristía. La lectura y meditación de la Sagrada Escritura. La práctica metódica de la vida de oración. La liturgia. La participación en la vida eclesial y en asociaciones apostólicas o de piedad. e. Medios estrictamente personales o psicológicos: La dirección espiritual. Ejercicios para fomentar la presencia de Dios. Ejercicios de mortificación. Exámenes de conciencia y revisiones de vida. Días de retiro, conferencias o círculos de formación, lectura de libros religiosos, etc. Plan de vida. 5. Los santos Veneración de los santos. La Iglesia católica denomina ―santos‖ a aquellas personas que han practicado las virtudes cristinas de un modo heroico y cuya santidad de vida ha sido proclamada solemnemente por la Iglesia. Los primeros santos venerados fueron los discípulos de Jesús y los mártires (los que murieron por Cristo). Más tarde también se incluyó a los confesores (se les llama así porque con su vida «confesaron» su fe), las vírgenes y otros cristianos que demostraron amor y fidelidad a Cristo y a su Iglesia y vivieron con virtud heroica. Santa Rosa de Lima Con el tiempo creció el número de los reconocidos como santos y se dieron abusos y exageraciones, por lo que la Iglesia instituyó un proceso para estudiar cuidadosamente la santidad. Este proceso, que culmina con la «canonización». La devoción a los santos es una expresión de la doctrina de la Comunión de los Santos que enseña que la muerte no rompe los lazos que unen a los cristianos en Cristo. 76 Los protestantes rechazaron la devoción a los santos por no comprender la doctrina de la comunión de los santos. El Concilio de Trento (1545-63) reafirmó la doctrina católica. Intercesión de los santos. Los santos pueden interceder por nosotros en virtud de que están en Cristo y gozan de sus bienes espirituales. Esta intercesión nunca reemplaza la oración directa a Dios, quien puede conceder nuestros ruegos sin la mediación de los santos. Pero, como Padre, se complace en que sus hijos se ayuden y así participen de su amor. C. AUTOEVALUACIÓN 1. ¿En qué documento ha quedado recogido el mensaje de la llamada universal a la santidad? 2. ¿Cómo participan los fieles cristianos en la misión sacerdotal de Cristo? 3. ¿Cómo participan los fieles cristianos en la misión profética de Cristo? 4. ¿Cómo participan los fieles cristianos en la misión regia de Cristo? 5. ¿Quiénes son los santos? 6. ¿Por qué los santos pueden interceder por nosotros? D. ACTIVIDADES SUGERIDAS 1. Buscar y comentar en grupos LG n. 41. 2. Averiguar la fecha en que se celebra la fiesta de los santos peruanos. 3. Buscar la biografía de dos de los santos peruanos que a continuación se mencionan: Nombre del Santo Lugar de nacimiento Fecha de nacimiento Ana de los Ángeles (Beata) Arequipa (Perú) 26.VII.1602 Francisco Solano Montilla (España) 10.III.1549 Martín de Porres Lima (Perú) 1579 Rosa de Lima Lima (Perú) 30.IV.1586 Toribio de Mogrovejo Mayorga (España) 1538 E. VOCABULARIO BÁSICO Dirección espiritual Santidad Veneración Vocación 77 Adviento: Comprende las cuatro semanas que preceden al 25 de diciembre. Durante este tiempo se mira a Cristo ―que viene‖ en dos sentidos: a) en la venida histórica, acaecida hace dos mil años; se revive la esperanza de Israel. b) En su venida escatológica, la que sucederá al final de los tiempos; es nuestra esperanza actual. establecida por Jesucristo (cf 22, 20). Lc Año litúrgico: Es la ordenación que la Iglesia hace del tiempo a lo largo del año para celebrar los misterios del Señor. Comienza con el primer domingo de Adviento, cuatro semanas antes de Navidad. Está dividido en tiempos litúrgicos que son: Adviento, Navidad y epifanía, Cuaresma, Tiempo de Pascua y Tiempo Ordinario. Afinidad: Relación familiar no proveniente de consanguinidad, sino de parentesco producido por el matrimonio de un consanguíneo. Ejemplos: Suegro con yerno o nuera, cuñados. Apóstol: De una palabra griega apostolos que significa ―enviado‖. Designa en primer lugar los hombres elegidos por Cristo, en número de doce, y enviados por Él a predicar el Evangelio; en segundo lugar, los obispos, sucesores de los ―apóstoles‖, y todos los que en la Iglesia son enviados a predicar el Evangelio de Cristo. Agnosticismo: Doctrina que afirma que nada se puede saber sobre Dios, y que abarca el indiferentismo y el ateísmo práctico. Alianza: es un pacto de amistad realizado entre Dios e Israel. La Alianza está descrita según el esquema de las alianzas que se realizaban entre los diversos pueblos. Por medio de esta Alianza, en la cual la iniciativa es totalmente de Yahvé, Dios se promete su presencia e Israel se convierte en «propiedad personal» del Señor y su representante ante todos los pueblos, todo ello a condición de «escuchar su voz» y «guardar su alianza», cosa que muchas veces no hace. Esta primera alianza es reemplazada por la Nueva Alianza Apostolado: Es la actividad que realiza el cristiano cuando da testimonio de su fe y difunde el mensaje del Evangelio entre otras personas. Acción Católica: Asociación católica recomendada por el Concilio Vaticano II. Este concilio la definió como la ―cooperación de los seglares en el apostolado jerárquico‖ (AA. 20). Ascesis: Ascesis es palabra clásica en el lenguaje espiritual. Es de origen griego, y significa esfuerzo 78 metódico para conseguir algo. Ambas cosas, esfuerzo y método, son constitutivos de la ascesis. Otras palabras afines son: lucha, combate, disciplina, mortificación. No son idénticas, pero pertenecen a la misma dimensión cristiana. fe, esperanza y caridad. Tomando como base su declaración de voluntad, son admitidos mediante ceremonias litúrgicas al catecumenado, durante el cual se inician en la vida cristiana, participan en la liturgia y colaboran en los distintos apostolados, hasta que con la recepción del Bautismo adquieren la condición de fieles, incorporándose plena y permanentemente al Pueblo de Dios. Bula: Documento de la máxima importancia firmado por el Papa referente a un asunto especifico, que es enviado sellado a una persona o un grupo en Particular. Lleva una especie de medalla de plomo sobre el cual se imprime el sello pontificio. El nombre bula procede del latín bulla, término que hace referencia a cualquier objeto redondo artificial Conciencia: Es el juicio que cada cual realiza sobre la bondad o malicia de sus propias actitudes y acciones. Es recta, si el juicio es adecuado; escrupulosa, si está deformada por excesivo sentido de culpabilidad; laxa, si su juicio es excesivamente tolerante. Carácter sacramental: Marca espiritual, indeleble, impresa en el alma por ciertos sacramentos, y que comunica ciertos poderes relativos al culto cristiano. Se distinguen tres caracteres: del bautismo, de la confirmación y del orden. Concilio: Reunión o asamblea de obispos. Si es convocado por el Papa para todos los obispos de la Iglesia, se llama concilio ecuménico. Es nacional o regional si lo integran obispos de una nación o región. Se han realizado hasta la fecha 21 concilios ecuménicos: 1. I De Nicea, 325; 2. I De Constantinopla, 381; 3. De Éfeso, 431; 4. De Calcedonia, 451; 5. II De Constantinopla, 553; 6. III De Constantinopla, 680-681; 7. II De Nicea, 787; 8. IV De Constantinopla, 869-970; 9. I De Letrán, 1123; 10. II De Letrán, 1139; 11. III De Letrán, 1179; 12. IV De Letrán, 1215. 13. I De Lyon, Catecismo: Texto de doctrina cristiana, de estructura generalmente sintética, que sirve como apoyo y complemento de la catequesis. Catecúmeno: Los catecúmenos son aquellas personas, no bautizadas, que por expresa voluntad manifiestan su deseo de incorporarse a la Iglesia, quedando por ello vinculadas a la misma y viviendo con frecuencia una vida de 79 1245; 14. II De Lyon, 1274; 15. De Vienne, 1311; 16. De Constanza, 1414-1418; 17. De Ferrara – Florencia, 1438-1442; 18. V De Letrán, 1512-1517; 19. De Trento, 1545-1563; 20. Vaticano I, 18691870; 21. Vaticano II, 1962-1965. la llamada misa crismal el Jueves Santo. Se emplea en el Bautismo, en la Confirmación y en otras ocasiones. Decálogo: Los Diez Mandamientos que, según el Antiguo Testamento, Dios dio en el monte Sinaí y que venían a ser las leyes supremas de la vida religioso-moral. Los Diez mandamientos son ex-presión de la ley moral natural (cf Ley) y obligan al individuo lo mismo que a los pueblos. Concupiscencia: 1) tendencia o apetito de bienes terrenos. 2) Tendencia o apetito desordenado de los placeres carnales. Conversión: 1) Teología: En el sentido activo, acción de convertir o de llevar a la fe a los incrédulos; en el sentido pasivo, estado del que se convierte. 2) Conversión del pecador creyente: Retorno a la amistad con Dios. 3) Teología del estado religioso: Acto del que abandona el mundo y entra en religión. En un sentido muy restringido designa el estado de los profesos que no son ni monjes ni clérigos (―conversos‖ o legos). Diácono: Es el grado inferior de la jerarquía de la Iglesia, a la que se incorporan por la imposición de las manos, y que reciben no propiamente en ordena al sacerdocio, sino al ministerio o servicio. Son oficios propios de los diáconos: presidir la celebración del bautismo, distribuir la Eucaristía, presidir el sacramento del matrimonio y bendecir a los esposos en el nombre del Iglesia, llevar el viático a los moribundos, leer la Sagrada Escritura a los fieles, instruir en la fe al pueblo, etc. Comunión: Acción de recibir a Cristo en la Eucaristía. En san Pablo y en la primitiva Iglesia significaba la unión fraterna que lleva a la comunión de los propios bienes. Dirección espiritual: La dirección espiritual es la asistencia o ayuda positiva que una persona recibe de otra que está especialmente calificada, por educación, experiencia y santidad personal, para discernir la voluntad de Dios y la práctica de las virtudes Cristianas. La dirección tiene como criterio la verdad revelada por Dios Comunión de los Santos: La comunión de vida y bienes espirituales que se da entre todos los hijos de Dios, estén en el Cielo, en el purgatorio, o en este mundo. Es una de las verdades básicas confesadas en el credo. Crisma: Aceite mezclado con bálsamo, que el obispo consagra en 80 a la Iglesia Católica. El proceso de dirección busca la aplicación de esta verdad a la vida personal contando siempre con la asistencia del Espíritu Santo, quién es el principal director de las almas. Iglesia. Mediante la Evangelización, la Iglesia anuncia al mundo y da testimonio del Evangelio del Reino de Dios, movida por el Espíritu Santo; educa en la fe a los creyentes y los impulsa a la santidad y al apostolado; celebra en los sacramentos la presencia vivificante de Jesucristo y del Espíritu Santo; y empapa y transforma con su fuerza todo el orden temporal. Dogma: Afirmación doctrinal precisa que la Iglesia ha definido de forma solemne. Su aceptación es obligatoria para todos los miembros de la Iglesia. Quien la rechaza, cae en herejía y está fuera de la Iglesia. Las controversias sobre puntos doctrinales importantes son generalmente las que llevan a establecer una verdad como dogma. Exégesis: Del griego, ―explicación, interpretación‖. Ciencia que estudia el sentido de un texto. Cuando se trata de los libros bíblicos esta supone un trabajo laborioso y multidireccional: establecer el texto original con la mayor precisión posible (crítica textual), determinar el género literario; intentar descubrir los problemas de la historia de la redacción, atender a la filología y las peculiaridades expresivas de la lengua (crítica literaria), conocer el ambiente y tendencias de la época (crítica histórica), en particular la mentalidad religiosa (crítica teológica), etc. Ecumenismo: El ecumenismo designa los esfuerzos de las iglesias cristianas por restaurar la unidad perdida, tanto en el nivel doctrinal como en la praxis eclesial. Espíritu Santo: Tercera persona de la Santísima Trinidad. El Espíritu Santo está presente a lo largo de la vida de Cristo y en los inicios de la Iglesia, como lo atestigua la Sagrada Escritura. Está presente de modo especial en la Iglesia, ayudándola a que continúe la obra de Cristo en el mundo. Finalmente, es llamado ―el Gran Desconocido‖, debido a que, comparándolo con el Padre y el Hijo, sabemos muy poco de Él. Génesis: Nombre del primer libro del AT. Génesis significa origen. De hecho, el libro trata de los orígenes del universo y de la Tierra, del hombre y de la mujer, del pecado, de la cultura, de los diversos pueblos, del pueblo israelita. Pero no está interesado en explicar cómo surgió todo esto; y sí profundiza, a Evangelización: Se entiende por evangelización el proceso total que define la identidad y la misión de la 81 la luz de la fe, la naturaleza y el sentido de la vida y de la historia de todo lo que existe. celebración del matrimonio, haciendo que éste sea nulo. Inteligencia: Etimológicamente procede de intelligere, lo mismo que entendimiento (intellectus), y por eso en el lenguaje usual, y muchas veces también en el filosófico, se toman como sinónimos. Pero puede tener otras acepciones. El nombre de inteligencia es utilizado por la filosofía clásica para designar la sustancia puramente espiritual (la que en Teología se llama ángel). Y dentro de los dominios de lo humano puede significar, ya el hábito de los primeros principios especulativos (como la sindéresis lo es de los primeros principios prácticos), ya cierta función del entendimiento contrapuesta al discurso, es decir, el conocimiento intelectual de lo que de suyo es evidente. Por último, cabe la acepción en que la toma la moderna Psicología experimental, cuando habla de medidas de la inteligencia y descubre, incluso, comportamientos inteligentes en algunos animales. Gracia: Don divino, sobrenatural e interno que, en virtud de los méritos de Cristo. Dios concede a los hombres para salvación de sus almas. La teología católica distingue: 1) Gracia actual: Ayuda de Dios o concurso divino, necesario para que pueda haber una acción salvífica. Uno de los misterios de la religión consiste en explicar cómo la gracia coopera con la libre voluntad del hombre. La desigualdad de la gracia depende del libérrimo amor de Dios y de la diferente disposición y cooperación de los individuos. Dios quiere, no obstante, que todos los hombres se salven y a cada cual otorga la gracia suficiente para ello. 2) Gracia santificante: Hace al hombre hijo de Dios; se pierde con cualquier pecado mortal, y se recupera con la contrición y el sacramento de la penitencia; hace meritorias para el cielo las obras buenas. Hagiógrafo: En griego, ―escritores sagrados‖. Se aplica a los autores de los libros de la Biblia. Laico: Del griego laos = pueblo. En la Iglesia se designa a los cristianos que realizan su misión en las tareas ordinarias del mundo: vida matrimonial, política, artística, científica, en contraposición a las tareas específicas del clero. Hiperdulía: (de "hiper-" y el gr. "douleía", servidumbre). Es el culto que se le da a la Santísima Virgen. Significa mayor veneración. Impedimento: Obstáculo. Estorbo para una cosa. Circunstancia que constituye un obstáculo a la Ley: Regla o precepto dictados por una suprema autoridad. La ley 82 divina es dictada por Dios mediante sacramentales (Ritual, Pontifical). En cuanto a la forma y a los textos usados se han de distinguir principalmente la liturgia occidental y la liturgia oriental, con sus distintos ritos (galicano, mozárabe, ambrosiano, romano, etc.). una revelación: la ley de Moisés en el Antiguo Testamento sustituida por la nueva ley de Jesucristo. La ley natural es puesta por Dios en nuestra naturaleza y se contra-pone a las leyes positivas emanadas de los hombres (cf Derecho). Esta ley natural, en cuanto que constituye una norma de acción, es la ley moral, inherente a la conciencia del hombre y previa a toda legislación positiva, que se reduce esencialmente a los preceptos del Decálogo (cf Decálogo). La universalidad de la ley natural se manifiesta por la unidad de la conciencia moral de la humanidad, no obstante las discrepancias que se dan a lo largo de la historia en el modo de acomodar los hombres a ella sus acciones. Magisterio: Es el que tiene ―el oficio de interpretar auténticamente la palabra de Dios‖ (cf DV 10). El Magisterio no es, por tanto, una fuente de revelación añadida a la Sagrada Escritura o a la Sagrada Tradición, sino interpretativa de su sentido auténtico, por ello, no está por encima de la Palabra de Dios, sino a su servicio. Tipos. Se distinguen Magisterio ordinario, que es el ejercido en la vida normal y ordinaria de la Iglesia, y Magisterio extraordinario, que es el ejercido en circunstancias particularmente destacadas, como un concilio o una definición dogmática. Licitud: (Del lat. licitus) s. f. Cualidad de lo que está permitido por la ley o por la moral: lícito: adj. Justo, permitido, según justicia y razón. Misericordia: Del latín miser (miserable, desdichado), cor, cordis (corazón) y el sufijo ia. Es la disposición a compadecerse de los trabajos y miserias ajenas. Limosna: Dádiva generosa y gratuita para colaborar en el sostenimiento de quien nada tiene. De alguna forma es un acto de justicia y redistribución de la riqueza. Ha de realizarse con humildad y comedimiento. Moral: Ciencia que trata de los actos humanos y juzga de su bondad y malicia. 1) La moral natural: parte de los principios generales de la conducta del hombre respecto de sí mismo y de los demás (cf Conciencia). Se funda en el conocimiento natural de Dios y presupone el libre albedrío (cf Libre albedrío). 2) La moral cristiana: Liturgia: Culto divino prescrito o autorizado por la Iglesia. La liturgia católica consiste en el sacrificio de la misa (Misal), rezo de las horas canónicas (Breviario) y administración de sacramentos y 83 Está por encima de la moral natural, al señalar a Dios, revelado en Cristo, como finalidad del obrar humano. 3) la moral autónoma: pretende hacer del hombre su propio legislador. algunas piedras usadas en el culto recibían una unción: así quedaban reservadas para Dios. Padrino: El cristiano que asiste al catecúmeno en su formación, lo presenta al bautismo y lo acompaña en su vida cristiana. Si se trata de un niño a quien se va a bautizar, no cabe el catecumenado; en este caso acompaña a los padres y asume con ellos la responsabilidad de la futura formación del niño bautizado (cf CIC can. 872 - 874). También se prevé que haya un padrino en la confirmación; se aconseja que sea el mismo del bautismo (cf CIC can. 892 - 893) Mortificación: Penitencia o privación voluntaria que una persona se impone para unirse a la muerte de Cristo y luchar contra el pecado. El camino de la perfección pasa por la Cruz. Navidad - Epifanía: Tiempo litúrgico que va del 24 de diciembre hasta la semana que sigue a la fiesta de la Epifanía. Celebra la presencia del Verbo encarnado y su manifestación o Epifanía. Papa: Esta palabra está formada del griego y significa padre. Es el sucesor del apóstol San Pedro como obispo de Roma y representante de Cristo en la tierra. También se le llama Romano Pontífice y Santo Padre. Obispo: De una palabra griega que significa ―vigilante‖; sucesor de los Apóstoles y encargado de la ―vigilancia‖ general de una Iglesia local. Reciben y poseen la plenitud del sacramento del orden. La Iglesia está gobernada por los obispos, todos iguales entre sí y presididos por el Obispo de Roma (el Papa). Parusía: Etimológicamente, presencia, venida, llegada. En el lenguaje neotestamentario y en teología, retorno glorioso de Cristo al fin de los tiempos. Óleo: Era muy usado como alimento, remedio para las heridas, algo que fortalece (a través de unciones y masajes), fuente de luz y de calor. De ahí su valor simbólico: representa la fuerza, la santidad y la alegría que Dios da a su ungido. En la ceremonia de consagración del rey o del sumo sacerdote, estos eran ungidos con óleo; hasta Pecado: Transgresión consciente y voluntaria de una ley divina, por acción y omisión. Pecado mortal: El pecado mortal es transgresión consciente y voluntaria en cosas graves que destruye la relación con Dios en el orden sobrenatural y es causa de muerte eterna. 84 Pecado venial El pecado venial es transgresión cometida en cosas leves o en cosa grave, pero sin plena conciencia y voluntad; causa una pena temporal. razón última de la propia existencia, la conciencia de estar relacionando con el origen y sostén de todo: con Dios. Al hablar de religión, nos referimos más concretamente a las expresiones o manifestaciones del sentido religioso que a la simple convicción de verdades. Penitencia: 1) Dolor o pena por los pecados cometidos con propósito de satisfacción y enmienda. 2) Pena o satisfacción que impone el confesor al penitente. Sacramento de la penitencia. Resurrección: Acción de volver a la vida. La resurrección de Cristo es el dato central de la predicación apostólica, fundamento de la fe cristiana. Sin ella, todo habría acabado en el calvario. Los apóstoles y discípulos insisten en señalar este hecho tanto en contextos narrativos como en proclamaciones de fe. En ella se presenta la resurrección como glorificación o exaltación de Jesús, como la acción por la que el Padre lo constituye Cristo y Señor, causa y principio de nuestra propia glorificación. Pentecostés: Término griego que significa el número 50. Señala la fiesta de la venida del Espíritu Santo, ocurrida a los 50 días de la resurrección de Jesús Peregrino: el que realiza una pereginación, es decir, el que hace un viaje a un lugar de especial significado religioso. Pobreza: En sentido económico, pobre es el que carece de bienes materiales. En sentido religioso, pobre es el hombre desprendido de esos bienes, que vive confiando en el Señor. Revelación: Manifestación que hace Dios a los hombres de sí mismo y de su plan de salvación. ―La revelación se realiza por obras y por palabra intrínsecamente unidas‖ (DV n. 2). El culmen de la revelación es Cristo. Presbítero: De una palabra griega que significa ―más anciano‖. El que preside con el obispo, pero en segundo lugar, la asamblea de los cristianos y que está encargado oficialmente de guardar y de comunicar el depósito viviente de la fe y de los sacramentos de la fe. Rito: Ceremonia en la que se realiza según unas pautas y un orden preestablecidos. Por su desarrollo, asume una serie de signos/símbolos que son como unidades menores dentro de un rito. Generalmente se emplea en referencia a ritos religiosos. Unas veces significa toda Religión: De re-ligare, religar, unir. Es la actitud del hombre ante las realidades trascendentes, ante la 85 la ceremonia; otras, un conjunto dentro de ella; a veces se da el nombre a un simple signo. epístola católica (universal), queriendo explicar a los cristianos de entonces la sabiduría del discernimiento cristiano frente a las contingencias. Después de Pentecostés aparece como el jefe de la comunidad de Jerusalén y reconocido como el responsable de todas las comunidades cristianas con mayoría de judíos que se formaron en Palestina, Siria y Cilicia (Hch 15, 13-29). Sacerdocio común: Es la participación de todos los bautizados en el sacerdocio único de Cristo. El sacerdocio común lo ejercen, pues, todos aquellos que, en el Espíritu, permanecen unidos a Cristo y viven como hijos de Dios. También es llamado sacerdocio bautismal. Santidad: Es como el atributo esencial de Dios. La santidad del hombre consiste ante todo en la posesión de la gracia de Dios que lo transforma en su interior haciéndole participar de la santidad y el ser de Dios. Sacerdocio ministerial: Es la participación en el sacerdocio único de Cristo propia de aquellos que han recibido el sacramento del orden. Aunque el sacerdocio común de los fieles y el sacerdocio ministerial difieren esencialmente, se ordenan, sin embargo, el uno al otro. Los que reciben el sacerdocio ministerial son los obispos y presbíteros. Sínodo: ―Asamblea de obispos escogidos de las distintas regiones del mundo, que se reúnen en ocasiones determinadas para fomentar la unión estrecha entre el romano pontífice y los obispos, y ayudar al Papa…‖ (CIC can. 342). Sacrificio: Sagrada Escritura: El conjunto de libros escritos bajo la inspiración del Espíritu Santo. Transustanciación: Término filosófico empleado en teología para expresar el cambio que se produce cuando, por la ―consagración‖ eucarística, las especies de pan y vino pasan a ser el Cuerpo y la Sangre de Cristo, El dogma definido en el Concilio de Trento no recae sobre la terminología filosófica, pero el concilio indicó que esta palabra es muy apta para expresarlo. Explicar cómo está Cristo presente, es un misterio de San Marcos: Primo de Bernabé, acompañó a Pablo en su primer viaje apostólico, pero se volvió desde Perge. Autor del Segundo Evangelio. Santiago (el menor): Hijo de Alfeo y de María (hermana = parienta próxima de la madre de Jesús). Escritor de una carta en los años 50-60, considerada como la primera 86 fe que no cabe en las palabras humanas. enfermedad y sufrimiento. Viático significa alimentos que se lleva para comer durante el camino. Unción: Acto de ungir, muy empleado ya en la antigüedad en la vida corriente como aseo y signo festivo, y en los usos bíblicos con sentido religioso: Unción de altares, piedras, tabernáculo. La Iglesia emplea el gesto de la unción en varios sacramentos: bautismo, confirmación, orden. La unción se hace con óleo (o sea, aceite) o con crisma, que es óleo al que se le ha agregado perfumes. Vicio: Hábito de obrar mal. Es una actitud o disposición permanente de la cual proceden los sucesivos actos malos que la persona va realizando. Es la antítesis de la virtud. Virtud: Es una actitud o disposición permanente para obrar el bien con facilidad o a pesar de las dificultades. Es el hábito de obrar el bien, adquirido con la repetición esforzada de los actos correspondientes. Validez: (Del lat. validus) f. Firmeza, exactitud o legalidad: válido: adj. Firme, subsistente y que vale o debe valer legalmente. Vocación: Del latín vocare = llamar. Es la llamada de Dios al hombre para que acepte su salvación o realice una misión particular. Veneración: Como culto religioso, es la reverencia a una persona (o, en culto relativo, a un objeto relacionado con ella), reconociendo en ella el efecto de la gracia de Dios, a quien en última instancia se dirige el culto. Se diferencia de la adoración, que sólo se dirige a Dios, confesándolo como Ser Supremo. Verbo: Segunda Persona Santísima Trinidad. de Voluntad: Apetito (o inclinación, o peso) del conocimiento intelectual, o potencia de amor del espíritu. Votos: Del latín votum = deseo. Son promesas hechas a Dios de algo que está más allá del precepto. Los tres votos religiosos comunes – pobreza, castidad y obediencia– son expresión de la totalidad de la entrega. la Viático: Comunión de la Sagrada Eucaristía en los momentos de 87 Ab Ag Am Ba 1Cr 2Cr Ct Dn Dt Esd Est Ex Ez Gn Ha Is Jb Jc Jdt Jl Jon Jos Jr Lm Abdías Ageo Amós Baruc Libro 1 de las Crónicas Libro 2 de las Crónicas Cantar de los cantares Daniel Deuteronomio Esdras Ester Éxodo Ezequiel Génesis Habacuc Isaías Job Jueces Judit Joel Jonás Josué Jeremías Libro de las Lamentaciones Ap Col 1 Cor 2 Cor Ef Flm Flp Ga Hb Apocalipsis Carta al los Colosenses 1 Carta a los Corintios 2 Carta a los Corintios Carta a los Efesios Carta a Filemón Carta a los Filipenses Carta a los Gálatas Carta a los Hebreos Lv 1Mac 2 Mac Mi Ml Na Neh Nm Os Prov Qoh (Eclesiastés) 1Re 2 Re Rt 1Sam 2 Sam Sal Sb Sir Sof Tb Za Hch Jn Judas 1Jn 2 Jn 3 Jn Lc Mc Marcos 88 Levítico Libro 1 de los Macabeos Libro 2 de los Macabeos Miqueas Malaquías Nahum Nehemías Números Oseas Proverbios Libro de Qohélet Libro 1 de los Reyes Libro 2 de los Reyes Rut Libro 1 de Samuel Libro 2 de Samuel Salmos Sabiduría Sirácida (Eclesiástico) Sofonías Tobías Zacarías Hechos de los Apóstoles Evangelio según S. Juan Carta de S. Judas 1 Carta de S. Juan 2 Carta de S. Juan 3 Carta de S. Juan Evangelio según S. Lucas Evangelio según S. Mt Mateo 1Pe 2 Pe Rm St Tt Evangelio según S. 1 Carta de Pedro 2 Carta de Pedro Carta a los Romanos Carta de Santiago Carta a Tito 1 Tm 1 Carta a Timoteo 2 Tm 2 Carta a Timoteo 1 Ts 1 Carta a Tesalonicenses 2 Ts 2 Carta a Tesalonicenses los los LG = Lumen gentium Constitución dogmática sobre la Iglesia. DV = Dei Verbum Constitución dogmática sobre la divina revelación. SC = Sacrosanctum Concilium Constitución sobre la sagrada liturgia. GS = Gaudium et spes Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo actual. CD = Christus Dominus Decreto sobre el oficio pastoral de los obispos. PO = Presbyterorum ordinis Decreto sobre el ministerio y vida de los presbíteros. OT = Optatam totius Decreto sobre la formación sacerdotal. PC = Perfectae caritatis Decreto sobre la adecuada renovación de la vida religiosa. AA = Apostolicam actuositatem Decreto sobre el apostolado de los seglares. OE = Orientalium Ecclesiarum Decreto sobre las Iglesias Orientales católicas. AG = Ad Gentes divinitus Decreto sobre la actividad misionera de la Iglesia. UR = Unitatis redintegratio Decreto sobre el ecumenismo. IM = Inter mirifica Decreto sobre los medios de comunicación social. DH = Dignitatis humanae Declaración sobre la libertad religiosa. GE = Gravissimum educationis Declaración sobre la educación cristiana de la juventud. NA = Nostra aetate Declaración sobre las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas. CA = Centesimus annus Carta Encíclica en el centenario de la Rerum Novarum. CCE = Catecismo de la Iglesia Católica. CIC = Códex Iuiris Canonici. Código de Derecho Canónico Comp. del CCE = Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica. EN = Evangelii nuntiandi Exhortación Apostólica sobre la Evangelización. 89 RM = Redemptoris Missio Carta Encíclica sobre la permanente validez del mandato misionero. VS = Veritatis Splendor Carta Encíclica sobre algunas cuestiones fundamentales de la enseñanza moral de la Iglesia. Juan Luis Lorda, Para ser cristiano San Josemaría Escriva de Balaguer, Amigos de Dios Santo Tomás de Aquino, Summa Theologica 90